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Las lesiones es algo que está a la orden del día en todos los que llevamos a cabo una actividad

deportiva prolongada. Normalmente suelen aparecer de forma muy tímida, por lo que es
importante saber detectarlas a tiempo para poner remedio y evitar que vayan a más.

Ya sabemos la importancia de un buen calentamiento y un perfecto descanso para evitar las


lesiones, aunque en ocasiones no prestamos demasiada atención a estas variables y dejamos
de lado un correcto trabajo previo. En este momento es cuando corremos riesgo de lesionarnos.
Es necesario que sepamos que existen dos tipos de lesiones, las que se van produciendo de
forma progresiva, por acumulación, y las que tienen lugar al momento.

Normalmente las lesiones progresivas se producen por sobreentrenar un músculo, y suelen no


ser demasiado molestas, sino que simplemente nos dejan un músculo sin sus cualidades al cien
por cien. Este tipo de lesiones se cura con reposo, ya que lo que necesitamos es un descanso
prolongado para evitar que ese malestar siga creciendo y desemboque en algo peor para
nuestra salud muscular. Un claro ejemplo de esto es lo que se conoce como sobrecarga
muscular, en la que el músculo se ha sometido a un gran esfuerzo. Se encuentra contraído y
molesta cuando lo tocamos. En este caso simplemente nos servirá con descansar.

Otro tipo de lesión progresiva es lo que conocemos como contractura. Este malestar es un dolor
más acentuado en el que el músculo se ve afectado. Normalmente se producen por una
progresiva sobrecarga de la parte afectada a causa de adoptar malas posturas o excedernos con
el peso. Es importante ponerle remedio a tiempo mediante masajes que acaben con este
malestar, ya que podemos conseguir que las fibras musculares se endurezcan y nunca recobren
su estado normal, lo que hace que la contractura y el malestar se vuelvan crónicos.

Por otro lado tenemos las lesiones directas, que tienen más gravedad. Se trata de daños que se
producen directamente sobre el músculo. Uno de los más conocidos y habituales es el tirón
muscular que va acompañado de dolor. En muchos casos produce un hematoma. Normalmente
tiene lugar a causa de una mala ejecución de los ejercicios y para solucionarlo es necesario el
reposo, ya que el músculo debe recuperarse.

Un estado más avanzado que el tirón es el desgarro muscular. Es un tipo de lesión más seria ya
que conlleva consigo una rotura de las fibras musculares. Es una lesión muy dolorosa que nos
acarreará la inmovilización total del músculo afectado mediante un vendaje y el reposo. Es una
ruptura total de las fibras que suele desencadenar hematomas y fuertes dolores sobre la zona
afectada., y que por ello necesita una curación
adecuada._____________________________________________________
Calambre: es una contracción muscular involuntaria, intensa y dolorosa de varios grupos de
fibras.
Aparece como consecuencia de un sobreesfuerzo para ese músculo, ya sea porque el ejercicio
era de
una intensidad muy alta, o porque se reinicia la actividad deportiva luego de un período de
descanso,
por ejemplo de unas vacaciones. Suele ser de duración corta, unos cuantos segundos o un par
de
minutos. Suele aparece al inicio y al final de la de la práctica deportiva. Al principio porque el
músculo
no está bien calentado, y al final por fatiga y deshidratación.
2. Contractura: es un aumento en el tono de un grupo de fibras musculares. Suele aparecer de
forma
súbita y se mantiene varios días. Las causas suelen ser descompensaciones musculares o
sobrecargas
por repetición de gestos. La persona al tacto siente como una “bola”. Para prevenirlo hay que
estirar
bien antes y después del ejercicio físico y usar un calzado adecuado y bien atado.
3. Distensión: corresponde a un sobreestiramiento del músculo pero sin llegar a la rotura, sin
embargo se
da el proceso de inflamación y por lo tanto aparece el dolor. Es el famoso “tirón”.
4. Contusión: es un golpe en el músculo. Son muy frecuentes en los deportes de contacto.
Aparece el
dolor difuso, o sea difícil de determinar en un punto exacto, se puede apreciar que está hinchado
(presencia de edema o moratón).
5. Rotura fibrilar (rotura parcial): como su nombre lo dice es una rotura de un cierto número de
haces o
fibras musculares, pero sin afectar todo el músculo. Hay hemorragia local (moratón). Sus causas
suelen ser descompensaciones musculares o falta de elasticidad del músculo afectado. Para
prevenirlas
hay que estirar bien antes y después y fortalecer por igual todos los músculos.
6. Rotura muscular (rotura total): Igual al anterior, pero con la afectación de todo el músculo. El
edema
se da rápidamente y la piel se pone roja y caliente. El dolor es muy intenso. Dado que la ruptura
es total,
se puede apreciar un hundimiento en la zona afectada, a esto se le conoce como “signo del
hachazo”.
El tratamiento es operar para reparar el daño. Lo más frecuente es que se dé en miembros
inferiores, y
la persona “no puede caminar” o al menos no puede apoyar el lado afectado.

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