Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
El amor de los padres está en la naturaleza. Todos los animales lo tienen hasta el punto de no
dudar en arriesgar sus vidas para salvar a sus hijos. Es lo que ha explicado la supervivencia de las
especies y la prologación de la vida en nuestro planeta. En su vertiente natural es algo institivo,
grabado en nuestros genes. Quizás el problema viene cuando los humanos lo racionalizamos y/o
socializamos. En nuestra sociedad se dan los dos extremos: la falta y el exceso de cariño.
En la adolescencia esa "siembra" educativa suele traer consecuencias muy negativas que revierten
en una mayor incapacidad de comunicación entre padres e hijos y una preocupante actitud de los
adolescentes hacia la vida en general.
Tan mala es la falta de cariño como el exceso de cariño, especialmente si va traducido en actitudes
excesivamente proteccionistas hacia los hijos. Estos deben aprender a ser independientes, a
valerse por si mismos, a asumir sus propias experiencias, que en definitiva, les convertirán en
personal adultas.
Dosificar nuestro amor de padres es una tarea compleja, pero imprescindible a la hora de no influir
negativamente en nuestros hijos: ni por exceso, ni por defecto.
La psicóloga Claudia Mendieta da esta serie de pautas y consejos a los padres sobre como tratar a
sus hijos adolescentes:
-Valoren lo bueno, trasmitirles nuestro orgullo, a ellos les gusta la alabanza les reafirma en su
conducta.
-En general respetar su privacidad pero incentivarlos para que compartan vida familiar.
-Valorar sus ideas, opiniones, no decirles que es un disparate. Así la comunicación será fluida se
sentirán respetados y podremos trasmitir valores.