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Religión Griega

Alumnos : Matias Banda A.-

Héctor Muñoz A.-

Juan Mateluna R.-


Asignatura: Desarrollo del
Pensamiento
Cristiano
Profesora: Flor Aburto
Fecha : 9 de Abril 2010
Introducción

El siguiente trabajo, tiene como objetivo realizar una breve descripción de la


Mitología Griega, recuperando la historia de creencias en seres fantásticos y
sobrenaturales, listando y describiendo a los doce principales, denominados los
Doce Olímpicos.

Mitología griega

La mitología griega es completamente una creencia sobrenatural. Contiene


historias, mitos y las leyendas que originaron la antigua civilización griega. La
mitología griega es abundante en cuentos de monstruos, héroes, de guerra, y
de los varios dioses griegos, de su adoración y sus creencias.

En la mitología griega asignan a los dioses la forma humana, son inmortales. Los
griegos colocaron la deidad de sus dioses en las posiciones apropiadas
alrededor de ellas para las bendiciones y los favores del futuro. Invocaron a
dioses durante cada ocasión memorable. Una piedra cónica de Apolo fue
colocada delante de muchas de las puertas de la calle, el alterar de Zeus fue
colocado en el patio, Hestia era adorada en el hogar, el compartimiento de la
cama, la cocina y despensa, teniendo su propia divinidad específica. Los doce
dioses del Olimpo constituyen un elemento importante en la mitología griega.

Dioses Griegos

Los dioses griegos vivían en la cima del monte Olimpo, el más alto de Grecia.

Zeus, Hera, Poseidón, Ares, Hermes, Hefestos, Afrodita, Atenea, Apolo


y Artemisa son siempre considerados dioses olímpicos. Hestia, Deméter,
Dionisio y Hades son los dioses variables que completan la docena, así llamado
los doce olímpicos. Perséfone pasaba seis meses en el año en el inframundo
(provocando así el invierno) y se le permitía volver al Olimpo los otros seis
meses para poder estar con su madre, Deméter. Y, aunque Hades siempre fue
uno de los principales dioses griegos, su morada en el mundo subterráneo de los
muertos hacía su relación con los olímpicos más delicada.
Los olímpicos ganaron su supremacía en el mundo de los dioses gracias a que
Zeus llevó a sus hermanos a la victoria en la guerra contra los titanes. Zeus,
Poseidón, Deméter, Hestia, Hades y Hera eran hermanos, y esta última era
también la esposa de Zeus. Todos los demás olímpicos son normalmente
considerados hijos de Zeus: Ares y Hefesto con Hera, Artemisa y Apolo con
Leto, Afrodita con Dione, Hermes con Maia, Dioniso con la mortal Sémele y
Atenea con Metis, aunque a veces se considera que esta última nació sólo de
Zeus y, como venganza, Hera engendró sola a Hefesto. Cuando Afrodita no es
incluida entre los olímpicos, se considera que nació de la espuma provocada en
el mar (el dios Ponto) por la sangre que derramó Cronos al castrar a Urano, su
padre.

Zeus es el dios del cielo y el trueno, es el de mayor rango y el más poderoso,


regidor del monte Olimpo.

Poseidón junto con Hades el siguiente en antigüedad, controla los mares y


océanos y provoca los terremotos.

Hades es el dios del inframundo y de los muertos sobre los que el reina.

Atenea es la diosa de la sabiduría, la educación y la guerra y es la protectora


de los héroes.

Ares es el dios de la guerra, la crueldad y del asesinato.

Artemisa es la diosa de la caza, la fertilidad, los animales, la castidad y las


amazonas.

Hefesto es el dios del fuego, la fragua, el trabajo manual, los artesanos y las
armas.

Apolo es el dios de la danza, las artes, la música, la arquería, la prudencia y la


belleza masculina.

Hermes es el dios mensajero, también de la orientación, los viajeros, los


pastores, los ladrones, el consuelo y las reuniones.

Afrodita es la diosa del amor, la belleza femenina y la atracción sexual.


Hera es la consorte de Zeus, reina de los dioses, la diosa del matrimonio y la
fidelidad.

Hestia es la diosa del fuego, del hogar y la familia.

Deméter es la diosa de la tierra, las flores y las plantas, la comida, y la


agricultura.

Dioniso es el dios más joven del panteón, y el dios del vino, la naturaleza en
estado salvaje y la sexualidad abierta.

Cronos es el dios del tiempo. Es el padre de Zeus, Poseidón y Hades, pero estos
le derrotaron cortandole en pedazos para gobernar en el Olimpo

Artemisa es a menudo asociada con la luna, aunque Selene es la diosa de la luna.

Apolo es a menudo asociado con el sol, aunque Helios es el conductor del sol.

La piedad griega: una religión sin dogmas y sin Instituciones


En la sociedad griega, la religión estaba completamente
imbricada en todos los dominios de la vida (familiar, pública y social). La
oposición entre lo "profano" y lo "sagrado", los límites que establecemos entre
lo "laico" y lo "religioso" son inciertos, incluso no pertinentes. Los gestos, los
comportamientos, las ceremonias de la vida familiar, social y política comportan
casi siempre un aspecto religioso.

La religión griega no se apoya en ninguna revelación. La ciudad griega no conocía


ni instituciones que dirigieran la religión, ni dogma. Las conductas religiosas,
piedad (respeto de las obligaciones hacia los dioses), e impiedad
(ausencia de respeto a las creencias y a los rituales comunes de los habitantes
de una ciudad), no tenían un carácter definido y rígido. La piedad parece haber
sido el sentimiento que tenía el grupo o el individuo, de ciertas obligaciones.
Las obligaciones de la comunidad concernían, en primer lugar, al respeto a la
tradición ancestral. Las del individuo eran multiformes. La participación en los
cultos de la ciudad, la abundancia de las ofrendas en los santuarios, la devoción
hacia la muerte de los parientes y las divinidades protectoras de la familia, la
generosidad para permitir que los rituales se desarrollaran en las mejores
condiciones, son ejemplos de manifestación de la piedad .

En cambio, era considerado, generalmente, como impío todo lo que iba en


contra de la tradición, en materia de religión, toda innovación: la introducción
en la ciudad de dioses que no eran oficialmente aceptados, las concepciones que
ponían en entredicho las creencias tradicionales, la modificación de ritos
ancestrales. Incluso, cualquier atentado contra la integridad del patrimonio
divino (el robo en detrimento de un templo, la mutilación o el cultivo de árboles
sagrados), toda profanación, imitación o falsificación de una ceremonia
religiosa, las violencias cometidas contra los sacerdotes de un culto eran actos
impíos.

La piedad no era la expresión de un sentimiento de relación íntima con una


divinidad; no era tampoco sólo la observación escrupulosa y estricta de los
ritos prescritos. Ser piadoso era creer en la eficacia del sistema de
representaciones establecidas por la ciudad para organizar las relaciones entre
los hombres y los dioses, y también participar en ellas activamente.

Conclusión

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