Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
resulta:
Fundamentos:
1
1. Los promotores de la impugnación obrante a fs. 55/73 no
invocan representación alguna que los habilite a obrar por un partido
político, en cambio, denuncian su condición de electores de esta
jurisdicción aunque —tal como indica el Fiscal General en su
dictamen— no aportan datos que permitan corroborarlo. Además,
postulan que las previsiones del art. 10 de la CCBA, así como la
existencia de un derecho de incidencia colectiva a transitar un proceso
electoral transparente, los legitima para esgrimir la pretensión
planteada que, de ser aceptada, desplegará efectos para todos los
potenciales electores del acto comicial convocado para el mes de julio
de 2011 (fs. 56/7).
Ahora bien, el sistema de registro de candidatos y oficialización
de listas previsto por la normativa electoral aplicable sólo otorga a los
partidos políticos el carácter de sujetos activos del procedimiento (arts.
61 y 62 del CEN). A su vez, corresponde al ministerio público fiscal
velar por el interés público comprometido; custodia que no ha quedado
conferida a cada elector de modo individual. Tal es el modo en que el
legislador, en ejercicio de potestades cuya constitucionalidad no ha
sido cuestionada, reglamentó el ejercicio de los derechos políticos
aludidos en la impugnación bajo estudio (fs. 55/56).
2
4. Los condenados por crímenes de guerra contra la paz o
contra la humanidad.
5. Los militares o integrantes de fuerzas de seguridad en
actividad.
3
de incorporar a la administración personas bajo sospecha, no, en
cambio, al pueblo que puede elegir libremente aun a quien está sujeto
a proceso, especialmente porque los motivos que pueden llevar al
procesamiento del político pueden ser de esa misma especie, cuestión
que incumbe al pueblo juzgar; d) el Jefe de Gobierno está expuesto a
una vigilancia pública inmensamente mayor que un funcionario de los
que contempla el art. 57; e) los funcionarios que nombran a quienes
están contemplados por el art. 57 pueden aprovecharse de la condición
ética de los designados y también de la vulnerabilidad que supone el
estar sometido a procesamiento.
El constituyente ha trazado una importante diferencia entre las
limitaciones que impone al Jefe de Gobierno para designar a los
funcionarios de la administración (art. 57 CCBA) y aquellas que
restringen el elenco de quienes pueden postularse a cargos electivos,
así como también es distinta la estabilidad conferida acorde a las
funciones comprometidas en cada uno de tales supuestos.
Precisamente, la coherencia entre el sistema de
incompatibilidades y la estabilidad se destruye al trasladar las
previsiones del art. 57 de la CCBA al caso del Jefe de Gobierno
porque, según este último precepto, el funcionario condenado por
sentencia firme es separado sin más trámite. El desatino y la
desmesura que supone apartarse del régimen del art. 72 y 97 de la
CCBA queda en evidencia pues ello necesariamente conduciría a
desconocer que el Jefe de Gobierno sólo puede ser removido “…por
juicio político o revocatoria popular” (cf. el art. 98 de la CCBA). No es
casual que el Constituyente haya acudido a esos modos de remoción
cuando organizó el sistema de división de poderes de la Ciudad y,
específicamente, dentro de él, al Poder Ejecutivo. Esos dos institutos,
el del juicio político y el de la revocatoria popular, posibilitan que el
único que se halla en condiciones de decidir acerca de la continuidad
de quien ejerce el cargo de Jefe de Gobierno, con carácter previo a que
venza su mandato, sea el pueblo; ya sea, en el caso del juicio político,
a través de sus representantes (cf. los art. 92/94 de la CCBA), o en
forma directa, en el supuesto de “la revocación de mandato” (cf. el art.
67 de la CCBA).
En línea con ello, tampoco es dudoso que la incompatibilidad del
inc. 3 del art. 72 de la CCBA y las inmunidades que resguardan, tanto a
legisladores como al Jefe de Gobierno, resultan armónicas y
complementarias como, por ejemplo, quedó destacado con lo dicho en
el punto 4, apartado c anterior (para un desarrollo en extenso ver punto
10, apartado iv, de mi voto en “Poder Ejecutivo de la Ciudad de Buenos
Aires c/ Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires s/ conflicto de
poderes” y su acumulado expte. nº 7046/10 “Poder Legislativo de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires c/ Poder Judicial de la Ciudad
4
Autónoma de Buenos Aires s/ conflicto de poderes”, expte. n° 6836/09,
sentencia del 18/8/2010).
5
la convención, según lo dispone el inc. 2° de dicho texto, sin que la falta
de adecuación del derecho interno a esas normas fundamentales,
constituya óbice para viabilizar, en el caso, la aplicación concreta que
se persigue mediante esta acción” (cf. los considerados 9° y 10° del
voto de la mayoría; el subrayado corresponde al original). En los votos
de los restantes miembros del máximo tribunal se arriba a igual
solución. Los Dres. Belluscio y Bossert señalaron: “…las razones
expresadas acerca de la condición de inocentes de las personas
detenidas que no han sido condenadas en un proceso penal y de los
fundamentos que las diferencia de quienes si lo han sido, excluyen
toda controversia sobre el riguroso alcance de la norma de la
convención que se pone en tela de juicio, en cuanto a que las
restricciones que pueden establecer los Estados partes para el ejercicio
del sufragio están condicionadas a que la persona detenida haya sido
condenada en un proceso penal; máxime si se toma en consideración
que el texto en cuestión [el art. 23, inc. 2, de la CADH] ha enfatizado el
carácter restrictivo de toda reglamentación a cargo de los Estados
parte, al señalar que tal atribución estaba acotada ‘exclusivamente’ a
las materias indicadas” (cf. considerando 9° del vo to de su voto). El Dr.
Petracchi, a su turno, sostuvo que “…la norma transcripta [el art. 23,
inc. 2, de la CADH] claramente dispone que no pueden existir otras
restricciones al derecho de votar y ser elegido, que las que en ella
misma se establecen en su parte final. Con relación al asunto en
examen resulta, entonces, que sólo respecto de quienes ha recaído
condena por juez competente en proceso penal podría la ley
reglamentar el ejercicio del aludido derecho” (cf. el considerando 8° de
su voto). El Dr. Boggiano, también, señaló que “…ante la diafanidad del
art. 23.2 de la convención citada y las pautas interpretativas
anteriormente referidas no cabe sino concluir que sólo se hallan
privados del derecho a ser elegidos aquellas personas respecto de las
cuales se puso fin su situación procesal mediante una sentencia
condenatoria y que, por lo tanto, tal restricción no pesa sobre quienes
se encuentran bajo proceso o prisión preventiva. En este sentido los
términos ‘exclusivamente’ y ‘condena’ son categóricos y no exigen
mayor esfuerzo interpretativo por lo que no cabe sino su directa
aplicación. Por lo demás, ello guarda armonía con los arts. 8.2 del
pacto, XXXVI de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre, 11 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
y 14.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que
consagran la presunción de inocencia mientras no se establezca
legalmente la culpabilidad…” (cf. el considerando 17 de su voto).
Finalmente, los Dres. Fayt y Vázquez manifestaron que “…si el
derecho ‘de votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas,
realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que
garantice la libre expresión de la voluntad de los electores’ –como
6
expresa el art. 23, inc. b, de la varias veces citada convención
Americana sobre Derechos Humanos- hace a la substancia del Estado
constitucional contemporáneo; si la presión preventiva es una medida
cautelar, no punitiva; si sólo algunos derechos son restringidos en
virtud de la detención pero, otros subsisten inalterados a intramuros del
presidio y si la privación de los derecho políticos no guarda relación ni
con los fines de la detención ni con las necesidades de la organización
del sistema carcelario, corresponde concluir que la limitación contenida
en las disposiciones locales impugnadas son contrarias a la
Constitución Nacional y a los tratados internacionales” (cf. el
considerado 17 de su voto).
El criterio de la Corte Suprema reseñado tiene un peso especial
cuando se tiene en cuenta que la persona cuyo derecho se hallaba en
tela de juicio estaba sujeta a prisión preventiva, no obstante lo cual no
se hizo cuestión de la circunstancia de que el art. 23, inc. 2, de la
CADH prevé la capacidad civil —afectada por la prisión preventiva—
como una de las notas cuya concurrencia podría ser tomada en
consideración para limitar los derechos políticos. Es decir, la Corte
Suprema fulminó el impedimento en la hipótesis más extrema por
debajo de la condena. Esa situación no media en el caso que nos
ocupa.
7
Por lo expuesto, la impugnación debe ser rechazada. Así voto.
8
ahora importa— se vinculan a una “condena” por juez competente en
proceso penal —circunstancia que no es la del caso en estudio—, a
ello se suma que la Constitución de la Ciudad en su Libro Primero
(Derechos, Garantías y Políticas Especiales), Título Segundo (Políticas
Especiales), al establecer en su Capítulo Decimoctavo (Función
Pública) que “nadie puede ser designado en la función pública cuando
se encuentra procesado por un delito doloso en perjuicio de la
Administración Pública” (art. 57), desde mi punto de vista, se refiere a
agentes y funcionarios que deben ser designados en el marco de la
relación de empleo público y no es posible extender por analogía tal
recaudo limitativo al caso en estudio.
Ello, además, se deriva no sólo de la utilización en dicho
precepto de la palabra “designado” —término que parece aludir a
cargos no electivos—, sino por la disposición contenida en su segundo
párrafo, derechamente incompatible con el régimen constitucional que
regula los aspectos básicos que hacen al acceso, desempeño y
permanencia en el cargo del Jefe de Gobierno local.
Dicha norma establece: “El funcionario que fuese condenado por
sentencia firme por delito doloso contra la Administración, será
separado sin más trámite”.
Ocurre que el Jefe de Gobierno, según la Constitución local, no
puede ser separado de su cargo “sin más trámite”, sino que para ello,
de conformidad con lo consignado en su Libro Segundo (Gobierno de
la Ciudad), Título Tercero (Poder Legislativo), Capítulo Cuarto (Juicio
Político) resulta necesaria la sustanciación del proceso de juicio político
que debe llevar adelante la Legislatura (arts. 92 y siguientes) por las
causales de “mal desempeño”, “comisión de delito en el ejercicio de
sus funciones” o “comisión de delitos comunes” —o bien del trámite de
revocatoria de mandato previsto en el art. 67, CCABA—, con lo cual es
posible afirmar que el titular del Poder Ejecutivo no está incluido entre
los funcionarios a los que se refiere el art. 57 de la CCABA. Es más, en
el aludido proceso de remoción previsto por los arts. 92 y siguientes de
la Carta Magna local, si el Jefe de Gobierno fuera acusado, solo podría
quedar suspendido en sus funciones mediante el pronunciamiento del
pleno de la Legislatura una vez que se decide dar curso a la acusación
(dictamen de la sala acusadora mediante), con el voto favorable de los
dos tercios de sus miembros —excluidos de esa votación los miembros
de la sala de juzgamiento— (art. 94).
En este contexto, resulta coherente sostener que las
restricciones para acceder y desempeñarse en el cargo de Jefe de
Gobierno son las establecidas específicamente por la Carta Magna
local para dicho cargo y aquellas otras que, por remisión expresa en el
texto constitucional, se establecen para los legisladores (arts. 97 y 98,
CCABA).
9
En virtud de lo expuesto, sin perjuicio de compartir lo expresado
en el punto 1 del voto del juez Lozano en cuanto a la falta de
invocación por parte de los presentantes de una representación que los
habilite para formular su petición y la omisión en acompañar la
información necesaria para corroborar su calidad de electores de la
jurisdicción, corresponde rechazar la impugnación incoada a fs. 55/73.
Así lo voto.
10
por institución con normas provenientes de otros capítulos, secciones o
títulos, en desmedro de la correcta lectura de la Constitución y de sus
disposiciones.
11
competente, en proceso penal” (la negrita no está en el original) se
puede restringir el ejercicio del derecho de elegir o ser elegido (político
tanto activo como pasivo)”. Tal es, por otra parte, la doctrina que surge
del fallo de la CSJN in re “Alianza Frente para la Unidad (Elecciones
Provinciales Gobernador y Vicegobernador, Diputados y Senadores
Provinciales)”, del 27/9/2001 (Fallos 324:3143).
12
5. Como consecuencia de lo expresado en los puntos 2, 3 y 4
precedentes, se excluye a los allí nombrados y se procede al
corrimiento de las listas de conformidad con lo previsto en el art. 61,
párrafo segundo del Código Electoral. Ello ocasiona que como
resultado del corrimiento se altere la pauta de género prevista en la
cláusula transitoria primera de la ley n° 1.777, po r lo que se procede a
reordenar la lista conforme a ella, respetando el orden de prelación
dentro de cada sexo, y a eliminar el último candidato suplente de las
comunas 1, 3 y 9 a los efectos de respetar la exigencia de la cláusula
mencionada.
13
ANEXO I
N° DNI,
Cargo Apellidos Nombres
LC, o LE
Jefe de
MACRI Mauricio 13120469
gobierno
Vicejefa de
VIDAL María Eugenia 23570547
gobierno
14
11 MORALES GORLERI Victoria 22508602 F
SUPLENTES
15
3 SICILIANO Sergio Hernán 31206316 M
SUPLENTES
16
"2011, Buenos Aires Capital Mundial del Libro"
17
ALIANZA PRO PROPUESTA REPUBLICANA
SUPLENTES
18
3 JUAREZ JORGE ALFREDO 18.488.934 M
SUPLENTES
SUPLENTES
19
3 BARRIOS URSULA RITA 16.892.020 F
SUPLENTES
N° de
orden Apellidos Nombres N° DNI, LC, Sexo
20
o LE (M o F)
MARCELO
1 IAMBRICH 12.022.936 M
ALEJANDRO
2 BESADA ALICIA IRMA 11.154.606 F
SUPLENTES
21
6 FLORES LILIANA MABEL 11.452.030 F
SUPLENTES
SUPLENTES
22
Lista de candidatos a miembros de la Junta Comunal de la
Comuna n° 9 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires p ara la
elección del 10 de julio de 2011.
TITULARES
SUPLENTES
23
6 RONI JUANA ALICIA 6.142.599 F
SUPLENTES
SUPLENTES
24
Lista de candidatos a miembros de la Junta Comunal de la
Comuna n° 12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para la
elección del 10 de julio de 2011.
TITULARES
SUPLENTES
25
4 ROLDAN MENDEZ VICTORIA INES 32.123.972 F
SUPLENTES
VICTORIA STELLA
1 GARBARINO 4.845.447 F
MARIS
ALFREDO HECTOR
2 FLORES 13.133.267 M
MARTINIANO
3 PALACIO NANCY BEATRIZ 13.886.136 F
SUPLENTES
26
1 SINIGAGLIA ANA MARIA 10.196.515 F
FEDERICO
2 CRESPO 17.579.067 M
GUILLERMO
3 MARTELLI YANINA 31.327.137 F
SUPLENTES
27
28