Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Su conocimiento es importante, por cuanto son las que se alteran cuando el hígado es
dañado y determinan las manifestaciones clínicas de la enfermedad. El hígado tiene una
gran capacidad de reserva, de modo que un daño leve o moderado puede no reflejarse en
una alteración funcional. Por otra parte, algunas funciones del hígado son más
susceptibles que otras a la acción de agentes nocivos. Finalmente, debe tenerse presente
que no hay ningún examen que sea capaz de medir globalmente la capacidad funcional
del hígado.
HEPATITIS
El término hepatitis corresponde a una inflamación difusa del hígado, sin distinción de
etiología. Clínicamente, la hepatitis aguda varía en un espectro continuo desde pacientes
asintomáticos, con alteraciones funcionales hepáticas mínimas, hasta pacientes que
desarrollan insuficiencia hepática con encefalopatía y finalmente mueren a
consecuencia de la enfermedad.
La hepatitis crónica se define como una enfermedad hepática inflamatoria que persiste
por más de 6 meses después de una hepatitis aguda o como un proceso inflamatorio
crónico en el examen histológico, con o sin una historia previa de hepatitis.
Las causas más frecuentes de hepatitis son virus (A, B, No-A, No-B), etanol y drogas
(paracetamol, metildopa, isoniacida, nitrofurantoína, etcétera).
La hepatitis B tiene un largo periodo de incubación (50-180 días), es transmitida por vía
parenteral y no parenteral. El antígeno de superficie del virus B (HBs Ag) se detecta en
la sangre, saliva, semen, orina, leche y bilis. Los contactos sexuales y los hijos recién
nacidos de pacientes portadores y los homosexuales tienen un alto índice de infección.
El HBs Ag es positivo en la sangre del 75-85% de los pacientes con infección por virus
B. Un 10% desarrolla hepatitis crónica.
La hepatitis no A-no B puede ser producida por tres virus, por lo menos, y su periodo de
incubación va de 6 a 14 semanas. Es responsable de la mayoría (85-90%) de las
hepatitis postransfusionales y es causa frecuente de hepatitis en adictos a drogas,
pacientes con trasplante renal o en hemodiálisis y en hemofílicos. Determina una
apreciable frecuencia de hepatitis crónica (25%).
b) Hepatitis crónica;
c) Cirrosis.
Metabolismo del etanol. El etanol no puede ser almacenado, por lo que debe ser
metabolizado, especialmente en el hígado. El adulto sano no puede metabolizar más de
160 gramos al día.
La cirrosis hepática puede ser asintomática si la disminución dela reserva funcional del
hígado es suficiente para los requerimientos metabólicos habituales (cirrosis
compensada). En el examen físico se encuentra generalmente una alteración del tamaño
y de la consistencia del hígado.
La bilis es una solución acuosa compleja que contiene algunas substancias orgánicas
características como bilirrubina, sales biliares, colesterol y fosfolípidos. Es secretada
por los hepatocitos continuamente a nivel de los canalículos biliares, modificada en su
curso por los conductillos y conductos biliares por la secreción o reabsorción de Na ++,
CO3- y agua, almacenada y concentrada en la vesícula biliar en los periodos
interdigestivos. La bilis es un vehículo para la excreción de productos endógenos
potencialmente tóxicos como la bilirrubina y de productos exógenos como drogas y
toxinas y fundamental en la digestión y absorción de las grasas en el intestino.
COLELITIASIS.
Es una enfermedad frecuente, con una prevalencia en Chile superior a 50% después de
los 50 años en las mujeres, las que a su vez presentan una frecuencia superior al doble
de la de los hombres. La frecuencia de colelitiasis aumenta con la edad su incidencia es
mayor en las personas obesas y en las mujeres multíparas o que usan anticonceptivos.
El riesgo de cáncer vesicular es significativamente mayor en los portadores de
colelitiasis. En nuestro país es común que los cálculos estén formados
predominantemente por colesterol. Los cálculos pigmentarios, compuestos por
bilirrubinatos, son poco frecuentes.
a) Colelitiasis asintomática
e) Pancreatitis aguda
f) Cáncer vesicular
COLESTASIA.
Prurito: Hay una indudable relación entre la existencia de niveles elevados de sales
biliares y el prurito, aunque no existe una correlación directa. Se cree que las sales
biliares estimulan terminaciones nerviosas finas y amielinícas produciendo prurito.
Esto parece demostrarse en el hecho de que el tratamiento con sustancias quelantes
como la colestiramina es efectivo ya que disminuye los niveles de sales biliares
circulantes.
2.- Neoplásicas: cáncer de la cabeza del páncreas, del colédoco, de la ampolla de Vater,
etcétera.
2.- Colestasis hepatocelular: alteración que afecta al aparato secretor de los hepatocitos:
colestasia del embarazo, colestasia por anticonceptivos y anabólicos esteroidales,
colestasia asociada a hepatitis viral, alcohólica, sepsis y drogas.