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CARTA ABIERTA DE LAS JUVENTUDES A LOS ESTADOS DE LATINOAMÉRICA

Reunidas las juventudes de América Latina en el Primer Encuentro Campamento Latinoamericano de


Juventudes Machupicchu 2022, realizado del 29 de octubre al 1 de noviembre del presente año, en el
marco del Global Action Month por el planeta y la paz, con el fin de generar propuestas de innovación
para contribuir con el derecho a vivir en un ambiente sostenible, sano y en paz, libre de violencia,
manifestamos tras un diálogo de intercambio de experiencias que:

1. Reconociendo la importancia de la educación, exigimos a los Estados un servicio educativo de


calidad que garantice una buena infraestructura, acorde al avance científico y tecnológico, la
que debe respetar y promover la identidad y diversidad étnico cultural según las costumbres
y tradiciones de cada país. De la misma forma, exigimos garantizar una educación
descentralizada y equitativa, requiriendo docentes competentes con metodologías que
garanticen una educación de calidad e inclusiva, incluyendo la educación sexual e integral,
libre de dogmas e ideologías y con enfoque de género para que nuestras niñas, niños,
adolescentes y jóvenes (NNAJ) sean formados como ciudadanos del mundo.
2. Considerando que nos enfrentamos a escasas oportunidades laborales, a trabajo en
condiciones inadecuadas, informalidad e ilegalidad que afectan nuestros derechos
fundamentales, exigimos a los Estados el acceso al trabajo digno y a un espacio seguro sin
discriminación por orientación sexual, origen étnico, género u otros, así como a una
educación que garantice el desarrollo de las capacidades laborales de las juventudes y una
infancia plena de las y los niños.
3. Teniendo diversos problemas que vulneran nuestro derecho a la salud, exigimos a los Estados
una atención en salud de calidad de todas las juventudes, resaltando la atención en salud
sexual y reproductiva, salud mental y el acceso a la información en el marco de la equidad
interseccional e interculturalidad, para lo cual requerimos garantizar la infraestructura, el
equipamiento y el personal especializado capaz de brindar una atención sin discriminación
por razones de origen, nacionalidad, género u otros.
4. Observando el nivel de violencia y victimización que existe en niñas, niños, adolescentes y
jóvenes (NNAJ), demandamos estimular y promover la participación de juventudes,
reconociéndonos como sujetos de derecho en la toma de decisiones respecto a la prevención
de la violencia y victimización en todos sus ámbitos. Para ello, exigimos nuestra inclusión en
la elaboración de las políticas públicas, planes, programas, entre otros, con el objetivo de
concientizar, sensibilizar, fomentar y desarrollar la cultura de paz que permita que todas y
todos tengan las mismas oportunidades.
5. Viviendo en una sociedad donde se normalizan diversos tipos de discriminación, entre las que
destacan la discriminación etnocultural y de género, proponemos habilitar más espacios que
brinden información sobre los tipos de discriminación, mejorar los canales para denunciar los
contenidos discriminatorios en diversos medios, reformar la educación planteada por los
Estados, permitiendo la inclusividad de todas y todos garantizando una educación no sexista,
así como fortalecer el autoestima e identidad cultural desde los primeros espacios de
formación con el fin de alcanzar una sociedad más consciente que no permita la
discriminación en ningún tipo de sus formas.
6. Teniendo en cuenta la falta de garantías al derecho a la participación juvenil por parte de los
Estados, proponemos asegurar la operatividad y sostenibilidad de los consejos juveniles, para
que sean un enlace entre la población joven y la gestión pública, garantizando la protección
de las personas que integran estos espacios. Además, exigimos transversalizar la participación
juvenil protagónica en los espacios de tomas de decisiones y participación ciudadana,
promoviendo su cumplimiento con incentivos desde los Estados.
7. Enfrentando una crisis ambiental producto de la contaminación en todas sus formas,
agudizada por la escasa educación ambiental; proponemos una transición hacia energías
renovables, modelos alternativos al desarrollo, la ratificación del Acuerdo de Escazú para
garantizar los derechos ambientales y la protección de las y los defensores. Así como la
implementación del derecho a vivir en un medio ambiente sano y sostenible para las NNAJ
con el objetivo de alcanzar el Buen Vivir con la Madre Naturaleza.

Finalmente, nos comprometemos a ser agentes activos de cambio para impulsar el cumplimiento de
las demandas planteadas y trabajar de manera articulada entre las organizaciones aliadas para
promover la generación de espacios de intercambio y diálogo de manera constante entre las niñas,
niños, adolescentes y jóvenes (NNAJ) de América Latina.

¡Juventudes unidas por un ambiente sostenible, sano y en paz, libre de violencia!

Machupicchu, 1 de noviembre de 2022

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