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Introducción
Todos aquellos dispositivos que producen o utilizan energía eléctrica, tanto alterna como
continua, se engloban bajo la denominación de máquinas eléctricas. Su origen se remonta a hace casi
200 años, cuando el descubrimientos de los fenómenos de inducción electromagnética permitió la
construcción de las primeras máquinas eléctricas.
Una definición completa de máquina eléctrica sería la siguiente: Máquina Eléctrica es todo
conjunto de mecanismos capaces de generar, aprovechar o transformar la energía eléctrica. Esta
definición nos sirve para clasificar las máquinas según la función que realizan. Así, tendremos:
Desde un punto de vista mecánico, las máquinas eléctricas se pueden clasificar en:
b) Rotativas: Son las provistas de elementos giratorios, estando dentro de este tipo los
generadores, tanto dinamos como alternadores, y los motores eléctricos.
1. Cuando una carga eléctrica se desplaza en el seno de un campo magnético, se produce una
interacción entre la carga y el campo que da lugar a la denominada Fuerza de Lorentz que viene
dada por la Ley de Lorentz: F = q · ( v x B)
2. Si en lugar de tener una carga en movimiento, tenemos un conductor recorrido por una corriente
de intensidad i, la fuerza que actuará sobre dicho conductor, como consecuencia de las fuerzas
ejercidas sobre los electrones en movimiento en su interior, vendrá dada por: F = i · (L x B)
5. Consideremos un conductor por el que circula una corriente i. Se comprueba que se genera un
campo magnético entorno al conductor por efecto de la corriente eléctrica. Las líneas de
inducción del mismo serán circulares y concéntricas al conductor, y el valor del vector inducción
magnética vendrá dado por la Ley de Biot y Savart (expresión equivalente a la ley de Coulomb
del campo eléctrico):
Lxr
B = k ·i
r2
6. Consideremos ahora el caso de una barra conductora por la que inicialmente no circula una
corriente, y que se desplaza en el interior de un campo magnético. Aunque no esté recorrida por
una corriente, la barra posee electrones que también se están desplazando y por tanto actuará
sobre ellos la fuerza de Lorentz. Esta fuerza provoca el desplazamiento de los electrones en el
interior de la barra hacia uno de los extremos de la misma, lo que origina una separación de
cargas, prosiguiendo esta separación hasta que el campo eléctrico creado compense a la fuerza
magnética que actúa sobre los electrones. Si la barra se desliza sobre un bastidor metálico en
forma de U, mientras que dure su desplazamiento se originará una corriente a lo largo del
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circuito cerrado barra-bastidor, que tienda a disminuir el exceso de carga que hay en los
extremos de la barra. Es decir, se está induciendo una corriente eléctrica.
La fuerza electromotriz de esta corriente viene dada por la Ley de Faraday, que nos dice que “la
fuerza electromotriz inducida (f.e.m. inducida) es la producida en un circuito inerte mediante la
variación del número de líneas de inducción que atraviesan la superficie limitada por él”, cuya
expresión matemática es:
dΦ
ε = − (Ley de Faraday)
dt
El valor de la f.e.m. inducida es independiente de las causas que provocan la variación del flujo, y
solamente depende de la mayor o menor rapidez con que varía el flujo a través de la superficie. El
sentido de la corriente inducida viene dado por la Ley de Lenz, que nos dice que: “el sentido de
las corrientes inducidas es tal que, con sus acciones electromagnéticas (dadas por la ley de Biot y
Savart), tienden a oponerse a las causas que las producen”.
Otros fenómenos de interés en el estudio de las máquinas eléctricas, pero relacionados mas que
con su funcionamiento con sus inconvenientes, son las corrientes de Foucault y los fenómenos de
histéresis magnéticas.
Las sustancias ferromagnéticas son las que mantienen un momento magnético incluso cuando el
campo magnético externo se hace nulo. Este efecto se debe a una fuerte interacción entre los
momentos magnéticos de los átomos o electrones individuales de la sustancia magnética, que los hace
alinearse de forma paralela entre sí. En circunstancias normales, los materiales ferromagnéticos
están divididos en regiones llamadas ‘dominios’, en los que los momentos magnéticos atómicos están
alineados en paralelo; pero los momentos de dominios diferentes no apuntan necesariamente en la
misma dirección. Esto se traduce en que un trozo de hierro normal puede no tener un momento
magnético total, pero puede inducirse su magnetización colocándolo en un campo magnético, que
alinee los momentos de todos los dominios. Si representamos la inducción magnética producida en el
material en función del campo magnético aplicado, las curvas que se obtienen al aumentar y disminuir
el campo externo no coinciden, fenómeno que se denomina histéresis, y en nuestro caso histéresis
magnética; y se comprueba que siempre que un material ferromagnético se ve obligado a describir un
ciclo de histéresis se produce un desprendimiento de calor, es decir, se producen pérdidas de energía.
(omitiremos para nuestra descripción la causa inicial de este movimiento) en el seno de un campo
magnético uniforme. El flujo del campo a través de la superficie de la espira vendrá dado por:
Φ B = B · S = B · S · cosθ = B · S · cos(ω ·t)
dΦB d
E= − = − (B·S·cos θ) = B · S · ω sen (ω· t)
dt dt
Si la espira se encuentra conectada a un circuito exterior, se genera una corriente eléctrica en la
espira de intensidad i, y de sentido dado por la ley de Lentz. Por otra parte, según hemos visto, esto
implica que sobre la espira actuará un momento de fuerzas neto (denominado momento
electromagnético interno, M), el cual resulta ser opuesto al movimiento descrito por la espira, es
decir, se trata de un momento o par resistente, que debe contrarrestarse desde el exterior
mediante el aporte de energía mecánica. En definitiva, esta energía mecánica es convertida en
energía eléctrica, y la máquina actuará como un generador eléctrico.
Recíprocamente, si desde el exterior se comunica la misma corriente que circulaba por la espira
en el caso anterior, aparece automáticamente una fuerza sobre los conductores y la espira se pondrá
en movimiento. El sentido del momento generado sobre la espira es ahora del mismo sentido que el
movimiento de giro, y se tratará de un momento o par motor. Naturalmente, al girar la espira se
inducirá un f.e.m., pero que ahora tiende a hacer circular una corriente en sentido opuesto a la
comunicada desde el exterior, y que se conoce por fuerza contraelectromotriz. Por tanto, si se
desea mantener la velocidad de giro es necesario contrarrestar esta f.c.e.m. mediante la aplicación
de otra igual y opuesta. En definitiva, la potencia eléctrica suministrada se transfiere al exterior en
forma de energía mecánica y la máquina actuará como un motor eléctrico. Vemos entonces que el
proceso de conversión de energía mecánica en eléctrica es siempre reversible, por lo que en
ocasiones se habla de convertidores electromecánicos de energía más que de generadores y
motores eléctricos, y debido a esta reversibilidad, la constitución ambas máquinas es idéntica.
Desde el punto de vista mecánico, podemos distinguir dos partes: estator o parte fija, y rotor o
parte móvil. En general, el rotor gira en el interior del estator, y con objeto de permitir dicho
movimiento, entre ambas partes existe un espacio de aire, denominado entrehierro, el cual debe ser
los más reducido posible con el fin de evitar pérdidas de flujo magnético.
lugar a un par motor, si la máquina actúa de motor, o a una fuerza contraelectromotriz, y por tanto a
un par resistente si la máquina actúa de generador; denominándose a este devanado como inducido.
Por último, desde un punto de vista constructivo podemos distinguir los siguientes elementos
básicos:
b) Polos inductores: son elementos que sobresalen de la culata destinados a obtener el máximo
flujo con el mínimo de corriente de excitación. Pueden estar construidos con imanes
permanentes, aunque lo normal es que sean electroimanes sujetos a la culata. Estos polos
inductores constan de un núcleo de chapa magnética, denominado núcleo polar, sobre el que
se arrolla el devanado inductor, y una expansión polar o zapata que es la parte más próxima
al inducido y que rodea el entrehierro. El número de polos será siempre par, puesto que el
circuito magnético comprende un polo norte u un polo sur, hablándose de máquinas bipolares,
tetrapolares, etc. según el número de polos con que cuente la máquina.
d) Devanados del sistema inductor: son bobinas situadas alrededor de los polos destinadas a
conducir la corriente de excitación.
2) Inducido: coincide con la parte giratoria de la máquina, es decir, con el rotor. Consta de una
pieza cilíndrica ranurada, montada sobre un eje, formada por un núcleo de chapas de material
ferromagnético aisladas entre sí por medio de barnices. En las ranuras se alojan las bobinas que
forman el devanado inducido, estando el final de cada bobina conectado el comienzo de la
siguiente formando un devanado cerrado.
3) Colector: Es un cilindro formado por delgas de cobre trapezoidales, aisladas entre sí por una
capa de mica y que gira solidariamente con el rotor. Las delgas están conectadas a las bobinas
del inducido, y por medio de ellas podemos conectar el devanado al exterior. Cada delga está
unida eléctricamente al punto de conexión de dos bobinas del inducido, de tal forma que habrá
tantas delgas como bobinas simples tenga el devanado inducido.
4) Escobillas: son piezas de, generalmente de grafito, destinadas a asegurar, por contacto
deslizante, la conexión eléctrica entre el elemento móvil, colector de delgas, y el elemento fijo,
circuito exterior. Las escobillas se sujetan mediante los portaescobillas, que además de sujetar
la escobilla, aseguran su correcto contacto con el colector.
El conjunto colector – escobilla realiza además la función de conmutador, es decir, lleva a cabo
la conversión de la corriente alterna que circula en el inducido en corriente continua fuera de él
o viceversa (según la máquina actúe de generador o de motor), función ésta que será abordada
posteriormente en el apartado dedicado a la conmutación y a los problemas que presenta.
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Lo señalado supone que una máquina eléctrica puede funcionar con valores variables de potencia;
sin embargo, existe un valor que caracteriza el funcionamiento de la máquina y que recibe el nombre
de potencia nominal. Por otra parte, además de la potencia existen una serie de magnitudes que
también determinan el funcionamiento tales como: la tensión e intensidad de la corriente, el par, la
velocidad, etc., y al igual que en el caso de la potencia presentarán valores nominales, especificado
en la placa de características, y que definen el régimen de trabajo nominal de la máquina. Si la
máquina trabaja a la potencia nominal, se dice que está funcionando a plena carga, aunque como se ha
señalado, puede trabajar a potencias menores (media carga, tres cuartos de carga, etc.), o mayores
(sobrecarga).
En el caso ideal, la potencia eléctrica instantánea que se suministra al motor, o la que se obtiene
del generador, coincide con la potencia mecánica que se obtiene del motor, o que se suministra al
generador, es decir:
Sin embargo, en las máquinas reales no se cumple esta igualdad, existiendo una serie de pérdidas
de potencia. Estas pérdidas de potencia pueden clasificarse en tres grandes grupos en función de su
origen: Pérdidas en los conductores, pérdidas en el hierro y pérdidas mecánicas.
Las pérdidas en los conductores corresponden a las pérdidas por efecto Joule en los devanados
del motor. La potencia pérdida viene dada por: P = V · i = R · i2. Hay que tener en cuenta el motor
experimenta un calentamiento durante su funcionamiento (siendo este calentamiento el principal
factor limitante de la potencia que puede suministrar una máquina), y el valor de la resistencia
eléctrica de un metal varía con la temperatura según la expresión: R = Ro·(1 + α ∆ T).
Las pérdidas en el hierro se deben a los fenómenos ya estudiados de las corrientes de Foucault
y de histéresis magnética. Para reducir las pérdidas por histéresis magnética se emplean materiales
cuyo ciclo de histéresis sea lo más reducido posible, mientras que para las corrientes de Foucault se
recurrir a construir todas las piezas de hierro por unión de chapas delgadas convenientemente
separadas entre sí.
Las pérdidas mecánicas se deben al movimiento de los diferentes elementos móviles del motor.
Dentro de este tipos de pérdidas podemos distinguir las siguientes: por rozamiento en los cojinetes,
que son difícilmente evaluables, pues dependen de muchos factores; por rozamiento en las escobillas
debidas al frotamiento de éstas contra el colector, pudiéndose calcular a partir de los valores de
coeficiente de rozamiento; por rozamiento con el aire y por ventilación que aumentan al aumentar la
velocidad de giro de las partes móviles, siendo difíciles de calcular.
1. Arranque o puesta en marcha: es el momento de conexión del motor a la red eléctrica. Para que
el motor pueda arrancar, es preciso que venza la resistencia que ofrecen los rozamiento y la
inercia de las partes móviles que dan lugar al denominado par resistente de arranque. Por su
parte, las fuerzas magnéticas que actúan sobre el inducido dan lugar a un par interno de
arranque, o simplemente par de arranque. En el instante inicial, el par interno debe ser mayor al
par resistente, ya que de no ser así, el sistema no se pondrá en funcionamiento.
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Hay que tener presente que el momento del arranque es uno de los más delicados ya que, según
veremos, en ese momento se demanda una intensidad de corriente muy elevada que puede
producir anomalías en las líneas de alimentación y/o en el propio motor.
2. Aceleración: es el periodo que sigue a la puesta en marcha hasta que alcanza la velocidad nominal.
Durante esta fase se exige al motor el máximo par que es capaz de proporcionar, ya que debe
vencer el par resistente y, además, debe acelerar el sistema contrarrestando el par de inercia.
Las condiciones de arranque y aceleración son, en la mayoría de los casos, las que van a decidir
sobre el motor más adecuado para una determinada aplicación.
3. Marcha de régimen nominal: el motor alcanza su marcha nominal bajo la carga nominal,
permaneciendo ambas constantes. En este momento, el par motor desarrollado es igual, y de signo
opuesto, al par resistente, lo cual es posible al disminuir el par de arranque y aumentar el
resistente al aumentar la velocidad.
Estabilidad de funcionamiento
Una vez alcanzado el régimen nominal, pueden surgir variaciones de los parámetros nominales de
tensión, intensidad, etc., ante los cuales el motor puede comportarse de forma estable o inestable.
Se dice que una máquina eléctrica es estable cuando, frente a estas variaciones, responde
automáticamente con una acción correctora encaminada a establecer el régimen nominal; y se dice
que es inestable cuando las acciones provocadas refuerzan las variaciones, alejándola aún más del
régimen nominal.
Las modificaciones que pueden surgir son fundamentalmente de dos tipos: aumento de velocidad
o disminución de la velocidad. En el primer caso, una máquina estable reduce su par motor, para que
sea menor que el resistente y, de esta forma restablecer el régimen nominal; en cambio, una máquina
inestable responderá con un aumento del par motor con lo cual la velocidad crece aún más y el motor
se embala. Por su parte, si la modificación es una disminución en la velocidad, una máquina estable
responde aumentando el par motor y una máquina inestable reduciéndolo, recuperando o alejándose
del régimen nominal.
Como se ha mencionado anteriormente, tanto los generadores de C.C. o dinamos, como los
motores de C.C. son esencialmente iguales en su funcionamiento y constitución, diferenciándose sólo
en la forma de ser utilizados; por lo que nos ocuparemos fundamentalmente de estos últimos al estar
su uso más extendido.
Fuerza contraelectromotriz
En la descripción de la máquina eléctrica elemental ya se introdujo el concepto de f.c.e.m. como
aquella que se genera en el inducido como consecuencia se su giro en el interior del campo magnético.
Si el motor dispone de p pares de polos y el inducido gira con una velocidad n( r.p.m.) se encuentra
que la fuerza electromotriz inducida en un conductor del devanado inducido es:
p ·n · Φ
ε =
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ε = C1 · n · Φ
donde C1 es una constante dependiente de la forma en que se realicen las conexiones del devanado y
del número de polos del inductor.
Hay que tener presente que si la f.c.e.m. se hace cero, podemos poner en peligro los devanados
del motor, ya que al ser la resistencia de estos pequeña, la intensidad (debida a la conexión a la red
del motor) sería muy grande y podríamos quemar el inducido del motor.
Par electromagnético
Aplicado el resultado mostrado en la presentación de los principios fundamentales del
electromagnetismo, encontramos que el momento o par electromagnético que se produce sobre el
inducido viene dado por:
p · ·n · Φ
M = Ii
2π
donde Ii es la intensidad que circula por el inducido. Al igual que sucedía con la f.c.e.m., la manera en
que se realice el devanado inducido influirá en el par generado, pero, prescindiendo de detalles, se
puede establecer, de una forma general, que el par vendrá dado por: M = C1 · Φ ·Ii
Conmutación
El fenómeno de la conmutación tiene lugar mientras la escobilla conecta simultáneamente dos
delgas. Recordemos que cada delga está unida a una bobina del inducido, por la cual circulará una
corriente; si una escobilla hace contacto con dos delgas consecutivas que tengan una bobina común,
estaremos cortocircuitando la bobina. Si en ese momento había una tensión inducida en la bobina, la
corriente que circula por la misma puede ser muy peligrosa, llegando incluso a quemar la bobina; esta
situación se aprecia por los chisporroteos que se producen entre el colector de delgas y las
escobillas.
campo magnético creado por el inductor se distribuyen uniformemente a ambos lados del
denominado eje longitudinal. Podemos definir un eje perpendicular
al anterior, que denominamos eje transversal, en el que se cumple
que los vectores inducción y velocidad se encuentran alineados, y
por tanto, en los conductores situados en ese eje no se inducen
f.e.m. Por este motivo, al eje transversal también se le denomina
línea neutra (figura 1). Es en esta zona donde deben situarse las
escobillas que hacen contacto con el colector para que la
conmutación se realice cuando no exista f.e.m., y por tanto
corriente, en los conductores, y evitar así la formación de chispas
entre las escobillas y el colector.
Además de esta disminución del flujo magnético útil, la superposición de ambos campos provoca
un desplazamiento de la línea neutra respecto de su posición teórica. Este desplazamiento hace que,
para que la conmutación de una delga a otra se realice de forma correcta, es preciso decalar las
escobillas un cierto ángulo en el sentido del movimiento, cuando la máquina actúa como generador, y
en sentido opuesto cuando lo hace como motor.
Con objeto de compensar los efectos del campo magnético generado por el inducido, se
introducen los polos de conmutación, cuya misión es crear un campo magnético que se oponga al que
origina el inducido, de forma que se evita el desplazamiento de las escobillas, al tiempo que se logra
que el campo magnético efectivo existente en el entrehierro sea el generado por el devanado
inductor. El devanado de estos polos de conmutación se conectarán siempre en serie con el devanado
del inducido. Otras medidas que pueden tomarse para mejorar el proceso de conmutación son: a)
colocar pocas espiras por bobina, b) emplear para las escobillas materiales que aumenten la
resistencia de contacto, c) tiempo de conmutación largo, etc.
Balance de potencias
Como en todo proceso de conversión de energía, en los motores eléctricos parte de la energía
absorbida se utiliza y otra parte se pierde en forma de calor. Las causas de estas pérdidas ya han
sido analizadas anteriormente, centrándonos ahora en la evaluación de las mismas.
Desde el punto de vista de la red eléctrica a la que se conecta una máquina de C.C., cuando ésta
se encuentra en régimen de funcionamiento estable, los devanados del inductor o de excitación y los
del inducido pueden considerarse equivalentes a dos resistencias, Re y Ri respectivamente. Por otra
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parte, en el devanado inducido se genera una fuerza electromotriz, ε , que tiene un sentido opuesto
a la corriente que circula por el inducido. Así, si el devanado inducido se conecta a una línea de C.C.
de valor ε b, tendremos que: ε b = ε + Ri · Ii
Además, si el devanado de excitación se conecta también a la red (es decir, excitación en derivación,
tal y como veremos), se verifica que:
ε b = Re · Ie
donde el término de la izquierda representa la potencia absorbida de la red, Pab, el primer sumando
de la derecha es la potencia electromagnética, Pem, es decir, la potencia eléctrica transformada en
mecánica, mientras que los sumandos restantes son las pérdidas de potencia por efecto Joule en los
devanados de excitación e inducido, Pcu. Por otra parte, a la potencia electromagnética es necesario
restar las pérdidas de potencia en el hierro, Pfe, originadas por la histéresis magnéticas y las
corrientes de Foucault, y las pérdidas mecánicas por rozamiento, Pm, para finalmente obtener la
potencia mecánica útil en el eje del motor y que se utiliza para mover la carga mecánica conectada a
él.
Las características de cada uno de los tipos de motor se recogen en las denominadas curvas
características. Las curvas que presentan un mayor interés son las curvas de velocidad, de par y la
mecánica. La curva característica de velocidad relaciona la velocidad de giro del rotor con la
corriente en el inducido [n = f(Ii)]. La curva característica de par representa el par en función
también de la corriente del inducido [M = = f(Ii)]. Por último, la característica mecánica relaciona el
par con la velocidad de giro del rotor o la velocidad de giro con el par [ M = f(n) o n = f(M)].
ε b = ε + Ri · Ii
1
se obtiene para la curva característica de velocidad, [n = f(Ii)] : n = (ε b – Ri · Ii)
C1 Φ
1 M
n = ·
εb − R i
C1 Φ C2 Φ
ε = C1 · n · Φ
ε b = ε + (Re + Ri) Ii
1
obteniéndose para la curva característica de velocidad: n = [(ε b – (Re + Ri)· Ii)
C1 Φ
M = C2 · K · Ii2
A diferencia del motor en derivación, en el que el par variaba linealmente con la intensidad, en el
motor en serie lo hará de forma cuadrática para bajas intensidades y de forma lineal para grandes
intensidades. Al igual que en el motor en derivación, si consideramos la reacción en el inducido, a
medida que aumenta la carga el aumento del par es menor que el teórico, y si consideramos las
pérdidas mecánicas y en el hierro, la curva se desplaza hacia la derecha.
Analizando las expresiones para el par del motor en derivación y en serie, vemos que en este
último se consiguen incrementos iguales del par con aumentos menores de intensidad, en
comparación al de derivación, por lo que el motor en serie se emplea de manera especial para
accionamientos que exijan aceleración y pares de arranques elevados.
1 M
n = ·
εb − (R e + R i )
C1 Φ C2 Φ
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cuya representación es ahora una curva hipérbola, siempre que no se alcance la saturación y el flujo
permanezca proporcional a la corriente del inductor. La forma decreciente que presenta la curva
concede al motor en serie una elevada estabilidad de marcha a elevada velocidad, a la vez que pone
de manifiesto que la potencia útil desarrollada permanece prácticamente constante por lo que este
motor se le denomina motor autorregulado en potencia.
En cuanto a los motores de excitación compuesta diferencial, el flujo útil vendrá determinado por
la diferencia entre las excitaciones en serie y paralelo. Por lo tanto, cuando el motor funciona en
vacío el flujo será máximo y se irá debilitando según aumente la carga y lo haga la corriente en el
inducido.
Regulación de la velocidad
La regulación de velocidad tiene por objeto mantener ésta en un valor fijado. Considerando las
expresiones de velocidad, n, y del par, M:
1
n = [(ε b – Σ (R·Ii)] ; M = C2 · Φ · Ii;
C1 Φ
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vemos que podemos llevar a cabo la regulación variando la tensión de la red, ε b, introduciendo
resistencias en serie con el inducido para variar el valor de Ii; o modificando el flujo, Φ ,
introduciendo resistencias en serie con el devanado inductor.
La modificación del flujo se lleva a cabo mediante control reostático en el inductor, para lo cual
se intercala una resistencia en serie con el devanado inductor si la conexión es en derivación, o en
paralelo si la excitación es en serie. A diferencia de la regulación en el inducido, en este tipo de
regulación, las pérdidas de potencia en las resistencias introducidas es muy pequeña, por serlo
normalmente la intensidad de excitación.
En el proceso de arranque, lo más importante es reducir la intensidad que circula por el inducido
al tiempo que el motor adquiere la velocidad nominal, para lo que se requiere reducir la tensión en los
bornes del inducido mediante la intercalación de resistencias en serie con el inducido. Estas
resistencias son variables, de forma que una vez alcanzada las condiciones nominales de
funcionamiento, podamos anular su valor. Además del empleo de estos reostatos de arranque,
podemos hacer uso de otros dispositivos tales como variadores electrónicos de tensión.
Si el cambio de sentido de giro tiene lugar cuando el motor se encuentra completamente parada,
carece de importancia cuál sea el devanado en el que se intercambian las conexiones. Ahora bien, si
el cambio del sentido de giro se ha de realizar en marcha, es preciso que sean las conexiones del
inducido las que se cambien y no las del inductor. Esto se debe a que si el cambio se realiza en el
inductor, el motor quedaría sin excitación, con el consiguiente peligro de embalamiento.
Cuando el cambio del sentido se efectúa con el motor en marcha, es preciso intercalar el reostato
de arranque en serie con el inducido, para de esta manera limitar el pico de corriente. Si no se hace
así, en el momento del cambio en la conexión la tensión de la red y la f.e.m. inducida se suman, y la
corriente queda únicamente limitada por la resistencia del devanado inducido.
vacío y la f.e.m. se hará mayor que la tensión de red y, en definitiva, la máquina pasará a actuar de
generador. En los motores en serie, la forma en que se debe llevar a cabo las conexiones para el
frenado regenerativo son un tanto peculiares, puesto que el motor no puede por sí mismo invertir el
sentido de funcionamiento.
Por último, el frenado en contramarcha consiste en invertir el sentido del par electromagnético
cuando el motor se encuentra en marcha.