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ADICCIONES

Drogas, trabajo, sexo, cigarro, refresco, juegos, internet, celulares, antro, etc.
¿cuántos tipos de adicciones conoces?... alguna vez te has preguntado ¿cuál es
el origen de la adicción?, ¿por qué alguien podría convertirse en un
“adicto(a)”?, y algo más: ¿sabías que todos, absolutamente TODOS tenemos
algún tipo de adicción?... así es, tú y yo somos adictos, solo que aún no lo
sabemos pero pronto lo descubriremos…

Si me preguntarán su definición rápidamente contestaría: es un hábito que


tienen ciertas personas que se dejan dominar por el uso de alguna droga o
sustancia tóxica, sin la cual no pueden vivir tranquilamente. Y no estaría
errada, sin embargo si estaría dejando por fuera la realidad, una realidad que
me dice que la adicción va mucho más allá de depender de ciertas sustancias
químicas. Me explico:

Una persona adicta vuelca sus pensamientos, conductas y emociones hacia


una situación o persona particular. Se vuelve esclava de, y deja de vivir para sí
misma ya que su sentido de vida se convierte en la búsqueda de lo que
alimente su adicción.

Hoy no hablaré de las adicciones que ya conocemos, pues bien (o mal)


sabemos en qué consisten y quizás hasta hemos sido partícipes o fieles
testigos de lo que les sucede a las personas que las tienen. Hoy quiero hablar
sobre el otro tipo de adicciones que usualmente no leemos ni escuchamos, de
aquellas que nos acompañan todo el tiempo, que forman parte de nuestra vida
y que no han sido vistas como tales…

Me refiero a la adicción al complacer, la violencia, la poca ingesta de amor


propio y ajeno, a ser el ayudador, a la depresión, a estar en lo correcto, a los
amigos, a los peces, a la eficacia, a culparnos, a cuidar la casa, a la
psicoterapia, a la visita con el médico, al estrés, a mentir, a no estar solo(a), al
matrimonio, a comerse las uñas, a exprimirse los barros, a seducir, al
compromiso, al rechazo, a la dependencia e incluso hasta el agua… son tantas
las adicciones con las que convivimos a diario que nombrarlas todas haría de
este texto aún más extenso de lo que ya es.

¿Te has identificado con alguna de las adicciones antes mencionadas?, ¿te
interesa saber porqué surgen?, pues bien, hay quienes dicen que lo que lleva a
desarrollar una adicción es el hecho de tener vacíos en nuestra infancia, otros
mencionan que es una predisposición genética y algunas más aseguran que es
el nivel de resiliencia que tenemos lo que determina (o influye) para que una
persona desarrolle una adicción.
¿Cuál de ellos está en lo correcto?, todos de alguna manera lo están, depende
del tipo de adicción, del contexto, sus razones, la bioquímica del organismo y lo
que esté influyendo para que esta se detone.
Sin embargo, generalmente, cuando uno se vuelve adicto a algo o alguien es
porque hay un vacío en nuestra existencia que aun no hemos concientizado (o
aceptado) y lo suplimos con algo –o alguien- más. Las heridas, carencias,
emociones reprimidas y los resentimientos son algunos de esos vacíos que nos
hacen susceptibles a las adicciones. La carencia afectiva en edades tempranas,
marca de manera importante la historia de la persona, ya que va más allá al
provocar que reprima sus emociones hasta ignorar por completo las mismas.

Puede ser que durante nuestra infancia nuestros padres no fueron los
proveedores de afecto que nosotros necesitábamos y sin darnos cuenta, a
través del trabajo arduo encontramos esa satisfacción que tanto nos hacía
falta, solo que no lo concientizamos y además lo adoptamos en nuestra vida y
hoy de adultos ya no sabemos vivir sin el trabajo, sin esa adrenalina que solo el
trabajo nos brinda.

O quizás, te puedes encontrar con que en tu vida sea necesaria la violencia,


probablemente no al grado de ser golpeado(a) –¿o tal vez si?- pero si de
violentarTE mediante la búsqueda de situaciones o personas que te hagan – o
con los que te hagas- sentir mal, por ejemplo: te buscas una pareja que si bien
no te agrede físicamente si te ignora, te critica y además no tiene la habilidad
de brindarte un halago ni de reconocer tus esfuerzos en la relación… el
problema surge cuando uno no se da cuenta de esto y después viene la
pregunta: ¿porqué no lo(la) puedo dejar?, pues bien, habrá que interiorizar y
averiguarlo.

La adicción es un problema que todos tenemos en nuestra vida de maneras tan


diversas como nuestras personalidades, que surge cuando se desea evadir o
defender del dolor, o cuando el amor se anhela tanto y no se tiene, que se
necesita llenar con algo más el vacío interior existente. Como atenderla
dependerá de nuestra propia habilidad para escucharnos, preguntarnos desde
cuándo, porqué y para qué la hemos desarrollado.

Te invito a qué primero te preguntes a qué eres adicto(a), y seguido realices un


análisis personal sobre su origen, lo que sientes y piensas y si necesitas ayuda
profesional no dudes en solicitarla que al final de cuentas todos,
absolutamente TODOS, en algún momento de nuestra vida necesitamos de la
guía de alguien más, alguien que además de empatizar con nosotros nos ayude
a detonar las herramientas que necesitamos para seguir avanzando en nuestra
vida.

¿A qué eres adicto(a)?

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