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Ideologia y Semblanza de

Javier Llobert Rodríguez

JAVIER LLOBERT RODRÍGUEZ. Doctor y


Máster en Derecho de la Universidad de Friburgo en Brisgovia. Especialista en
Ciencias Penales de la Universidad de Costa Rica. Catedrático de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Costa Rica, en la que ha impartido lecciones de
Derecho Penal Parte General, Derecho Penal Parte Especial y Derecho Procesal
Penal. Profesor de la Maestría en Ciencias Penales de la Universidad de Costa
Rica. Profesor e Investigador del Instituto de Estudio e Investigación Jurídica
(INEJ). Ex-coordinador de la Maestría en Derechos Humanos de la Universidad
Estatal a Distancia y profesor de las maestrías en Derechos Humanos y
Criminología de esa universidad. Autor de 26 libros en Derecho Penal Parte
General, Derecho Penal Parte Especial, Derecho Procesal Penal y Derechos
Humanos. Autor de aproximadamente 65 artículos publicados en Revistas y
libros especializados de Alemania, Italia, España, Argentina, Uruguay, Colombia,
Venezuela, Nicaragua y Costa Rica.
Derecho Procesal Penal. Aspectos Generales.

Concepto de Derecho Procesal Penal

El Derecho Procesal Penal es una rama del ordenamiento jurídico que pertenece
al Derecho Público, siendo consecuencia del monopolio punitivo del Estado. Se
entiende por dicha rama el conjunto de normas jurídicas que regula la
investigación y el juzgamiento de los hechos establecidos por la ley penal como
delictivos, lo mismo que la ejecución de las penas y medidas de seguridad que se
lleguen a aplicar.

De la mano con el concepto de Derecho Procesal Penal se encuentra el concepto


de Proceso Penal, que hace referencia a que el juzgamiento que se lleva a cabo de
acuerdo a un orden establecido previamente en la ley, que tiene un carácter
dinámico, encontrándose así, por ejemplo una regulación sobre el procedimiento
preparatorio, la etapa intermedia, el juicio oral y público, la etapa de
impugnación en casación en la fase de ejecución, resultando que el papel que
desempeña cada uno de los sujetos en las diversas fases es diverso, unido a que se
establece como principio que debe evitarse el retroceso a etapas ya precluidas. La
definición dada de proceso está relacionado con el debido proceso y con la
seguridad jurídica que debe existir. Así en sentido estricto de proceso es el que
solamente debe existir en el debido proceso. Por ello mismo se ha tendido a negar
propiamente el concepto de proceso al procedimiento penal seguido en los
regímenes autoritarios o totalitarios, en particular en cuanto sean expresión de la
arbitrariedad.
En algunas ocasiones la doctrina limita es concepto de proceso cuando interviene
el órgano jurisdiccional, indicándose a veces, conforme a la teoría de la relación
procesal, que solamente en ese momento es que se perfecciono en dicha relación.
Sin embargo, se trata de una elaboración meramente teórica, que es ajena al
carácter garantista que debe tener el proceso penal, en el cual debe reconocerse
que desde que interviene la policía judicial (administrativa), atribuyéndole un
hecho delictivo a un sujeto determinado, debe afirmarse la existencia de un
proceso y desde ese instante debe reconocerse que hay un imputado, con todos
sus derechos. Precisamente el carácter pre procesal que se le ha atribuido en
ocasiones a la investigación policial ha llevado al imputado los derechos que se
derivan de la Constitución Política y de los tratados internacionales.

FINES DEL DERECHO PROCESAL PENAL. En lo general la doctrina tiende a


indicar que fines del proceso penal son: la determinación y realización de la
pretensión punitiva del Estado, la garantía de un proceso conforme al Estado de
Derecho y la obtención de la paz jurídica.

Lo fundamental es el carácter instrumental que tiene el Derecho Procesal penal


con relación al Derecho Penal sustantivo, en el sentido de que el mismo es
necesario para la determinación y realización del poder punitivo del Estado,
conforme al principio “Nulla Poena Sine Judicio” (Este aforismo latino significa
que nadie puede ser pasible de ser sancionado con una pena o condenado, si no
existe una ley anterior que diga que ese hecho cometido es un delito), pero ello
debe llevarse a cabo conforme a las reglas del debido proceso, buscándose la
resolución materialmente correcta y que corresponda a la realidad de los hechos,
pero con los límites que implica que implica para ello el cumplimiento del debido
proceso. Con un carácter subsidiario y relacionado con los dos fines anteriores es
que se dice que el proceso penal persigue la obtención de la paz jurídica, lo que
es una consecuencia del monopolio punitivo del Estado, que lleva a este a la
obligación de la obtención de una resolución que dirima si se ha cometido un
hecho delictivo y si a un sujeto determinado se le puede responsabilizar del
mismo, evitando en definitiva que se recurra a formas de justicia privada.

El fin principal del Derecho Procesal Penal, se considera por la doctrina, es la


determinación y realización de la pretensión sancionadora del Estado, lo que
conduce al carácter instrumental del Derecho Procesal Penal con respecto al del
Derecho Penal Sustantivo.

Debe reconocerse, sin embargo, que la afirmación que se hace frecuentemente en


el sentido de que el Derecho Penal sustantivo necesita para su realización del
proceso penal, no deja de ser problemática, ello ya que cuando el Derecho Penal
sustantivo opera con el carácter preventivo, haciendo que un sujeto se abstenga
de cometer un hecho delictivo, desempeña sus efectos el Derecho Penal,
precisamente en el ámbito al que está dirigido, puesto que su finalidad es hacer
posible la convivencia social frente a las más grandes infracciones a la misma y
no propiamente la retribución por las conductas realizadas, lo que sería más bien
propio de una concepción absoluta de la pena. El carácter instrumental del
Derecho Procesal Penal propiamente está dirigido a que no puede imponerse una
pena sin que se haya realizado previamente un proceso.

Si bien no puede haber pena sin proceso, puede haber proceso sin delito, puesto
que la realización de un proceso penal no implica que haya cometido un delito y
que el responsable sea el imputado. Precisamente el proceso se da para averiguar
si se llevó a cabo un delito y determinar en caso afirmativo el responsable del
mismo. No debe olvidarse que el imputado además está protegido por la
presunción de inocencia y que debe ser tratado como inocente hasta que exista
sentencia condenatoria firme, la que tendrá un efecto constitutivo con respecto a
su calidad de culpable. Por ello se realiza la afirmación de que el final del
proceso penal es la determinación y realización del poder punitivo estatal no esta
falta de problemas, ya que podría creerse que cuando se sobresee o se absuelve a
un imputado entonces no se cumplió con un fin del proceso penal. El fin de
determinación y la realización de la pretensión punitiva del Estado implican que
la misma solamente pueda afirmarse cuando de acuerdo con el debido proceso se
llegó a la determinación y realización de la potestad punitiva del Estado que la
misma solamente puede afirmarse cuando de acuerdo con el debido proceso se
llegó a la determinación de la culpabilidad del imputado a través de un juicio de
certeza al respecto. Ello implica a su vez que el proceso penal tiene por fin
también evitar que sea condenado un inocente.

REALIZACION DEL JUZGAMIENTO DE LOS DELITOS CONFORME AL


DEBIDO PROCESO. La garantía del juicio previo no supone solamente que para
la imposición de una condena se requiera la realización de un proceso penal en el
que se determine la culpabilidad del imputado, sino que además exige que el
proceso que se lleve a cabo sea llevado de acuerdo con los lineamientos del
debido proceso. Desde esta perspectiva se considera que un fin del proceso penal
es la garantía de un proceso conforme a los lineamientos de un Estado de
Derecho.

El proceso penal implica un orden en la realización de los diversos actos


procesales, estando previstas una serie de formalidades para las mismas, las que
no deben ser vistas como un fin en sí mismas, sino como una garantía frente a la
arbitrariedad. Este rige el principio de presunción de inocencia, que opera como
un límite protector de todos los habitantes. Así con frecuencia se ha dicho que el
Derecho Penal sustantivo, en su faceta no penalizadora, sino restrictiva del poder
punitivo, es un Derecho protector de los delincuentes, en el sentido de que
establece límites del poder del Estado, de modo que no castigue éste por encima
de la culpabilidad que corresponde al sujeto por el hecho delictivo cometido. Se
erigen como principios fundamentales de Derecho Penal sustantivo el de
legalidad y el de culpabilidad, a los que se asocia como tercer principio de
lesividad. El Derecho Penal es considerado como la Carta Magna del delincuente
y que indica que existe un límite infranqueable a la política criminal. En lo que
respecta al Derecho Procesal Penal se ha dicho, por el contrario, que es un
Derecho protector del hombre honrado, esto en el sentido de que protege a la
totalidad de los habitantes de la Republica, evitando la arbitrariedad en la
persecución penal y exigiendo la vigencia del principio procesal de más
relevancia, que es la presunción de inocencia.

Es imprescindible tener en cuenta que en lo que atiende al respecto del debido


proceso debe regir la regla de oro, que supone un principio ético que en general
presentan en común las diversas culturas y religiones a través de la historia. Ello
de expresa a través de que se debe tratar a los demás, como se quiere ser tratado,
o bien expresado en forma negativa, no debe hacerse a otras personas lo que no
quiere que se le haga a uno. Es común que cuando se critica que existe un exceso
de garantías, se vea a los presuntos delincuentes como sujetos ajenos de modo
que se pida mano dura en contra de los mismos, exigiéndose una respuesta
contundente y rápida, despreciándose las garantías penales y procesales, ya que
se afirma que son protectoras de los delincuentes, dejando a sus víctimas sin
derechos. Sin embargo, la posición cambia radicalmente cuando esa persona que
criticaban el llamado exceso de garantismo, se ve envuelta en un proceso penal, o
bien sucede esto con un familiar suyo o una persona cercana. Allí se denuncian
las irregularidades violatorias al debido proceso y el quebranto a la presunción de
inocencia. Ello no debería ser así, de modo que se debe ser coherente, valorando
las garantías procesales como protectoras de todas las personas, incluso de uno
mismo, de modo que sea conforme a la regla de oro, para lo cual debe dejarse de
considerar que cualquiera puede llegar a verse envuelto en un proceso penal.
FUNCION DE PACIFICACION JURِِIDICA. En general se tiende por la doctrina
a reconocer que el proceso penal cumple con una función de pacificación
jurídica, debe tenerse en cuenta que el monopolio de la administración de justicia
por el Estado hace que deba garantizarse por el mismo la existencia de un
proceso penal para el juzgamiento de los hechos delictivos, siendo ello el
fundamento de la existencia del Derecho Procesal Penal.

La necesidad de un juicio previo está asociado con el monopolio de la justicia


penal por parte del Estado, eliminándose las formas de justicia privada y de la
utilización de la venganza, todo como una forma de garantizar las condiciones
mínimas para la convivencia pacífica en sociedad, de modo que los conflictos
que se susciten a las reglas fundamentales de la convivencia social, sean resueltas
por el Estado a través de la realización de un proceso penal, evitando en
definitiva que se acuda a formas de justicia privada.

LA SOLUCION DEL CONFLICTO COMO UN FIN DEL PROCESO PENAL.


En el Art. 2 del Código Procesal Penal señala: “Los tribunales procuran
resolver el conflicto surgido a consecuencia del hecho punible,
para contribuir a restaurar la armonía social. En todo caso, al
proceso penal se le reconoce el carácter de medida extrema de
la política criminal”. En este tenor se nos indica que la solución del conflicto
u obtención de la paz jurídica debe lograrse no a través de las medidas
coercitivas, sino más bien por medio de las soluciones alternativas al conflicto
que hagan innecesaria la imposición de una pena o de la sentencia definitiva que
resuelva sobre la culpabilidad del imputado.

Este principio para resolver un problema de carácter penal tiene su origen en


varios documentos de dimensión internacional sobre derechos humanos que han
adoptado nuevas formas distintas al juicio. A si se pronuncia la Declaración
Sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos y del
Abuso de Poder de la ONU en el numeral 7”: Se utilizarán, cuando proceda,
mecanismos oficiosos para la solución de controversias, incluidos la mediación,
el arbitraje y las prácticas de justicia consuetudinaria o autóctonas, a fin de
facilitar la conciliación y la reparación en favor de las víctimas”, por su parte la
recomendación No. R85 11 del comité de ministro de los estados miembros del
consejo de Europa recomendó “examinar las posibles ventajas de mediación y de
conciliación”. La solución a los problemas de conductas personales que el
derecho penal dad con el juicio tiene como consecuencia una pena, la cual hoy
día se aprecia como la no mejor forma de obtener la paz jurídica o solución del
conflicto de acuerdo a la opinión más actualizada, dándole la doctrina
internacional mayor aceptación a aquellas soluciones alternativas al juicio que
hagan innecesaria la imposición de una pena o de la sentencia definitiva; para la
posición alemana, al respeto señala que entre los fines del proceso está la
obtención de la paz jurídica, y en igual sentido se expresa la doctrina
latinoamericana, las cuales sostienen que la recuperación de la paz jurídica no se
adquiere solo con una pena sino más bien, pues cuando el daño ha sido reparado.
Por otro lado se ha indicado así que la víctima en lo que generalmente está
interesada es en la reparación y no en la imposición de una pena al imputado.
Todo esto, lo que en cierta forma, no es más que un rechazo o por lo menos una
intención para disminuir el uso de la sanción penal, lo cual a su vez es una
exigencia del derecho penal mínimo y del principio de ultima ratio. En la
actualidad existe una tendencia en el derecho comparado a darle relevancia a la
conciliación entre el autor de un hecho delictual y la víctima como premisa para
sobreseer la causa penal. Entendiéndose que con tal esquema de resolver el
conflicto se promueve la reparación y con ello se tiene un efecto rea socializante,
ya que se obliga al autor a enfrentarse a las consecuencias de su hecho y a
conocer los intereses legítimo de la víctima. Siendo importante destacar que tal
reparación puede ser un acto simbólico con lo cual también se ven la cara autor-
victima en un dialogo frente a su problema.

Como ejemplos de formas de solución al conflicto diferente al juicio contenidas


en el nuevo código se encuentran la conciliación, la suspensión condicional del
procedimiento, reparación integral del daño y el pago del máximo previsto para
la pena de multa. Algunos tratadista han querido ubicar la aplicación del
principio de oportunidad como una figura jurídica de solución del conflicto
alternativas al juicio, sin embargo el principio de oportunidad lo que supone es la
facultad discrecional que tiene el ministerio público de poner o no poner en
practica la persecución penal por falta de interés y por razones de política
criminal. En esta institución a diferencia de las otras señaladas, no se le exige al
imputado que haga algo a cambio del sobreseimiento de la causa, aquí no hay un
cara a cara entre autor-victima que exprese una conciliación propiamente dicha
como en las demás figuras jurídicas. Por lo que no se trata entonces de una
solución que produzca la paz social. Al contrario lo que hay es la falta de
importancia de ese conflicto debido a su poca dañosidad al bien jurídico tutelado
o porque no compromete gravemente el interés público, así como la falta también
de relevancia con relación a otros hechos de mayor importancia los cuales se
deban juzgar primero en el país o en el extranjero. En consecuencia de lo que se
trata es de aquella formas de solución del conflicto que parten de la conciliación
imputado-victima, las cuales si llegan a un acuerdo al respeto, suponen una forma
de reparación del daño, no ya en el sentido del derecho civil, sino de la búsqueda
de la paz jurídica a través del derecho penal.

Sistemas Procesales
Usualmente se contraponen por la doctrina dos sistemas procesales el inquisitivo
y el acusatorio, ello con base en tipos ideales de los mismos, que difícilmente se
han dado históricamente puros.

EL SISTEMA ACUSATORIO. Es aquel sistema de persecución penal en el cual


se encuentran separadas las funciones de investigación, acusación y resolución de
un hecho ilícito, asegurando con aquello la imparcialidad, independencia,
igualdad y legalidad del actuar punitivo del Estado. La característica principal del
procedimiento acusatorio es que la acusación le correspondía a un apersona
distinta al juez, en primer lugar al ofendido y sus parientes, y posteriormente a
cualquier otro ciudadano. Así no se aplica propiamente el principio de oficialidad
en la persecución penal, sino la acusación depende de la intervención de
particulares. Esto responde al principio de que no hay juez sin acusador.

El proceso que se regía por la igualdad de las partes y por el contradictorio,


garantizándose así el derecho de defensa del imputado. El tribunal desempeña un
papel pasivo, de árbitro de la disputa entre el acusador y el imputado. En
definitiva el sistema acusatorio supone un proceso entre particulares, con
respecto al cual el juzgador es un sujeto imparcial.

EL SISTEMA INQUISITIVO. Es aquel que permite al juzgador exceder la


acusación y aun así actuar sin ella. La nota identificativa del sistema inquisitivo
fue la intervención del juez, como órgano estatal encargado de la investigación y
juzgamiento de los delitos, lo que en definitiva condujo a que en la misma
persona se acumularan las funciones de acusador y juez, lo cual implicaba la
perdida de imparcialidad, aunque teóricamente se consideraba que el juez debía
buscar la verdad material y con ello actuar también en la tutela de los inocentes.
El juez tenía la libertad de búsqueda, adquisición y valoración de la prueba
actuando de oficio.

Este proceso inquisitivo se caracteriza por ser escrito, secreto y no contradictorio,


siendo el imputado tratado como un objeto. La víctima desapareció del proceso,
dándose lo que se conoce en el abolicionismo penal como la expropiación de la
víctima del conflicto. En este sistema se perdió la imparcialidad del juez, ya que
este también asumió la función de acusador, se perseguía no propiamente liberal
los cargos al imputado, sino más bien la condena del mismo.

SISTEMA ACUSATORIO FORMAL O MIXTO. Fruto de las nuevas ideas


filosóficas, como reacción ante las denuncias secretas, las confesiones forzadas y
la tortura, surge un nuevo sistema procesal penal que respeta el derecho de todo
ciudadano a ser juzgado públicamente en un proceso contradictorio, pero
conservando un elemento del sistema anterior, el de la acusación oficial,
encargada a funcionarios que de modo permanente suplan la carencia de
acusadores particulares, con lo que nace el Ministerio Fiscal, que es órgano
independiente de los juzgadores y representante de la ley y de la sociedad.
Además, se conserva una fase de investigación secreta, escrita y no
contradictoria, que a diferencia del sistema inquisitivo no sirve de base a la
sentencia, sino a la acusación. La sentencia sólo puede basarse en las pruebas
practicadas en el juicio.

Por esa mezcla de caracteres se le denomina sistema mixto y se caracteriza


porque el poder estatal no abandona a la iniciativa de los particulares la
investigación y la persecución de los delitos, pero el Estado, en cuanto juzga, no
investiga y persigue, porque se convertiría en parte, y con ello peligraría la
objetividad de su juicio.
Derechos Fundamentales del Imputado

DERECHOS DEL IMPUTADO. En estos se debe considerar las garantías


establecidas en los instrumentos internacionales de derecho humanos. Entre ellas
la presunción de inocencia, el derecho del imputado de conocer los hechos de los
que se le acusan, el derecho de abstinencia a declarar, la prohibición de tortura, el
derecho de defensa técnica desde los primeros momentos de la investigación
mediante el establecimiento de una defensor público o de oficio en caso de no
nombrarse por el imputado un defensor de confianza, el derecho de defensa
material, incluyendo el derecho de ofrecer prueba y de combatir la prueba de
cargo, entre otros.
PRISION PREVENTIVA. Debido al alto porcentaje de presos sin condena en
distintos países iberoamericanos se sintió la necesidad de reformar este aspecto
en el Derecho Procesal Penal, estableciéndose como principio para la misma el
peligro concreto de que se vaya a falsear la prueba y/o de que el imputado se
fugue, asignándosele con ello una función procesal a la prisión preventiva, con lo
que se requiere una regulación de la misma con el principio de presunción de
inocencia.

Etapas Procesales

PROCEDIMIENTO PREPARATORIO. Inicio de la investigación, rol del fiscal


y el juez, las pruebas que requieren autorizaciones jurisdiccionales (allanamiento,
intervención telefónica, intervenciones corporales), anticipos jurisdiccionales.
Actos a cargo del Ministerio Público. Actividad probatoria. Recursos de
revocatoria y Apelación, principio de taxatividad, impugnabilidad subjetiva y
objetiva, plazos y ante quién se interpone. Actos valorativos del fiscal:
desestimación (denuncia o de la querella), archivo fiscal, sobreseimiento definido
o provisional, acusación, aplicación de salida alternativa o procedimiento
abreviado. Acusación: vicios formales y materiales. De todos estos institutos:
concepto, naturaleza jurídica, requisitos de procedibilidad, oportunidad procesal,
efectos en el proceso. Esto se ejercía siguiendo el principio de proporcionalidad,
por lo que conforme a criterios de carácter acusatorio debe encargarse a sujetos
diferentes la realización de investigación y la función jurisdiccional de control de
autorización en relación con dicha investigación. En conclusión el sistema
preparatorio queda en manos del Ministerio Publico.

ETAPA INTERMEDIA. Naturaleza, fines, actos conclusivos, traslado de la


acusación y/ o querella, audiencia preliminar, desarrollo de la audiencia. Análisis
de la acusación. Facultad de sanear defectos formales y materiales. Admisión de
la prueba. Auto de apertura a juicio. División del juicio en dos fases: cesura.
Recursos de Revocatoria y Apelación, principio de taxatividad, impugnabilidad
subjetiva y objetiva, plazos y ante quién se interpone. Se dispone durante la
etapa intermedia que el imputado pueda solicitar que se reciban medios
probatorios omitidos durante la etapa instructora. La función principal de la etapa
intermedia es de servir de control de las conclusiones a las que llego el Ministerio
Publico, luego de la etapa instructora. Se trata fundamentalmente de determinar si
existe sospecha suficiente para elevarla causa a juicio.

ETAPA DEL JUICIO ORAL. El juicio oral y público es el que permite, por un
lado, transparencia en la toma de decisiones, y por el otro, hace posible la
vigencia de la inmediación y con ello de una humanización de la justicia penal, al
tomarse un contacto directo con los diversos sujetos que intervienen en el
proceso, ello desde el imputado hasta los defensores, el Ministerio Publico, los
testigos y peritos. Además la oralidad opera en contra de la práctica de justicia
delegada, a lo que se agrega que permite una mayor celeridad en la tramitación
de los procesos penales. Principios del juicio (acusatorio, imputación, oralidad e
inmediación, excepciones a la oralidad, publicidad, excepciones a la publicidad,
contradicción, concentración y continuidad). Nociones previas acerca del debate
(preparación, tiempo: causales de suspensión, suspensión por aspectos
incidentales, suspensión por necesidad probatoria, suspensión por razones de
salud, suspensión por respeto al derecho de defensa, dirección del debate, registro
de la audiencia). Desarrollo del debate, apertura, papel del fiscal al momento de
la lectura de la acusación, corrección de errores materiales, intimación
imputación, declaración del imputado, incidencias, recepción de prueba (peritos,
testigos, el interrogatorio, contrainterrogatorio), incorporación de la prueba
documental, otros medios de prueba, la prueba para mejor resolver, principio de
comunidad de prueba, discusión final. El juicio en dos fases: cesura, clausura, la
reapertura del debate, la deliberación, la sentencia (requisitos formales y
materiales, exigencia de fundamentación fáctica, intelectiva y jurídica, lectura
integral, notificación a las partes).

RECURSO EN CONTRA DE LA SENTENCIA DEL JUICIO ORAL Y


PÚBLICO. Esta se refiere a la impugnación de la sentencia condenatoria, es el
recurso de casación y el recurso de apelación.

ETAPA DE EJECUCION. En este periodo de ejecuciones definitivo para la


ejecución del proceso penal, en especial cuando se trata de la pena privativa de
libertad, es decir, la condena condicional, la vigilancia y revocación, libertad
condicional, vigilancia y revocación. El Tribunal de Ejecución también tendrá a
su cargo, sin perjuicio de la función administrativa que supone la ejecución de la
sentencia, el control general sobre su realización práctica y la asistencia al
imputado ya sea declarado culpable o inocente.

DERECHOS DE LA VICTIMA. Es el reconocimiento que se le hace a la


víctima, teniendo en cuenta que anteriormente estos se echaban al olvido, este
reconocimiento se debe tomar en cuenta al concederle la participación de la
víctima en el proceso.
Universidad del Caribe
UNICARIBE
Escuela de Derecho

PRACTICA I
Ideología y Semblanza de Javier Llobert Rodríguez

Sustentantes:

Nombre: Matricula:
Karolin Yahaira Gil Bonifacio 2009-1934
Nereida

Acompañante:
Dr. Joaquincito Bocio Familia

Asignatura:
Derecho Penal II (DER-213)

Martes, 13 Julio, 2010


Santo Domingo, D.N
INTRODUCCION
El Derecho Procesal Penal constituye un conjunto de preceptos necesarios para la
aplicación de la consecuencia jurídica, que se encuentran previstas en el Derecho
Penal Material, el cual tiene la función de regular el presupuesto de la pena y de
la aplicación de las medidas de seguridad. Según el jurista costarricense el Dr.
Javier Llobert Rodríguez el Derecho Penal en las distintas etapas de la historia
de Costa Rica y de Latinoamérica en general ha pasado de ser un sistema
autoritario, influenciado políticamente, a convertirse en un proceso de moderar
las penas y de defender o servir de protección al imputado hasta el momento en
que se logre comprobar su culpabilidad o su inocencia y llevarlo hasta el punto de
que no se le aplique una pena mayor al grado de la infracción que ha cometido, si
este fuere el caso.

En la bibliografía consultada “Derecho Procesal Penal”, Javier Llobert


Rodríguez, se desarrolla la temática de los fines del proceso penal, indicándose
que aunque el proceso tiene un carácter instrumental con respecto al Derecho
Penal sustantivo, tiene también fines de carácter propio, siendo sobre ello
fundamental la consideración de la realización del juzgamiento conforme al
debido proceso. Esto es precisamente lo que se busca en el proceso legal, o sea
las garantías procesales exigidas por el propio debido proceso, siendo
fundamental el respeto al principio de dignidad de la persona humana, lo mismo
que la salvaguardia de presunción de inocencia.

Podemos divisar como se ve el Derecho Procesal Penal como un Derecho


Constitucionalmente aplicado y para ello se ha constituido como núcleo central la
utilización de las herramientas ofrecidas por la Declaración Universal de los
Derecho Humanos. Ello lleva igualmente al estudio de la jurisprudencia, sus
fines, los distintos sistemas procesales y el desarrollo del proceso penal.
CONCLUSION
Derecho Procesal Penal se encuentra perfectamente establecido teóricamente
hablando, el detalle se encuentra en que se desarrollen los pasos para llevar a
cabo un justo proceso penal, donde se agoten todos los pasos necesarios para
constatar la inocencia o culpabilidad de un imputado, y para determinar si
realmente se cometió alguna falta y/o si la persona que se acusa de la misma es
realmente la involucrada en el hecho.

El presente trabajo brinda el marco general de los elementos determinantes que


tipifican del proceso legal y fundamentalmente se encarga de analizar las
condiciones en las cuales el sistema normativo se da a conocer en su componente
estructural, de aplicación.

Ya que el Estado cuenta con el monopolio punitivo este debe poner en practica su
potestad para solucionar los conflictos penales. De igual forma se presenta en el
código procesal penal la necesidad de fortalecer el papel de la víctima en la
búsqueda de su propia solución, de promover el dialogo como herramientas para
la búsqueda de la paz jurídica y de devolverles el papel protagónico a victima-
imputado. Pienso que con estas formas de resolver un problema, el derecho penal
se aleja de la teoría tradicional absolutista de la pena, en donde ante la presencia
de una infracción penal se tiene obligatoriamente que culminar con una sentencia
condenatoria o absolutoria, y cerrando con ello la posibilidad de apelar a nuevas
alternativas de solución al conflicto penal. El concepto de la búsqueda de la paz
jurídica entre las partes es un nuevo ingrediente en el derecho procesal penal y
todas estas instituciones señaladas son mecanismos y posibilidades que ofrece el
código.
BIBLIOGRAFIA

1) Llobert Rodríguez, Javier. Derecho Procesal Penal: Aspectos


Generales. 1ª. Edición, San José Costa Rica. Editorial
Jurídica Continental, 2005.

2) Código Procesal Penal de la Republica Dominicana.

3) Llobert Rodríguez, Javier. Derecho Procesal Penal:


Garantías Procesales. 1ª. Edición, San José Costa Rica.
Editorial Jurídica Continental, 2005.

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