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CAPITULO 1
¿CÓMO INICIÓ NUESTRO TRABAJO?
Este capitulo describe los aspectos esenciales que componen la Práctica,
demuestra elementos fundamentales como el objeto de intervención,
Seguimiento
VIOLENCIA EN LA PAREJA
Ximena Santa Cruz Bolívar
Psicóloga Universidad de Chile
SANTIAGO DE CHILE
Isabel La Católica 3828- LAS CONDES
FONO: 056-02-4187265
• Violencia Intrafamiliar
• Tipos de Violencia
• Violencia en la Pareja
• Maltrato Infantil
• Maltrato a los Ancianos
La violencia intrafamiliar tiene varios tipos de violencia más específica que se pueden
clasificar de acuerdo a las personas de la familia que la viven más directamente.
La violencia conyugal como lo dice su nombre, se refiere al maltrato que ocurre entre
los integrantes de la pareja. Aunque por definición la violencia conyugal implica que los
que viven el problema de violencia, son los integrantes de la pareja, este tipo de
maltrato afecta a toda la familia. Como se señaló los niños o jóvenes, u otros adultos
que viven en la casa, que son espectadores de la violencia entre la pareja son también
maltratados. Estos sufren daños psicológicos por estar constantemente asustados y
expuestos a la tensión, y a la espera de un nuevo episodio de violencia al interior de la
pareja, cualquiera sea el tipo de las agresiones (psicológica, física, sexual o económica).
En nuestro país una de cada cuatro mujeres vive maltrato de algún tipo por parte de su
pareja(SERNAM, 1996). El maltrato hacia el hombre es mucho menos frecuente, y es
difícil detectarlo por factores culturales: los hombres no se atreven a denunciar que son
agredidos por una mujer, sea física, psicológica o sexualmente. El maltrato más
frecuente hacia el hombre es de tipo psicológico. En cuanto a este aspecto se puede
mencionar que dentro del 62% de los hogares que viven violencia intrafamiliar, el 25%
de los casos corresponden a violencia cruzada (ambos se agreden) y aproximadamente
el 2% de los casos a violencia hacia los hombres, el resto (63%) corresponde a violencia
hacia la mujer.
Ciclo de la violencia
La violencia al interior de la pareja se mantiene por que existe un proceso muy especial
llamado ciclo de la violencia, que involucra a ambos y los hace pensar que todo puede
cambiar de la noche a la mañana, aunque esto no tiende a ocurrir así.
Cuando una pareja vive violencia se pude decir que hay períodos de calma en la
relación. Estos períodos pueden durar meses o días, pero lentamente comienzan los
desacuerdos, las peleas, la tensión entre ambos, en que cualquier cosa es mal
interpretada por el otro. Poco a poco las peleas y roces aumentan de volumen hasta que
la tensión es tan insoportable que surge el episodio violento y se producen las grandes
agresiones.
Después de ésto viene una calma, como después de la tormenta, pero la tensión y el
enojo siguen. Y a continuación viene la "Luna de miel" en que el agresor (o los
agresores) pide disculpas al agredido y promete realmente de corazón no volver a
agredir de ese modo e intentar cambiar. El agredido, que generalmente ama al otro
quiere creer en todas las promesas de cambio y así se vuelven a reconciliar pasando por
un tiempo de pololeo y regaloneo, muy rico para los dos. En este período se llevan
mejor, pero lentamente se tiende a volver a relacionarse como están acostumbrados, y
comienzan nuevamente los roces, las peleas y la tensión vuelve a aumentar, para llegar
nuevamente a un episodio violento y otra luna de miel, y así nuevamente.
Por lo general tanto los que maltratan como los maltratados sufren problemas de
angustia, tensión, pena, rabia y desesperación, teniendo a veces síntomas físicos que
muestran lo mal que se sienten psicológicamente por vivir en una relación de pareja
violenta. Existe en ellos, la mayor parte de las veces, una especie de sensación de "ni
contigo, ni sin ti" que quiere decir que no se puede imaginar una vida sin el otro, pero la
vida actual con la pareja los hace muy infelices.
Por otra parte el resto de la familia también vive las consecuencias de la violencia al
interior de la pareja. Además de la tensión, el dolor de ver a sus seres queridos hacerse
daño, y el tener que muchas veces tomar partido por uno o por otro, son las cosas que
más afectan a los niños u otras personas que conforman la familia.
Los niños que viven en hogares violentos tienen dificultades para relacionarse con otros
niños y hacer amigos, tienden a bajar su rendimiento o a tener problemas de conducta,
suelen ser agresivos y a demostrar su rabia (que a diario viven en sus hogares) en todas
partes.
Lamentablemente los niños que se ven expuestos a modelos de padres que resuelven los
problemas con la fuerza y la violencia, tienden a hacer lo mismo en la escuela, con los
amigos, y aprenden que éste es un modo útil de lograr que los demás hagan lo que ellos
quieren. Por otra parte los que no aceptan la agresión por que no les gusta o por que no
va con su modo de ser, aprenden el temor y aceptar las agresiones de los otros como una
forma de sobrevivir a los conflictos.
Es muy típico ver a los hijos de las parejas que viven violencia entre ellos, tomar partido
por uno o por otro de los padres, formando verdaderos bandos en la familia. Además el
ser partidario de uno u otro de los integrantes de la pareja, tiene como efecto sentir
culpa por no poder demostrarle al otro que igual se lo quiere. Incluso hay niños y
jóvenes que terminan aislándose y alejándose de ambos para no ser desleal con ninguno.
estos niños tienden a deprimirse y a tener problemas en la escuela, se ponen distraídos y
solitarios.
A veces el que es agredido logra tener a todos los hijos de su parte y el agresor es visto
como el malvado de la película. En estos casos los hijos pasan a ser verdaderos
confidentes y esposos substitutos para el agredido. Ello genera mucha rabia en el
agresor que se ve desplazado de su lugar y reemplazado en parte por este hijo o hija.
Esto tiende a acentuar los conflictos al interior de la pareja, a aumentar los celos, la
rabia y hacer más graves los episodios violentos. Cuando los hijos son jóvenes o adultos
pueden jugar un rol de árbitros o evitar las agresiones físicas amenazando con agredir
ellos al maltratador. Sin embargo esto no siempre resulta conveniente ya que el agresor
puede ser aún más destructivo con el otro en ausencia del hijo mediador.
Estas alianzas con hijos más grandes también complican al agredido ya que el hijo
aliado lo presiona a definir la situación, que tanto cuesta enfrentar (sea esta solución la
separación o un apoyo de especialistas). A veces esto pone a la familia frente a más
angustia, pero a veces puede ser una buena excusa para pedir ayuda para resolverla
como familia. Además un hijo que ha sido aliado de la víctima de violencia no quiere
volver a un rol de simple hijo, ya que siente que él ya es adulto, y ha visto las
debilidades de sus padres. Cuesta mucho poder re - ordenar a las familias y lograr que
los hijos vuelvan a ocupar su lugar de hijos, aún cuando ya se haya resuelto el problema
de la violencia conyugal.
Es importante destacar que a veces un hijo con problemas puede ser una puerta abierta
para pedir ayuda y salir de una relación violenta.
Una de las cosas que permite que la situación se defina más fácilmente es poder pedir
apoyo profesional (social, psicológico y/o legal) para ambos, como terapias de apoyo
para cada uno por separado o terapia de pareja cuando la relación no lleva mucho
tiempo siendo violenta, y la agresión no ha sido muy destructiva. La terapia de pareja
puede ser muy útil en casos de violencia cruzada o de agresiones mutuas. En cambio la
terapia individual es más recomendable cuando uno es el agredido y el otro el agresor.
Los centros especializados en violencia intrafamiliar, trabajan con grupos de personas
agredidas enseñándoles a manejar sus capacidades y a enfrentar este problema, a través
de grupos de autoayuda.
Es importante recordar que en la actualidad existe una ley de violencia intrafamiliar que
permite al juez dictar, una vez que se haya hecho la denuncia, unas medidas de
protección o "medidas precautorias", que consisten en determinar el alejamiento físico
del agresor del hogar común (por un tiempo que el juez determine), cuando existe
peligro de daño físico o psicológico, también se puede autorizar al afectado para
abandonar el hogar común y hacer que se le entreguen inmediatamente sus pertenencias,
fijar la tuición de los niños, así como establecer una pensión alimenticia y un régimen
de visitas provisorias.
Además está la posibilidad legal de pedir terapia para el agresor, como una de las
condiciones para llegar a algún acuerdo entre las dos partes.
Existen muchos hogares que viven violencia conyugal, sin embargo no se puede brindar
el apoyo necesario a todos ya que no hacen la denuncia correspondiente o no buscan
apoyo en instituciones especializadas. Es muy importante que los que conozcan a
familias que requieran apoyo para cambiar esta situación se acerquen y los orienten a
pedir ayuda o a hacer la denuncia. Si alguien que lee esta cartilla sufre maltrato y ve
reflejado su sufrimiento y sus dudas, es muy importante que recurra a alguno de los
centros de violencia de las comunas, o al consultorio, o a la asistente social de la
municipalidad, y fundamentalmente a los Centros familiares de La Fundación de La
Familia donde la orientarán adecuadamente, sin riesgos para usted o su familia
La mentalidad hedonista de nuestra sociedad, que tiene como consecuencia, entre otras,
la falta de espíritu de sacrificio y el no estar preparado para aceptar las contradicciones,
y la concepción sentimentalista del amor, que subordina la razón a la sensibilidad en las
relaciones de pareja, son las verdaderas causas de esta violencia. Y eso sólo se corrige
en casa y en la escuela; aunque no precisamente con una asignatura de ciudadanía.
contextos culturales.
legal y social.
hereditariedad
por línea paterna. Por otra parte, en
muchas sociedades la sexualidad de la mujer está
ligada a la noción de honor familiar. Las normas
tradicionales vigentes en dichas sociedades permiten
que se mate a las hijas, hermanas y esposas
“descarriadas”, sospechadas de haber manchado
el honor de la familia por haberse
entregado a relaciones sexuales prohibidas, o
por haberse casado o divorciado sin la autorización
de la familia. Siguiendo el mismo razonamiento,
el honor de una sociedad o de un grupo
étnico enemigos puede ser ultrajado mediante
actos de violencia cometidos contra sus mujeres.
Se ha constatado que ciertas experiencias
vividas en la infancia, como por ejemplo el haber
presenciado violencias domésticas o el haber
sufrido abusos físicos y sexuales, son factores de
riesgo para los niños. Por haber sido testigos de
tales modelos de conducta, los niños pueden
aprender que la violencia es un modo de resolver
conflictos y de afirmar la propia virilidad.
También se ha notado que el consumo excesivo
de alcohol y otros estupefacientes constituye
un factor desencadenante de comportamientos
agresivos y violentos de los hombres
contra las mujeres y los niños. Una encuesta
sobre la violencia doméstica realizada en Moscú
ha revelado que la mitad de los casos de maltratamiento
físico estaban asociados con el consumo
excesivo de alcohol por parte del marido.28
Se sabe que el aislamiento de las mujeres
dentro de sus familias o comunidades contribuye
al aumento de la violencia, especialmente
si dichas mujeres tienen escasas posibilidades de
ponerse en contacto con las organizaciones
familiares o locales. Al contrario, se ha observado
que la participación de las mujeres en las
redes de actividades sociales es un factor decisivo
para reducir su vulnerabilidad ante la violencia
doméstica y para reforzar sus capacidades de
superarla. Dichas redes pueden ser informales
(la familia y los vecinos) o formales (las organizaciones
comunitarias, los grupos femeninos de
autoayuda, o la afiliación a partidos políticos).29
La ausencia de protección legal, sobre todo
dentro del “templo” inviolable del hogar, es un
factor determinante para la sobrevivencia de la
violencia contra las mujeres. Hasta hace poco,
la distinción entre lo público y lo privado, que
regía en la mayor parte de los sistemas judiciales,
representaba un obstáculo insuperable
para los derechos de la mujer. Sin embargo,
actualmente se está difundiendo cada vez más la
idea de que los Estados son responsables de la
protección de los derechos de la mujer incluso
cuando se trata de delitos cometidos dentro del
hogar. En todo caso, el fenómeno de la violencia
contra las mujeres sigue agravándose en
numerosos países a causa de la legislación, la
aplicación de las leyes y el sistema jurídico, que
no reconocen que la violencia doméstica
constituye un delito. El desafío principal reside
en conseguir poner fin a la impunidad de los
culpables, lo cual representaría asimismo una
forma de prevención de futuros abusos.
Las investigaciones llevadas a cabo por el
Observatorio de los Derechos Humanos
(Human Rights Watch) han revelado que, en los
casos de violencia doméstica, las autoridades que
tienen a su cargo la aplicación de la ley suelen
favorecer el recrudecimiento de las tentativas del
agresor de controlar y vilipendiar a su víctima.
Aunque varios países ahora disponen de leyes
que condenan la violencia doméstica, “cuando se
la comete contra una mujer en el marco de una
relación íntima, lo más frecuente es que estos
ataques sean tolerados como si fueran la norma
en vez de ser perseguidos por la ley... En muchas
partes, quienes cometen violencias domésticas
son tratados con menos rigor y castigados con
mayor benevolencia que los culpables de delitos
La violencia contra la mujer es un problema social ya que se le sigue viendo como algo
normal, ya que en México el hombre siempre es visto superior a la mujer.
De acuerdo con un enfoque ecológico, como lo plantea (Corsi, 1995 citado en Whaley,
2001) el proceso de construcción de la identidad masculina es un complejo entramado
de factores que dan como resultado las modalidades cognitivas, afectivas
comportamentales e interacciónales características de los varones de nuestra cultura.
2.1 Sociales
Bosh, Ferrer, Pili (1999), hacen referencia que la violencia contra la mujeres por lo
general esta relacionada con el contexto social que reproduce y refuerza aptitudes y
creencias que están basadas en un aprendizaje diferencial de roles y de estereotipos
que asignan a los hombres y mujeres, siendo el reflejo de un orden jerárquico de
relaciones de poder.
2.2 Laborales
Introducción:
Son muchos los aspectos de la vida humana que conspiran contra la calidad de vida en
su relación con el sector salud (1)
Al considerar la salud no sólo como la ausencia de enfermedades sino el estado de
completo bienestar biológico, psicológico y social, (Constitución de la OMS, Ginebra,
1976) si existe la violencia como factor actuante sobre los 3 aspectos, es evidente que
afecta el estado de salud. (1)
La violencia tiene que ver con la utilización de la fuerza física o de la coacción psíquica
o moral por parte de un individuo o grupo de sujetos en contra de sí mismos, de objetos,
o de otra persona o grupo de personas víctimas, por lo que constituye una amenaza o
negación de condiciones de posibilidad de realización de la vida y de la supervivencia.
(2)
La violencia desde el punto de vista social y de salud, afecta a todos los países y a todas
las capas sociales, y es sin duda un asunto muy complejo y de difícil solución. (3)
Dentro de los factores etiológicos de la violencia se encuentran:
1. Factores macrosociales: Entre ellos está el aumento de la urbanización y en la
migración, el desempleo, el narcotráfico, el incremento de la pobreza, el enfrentamiento
político, inclusión o exclusión de grupos humanos, medios de comunicación masiva,
etc. (4)
2. Factores microsociales:
• Factores familiares: Desorganización familiar, violencia física presenciada por el
futuro agresor en su familia, maltrato físico o psicológico, incluso sexual sufrido por él,
formación, desde la familia, de tradición violenta por vías de formas de empleo del
tiempo, tipo de preferencia cultural, patrones de consumo de sustancias tóxicas, no uso
de formas sociales de ayuda e incluso por vías de determinar funcionalmente trastornos
psicopatológicos que facilitan la conducta violenta. (4)
• Factores psicológicos: Alcoholismo y drogadicción (por las peculiaridades
psicológicas del adicto e independiente del efecto que la intoxicación en sí, en el
consumidor habitual o...
Ley contra violencia doméstica en Costa Rica
Eva Belmonte
28-05-2007
Tras ocho años de intensas deliberaciones, el viernes entró en vigor en Costa Rica
la Ley de Penalización de Violencia contra las Mujeres. Mientras los grupos
feministas celebran la esperada ley, algunos sectores se han mostrado reticentes
antes una normativa que sugiere distintas interpretaciones. Durante el año 2006,
35 mujeres fueron asesinadas a manos de sus compañeros sentimentales en Costa
Rica.
Voces discordantes
Distintas voces han surgido de grupos políticos que creen que es una ley demasiado
dura. El Movimiento Libertario asegura que es una ley que interviene demasiado en el
ámbito privado, y que deja demasiado lugar a las interpretaciones. El artículo 25 del
proyecto de ley dice que será sancionada con pena de prisión de seis meses a dos años,
la persona que, reiteradamente y de manera pública o privada, insulte, desvalorice,
ridiculice, avergüence o atemorice a una mujer con quien mantenga una relación de
matrimonio, en unión de hecho declarada o no.
Para Carlos Gutiérrez, diputado libertario, "artículos como el 25, tal y como se puedan
interpretar, son un poco desproporcionados. Queremos proteger y apoyar a la mujer,
pero los excesos son muy peligrosos". Las mismas mujeres costarricenses están en
contra de la ley, "porque lo que va a hacer es evitar que los hombres quieran tener una
relación estable con ellas", afirma el diputado.
Jeannette Carrillo reconoce que la normativa "tiene aspectos preventivos, pero como
una ley penal, es un ley represiva". Desde el Inamu, consideran que la violencia contra
las mujeres plantea características particulares que tienen que ver con la discriminación
en contra de las mujeres, por lo que se necesita una ley específica y especial para
enfrentar un proceso de discriminación histórica. Para las instituciones gubernamentales
es una ley de vanguardia a la altura de países como España.
El reto
En España, la Ley contra la Violencia de Género entró en vigor hace más de dos años y
medio y lejos de disminuir, las cifras de mujeres asesinadas a manos de sus parejas
sentimentales aumenta cada año. Según datos del Instituto de la Mujer, sólo en 2006, 87
mujeres fueron asesinadas a manos de su pareja o ex-pareja sentimental o en el ámbito
familiar, mientras que sólo un hombre murió de tal manera. Ante esto, la presidenta
ejecutiva de Inamu responde que "una ley es un instrumento que por si solo no
soluciona nada. No soluciona un problema estructural y ancestral como el de la
violencia contra las mujeres. Es una discriminación histórica y no es un asunto
automático, será a largo plazo. La sociedad tiene que ir logrando una relación de
respeto".
El diputado liberal Carlos Gutiérrez considera que "el mensaje es bueno, pero la ley
tendría que funcionar para ambas partes, ya que también hay hombres maltratados,
aunque América Latina sea una sociedad machista y no lo reconozca. Si hubiera sido
una ley equitativa, habría funcionado para ambos".
Contra las críticas, Jeanette Carrillo, defiende que es responsabilidad del Estado
irrumpir tanto en los espacios privados como públicos, y añade que la solución del
problema estructural pasa por la integración de la mujer y su liberación económica y
social.
El respeto a los derechos humanos debe darse en todos los espacios de la vida.
San José.- Gerardina López, una ex-trabajadora de las plantaciones de banano de Costa
Rica, fue la representante de un grupo de mujeres vecinas y trabajadoras de esas zonas,
afectadas gravemente por el uso de agroquímicos prohibidos en Estados Unidos y
usados por transnacionales del banano aquí. Dolores de cabeza insoportables, caída de
uñas, afecciones en la piel, cánceres y otros tipos de padecimientos las afectan a ellas y
a sus hijos e hijas a causa del Nemagón, nombre comercial de un agroquímico conocido
también como BCP, el cual provocó además la esterilización e impotencia de muchos
de sus consortes, cuyos casos fueron conocidos mundialmente hace varios años debido a
las demandas que interpusieron ante cortes estadounidenses. Estos hombres
esterilizados por el uso de este agroquímico fueron indemnizados por las
transnacionales del banano pero obligados a firmar una disposición de que sus esposas y
prole no podrían interponer denuncias por las afecciones sufridas debido a la exposición
del producto. Este fue uno de los 10 casos denunciados esta semana en el III Tribunal de
Denuncias sobre violaciones a los derechos humanos de las mujeres, organizado por
varias organizaciones de mujeres costarricenses, con el fin de sensibilizar a la opinión
pública del país sobre el incumplimiento de la Convención Internacional de Derechos
Humanos y como preámbulo a la celebración del 25 de noviembre, escogido como el
día internacional por la No Violencia contra las Mujeres. El caso de Gerardina y sus
compañeras fue uno de los más dramáticos puesto que afecta a una gran cantidad de
mujeres y significa enfrentarse contra poderosas compañías e intereses económicos.
Este caso será denunciado en un tribunal similar que se realizará en Nueva York el
próximo 9 de diciembre, vísperas de la celebración de los 50 años de la Declaración de
Derechos Humanos . Hoy por la tarde se dará a conocer públicamente la resolución de
este tribunal, el cual estuvo integrado por los ministros de Trabajo y Justicia de Costa
Rica, Víctor Morales y Mónica Nagel respectivamente, la viceministra de Salud , Xinia
Carvajal; las juezas del Poder Judicial Ifigenia Bustamente, Rosaura Chinchilla y
Gabriela Jara, así como Héctor Amoretti y Kattia Ballesteros de la comisión de
seguimiento de la Ley contra la Violencia Doméstica. Otros casos conocidos por este
tribunal a lo largo del lunes 23 de noviembre fueron la denuncia por parte de la
organización Agenda Política de Mujeres contra el reglamento de esterilizaciones que
rige en este país desde 1986 y el cual no permite que las mujeres, por su propia
decisión, puedan acceder a una esterilización en los servicios de salud oficiales. Para
sostener esta demanda se presentó el caso de Julia Pérez, una mujer de 38 años que ha
tenido nueve embarazos y siete hijos e hijas y a quien, por no contar con seguro social
estatal porque está desempleada, no quisieron esterilizarla ni dotarla de contraceptivos.
La estatal Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) está obligada a atender a
cualquier persona que requiera atención a su salud pues es un servicio universal.
Asimismo se denunciaron los abusos que cometen algunas empresas de maquila
ubicadas en el país, las cuales despiden a las trabajadoras en estado de embarazo -cosa
absolutamente prohibida por ley en Costa Rica- y sin responsabilidad patronal. También
se denunció el horario extraordinario -de 10 horas y no de ocho como el resto de los y
las trabajadoras- de las empleadas domésticas. Otra queja grave fue la de Victoria
Solano, privada de libertad quien denunció tratos crueles y degradantes en las cárceles
de mujeres de este país, el abuso a las trabajadoras del sexo quienes son acosadas por la
policía y los dueños de los burdeles. Además se revisaron los casos de la violación por
parte de los partidos políticos y el Tribunal de Elecciones de Costa Rica, a la ley de
cuotas de 40 por ciento de puestos elegibles para mujeres, en las pasadas elecciones de
febrero pasado, la cual no fue cumplida por el Tribunal. Otros casos estudiados fueron
sobre violencia doméstica, violencia política y de usurpación a las tierras indígenas,
especialmente las que están en manos de mujeres. Este III Tribunal de Denuncias contra
los derechos de las mujeres, pretende llamar la atención de las autoridades
costarricenses para corregir estas violaciones. El acuerdo del tribunal fue de fortalecer
mecanismos de protección de las mujeres locales, solicitar al Ministerio de Trabajo
eliminar el régimen de excepción que rige para las empleadas domésticas, instar al
Ministerio de Salud y el Poder Ejecutivo para que derogue el actual Decreto de
Esterilizaciones -el cual es implementado por el Colegio de Médicos, una entidad
privada- y que se establezca un nuevo reglamento que tome en cuenta la decisión
personal de las mujeres para optar por la esterilización. También se insta al Estado a
eliminar los tratamientos crueles que sufren las mujeres en las cárceles y revisar los
acuerdos oficiales de atención de la salud de las privadas de libertad, así como sugerir al
Ministerio de Educación Pública para que incluya en su currículum escolar, clases sobre
tolerancia y respeto a personas con otras preferencias sexuales. El Tribunal acordó
solicitar a las autoridades que se reconozca las labores de las trabajadoras sexuales
como un trabajo, lo que les daría posibilidad a cogerse a derechos laborales como
pensión, seguridad social y prestaciones laborales. Además, se solicita al Tribunal
Supremo de Elecciones y a los partidos políticos que se cumpla plenamente la ley de
cuotas de participación de las mujeres en puestos de elección popular y que se reformen
los artículos del Código Electoral para ratificar estos acuerdos. Instaron al Poder
Judicial para que brinde una capacitación permanente a su personal sobre violencia
doméstica y además exigieron a las autoridades para que se respete los bienes y reservas
de los pueblos indígenas locales. El tribunal responsabilizó a la Defensoría de los
Habitantes de Costa Rica para que dé seguimiento a estos acuerdos. Además de esta
actividad, a lo largo de 16 días hasta el 10 de diciembre, organizaciones no
gubernamentales y gubernamentales desarrollarán una campaña de activismo a favor del
respeto de los derechos humanos de las mujeres. Este día habrá una serie de actividades,
algunas coordinadas con organizaciones de mujeres de Guatemala, como es la campaña
del lazo azul para combatir la violencia doméstica, la cual es seguida aquí por la
Colectiva 25 de noviembre. (fin/sem/taz/98/1,092 palabras)