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Isaías 2:2-4 - Nueva Versión Internacional

El monte del Señor


1 Palabra que Isaías hijo de Amoz recibió en visión acerca de Judá y Jerusalén:
2 En los últimos días, el monte de la casa del Señor será establecido como el más alto
de los montes; se alzará por encima de las colinas, y hacia él confluirán todas las
naciones.
3 Muchos pueblos vendrán y dirán: «¡Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa
del Dios de Jacob!, para que nos enseñe sus caminos y andemos por sus sendas».
Porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor.
4 Él juzgará entre las naciones y será árbitro de muchos pueblos. Convertirán sus
espadas en arados y sus lanzas en hoces. No levantará espada nación contra nación, y
nunca más se adiestrarán para la guerra.
Para entrar a la adoración:
5 ¡Ven, pueblo de Jacob, y caminemos a la luz del Señor
Resumen de Isaías: Capítulo 2
El contenido de Isaías 2 se puede bosquejar de la siguiente manera:
El futuro reinado universal de Dios (v1-5)
El día del Señor (v6-22):
El estilo de vida de Israel (v6-8)
La humillación de los arrogantes (v9-18)
El terror que generará la venida del Señor (v19-22)

De esta manera, encontramos cuatro partes principales:

1. El futuro reinado universal de Dios.


2. El día del Señor.

Parte 1: El futuro reinado universal de Dios


Luego de haber realizado su acusación contra Judá en el capítulo anterior, Isaías nos
lleva directamente al final de los tiempos, cuando Cristo regrese para reinar
durante mil años. En este pasaje, vemos que desde Sion, es decir, Jerusalén,
saldrá enseñanza para toda la tierra; gente de todas las naciones se acercará a
aquel lugar para ser instruida. Allí se establecerá el monte del Señor, donde
Cristo mismo, luego de su segunda venida, reinará en gloria, habiendo
establecido su reino. Es interesante notar que los montes eran los lugares
utilizados para hacer altares a dioses paganos; entender esto le da más
significación al hecho de que el monte de Sión se establecerá como más alto que
todos los montes. El punto es que todos los falsos dioses creados por el hombre
tendrán una total insignificancia en comparación con la majestuosidad de
nuestro Señor.
En estos mil años sólo entrarán los creyentes que hayan sobrevivido a la tribulación y
aquellos que hayan resucitado por haber puesto su fe en Jesús. Es decir, no habrá
incrédulos, al menos en un principio. Es por ello que encontramos un mundo lleno de
completa paz, donde las espadas se convierten en arados. ¡Éste es el reino establecido
de nuestro Señor! Luego, los que nacieron durante estos mil años que no hayan
puesto su fe en Jesús, serán comandados por Satanás en la rebelión final, una vez que
haya terminado el milenio. Pero durante este período de tiempo, veremos el mundo de
paz descrito por Isaías.
Parte 2: El día del Señor
Luego de darnos un bosquejo de los temas a tratar a lo largo de su libro, Isaías
empieza a desarrollar los temas en mayor profundidad. En este pasaje vemos como el
pueblo de Judá se amoldó a este mundo, adorando la obra de sus propias manos en
lugar de al único Dios verdadero. Ellos se dejaron llevar por la época de supuesta
prosperidad que vivían, y habían dejado de poner su confianza en el Señor para
confiar en sus propias capacidades y bienes materiales. El orgullo había hecho
que toda la nación se apartara de los caminos de Dios y es por eso que el juicio
era inminente.
Todo este pasaje nos lleva al día en el que Dios juzgó a Judá, por medio de Babilonia,
pero también al día en el que Cristo vuelva y toda la humanidad sea juzgada por su
maldad. El orgullo humano y la confianza en los bienes materiales en la que vivía
Judá es similar a lo que vemos hoy en día en nuestra sociedad. La humanidad está
demostrando altivez e incluso cree que puede pisotear a Dios, pero un día, sólo el
nombre del Señor será exaltado. El juicio causará terror en toda la humanidad, es por
eso que Isaías nos hace un llamado final diciendo: «¡Dejen de confiar en el hombre!».

Personajes Principales

 Isaías: El profeta que recibe el mensaje y habla con el pueblo.


 Dios: Da un mensaje a Isaías por medio de una visión.
 Judá: Pueblo hacia quien va dirigido el mensaje de Dios.

Versículo Elegido
Isaías 2:5 – Casa de Jacob, vengan y caminemos a la luz del Señor.
(NBLH)
Palabras Clave
Día, juicio, milenio, monte, paz, venida.
Retos

 ¿A qué hace referencia la palabra «Sión» en el contexto de este pasaje?


 ¿Por qué Dios abandonó a su pueblo?
 ¿A qué se refiere Isaías cuando dice «los cedros del Líbano, las encinas de
Bazán y las naves de Tarsis»?
 ¿Qué quiere decir el versículo 22 al indicar que el aliento del hombre está en
la nariz?

Referencias
Miqueas 4:1-3 – Este pasaje es prácticamente idéntico al relatado en Isaías 2:2-4.
Apocalipsis 20:1-6 – Relato del reinado milenial de Cristo.
Salmos 48:7 / Jonás 1:3 – Otras menciones de las naves de Tarsis (Is 2:16)
Levítico 19:26 / Deuteronomio 18:10-14 – Prohibiciones que habían recibido los
israelitas respecto a su trato con adivinos (Is 2:6).

Ver la Historia de la Redención


Al describir la situación en la que el pueblo se encontraba, Isaías llega a una terrible
conclusión: «¡Imposible que los perdones!» (Is 2:9). Era tal la maldad que había en la
sociedad de aquel tiempo, que el profeta no veía posibilidad alguna de perdón; no
había ningún mérito en el pueblo que le valiera la misericordia. Sin embargo, Dios
muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por
nosotros (Rm 5:8).
Tal como pasaba en aquel tiempo, podemos ver la realidad de la humanidad a lo largo
de toda la historia, desde la caída. No hace falta un análisis muy complejo para mirar
lo que somos y llegar a la conclusión a la que llegó Isaías al decir que no hay forma
en que merezcamos el perdón de Dios. Y esa es la cuestión: No lo merecemos, sino
que por gracia lo recibimos. Todos estábamos perdidos en nuestras transgresiones,
pero Jesús se hizo hombre y murió en nuestro lugar, para que nosotros, creyendo en
su sacrificio, podamos recibir el perdón de Dios. Es esta la manera en la que Dios
pudo mostrar que es justo, ya que el precio por nuestro pecado fue pecado, y a su vez
misericordioso, brindándonos la posibilidad de llegar al perdón. Eso que Isaías veía
como un imposible fue posible por medio de la obra de Cristo en la cruz. ¡Cuán
hermoso es nuestro Dios!

Enseñanza
Algo que me impactó en este capítulo es la enseñanza que tenemos en el versículo 5.
Luego de presentar un mundo hermoso donde Cristo estaría reinando y todos
viviríamos en completa paz, Isaías vuelve a traernos a la realidad. Es muy lindo
pensar en ese futuro, pero esos tiempos todavía no llegaron. Miramos a nuestro
alrededor y vemos que la maldad día a día va en aumento. Sin embargo, es hermosa
la invitación que el profeta le hace al pueblo de Judá, y también ahora a nosotros:
«Vengan y caminemos a la luz del Señor». ¿Para qué? Para algún día poder disfrutar
de su reino establecido definitivamente y vivir en completa paz y gozo. Es decir, lo
que nos tiene que motivar a venir y caminar en la luz del Señor, a tener todas las
cosas de este mundo por basura (Fil 3:8), es la esperanza que tenemos de que Dios va
a cumplir sus promesas, y un día nos va a librar de este cuerpo pecaminoso y vamos a
tener una vida eterna de gozo junto a él. ¿Qué más hermoso que eso? Es eso lo que
nos tiene que motivar a santificarnos y buscar una relación más íntima con Dios; a
caminar en su luz. Va a llegar el tiempo en el que todo sufrimiento va a terminar; el
va a enjugar las lágrimas de todos nosotros y no va a haber más llanto ni dolor (Ap
21:4).
En este pasaje, Isaías nos invita a mirar al futuro con esperanza, sabiendo que vamos
a tener parte en el reino que Cristo preparó para los que ponen su fe en él. Que esto
nos anime a comprometernos más con nuestro Señor y a caminar en su luz, para que
así podamos perseverar, porque el que persevere hasta el fin, ese será salvo (Mt 24:13

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