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EL CÓDIGO DA VINCI, EL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO Y LOS EVANGELIOS

GNÓSTICOS:
Reflexión de fundamentos históricos y teológicos

Por Lic. David Suazo J.


Usado con permiso
INTRODUCCIÓN

Es preocupante ver cómo la sociedad contemporánea occidental camina cada vez más lejos de
sus orígenes judeo-cristianos. Sin embargo, es más preocupante todavía ver que los cristianos
desconocen sus orígenes y las bases de su fe. Por un lado, es de lamentar que una novela como El
Código Da Vinci desafíe nuestros orígenes y nuestras bases. Si no hubiera sido por esta novela de
ficción, lo más probable es que los cristianos de todo el mundo no habrían tenido ni mostrado interés
en la historia de los primeros siglos de la iglesia. No obstante, por otro lado, es de aprovechar el
momento para hacer algo que hemos debido hacer desde hace mucho tiempo: instruirnos acerca de
cómo se formó el Nuevo Testamento y cuáles son las bases históricas de la Iglesia cristiana.

Muchos cristianos ven El Código Da Vinci (tanto el libro como la película) como un ataque
satánico en contra de la fe cristiana y que, por lo tanto, los cristianos no deben prestarle ninguna
atención ni darle importancia, porque así se estaría contribuyendo a propagar ideas anticristianas.
Respeto a quienes piensan así, pero yo no veo esto simplemente como una amenaza, sino más bien
como una oportunidad para instruirnos como cristianos y para dar a conocer nuestra fe frente a
aquellos que demandan razón de la esperanza que hay en nosotros (1 P. 3:15). Si lo queremos poner
en estas palabras, yo diría que si el diablo mismo nos está “invitando” a predicar el Evangelio,
¡hagámoslo!

En esta oportunidad desarrollaremos los siguientes temas: 1) importancia renovada del debate
sobre el canon bíblico, 2) breve historia de la formación del canon del Nuevo Testamento, y 3) el
gnosticismo y los evangelios gnósticos. Los ataques provenientes del Codigo Da Vinci van dirigidos
en contra de tres aspectos de la fe cristiana: la integridad y credibilidad de los escritos del Nuevo
Testamento, la identidad de la persona de Jesucristo y los orígenes de la Iglesia cristiana y su teología.
Esta conferencia se enfocará en el primer ataque, es decir, el que va dirigido en contra de la integridad
y credibilidad de los escritos del Nuevo Testamento.

RENOVADA IMPORTANCIA DEL DEBATE SOBRE


EL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO

EL DEBATE CLÁSICO

En el pasado el debate sobre el canon se ha concentrado en el Antiguo Testamento. Los


protestantes y los católicos han debatido sobre los libros deuterocanónicos (o apócrifos como
popularmente se les llama) que se incluyen en la Biblia católica y que los protestantes excluyen. No
es el tema de esta conferencia este debate, solamente lo menciono como referencia histórica.

El debate se ha renovado, pero ahora sobre el canon del Nuevo Testamento. El canon del
Nuevo Testamento no ha suscitado polémica ni discusiones desde los primeros siglos de la Iglesia.
Precisamente allí nos concentraremos brevemente ahora.

EL NUEVO DEBATE SOBRE EL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO

Desde el descubrimiento de varios evangelios gnósticos en el año 1945, se ha abierto un nuevo


debate sobre el canon del Nuevo Testamento. La discusión se ha concentrado en el Evangelio de
Tomás. Hay quienes abogan porque ese evangelio se incorpore plenamente en el canon del Nuevo
Testamento y se agregue a los cuatro evangelios canónicos que están incluidos en la Biblia.
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El Código Da Vinci menciona otros dos evangelios: El Evangelio de Felipe y el Evangelio de


María Magdalena. Por si esto fuera poco, recientemente, en el mes de abril de este año se lanzó
públicamente el descubrimiento de El Evangelio de Judas. La manera en que se trabajó la publicidad
de este último evangelio produjo mucha expectación, dudas y confusión entre cristianos y no
cristianos.

Toda esta información ha tomado por sorpresa y desprevenidos a la mayoría de cristianos que
desconocen acerca de la historia de la Iglesia y de la formación del canon. ¿Quién se iba a imaginar
que el canon sería nuevamente un asunto interesante y polémico? ¿Quién iba a pensar que a través de
estos datos históricos se podría proclamar de nuevo el Evangelio de Jesucristo con renovado interés?

BREVE HISTORIA DE LA FORMACIÓN


DEL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO

CANON Y CANONICIDAD

Para empezar hay que entender qué se quiere decir por canon y canonicidad. Canon significa
simplemente “una vara de medir”, pero su significado simbólico ha llegado a ser una “norma” una
“regla” o un “patrón”. Así se usa actualmente la palabra en nuestro idioma, por ejemplo: “los cánones
dictados por la sociedad” (sus normas). Teológicamente canon ha llegado a significar “el conjunto de
libros sagrados que la Iglesia cristiana reconoció por su apego a las reglas divinas de inspiración,
autoridad y autenticidad”. La canonicidad es la cualidad que tienen esos libros de ser considerados
como norma para nuestra vida.

ETAPAS EN LA FORMACIÓN DEL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO

Los libros del Nuevo Testamento no llegaron todos a la vez, ni fueron del conocimiento de
todos inmediatamente. Hubo varias etapas naturales en su formación que conviene repasar.

Etapa apostólica o de escritura (50-100 A.D.) Prácticamente todos los historiadores y


estudiosos de la Biblia concuerdan en que los libros del Nuevo Testamento fueron escritos en un
período que va del año 50 al año 100 de la Era Cristiana y que probablemente se terminaron de
escribir alrededor del año 90. Quizá la epístola de Santiago fue el primer libro y el Apocalipsis de
Juan el último en escribirse.

Etapa de circulación (100-150 A.D.) No hay que olvidar que los medios de transporte y las
formas de reproducir materiales escritos en los primeros siglos de la Era Cristiana eran muy diferentes
a los actuales. ¿Cuánto tiempo llevó a los libros del Nuevo Testamento llegar a ser conocidos por la
mayoría de iglesias de aquellos primeros siglos? Se ha calculado un período aproximado de 50 años,
lo cual es bastante corto considerando las circunstancias y las distancias.

Etapa de reconocimiento (150-200 A.D.) Junto con los escritos del Nuevo Testamento
también circularon otros escritos que no habían sido escritos por los apóstoles. Varios de estos
escritos no pretendían tener la misma autoridad que los apostólicos, aunque enseñaban la doctrina
apostólica correcta. Otros escritos fueron heréticos en el sentido que enseñaban doctrinas incorrectas
de acuerdo a la enseñanza apostólica. La iglesia se dio a la tarea de evaluar estos escritos a la luz de
criterios bien definidos que estudiaremos más adelante. Este proceso se hizo en parte debido a la
influencia del gnosticismo, movimiento religioso influyente y desafiante de aquél tiempo.

Etapa de ratificación (200-400 A.D.) Hay quienes dicen que la Iglesia hizo el canon del
Nuevo Testamento y que ella “autorizó” cuáles libros deberían estar adentro y cuáles afuera. El autor
del Código Da Vinci afirma, equivocadamente, que la Iglesia, por decisión política, descartó los
evangelios gnósticos porque estos presentaban a un Jesús humano, mientras que los Evangelios
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canónicos a un Jesús divinizado. Lo cierto es que la Iglesia lo único que hizo fue ratificar lo que ya
era reconocido por todos, es decir, que la lista de libros incluidos eran los inspirados, los auténticos y
los autoritativos. Los demás, aunque muchos de ellos eran buenos y enseñaban lo correcto, no tenían
el mismo nivel de reconocimiento. Muchos de estos otros escritos se usaron para la instrucción del
pueblo y siguen siendo de ayuda incluso ahora.

CRITERIOS PARA PROBAR LA CANONICIDAD

La Iglesia cristiana desarrolló en estos primeros siglos unos criterios para probar la
canonicidad de los libros del Nuevo Testamento, debido principalmente a la presencia de otros libros
que pretendían tener la misma autoridad que los libros inspirados. Estos criterios fueron los
siguientes:

El autor humano. Los autores de los libros del Nuevo Testamento deberían ser fácilmente
identificados como un apóstol o alguien respaldado por un apóstol. Todos los libros fueron
identificados así, con la excepción de la Epístola a los Hebreos, la cual fue reconocida y ratificada
porque cumplía los otros criterios. Este tema se ha vuelto interesante ahora porque los evangelios
gnósticos pretenden haber sido escritos por apóstoles (Tomás, Felipe e incluso Judas Iscariote, quien
no fue reconocido como apóstol).

El idioma. Otro criterio que se manejó fue el idioma en que fueron escritos los libros. Todos
los libros del Nuevo Testamento fueron escritos en el idioma griego. Esta prueba, aunque importante,
no era concluyente, porque otros libros también fueron escritos en griego, incluso algunos de los
evangelios gnósticos.

El contenido del libro. Los libros del Nuevo Testamento debían dar evidencia interna
contundente a través de su contenido mismo. El libro debía tener evidencia intrínseca de su
inspiración y autoridad. Al comparar los libros del Nuevo Testamento con los otros libros la Iglesia
muy rápidamente descartaba los demás libros, porque no mostraban esta evidencia. Solamente con
leer los evangelios gnósticos cualquier cristiano de hoy que conozca su Nuevo Testamento puede ver
las diferencias en el contenido y concluir que esos evangelios no son iguales a los canónicos.

El acuerdo general o consenso. Es sorprendente ver cómo la Iglesia llegó al reconocimiento


y ratificación de los libros del Nuevo Testamento prácticamente por consenso. A la luz de tantos otros
libros circulando es impresionante el acuerdo general alcanzado. Este criterio no puede descartarse
por muy subjetivo que parezca, porque históricamente es un hecho. Aunque ha habido y sigue
habiendo desacuerdo entre cristianos sobre el canon del Antiguo Testamento, no ha habido ningún
desacuerdo en cuanto al canon del Nuevo Testamento, ni siquiera ahora con estos nuevos
“descubrimientos”.

LOS EVANGELIOS GNÓSTICOS

La polémica más interesante de los últimos días se ha centrado en los evangelios gnósticos.
Por un lado, Dan Brown en su novela de ficción El Código Da Vinci afirma que el Evangelio de Felipe
y El Evangelio de María Magdalena presentan a “otro Jesús” muy distinto al de los evangelios
canónicos del Nuevo Testamento. La principal afirmación de Brown (no de los evangelios citados) es
que Jesús se casó con María Magdalena y tuvo descendencia con ella. Este hecho ha sido ocultado,
según Brown, por la jerarquía de la Iglesia Católica Romana a fin de proteger la historia del Jesús de
los evangelios canónicos.

Por otro lado, el reciente lanzamiento del descubrimiento del Evangelio de Judas ha causado
revuelo porque también este evangelio presenta “otra historia” distinta a la de los evangelios
canónicos. Según este evangelio, Judas no es un traidor, sino un héroe. Judas, según este evangelio,
fue el único discípulo que entendió las enseñanzas de Jesús. Varias preguntas saltan delante nuestro
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¿Son auténticos estos evangelios? ¿Enseñan la verdad acerca de Jesucristo? ¿Deberían agregarse a la
lista de libros del Nuevo Testamento? ¿Cómo afectan a nuestra fe cristiana estos evangelios? Para
comenzar debemos saber qué es el gnosticismo y luego qué son los evangelios gnósticos.

EL GNOSTICISMO

El gnosticismo es un movimiento religioso intelectual que surgió en los primeros siglos de la


Era Cristiana. Su nombre se deriva de la palabra griega “gnosis” que significa conocimiento.
Probablemente ya existían ideas gnósticas en el primer siglo, en contra de las cuales escribieron
algunos de los apóstoles algunas de las epístolas del Nuevo Testamento (Colosenses, 1 Juan y Judas).
El gnosticismo era una mezcla de ideas provenientes de religiones orientales, de religiones del mundo
del Imperio Romano y del cristianismo. La idea sobresaliente tiene que ver con el dualismo entre el
bien y el mal; lo espiritual y lo material. El bien y el mal son dos fuerzas con existencia propia que
han estado siempre. El bien se asocia con lo espiritual y el mal con lo material. La consecuencia más
directa en contra de la fe cristiana tiene que ver con el origen del universo y la encarnación de Cristo.
El universo es material, por lo tanto, malo. El Dios que hizo el universo es un dios menor, llamado
demiurgo, que está contaminado con lo material. Jesucristo no pudo haber nacido y tomado carne
humana, porque se habría contaminado con lo material y sería malo. De aquí surge una herejía
antigua, llamada el docetismo. En contra de esta herejía escribieron varios apóstoles y Padres de la
Iglesia en los primeros siglos de la Era Cristiana.

Según los gnósticos, Jesucristo salva no por su muerte y resurrección, sino por su enseñanza
de un conocimiento secreto. Quienes alcanzan ese conocimiento se salvarán de este mundo material
oscuro y pasarán a la luz del mundo espiritual. Esta es la enseñanza principal que se encuentra en los
evangelios gnósticos. Por estas ideas y enseñanzas, y por otras razones históricas, estos evangelios
nunca fueron considerados como fuentes de la doctrina cristiana, mucho menos como parte del Nuevo
Testamento.

LA BIBLIOTECA DE NAG HAMMADI

En el año 1945 unos campesinos encontraron casualmente una vasija de barro que contenía 13
volúmenes encuadernados en cuero con 52 documentos de papiro. Están escritos en copto antiguo, un
idioma de Egipto, pero probablemente los documentos fueron escritos originalmente en griego. A este
hallazgo se le conoce como “biblioteca de Nag Hammadi” por el lugar donde fue encontrada. Entre
los documentos encontrados hay varios “evangelios” supuestamente escritos por discípulos de Jesús.
Los documentos encontrados fueron fechados en los siglos segundo, tercero y cuarto de la Era
Cristiana. El contenido de estos evangelios es claramente de carácter gnóstico.

El Evangelio de Tomás

El Evangelio de Tomás es el más extenso de estos evangelios. Probablemente fue escrito a


finales del siglo segundo de la Era Cristiana en griego. Por lo tanto, no pudo haber sido escrito por
Tomás. Contiene 114 “dichos secretos” de Jesús que fueron escritos por Tomás el apóstol, según lo
dice el mismo documento. El evangelio no contiene ninguna narración de la vida y ministerio de
Jesús. No incluye nada con respecto a la pasión muerte y resurrección de Jesús. Muchos de los dichos
son eco de lo que ya se enseña en los evangelios canónicos, pero otros son diferentes y reflejan ideas
gnósticas. Hay algunas personas que están abogando para que El Evangelio de Tomás sea admitido
como parte del canon del Nuevo Testamento, pero no hay comparación alguna entre el contenido de
los evangelios canónicos y este evangelio. Por ejemplo, el dicho 114 dice lo siguiente: Simón Pedro
les dijo: “¡Que se aleje María de nosotros!, pues las mujeres no son dignas de la vida”. Dijo Jesús:
“Mira, yo me encargaré de hacerla macho, de manera que también ella se convierta en un espíritu
viviente, idéntico a nosotros los hombres: pues toda mujer que se haga varón, entrará en el reino del
cielo”. Con estas palabras termina este evangelio.
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A Tomás también se le atribuyen otros documentos como El Evangelio de la infancia de


Jesús, que se hizo famoso hace unos 20 años, cuando se produjo una película basado en él, donde se
resaltaba la vida de Jesús en los años de infancia. Este evangelio ha dado lugar a muchas leyendas,
sobre todo en el mundo católico romano, pero ni siquiera la Iglesia Católica Romana ha pretendido
que este documento forme parte del Nuevo Testamento.

El Evangelio de Felipe

El Evangelio de Felipe se ha hecho famoso porque Dan Brown lo cita en su novela El Código
Da Vinci poniendo en boca del “experto” Leigh Teabing la afirmación de que, según este evangelio,
Jesús se casó con María Magdalena. Este evangelio es parte de la colección de la biblioteca Nag
Hammadi y se desconocía su existencia hasta su descubrimiento en 1945. El contenido de este
evangelio difiere del de Tomás en que no es una colección de “dichos secretos” de Jesús; difiere de los
evangelios canónicos en que no es narrativo. Este evangelio contiene una colección de 127
reflexiones místicas de corte gnóstico basadas en supuestos sermones, discursos y meditaciones
atribuidos a Felipe, el discípulo de Jesús. El evangelio nunca afirma el matrimonio de Jesús con María
Magdalena. Lo que hace Dan Brown es especular malintencionadamente con un pasaje del evangelio
en donde se dice que María Magdalena era la “compañera” de Jesús y que Jesús la besó. Según
Brown en boca del “experto” Teabing, compañera significa esposa en el idioma arameo, pero ¡el
evangelio se escribió en copto, probablemente traducido del griego!, donde “compañera” significa
simplemente “asociada”, “amiga” y “compañera”. En todo caso, el hecho de que este evangelio diga
esto no significa que sea verdad.

El Evangelio de Felipe tampoco pudo haber sido escrito por Felipe, el discípulo de Jesús,
porque data de finales del segundo siglo lo más temprano y quizá del siglo tercero o cuarto lo más
probable. El v. 21 de este evangelio es particularmente importante, porque niega la resurrección
histórica de Jesús y señala de estar equivocados a aquellos que así lo afirman.

El Evangelio de María Magdalena

El Evangelio de María Magdalena fue escrito supuestamente por María Magdalena. No se


conserva un documento completo de este evangelio, solamente fragmentos del mismo (unos en griego
y otros en copto). El contenido es igualmente gnóstico y se trata mayormente de enseñanzas de ánimo
y consuelo que María da a los discípulos de Jesús, basadas en una revelación especial que ella recibió
de Jesús poco después de la resurrección. Este evangelio, aunque comparte las ideas gnósticas de los
demás evangelios gnósticos, difiere un poco al exaltar a María Magdalena, una mujer, algo poco
común en el gnosticismo clásico. Probablemente este evangelio refleja una variante del gnosticismo
de aquella época. Este evangelio tampoco dice nada con respecto al matrimonio de Jesús con María
Magdalena. En todo caso, se resalta una relación especial “espiritual”, porque Jesús le revela a ella
algo que no les revela a los otros discípulos. De nuevo, el hecho de que este evangelio diga esto no lo
hace una verdad histórica.

El evangelio no pudo haber sido escrito por María Magdalena por las mismas razones ya
expuestas arriba, es decir, data del siglo tercero cuando mucho. Tampoco apoya las ideas del
matrimonio de Jesús.

El Evangelio de Judas

El Evangelio de Judas es el último en darse a conocer, recién en este año 2006. La novedad es
que el contenido de este evangelio exalta a Judas Iscariote como el discípulo más adelantado y
entendido de todos. Solamente Judas entendió completamente la enseñanza de Jesús y esa fue la razón
por la cual él entregó a Jesús a las autoridades judías para ser juzgado. Según este evangelio Judas le
hizo un favor a Jesús, no lo traicionó. Este evangelio sí contiene elementos narrativos, pero solamente
en relación con los diálogos que Jesús sostiene con sus discípulos en los cuales siempre sobresale
Judas como quien entiende bien las enseñanzas de Jesús. Las enseñanzas del evangelio incluyen cosas
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como las siguientes: el reino celestial de Barbelo, de donde vino Jesús, los 72 cielos, los 360
firmamentos y la confusa cantidad de dioses y semidioses que los habitan. Es curioso que estos datos
no se dieron a conocer en la presentación pública del Evangelio de Judas.

Es obvio que la National Geographic Society tenía un interés mercadológico y económico en


la presentación de este evangelio. Se dio a conocer en la semana santa del año 2006. Se presentó
como la otra cara de la verdad acerca de Jesús y de Judas, como si hubiera otra cara. Este evangelio
tampoco pudo haber sido escrito por Judas, porque data del siglo tercero o cuarto de la Era Cristiana.
Se trata simplemente de otra muestra clara de la literatura gnóstica que floreció en los siglos segundo,
tercero y cuarto de la Era Cristiana y que fue rechazada por la Iglesia cristiana primitiva, precisamente
porque no enseñaban la verdad acerca de Jesús ni de la fe cristiana.

CONCLUSIÓN

¿Son auténticos estos evangelios? En un sentido, todos estos documentos son auténticos,
porque son documentos antiguos que pertenecen a la época primitiva de la Iglesia cristiana (siglos II,
III y IV). Por lo tanto, sí se trata de documentos históricos que fueron escritos en esos primeros siglos.
En el sentido más estricto no son documentos auténticos, porque no fueron escritos por los discípulos
de Jesús, como pretenden. Aunque lleven el nombre de algún discípulo de Jesús como su autor, en
realidad ninguno de estos evangelios se escribió en el siglo primero y ninguno de los discípulos de
Jesús pudo haberlos escrito.

¿Enseñan estos evangelios verdades correctas acerca de Jesús o de la fe cristiana? A


excepción del Evangelio de Tomás, que incluye varios dichos de Jesús que hacen eco de las
enseñanzas de Jesús de los evangelios canónicos, los demás enseñan cosas totalmente diferentes,
desviadas y contrarias a las enseñanzas de Jesús, incluyendo al Evangelio de Tomás. Todos estos
evangelios comparten las siguientes enseñanzas gnósticas alejadas de la fe cristiana: (1) Dios y la
creación. Estos evangelios uniformemente niegan una relación entre Dios y el mundo. La Creación
está sujeta a la imperfección y al mal, mientras que Dios es perfecto y por lo tanto no puede
relacionarse con la creación. Esta enseñanza va totalmente en contra de lo que Biblia enseña al
respecto. (2) La humanidad y divinidad de Jesús. La tensión entre Creador y creación (llamada
dualismo) pone un problema para la encarnación de Jesús. Los gnósticos dicen que Jesús fue
solamente divino sin asumir la humanidad o que simplemente fue un ser creado. (3) Redención de la
humanidad. Es el mismo problema del dualismo. Según los gnósticos solamente el alma se salva, ya
que el cuerpo es materia y por lo tanto, malo. (4) Pecado y conocimiento. La salvación viene no a
través de la obra de Jesucristo en la cruz, sino a través del conocimiento. La salvación consiste el
liberar el alma del cuerpo, donde está aprisionada.

En conclusión, los evangelios gnósticos son cualquier cosa menos evangelios. El evangelio es
la buena noticia. Esa buena noticia es la persona misma de Jesús, su vida, su ministerio, sus milagros,
sus enseñanzas y, sobre todo, su pasión, su muerte y resurrección. Ninguna de estas verdades se
encuentran en los evangelios gnósticos. No hay razón para llamarlos evangelios. Mucho menos para
considerarlos parte del Nuevo Testamento.

CONCLUSIÓN

En esta conferencia hemos tratado de explicar dos temas relevantes en la actualidad: la


formación del canon del Nuevo Testamento y los evangelios gnósticos. Debo agradecer a Dan Brown
y su novela El Código Da Vinci y a la National Geographic Society y el lanzamiento del Evangelio de
Judas por la oportunidad que nos ha dado a los cristianos de estudiar estos temas. Los cristianos
desconocemos estos temas histórico-teológicos, lo cual nos hace vulnerables a teorías que surgen
explicando el origen de la fe cristiana de otra manera.
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A la vez que esta polémica del Código Da Vinci y del Evangelio de Judas nos permite a los
cristianos estudiar temas de interés, también nos da la oportunidad de dialogar con el mundo, con
aquellos que tienen dudas e incluso con aquellos que nos atacan. No tenemos por qué escondernos y
rehuir el diálogo. ¡El enemigo nos invita a compartir nuestra fe! ¡Hagámoslo sin temor!

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