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Resulta difícil dar una definición de la Educación a Distancia, y más aún precisarla como una
manifestación reciente de nuestra sociedad, ya que según la consideración de algunos autores
es un fenómeno que se remonta a tiempos muy lejanos, quizá a la primera persona que entregó
a otra(s) persona(s) un consejo, una observación o una instrucción de forma no presencial.
Como evidencia Lorenzo García1 “La dificultad de encontrar una definición (de la Educación a
Distancia) puede provenir de las distintas acepciones que se le da al concepto ‘distancia’, así
como a la diversidad de formas metodológicas, estructuras y proyectos de aplicación de esta
modalidad en función a los apoyos políticos y sociales con los que cuenta o las necesidades
educativas que descuida la educación convencional, o el desarrollo de medios de comunicación y
nuevas tecnologías o, finalmente, por el concepto de Educación a Distancia que usan”.
Dentro de las numerosas definiciones que se han dado acerca de la Educación a Distancia
encontramos una serie de construcciones que se aproximan al fenómeno desde el concepto de
“distancia”. Todas ellas parten desde la evidente constatación de que existe una brecha espacio-
temporal que hace imposible la interacción directa entre profesor y alumno.
Hay autores que ponen el énfasis directamente sobre la noción de distancia y ven como hecho
más singular y principal característica la separación física entre profesor y estudiante2. Otros
enfatizan la posibilidad de que el alumno en la formación a distancia no requiere asistir
regularmente al establecimiento que difunde el saber3.
Para otros es una forma de enseñanza al interior de la cual la enseñanza oral juega más bien un
rol subordinado y se limita a algunos períodos intensivos, espaciados durante la sesión o el año
académico4. Y aunque es una característica relevante este rasgo que alude a la imposibilidad del
encuentro en un aquí y un ahora paralelo entre profesor y estudiante, creemos que no alcanza a
dar cuenta de la esencia y real importancia de la Educación a Distancia.
Para Casas Armengol5, el término Educación a Distancia cubre un amplio espectro de diversas
formas de estudio y estrategias educativas, que tienen en común el hecho de que ellas no se
cumplen mediante la tradicional contigüidad física continua, de profesores y alumnos en locales
especiales para fines educativos: esta nueva forma educativa incluye todos los métodos de
enseñanza en los que, debido a la separación existente entre estudiantes y profesores, las fases
interactivas y preactivas de la enseñanza, son conducidas mediante la palabra impresa y/o
elementos mecánicos o electrónicos.
Desde otra perspectiva se hace luz sobre los comentarios de ciertos autores que ven en el
meollo de la Educación a Distancia un proceso que la define: este es el de la capacidad de
autodidaxia o autoaprendizaje del estudiante asistida por los diversos y, actualmente, numerosos
elementos que conforman la red de apoyo de la formación a distancia.
1
García, 1994.
2
Rumble, 1979.
3
Keegan, 1986.
4
Willén, 1981.
5
Casas Armengol, 1982.
1
Algunos autores señalan que la enseñanza a distancia “es una forma de autodidaxia asistida que
permite al estudiante adulto acceder a fuentes mediatizadas de saberes, sin la intervención
clásica de un enseñante, pero con el apoyo de una red de recursos que encuadran su
aprendizaje”6.
Este último autor expresa que la Educación a Distancia detenta un cierto carácter de
comunicación masiva ya que “dado que el curso producido se utiliza fácilmente por un gran
número de estudiantes y con un mínimo de gastos, la Educación a Distancia puede ser, y lo es a
menudo, una forma de comunicación masiva8.
También aproximándose a esta vertiente tenemos la definición que da Peters9 para quien la
enseñanza a distancia (fernunterricht) es un método de difusión del saber, de las habilidades y
actitudes, racionalizado por la aplicación de la división del trabajo y de los principios
organizacionales, así como por el uso de medios tecnológicos con el fin de reproducir material
pedagógico de alta calidad que permita alcanzar un gran número de estudiantes al mismo
tiempo, sin importar dónde viven.
Para este autor el proceso educacional ideal manifiesta una interacción bidireccional entre
profesor y estudiante, toda vez que se establece una mutua evaluación y posterior validación de
conocimientos entre ambos. Completando el círculo virtuoso del proceso educativo surge
6
Henry y Kaye, 1985.
7
Holmberg, 1973.
8
Holmberg, 1985.
9
Peters, 1973.
2
posteriormente un diálogo entre profesor y alumno en el cual establecen procedimientos y
negocian significados mediante preguntas mutuas. Finalmente, sella la manifestación ideal del
proceso educativo el aporte de un elemento afectivo entre profesor y estudiante.
Presentando una definición globalizadora, para Pierre Pelletier11 (la formación a distancia
comprende toda forma de aprendizaje, de educación, de enseñanza en cualquier formato:
sesiones, talleres, cursos, con acompañamiento de materiales didácticos, soporte logístico,
tecnológico, informático y mediático. Puede ser una formación formal e informal, a distancia en el
tiempo y/o espacio, en el tiempo real o diferido, aquí y/o allá, ahora y/o más tarde.
Bajo este mismo prisma generalizador, María José Rubio12 define a la Educación a Distancia
como aquella que se centra en ampliar el acceso a la educación, liberando a los alumnos de las
limitaciones de tiempo y espacio, y ofrece oportunidades flexibles de aprendizaje y formación.
Notemos que esta autora agrega que la llamada educación virtual sería “aquella que sigue siendo
a distancia pero que utiliza las nuevas tecnologías de la información y comunicación de manera
asidua, es decir, utiliza otro tipo de herramientas o materiales para la formación a distancia”.
También desde una aproximación holística, Marín Ibáñez13 expresa que “La enseñanza a
distancia es un sistema multimedia de comunicación bidireccional con el alumno alejado del
centro docente, y facilitado por una organización de apoyo, para atender de un modo flexible el
aprendizaje independiente de una población masiva, dispersa. Este sistema suele configurarse
con diseños tecnológicos que permiten economías de escala”. Para este teórico español la
enseñanza a distancia manifiesta un carácter múltiple, ya que recurre a una pluralidad de vías
gracias a que es un sistema multimedial.
Por otro lado, hay quienes a la hora de definir la Educación a Distancia reparan en la noción de
“diseño de instrucción” y la necesidad de un tratamiento especial de los contenidos en esta
modalidad. En la Educación a Distancia, al no darse contacto directo entre educador y educando,
se requiere que los contenidos estén tratados de un modo especial, es decir, tengan una
estructura u organización que los haga aprendibles a distancia.
Esa necesidad de tratamiento especial exigida por la “distancia” es la que valoriza el “diseño de
instrucción” en tanto que es un modo de tratar y estructurar los contenidos para hacerlos
aprendibles. En la Educación a Distancia, al ponerse en contacto el estudiante con el “material
estructurado”, es decir, contenidos organizados según su diseño, es como si en el texto o
material, y gracias al diseño, estuviera presente el propio profesor14.
10
Fainholc, 2002.
11
Pelletier, 1995.
12
Rubio, 2002.
13
Marín Ibáñez, 1972.
14
Cirigliano, 1983.
3
Etimologías
Para dar cuenta con total cabalidad de las distintas acepciones que comporta el concepto de
Educación a Distancia, la siguiente tabla revisa la diversidad de etimologías que la cubren:
15
Kaye y Rumble, 1979.
16
Keegan, 1980 – 1986.
4
Rasgos Distintivos de la Educación a Distancia
5
Conviene precisar en este punto que a cada uno de estos rasgos se le debe asignar un cierto
rango de pertinencia. Por ejemplo, debemos constatar que no en todos los sistemas de
Educación a Distancia la separación docente–estudiante es de carácter absoluto, ya que son
muchos los procesos donde se producen sesiones presenciales frecuentes de tutorías grupales o
individuales, así como para el proceso de evaluación.
Por cierto el uso de medios técnicos también debe tomarse con su correspondiente exactitud, ya
que esta característica no es exclusiva de los sistemas a distancia. En este mismo sentido la
mediatización impulsa, por un lado, la masificación e igualdad de oportunidades, y por otro, a
veces se convierte en una nueva brecha al acceso, toda vez que asistimos a la indesmentible
realidad de un mundo en el que la brecha digital tiende a aumentar. “El 95% de los ordenadores
de todo el mundo se encuentra en el Norte; 49 países tienen menos de un teléfono por cada 100
habitantes y, a nivel global, un 80 % de la población mundial aún carece de las instalaciones y
recursos más básicos de telecomunicaciones”17.
Para García Areito18 hay cuatro elementos centrales del sistema de Educación a Distancia, estos
son:
• el alumno,
• el docente,
• la comunicación entre ambos y
• la estructura organizativa en que se integran.
Aquí el alumno es preponderante en el sistema y constituye la base del modelo que propone
este autor, por ello, exige la distinción de su estructura psicológica, así como su manera de
aprender y sus motivaciones. En este caso, el alumno se caracteriza por ser una persona ya
madura que porta consigo una amplia gama de experiencias, conocimientos, capacidades,
hábitos, actitudes, conductas e intereses.
17
Globalización, sociedades digitales y reforma escolar: reconocimiento del potencial de las nuevas tecnologías
para mejorar el conocimiento, la comprensión y la dignidad de los profesores Open University, 2002.
18
García Areito, 1994.
6
Por su lado, del docente depende en gran parte de la formación mediante su manejo eficaz y
eficiente dentro de la institución educativa. En el sistema de Educación a Distancia la docencia
no se vivencia como un proceso directo e inmediatamente analizable, sino que debe amoldarse a
la comunicación bidireccional que establezca con el alumno, mediante el uso de los recursos
técnicos que se hayan dispuesto.
Siempre debe tenerse como finalidad la constante motivación y potenciación del aprendizaje
autónomo, responsable y flexible. Además debe afrontarse la etapa de planificación previa de
manera mucho más exhaustiva y depurada que en la educación tradicional.
Dentro del entramado que constituye la organización del sistema a distancia el docente puede
realizar las siguientes tareas:
La fase en la cual se establece la comunicación opera, en primer lugar, desplegando para los
involucrados (profesores y alumnos), todos los avances técnicos que sitúen en ciertas
coordenadas de espacio y tiempo los mensajes pedagógicos. En este proceso hay que fortalecer
los lazos de alumnos y profesor y entre los mismos alumnos; se debe evitar el completo
aislamiento del estudiante y para esto todos los elementos multimedia tienen que ser
bidireccionales.
En cuanto a la estructura y la organización debe existir una entidad que produzca los
materiales, otra que los distribuya, una sección de evaluación, otra que se haga cargo de los
procesos comunicativos y una que coordine el proceso de conducción del aprendizaje.
Finalmente, y cuando la masificación del curso lo amerite, también es necesario contar con un
centro de apoyo en distintas zonas geográficas.
Señalemos, por último, que una de las principales ventajas de la formación a distancia es que
sus materiales y contenidos han sido depurados de tal manera que son de la más alta calidad, y
puede considerárseles mejores que los materiales que utilizan los cursos presenciales.
En cuanto al aspecto económico señalemos que hoy son múltiples los estudios que confirman el
hecho de la rentabilidad del sistema de Educación a Distancia, situándolo como mucho en el 50%
de los gastos medios que se utilizan en los sistemas convencionales.
También desde una perspectiva económica los gobiernos han llegado al convencimiento de que
invertir en educación es aumentar el capital humano de la sociedad, y tras este fin se buscan las
modalidades educativas más eficaces y económicas.
7
Instituciones dedicadas únicamente a la Educación a Distancia
Universidad de los Gobernadores del Oeste en Estados Unidos (Western Governors University),
fundada en 1998.
Sitio web: http://www.wgu.edu/
Correo electrónico: shardman@wgu.edu