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CAPITULO I

1. Fuentes naturales de los cloro - fluor – carbonos

Para desarrollar este punto tomaremos como referencia a cada uno de los elementos que
forman los clorofluorcarbonos

1.1. El cloro presencia natural

En la naturaleza se encuentra normalmente en forma de gas formando moléculas divalentes de


cloro (Cl2)1, se encuentre libre en la naturaleza sólo a las temperaturas elevadas de los gases
volcánicos. Se estima que 0.045% de la corteza terrestre es cloro. Se combina con metales, no
metales y materiales orgánicos para formar cientos de compuestos. 2
El elemento cloro (Cl) es uno de los 92 elementos naturales que se encuentran en nuestro
planeta. Se encuentra en la columna 17 de la Tabla Periódica de los Elementos. Sólo 16
elementos constituyen 99,6% de la corteza terrestre. En este grupo de elementos, el cloro ocupa
el 11.
El cloro es muy abundante en la naturaleza; hay más cloro (0,19%) que carbono (0,08%) en la
corteza terrestre. Casi todo este cloro se encuentra en forma combinada: la sal de los océanos y
las gruesas capas que hay en todo el mundo contienen el sesenta por ciento del cloro, el resto es
sodio. Cantidades enormes - pero en pequeñas concentraciones - de cloro combinado (sal y
ácido clorhídrico), se desplazan con el viento del mar a la tierra. Así que también en la tierra
encontrará cloro por todas partes, en el aire y en el suelo. Pequeñas cantidades de ácido
clorhídrico se oxidan formando cloro elemental. A causa de esta reacción con el cobre, se
puede observar el precioso aspecto de los tejados verdes de los edificios que hay cerca del mar.
La vida en la tierra comenzó en los océanos salados y casi toda la vida sobre la tierra todavía
necesita sal para sobrevivir.
Los compuestos organohalogenados más simples abundan en nuestro planeta. Así, por ejemplo,
algas marinas, bacterias, hongos de la putrefacción, setas, cedros, cipreses, fitoplancton e
incluso las patatas producen clorometano.3
Demasiada cantidad de sal es un veneno mortal, pero la insuficiencia de ella también es mortal.
Nuestra sangre contiene sal, nuestro estómago utiliza ácido clorhídrico - derivado de la sal -
para la digestión de los alimentos. Y cuando nos ataca una bacteria, los glóbulos blancos

1
P.W. :http://www.hidritec.com/doc-cloro.htm
2
P.W. :http://www.lenntech.es/periodica/elementos/cl.htm#ixzz11QMhvZNq
3
P.W.: http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20090418143817AAamO93
2

producen un potente agente clorante y oxidante a partir de la sal: hipoclorito para matar a los
invasores.4
A temperatura ambiente, la molécula de cloro (Cl2) es un gas verdoso
El gas de cloro (Cl2) se hace de la sal de cocina común (cloruro de sodio) y agua.
Cerca de 50 billones de toneladas de cloruro de sodio disuelto (sal común) se encuentran en los
océanos del mundo y los mares. Sin embargo, menos de un tercio de la producción de sal
proviene de agua de mar. La mayoría proviene de las minas de sal de roca cientos de metros
bajo la superficie de la Tierra.
La presencia del ion cloruro en las plantas, madera, suelo y minerales hace que su combustión
produzca inevitablemente compuestos organoclorados (incluyendo dioxinas y furanos). Por
consiguiente los incendios forestales, la quema de matorrales y vegetación , así como los
volcanes (por ej.: Sta. Helena y Kilauea) producen cantidades significativas y, en algunos
casos, masivas de clorometano. Las biomasas marina y terrestre emiten, en total, unas 5
millones de toneladas anuales de dicho compuesto, sobrepasando las emisiones debidas a la
actividad humana, que son solamente del orden de 30.000 t/año.
Se ha demostrado que se generan dioxinas y furanos en procesos tan corrientes como: hogares
domésticos, motores de gasolina, humo de tabaco, incendios, fuegos naturales, producción de
"compost" vegetal en la naturaleza, etc. Los resultados obtenidos por diversos investigadores
(T.J. Nestrick, L.L. Lamparski, A. Sheffield) muestran que los incendios forestales y de maleza
son una de las fuentes importantes de dioxinas y furanos en el medio ambiente. Científicos
japoneses han detectado dichas sustancias en muestras de suelo de hace unos 8.000 años.
También se han detectado estos compuestos en capas de sedimentos de lagos finlandeses,
formadas durante la Edad Media.
Tal como indica G.W. Gribble, del Departamento de Química de Dartmouth College
(Hanover), se conocen ya más de 2.600 compuestos organohalogenados producidos por la
naturaleza, de los que más de 1 000 son organoclorados . Muchos de estos productos son
idénticos a los generados por el hombre: clorofenoles, cloroalcanos, PCB's, CFC's y dioxinas.
Pero otros muchos poseen extraordinarias propiedades biológicas similares, por ejemplo, a la
penicilina (cloramfenicol, clorotetraciclina, clazamicina, pirrolomicina, etc), morfina
(epibatidina, 200 veces más activa, producida por la rana Epipedobates tricolor del Ecuador), o
a la nueva droga "taxol" contra el cancer (prostaglandinas, spongistatina, etc).
Los compuestos organoclorados son producidos por organismos marinos (esponjas, corales,
babosas marinas, tunicados, medusas, etc), algas marinas, plantas, semillas, árboles, hongos,
líquenes, algas, bacterias, microbios, e insectos. Los océanos constituyen la mayor fuente de
compuestos organoclorados; éstos juegan un papel esencial en la supervivencia de los

4
P.W.: http://home.scarlet.be/chlorophiles/Es/CloroWorld.Es.html
3

organismos vivos, cuya capacidad para sintetizar dichas sustancias ha evolucionado con el
tiempo bajo la presión de la selección natural. Así, por ejemplo, ciertas algas marinas producen
telfairina, pesticida muy activo contra los mosquitos, y el hongo Penicillium griseofulvum
produce el fungicida griseofulvina para defenderse de los hongos enemigos.
Los organoclorados son unos compuestos que, al ser producidos por la propia naturaleza,
juegan un papel importante en el equilibrio de la misma 5.

El cloro es uno de los elementos más comunes en la naturaleza.

Los compuestos clorados se encuentran naturalmente en los humanos y se encuentran en la


sangre, la piel y los dientes. Incluso las células blancas de la sangre necesita cloro para que
puedan luchar contra las infecciones. En la naturaleza, el cloro es más abundante que el
carbono. Se produce en las plantas y los animales y constituye el 2,9% de los océanos del
mundo y 0.045% de la corteza de la tierra.
El gas de cloro fue aislado por primera vez en 1774 por el químico alemán-sueco, CW Scheele.
Se trata de un verde pálido de gas a temperatura y presión normales, sino porque es altamente
reactivo que no se encuentra como un gas en la naturaleza. En cambio, parece tan natural - se
producen los compuestos organoclorados y sales.
Los científicos han identificado más de 2.000 compuestos naturales a base de cloro. Estos
realizan una serie de funciones útiles en una amplia gama de organismos, desde el árbol de la
rana ecuatoriana a las medusas del Mediterráneo y de hongos descomponedores de madera a
las babosas de mar tropical.
Durante más de 100 años, la industria se ha aprovechado de este producto químico altamente
reactivo producido a partir de uno de los minerales más abundante e inagotable de la naturaleza
- sal común. Hoy en día, el cloro se utiliza en una amplia gama de procesos para crear miles de
productos a menudo indispensable que nuestras necesidades diarias en el trabajo, el hogar y el
juego. Casi dos millones de empleos en la industria europea están directa o indirectamente
relacionados con este componente químico.6

1.1.1. La contaminación ambiental del cloro en su estado natural

En el caso del cloro vemos que más de 600 millones de toneladas de cloro son liberadas cada
año a la atmósfera, por la evaporación del agua de mar, que contiene sal (cloruro de sodio,
NaCl). Aunque la mayor parte de este cloro es lavado por las lluvias, grandes cantidades de él

5
Op cit .Pag web http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20090418143817AAamO93
6
P.W. : http://www.eurochlor.org/Discoverchlorine
4

llegan hasta la estratosfera a través de la acción bombeadora de las tormentas, huracanes,


tifones y otras actividades ciclónicas.
Los volcanes que emiten gases pasivamente inyectan a la atmósfera más de 36 millones de
toneladas de cloro en los años ordinarios, cuando no hay erupciones volcánicas. Las grandes
erupciones emiten de algunos pocos millones hasta cientos de millones de toneladas de cloro.
Más importante, las erupciones violentas inyectan gases y partículas directamente a la
estratosfera.
FUENTES DE CLORO ATMOSFÉRICO
(millones de toneladas por año)

Agua de mar 600.0

Volcanes 36.0

Quemazón de biomasa 8.4

Biota oceánica 5.0

Hay 8.4 millones de toneladas de gases de cloro producidas por la quemazón de biomasa, en
gran medida como resultado de métodos agrícolas primitivos, como el corte-y-quema, y la falta
de fuentes de energía moderna en los países es en desarrollo.
Se ha medido que la biota oceánica, incluyendo algas, kelp y plancton emite más de 5 millones
de toneladas de cloruro de metilo a la atmósfera, y grandes cantidades de esta fuente biótica de
cloro se han medido muy alto en la estratosfera Recientes estudios indican que las plantas
terrestres pueden también contribuir con vastas cantidades de cloruro de metilo a la atmósfera.
Además, cantidades desconocidas de cloro ingresan a la Tierra provenientes del espacio
exterior, como resultado de las lluvias de meteoritos y polvo cósmico que se queman al entrar a
la atmósfera.
El Monte Erebus en la Antártida no entra en erupción y luego pasa por largos períodos de
inactividad. En lugar de tener una caldera de lava de 2 o 8 kilómetros de profundidad dentro
del cono volcánico, la caldera del Erebus está en la superficie, lo que significa que el volcán
está en erupción constante. Por las observaciones realizadas en 1988 por el vulcanólogo
William Rose de la Universidad Tecnológica de Michigan, trabajo publicado en la revista
Nature, se ha estimado que el Erebus emite más de 1.000 toneladas diarias de cloro a la
atmósfera.
El Monte Erebus es aún de más interés en la historia del ozono. Está ubicado en el área de la
fuerte corriente de chorro estratosférica polar, o ”jet stream”. Con su gran altura - 4.300 metros
- una enorme porción de los cientos de miles de toneladas de cloro expelidas por el Erebus son
tomadas y enviadas viento abajo por la corriente de chorro, que transporta al cloro miles de
5

kilómetros a medida que circula por el polo. Esta veloz corriente de chorro, con vientos de
hasta 400 km por meses del año, creando las condiciones dinámicas para el ciclo natural que
conduce al adelgazamiento de la capa de ozono sobre la Antártida, durante un período de 80 a
60 días del año – el mal llamado Agujero de Ozono.
El cloro de muchos volcanes activos tiene una vida en la atmósfera de unas pocas semanas
hasta varios meses porque el cloro se disuelve en el agua y regresa a tierra con la lluvia. La
atmósfera de la Antártida, sin embargo, es extremadamente seca, de modo que los compuestos
del Erebus tienen un período de vida más largo, antes de ser precipitados a tierra
El asunto del Monte Erebus nos lleva a considerar el muy amplio tema de los flujos globales de
cloro. ¿Cuánto cloro es inyectado por los volcanes a la atmósfera, y cuánto de esto consigue
llegar hasta la estratosfera? Durante los '70, la estimación standard para las emisiones de cloro
de los volcanes eran de 7.6 millones de toneladas anuales, de acuerdo a los cálculos del
vulcanólogo O.G. Bartels, publicado en 1972. Algunos vulcanólogos sostenían que los
volcanes emitían cantidades mucho mayores, pero no había una evidencia concreta de ello.
El problema de medir la emisión de los volcanes es doble: primero, el cloro en la atmósfera es,
como muchos otros gases, extremadamente difícil de medir. Segundo: acercarse a un volcán
para medir lo que está saliendo de él, es un asunto sumamente peligroso.
Uno de los procedimientos usados para medir la cantidad de cloro y otros gases emitidos por
los volcanes, es estimar la composición química del magma caliente antes de una erupción y
luego examinar la composición química de las rocas volcánicas luego que la lava se ha
enfriado. Los científicos calculan entonces la diferencia entre los contenidos químicos y lo
multiplican por la lava que se calcula que fue expulsada por el volcán; el resultado es la
estimación de los gases liberados por el volcán.
Otro procedimiento es analizar el contenido de muestras de los gases obtenidos directamente
de la columna de humo. Esto es tan difícil de medir, en el caso del cloro, que los científicos
miden primero el contenido de azufre y luego calculan la cantidad de cloro como una relación a
las emisiones de azufre.
Las primeras mediciones sistemáticas del cloro contenido en las erupciones volcánicas fueron
realizadas en los años 70 por un volcanólogo del US Geological Survey, David A. Johnston.
En un trabajo publicado en la revista Science, de julio de 1980, (“Contribuciones de Cloro
Volcánico a la Estratosfera: ¿Más Significativo Para el ozono que las Previamente
Estimadas?”), Johnston afirma que las verdaderas cantidades de cloro liberadas por los
volcanes pueden ser de 20 a 40 veces más grandes que lo estimado hasta entonces Aun estas
estimaciones pueden ser demasiado bajas, y Johnston dice:
“... si la tasa de liberación de gases debajo de la superficie de rápida en comparación a la
tasa del ascenso de magma y la erupción, entonces los gases pueden haber escapado en
6

anteriores explosiones del magma que no había hecho erupción hasta más tarde o quizás no lo
hizo en absoluto. En tal caso, las inyecciones totales de HCl a la atmósfera y estratosfera
pueden haber sido muy superiores a estas estimaciones ”
Específicamente, dice Johnston, una sola erupción volcánica en 1976 puso más cloro en la
atmósfera que la cantidad total de cloro contenido en todos los CFC producidos en el mundo en
1976.
Hasta la publicación del trabajo de Johnston, la emisión de cloro de los volcanes se había
estimado suponiendo que el magma contiene 0,02 a 0,025 por ciento (en peso) de cloro ante de
la erupción, y que esta cantidad era emitida durante la erupción. En sus cuidadosas mediciones,
Johnston encontró que el porcentaje de cloro en el magma era en realidad de 20 a 40 veces
superior – 0,5 a 1.0 por ciento.
Al discutir el efecto de los volcanes sobre la capa de ozono y el clima, Johnston, dice que las
grandes erupciones pueden tener un impacto a largo plazo sobre el ozono de la estratosfera.
Cita como ejemplo a la erupción del Bishop Tuff, de Long Valley Caldera, California, unos
700,000 años atrás. Esta erupción puede haber inyectado a la estratosfera unas 289 millones de
toneladas de HC1, nos dice, el equivalente de unas 570 veces más que la producción total de
cloro en los CFC fabricados en 1975, en todo el mundo'. Johnston dice ”Claramente, las
fuentes naturales de cloro pueden ser muy significativas en comparación con las fuentes
creadas por el hombre.”

1.2. El fluor presencia natural

El flúor ocupa el doceavo lugar dentro de los elementos de la corteza terrestre y se encuentra
en estado natural principalmente en tres minerales: la fluorita o spath fluor (CaF2), la criolita
(AlF3,3NaF) y la fluorapatita.7
El fluor es un gas amarillo pálido, que es el elemento con mas carácter no metálico de todos.
Tienen una fuerte tendencia a ganar un electrón para formar iones fluoruro, f . Tanto la madera
como el hule arden en forma espontánea en fluor gaseoso.
Se estima que se halla en un 0.065% en la corteza terrestre; es casi tan abundante como el
carbono, el nitrógeno o el cloro, mucho más que el cobre o el plomo
La reactividad del elemento es tan grande que reacciona con facilidad, a temperatura ambiente,
con muchas otras sustancias elementales, entre ellas el azufre, el yodo, el fósforo, el bromo y la
mayor parte de los metales. Dado que los productos de reacción con los no metales son
líquidos o gases, las reacciones continúan hasta consumirlo por completo, con frecuencia con
producción considerable de calor y luz. En las reacciones con los metales forma un fluoruro

7
PW.: http://usuarios.advance.com.ar/asociacionsaludbucal/FLUOR.HTM
7

metálico protector que bloquea una reacción posterior a menos que la temperatura se eleve. El
aluminio, el níquel, el magnesio y el cobre forman tales películas de fluoruro protector.
El flúor reacciona con violencia considerable con la mayor parte de los compuestos que
contienen hidrógeno, como el agua, el amoniaco y todas las sustancias orgánicas, sean líquidos,
sólidos o gases. La reacción del flúor con el agua es compleja y produce principalmente
fluoruro de hidrógeno y oxígeno, así como cantidades menores de peróxido de hidrógeno,
difluoruro de oxígeno y ozono. El flúor desplaza otros elementos no metálicos de sus
compuestos, aun aquellos muy cercanos en cuanto a actividad química. Desplaza el cloro del
cloruro de sodio y el oxígeno en la sílica, en vidrio y en algunos materiales cerámicos. En
ausencia de fluoruro de hidrógeno, el flúor no ataca en forma significativa al cuarzo o al vidrio,
ni aun después de varias horas a temperaturas hasta de 200ºC (390ºF). El flúor es un elemento
muy tóxico y reactivo 8

El flúor se encuentra en el agua, suelo, aire y en forma elemental en estado puro como gas; es
de color amarillo claro y combinado adquiere una gran gama de tonalidades; su olor es irritante
y no soportable. El agua fresca contiene entre 0,1 y 100 ppm. El agua del océano contiene 1,5
ppm; por ello, el pescado fresco como el salmón, el bacalao y las sardinas, entre otros, contiene
de 6 a 27 ppm. Las hojas de té secas contienen hasta 400 ppm. El flúor se combina de manera
reversible con iones de hidrógeno para formar fluoruro de hidrógeno, un ácido débil, o ácido
fluorhídrico. El flúor es un componente de la biosfera y uno de los más inorgánicos (2). El
flúor ocupa el decimoséptimo lugar de abundancia, entre los elementos de la corteza terrestre;
en consecuencia, se encuentran grandes cantidades de fluoruros en el agua del mar, en el agua
potable, en los yacimientos minerales de espatoflúor, criolita y fluroapatita y en el polvo
superficial que se encuentra en las inmediaciones de algunos de esos yacimientos
En la atmósfera, se encuentra en el polvo procedente de suelos fluorurados, en los humos
industriales, en la incineración de carbón en las zonas habitadas y en las emanaciones de gas de
las regiones volcánicas. En las zonas populosas, se considera que el humo de carbón constituye
una de las principales fuentes de fluoruro atmosférico. Se establece que el flúor presente en las
rocas suele formar parte de otros minerales como la fluorita, apatita, micas, horblenda y ciertas
pegmatitas como el topacio y la turmalina.

Correns, en 1953, mencionó que el flúor presente en las rocas suele formar parte de otros
minerales como la fluorita, apatita, micas, horblenda y ciertas pegmatitas como el topacio y la
turmalina.

8
Op.Cit P.W.: http://www.lenntech.es/periodica/elementos/f.htm#ixzz11QPExxsA
8

Los fluoruros, por lo general, se encuentran en forma de fluorina, fluoruro de calcio o


espatoflúor, mineral que puede contener hasta un 49% de fluoruro y, así mismo, dar
concentraciones muy elevadas de flúor en los terrenos rocosos. En las rocas volcánicas hay
concentraciones que oscilan entre 80 ppm y 2.500 ppm. Las rocas calcáreas son pobres en
flúor, pero se han concentrado valores promedio de 270 ppm. En yeso se han encontrado hasta
870 ppm de fluoruros
La mayor o menor cantidad de flúor en el agua depende de la porosidad de las rocas y los
suelos por donde corre el agua, de la velocidad de la corriente, de la temperatura a la que se
produce la interacción entre el agua y las rocas y de la concentración de iones hidrógeno y
calcio. En las aguas alcalinas y en las que tienen una temperatura elevada hay más posibilidad
de mayores concentraciones de flúor. Algunas aguas contienen exceso de calcio, por lo cual el
compuesto que determina la concentración del flúor suele ser el fluoruro de calcio. En el agua
de mar se encuentran concentraciones de fluoruros que oscilan entre 0,8 y 1,4 ppm
El contenido de flúor en los alimentos depende del terreno donde se cosechan; si éste es rico en
fluoruros, tendrán altos contenidos; si es pobre, serán bajos. McClure y cols., 1949, refieren
que el contenido de flúor en los alimentos depende del terreno donde se cosechan; si éste es
rico en fluoruros, tendrán altos contenidos; si es pobre, serán bajos. Los vegetales de consumo
frecuente que contienen flúor son: naranja, limón, manzana, plátano, uvas, mango, papaya,
piña, melón, fresa, sandía, té, maíz, trigo, arroz, remolacha, coliflor, repollo, zanahoria, ajo,
lechuga, cebolla, perejil y papa. Los alimentos de origen animal con alto contenido de flúor son
los pescados como la caballa, el salmón, las sardinas, el bacalao, las ostras, el cangrejo y el
arenque. Otros alimentos de origen animal que contienen cantidades relevantes de flúor son
huevos, pollo, buey, cerdo, carnero, ternero, hígado y riñones de res 9

1.2.1. Contaminacion ambiental del fluor en su estado natural

El flúor, lo mismo que el cloro, es un abundante gas de origen natural. La explosión del
Tambora en 1815 introdujo a la atmósfera un mínimo de 120 millones de toneladas de flúor.
Tres científicos, Robert B. Symonds, William I. Rose y Mark Reed, publicaron un trabajo en la
revista Nature (Agosto 4, 1988) en donde investigan la contribución a la atmósfera de los gases
volcánicos que contien flúor y cloro. Después de evaluar la evidencia los autores obtienen
conclusiones contrarias a las declara-ciones del Ozone Trends Panel. El Panel sugiere que ”la
fotólisis de los halocarbonos de origen antropogé-nico en la estratosfera es la única fuente
principal del HF atmosférico (fluoruro de hidrógeno)”

9
Herazo-Acuña B. Fluoruros. Bogotá: Ediciones Monserrate Ltda.;1988.
9

Sin embargo, ”Este trabajo apoya otro trabajo sobre que los volcanes que emiten gases de
manera natural también emiten significantes cantidades de HF, parte de los cuales son
directamente inyectados en la estratosfera. Por consiguiente, los volcanes deben ser
considerados como una importante fuente de HF troposférico y estratosférico.” Otra fuente de
flúor en la atmósfera es el fluoruro de sodio de los océanos. Sin embargo, esta fuente no ha
sido investigada totalmente.
En un artículo escrito en Noviembre de 1980 de la revista Reviews of Geophysics and Space
Physics, Richard Cadle dice que aparte de los volcanes, ”muy poco se sabe acerca de la
mayoría de las otras fuentes de fluoruro de hidrógeno” .Estima que 44.000 toneladas de Flúor
son emitidas anualmente a la atmósfera por la evaporación oceánica, pero él arriba a esta cifra
por la extrapolación de la información disponible para el cloruro de sodio. No se han realizado
mediciones sistemáticas, y la tasa de emisión anual de flúor puede fácilmente ser de diez a cien
veces mayores. 10

FUENTES DE FLÚOR ATMÓSFERICO


(toneladas anuales)

Volcanes 6. 000.000

Agua de mar 44.000

Total fuentes naturales 6.044.000

1.3. El Carbono presencia natural

El carbón (del latín carbo -ōnis, "carbón") fue descubierto en la prehistoria y ya era conocido
en la antigüedad en la que se manufacturaba mediante la combustión incompleta de materiales
orgánicos.

Diamante y grafito ejemplos con sus respectivas estructuras

10
P.W.: Las Fuentes Naturales de Cloro Son Mayores que los CFC; http://www.mitosyfraudes.org/Ozo/Agujeros.html
10

El carbono es un elemento químico de número atómico 6 y símbolo C. Es sólido a temperatura


ambiente. Dependiendo de las condiciones de formación, puede encontrarse en la naturaleza en
distintas formas alotrópicas, carbono amorfo y cristalino en forma de grafito o diamante. Es el
pilar básico de la química orgánica; se conocen cerca de 16 millones de compuestos de
carbono, aumentando este número en unos 500.000 compuestos por año, y forma parte de
todos los seres vivos conocidos. Forma el 0,2 % de la corteza terrestre.11
El carbono elemental existe en dos formas alotrópicas cristalinas bien definidas: diamante y
grafito. Otras formas con poca cristalinidad son carbón natural vegetal, coque y negro de
humo. El carbono químicamente puro se prepara por descomposición térmica del azúcar
(sacarosa) en ausencia de aire
Grandes cantidades de carbono se encuentran en forma de compuestos. El carbono está
presente en la atmósfera en un 0.03% por volumen como dióxido de carbono. Varios
minerales, como caliza, dolomita, yeso y mármol, tienen carbonatos. Todas las plantas y
animales vivos están formados de compuestos orgánicos complejos en donde el carbono está
combinado con hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y otros elementos. Los vestigios de plantas y
animales vivos forman depósitos: de petróleo, alfalto y betún. Los depósitos de gas natural
contienen compuestos formados por carbono e hidrógeno 12
Carbones Naturales
También son llamados carbones fósiles son los carbones que se encuentran en la naturaleza y
se originaron por carbonización o fosilización de vegetales en distintos estratos del subsuelo.
Se distinguen los siguientes tipos:
 La antracita
 La hulla
 El lignito
 La turba
La antracita
Es una variedad dura y compacta del carbón natural y tiene mucho lustre. Arde prácticamente
en forma invisible. Las variedades mas puras están construidas casi totalmente de carbón.
La hulla
Es materia vegetal que fósil que se desarrollo durante el periodo carbonífero y quedó enterrada
bajo agua y yacimientos térreos que la protegieron de la putrefacción. Se produjo una
deposición lenta.

11
P.W. : http://es.wikipedia.org/wiki/Carbono
12
P.W.: http://www.lenntech.es/periodica/elementos/c.htm#ixzz11QjpWnmR
11

Si la hulla bituminosa se calienta en ausencia de aire se desprenden varios productos volátiles,


por ejemplo gas de hulla, amoniaco, fenol, benceno y alquitrán, y queda un residuo compuesto
por toda la materia mineral de la hulla, pero principalmente de carbón libre (coque).
El lignito
Es un material geológico que no es considerado mineral en todo su sentido, sino que es un
mineraloide. Fue formado de la carbonización de madera bajo presiones extremas.
La Turba
Es una acumulación de materia vegetal parcialmente carbonizada. Se forma en humedales y
sitios pantanosos.13.

El coque es un combustible obtenido de la destilación de la hulla calentada a temperaturas muy


altas en hornos cerrados y a la cual añaden calcita para mejorar su combustión, que la aíslan del
aire, y que sólo contiene una pequeña fracción de las materias volátiles que forman parte de la
misma. Es producto de la descomposición térmica de carbones bituminosos en ausencia de
aire. Cuando la hulla se calienta desprende gases que son muy útiles industrialmente; el sólido
resultante es el carbón de coque, que es liviano y poroso.
Durante la revolución industrial sustituyó al carbón vegetal como reductor y fuente de energía
en los altos hornos, facilitando el desarrollo de la industria siderúrgica, que dependía hasta
entonces de un recurso muy limitado como es la leña. Su empleo se popularizó para la
calefacción de hogares, pues su combustión no produce humo y es menos contaminante. El
carbón de coque es un combustible muy importante para la fabricación del hierro y del acero14

Negro de Humo
Se obtiene al quemar el gas natural con una cantidad limitada de aire, de modo que se produzca
la máxima cantidad de humo, el gas se quema debajo de una placa de hierro giratoria y
refrigerada con agua, de la que se rasca el hollín depositado. También se produce negro de
humo quemando trementina, petróleo, alquitrán y aceites grasosos. El negro de humo es una de
las variedades más puras de carbón amorfo.

2. Fuentes Antropogénicas de los clorofluorocarbonos

Ordinariamente la atmósfera puede albergar sustancias contaminantes, aunque en cantidades


suficientemente inocuas como para que sean eliminadas sin afectar a su capacidad de
regeneración; generalmente se presentan en forma gaseosa, líquida o sólida. Sin embargo, a

13
P.W.: http://www.textoscientificos.com/quimica/carbono
14
P.W.: http://es.wikipedia.org/wiki/Coque
12

partir de determinado nivel de concentración se pueden producir efectos nocivos, sobre los
seres vivos y también sobre los materiales.
2.1. Cloro
Cloro pertenece a un grupo de cinco productos químicos llamados halógenos:
Halógeno "La palabra 'proviene de raíces griegas: hal »se entiende« la sal y la generación de
medios para producir. Todos los componentes de este grupo producen sales de sodio con
propiedades similares. El más conocido es el cloruro sódico (sal común).
El cloro (del griego χλωρος, que significa "amarillo verdoso") fue descubierto en su forma
diatómica en 1774 por el sueco Carl Wilhelm Scheele, aunque creía que se trataba de un
compuesto que contenía oxígeno. Lo obtuvo a partir de la siguiente reacción:
2 NaCl + 2H2SO4 + MnO2 → Na2SO4 + MnSO4 + 2 H2O + Cl2
En 1810 el químico inglés Humphry Davy demuestra que se trata de un elemento fisico y le da
el nombre de cloro debido a su color. El gas cloro se empleó en la Primera Guerra Mundial,
siendo el primer caso de uso de armas químicas como el fosgeno y el gas mostaza.
El cloro es un elemento químico de número atómico 17 situado en el grupo de los halógenos
(grupo VII A) de la tabla periódica de los elementos. Su símbolo es Cl. En condiciones
normales y en estado puro es un gas amarillo-verdoso formado por moléculas diatómicas, Cl2,
unas 2,5 veces más pesado que el aire, de olor desagradable y venenoso. Es un elemento
abundante en la naturaleza y se trata de un elemento químico esencial para muchas formas de
vida.

En la naturaleza no se encuentra en estado puro ya que reacciona con rapidez con muchos
elementos y compuestos químicos, sino que se encuentra formando parte de cloruros y
cloratos, sobre todo en forma de cloruro de sodio, en las minas de sal y disuelto y en
suspensión en el agua de mar. El cloruro de sodio es la sal común o sal de mesa.
El cloro presente en la naturaleza se forma de los isótopos estables de masa 35 y 37; se han
preparado artificialmente isótopos radiactivos. El gas diatómico tiene un peso molecular de
70.906. El punto de ebullición del cloro líquido (de color amarillo-oro) es –34.05ºC a 760 mm
de Hg (101.325 kilopascales) y el punto de fusión del cloro sólido es –100.98ºC. La
temperatura crítica es de 144ºC; la presión crítica es 76.1 atm (7.71 megapascales); el volumen
crítico es de 1.745 ml/g, y la densidad en el punto crítico es de 0.573 g/ml. Las propiedades
termodinámicas incluyen el calor de sublimación, que es de 7370 (+-) 10 cal/mol a OK; el
13

calor de vaporización , de 4878 (+-) 4 cal/mol; a –34.05ºC; el calor de fusión, de 1531 cal/mol;
la capacidad calorífica, de 7.99 cal/mol a 1 atm (101.325 kilopascales) y 0ºC, y 8.2 a 100ºC 15
Se emplea para potabilizar el agua de consumo disolviéndolo en la misma; también tiene otras
aplicaciones como oxidante, blanqueante y desinfectante. El cloro gaseoso es muy tóxico
(neurotóxico) y se usó como gas de guerra en la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Este halógeno forma numerosas sales y se obtiene a partir de cloruros a través de procesos de
oxidación, generalmente mediante electrolisis. Se combina fácilmente con la mayor parte de
los elementos. Es ligeramente soluble en agua (unos 6,5 g de cloro por litro de agua a 25 °C),
en parte formando ácido hipocloroso, HClO.
En la mayoría de los numerosos compuestos que forma presenta estado de oxidación –1.
También puede presentar los estados de oxidación +1, +3, +5 y +7. 16
Fabricación: El primer proceso electrolítico para la producción de cloro fue patentado en 1851
por Charles Watt en Gran Bretaña. En 1868, Henry Deacon produjo cloro a partir de ácido
clorhídrico y oxígeno a 400ºC (750ºF), con cloruro de cobre impregnado en piedra pómez
como catalizador. Las celdas electrolíticas modernas pueden clasificarse casi siempre como
pertenecientes al tipo de diafragma y de mercurio. Ambas producen sustancias cáusticas
(NaOH o KOH), cloro e hidrógeno. La política económica de la industria del cloro y de los
álcalis incluye principalmente la mercadotecnia equilibrada o el uso interno del cáustico y del
cloro en las proporciones en las que se obtienen mediante el proceso de la celda electrolítica17.

2.1.1. Aplicaciones y usos

Producción de insumos industriales y para consumo


Las principales aplicaciones de cloro son en la producción de un amplio rango de productos
industriales y para consumo.[1] [2]
Por ejemplo, es utilizado en la elaboración de plásticos,
solventes para lavado en seco y degrasado de metales, producción de agroquímicos y fármacos,
insecticidas, colorantes y tintes, etc.

Purificación y desinfección
El cloro es un químico importante para la purificación del agua (como en plantas de
tratamiento de agua), en desinfectantes, y en la lejía. El cloro en agua es más de tres veces más
efectivo como agente desinfectante contra Escherichia coli que una concentración equivalente
de bromo, y más de seis veces más efectiva que una concentración equivalente de yodo.

15
OpCit P.W.: http://www.lenntech.es/periodica/elementos/cl.htm#ixzz11QN9QbKx
16
P.W.: http://es.wikipedia.org/wiki/Cloro
17
P.W.: http://www.lenntech.es/periodica/elementos/cl.htm
14

El cloro suele ser usado en la forma de ácido hipocloroso para eliminar bacterias y otros
microbios en los suministros de agua potable y piscinas públicas. En la mayoría de piscinas
privadas, el cloro en sí no se usa, sino hipoclorito de sodio, formado a partir de cloro e
hidróxido de sodio, o tabletas sólidas de isocianuratos clorados. Incluso los pequeños
suministros de agua son clorados rutinariamente ahora.
Suele ser impráctico almacenar y usar el venenoso gas cloro para el tratamiento de agua, así
que se usan métodos alternativos para agregar cloro. Estos incluyen soluciones de hipoclorito,
que liberan gradualmente cloro al agua, y compuestos como la dicloro-S-triazinatriona de sodio
(dihidrato o anhidro), algunas veces referido como "diclor", y la tricloro-S-triazinatriona,
algunas veces referida como "triclor". Estos compuestos son estables en estado sólido, y
pueden ser usados en forma de polvo, granular, o tableta. Cuando se agrega en pequeñas
cantidades a agua de piscina o sistemas de agua industrial, los átomos de cloro son hidrolizados
del resto de la molécula, formando ácido hipocloroso (HClO), que actúa como un biocida
general, matando gérmenes, microorganismos, algas, entre otros de ahí su importancia en el
empleo en Endodoncia como agente irrigante de los conductos radiculares abordandose como
solución en forma de hipoclorito de sodio en distintas concentraciones sea 0.5% ó 0.2% las
más frecuentes empleadas. El cloro también es usado como detergente para bacterias como el
bacillus reprindentius o como el martelianus marticus.

2.1.2. Química
El cloro elemental es un oxidante. Interviene en reacciones de sustitución, donde desplaza a los
halógenos menores de sus sales. Por ejemplo, el gas de cloro burbujeado a través de una
solución de aniones bromuro o yoduro los oxida a bromo y yodo, respectivamente.
Como los otros halógenos, el cloro participa en la reacción de sustitución radicalaria con
compuestos orgánicos que contienen hidrógeno. Esta reacción es frecuentemente -pero no
invariablmente- no regioselectiva, y puede resultar en una mezcla de productos isoméricos.
Frecuentemente, también es difícil el control del grado de sustitución, así que las sustituciones
múltiples son comunes. Si los diferentes productos de la reacción se pueden separar fácilmente,
por ejemplo, por destilación, la cloración radicalaria sustitutiva (en algunos casos acompañada
de una declorinación térmica concurrente) puede ser una ruta sintética útil. Algunos ejemplos
industriales de esto son la producción de cloruro de metilo, cloruro de metileno, cloroformo y
tetracloruro de carbono a partir de metano, cloruro de alilo a partir de propileno, y
tricloroetileno y tetracloroetileno a partir de 1,2-dicloroetano.
Como con los otros haluros, el cloro participa de reacciones de adición electrofílicas, más
notablemente, la cloración de alquenos y compuestos aromáticos, con un catalizador ácido de
Lewis. Los compuestos orgánicos de cloro tienden a ser menos reactivos en la reacción de
15

sustitución nucleofílica que los correspondientes derivados de bromo o yodo, pero tienden a ser
más baratos. Pueden ser activados por sustitución con un grupo tosilato, o por el uso de una
cantidad catalítica de yoduro de sodio.
El cloro es usado extensivamente en química orgánica y química inorgánica como un agente
oxidante, y en reacciones de sustitución, porque frecuentemente el cloro imparte propiedades
deseadas a un compuesto orgánico, debido a su electronegatividad.
Los compuestos de cloro son usados como intermediarios en la producción de un gran número
de productos industriales importantes que no contienen cloro. Algunos ejemplos son:
policarbonatos, poliuretanos, siliconas, politetrafluoroetileno, carboximetilcelulosa y óxido de
propilen

Uso como un arma

I Guerra Mundial
El gas cloro, también conocido como Umbreon, fue usado como un arma en la I Guerra
Mundial por Tampico el 22 de abril de 1915, en la Segunda Batalla de Ypres. Como lo
describieron los soldados, tenía un olor distintivo de una mezcla entre pimienta y piña.
También tenía gusto metálico y pungía el fondo de la garganta y el pecho. El cloro puede
reaccionar con el agua en la mucosa de los pulmones para formar ácido clorhídrico, un irritante
que puede ser letal. El daño hecho por el gas de cloro puede ser evitado por una máscara de
gas, u otros métodos de filtración, que hacen que la posibilidad total de morir por gas cloro sea
mucho menor que por otras armas químicas. Fue diseñado por un científico alemán
posteriormente laureado con un Premio Nóbel, Fritz Haber del Kaiser-Wilhelm-Institute en
Berlín, en colaboración con el conglomerado químico alemán IG Farben, quienes desarrollaron
métodos para descargar el gas cloro contra una trinchera enemiga. Se alega que el rol de Haber
en el uso del cloro como un arma mortal condujo a su esposa, Clara Immerwahr, al suicidio.
Después de su primer uso, el cloro fue utilizado por ambos lados como un arma química, pero
pronto fue reemplazado por los gases más mortales fosgeno y gas mostaza.

Guerra de Iraq

El gas de cloro también ha sido usado por insurgentes contra la población local y las fuerzas de
coalición en la Guerra de Iraq, en la forma de bombas de cloro. El 17 de marzo del 2007, por
ejemplo, tres tanques cargados con cloro fueron detonados en la provincia de Ámbar, matando
a dos, y enfermando a más de 350. Otros ataques con bombas de cloro resultaron en mayores
16

recuentos de muertos, con más de 30 muertes en dos ocasiones separadas. La mayoría de las
muertes fueron causadas por la fuerza de las explosiones, en vez de por los efectos del cloro,
dado que el gas tóxico es dispersado rápidamente en la atmósfera por la explosión. Las
autoridades iraquíes han incrementado la seguridad para el manejo del cloro, que es esencial
para proveer agua potable segura para la población.

Otros usos

El cloro es usado en la manufactura de numerosos compuestos orgánicos clorados, siendo los


más significativos en términos de volumen de producción el 1,2-dicloroetano y el cloruro de
vinilo, intermediarios en la producción del PVC. Otros organoclorados particularmente
importantes son el cloruro de metilo, cloruro de metileno, cloroformo, cloruro de vinilideno,
tricloroetileno, percloroetileno, cloruro de alilo, epiclorhidrina, clorobenceno, diclorobencenos
y triclorobencenos.
El cloro también es usado en la producción de cloratos y en la extracción de bromo.18

2.1.3. Efectos del Cloro sobre la salud

El cloro es un gas altamente reactivo. Es un elemento que se da de forma natural. Los mayores
consumidores de cloro son las compañías que producen dicloruro de etileno y otros disolventes
clorinados, resinas de cloruro de polivinilo (PVC), clorofluorocarbonos (CFCs) y óxido de
propileno. Las compañías papeleras utilizan cloro para blanquear el papel. Las plantas de
tratamiento de agua y de aguas residuales utilizan cloro para reducir los niveles de
microorganismos que pueden propagar enfermedades entre los humanos (desinfección).
La exposición al cloro puede ocurrir en el lugar de trabajo o en el medio ambiente a causa de
escapes en el aire, el agua o el suelo. Las personas que utilizan lejía en la colada y productos
químicos que contienen cloro no suelen estar expuestas a cloro en sí. Generalmente el cloro se
encuentra solamente en instalaciones industriales.
El cloro entra en el cuerpo al ser respirado el aire contaminado o al ser consumido con comida
o agua contaminadas. No permanece en el cuerpo, debido a su reactividad.
Los efectos del cloro en la salud humana dependen de la cantidad de cloro presente, y del
tiempo y la frecuencia de exposición. Los efectos también dependen de la salud de la persona y
de las condiciones del medio cuando la exposición tuvo lugar.

18
P.W. : http://es.wikipedia.org/wiki/Cloro
17

La respiración de pequeñas cantidades de cloro durante cortos periodos de tiempo afecta


negativamente al sistema respiratorio humano. Los efectos van desde tos y dolor pectoral hasta
retención de agua en los pulmones. El cloro irrita la piel , los ojos y el sistema respiratorio. No
es probable que estos efectos tengan lugar a niveles de cloro encontrados normalmente en la
naturaleza.
Los efectos en la salud humana asociados con la respiración o el consumo de pequeñas
cantidades de cloro durante periodos prolongados de tiempo no son conocidos. Algunos
estudios muestran que los trabajadores desarrollan efectos adversos al estar expuestos a
inhalaciones repetidas de cloro, pero otros no.

2.1.4. Efectos ambientales del Cloro

El cloro se disuelve cuando se mezcla con el agua. También puede escaparse del agua e
incorporarse al aire bajo ciertas condiciones. La mayoría de las emisiones de cloro al medio
ambiente son al aire y a las aguas superficiales.
Una vez en el aire o en el agua, el cloro reacciona con otros compuestos químicos. Se combina
con material inorgánico en el agua para formar sales de cloro, y con materia orgánica para
formar compuestos orgánicos clorinados.
Debido a su reactividad no es probable que el cloro se mueva a través del suelo y se incorpore
a las aguas subterráneas.
Las plantas y los animales no suelen almacenar cloro. Sin embargo, estudios de laboratorio
muestran que la exposición repetida a cloro en el aire puede afectar al sistema inmunitario, la
sangre, el corazón, y el sistema respiratorio de los animales.
El cloro provoca daños ambientales a bajos niveles. El cloro es especialmente dañino para
organismos que viven en el agua y el suelo. 19

2.2. Fluor:

El flúor es el elemento químico de número atómico 9 situado en el grupo de los halógenos


(grupo 17) de la tabla periódica de los elementos. Su símbolo es F.
Es un gas a temperatura ambiente, de color amarillo pálido, formado por moléculas diatómicas
F2. Es el más electronegativo y reactivo de todos los elementos. En forma pura es altamente
peligroso, causando graves quemaduras químicas en contacto con la piel.20

19
OpCit P.W.: http://www.lenntech.es/periodica/elementos/cl.htm
20
P.W.: http://es.wikipedia.org/wiki/Fluor
18

Se estima que se halla en un 0.065% en la corteza terrestre; es casi tan abundante como el
carbono, el nitrógeno o el cloro, mucho más que el cobre o el plomo21
“… debido a su gran actividad, existe sólo en forma de compuestos, desafiando así en aquella
época los esfuerzos de los químicos para pasarlo a su forma libre. Sin embargo, desde la época
de Lavoisier, los químicos estaban seguros de que el elemento existía; tanto es así, que
Newlands y Mendeleiev lo incluyeron en sus tablas periódicas, aunque ningún hombre lo había
visto siquiera. Ciertamente, la electrólisis separaba el flúor de sus diversos compuestos
moleculares, pero tan pronto como el gas se hallaba en forma de elemento, reaccionaba con la
sustancia más cercana, formando de nuevo parte de un compuesto. (El flúor es el más activo de
todos los elementos químicos.) Después de Davy, muchos fueron los químicos que abordaron
el problema en el siglo xix. El éxito le estaba reservado al químico francés Ferdinand Frédéric
Henri Moissan (1852-1907). Moissan decidió que como el platino era una de las pocas
sustancias que podía resistir al flúor, no había otra solución que preparar todo el equipo de
platino, sin reparar en gastos. Y lo que es más, enfrió todo a -50° C, para amortiguar la gran
reactividad del flúor. En 1886 hizo pasar una corriente eléctrica a través de una solución de
fluoruro potásico en ácido fluorhídrico, en su equipo de platino, y consiguió su propósito. Al
fin se había aislado el flúor, un gas amarillo pálido….” 22
Con la llegada del siglo xx comenzó a revelarse una extensa zona en la frontera entre la
química orgánica y la química inorgánica.
Los compuestos orgánicos ordinarios están formados por átomos de carbono a los que se
encuentran unidos otros átomos. En general, la mayoría de esos «otros átomos» son hidrógeno,
de modo que los compuestos orgánicos pueden definirse como hidrocarburos y derivados. El
átomo de flúor, sin embargo, es casi tan pequeño como el átomo de hidrógeno, y cabrá en
cualquier parte donde quepa éste. Era de esperar, pues, que existiese una familia completa de
fluorocarburos y derivados.
Uno de los primeros investigadores de los compuestos fluoro-orgánicos fue el químico
americano Thomas Midgley, Jr. (1889-1944). En 1930 preparó el freón con una molécula que

21
Op.cit.P.W.: http://www.lenntech.es/periodica/elementos/f.htm#ixzz11QPExxsA
22
P.W. : http://www.librosmaravillosos.com/brevehistoriaquimica/capitulo11.html
19

consistía en un átomo de carbono al que estaban unidos dos átomos de cloro y dos átomos de
flúor. Se licua fácilmente, de modo que puede usarse como un refrigerante en lugar de los otros
gases fácilmente licuables, como el amoniaco y el dióxido de azufre. A diferencia de ellos, el
freón es inodoro y atóxico, y además completamente ininflamable. Actualmente se usa casi de
modo universal en los refrigeradores domésticos y en los acondicionadores de aire.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el flúor y los compuestos fluorados se utilizaron en
relación con los trabajos sobre el uranio y la bomba atómica. Se necesitaban lubricantes que no
fuesen atacados por el flúor y con este propósito se utilizaron fluorocarburos, ya que éstos
habían soportado ya (por así decirlo) un ataque máximo por parte del flúor.
El flúor forma con el carbono un enlace muy resistente, y las cadenas de fluorocarburo son más
estables y más inertes que las cadenas de hidrocarburos. Los polímeros de fluorocarburo son
sustancias cerosas, hidrófugas, repelentes de los disolventes y eléctricamente aislantes. El
teflón, un fluorocarburo plástico, comenzó a utilizarse en los años sesenta como recubrimiento
de sartenes, con lo que no se necesita grasa para freír en ellas. 23
El fluor se emplea en la producción de compuestos con carbono llamados fluorocarbonos,
como el freon-12, ccl2f2, que se utiliza como refrigerante en aparatos de aire acondicionado. El
"resina anti-adherente" ó "fluoropolímero" (la empresa me prohibió poner el nombre
comercial) es un fluorocarbono que es un polímero; tiene unidades moleculares de dos átomos
de carbono y cuatro átomos de fluor que se repiten miles de veces en largas cadenas. Los
compuestos de fluor también se utilizan para prevenir la caries dental y en ciertos lubricantes. 24

2.2.1. Abundancia y obtención

El flúor es el halógeno más abundante en la corteza terrestre, con una concentración de 950
ppm. En el agua de mar esta se encuentra en una proporción de aproximadamente 1,3 ppm. Los
minerales más importantes en los que está presente son la fluorita, CaF2, el fluorapatito,
Ca5(PO4)3F y la criolita, Na3AlF6.
El flúor se obtiene mediante electrólisis de una mezcla de HF y KF. Se produce la oxidación de
los fluoruros:
2F- - 2e- → F2
En el cátodo se descarga hidrógeno, por lo que es necesario evitar que entren en contacto estos
dos gases para que no haya riesgo de explosión
Compuestos

23
Op cit. http://www.librosmaravillosos.com/brevehistoriaquimica/capitulo11.html
24
http://es.wikipedia.org/wiki/Fluorocarbono
20

El oxigeno combustiona mejor con los HC porque siempre se forma CO 2), en cambio con flúor
pueden formarse perfluorcadenas que son bastante intertes, El compuesto más oxidante puede
ser el O2)F2) o bien el ión XeF+.El fluor se puede obtener químicamente en reacciones de
ácidos de Lewis

Cristales de Fluorita (CaF2).

 Se emplean numerosos compuestos orgánicos en los que se han sustituido


formalmente átomos de hidrógeno por átomos de flúor. Hay distintas formas de
obtenerlos, por ejemplo mediante reacciones de sustitución de otros halógenos: CHCl3
+ 2HF → CHClF2 + 2HCl
o Los CFCs se han empleado en una amplia variedad de aplicaciones, por
ejemplo como refrigerantes, propelentes, agentes espumantes, aislantes, etc.,
pero debido a que contribuyen a la destrucción de la capa de ozono se han
ido sustituyendo por otros compuestos químicos, como los HCFs. Los
HCFCs también se emplean como sustitutos, pero también destruyen la capa
de ozono, aunque en menor medida a largo plazo.
o El politetrafluoroetileno (PTFE), es un polímero denominado comúnmente
teflón.
El fluoruro de hidrógeno es extremadamente corrosivo y reacciona violentamente con los
alcalinos y al amoníaco anhidro.Destruye el tejido hasta el hueso, más peligroso que el
sulfúrico y nítrico.
 El ácido fluorhídrico es una disolución de fluoruro de hidrógeno en agua. Es un ácido
débil, pero mucho más peligroso que ácidos fuertes como el clorhídrico o el sulfúrico
atraviesa la piel destruye los tejidos y huesos, y es tóxico en cualquier concentración,
además provoca hipocalcemia.El HF anhidro es extraordinariamente corrosivo.
Las disoluciones de HF son mortales aún que sean diluidas.
 El hexafluoruro de uranio, UF 6, es un gas a temperatura ambiente que se emplea para
la separación de isótopos de uranio.
21

 El flúor forma compuestos con otros halógenos presentando el estado de oxidación -1,
por ejemplo, IF7, BrF5, ClF, etcétera. dichos compuestos son muy reactivos el ClF3, es
aún más reactivo que el flúor así como BrF5,
 La criolita natural, Na3AlF6, es un mineral que contiene flúoruros. Se extraía en
Groenlandia, pero ahora está prácticamente agotada, por lo que se obtiene
sintéticamente para ser empleada en la obtención de aluminio.
El HF anhidro y el ácido nítrico mezcalados disuelven a la mayoría de los metales de
transición, incluido al Tántalo

2.2.2. Efectos biológicos

Aunque el flúor es demasiado reactivo para tener alguna función biológica natural, se incorpora
a compuestos con actividad biológica. Compuestos naturales organofluorados son raros, el
ejemplo más notable es el fluoroacetato, que funciona como una defensa contra los herbívoros
de plantas en al menos 40 plantas en Australia, Brasil y África.[2] El enzima adenosil-fluoruro
sintasa cataliza la formación de 5'- desoxi-5'-fluoroadenosina. El flúor no es un nutriente
esencial, pero su uso tópico en la prevención de la caries dental es bien reconocida. El efecto es
tópico (aplicación sobre la superficie del esmalte), aunque antes de 1981 se consideró
principalmente sistémico (por ingestión).[3] Su uso sistémico es actualmente desaconsejado por
muchos autores y cuando menos controvertido.

Isótopos

El flúor tiene un único isótopo natural, el 19F. El 18F es un isótopo artificial. Este isótopo tiene
un número cuántico de espín nuclear de 1/2 y se puede emplear en espectroscopía de
resonancia magnética nuclear. Se suele emplear como compuesto de referencia el
triclorofluorometano, CFCl3 o el trifluoroacetico TFA.

Precauciones

El flúor y el HF deben ser manejados con gran cuidado y se debe evitar totalmente cualquier
contacto con la piel o con los ojos. El HF anhidro hierve a 19 °C y es capaz de destruir un
cadáver, incluyendo sus huesos, sus vapores son muy irritantes y tóxicos, sus descubridores
murieron por su acción. Nunca ha de mezclarse con metales alcalinos ni con amoníaco. En
presencia de SbF5, se convierte en un superácido (el HF anhidro). La capacidad de protonación
es tan grande que oxida a metales como el cobre y protona al metano etc. Tanto el flúor como
22

los iones fluoruro son altamente tóxicos. El flúor presenta un característico olor acre y es
detectable en unas concentraciones tan bajas como 0,02 ppm, por debajo de los límites de
exposición recomendados en el trabajo25.

Aplicaciones:

Los compuestos que contienen flúor se utilizan para incrementar la fluidez del vidrio fundido y
escorias en la industria vidriera y cerámica. El espato flúor (fluoruro de calcio) se introduce
dentro del alto horno para reducir la viscosidad de la escoria en la metalurgia del hierro. La
criolita, Na2AlF6, se utiliza para formar el electrólito en la metalurgia del aluminio. El óxido de
aluminio se disuelve en este electrólito, y el metal se reduce, eléctricamente, de la masa
fundida. El uso de halocarburos que contienen flúor como refrigerantes se patentó en 1930, y
estos compuestos estables y volátiles encontraron un mercado como propelentes de aerosoles,
así como también en refrigeración y en sistemas de aire acondicionado. Sin embargo, el empleo
de fluorocarburos como propelentes ha disminuido en forma considerable a causa del posible
daño; a la capa de ozono de la atmósfera. Un uso del flúor, muy importante durante la Segunda
235
Guerra Mundial, fue un el enriquecimiento del isótopo fisionable U; el proceso más
importante empleaba hexafluoruro de uranio. Este compuesto estable y volátil fue con mucho
el material más adecuado para la separación del isótopo por difusión gaseosa.
Mientras que para los consumidores la utilización de compuestos de flúor en la industria pasa
casi inadvertida, algunos compuestos se han vuelto familiares a través de usos menores pero
importantes, como aditivos en pastas de dientes y superficies fluoropoliméricas antiadherentes
sobre sartenes y hojas de afeitar (teflón por ejemplo).
Compuestos:
En todos los compuestos de flúor la alta electronegatividad de este compuesto indica que el
átomo de flúor tiene un exceso de carga negativa. Es conveniente, sin embargo, dividir los
fluoruros binarios inorgánicos en sales (red iónica), fluoruros metálicos no volátiles y fluoruros
volátiles, la mayor parte de no metales. Algunos hexafluoruros metálicos y los fluoruros de
gases nobles muestran volatilidad que son frecuencia está asociada a un compuesto molecular.
La volatilidad se asocia a menudo con números de oxidación altos para el elemento positivo.
Los metales suelen formar fluoruros iónicos no volátiles, donde la transferencia electrónica es
sustancial y la red cristalina está determinada por el tamaño iónico y la interacción
electrostática predecible. Cuando el número de coordinación y la valencia son la misma, por
ejemplo en BF3, SiF4 y WF6, el enlace entre el metal y el flúor no es común; los compuestos
resultantes son muy volátiles y los sólidos muestran redes moleculares más que estructuras

25
Op.Cit. P.W.: http://es.wikipedia.org/wiki/Fluor
23

cristalinas iónicas. Para números de oxidación superiores, las redes iónicas simples son menos
comunes y, mientras que el enlace entre el átomo central y el flúor requiere aún transferencia
de alguna carga al flúor, las estructuras moleculares son identificables en las fases
condensadas.
Además de los fluoruros binarios, se ha aislado un número muy grande de complejos, a
menudo con un anión fluoruro que contiene un átomo central de número de oxidación alto. Los
fluoruros binarios salinos muestran una gran tendencia a combinarse con otros fluoruros
binarios para formar numerosos complejos o sales dobles.
Los compuestos de carbono que contienen flúor pueden dividirse en hidrocarburos fluorados y
derivados (compuestos orgánicos del flúor), y los fluorocarburos y sus derivados. El átomo de
flúor unido al anillo aromático, como en el fluorobenceno, es poco reactivo. Además reduce la
reactividad de toda la molécula. Por ejemplo, aquellos colorantes que contienen flúor unido al
anillo aromático son más resistentes a la oxidación y más sensibles a la luz, que los que no lo
contienen. La mayor parte de los compuestos alifáticos, como los fluoruros de alquilo, son
inestables y pierden fluoruro de hidrógeno con facilidad. Estos compuestos son difíciles de
preparar y conservar, y es poco probable que se vuelvan importantes. 26

2.2.3. Clases de fluorocarbonos

i) Clorofluorocarbonos e hidrofluorocarbonos

Los clorofluorocarbonos (CFCs) son fluorocarbonos que también contienen átomos de cloro.
Fueron ampliamente usados en la industria como refrigerantes (siendo los más conocidos el
diclorodifluorometano y el clorodifluorometano), propelentes y disolventes de limpieza. Sin
embargo, los CFCs suelen tener un alto potencial para reducir el ozono gracias principalmente
la ruptura homolítica de los enlaces carbono-cloro. Su uso está actualmente prohibido casi
totalmente por el Protocolo de Montreal.
Los hidrofluorocarbonos (HFCs) son hidrocarbonos en los que algunos de los átomos de
hidrógeno, pero no todos, han sido reemplazados por flúor. Los átomos de flúor no catalizan en
estos compuestos la destrucción del ozono, por lo que los HFCs no dañan la capa de ozono.
Así, HFCs como el tetrafluoroetano se han convertido en sustitutos favoritos de los CFCs.
Estos dañan la capa de ozono.
Fluoropolímeros

26
Op. Cit P.W.: http://www.lenntech.es/periodica/elementos/f.htm#ixzz11QQP86qB
24

Los polímeros de fluorocarbonos también son muy conocidos. Estos polímeros son resistentes,
químicamente inertes y eléctricamente aislantes. El ejemplo más famoso es el teflón de
DuPont, un polímero del monómero tetrafluoroetileno. Otros polímeros importantes son el
fluoruro de polivinilo ([CH2CF2]n) y el policlorotrifluoroetileno ([CFClCF2]n, abreviado
PCTFE o Kel-F).
Algunos fluorocarbonos importantes:
A: fluorometano
B: isoflurano
C: un CFC
D: un HFC
E: ácido tríflico
F: teflón
G: PFOS
H: fluorouracil
I: Prozac

2.2.4. Efectos del Flúor sobre la salud

En el agua, aire, plantas y animales hay presentes pequeñas cantidades de flúor. Como
resultado los humanos están expuestos al flúor a través de los alimentos y el agua potable y al
respirar el aire. El flúor se puede encontrar en cualquier tipo de comida en cantidades
relativamente pequeñas. Se pueden encontrar grandes cantidades de flúor en el té y en los
mariscos.
25

El flúor es esencial para mantener la solidez de nuestros huesos. El flúor también nos puede
proteger del decaimiento dental, si es aplicado con el dentifríco dos veces al día. Si se absorbe
flúor con demasiada frecuencia, puede provocar caries, osteoporosis y daños a los riñones,
huesos, nervios y músculos.
Las industrias liberan la forma gaseosa del flúor. Este gas es muy peligroso, ya que en elevadas
concentraciones puede causar la muerte. En bajas concentraciones puede causar irritaciones de
los ojos y la nariz.

2.2.5. Efectos ambientales del Flúor

El flúor está presente en la corteza terrestre de forma natural, pudiendo ser encontrado en
rocas, carbón y arcilla. Los fluoruros son liberados al aire cuando el viento arrastra el suelo.
Los procesos de combustión en las industrias pueden liberar fluoruro de hidrógeno al aire. Los
fluoruros que se encuentran en el aire acabarán depositándose en el suelo o en el agua.
Cuando el flúor se fija a partículas muy pequeñas puede permanecer en el aire durante un largo
periodo de tiempo. Cuando el flúor del aire acaba en el agua se instala en los sedimentos.
Cuando acaba en los suelos, el flúor se pega fuertemente a las partículas del suelo.
En el medio ambiente el flúor no puede ser destruído; solamente puede cambiar de forma. El
flúor que se encuentra en el suelo puede acumularse en las plantas. La cantidad de flúor que
tomen las plantas depende del tipo de planta, del tipo de suelo y de la cantidad y tipo de flúor
que se encuentre en el suelo. En las plantas que son sensibles a la exposición del flúor incluso
bajas concentraciones de flúor pueden provocar daños en las hojas y una disminución del
crecimiento.
Los animales que ingieren plantas que contienen flúor pueden acumular grandes cantidades de
flúor en sus cuerpos. El flúor se acumula principalmente en los huesos. Como consecuencia,
los animales expuestos a elevadas concentraciones de flúor sufren de caries y degradación de
los huesos. Demasiado flúor también puede provocar la disminución de la cantidad de alimento
tomado por el estómago y puede alterar el desarrollo de las garras. Por último, puede provocar
bajo peso al nacer.27

2.3. El Carbono

El carbono es un elemento químico de número atómico 6 y símbolo C. Es sólido a temperatura


ambiente. Dependiendo de las condiciones de formación, puede encontrarse en la naturaleza en
distintas formas alotrópicas, carbono amorfo y cristalino en forma de grafito o diamante. Es el

27
Op. Cit P.W.: http://www.lenntech.es/periodica/elementos/f.htm
26

pilar básico de la química orgánica; se conocen cerca de 16 millones de compuestos de


carbono, aumentando este número en unos 500.000 compuestos por año, y forma parte de
todos los seres vivos conocidos. Forma el 0,2 % de la corteza terrestre.

2.3.1. Características

El carbono es un elemento notable por varias razones. Sus formas alotrópicas incluyen,
sorprendentemente, una de las sustancias más blandas (el grafito) y la más dura (el diamante)
y, desde el punto de vista económico, uno de los materiales más baratos (carbón) y uno de los
más caros (diamante). Más aún, presenta una gran afinidad para enlazarse químicamente con
otros átomos pequeños, incluyendo otros átomos de carbono con los que puede formar largas
cadenas, y su pequeño radio atómico le permite formar enlaces múltiples. Así, con el oxígeno
forma el óxido de carbono (IV), vital para el crecimiento de las plantas; con el hidrógeno forma
numerosos compuestos denominados genéricamente hidrocarburos, esenciales para la industria
y el transporte en la forma de combustibles fósiles; y combinado con oxígeno e hidrógeno
forma gran variedad de compuestos como, por ejemplo, los ácidos grasos, esenciales para la
vida, y los ésteres que dan sabor a las frutas; además es vector, a través del ciclo carbono-
nitrógeno, de parte de la energía producida por el Sol.

a. Estados alotrópicos

Se conocen cinco formas alotrópicas del carbono, además del amorfo: grafito, diamante,
fulerenos, nanotubos y carbinos.
Una de las formas en que se encuentra el carbono es el grafito, que es el material del cual está
hecha la parte interior de los lápices de madera. El grafito tiene exactamente los mismos
átomos del diamante, pero por estar dispuestos en diferente forma, su textura fuerza y color son
diferentes. Los diamantes naturales se forman en lugares donde el carbono ha sido sometido a
grandes presiones y altas temperaturas. Los diamantes se pueden crear artificialmente,
sometiendo el grafito a temperaturas y presiones muy altas. Su precio es menor al de los
27

diamantes naturales, pero si se han elaborado adecuadamente tienen la misma fuerza, color y
transparencia.
El 22 de marzo de 2004 se anunció el descubrimiento de una sexta forma alotrópica: las
nanoespumas.
La forma amorfa es esencialmente grafito, pero no llega a adoptar una estructura cristalina
macroscópica. Esta es la forma presente en la mayoría de los carbones y en el hollín.

Disposición geométrica de los orbitales híbridos sp.

Disposición geométrica de los orbitales híbridos sp 2.


A presión normal, el carbono adopta la forma del grafito, en la que cada átomo está unido a
otros tres en un plano compuesto de celdas hexagonales; este estado se puede describir como 3
electrones de valencia en orbitales híbridos planos sp2 y el cuarto en el orbital p.
Las dos formas de grafito conocidas alfa (hexagonal) y beta (romboédrica) tienen propiedades
físicas idénticas. Los grafitos naturales contienen más del 30% de la forma beta, mientras que
el grafito sintético contiene únicamente la forma alfa. La forma alfa puede transformarse en
beta mediante procedimientos mecánicos, y ésta recristalizar en forma alfa al calentarse por
encima de 1000 °C.
Debido a la deslocalización de los electrones del orbital pi, el grafito es conductor de la
electricidad, propiedad que permite su uso en procesos de electroerosión. El material es blando
y las diferentes capas, a menudo separadas por átomos intercalados, se encuentran unidas por
enlaces de Van de Waals, siendo relativamente fácil que unas deslicen respecto de otras, lo que
le da utilidad como lubricante.
28

Disposición geométrica de los orbitales híbridos sp 3.


A muy altas presiones, el carbono adopta la forma del diamante, en el cual cada átomo está
unido a otros cuatro átomos de carbono, encontrándose los 4 electrones en orbitales sp 3, como
en los hidrocarburos. El diamante presenta la misma estructura cúbica que el silicio y el
germanio y, gracias a la resistencia del enlace químico carbono-carbono, es, junto con el
nitruro de boro, la sustancia más dura conocida. La transición a grafito a temperatura ambiente
es tan lenta que es indetectable. Bajo ciertas condiciones, el carbono cristaliza como
lonsdaleíta, una forma similar al diamante pero hexagonal.
El orbital híbrido sp1 que forma enlaces covalentes sólo es de interés en química,
manifestándose en algunos compuestos, como por ejemplo el acetileno.

Fulereno C60.

Los fulerenos tienen una estructura similar al grafito, pero el empaquetamiento hexagonal se
combina con pentágonos (y en ciertos casos, heptágonos), lo que curva los planos y permite la
aparición de estructuras de forma esférica, elipsoidal o cilíndrica. El constituido por 60 átomos
de carbono, que presenta una estructura tridimensional y geometría similar a un balón de
fútbol, es especialmente estable. Los fulerenos en general, y los derivados del C 60 en particular,
son objeto de intensa investigación en química desde su descubrimiento a mediados de los
1980.
A esta familia pertenecen también los nanotubos de carbono, que pueden describirse como
capas de grafito enrolladas en forma cilíndrica y rematadas en sus extremos por hemiesferas
29

(fulerenos), y que constituyen uno de los primeros productos industriales de la


nanotecnología.28

Esta ilustración representa a ocho formas de los alótropos (diferentes configuraciones


moleculares) que puede tomar el carbon puro
 a) diamante
 b) El grafito
 c) Lonsdaleita
 d) C60 (buckminsterfullereno)
 e) C540 ( fullereno)
 f) C70 (fullereno)
 g) de carbono amorfo
 h) de pared simple de nanotubos de carbono29

El elemento libre tiene muchos usos, que incluyen desde las aplicaciones ornamentales del
diamante en joyería hasta el pigmento de negro de humo en llantas de automóvil y tintas de
imprenta. Otra forma del carbono, el grafito, se utiliza para crisoles de alta temperatura,
electrodos de celda seca y de arco de luz, como puntillas de lápiz y como lubricante. El carbón

28
Op cit P.W. : http://es.wikipedia.org/wiki/Carbono
29
P.W.: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Eight_Allotropes_of_Carbon.png
30

vegetal, una forma amorfa del carbono, se utiliza como absorbente de gases y agente
decolorante.
Los compuestos de carbono tienen muchos usos. El dióxido de carbono se utiliza en la
carbonatación de bebidas, en extintores de fuego y, en estado sólido, como enfriador (hielo
seco). El monóxido de carbono se utiliza como agente reductor en muchos procesos
metalúrgicos. El tetracloruro de carbono y el disulfuro de carbono son disolventes industriales
importantes. El freón se utiliza en aparatos de refrigeración. El carburo de calcio se emplea
para preparar acetileno; es útil para soldar y cortar metales, así como para preparar otros
compuestos orgánicos. Otros carburos metálicos tienen usos importantes como refractarios y
como cortadores de metal.

2.3.2. Efectos del Carbono sobre la salud

El carbono elemental es de una toxicidad muy baja. Los datos presentados aquí de peligros
para la salud están basados en la exposición al negro de carbono, no carbono elemental. La
inhalación continuada de negro de carbón puede resultar en daños temporales o permanentes a
los pulmones y el corazón.
Se ha encontrado pneumoconiosis en trabajadores relacionados con la producción de negro de
carbón. También se ha dado parte de afecciones cutáneas tales como inflamación de los
folículos pilosos, y lesiones de la mucosa bucal debidos a la exposición cutánea.
Carcinogenicidad: El negro de carbón ha sido incluído en la lista de la Agencia Internacional
de Investigación del Cáncer (AIIC) dentro del grupo 3 (agente no clasificable con respecto a su
carcinogenicidad en humanos).
El carbono-14 es uno de los radionucleidos involucrados en las pruebas nucleares atmosféricas,
que comenzó en 1945, con una prueba americana, y terminó en 1980 con una prueba china. Se
encuentra entre los radionucleidos de larga vida que han producido y continuarán produciendo
aumento del riesgo de cáncer durante décadas y los siglos venideros. También puede atravesar
la placenta, ligarse orgánicamente con células en desarrollo y de esta forma poner a los fetos en
peligro30.

2.3.3. Efectos del carbon en el medio ambiente

Sabemos que la quema de carbón produce multitud de problemas medioambientales, como la


lluvia ácida o el aumento del efecto invernadero. También sabemos que se lleva la vida de
multitud de mineros que trabajan en las minas de carbón. Pero quizás no sepamos, o no

30
P.W. : http://www.lenntech.es/periodica/elementos/c.htm#ixzz11RTAxTiR
31

queramos saber, que hay uno más: la producción de residuos radiactivos.


En las últimas décadas se han realizado una serie de estudios sobre el subproducto de la quema
de carbón (las cenizas) y su radioactividad asociada. El mineral que se quema en las centrales
no es carbono puro, contiene impurezas. Algunas de ellas no se queman, constituyendo las
cenizas. Al parecer estas cenizas pueden llegar a liberar al medio ambiente hasta 100 veces más
residuos radiactivos que las centrales nucleares.
De hecho el carbón contiene uranio y torio natural, que son elementos radiactivos. Estos
elementos sólo representan trazas en el mineral original, pero se concentran hasta diez veces
más cuando, una vez quemado todo el carbono, queda sólo la ceniza.
Lo peor es que parte de estas cenizas se escapan como partículas en suspensión a la atmósfera,
caen sobre la tierra y se filtran a los acuíferos cercanos a las centrales térmicas. Afectan a los
cultivos y llegan finalmente a la gente directa e indirectamente. Las personas que viven a una
distancia de 0,8 a 1,6 kilómetros de una de estas centrales puede que estén ingiriendo pequeñas
cantidades de elementos radiactivos.
Además, a veces, el grueso de las cenizas que no escapan no son convenientemente tratadas o
procesadas y se abandonan en determinados lugares, constituyendo un peligro potencial para la
gente que viva cerca.
Un estudio de finales de los 80 realizado por J. P. McBride, y publicado en Science, comparaba
los niveles radiación recibidos por personas que vivían cerca de centrales térmicas de carbón y
por las que vivían cerca de centrales nucleares, llegando a la conclusión de que las primeras
recibían más radiación.
La radiación recibida por los huesos era en ese caso de 18 milirems/año mientras que la gente
que vivía cerca de la central nuclear recibía sólo 6 milirems/año. El nivel de contaminación
radiactiva de los cultivos destinados al consumo humano era de un 50% a un 200% superior en
las áreas cercanas a centrales térmicas que en las cercanías de centrales nucleares.
Se estimó que un individuo que vive cerca de una central térmica recibe 1,9 milirems de ceniza
flotante al año. Como comparación se puede decir que los seres humanos recibimos 360
milirems anuales de fuentes naturales presentes en la corteza terrestre, de la radicación cósmica
y de las pruebas de bombas nucleares.
Dana Christensen del ORNL afirma que el riesgo para la salud de la radiactividad asociada a
las cenizas de centrales térmicas es bajo, y que otros riesgos para la salud causados por las
mismas centrales son muy superiores, como la lluvia ácida.
Robert Finkelman, también del USGS y que realizó un estudio sobre este asunto en la década
de los noventa, estima que vivir en una casa situada a un kilómetro de una central térmica de
carbón aumenta la exposición a la radiación en un 5%, que según él es bajo. Sin embargo, sí
32

afirma que los mineros que trabajan en las minas sí están expuestos a niveles demasiado altos
de radiación debido al radón que despiden las rocas.
En China e India se abren continuamente nuevas centrales térmicas de carbón que, además de
presentar este problema, constituyen un importantísimo factor en el grave problema del
calentamiento global.
Debido este problema del calentamiento global la energía nuclear está ganando adeptos y
China va a cuadruplicar su potencia en energía nuclear para 2020. En EEUU se podrían abrir
nuevos reactores en los próximos años. Francia ya produce nuclearmente un gran porcentaje de
su energía eléctrica.
Por el contrario el presidente del gobierno español decía recientemente que tiene planes para
cerrar las centrales nucleares existentes y fomentar las energías alternativas.
Si la población mundial sigue aumentando, o si queremos mantener el nivel de vida o incluso
mejorar el de la población ya existente, necesitaremos más fuentes de energía. Quizás optar por
la energía nuclear en detrimento de las centrales térmicas sea una manera de dañar menos el
medio ambiente. Desarrollar además las energías alternativas también parece una buena idea.
Pero decir no a la energía nuclear por dogma podría salirnos muy caro desde el punto de vista
del medio ambiente31

31
P.W. : http://neofronteras.com/?p=1053
33

CAPITULO II

Los clorofluorocarbonos (CFC) son haloalcanos que contienen tanto cloro como flúor. Un
haloalcano, también conocido como halogenuro de alquilo, halogenoalcano o haluro de
alquilo, es un compuesto químico derivado de un alcano por sustitución de uno o más átomos
de hidrógeno por átomos de halógeno. La sustitución con flúor, cloro, bromo y yodo conduce a
fluoroalcanos, cloroalcanos, bromoalcanos y yodoalcanos, respectivamente. Los compuestos
mixtos también son posibles, los ejemplos más conocidos son los clorofluorocarbonos (CFCs).
Los haloalcanos son usados en la fabricación de dispositivos semiconductores, como
refrigerantes, agentes espumantes, disolventes, propelentes en sprays, agentes extintores y
reactivos químicos.32
Los Clorofluorocarbonos (denominados también CFC) también llamados clorofluoralancos son
cada uno de los derivados de los hidrocarburos saturados obtenidos mediante la sustitución de
átomos de hidrógeno por átomos de flúor y/o cloro principalmente, el problema radica que al
ser expedidos al ambiente y tener contacto con la molecula de ozono las destruyen.
Los clorofluoroalcanos se conocen en diferentes lugares de diferentes maneras, así en la
República Federal Alemana se conoce con los nombres comerciales de “frigen” de la Hoechst,
y “Kaltron” de la Kalichemie. Los nombres comerciales en los EEUU son “Freon” (DuPont),
“Genetron” (Allied), “Isotron” (Pensalt Chem Equipment) y “Ucon” (UCC) 33

Todo se hizo de manera responsable, cuidadosamente, pensando en el medio ambiente. Hacia


la década de los veinte la gente creía que los frigoríficos eran algo bueno. Por razones de
comodidad, de salud pública, por la posibilidad de enviar frutas, verduras y productos lácteos a
gran distancia y combinar manjares sabrosos, todo el mundo quería tener uno (se acabaron los
pesados bloques de hielo; ¿qué mal podía haber en eso?).34

1. Historia

Para comprender la importancia de los CFC debemos echar una ojeada a su historia. El
advenimiento de la electricidad al final del siglo XIX cambió dramáticamente el modo de vida

32
P.W. : http://es.wikipedia.org/wiki/Haloalcano
33
Weissermel Klaus, Arpe Hans-Jürgen. Quimica Orgánica Industrial. Editorial Reverté S.A. 1981. Pag 56
34
Carl Sagan Miles de millones Pensamientos de vida y muerte en la antesala del milenio 1° edición: marzo 1998
pag 49
34

de gente. Paralelo al uso extendido de la electricidad los descubrimientos científicos,


tecnológicos y medicinales que ocurrieron hacia finales del siglo, se registró un rápido
incremento en el término de vida de las poblaciones americanas y europeas. La electricidad
proveyó energía, no sólo para iluminación, sino para tecnologías totalmente nuevas como la
refrigeración de los alimentos, para casas de familias, industria y la agricultura. Alimentos que
antes se echaban a perder con el calor, ahora estaban disponibles en cualquier época del año y
podrían ser transportados bajo refrigeración. La electricidad hizo posible que los ciudadanos
comunes pudiesen tener refrigeradores en sus hogares.
Sin embargo existía un gran problema en lo que respecta a la seguridad de los refrigerantes
usados. En 1928, los refrigerantes usados más comúnmente eran el dióxido de azufre(que
dominaba casi todo el mercado), el cloruro de metilo y amoníaco anhidro. Desde el punto de
vista mecánico, el dióxido de azufre era un buen refrigerante paro muy corrosivo para las
partes metálicas del refrigerador. El cloruro de metilo era más caro, pero no tan corrosivo para
los metales. Sin embargo desde el punto de vista humano, estos productos eran todos
sumamente tóxicos. El dióxido de azufre y el amoniaco anhídrico, los más tóxicos, tienen un
olor fuerte suficientemente nocivo como para despertar a una persona dormida. Los otros
refrigerantes no tenían un olor fuerte que advirtiese su presencia. Entonces se hizo común que
familias enteras resultaran muertas por la liberación de estos gases tóxicos, a consecuencia de
alguna pérdida en los refrigeradores.
El peligro de los refrigerantes existentes se demostró de manera dramática en 1929, cuando
más de 100 personas murieron en un hospital de Cleveland, E.U., como resultado de una
pérdida de gas del sistema de aire acondicionado central. El New Cork Times y otros diarios
estaban empeñados en una campaña para lograr la prohibición de los refrigeradores familiares
por ser demasiado peligrosas, y los temores por el envenenamiento eran las principales razones
para que el 85% de las familias americanas con electricidad en sus hogares, no tuvieran
refrigeradores. Como resultado de todos estos desastres y de la publicidad adversa, el futuro de
la refrigeración estaba amenazada.
Por esa época, Frigidaire, una subsidiaria de la General Motors, era el principal fabricantes de
refrigeradores familiares y comerciales. En 1928, algunos meses antes del desastre de
Cleveland, la Frigidaire había decidido que la refrigeración hogareña en los Estados Unidos no
tendría un futuro promisorio hasta que se inventara algún refrigerante que no fuese tóxico.
Un equipo de químicos liderados por Thomas Midgley, del laboratorio de la corporación
General Motors, fue encargado de la tarea de encontrarlo. Midgley y sus asociados, Albert
Henne y Robert McNary, todos ellos brillantes químicos, comenzaron una intensa búsqueda de
los potenciales candidatos en la tabla periódica de los elementos.
35

Eliminaron substancias que eran instables, insuficientemente volátiles, o con un bajo punto de
ebullición. Su búsqueda les dejó con ocho elementos que podrían funcionar: carbono, oxígeno,
nitrógeno, azufre, hidrógeno y los halógenos(flúor, cloro y bromo). Dado que los refrigerantes
basados en los primeros cinco elementos serían muy posiblemente tóxicos o inflamables,
Midgley y sus asociados los eliminaron de la lista. Los halógenos, sin embargo, poseían
excelentes propiedades no inflamables y no tóxicas.
Los químicos teorizaron que una mezcla de substancias químicas no tóxicas pero inflamables,
con otra no combustible pero tóxica, podría quizás volverse ni tóxica, ni inflamable. Después
de un exhaustivo estudio, el equipo de Midgley se decidió por los fluorocarbonos y procedió a
sintetizar estas nuevas moléculas.
Albert Henner habría hecho su investigación para el doctorado sobre los fluorocarbonos,
compuestos que son similares a los hidrocarburos con la excepción de que uno o más átomos
de hidrógeno son reemplazados por uno de cloro, flúor o bromo. Estos compuestos, que se
encuentran de manera natural en el agua de mar, son químicamente estables e inertes, otro
factor crítico en la búsqueda del refrigerante ideal.
En menos de dos semanas, los químicos habían sintetizado al primer clorofluorcarbono(CFC),
un fluorocarbono totalmente clorado. Todos los átomos de hidrógeno en la cadena del
hidrocarburo habían sido reemplazados ya sea por cloro o por flúor. La introducción de los
CFC´s en 1930 no se podría haber hecho más dramáticamente.
Dirigiéndose a una compacta reunión de la Sociedad Química Americana, Thomas Midgley
tomó un contenedor lleno de CFC, puso el abierto borde superior contra sus labios, e inhaló
profundamente para asombro de toda la audiencia. Luego se volvió y exhaló muy suavemente
sobre la llamada de una vela, apagándola. Había nacido un nuevo refrigerante. “El
diclorodifluorometano”

Los CFC´s y la Provisión de Alimentos


Muy rápidamente, los CFC´s demostraron ser los refrigerantes ideales. No eran tóxicos ni
inflamables, baratos, simples de fabricar y extremadamente estables y no reactivos, el
compuesto produjo de inmediato un enorme cambio en los Estados Unidos y el resto del
Mundo. La 2 refrigeración hogareña se convirtió en una posibilidad para la mayoría de la
población, elevando de esa manera el nivel de vida. 35

35
Fragmento de la Introduccion del libro “The Holes in the Ozone Scare: The Scientific Evidence That the Sky
Isn't Falling” Rogelio A. Maduro (Author), Ralf Schauerhammer (Author)
http://www.wlym.com/~spanish/calentamiento_global/AgujerosCapaDeOzono_intro.pdf
36

El éxito superó ampliamente las expectativas de sus inventores. Se convirtieron en el fluido


principal no sólo de los frigoríficos, sino también de los acondicionadores de aire. Encontraron
amplias aplicaciones, como aerosoles, espumas aislantes, disolventes industriales y agentes
limpiadores (sobre todo en la industria microelectrónica). El más famoso de estos productos
fue el freón, una marca comercial de DuPont . Empleado durante décadas, nunca pareció que
causase daño alguno. Todo el mundo imaginaba que era completamente seguro. Por todo esto,
al cabo de cierto tiempo, un volumen sorprendente de la producción industrial química
dependía de los CFC.
En 1942 Goodhne y Sullivan lo emplearon en los aerosoles de insecticidas para las fuerzas
armadas; y al expirar en 1951 la patente de la General Motors, diversas industrias abordaron la
fabricación de este y otros hidrocarburos fluorados y clorados. Estos productos se conocen
genéricamente con los nombres de Freon, Frigen, Forane, Kaltron, etc; a la marca se adiciona
un sistema numérico cuya interpretación nos informa de la composición de la sustancia,
conforme a las siguientes normas:
 La primera cifra por la derecha indica el número de átomos de fluor que hay en la
molécula.
 La segunda cifra significa el número de átomos de hidrógeno más uno.
 La tercera representa el número de átomos de carbono menos uno
 El número de átomos de cloro se obtiene sumando el número de fluor y de hidrógeno
y restanto el cuádruplo de carbonos
 Cuando existen isómeros, se añade al símbolo de los distintos asimétricos las letras
a,b,c, etc.
 Para indicar que se trata de un compuesto cíclico se antepone la letra C al número de
identificación.
 Para señalar compuestos insaturados, se pone un 1 como tercera cifra desde la derecha
En general, el símbolo del compuesto se forma con las cifras deducidas, como antecede,
precedidas de la marca o abreviatura (como F por Freón, P de propelente o FC de
fluorocarbono).
Así. al leer “propelente 12”, que se representa como F-12, P-12, o FC-12 deduciermos que
contiene:
2 átomos de fluor, 0 atomos de hidrógeno, 1 de carbono, y 2 de cloro, luego su
fórmula será : Cl2 Cf2
Los clorofluorocarbonos más comunes son el 11, el 12 y el 114; sus propiedades físicas se
recogen en la siguiente tabla
37

36

A comienzos de la década de los setenta se fabricaban cada año un millón de toneladas de estas
sustancias. Imaginemos que estamos en el cuarto de baño aplicándonos desodorante en las
axilas. El aerosol de CFC difunde una tenue neblina. Las moléculas impulsoras de CFC
propelentes no se nos adhieren al cuerpo; revolotean cerca del espejo y llegan a las paredes.
Algunas escapan por la ventana o por debajo de la puerta, y con el paso del tiempo días o
incluso semanas son transportadas por las corrientes de convección en torno de edificios y
postes del teléfono para, impulsadas por la circulación atmosférica global, recorrer el planeta.
Con escasas excepciones, no se degradan ni se combinan químicamente con otras moléculas.
En la práctica son inertes. De esta forma, al cabo de unos cuantos años llegan a la alta
atmósfera.
El ozono se forma de manera natural a unos 25 kilómetros de altitud. La luz ultravioleta
desintegra las moléculas de O2 en átomos de oxígeno, que se recombinan formando ozono.
En esas altitudes una molécula de CFC sobrevive, por término medio, un siglo antes de que la
luz ultravioleta le arranque su cloro; éste es el catalizador que destruye las moléculas de ozono
sin aniquilarse a sí mismo. Hacen falta unos dos años para que el cloro retorne a la baja
atmósfera y sea arrastrado por la lluvia. En ese tiempo, un átomo de cloro puede haber
participado en la destrucción de cien mil moléculas de ozono. La reacción es como sigue:

O2 + luz UV -> 2O
2Cl [de los CFC] + 2O3 -> 2ClO + 2O2
2ClO + 2O -> 2Cl [regenerando el Cl] + 2O2
El resultado neto es:
2O3 -> 3O2

36
Repetto, Manuel. Toxicología de los aereosoles. Publicaciones de la Universidad Valladolid
España 1978. Pag 33-34
38

Han sido destruidas dos moléculas de ozono; se han formado tres moléculas de oxígeno, y los
átomos de cloro quedan disponibles para nuevos desaguisados37.

2. ¿Qué son los Clorofluorocarbonos

El clorofluorocarburo, clorofluorocarbono o clorofluorocarbonados (denominados también


CFC) es cada uno de los derivados de los hidrocarburos saturados obtenidos mediante la
sustitución de átomos de hidrógeno por átomos de flúor y/o cloro principalmente38
Los CFC son de hidrocarburos polifluorohalogenados (formados por moléculas que contienen
carbono, hidrógeno, flúor y cloro, en distintas proporciones) 39Estas son sustancias inertes, muy
estables, ni inflamables ni venenosos, fáciles de almacenar y baratos de producir40 Son
químicamente inertes y muy estables en la atmosfera baja. Mientras están ahí, la capa de ozono
los protege de los fotones de UV, desdoblante de moléculas, de alta energía. Sin embargo,
cuando los CFC alcanzan la estratosfera, absorben fotones de UV y liberan atomos de Cl
Los compuestos llamados clorofluorcarbonos , CFC También se les conoce como freones, por
el nombre comercial registrado por la Dupont., se han utilizado ampliamente como agentes
propelentes en latas de aereosoles, como agentes espumantes para plásticos y en sistemas de
refrigeración, aire acondicionado y disolventes. A temperatura ambiente, los CFC son gases o
líquidos con bajo punto de ebullición. Son prácticamente insolubles en agua e inertes respecto
a la mayor parte de las demás sustancias41. Se sintetizaron por primera vez en los años 30. Los
más comunes son CFCl3 (freón 11), CF2Cl2 (freón 12), C2F3Cl3 (freón 113) y C2F4Cl4 (freón
114).
Lo malo de que estas sustancias sean tan inertes es que pueden permanecer mucho tiempo en el
medio ambiente. Su vida media estimada en la atmósfera supera los 100 años. Los CFC se
difunden en la estratósfera donde la radiación UV-C los descompone en los peligrosos
radicales cloro que están destruyendo irreversiblemente la capa de ozono.

CF2CL2(g)
foton UV
.CF
2 .
Cl(g) + Cl(g)

Los puntos (.) representan electrones desapareados resultado del rompimiento del enlace.

37
Op- Cit Carl Sagan Pag 49-50
38
P.W.: http://es.wikipedia.org/wiki/Clorofl%C3%BAorocarbono
39
http://centros5.pntic.mec.es/ies.victoria.kent/Rincon-C/Curiosid2/rc-93/rc-93c.htm
40
P.W. Diario Verde
http://diarioverde.info/index.php?option=com_glossary&func=view&Itemid=300088&catid=53&term=CLOROFLUO
RCARBONOS
41
William Hill, John; K Kolb, Doris Quimica para el Nuevo Milenio. 8va Edicion 1999. Pag 310
39

Fig. Estructura de Tres clorofluorcabonados

3) Características:

Se conoce como clorofluorocarbonos (CFCs) a toda una familia de compuestos orgánicos


sintéticos derivados del metano o del etano, en que los átomos de hidrógeno han sido
sustituidos, parcial o totalmente, por átomos de flúor, cloro y/o bromo. Las sustancias de mayor
incidencia sobre el ozono estratosférico son determinados freones -grupo que incluye
clorofluorocarbonos (CFCs) e hidroclorofluorocarbonos (HCFCs)-, halones -
bromoclorofluorocarbonos, bromofluorocarbonos e hidrobromofluorocarbonos- y
determinados derivados del metano -halometanos o metilcloroformo- o del etano -
tricloroetano-.

Todas estas sustancias son químicamente muy estables, lo que extendió su aplicación como
refrigerantes, aislantes, propelentes, emulsionantes y limpiadores.

4) Formación:

Son compuestos de origen artificial, que se emiten a la atmósfera principalmente a través de


fugas en los procesos de fabricación, así como de los elementos de los que forman parte o por
degeneración de los materiales que conforman.

5) Evolución en la atmósfera:

Obviamente, su estabilidad se mantiene cuando son emitidos a la atmósfera, lo que hace que su
permanencia en ella sea muy elevada y, si bien el intercambio gaseoso entre troposfera y
estratosfera es reducido, esa permanencia permite que accedan a esta última capa, donde
reacciones fotoquímicas promovidas por luz ultravioleta favorece su descomposición -fotolisis-
40

liberándose átomos de halógenos, principalmente cloro (en la notación se señala, para un


clorofluorocarbono genérico con "x" átomos de cloro), ocurriendo posteriormente una serie de
reacciones:

CFClx + hv → CFClx-1 + Cl
Cl + O3 → ClO + O2
ClO + O → Cl + O2

Se trata, por lo tanto, de una reacción catalítica -la presencia de cloro favorece la formación de
oxígeno molecular a partir de ozono, recuperándose finalmente el átomo de cloro-.

Estas reacciones tienen unas consecuencias muy notables ya que, como se verá más adelante,
se afecta a la capa estratosférica de ozono lo que origina una mayor incidencia de la luz
ultravioleta sobre la superficie terrestre, lo que a su vez origina determinadas consecuencias
negativas sobre los ecosistemas y la salud humana. 42

6) Nomenclatura
La nomenclatura básica de los freones consiste en un número de tres cifras que sigue a la
palabra freón (o sinónimo), el significado de las cuales es el siguiente:

X: Número de átomos de carbono menos uno


Y: Número de átomos de hidrógeno más uno
Z: Número de átomos de flúor
Si X es cero (1 átomo de carbono) el número se expresa con las dos cifras restantes.

Ejemplos:
Freón 23: Trifluorometano - CHF3
Freón 142: Clorodifluoroetano- Normalmente CCIF2-CH3
Freón 114: Diclorotetrafluoroetano- CCI2F-CF3 ó CCIF2-CCIF2
A este esquema de nomenclatura hay que hacer una serie de consideraciones:
Existen una serie de nombres equivalentes a Freón en función de diferentes fabricantes y de los
usos a que se destinan los productos: Frigen, Genetrón, lsotrón y Refrigerante son los más
corrientes. Asimismo existe el nombre registrado Halón, con codificación propia, que hace

42
P.W. :
http://www.navarra.es/home_es/Temas/Medio+Ambiente/Calidad+del+aire/Informacion/Contaminantes/Clorofluoroca
rbonos.htm
41

referencia a un grupo de estos compuestos que se destinan a instalaciones fijas de protección de


incendios.
La nomenclatura descrita supone que el resto de los enlaces del carbono (o carbonos) no
explicitados en el número, se hallanocupados por átomos de cloro. Caso de no ser así y de
contener la molécula átomos de bromo, se indica a continuación del número

(N: nº de átomos de Br presentes)


Ejemplos:
Freón 12 : Diclorodifluorometano
Freón 12B1: Bromociorodifluorometano
Freón 12B2: Dibromodifluorometano
Si la estructura básica carbonada de la molécula es cíclica se indica con la letra C precediendo
al número.

Ejemplo:
Freón C318: Octafluorociclobutano
Si en la estructura básica carbonada hay insaturaciones, también se indica.

Ejemplo:
Freón 1113: Clorotrifluoroetileno
Finalmente, existen nomenclaturas específicas que corresponden a mezclas y que no tienen
interpretación según el código descrito.
Ejemplos:
Frigen 500 (mezcla azeotrópica de 12 y 152) Refrigerante 502 (mezcla azeotrópica de 22 y
115)

7) Propiedades

Fisicoquímicas

Gran volatilidad. La mayoría son gases (tabla 1).

Escasa reactividad.

Solubles en líquidos apolares -disolventes orgánicos- e insolubles en agua.


42

Toxicológicas

Se consideran compuestos de escasa toxicidad. A concentraciones elevadas se han descrito


efectos tóxicos en ojos (Freón 11), sistema nervioso central (Freón 12 y 113) y periférico
(Freón 11). Las concentraciones letales mínimas por inhalación en ratas son superiores al 10%
excepto para los que contienen bromo (que lo son al 5%). El freón 21 tiene establecido un
TLV-TWA (ACGIH, 1982) de 10 ppm (40 mg/m3) (tabla 1).

Por otro lado, existen posiciones contrarias a su uso indiscriminado por posibles problemas de
alteración de las capas protectoras de ozono en la alta atmósfera.43

Tabla 1

43
P.W. :
http://www.insht.es/InshtWeb/Contenidos/Documentacion/FichasTecnicas/NTP/Ficheros/101a200/ntp_118.pdf
43

8) Usos industriales:

Encontramos los siguiente:

 propelentes para aerosoles (11, 12, 114): su uso en este campo se ha visto
reducido en los últimos años por problemas de coste y están siendo sustituidos
por el butano.
 expandido de plástico (11,12,113,114): se usan como vehículo de expansión en
la formación de espumas de poliuretano.
 líquidos frigoríficos y acondicionamiento de aire (11, 12, 12, 22, 113, 114,
115, 12B1, 13B1)
 instalaciones fijas contra incendios (12B1, 12B2, 13B1, 114B2).
 lavado y desengrase industrial (11, 113).
 limpieza textil y otros usos como alternativa a los disolventes orgánicos
característicos.44

Tambien:

 CFC-12. Este freon sirve como gas refrigerante de los equipos de acondicionamiento
de aire domiciliarios, de autos y refrigeradores domésticos y comerciales. También se
los emplea en la fabricación de materiales plásticos para embalajes, aislación térmicas
de edificios e instalaciones, etc.

 Se Han efectuado estimaciones según las cuales, si se asigna un valor del 100% a la
alteración total experimentada hasta el presente por la capa de ozono, el aporte de este
compuesto a esa alteración seria del 45%.

 CFC-11. Este freon se emplea en la industria química, para la producción de plásticos


que sirven para el almohadillado de asientos de autos y muebles y para aislaron
térmica. También se lo emplea en grandes equipos comerciales de acondicionamiento
de aire. Su influencia en la alteración de la capa de ozono puede estimarse en un 26%.

 CFC-113. Este compuesto, que disuelve muy bien las grasas, se emplea en solventes
utilizados en la fabricación de computadoras y equipos electrónicos. También es
usado en las tintorerías para la "limpieza en seco" de ciertas prendas de vestir. Se
estima que constituye en un 12% a las alteraciones de la capa de ozono.

44
http://centros5.pntic.mec.es/ies.victoria.kent/Rincon-C/Curiosid2/rc-93/rc-93c.htm
44

 CCl. El tetraclorudo de carbono es un buen disolvente, que se emplea en la industria


farmacéutica, en la refinación de petróleo y como liquido limpiador en las tintorerías.
Aporta en aproximadamente un 8% a la alternación de la capa de ozono.

 Metil cloroformo. Es un solvente (desengrasante) utilizado en las industrias


aeroespacial, electrónica y química. Contribuye aproximadamente en un 5% a la
alteración de la capa de ozono. 45

Así mismo encontramos las siguientes aplicaciones:

Aplicaciones

Propelentes

Uno de los usos importantes de los CFCs ha sido como propelentes en inhaladores para
medicamentos utilizados en el tratamineto del asma. La conversión de estos dispositivos y
tratamientos desde los CFC a otros halocarbonos que no tengan el mismo efecto sobre la capa
de ozono está bien en marcha. La capacidad de los hidrofluorocarbonos como propelentes para
solubilizar medicamentos y excipientes es diferente de la de CFCs y por consiguiente requieren
una considerable cantidad de esfuerzo para reformularlos.

Refrigerantes

Un refrigerante es un compuesto usado en un ciclo térmico que sufre un cambio de fase de gas
a líquido y al inrevés. Los dos principales usos de los refrigerantes son en frigoríficos,
congeladores y aires acondicionados. Los CFCs aparecieron en la década de los 1930 y dadas
sus características, seguros, baja toxicidad, estables, de fácil manejo y baratos, sustituyeron a
los peligrosos amoniaco, cloruro de metilo o SO2 que se habían utilizado hasta aquel momento
como refrigerantes. Sin embargo las evidencias de su acción perjudicial sobre la capa de ozono
hizo que el uso de los CFCs como refrigerantes en nuevas instalaciones esté prohibido desde
mediados de la década de 1990. El uso de los HCFCs en equipos nuevos también está
prohibido, aunque pueden usarse todavía por un tiemppo limitado en recargas. Una alternativa
es el uso de HFCs.

45
http://www.ubp.edu.ar/todoambiente/ninios/capa_de_ozono.htm
45

Espumas

Un agente espumante, (o expandente o de expansión), es un material que producirá gas bajo


ciertas condiciones, (típicamente temperaturas altas), pudiendo ser usado para formar espuma,
aumentando el volumen. Es el caso de compuestos volátiles que al calentarse producen gas. En
el pasado se usó ampliamente el CFC-11, que posteriormente fue sustituido principalmente por
el HCFC-141b. En la actualidad se tiende al uso de HFCs e hidrocarburos así como tecnologías
basadas en CO2, agua o aire.

Extinción de incendios

A altas temperaturas los halones se descomponen liberando átomos de halógeno que se


combinan eficazmente con radicales libres que se generan durante la combustión, desactivando
la reacción de propagación de la llama incluso quedando el combustible adecuado, oxígeno y
calor. La reacción química en una llama sigue una reacción en cadena radicalaria. Mediante la
captura de los radicales que propagan la reacción los halones son capaces de "envenenar" el
fuego, con concentraciones menores que las requeridas por los sistemas de extinción que usan
los métodos más tradicionales de enfriamiento, sofocación o dilución del combustible. Además
dada su limitada toxicidad y no dañar los bienes a proteger, tuvieron una amplia difusión.
Debido a ser perjudiciales para la capa de ozono, su uso en la actualidad se limita a
aplicaciones críticas, (centrales nucleares, aviación y militares).

Disolventes

En el pasado el uso del metilcloroformo (1,1,1-tricloroetano) en la limpieza de metales y del


CFC-113 en la limpieza de componentes electrónicos estaba muy extendido. Debido a sus
efectos nocivos sobre la capa de ozono su uso está prohibido desde mediados de la década de
1990. Como sustituyentes provisionales, ya que también su uso debe ser abandonado
progresivamente, se han usado los HCFC-141b y HCFC-225 ca/cb. Otro disolvente, usado
como desengrasante en la industria, también ya prohibido es el tetracloruro de carbono. Entre
las alternativas que han aparecido a estos disolventes se encuentran el uso de HFCs,
hidrofluoroéteres (HFEs), disolventes clorados (p. ej. tricloroetileno), hidrocarburos y
disolventes oxigenados (p.ej. metanol). También sistemas de limpieza que usan agua o el uso
de tecnologías que no necesitan limpieza.
46

Control de plagas

El bromuro de metilo (CH3Br) se ha usado para la fumigación de suelos y el control de plagas


en agricultura. En la Unión Europea su utilización está limitada y controlada a usos críticos.

9) Los CFC y capa de ozono

i) La capa de ozono

Es un delgado escudo de gas (ozono), que se encuentra entre los 19 y los 23 kilómetros por
sobre la superficie terrestre, en la estratosfera; rodea a la Tierra y la protege de los peligrosos
rayos del sol. Este delgado escudo conocido por Capa de Ozono,( ozono estratosférico), hace
posible la vida en la tierra.

El ozono se produce mediante el efecto de la luz solar sobre el oxígeno y es la única sustancia
en la atmósfera que puede absorber la dañina radiación ultravioleta (UV-B) proveniente del sol.
El ozono se encuetra en la estratósfera y la capa que forma, se conoce como capa de ozono. 46

10) Consecuencias de los Clorofluorocarbonos en la capa de ozono

“El reciente aumento de los niveles de cloro y bromo estratosférico es debido ante todo a la
liberación a la atmosfera de compuestos orgánicos que contienes cloro y bromo, y que son
antropogénicos, es decir que son hechos por el hombre. En concreto, los compuestos culpables
son aquellos que no tienen un sumidero troposférico, es decir, que no disponen de un proceso

46
http://www.tecnozono.com/capa_de_ozono.htm
47

natural, como la disolución de agua de lluvia o la oxidación por gases atmosféricos. Después
de viajar durante algunos años a los largo de la troposfera, estos compuestos empiezan a
difundirse en la estratósfera donde finalmente se descomponen fotoquímicamente por la luz
UV-C solar; como consecuencia de estas reacciones se liberan sus átomos de halógeno.
La variación de la concentración total de átomos de cloro y bromo estratosférico, expresada en
el equivalente de cloro relativos a su poder de destrucción de ozono a los largo de la última
mitad del siglo XX y la proyección hasta finales del siglo XXI, se ilustra en la curva superior
de la figura 2.21. El máximo en la concentración de cloro equivalente, alrededor de 4ppmm,
ocurrió a finales de los 90, siendo unas cuatro veces mayor que el nivel natural debido a la
liberación por el mar de cloruro y bromuro de metilo. Adviértase que el agujero de ozono
antártico apareció primero cuando la concentración de cloro alcanzo cerca de 2 ppmm (línea
delgada de la figura)

El reciente aumento del cloro estratosférico es debido al uso y liberación de


clorofluorcarbonos, que son compuestos que contienen (solo) clor, fluor y carbono y que,
comúnmente se denominan CFC47.
¿A quién puede importarle todo esto? Allá arriba, en el cielo, algunas moléculas invisibles son
destruidas por otras moléculas invisibles elaboradas aquí en la Tierra. ¿Por qué deberíamos
preocuparnos?
Porque el ozono es nuestro escudo contra la luz ultravioleta del Sol. Si todo el ozono de las
alturas se sometiese a la temperatura y presión que hay en torno a nosotros, en este momento la
capa tendría un espesor de sólo tres milímetros. No parece mucho, pero es todo lo que hay
entre nosotros y las abrasadoras radiaciones ultravioleta procedentes del Sol.

47
Baird, Colin. Quimica Ambiental. Segunda Edicion. Editorial Reverté S.A. 2004. Pág 64
48

El peligro asociado a la luz ultravioleta del que se suele hablar es el de cáncer de piel. Las
personas de piel clara resultan especialmente vulnerables; las morenas, en cambio, disponen de
una generosa cantidad de melanina para su protección. (Tostarse al sol constituye una
adaptación; las pieles pálidas desarrollan una mayor protección cuando se les expone a la
radiación ultravioleta.) Se diría que existe una remota justicia cósmica en el hecho de que
fuesen blancos los inventores de los CFC, mientras que la gente de piel oscura, que poco tuvo
que ver con tan maravilloso invento, disfruta de una protección natural. Según se ha informado,
la incidencia de cánceres malignos de piel es hoy diez veces mayor que en la década de los
cincuenta. Aunque parte de este aumento aparente puede deberse al perfeccionamiento del
diagnóstico, la pérdida de ozono y el incremento de la exposición a la luz ultravioleta también
parecen estar implicados. Si las cosas empeorasen mucho, las personas de piel pálida tendrían
que utilizar prendas protectoras especiales durante sus excursiones habituales, al menos en
alturas y latitudes elevadas.
Lo peor de todo, sin embargo, no es el incremento del cáncer de piel como consecuencia
directa del aumento de las radiaciones ultravioleta, ni tampoco la mayor incidencia de cataratas
oculares. Más serio es el hecho de que los rayos ultravioleta afectan el sistema inmunitario (el
mecanismo del cuerpo para combatir las enfermedades), pero, otra vez, los afectados son sólo
aquellos que carecen de protección. Ahora bien, por grave que esto se nos antoje, el auténtico
peligro radica en otra parte.
Expuestas a la luz ultravioleta, las moléculas orgánicas que constituyen toda la vida planetaria
se desintegran o forman combinaciones químicas indeseables. Los seres que más abundan en el
océano son unas minúsculas algas unicelulares que flotan cerca de la superficie del agua: el
fitoplancton. No pueden sumergirse más para rehuir la radiación ultravioleta porque viven
gracias a la luz solar. Ciertos experimentos han mostrado que incluso un moderado incremento
de radiación ultravioleta daña las algas unicelulares comunes en el océano Antártico y otros
lugares. Se puede esperar que incrementos mayores causen en esos seres grandes pérdidas y, en
última instancia, un aniquilamiento masivo. Las mediciones preliminares de la población de
estas plantas microscópicas revelan que en las aguas antárticas se ha registrado recientemente
una mengua asombrosa hasta del 25 % cerca de la superficie del mar. Al ser tan pequeños, los
seres que integran el fitoplancton carecen de las pieles duras de animales y plantas superiores
que absorben la luz ultravioleta. Amén de una serie de repercusiones en cascada en la cadena
alimentaria oceánica, la muerte del fitoplancton elimina la capacidad del océano para extraer
dióxido de carbono de la atmósfera, y con ello contribuye al calentamiento global. Éste es uno
de los diversos modos en que se relacionan el debilitamiento de la capa de ozono y el
calentamiento de la Tierra (aunque sean cuestiones fundamentalmente diferentes, porque en el
49

caso de la disminución del ozono el responsable es la luz ultravioleta, mientras que en el del
calentamiento global lo son la luz visible y la infrarroja).
Ahora bien, si incide sobre el océano una mayor cantidad de luz ultravioleta, el peligro no
queda limitado a estas pequeñas algas, porque son el alimento de animales microscópicos (el
zooplancton) que a su vez son devorados por pequeños crustáceos (como los de mi mundo de
cristal número 4210) , a su vez devorados por peces pequeños, a su vez devorados por los
grandes, a su vez devorados por los delfines, las ballenas y los hombres. La destrucción de las
algas en la base de la cadena alimentaria determina el colapso de ésta. Existen, en la tierra y en
el agua, muchas cadenas alimentarias, y todas parecen vulnerables a los daños producidos por
las radiaciones ultravioleta. Por ejemplo, las bacterias de las raíces de los arrozales que fijan el
nitrógeno del aire son sensibles a la luz ultravioleta; un incremento de ésta podría poner en
peligro las cosechas y posiblemente comprometer incluso el abastecimiento alimentario
humano. Los estudios de laboratorio sobre cosechas a latitudes medias indican que muchas
resultan desfavorablemente afectadas por la luz ultravioleta cercana que se filtra al adelgazarse
la capa de ozono.
Al permitir la destrucción de la capa de ozono y el aumento de la intensidad de la radiación
ultravioleta en la superficie terrestre, estamos planteando retos de gravedad desconocida pero
inquietante al tejido de la vida planetaria. Ignoramos las complejas dependencias mutuas de los
seres de la Tierra y cuáles serán las consecuencias derivadas de la desaparición de algunos
microbios especialmente vulnerables de los que dependen organismos mayores. Estamos
tirando del tapiz biológico planetario y no sabemos si sólo arrancaremos un hilo o si se
desbaratará todo el tejido.
Nadie cree que la capa de ozono en su totalidad corra peligro de desaparición inminente.
Aunque nos neguemos con terquedad a reconocer el riesgo, no quedaremos reducidos a la
asepsia de la superficie marciana, ametrallada por las radiaciones ultravioleta del Sol que
llegan hasta allí sin ningún estorbo; pero se estima muy peligrosa una reducción global de sólo
el 10 % del volumen de ozono, y muchos científicos creen que la actual dosis de CFC en la
atmósfera determinará ese resultado. En 1974, F. Sherwood Rowland y Mario Molina, de la
Universidad de California, fueron los primeros en advertir que los CFC cerca de un millón de
toneladas inyectadas cada año en la estratosfera podían dañar gravemente la capa de ozono.
Experimentos y cálculos subsiguientes de científicos de todo el mundo han confirmado su
hallazgo. En un principio, algunos cálculos ratificaron la existencia del efecto, pero indicaron
que era menos serio de lo que decían Rowland y Molina; otros señalaron que sería más grave.
(Casi siempre que se produce un nuevo descubrimiento otros investigadores tratan de
determinar su solidez.) Sin embargo, los cálculos se asentaron más o menos hacia donde
50

Rowland y Molina habían dicho (y en 1995 compartieron el premio Nóbel de química por su
trabajo).
La empresa DuPont , que vendía CFC a razón de unos 600 millones de dólares al año, publicó
cartas en periódicos y revistas científicas, y sus representantes declararon ante comisiones del
Congreso que no estaba demostrado que los CFC representasen un peligro para la capa de
ozono, que se había exagerado mucho o que la conclusión se basaba en un razonamiento
científico defectuoso. Sus cartas comparaban a los «teóricos y algunos legisladores», que
exigían la prohibición de los CFC, con los «investigadores y la industria de los aerosoles»,
dispuestos a contemporizar. Afirmaban que «los responsables primarios eran... otros productos
químicos» y advirtieron del riesgo de «empresas destruidas por una prematura acción
legislativa». Aseguraban que «no había evidencia suficiente» sobre la cuestión y prometían
iniciar una investigación de tres años, pasados los cuales se podría hacer algo. Una empresa
poderosa y próspera no estaba dispuesta a arriesgar centenares de millones de dólares al año
sólo por lo que dijeran unos pocos fotoquímicos. Cuando la teoría quedó demostrada sin
resquicio de duda, declararon que aún era demasiado pronto para considerar la oportunidad de
hacer cambios. En cierto modo venían a decir que la fabricación de los CFC se interrumpiría
tan pronto como la capa de ozono hubiese quedado irreparablemente dañada. Claro que para
entonces era probable que ya no existieran clientes.
Una vez los CFC llegan a la alta atmósfera, no hay medio de eliminarlos (tampoco es posible
enviar ozono desde aquí, donde es un contaminante, hacia donde se necesita) . Los efectos de
los CFC ya presentes en el aire perdurarán alrededor de un siglo. En consecuencia, Sherwood
Rowland, otros científicos y el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales de Washington
exigieron la prohibición de los clorofluorocarbonos. Hacia 1978 los aerosoles de CFC fueron
declarados ilegales en Estados Unidos, Canadá, Noruega y Suecia. Sin embargo, la mayor parte
de la producción de CFC no se destinaba a aerosoles. La inquietud pública se calmó
momentáneamente, la atención se desvió hacia otra parte y el contenido de CFC en el aire
siguió aumentando. El volumen de cloro atmosférico llegó a ser el doble del que había cuando
Rowland y Molina dieron la alarma, y cinco veces el existente en 1950.
Durante años, el British Antartic Survey, un equipo de científicos instalado en la bahía de
Halley, en el continente Antártico, había estado midiendo la capa de ozono sobre sus cabezas.
En 1985 anunciaron la desconcertante noticia de que el ozono primaveral se había reducido a
casi la mitad del registrado unos años antes. El descubrimiento fue confirmado por un satélite
de la NASA. Faltan ahora dos tercios del ozono primaveral sobre la Antártida. Hay un agujero
en la capa antártica de ozono. Ha aparecido cada primavera desde finales de la década de los
setenta. Aunque se cierra en invierno, parece durar cada vez más tiempo en primavera. Ningún
científico había previsto algo así.
51

Como es lógico, el descubrimiento hizo que se repitieran las peticiones de prohibición de los
CFC (igual que había sucedido cuando se descubrió que éstos contribuían al calentamiento
global provocado por el efecto invernadero del dióxido de carbono). Pero a los ejecutivos
industriales parecía costarles comprender la naturaleza del problema. Richard C. Barnett,
presidente de la Alianza para una Política Responsable sobre los CFC integrada por sus
fabricantes llegó a decir: «La suspensión inmediata y completa de los CFC que algunos
solicitan tendría horrendas consecuencias. Varias industrias tendrían que cerrar por falta de
productos alternativos; el remedio mataría al paciente.» Sin embargo, no debemos olvidar que
el paciente no es «algunas industrias», sino que podría ser la vida en la Tierra.
La Asociación de Fabricantes de Productos Químicos consideraba «muy improbable que [ el
agujero de la Antártida] tenga una significación global... Incluso en la otra región más
semejante del mundo, el Ártico, la meteorología descarta de hecho una situación similar».
Posteriormente se encontraron en el agujero de ozono mismo niveles incrementados de cloro
reactivo, lo que contribuyó a confirmar la implicación de los CFC. Mediciones próximas al
polo norte indican que también está surgiendo un agujero de ozono en el Ártico. Un estudio de
1996 titulado «Confirmación por satélite del predominio de clorofluorocarbonos en el balance
de cloro estratosférico global» llega a la conclusión extraordinariamente tajante (para tratarse
de un artículo científico) de que los CFC se hallan implicados en la mengua del ozono «más
allá de cualquier duda razonable». La acción del cloro procedente de los volcanes y la espuma
marina al contrario de lo postulado por algunos comentaristas radiofónicos de derechas es,
como mucho, responsable del 5 % del ozono destruido.
En las latitudes septentrionales, donde se concentra la mayor parte de la población de la Tierra,
el volumen de ozono parece haber estado menguando de forma constante al menos desde 1969.
Es cierto que hay fluctuaciones los aerosoles volcánicos en la estratosfera, por ejemplo,
contribuyen a reducir durante un año o dos los niveles de ozono antes de posarse, pero según la
Organización Meteorológica Mundial, el descubrimiento de disminuciones del 30 % en las
latitudes septentrionales medias durante algunos meses del año, y hasta del 45 % en ciertas
áreas, constituye un motivo de alarma. Así no hará falta que pasen muchos años para que la
vida bajo la menguante capa de ozono se encuentre, con toda probabilidad, en apuros.
La ciudad de Berkeley (California) prohibió los envases de espuma sólida de CFC utilizados en
muchos comercios para mantener caliente la comida. La cadena de hamburgueserías
McDonald's se comprometió a eliminar de sus envases los CFC más dañinos. Finalmente, y
ante la amenaza de regulaciones oficiales y del boicot de los consumidores, en 1988, catorce
años después de que hubiera sido identificado el peligro de los CFC, DuPont anunció que
reduciría paulatinamente la producción de estos compuestos, pero que no la abandonaría por
completo antes del año 2000. Otros productores norteamericanos ni siquiera prometieron eso.
52

Sin embargo, Estados Unidos sólo era responsable del 30 % de la producción mundial de
clorofluorocarbonos. La amenaza a largo plazo sobre la capa de ozono era global. Estaba claro,
pues, que también tendría que serlo la solución.
En septiembre de 1987, los representantes de muchas de las naciones productoras y
consumidoras de CFC se reunieron en Montreal para considerar la posibilidad de un acuerdo
que limitase su empleo. En un principio, Gran Bretaña, Italia y Francia, presionadas por sus
poderosas industrias químicas (y este último país por sus fabricantes de perfumes), sólo
participaron en el debate a regañadientes, pues temían que DuPont escondiera en la manga un
sustitutivo y sospechaban que Estados Unidos quería prohibir los CFC para aumentar la
competitividad global de una de sus mayores empresas. Naciones como Corea del Sur ni
siquiera comparecieron. La delegación china no firmó el tratado. Se dice que Donald Hodel,
secretario de Interior estadounidense (un conservador nombrado por Reagan y enemigo de los
controles oficiales), sugirió que, en vez de limitar la producción de CFC, todos lleváramos
gafas de sol y sombrero. Esta opción no está al alcance de los microorganismos en la base de la
cadena alimentaria que mantiene la vida en la Tierra. Pese a tal opinión, Estados Unidos firmó
el Protocolo de Montreal. Fue verdaderamente inesperado que eso ocurriera durante el espasmo
antiambientalista de la última administración de Reagan (a menos que el temor de los
competidores europeos de DuPont estuviese realmente fundado). Sólo en Estados Unidos había
que reemplazar 90 millones de acondicionadores de aire para coches y 100 millones de
frigoríficos, lo que representaba un sacrificio considerable en aras del medio ambiente. Hay
que reconocer un mérito sustancial al embajador Richard Benedick, que encabezó la
delegación norteamericana en Montreal, y a la primera ministra británica Margaret Thatcher,
quien, por haber cursado estudios de química, comprendió la cuestión.
El Protocolo de Montreal fue reforzado después por dos acuerdos adicionales firmados en
Londres y Copenhague 156 naciones, incluyendo las repúblicas de la ex Unión Soviética,
China, Corea del Sur e India, han firmado el tratado. (Algunos países se preguntan por qué
tienen que olvidarse de los frigoríficos y acondicionadores de aire que emplean CFC justo
cuando sus industrias empiezan a desarrollarse, y cuando Japón y Occidente ya han sacado
todo el partido de éstos. Se trata de una reivindicación justa, aunque denota una gran estrechez
de miras.) Se acordó una reducción progresiva de la producción de CFC hasta su total
supresión en el año 2000, plazo que luego se anticipó a 1996. China, cuyo consumo de CFC
durante la década de los ochenta aumentaba en un 20 % anual, accedió a reducir su uso y
renunció al periodo de gracia de 10 años que le concedía el acuerdo. DuPont es ahora una
empresa líder en la supresión de los CFC y se ha comprometido a una reducción más rápida
que la de muchas naciones. El volumen de clorofluorocarbonos en la atmósfera está
menguando apreciablemente. Lo malo es que tendremos que dejar de producirlos por completo
53

y luego aguardar un siglo a que la atmósfera se limpie por sí sola. Cuanto más nos demoremos,
cuantas más sean las naciones que persistan en la producción de estos compuestos, mayor será
el peligro.
Está claro que el problema se resolverá cuando se encuentre un sustituto barato y eficaz de los
CFC que no cause daño ni a nosotros ni al medio ambiente. Ahora bien, ¿y si no existe? ¿Y si
el mejor sustituto es más caro que los CFC? ¿Quién pagará las investigaciones y quién asumirá
la diferencia de precio, el consumidor, el Gobierno o la industria química, que nos metió en
este atolladero y sacó partido de ello? ¿Proporcionan las naciones industrializadas que se
beneficiaron de la tecnología de los CFC una ayuda significativa a los estados en vías de
industrialización que no tuvieron esa ventaja? ¿Y si necesitamos 20 años para asegurarnos que
el sustituto no causa cáncer? ¿Qué hay de las radiaciones ultravioleta que ahora mismo inciden
sobre el océano Antártico? ¿Qué decir de los CFC que siguen produciéndose y que continuarán
ascendiendo hasta la capa de ozono hasta el momento de su total prohibición?
Se dispone ya de un sustituto o, mejor dicho, un remedio temporal. Los CFC están siendo
provisionalmente reemplazados por los HCFC, moléculas similares pero con átomos de
hidrógeno. Por ejemplo:

Siguen siendo dañinos para la capa de ozono, aunque mucho menos; como los CFC,
contribuyen significativamente al calentamiento global y, al menos al principio de su
producción, resultan más caros. Pero responden a una necesidad inmediata: la protección de la
capa de ozono. Los HCFC fueron desarrollados por DuPont , si bien después de los
descubrimientos efectuados en la bahía de Halley, o eso jura la empresa.
El bromo es, átomo por átomo, al menos cuarenta veces más activo en la destrucción del ozono
estratosférico que el cloro. Por fortuna, resulta mucho más raro que éste. Llega a la atmósfera
en halones empleados como extintores de incendios, y en el bromuro de metilo, empleado para
fumigar la tierra y el grano almacenado.
54

Entre 1994 y 1996 las naciones industrializadas acordaron reducir progresivamente la


producción de estas sustancias a partir de este último año, pero sin suprimirla del todo hasta el
2030. Dado que no existen sustitutos para los halones, puede surgir la tentación de seguir
empleándolos, prohibidos o no. Mientras tanto, un importante reto tecnológico consiste en
hallar una solución a largo plazo mejor que los HCFC, quizás otra brillante síntesis de una
nueva molécula, o bien algo completamente distinto (por para la invención y la creatividad.
Tanto las ventajas económicas como el beneficio a largo plazo para las especies y el planeta
serían considerables. Me gustaría ver empeñada en afán tan meritorio la enorme destreza
técnica invertida en los laboratorios de armas nucleares, ahora moribundos t ras el final de la
guerra fría. Me gustaría saber de ayudas generosas y premios irresistibles para la invención de
maneras convenientes, seguras y razonablemente baratas de producir acondicionadores de aire
y frigoríficos cuya fabricación resulte accesible también a las naciones en vías de desarrollo.
El Protocolo de Montreal reviste importancia por la magnitud de los cambios acordados, pero
sobre todo por su orientación. Lo que quizá resultó más sorprendente fue que se aprobase la
prohibición de los CFC cuando aún no estaba claro si existiría una alternativa factible. La
conferencia de Montreal fue patrocinada por el Programa Ambiental de las Naciones Unidas,
cuyo director, Mostafá K. Tolba, la describió como «el primer tratado verdaderamente global
que brinda protección a todo ser humano».
Es estimulante que seamos capaces de reconocer peligros nuevos e inesperados, que la especie
humana logre unirse para trabajar en nombre de todos sobre una cuestión semejante, que las
naciones ricas estén dispuestas a una participación justa en los costes y que empresas con
mucho que perder no sólo cambien de opinión, sino que vean en una crisis de tal calibre nuevas
oportunidades de prosperidad. La prohibición de los CFC proporciona lo que en matemáticas
se conoce como un teorema de existencia, la demostración de que algo imposible a juzgar por
lo que uno sabe puede hacerse de hecho realidad. Hay motivos para un optimismo cauteloso.
El cloro parece haber alcanzado en la estratosfera una proporción máxima de cuatro partes por
cada mil millones. La cantidad de cloro está disminuyendo, pero, al menos en parte a causa del
bromo, no se espera que la capa de ozono se restablezca pronto.
Evidentemente, aún es demasiado temprano para relajarnos por completo en cuanto a la
protección de la capa de ozono. Tenemos que asegurarnos que la fabricación de estos
materiales quede interrumpida en todo el mundo casi por completo. Hace falta un mayor
esfuerzo investigador para hallar sustitutos seguros. Se necesita un exhaustivo reconocimiento
de la capa de ozono a escala global (desde estaciones terrestres, aviones y satélites en órbita), al
menos tan concienzudo como el que dedicaríamos a un ser querido que sufriese de
palpitaciones cardíacas. Tenemos que saber en qué medida las erupciones volcánicas
55

ocasionales, el calentamiento continuado o la introducción de productos químicos nuevos en la


atmósfera del planeta imponen nuevas tensiones sobre la capa de ozono.
Poco después de la firma del Protocolo de Montreal comenzaron a descender los niveles de
cloro. A partir de 1994 han bajado los niveles estratosféricos de cloro y bromo juntos. Se ha
estimado que, si disminuyen también los niveles de bromo por separado, con la llegada del
siglo XXI la capa de ozono iniciará una recuperación a largo plazo. Si no se hubiesen
establecido controles de CFC hasta el 2010, el cloro habría alcanzado niveles tres veces
superiores a los actuales, el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida persistiría hasta
mediado el siglo XXI I y la mengua primaveral del ozono en las latitudes septentrionales
medias podría haber alcanzado más del 30 % (una magnitud abrumadora en palabras de
Michael Prather, compañero de Rowland en Irvine).
En Estados Unidos sigue habiendo cierta resistencia por parte de las industrias de la
refrigeración, de los «conservadores» extremistas y de algunos congresistas republicanos. Tom
DeLay, líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, consideraba en 1996
que «la ciencia que subyace tras la prohibición de los CFC es discutible» y que el Protocolo de
Montreal es «el resultado del pánico suscitado por los medios de comunicación». John
Doolittle, otro representante republicano, insistía en que el vínculo causal entre la mengua de
ozono y los CFC «sigue estando muy abierto al debate». En respuesta a un periodista que le
recordó el talante crítico y escéptico con que los expertos habían revisado todos y cada uno de
los artículos que establecieron ese vínculo, Doolittle replicó: «No voy a enredarme en revisar a
fondo una superchería.» Para el país sería mejor que lo hiciera. La revisión crítica a fondo es,
de hecho, el gran detector de supercherías. El juicio de la comisión Nóbel fue diferente. Al
conceder el premio a Rowland y Molina cuyos nombres debería conocer todo escolar los alabó
por haber «contribuido a salvarnos de un problema ambiental global que podría haber tenido
consecuencias catastróficas». Es difícil entender cómo pueden oponerse los «conservadores» a
salvaguardar el entorno del que depende la vida de todos nosotros, incluidos ellos mismos y
sus hijos. ¿Qué es exactamente, pues, lo que están conservando los conservadores?
Los elementos cruciales de la historia del ozono son como los de muchas otras amenazas
ambientales. Comenzamos vertiendo alguna sustancia en la atmósfera. No examinamos a
conciencia su impacto ambiental porque el estudio sería caro o retrasaría la producción y
menguaría los beneficios, o porque los responsables no quieren escuchar argumentos en contra,
o porque no se ha recurrido al mejor talento científico, o sencillamente porque somos humanos
y falibles y se nos ha pasado algo por alto. Entonces, de repente, nos enfrentamos con un
peligro por completo inesperado y de dimensiones planetarias que quizá manifieste sus
consecuencias más ominosas al cabo de décadas o siglos. No cabe resolver el problema
localmente o a corto plazo.
56

En todos los casos la lección es clara. No siempre somos lo bastante inteligentes o prudentes
para prever todas las consecuencias de nuestras acciones. La invención de los
clorofluorocarbonos fue un logro brillante, pero por muy ingeniosos que pareciesen en su
momento los químicos responsables no lo fueron lo suficiente. Los CFC eran inertes hasta el
punto de sobrevivir para alcanzar la capa de ozono. El mundo es complejo. El aire, tenue. La
naturaleza, sutil. Nuestra capacidad de hacer daño, grande. Debemos ser más cuidadosos y
menos tolerantes en lo que a la contaminación de este frágil planeta se refiere. Tenemos que
alcanzar cotas significativamente superiores de higiene planetaria y de recursos científicos
destinados a observar y entender el mundo. Debemos empezar a pensar y actuar no sólo en
términos de nuestro país y de nuestra generación (y mucho menos de los beneficios de una
determinada industria) sino en interés del vulnerable planeta Tierra en su totalidad y de las
generaciones futuras. El agujero de la capa de ozono es una especie de mensaje escrito en el
cielo. Al principio parecía expresar nuestra continuada complacencia ante una poción mágica
de peligros mortales, pero quizás exprese en realidad un talento recién hallado para trabajar
juntos con el fin de proteger el medioambiente global. El Protocolo de Montreal y sus
enmiendas representan un triunfo y un motivo de gloria para la especie humana 48.

11) Esquema de como se destruye la capa de ozono

El problema con los CFC, que a temperaturas normales acá abajo son muy estables, es que allá
arriba pierden esa característica al ser expuestos a temperaturas más altas (a medida que se
asciende aumenta la temperatura). Esto ocurre a gran altura, la que alcanzan al cabo de unos
diez años, tiempo durante el cual permanecen químicamente inalterados. Al llegar a la
estratósfera, las radiaciones UV provocan su separación, iniciando un fenómeno químico que
se podría resumir en que el átomo de cloro que contienen los CFC queda libre, atacando a las
moléculas de ozono, separando de ellas uno de sus átomos de Oxígeno, el que se fusiona con el
cloro convirtiéndose en una molécula de monóxido de cloro (es decir un átomo de cloro + 1
átomo de Oxígeno), dejando al ozono original (O3) como una molécula de oxígeno simple (O2),
respirable tal vez, pero inútil puesto que en esa zona sólo el ozono puede filtrar los rayos UV.
Lo que viene a complicar el asunto es que la molécula de monóxido de cloro generada se
rompe fácilmente, quedando nuevamente libre el cloro, con lo que una sola molécula de CFC
puede destruir rápidamente a miles de moléculas de Ozono. 49

48
Op. Cit Carl Sagan pag 51-56
49
http://www.atico.cl/pages/archivo/anterior/tecno/cien5.html
57

Clave para los


atomos Chlorine (Cl) Oxygen (O) Fluorine (F) Carbon (C)

Ecuación quimica

CFCl3 + Luz UV == > CFCl2 + Cl


Cl + O3 == > ClO + O2
ClO + O == > Cl + O2

El atomo de cloro libre ataca la libertad de otra molécula de ozono

Cl + O3 == > ClO + O2
ClO + O == > Cl + O2

y otra vez ...


58

Cl + O3 == > ClO + O2
ClO + O == > Cl + O2

y otra vez ... miles de veces. 50

Al descomponerse los CFC´s liberan cloro atómico el cual es muy reactivo y destruye a las
moléculas de ozono, se considera que un sólo átomo de cloro destruye hasta 100 mil moléculas
de ozono. Las ecuaciones químicas que representan el proceso son:

a) Cl + O3 --------> Cl O + O2
b) Cl O + O --------> Cl + O2

Se observa la acción catalítica del átomo de cloro de acuerdo a las dos ecuaciones químicas,
ya que el átomo de cloro vuelve a quedar libre para seguir reaccionando con otra molécula de
ozono y así sucesivamente. El monóxido de cloro (ClO) que es un subproducto de los
clorofluorocarbonos también destruye a la molécula de ozono. La reacción química neta se
representa mediante la ecuación química:

O + O3 ------> 2 O2

Reacciones químicas de formación y descomposición del ozono:

NO2 + hv (radiación solar) --------> NO + O

O + O2 --------> O3

50
P.W Australia Government Bureau of Meteorology
http://www.bom.gov.au/lam/Students_Teachers/ozanim/ozoanim.shtml
59

O3 + NO --------> NO2 + O2

2 O3 --------> 3 O2

12) Efectos de la disminución de la capa de ozono

En la salud humana

Un incremento de estas radiaciones provoca, entre otros males:


 Cáncer a la piel (maligno y no maligno).
 Daño al sistema inmunológico, al exponer a las personas a la acción de varias
bacterias y virus.
 Daño a los ojos, incluyendo cataratas.
 Quemaduras producidas por el sol (de diferentes grados de severidad dependiendo del
tiempo de exposición) y avejentamiento de la piel.
 Mayor riesgo de Dermatitis alérgica y tóxica.
 Activación de ciertas enfermedades provocadas por bacterias y virus.

 Cáncer de piel

Hoy se estima que los índices de cáncer de piel aumentaron debido a la disminución del
ozono estratosférico (capa de ozono). El tipo más común de cáncer de piel, el denominado no-
melanoma, es causa de las exposiciones a la radiación UV-B durante varios años. Existen ya
personas que han recibido la dosis de UV-B que puede provocar este tipo de cáncer.

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) pronostica que a una tasa
anual de 10 por ciento de pérdida de ozono durante varias décadas, el aumento en casos de
cáncer de piel rondará los 250.000 por año. Incluso teniendo en cuenta los acuerdos actuales
para la eliminación de sustancias que agotan la capa de ozono (SAO), un modelo realista
indicaría que el cáncer de piel aumentaría a un 25 por ciento por encima del nivel de 1980 para
el año 2050, a lo largo de los 50° latitud Norte. El cáncer de piel más letal, denominado
melanoma, también podría incrementar su frecuencia.
60

 El Sistema Inmunológico

Las defensas de una persona para combatir las infecciones depende de la fortaleza de su
sistema inmunológico. Se sabe que la exposición a la luz ultravioleta reduce la efectividad del
sistema inmunológico, no sólo relacionándose con las infecciones a la piel sino también con
aquellas verificables en otros partes del organismo.

La exposición a la radiación UV-B bien puede hacer que el sistema inmunológico tolere la
enfermedad en lugar de combatirla. Esto podría significar la inutilidad de los programas de
vacunación tanto en países industrializados como en vías de desarrollo.

 Efectos en los ecosistemas Acuáticos

La pérdida del fitoplancton, base de la cadena alimentaría marina, ha sido observada como
causa del aumento de la radiación ultravioleta. Bajo el agujero de ozono en la Antártida la
productividad del fitoplancton decreció entre el 6 y el 12 por ciento.

PNUMA indica que un 16 por ciento de disminución de ozono podría resultar en un 5 por
ciento de pérdida de fitoplancton, lo cual significaría una pérdida de 7 millones de toneladas de
pescado por año -alrededor del 7 por ciento de la producción pesquera mundial. El 30 por
ciento del consumo humano de proteínas proviene del mar, esta proporción aumenta aún más
en los países en vías de desarrollo.

 Efectos en los ecosistemas Terrestres

Animales

Para algunas especies, un aumento de radiación UV-B implica la formación de cáncer de


piel. Esto se ha estudiado en cabras, vacas, gatos, perros, ovejas y animales de laboratorio y
probablemente esté señalando que se trata de una característica común a varias especies. Las
infecciones en bovinos pueden agravarse con un aumento de la radiación UV-B. 3.2 Plantas
En muchas plantas la radiación UV-B puede tener los siguientes efectos adversos: alterar su
forma y dañar crecimiento de plantas; reducir el crecimiento de los árboles; cambiar los
tiempos de florecimiento; hacer que las plantas sean más vulnerables a las enfermedades y que
produzcan sustancias tóxicas. Incluso podría haber pérdidas de biodiversidad y especies. Entre
los cultivos en los que se registraron efectos negativos debido a la incidencia de la radiación
UV-B figuran la soja y el arroz.
61
62

CONCLUSIONES

 Estos compuestos gaseosos elaborado por el hombre, conocidos genéricamente como


Clorofluorcarbonos (CFC) o Freones, fueron sintetizados a partir de 1932, en
respuesta a la necesidad de compuestos inocuos, inodoros, no inflamables ni
corrosivos y baratos, para sustituir a los ases que en esa época se usaban en los
equipos de refrigeración, los cuales presentaban ciertas propiedades de refrigeración,
los cuales presentaban ciertas propiedades indeseables.

 Tiempo mas tarde, los freones fueron también empleados con otros diversos
propósitos; por ejemplo como gases propulsantes en los envases o radiadores (aveces
denominados aerosoles), puesto que no modifican el color, olor y sabor de los
productos contenidos en el recipiente.

 Son compuestos gaseosos formados por cloro, flúor y carbono. Por sus propiedades
(por .ej. su punto de ebullición es inferior a 0º C) y su precio, resultan
extremadamente útiles para diversas aplicaciones industriales.

 Infortunadamente, hacia 1973 se descubrió, y en ese momento se considero


irrelevante y no se difundió oportunamente, que las moléculas de estas sustancias y
otras similares, al ser descartadas en el aire, se van acumulando sin descomponerse y
migra lentamente a la atmósfera superior, donde por acción de la radiación solar se
descomponen y liberan átomos de cloro (CL).

 A su vez, los átomos de cloro atacan a las moléculas de oxigeno. Por supuesto, la
desaparición de moléculas de ozono provoca una reducción del "espesor" de la capa
protectora de ozono (O3) y disminuya así su efecto filtrante y de retención de
radiaciones ultravioleta.

 Para no perjudicar la capa de ozono, ya se están usando como gases refrigerantes, en


vez de freones o sustancias similares dañinas, otros compuestos orgánicos y sé esta
ensayando también el uso de mezclas de los hidrocarburos propano y butano.

 No debe confundirse la capa de ozono y su acción, con el ozono troposférico, o sea el


generado a nivel de la superficie terrestre, al que se considera actualmente como un
63

contaminante que contribuye al Efecto de Invernadero, consecuentemente, al


calendario global

SUGERENCIAS
 Cumplir con los acuerdos tomados en el protocolo de Montreal (1987), que fue
firmado por unas 180 naciones, incluido EEUU.
 Los protocolos de Montreal y de Copenhague, en 1987 y 1991, impusieron a
nivel internacional que se disminuya progresivamente el uso de los gases que
afectan la capa de ozono. Según los acuerdos internacionales, para el año
2006 su utilización deberá ser totalmente eliminada.
 Eliminar el uso de estos gases destructores del ozono, especialmente los

clorofluocarbono contenidos en los spray, refrigerantes, espumas de


plásticos, aire acondicionados. Para esto se deben ampliar los controles y la
financiación de proyectos para conseguir nuevas tecnologías que permitan
que esto se cumpla.
 Reciclar la basura que se pueda

 Pensar dos veces antes de comprar un aerosol.

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