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Facultad de Filosofía y Humanidades

Instituto de Historia

El Mundo en el Siglo XIX: Imperios, Revoluciones y expansión

Las Ideologías Decimonónicas y la


influencia de estas en el Imperialismo

Enrique Cisternas

Profesor Zvonimir Martinic

Ayudante Francisco Sáez

Santiago de Chile

2020
El siglo XIX fue uno que marcó al mundo moderno por el desarrollo político, social y económico
que se desarrolló en él. Durante el período decimonónico, se realizaron progresos en las teorías
ideológicas que marcaron su avance, además de las épocas venideras, llegando a conformarse como
las bases para la legitimación de los poderes y los reclamos que hacía la población, entre otras
cosas. Estas fueron el liberalismo, conservadurismo, socialismo y nacionalismo. Podían representar
los valores más antiguos y tradicionales, hasta los ánimos más reformistas y radicales que buscaban
drásticos cambios.

Este siglo fue, de la misma manera, uno marcado por el inicio de los movimientos
expansionistas emanados desde las potencias, principalmente europeas, para conquistar el mundo y
sus recursos, y que devino en uno de los más grandes conflictos que haya visto la humanidad.

Por lo tanto, el presente trabajo busca tratar y comparar todas esas ideologías que fueron
protagonistas durante el siglo XIX, comprendiendo sus postulados y principales ideas, para luego
ver si es que tuvieron alguna real influencia en el proceso imperialista que también caracterizó a la
época en cuestión.

Comenzando por el liberalismo, cabe aclarar que sus ideas y puntos principales se empezaron a
formular durante la Edad Media, pero que alcanzaron su máxima expresión durante la Revolución
francesa y todo lo que evento significó a futuro.

La importancia de este acontecimiento radicó en que se logra una buena representación y


consolidación de las instituciones políticas, los valores sociales y las relaciones económicas que
caracterizaban a la burguesía. En otras palabras, este sector de la sociedad se estabilizó como una
real clase revolucionaria, y fueron quienes llevaron a la victoria al movimiento francés. Ellos
lograron captar el descontento de los demás grupos sociales; lograron atraer a los más humildes y
desposeídos, pero también al sector alto progresista 1. Pero, todos estos ánimos que alimentaron a la
Revolución no hubieran llegado a ninguna parte, si es que no se hubiera dejado de alguna manera
los cambios que querían imponer.

Esto se llevó a cabo mediante la formulación de la Declaración de los Derechos del Hombre
y el Ciudadano el 26 de agosto de 1789, donde se logró materializar los marcos teóricos elaborados
años antes. Este documento trato temas como la libertad, la seguridad, la propiedad, y derecho a
resistirse frente a la opresión. Dentro de todos estos, es interesante como enfatiza en la
individualidad de las personas, donde se protege la libertad siempre y cuando no transgreda la de

1
Salvador Giner, Historia del pensamiento social (Barcelona: Ariel, 1982), 365 y 370.

1
los demás. Fue esta libertad la que fue expandida a los esclavos en Francia, así como a las
comunidades judías y protestantes. La libertad de expresión, para poder hablar, escribir e imprimir
lo que uno desee, también es defendida. Lo mismo ocurre con la propiedad, es privada y no se le
puede quitar o expropiar. Es una propiedad que ya no está definida por las comunidades, sino que
por los individuos. Incluso, se refiere al derecho de resistencia a la dominación para justificar todos
los acontecimientos que estaba ocurriendo2.

Por lo tanto, al liberalismo como ideología, debemos entenderlo en su aspecto


individualista, porque pone a los individuos por sobre lo demás, y donde su libertad debe ser
defendida ante el Estado. La representatividad se vuelve fundamental, y el Parlamento como el
mejor ejemplo de defensa de sus derechos. De la misma manera, deben ser protegidos sus intereses
y libertad económica y la propiedad, ya que permiten no solo el bienestar de uno, sino que de todos
en conjunto. Por ende, la competitividad debe fomentarse, mientras que el Estado no debe imponer
barreras o aduanas para su correcto funcionamiento 3. En otras palabras, las personas, el pueblo y su
libertad, se vuelven lo más importante para los Estados modernos, que buscaban la
representatividad en los órganos de gobierno, la protección de lo que consideraban suyo y un
camino libre para poder desenvolverse en la economía y no ser aplastados por los que poseen más.

Todo eso queda plasmado en las mentes de los jóvenes y adultos de la época. Salvador
Giner nos dice que la relevancia de la Revolución, para el pensamiento social, radica en varios
puntos, como lo fueron: el fin del modelo feudal y la imposición de la libertad; el republicanismo se
convierte en el modelo por excelencia, y la ley codificada y constituciones se vuelven
imprescindibles; se consolida el modelo capitalista de producción; el avance de la secularización en
todos los ámbitos es fundamental para el desarrollo; el bienestar social pasa a ser el principal
objetivo de los gobiernos; y, por último, la libertad de mente y opinión se plasman en textos legales,
que aunque no triunfe, vio un importante avance4.

Por lo tanto, si bien las bases teóricas del liberalismo habían sido estipuladas en el pasado,
con el advenimiento de la Revolución francesa, y todo lo que significó a nivel internacional, vemos
que estas se posicionan como el fundamento de la sociedad moderna, en la cual el hombre burgués
se convierte en el principal protagonista.

Todos estos temas fueron tratados durante la misma época por varios personajes, entre los
cuales cabe destacar a algunos. Cabe destacar a al francés Emmanuel Sieyès, quien fue un
2
Giner, Historia del pensamiento social, 371 – 373.
3
Zvonimir Martinic, “Liberalismo e Iglesia en Europa durante el siglo XIX”, Tradición y Saber, Vol. 1 (2014), 82
– 84.
4
Giner, Historia del pensamiento social, 378 y 379.

2
importante difusor de las ideas liberales hacía el pueblo francés, o tercer estado, durante la misma
Revolución. Esta fue la época donde nace y, rápidamente, se expande la literatura panfletaria, y este
hombre fue uno de los que la fomentó más. Este tipo de escrito se difundía entre el público general,
y esto hacía que en ellos se generar una opinión pública general que es contraria al régimen
establecido. Esta nueva prensa es revolucionaria y llega a transformarse en fuerza social. Sieyès se
vuelve fundamental para el movimiento del pueblo, ya que los convence de que son indispensables
para el funcionamiento de la sociedad; no propone una destrucción de los privilegiados, por más
que los desprecie, sino la participación de quienes no han podido en el pasado 5.

También, en Francia, se desempeñó Benjamin Constant cuando las fuerzas conservadoras


ya se habían desplegado por Europa. Él defendió el liberalismo mediante el constitucionalismo, el
respeto de la ley y tolerancia, además de la protección de las minorías, aunque no reconocía a los
obreros como una clase real 6. Creía firmemente en la soberanía del pueblo, pues lo legítimo era
seguir la voluntad de la masa. Con todo, no era un crítico de los distintos sistemas de gobiernos,
más que crítico de la cantidad de poder que se le entrega a los grupos; no importa quien tiene el
poder, sino cual es el límite y la fuerza de este. Lo complicado, en realidad, consiste en traspasar el
poder, pero no la fuerza ilimitada; en el gobierno del pueblo, asegura, la soberanía puede extenderse
hasta el punto en que ningún individuo o grupo pueda apoderarse del poder 7.

Fuera de este territorio, igualmente hubo expresiones de liberalismo, pero no fueron tan
fuertes como en el Reino Unido. En realidad, las bases del liberalismo inglés eran más antiguas que
las francesas, ya que había tenido una revolución con Cromwell que significó importantes reformas,
así como fue donde inició la Revolución Industrial con la que surgió como fuerza real la burguesía
que tenía al liberalismo como ideología preferida, y fue también donde se puede apreciar un cambio
hacía la búsqueda de libertades para algunos nomas.

Acá destacaron hombre como Jeremy Bentham, seguidor del utilitarismo que ponía la
felicidad para la mayoría poblacional como la meta. Él no fue quien comenzó con estás ideas, pero
si fue quien intentó ponerlas en práctica. Esta filosofía de Bentham consistía en valorar las leyes y
la política desde su autenticidad y bondad, aunque termina generando un mundo muy subjetivo.
Asimismo, es contrario a la teoría francesa de los derechos naturales, pues cree que en verdad posee
uno derechos reales que son garantizados por la ley. Por otra parte, no todas sus ideas seguían el
mismo tono, sino que también reconocía, como otros liberales, la necesidad de ciertas prerrogativas

5
Giner, Historia del pensamiento social, 367 – 371.
6
Giner, Historia del pensamiento social, 435.
7
Julio Armesto Sánchez, Crónica: Textos y documentos de historia contemporánea (Barcelona: Ed. Vicens
Vives, 1995), 59 y 60.

3
para el pueblo, como lo eran el sufragio masculino universal, la reunión anual del parlamento y el
voto secreto. Con respecto a la economía, prefería claramente el libre comercio y despreciaba los
monopolios. Solo comprendía el rol del Estado como benefactor y paternalista, y que de esa manera
intervenga solo para resolver los males sociales 8. Uno de sus aportes más grandes fue a la
jurisprudencia, donde, por ejemplo, la libertad de acción de una persona está protegida de que otra
se entrometa, algo que también formularon muchos liberales. Más importante fue su obra en el
derecho penal, donde avanzó para acabar con sanciones salvajes e ineficaces que solamente
perjudicaban al sistema penal inglés. En realidad, quería mejorar las prisiones inglesas 9.

En este mismo territorio, vivió el pensador social inglés más importante del liberalismo,
John Stuart Mill. Además de ser un importante sociólogo, fue un hombre de prensa que escribió
panfletos sobre el utilitarismo, como el de 1854, por el cual revisó las postulaciones de Bentham
sobre la búsqueda del placer personal, para construir sobre él y asegurar que en realidad esto tiene
que ver con la vida honesta, plácida y contraria al maltrato de los demás; quería alejarla por
completo los placeres mentales y emocionales de los corporales. Pero, él no se limitó a escribir nada
más, sino que hacía discursos; quería ser escuchado, pues esos temas tenían que pasar a la acción
pública. Si bien criticaba de utópicos a comunistas y socialistas, sus ideas se inclinaban más a la
izquierda, lo que se vio en sus ataques al derecho de herencia y el sistema de propiedad, que tanto
dañaban a las clases más humildes. Igualmente, se preocupa por el tema de limitar el poder de los
gobiernos, aunque sean representativos, pues la tiranía de la mayoría existe y es más complicada de
solucionar. Por esto, Mill dice que la educación del pueblo es fundamental para que comprendan su
libertad y los límites del poder gubernamental, pues con de esta manera los gobiernos se formaran
por la convicción ciudadana y no por la intimidación y la fuerza 10. En realidad, lo que planteaba es
que las personas quieren tener la seguridad de poder tener gobernantes elegidos y en tiempos
determinados, para que no haya abusos y que los intereses entre ambas partes no difieran; es
necesario encontrar el balance entre la legítima opinión colectiva y la independencia individual 11.

Seguidamente, el conservadurismo se posiciona como la segunda gran ideología en hacer su


aparición durante los mismos acontecimientos tratados anteriormente. Un movimiento
revolucionario como el francés, lógicamente iba a provocar que grandes cantidades de personas lo
siguieran, pero, de la misma manera, va a causar que mucho se pongan en contra de él y sus
postulaciones. En concreto, la ideología conservadora no es una, pero tiene ideas generales como la

8
Giner, Historia del pensamiento social, 416 – 419.
9
George Sabine, Historia de la Teoría Política (México: Fondo de Cultura Económica, 1979), 497 y 498.
10
Giner, Historia del pensamiento social, 424 – 429.
11
Armesto Sánchez, Crónica: Textos y documentos de historia contemporánea, 56 – 58.

4
de salvaguardar la estructura social jerárquica; es anti-igualitaria; elitista; mantienen valores de la
religión; creen en la propiedad privada, aunque solo para el grupo social alto; no hay movilidad
social; y solo acepta cambios cuando son favorables para su sector.

En realidad, es una defensa de la tradición ante una época de cambios constantes. Pero, no
es una ideología política original, sino que, como dice Salvador Giner, su interés radica en otros
puntos como: es una molestia constante para el liberalismo; también es un pensamiento que no está
completamente cerrado al cambio, sino que acepta la evolución de algunos ámbitos, como el
económico; y, finalmente, porque sus ideas siembran de pesimismo al siglo y pelean con la
concepción de progreso. Surge con la Revolución francesa y tiene varias vertientes, donde cabe
destacar la diferencia entre los mesurados, quienes están abierto al cambio de las instituciones si es
que se realiza de forma pacífica y de forma lenta, y los reaccionarios, que son tradicionalistas y
quieren volver a instaurar el régimen del pasado12.

Edmund Burke, que fue un Whig antirrevolucionario que se pasó al bando Tory cuando
estalla la revolución en Francia. El comenzó con la postura del liberalismo conservador, o
conservadurismo evolucionista, que era antirrevolucionario en cuanto a destrucción y violencia,
pero también opositor a la contrarrevolución entendida como negación al cambio. Se preocupa del
presente y de la defensa del Parlamento, que consideraba como la representación de la continuidad
histórica. Ve a su realidad como algo más que una simple sucesión de Imperios y reino que surgen
de forma seguida, sino que entiende que hay un pacto entre los vivos, pero en base a la labor
realizada por los antepasados. Es por esto que se posiciona en contra del contractualismo y el
racionalismo revolucionario. Con todo, hay que entender que él acepta el cambio, pero cuando es
ineludible, y que va a seguir defendiendo la desigual distribución de tierras, no va a entender la
inoperancia de la aristocracia francesa y siempre despreció a la gente común 13. Por todo esto, es
necesario comprender que su postura responde a la realidad inglesa, esa que estaba adelantada en
muchos sentidos a Francia, y donde realmente había existido un progreso o desarrollo realizado por
sus antepasados en el ámbito de representación y derecho.

La aparición del reaccionarismo responde a otros contextos diferentes del inglés, pues fue
donde la Revolución llegó a cambiar la realidad imperante, prohibiendo así la aparición de
movimientos como el anterior. Dentro de esta vertiente se puede destacar al francés Joseph de
Maistre, el intelectual más influyente de la Restauración. Su relevancia se da por responder ante los
revolucionarios atacando sus principios doctrinales, asegurando que la razón es débil y limitada, y

12
Giner, Historia del pensamiento social, 398 y 399.
13
Giner, Historia del pensamiento social, 399 – 402.

5
que la sociedad es muy compleja como para intentar dominarla con un documento como las
Declaraciones, que estaba hecho por unos pocos virtuosos que manejaban el movimiento, mientras
que el pueblo común era en realidad una fuerza pasiva. También, ve en la religión y el papado un
aliado, víctima de los ataques liberales, y que debía estar en el punto más alto de la sociedad. Sus
sucesores continuaron con las ideas reaccionarias, pero no pusieron tanto acento al tema de la
religión14.

El sector reaccionario del conservadurismo va a perder fuerza a medida que avanza el siglo
XIX, manteniéndose fuerte solamente en grupos españoles e italianos. Mientras, su parte mesurada
logró realizar compromisos y establecerse en algunas sociedades, siendo el mejor ejemplo de esto la
inglesa, donde conservador se convirtió en sinónimo de Tory. En realidad, ya hacía finales del siglo
XIX, y principios del XX, el conservador se parecerá más al liberal clásico, pues comienza a
fomentar la entrega de garantías al sector trabajador, además de que promueve el libre mercado 15.

A continuación, corresponde referirse al surgimiento del socialismo y su importancia dentro del


contexto que se ha trabajado. Ante todo, es necesario entender que hablar de socialismo es hablar de
muchos movimientos y posturas distintas. Por lo mismo, se intentará acá tratar el tema desde
algunos de sus postulados ideológicos principales, junto con sus exponentes.

Como otras ideologías, tiene sus antecedentes desde tiempos remotos, pero, de la misma
manera, adquiere un nuevo sentido con la llegada de la Revolución francesa, ya que con ella dejo de
lado la justificación teológica y generó varias sucesiones de discípulos que fueron tratando las ideas
socialistas, reviviéndolas y refinándolas, para que con el tiempo se desenvuelva en la sociedad, y
adquiera distintas vertientes importantes, como lo fueron el comunismo, socialismo y anarquismo 16.
Las primeras generaciones de intelectuales que vivieron estos acontecimientos son considerados
como utópicos por ser demasiado literarios y fantasistas 17.

Entre esos exponentes, encontramos a Henri de Saint-Simon, quien es el primer socialista


en proponer una ordenación social en base al industrialismo, donde la clase industrial sería la más
importante, y que debe guiar a las demás, mientras esas son incompetentes y no tienen utilidad. No
discrimina mucho en cuanto a quienes pueden entrar en esta clase, pero sí en que solo ellos pueden
llevar las riendas del progreso. La idea de igualdad entra en que deben existir las mismas
posibilidades y oportunidades para todos18. Por otra parte, en el caso inglés encontramos a Robert

14
Giner, Historia del pensamiento social, 402 – 405.
15
Giner, Historia del pensamiento social, 412 y 413.
16
Giner, Historia del pensamiento social, 462.
17
Giner, Historia del pensamiento social, 468.
18
Giner, Historia del pensamiento social, 468 – 470.

6
Owen, donde surgieron las ideas socialistas a la par de la industrialización. Él creía firmemente en
el rol del hombre para cambiar la sociedad, en la cual se buscaría la felicidad, como proponía
Bentham, pero no pretendía cambiar las leyes, sino las condiciones de vida de los trabajadores.
Creía firmemente en que el contexto donde uno crecía determinaba a las personas, por lo que le
entrega mucha importancia a la educación y el empleo. Con el tiempo, vio que sus ideas y ejemplos
no eran copiados en realidad, por lo que su visión se radicaliza y evoluciona hacia el comunismo.
Luego de una mala experiencia en Estados Unidos, vuelve al Reino Unido para ver que sus
seguidores habían aumentado, donde destacaron los nuevos sindicatos de trabajadores. Owen se
puso al mando de los movimientos sindicalistas y cooperadores, pero desapareció con la irrupción
del Cartismo19.

A medida que avanzó el siglo XIX, los pensamientos utópicos socialistas fueron
retrocediendo por el aumento del sector obrero y la expansión de la industria, lo cual agravó las
relaciones entre la clase trabajadora y la burguesía. Se comienza a pasar a una crítica del liberalismo
político y económico, además de que se refuerza la idea de la posibilidad de revoluciones 20.

Es aquí donde surgen anarquistas, que busca terminar con la autoridad para formar una
sociedad realmente igualitaria y justa21, como Pier Joseph Proudhon. Él comenzó con un socialismo
desde abajo, pues ya no era favorable a los aristócratas como Saint-Simon o paternalista como
Owen. Su aporte fue que creía firmemente en una ciencia económica objetiva, la cual tenía que ver
con la riqueza y su distribución, ligado a un sistema social justo con leyes objetivas. La
preocupación principal de la economía, para él, debía ser trabajador, con su obra y las relaciones
internas22.

También, en esta época aparece el mayor exponente de la ideología socialista: Karl Marx.
Sus mayores aportes tienen que ver con el inicio de la teoría de la lucha de clases, la progresiva
consolidación del comunismo dentro de Europa y el cambio hacía una ideología socialista con una
base científica. En el Manifiesto del Partido Comunista, deja ver estos puntos. Dice en él que hay un
fantasma que recorre Europa, el del Comunismo, y que deja ver su importancia porque sus
adversarios lo comienzan a reconocer como el enemigo; en general, al sector de la oposición en los
distintos países, se les trataba como comunistas aunque no lo fueran. Seguidamente, señala que toda
la historia de la humanidad ha estado marcada por la lucha de clases entre opresores y oprimidos, y
la sociedad burguesa moderna va continuamente dividiéndose entre burgueses y proletarios. Esta

19
Giner, Historia del pensamiento social, 474 – 476.
20
Giner, Historia del pensamiento social, 476 y 478.
21
Giner, Historia del pensamiento social, 462.
22
Giner, Historia del pensamiento social, 482 – 486.

7
última clase, la proletaria, es la realmente revolucionaria en esa época, y asegura que es la que
terminará con esa sociedad desigual 23. Su teoría es concebida como científica, pues consideraba a su
dialéctica como un sistema lógico; que solo su método permitía explicar este tema que estaba en
constante desarrollo, además de explicar por qué era necesario que se desarrollara 24.

Finalmente, el nacionalismo lo entiende Giner como un estado colectivo de conciencia de


múltiples características, ya que promueve la idea de igualdad en cuanto a pertenecientes a un grupo
específico dentro del globo, con las mismas ideas, costumbres y sentimientos, y lo hace ignorando
muchas veces todas las distinciones entre clases, haciendo como que no existieran. En general, no
existe la necesidad de que este unido al liberalismo burgués, pero si fue la tendencia en la época 25.
Por lo tanto, a primera vista, parece más un sentimiento, una ola de emociones, que una ideología
como tal. Pero, es más que nada su conexión inicial con otras ideologías, como el liberalismo, que
la sustenta e, incluso, la lleva a la victoria. Este fue el caso de Alemania, donde Heinrich von
Treitschke actúa como uno de los principales teóricos del poder estatal y la superioridad del poder
germano. Formó, en realidad, un culto alrededor de la grandeza militar prusiana y la idealización
del pasado imperial, por lo que es considerado el fundador del doctrinarismo nacionalista alemán 26.
En efecto, el nacionalismo alemán estaba sustentado fuertemente por los sentimientos de
supremacía alemana por sobre los demás pueblos, como lo deja en claro Jacob Burckhardt, uno de
los primeros en referirse al deseo del hombre moderno de poder ser más dinámicos, querían ser
potencias ultramarinas que demostraran eso27.

Ahora bien, todas estas ideologías tuvieron sus altos y bajos durante la época decimonónica, por lo
que conviene hacer un bosquejo de cuál fue generalmente el destino que les tocó. A grandes rasgos,
el liberalismo, desde la Revolución francesa, va a ser el gran ganador del siglo XIX, mientras que el
conservadurismo se irá quedando atrás.

Las Revoluciones de 1820 son bastante buenos ejemplos para referirse al tema. Por un lado,
vemos una victoria liberal en España, que no fue realmente una victoria en la práctica, pero en la
teoría liberal y constitucionalista lo fue completamente. En este caso, el 1 de enero de 1820, el
comandante Riego se amotinó con las tropas en Cabezas de San Juan porque no querían ir a
sublevar las colonias en América, acto que fue seguido en distintas parte de España. Esto obligó al

23
Karl Marx, “Manifiesto del Partido Comunista”, En Antología, coordinado por Horacio Tarcus, Buenos
Aires: Siglo XXI (2015), 116, 117 y 125.
24
Sabine, Historia de la Teoría Política, 549.
25
Giner, Historia del pensamiento social, 432 y 433.
26
Giner, Historia del pensamiento social, 434.
27
Wolfgang Mommsen, La época del imperialismo. Europa 1885-1918 (México D.F.: Siglo XXI editores, 1987),
10.

8
rey Fernando VII a jurar la Constitución de Cádiz de 1812, pero ya en 1823 las potencias de la
Restauración deciden intervenir para reestablecer el orden. Este significó un importante avance en
la época, pues demostró que el conservadurismo podía ser combatido, además de que fue un
ejemplo para otros Estados28. Efectivamente, esto se demuestra con la actitud del rey, quien se
mostró favorable al cambio, asegurando que odiaba el despotismo y que estaba del lado de quienes
querían la Constitución, aunque no podía aceptarla, y leyes que protegieran la libertad y seguridad
individual29, incluso, posicionándose como una figura paterna que buscaba la gloria y felicidad de
su pueblo30. Pero, luego del Congreso en Verona de 1822, y de que la Santa Alianza decidiera
encargar a Francia la desarticulación del movimiento español 31, el rey mostró su verdadero rostro,
que era contrario a lo que estaba sucediendo con su pueblo.

Bastante emblemático fue la victoria del movimiento nacionalista griego. Allá, en 1821, se
genera una sublevación que pretendía emanciparse de los otomanos, pero no lograran sino hasta
183032. La primera rebelión en 1821 estaba destinada al fracaso, tanto por las divisiones internas
como por la intervención egipcia y la abstinencia de las potencias europeas a hacerlo. En la
Declaración de Independencia de 1822, ya dejaban claro que se identificaban como un movimiento
puramente griego y en contra de los turcos, a quienes les hacían una guerra nacional y sagrada, pues
buscan restaurar su independencia y los derechos de sus gentes 33. Esto se intensifica con la
Proclamación de Independencia de Epidauro de 1825, por la cual reclaman que es una guerra
nacional y no para un sector de Grecia, y mediante la cual buscan defender sus derechos ante la
mirada de las civilizaciones europeas 34. De la misma manera, y a medida que avanzaba la época
decimonónica, las fuerzas nacionalistas verán más victorias y resultados favorables, con lo que
transformaron a esa ideología en una de las principales potencias de cambio en el siglo XIX.

Por otra parte, el desarrollo del conservadurismo y el socialismo no fue tan gratificante para
sus miembros y seguidores. El conservadurismo ya hacía finales de la época decimonónica, se
encontraba en retirada y defensa, siendo solamente en Rusia y Austria-Hungría donde se mantenían
en el poder. Sin embargo, su fuerza ideológica estaba más débil que nunca; las ideas de origen

28
Sonsoles Cabeza Sánchez, Los movimientos revolucionarios de 1820, 1830 y 1848 en sus documentos
(Barcelona: Ariel, 1998), 6.
29
Armesto Sánchez, Crónica: Textos y documentos de historia contemporánea, 52 y 53.
30
Sonsoles, Los movimientos revolucionarios de 1820, 1830 y 1848, 24 y 25.
31
Sonsoles, Los movimientos revolucionarios de 1820, 1830 y 1848, 27 y 28.
32
Sonsoles, Los movimientos revolucionarios de 1820, 1830 y 1848, 7.
33
Sonsoles, Los movimientos revolucionarios de 1820, 1830 y 1848, 43 y 44.
34
Armesto Sánchez, Crónica: Textos y documentos de historia contemporánea, 62 y 63.

9
divino, orden social y político fijado, además de la legitimidad del derecho tradicional estaban más
debilitadas que nunca35.

Algo parecido ocurrió con el socialismo, donde parecía que no lograba concentrar sus
fuerzas. En realidad, de una victoria concreta en el siglo en cuestión no se puede hablar, lo más
cercanos sería el corto gobierno de la Comuna de París entre marzo y mayo de 1871, y solamente
dentro de un contexto de desorden caótico al interior de Francia y la guerra contra Prusia, mediante
el cual algunos miembros del socialismo francés estarían ligados al poder, pero no lo ejercerían
directamente. Su importancia radicó en que supuso la ruptura dentro del socialismo internacional,
pero también dentro del francés, donde los seguidores del anarquismo de Proudhon fueron quienes
continuaron con el movimiento luego de que sus líderes hubieran muerto 36.

Por último, corresponde en este momento tratar el tema del imperialismo, revisando si es que
algunas de las ideologías, anteriormente trabajadas, tuvo alguna influencia en si concepción o
desarrollo.

Primero, es necesario aclarar que, como muchos otros puntos trabajados en este ensayo, el
imperialismo tuvo varias interpretaciones, las cuales podían responder a aspiraciones económicas,
políticas, entre otras. Dentro de las que importan para este trabajo, destaca el nacionalismo como el
principal antecedente de este nuevo estilo de colonialismo. Por lo tanto, tenemos a hombres como el
liberal Treitschke, del que ya se habló anteriormente, y otros alemanes, que pensaban que los
ánimos nacionalistas llevaban necesariamente, al menos en el caso alemán, a un totalitarismo, y
dentro de eso el expansionismo era fundamental 37.

Por lo tanto, del nacionalismo se podía llegar al imperialismo, pero para llegar al
nacionalismo también había varias rutas. En el caso del conservadurismo, que ante el avance del
secularismo se defendió y retrocedió, sus fuerzas se replegaron en las posiciones sociales y políticas
que todavía controlaban a finales del siglo XIX, como lo fueron las fuerzas armadas. Con esto,
según Mommsen, los conservadores entraron al mundo del nacionalismo agresivo para hacerle
frente a la potencia liberal; su nacionalismo fue principalmente militante 38. Los liberales, por su
parte, entendieron que existía una cohesión entre las libertades políticas y la unidad nacional 39.

35
Mommsen, La época del imperialismo, 8.
36
Guy Palmade, La época de la burguesía (Argentina: Siglo XXI editores, 1981), 207 – 211.
37
Giner, Historia del pensamiento social, 434.
38
Mommsen, La época del imperialismo, 9 y 10.
39
Mommsen, La época del imperialismo, 10.

10
Incluso, se puede hacer la unión entre liberalismo y nacionalismo mediante la visión
económica del primero, pues la época en cuestión también tiene que ver con un proceso donde la
acumulación de capital se vuelve fundamenta, y donde las potencias deciden ir a buscar nuevos
mercados fuera de Europa, aunque esta es una visión que han compartido generalmente solo los
sectores de izquierda, dentro del cual podemos nombrar a Rosa Luxemburgo, ya que comparte esa
visión40. Por lo tanto, el socialismo no tuvo realmente una participación dentro del imperialismo. Su
importancia dentro del proceso radica en su oposición a él, que responde a una visión marxista y
leninista que nombra al capitalismo como la principal causa de ese acontecimiento 41. Así lo explica
Eric Hobsbawm cuando asegura que la interpretación económica no debe ser dejada de lado, ya
que, aunque se tenga otro punto de vista en el tema y no se le nombre, ella va a estar siempre
presente42.

Por último, y a modo de conclusión, el siglo XIX fue uno de grandes avances y progresos en
muchos ámbitos. Dentro de todos estos, las ideologías que se desarrollaron en ese siglo tuvieron un
rol fundamental para su destino. En general, las ideologías decimonónicas del liberalismo,
conservadurismo, socialismo y nacionalismo, poseen sus antecedentes en siglos anteriores, pero es
durante el siglo XIX donde van a comenzar a madurar como postulaciones políticas propias de una
sociedad moderna, y lograran adquirir la importancia suficiente como para emprender la guía de los
diferentes Estados.

Ninguna de estas ideologías fue estática en el tiempo, pues todas se adaptaron a sus épocas
y tomaron rumbos distintos. Incluso, llegando a dividirse internamente por los caminos que querían
seguir, y creían que los llevaría a la victoria, como sucedió con los conservadores mesurados como
Jeremy Bentham, o los reaccionarios con Joseph de Maistre como uno de sus principales
exponentes.

Ahora, si bien es cierto que todas tuvieron su propia importancia durante la época en
cuestión, también es verosímil que algunas fueron más victoriosas que otras. Principalmente, la
ideología liberal tomó las riendas del continente desde el acontecimiento de la Revolución francesa,
expandiéndose por los diferentes países y realizando importantes cambios. Por otra parte, ideologías
como la conservadora no tuvieron el mismo éxito, al menos hasta su unión con los nacientes
nacionalismos que también aparecieron con fuerza para cambiar el rumbo de Europa y el mundo.

40
Armesto Sánchez, Crónica: Textos y documentos de historia contemporánea, 137 – 138.
41
Armesto Sánchez, Crónica: Textos y documentos de historia contemporánea, 138 – 139.
42
Eric Hobsbawm, La era del Imperio. 1875 – 1914 (Buenos Aires: Crítica, 2009), 71.

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De la misma manera, esta época vio nacer a la ideología socialista que tanta relevancia
adquirirá en el tiempo. Con todo, fue una postura que comenzó con postulaciones e ideas muy
utópicas, pero que gracias a los aportes de personajes como Karl Marx pudo superar esa fase, para
llegar a convertirse en una importante fuerza de cambio.

Por otra parte, queda claro también que todas jugaron su papel dentro del proceso del
imperialismo. Por un lado, vemos que el nacionalismo exacerbado jugó un rol esencial en su
concepción y expansión, ya que las potencias buscaron demostrar su grandeza ante las demás.
Asimismo, se revisó como dentro del nacionalismo, las fuerzas del liberalismo y conservadurismo
jugaron su parte para la creación de este sentimiento de superioridad, llegando a tener un nuevo
significado en la nueva época colonialista. Por otro lado, la misma corriente del socialismo se hizo
partícipe de ese proceso, pero a diferencia de las otras, esta no fue un agente activo dentro de su
desarrollo, sino que, por el contrario, se dedicó a proponer una nueva postura que explicara el
advenimiento del imperialismo, pero privilegiando el ámbito económico y el nuevo régimen
capitalista que gobernaba al mundo.

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Bibliografía

 Armesto Sánchez, Julio. Crónica: Textos y documentos de historia contemporánea.


Barcelona: Ed. Vicens Vives, 1995.
 Giner, Salvador. Historia del pensamiento social. Barcelona: Ariel, 1982.
 Hobsbawm, Eric. La era del Imperio. 1875 – 1914. Buenos Aires: Crítica, 2009.
 Martinic, Zvonimir. “Liberalismo e Iglesia en Europa durante el siglo XIX”. Tradición y
Saber, Vol. 1 (2014), 81 – 99.
 Marx, Karl. “Manifiesto del Partido Comunista”. En Antología, coordinado por Horacio
Tarcus, Buenos Aires: Siglo XXI, 2015, 111-147.
 Mommsen, Wolfgang. La época del imperialismo. Europa 1885-1918. México D.F.: Siglo
XXI editores, 1987.
 Palmade, Guy. La época de la burguesía. Argentina: Siglo XXI editores, 1981.
 Sabine, George. Historia de la Teoría Política. México: Fondo de Cultura Económica,
1979.
 Sánchez, Sonsoles Cabeza. Los movimientos revolucionarios de 1820, 1830 y 1848 en sus
documentos. Barcelona: Ariel, 1998.

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