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CRÉDITO AGRÍCOLA

ELABORÓ: PROF. ROGELIO ALVAREZ HERNÁNDEZ


El crédito interno en México en la década de los noventa.
La banca comercial mexicana sufrió tres cambios estructurales durante los noventa:
–El paso de la represión a la liberalización financiera
–El crack bancario de 1995
–El proceso de saneamiento internacionalización.
A principio de la década la banca comercial mexicana preparaba el camino para su privatización. Pasó de la
etapa de la represión a la liberalización financiera.
La liberalización financiera implicó la instrumentación de dos medidas: (1) el gobierno federal dejó de
orientar la política crediticia hacia los sectores que deseaba fomentar, (2) la liberalización de la tasa de interés
interna, para que ésta se determinara a través de la oferta y demanda de crédito interno.
Estas medidas de política monetaria se reflejaron en un crecimiento importante del crédito interno durante el
periodo de 1990-1994, sobre todo, el que se asignó a la demanda de consumo suntuario.
El sistema bancario mexicano sufrió un crack con la devaluación cambiaria de finales de 1994, pues la
depreciación del tipo de cambio generó fuertes presiones inflacionarias e incremento de la tasa de interés que
pagaban los demandantes de crédito, como consecuencia, se generó una drástica restricción del crédito
interno.
Desde 1995 se inició la etapa de saneamiento de la banca mexicana, a través de un conjunto de programas
de apoyo a los deudores y de saneamiento del capital bancario (Fobaproa-IPAB). Una vez logrado el
saneamiento de la banca se inició el proceso de reprivatización y el sistema bancario nacional quedó muy
ligado al capital bancario internacional (saneamiento e internacionalización bancaria). La política
crediticia en México fue expansiva durante los años de la liberación financiera. En 1990 representó el 33.7%
del PIB y en 1994 ascendió al 61.1% del PIB. Después de la crisis bancaria y financiera, la política crediticia
fue muy restrictiva, pues el crédito total pasó del 61.1% del PIB en 1994 al 24.5% del PIB en el año 2000.
El crédito agrícola en México estuvo muy vinculado a los ciclos de expansión y depresión del crédito interno
total, en la segunda mitad de la década de los noventa. El crédito agrícola fue expansivo en la etapa de la
liberalización financiera (excepto en 1993). Alcanzó su máximo en 1994, empezando su descenso a partir de
la crisis bancaria de 1995. El crédito agrícola presentó una peculiaridad similar al crédito interno total, el nivel
de asignación del año 2000 fue inferior al existente en 1994.
Criterios empleados por la banca de desarrollo para asignar el crédito agrícola en México
Los bancos de desarrollo que otorgan crédito agrícola son los siguientes: “El FIRA, BANRURAL, el Banco
de Comercio Exterior (BANCOMEXT)... y la Nacional Financiera (NAFIN)”. Sin embargo, FIRA y Banrural
son las instituciones ejes de la política de crédito agrícola del país, por esta razón, el análisis se realizará
considerando únicamente a estas dos dependencias.
El Sistema Banrural, es una institución de primer piso de la banca de desarrollo del Gobierno Federal,
integrado por el Banco Nacional de Crédito Rural y 12 bancos regionales, su objetivo es el financiamiento a la
producción primaria agropecuaria y forestal y a las actividades de beneficio, almacenamiento, transportación,
industrialización y comercialización que llevan a cabo los productores en el medio rural La operación de
BANRURAL se apoya en dos fuentes de financiamiento: los recursos a tasas subsidiadas provenientes de las
fuentes de descuento (FIRA, NAFIN, BANCOMEXT) y los recursos propios.
Tipos de crédito otorgados por Banrural: 1. Crédito de habilitación o avío. Financiamiento del capital de
trabajo (costos de adquisición de insumos, de mano de obra y de servicios) para las actividades destinadas a la
producción primaria agropecuaria, forestal, pesca y acuacultura, su beneficio, extracción, conservación,
transformación, transportación y comercialización, así como para el establecimiento de industrias rurales y, en
general, a atender las necesidades de crédito del sector rural del país. 2. Crédito refaccionario. Se destinan a
financiar la adquisición, construcción e instalación de activos fijos y bienes de consumo duradero, así como
para la formulación de proyectos, obras de infraestructura equipamiento, insumos y otros activos y conceptos.
Podrá otorgarse crédito refaccionario para formulación de estudios de preinversión y factibilidad, ingeniería
de detalle y gastos preoperativos necesarios para operación de todo proyecto que propicie la producción,
transformación, comercialización y distribución del sector rural. Podrá pactarse en el contrato que una parte
del crédito refaccionario, no más del 50%, podrá destinarse al pago de responsabilidades fiscales de la
empresa del acreditado al tiempo de celebrarse el contrato. También se podrá pactar que parte del crédito se
aplique para pagar adeudos en que el acreditado hubiere incurrido por gasto de explotación o por la compra de
los bienes muebles e inmuebles o la ejecución de las obras arriba señaladas, siempre que los actos u
operaciones de que procedan tales adeudos hayan tenido lugar dentro del año anterior a la fecha del contrato.

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FIRA
FIRA, es una entidad financiera de 2º piso (instituciones financieras públicas y privadas, comercial o de
desarrollo, que realizan operaciones a través de las instituciones de primer piso) del Gobierno Federal, su
misión consiste en crear valor en las redes productivas, de los sectores rural y pesquero, con criterios de
eficiencia y rentabilidad, a través del desarrollo de los mercados financieros, de tecnología y servicios. Está
integrado por cuatro fideicomisos, de los cuales, los primeros tres están directamente vinculados con la
agricultura.
Fondo de Garantía y Fomento para la Agricultura, Ganadería y Avicultura (FONDO): El objetivo es
que los productores de bajos ingresos que sean sujetos de crédito de las instituciones de la banca múltiple
reciban financiamiento en condiciones preferenciales para concepto de avío (excepto créditos para
comercialización) otorgados para la producción primaria, industrialización y prestación de servicios en los
sectores agropecuarios, forestal y pesquero, así como, otras actividades económicas que se realicen en el
medio rural.
Fondo Especial para Financiamientos Agropecuarios (FEFA): El objetivo del fondo es que los
productores de bajos ingresos que sean sujetos de crédito de las instituciones de la banca múltiple y de
Banrural reciban financiamiento en condiciones preferenciales para concepto de avío (excepto créditos para
comercialización) otorgados para la producción primaria, industrialización y prestación de servicios en los
sectores agropecuarios, forestal y pesquero, así como, otras actividades económicas que se realicen en el
medio rural.
Fondo Especial de Asistencia Técnica y Garantía para Créditos Agropecuarios (FEGA): Facilitar el
acceso al financiamiento formal a productores que por su requerimiento de crédito de hasta 33 mil unidades
de inversión (UDIS), bajo nivel de desarrollo y altos costos de transacción que implica atenderlos, no son
financiado por las instituciones de banca múltiple. Promover el desarrollo del mercado rural que facilite la
distribución de productos y servicios financieros y la formación de nuevos sujetos de crédito a través del
otorgamiento de subsidios a las uniones de crédito y agentes PROCREA.
Fondo de Garantía y Fomento para las Actividades Pesqueras (FOPESCA). El objetivo del fondo es que
los productores de bajos ingresos que sean sujetos de crédito de las instituciones de la banca múltiple reciban
financiamiento en condiciones preferenciales para concepto de avío (excepto créditos para comercialización)
otorgados para la captura, cría e industrialización de especies marinas y otras relacionadas con la pesca,
comprendiendo la pesca de altura, ribereña y la acuacultura.
PROBLEMÁTICA
•9.5 millones de personas necesitan servicios financieros.
•5.3 millones de productores rurales, 77% con menos de 5 has.
•219,000 empresas rurales (95% micro y pequeña empresa rural).
•196 mil comunidades rurales con menos de 2,500 habitantes.
•Sólo 20% de los agricultores tienen acceso al crédito
•65% del crédito proviene de proveedores de insumos e IFNB
•37.7% de la población está por debajo de la pobreza con un ingreso de 2 dólares por día.
•80% no tiene acceso al sistema financiero formal
•196 mil comunidades rurales (menos 2,500 habitantes), 98.5% del total de comunidades del país: dispersión
y altos costos de transacción.
•Desigualdad rural es más acentuada
•Cobertura de 6% en servicios financieros
ENFOQUE TRADICIONAL DEL PROBLEMA
Enfoque al crédito agrícola, poco crédito rural nula orientación a la movilización de depósitos. Valoriza los
volúmenes (millones de pesos, hectáreas, cabezas) no por el No. de personas con acceso. Soluciones
centralistas banca de desarrollo (arriba hacia abajo) y durante décadas incentivando a la banca comercial:
concentración. Programas de crédito temporales
Necesidades individuales
Ahorros, crédito rural y microempresa, crédito agrícola, créditos y capitalización, envíos de dinero, seguros de
vida y otros, pago de servicios.
La clasificación de los créditos del FIRA son los siguientes: 1. Avío y prendario. Su objetivo es impulsar
el sostenimiento e incremento de la producción, financiando el capital de trabajo, adquisición de insumo o
para la comercialización. Estos créditos se otorgan hasta por 3 años. 2. Refaccionario. Se utilizan para

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realizar inversiones fijas y adquirir bienes duraderos para mejorar la capitalización e infraestructura
productiva de las empresas. Sus plazos van hasta 20 años para proyectos de larga duración y 15 años en el
resto de proyectos. En la clasificación de los productores sujetos de crédito, FIRA y BANRURAL consideran
el mismo rango de los ingresos netos del productor,12 los cuales se estratifican de la siguiente manera: (1)
Productores de Bajos Ingresos (PD1), de ingresos menores a 1,000 veces el salario mínimo diario (vsmd). (2)
Productores de Ingreso Medio (PD2), de ingresos entre 1,000 y 3,000 vsmd. (3) Productores de Ingreso Alto
(PD3), de ingresos superiores a 3,000 vsmd
Una diferencia en los criterios de asignación de créditos entre FIRA y Banrural es la siguiente:
BANRURAL otorga sus créditos de acuerdo a las capacidades de pago de los sujetos de crédito, de la
viabilidad del proyecto que respalda la recuperación, así como de las políticas que al respecto señalen las
fuentes financieras y las que emita el Banco Nacional, en apego a lo que establezca la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y/o Banco de México.
FIRA asigna el monto del crédito de acuerdo al nivel de ingresos. Esto es, créditos de hasta 150,000.00 pesos
a los PD1 y de más de 150,000.00 pesos a los PD2 y PD3. Por su parte, el FIRA hace la siguiente
estratificación: para los productores que tengan ingresos hasta por 1 000 veces el salario mínimo o créditos
hasta por 150 mil pesos, que demanden un crédito refaccionario, avío o prendario, se le aplica una tasa de
interés equivalente a los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes). Los productores con ingresos
superiores a más de 1 000 veces el salario mínimo o créditos de más de 150 mil pesos y que hayan solicitado
un crédito refaccionario, se les aplica una tasa de interés igual a Cetes más 4 puntos. Los productores con
idénticas características al último punto, que hayan contratado un crédito de avío o prendario, se les aplica una
tasa libre.
Estructura del sistema financiero rural
Los principales actores del financiamiento para el sector rural son la banca comercial, la banca de desarrollo,
los programas del gobierno y las intermediarias financieras no bancarias o “sistema de ahorro y crédito
popular”. Las instituciones de crédito, incluyendo seis bancos de desarrollo, 29 bancos comerciales y tres
fideicomisos de fomento. El mercado de valores con 498 sociedades de inversión, bolsa de valores, casas de
bolsa y sociedades especiales de retiro. Otros intermediarios financieros, con 183 uniones de crédito, 44
sociedades financieras de objeto limitado, nueve sociedades de ahorro y préstamo, 25 casas de crédito,
además de almacenes de depósito, compañías de seguro, arrendadoras financieras, compañías de finanzas y
empresas de factoraje. Los grupos financieros constituidos por 20 compañías tenedoras.
El sistema financiero regulado y su alcance rural
Está constituida por un grupo de instituciones que captan, administran y canalizan la inversión y el ahorro
tanto de nacionales como de extranjeros. Lo integran grupos financieros, banca comercial, banca de
desarrollo, casas de bolsa, sociedades de inversión, aseguradoras, arrendadoras financieras, afianzadoras,
almacenes generales de depósito, uniones de crédito, casas de cambio y empresas de factoraje.
La banca comercial
De acuerdo al Banco de México, en septiembre de 2005 operaban 29 bancos11 con un activo de US$222 mil
millones y una cartera de US$111 mil millones, de la cual menos de 2% se destina al sector agrícola o
pecuario. El papel de la banca comercial como financiamiento rural es el de un intermediario de crédito de los
fondos públicos con alto grado de garantías. Fondeada por los Fideicomisos Instituidos en Relación con la
Agricultura (FIRA), sus operaciones se concentran en las empresas más grandes. La banca comercial recibe
múltiples beneficios por trabajar con el agro. Mientras un banco comercial recibe a CETES – 6 puntos,12 una
financiera rural recibe a CETES + 2 puntos. Además, la banca recibe un subsidio al costo de transacción,
acceso a los subsidios del PAASFIR y subsidios para el personal extra.
La banca de desarrollo y otros instrumentos
La banca de desarrollo está compuesta por BANCOMEX, BANJERCITO, BANOBRAS, Banco Nacional del
Ahorro y Servicios Financieros (BANSEFI), los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura
(FIRA), Financiera Rural (FINRURAL), Hipotecaria Federal, y Nacional Financiera (NAFIN). Los
principales actores para el sector rural son el FIRA, FINRURAL y, en cierta medida, BANSEFI.
NAFIN. Es la banca de desarrollo más grande, que cubre más del 40% de la cartera, activos y captaciones.
Aunque actualmente trabaja con la banca comercial y las empresas manufactureras, en décadas pasadas jugó
un papel importante en el financiamiento rural.
BANSEFI (Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros). Surge del Patronato del Ahorro Nacional
(PAHNAL), pieza clave en la estrategia gubernamental.

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Nació con tres mandatos: (1) incrementar la captación de ahorro, (2) administrar programas de apoyo
temporal para intermediarias financieras, y (3) desarrollar una plataforma tecnológica que lo convierta en el
banco de las cajas de ahorro.
Para ello, cuenta con una red de 540 sucursales, el 40% de las cuales se ubican en poblaciones con menos de
25 mil habitantes. Además, ha pasado de 850 mil cuentas en 2001 a 3.2 millones de cuentas en la actualidad,
manejando depósitos por valor de unos US $480 millones. BANSEFI tiene programas de apoyo a las
federaciones, cajas populares y cajas solidarias por valor de US $146 millones para que cumplan con los
requisitos de la Ley de Ahorro y Crédito Popular (LACP). Para apoyar a las intermediarias financieras sujetas
a la LACP brindan asistencia técnica, difusión y estudios. A través de este apoyo, han logrado que 160 IFIs
tengan clasificación “A”.
FIRA
Los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) tienen 50 años y son uno de los
instrumentos más estables. Cuenta con un patrimonio propio de US $8,000 millones, colocan US $4,700
millones y constituyen el mecanismo más amplio de intervención del Estado en el sector rural. Disponen en
la actualidad de 1,100 empleados en 133 oficinas a nivel nacional. Con una cartera de alrededor de US $3,00
millones, esta entidad no se encuentra regulada por la CNBV. Sus pérdidas son de 0% en la banca comercial y
de 3% en los Procreas. El FIRA ha propiciado la intermediación financiera de entidades como las
“parafinacieras” y los “agentes procrea”. Los primeros son comerciantes, proveedores de insumo, y
acopiadores que el FIRA habilita como intermediarios. Los segundos son despachos de consultores
habilitados como intermediarios financieros.
Aunque llegó a manejar 81 procreas, actualmente sólo funcionan 26, y dentro del proceso de ajuste de s
política, pretenden que unos 20 se conviertan, como estrategia de salida, en instituciones reguladas. Hoy día,
el FIRA está incursionando en mercados rurales a los cuales no accedía tradicionalmente, a través de
instituciones reguladas como la Financiera Compartamos.
Compartamos es la institución microfinanciera más grande de América Latina con 300,000 mil clientes y el
90% de su cartera ubicada en zonas rurales, aunque no presta dinero para actividades agropecuarias. A través
de programas como el FONDO, el FEFA, el FEGA, y FOPESCA. En el año 2004, estos fondos beneficiaron
a 750 mil productores por un monto equivalente a US$200 millones, de los cuales el 55% eran subsidios de
tasa de interés, el 23% para fortalecimiento de intermediarias financieras y el 22% de asistencia técnica y
capacitación a productores. Las políticas del FIRA son contradictorias y ambiguos. Por un lado, manifiestan
que se dirigen específicamente hacia los medianos y grandes productores, ya que la Financiera Rural se dirige
hacia los pequeños. Pero por otro lado, subrayan que “tampoco nos olvidamos de los productores de bajos
ingresos”, que de hecho constituyen el 90% de los clientes atendidos por el FIRA. Sin embargo, al analizar la
cartera, se observa que los pequeños productores únicamente absorben el 44% del monto total de ésta.
La Financiera Rural (FINRURAL) no es un banco en sentido estricto, pero proviene de la liquidación de
BANRURAL. Creada en el año 2002, comenzó sus operaciones en el 2003. Cuenta con un patrimonio de
US$1,800 millones, activos por US $617 millones y una disponibilidad para colocación de US$1,20 millones
provenientes de la cartera sana de BANRURAL. En octubre del 2005, operaba en el primer piso con 97
agencias que manejaban una cartera de 150 mil créditos. Su mandato es el fortalecimiento de las
intermediarias financieras rurales (uniones de crédito, sociedades cooperativas, SOFOLES, almacenes
generales de depósito, etc.). Dispone de US $50 millones para apoyar con financiamiento y asistencia al
fortalecimiento y creación de intermediarias rurales. Actualmente, FINRURAL da asistencia técnica a 150
entidades. Parte del trabajo que realizan con las intermediarias financieras consiste en la identificación de
proyectos estratégicos en diversas regiones (en la actualidad unos 400). También trabajan con 28 uniones de
crédito, un almacén general de depósito y 120 “dispersores de crédito”15. Existen unas 800 organizaciones
productivas que podrían llegar a convertirse en instituciones financieras rurales (IFR), de las cuales unas 250
estarían sujetas a la LACP.
FINRURAL tiene una cartera de unos US $1,000 millones, que en el año 2004 estaba colocada directamente
en un 72% y un 28% a través de intermediarias. El objetivo para el año 2005 es de 60 y 32% respectivamente,
y para el 2012 de 20 y 80%. La mora global es de 3%. La Financiera Rural (FINRURAL) asignó en 2006 US
$40 millones para la operación de programas sobre: a) Garantías líquidas. b) Reducción de costos de acceso al
crédito. c) Capacitación y organización. d) Promoción y supervisión de operaciones crediticias.
Entre sus iniciativas se encuentra el Programa de Apoyo para Facilitar el Acceso a los Servicios Financieros
Rurales (PAFAFR), que cubre a acreditados a esta institución afectados por insuficiencias presupuestarias.
También operan el Programa de Apoyo para Acceder al Sistema Financiero Rural (PAASFIR). El carácter de
estas instituciones y su posición relativa, constituyen un marco en términos de políticas públicas.

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