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Este humilde campesino de la Sierra Maestra, hombre valiente y extraordinario,
se hizo acreedor del alto honor de ser seleccionado como segundo jefe de la
guerrilla.
Vilo, como cariñosamente le decíamos, se incorporó al Ejército Rebelde en abril
de 1957 y recibió su bautismo de fuego en el combate del Uvero. Finalizada la
acción, fue escogido entre los cinco combatientes que junto al Che, reciben la
misión de trasladar y cuidar a los heridos. Posteriormente, fue ascendido a oficial
y se convierte en miembro destacado de la Columna No. 4, comandada por el
Che, al este del Turquino.
El general de brigada Antonio Enrique Lussón, jefe de las
tropas, desfiló al frente de las unidades de ceremonia.
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sus seres queridos reposaran junto a sus compañeros de la guerrilla, y continúen
formando parte de esta valiosa vanguardia revolucionaria.
Freddy Maymura Hurtado, estudiante de Medicina, fue conocido en la guerrilla
como Ernesto o el Médico. En la retaguardia, ejerció funciones de médico y se
encargó del control de los abastecimientos. Salió ileso de la emboscada, y al ser
más tarde capturado, enfrentó dignamente las torturas y vejaciones del ejército,
hasta morir defendiendo la razón de su lucha.
Recibimos también los restos de Moisés Guevara, dirigente comunista minero,
se unió sin vacilación al Che, como le había ofrecido desde mucho antes de su
llegada a Bolivia; le brindó su apoyo hasta entregar la vida por la causa
revolucionaria de su pueblo.
Walter Arencibia estuvo entre los primeros en caer bajo el fuego enemigo aquel
inolvidable 31 de agosto. Desde muy joven se convirtió en minero y se hizo
miembro de la Juventud Comunista de Bolivia. Este hombre humilde llegó a ser
combatiente destacado de la guerrilla.
El último de los cuatro bolivianos que recibimos es Apolinar Aquino Quispe,
conocido en la guerrilla como (Apolinar o Polo), obrero y dirigente sindical. Es
uno de los tres militantes del Partido Comunista de Bolivia que se encontraban,
el 7 de noviembre de 1966, en la finca de Ñancahuazú cuando llegó el Che por
primera vez a este lugar. Cumple bien las misiones que se le encomiendan hasta
su caída en combate.
Todo este destacamento simboliza la solidaridad latinoamericana de aquella
lucha y la de hoy; y también el tipo de revolucionarios y de hombres a quienes la
historia siempre convoca para las tareas duras y difíciles.
Recordamos hoy que durante meses el Che hizo grandes esfuerzos por
reencontrarse con el destacamento que Vilo dirigía, que se había separado del
suyo para poder atender mejor a los enfermos. Vilo Acuña y sus hombres, por su
parte, lucharon de igual forma por unirse nuevamente al Che.
Ambos grupos no pudieron encontrarse por los azares de la lucha, pero hoy, 32
años después, el destacamento de Vilo se une definitivamente al de su querido
Jefe en el suelo sagrado de la Patria.
A esta inmortal tropa guerrillera, hoy más nutrida y fuerte, acudiremos cada día
para recibir el apoyo limpio, puro y revolucionario, que emana de su ejemplo.
Ese apoyo y ese ejemplo nos serán muy útiles en la difícil batalla que libra
nuestro pueblo para salvar la Revolución, la Patria y las conquistas del
Socialismo.
Aquí vendremos a recibir el aliento heroico del Che, y sus compañeros, a tomar
nuevas fuerzas para continuar resistiendo el bloqueo hasta alcanzar la victoria
definitiva.
Compañeras y compañeros:
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Entre nosotros se encuentran ya los restos mortales de casi todos los integrantes
de la guerrilla boliviana. Seguimos confiando en que podremos tener en Cuba a
todos los guerrilleros, para que en nuestro suelo, escoltados siempre por el
pueblo villaclareño en representación de todos los cubanos, continúen el
combate por la definitiva independencia americana.
Este destacamento seguirá librando grandes batallas. Por eso, bien vale
recordar en este momento, las palabras de nuestro Comandante en Jefe, cuando
el 17 de octubre de 1997, en este mismo lugar, en el aniversario 30 de la caída
del Guerrillero Heroico y en el instante solemne de inhumar sus restos, expresó:
¡Bienvenidos, compañeros heroicos del destacamento de refuerzo! ¡Las
trincheras de ideas y de justicia, que ustedes defenderán junto a nuestro pueblo,
el enemigo no podrá conquistarlas jamás! ¡Y juntos seguiremos luchando por un
mundo mejor!
¡Bienvenidos, heroicos combatientes por la causa de la Revolución cubana y de
la hermandad y la solidaridad entre los pueblos!
¡Gloria eterna al Comandante Ernesto Che Guevara!
¡Gloria eterna a su glorioso destacamento de revolucionarios!
Digamos hoy como el Che: ¡Hasta la victoria siempre!
Y repitamos con Fidel
¡Socialismo o Muerte!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
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