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Trastornos de pene, próstata y testículos

Las anomalías en el pene, la próstata y los testículos pueden resultar tanto psicológicamente
perturbadoras como físicamente perjudiciales. El pene puede verse afectado por lesiones,
inflamaciones o infecciones, incluyendo las enfermedades de transmisión sexual. El cáncer de
piel también puede desarrollarse en el pene. Los defectos de nacimiento pueden causar
dificultades para orinar y para mantener relaciones sexuales.
El trastorno más común de la próstata es la hiperplasia benigna, que dificulta la micción. Otros
trastornos incluyen la prostatitis y el cáncer de próstata (uno de los cánceres más frecuentes). El
cáncer también puede afectar a los testículos, amenazando la fertilidad y, si no se trata, causa la
muerte. Otros trastornos que afectan a los testículos incluyen la torsión testicular y la hernia
inguinal.

Lesión e inflamación del pene

Varias son las lesiones que pueden afectar al pene. Enganchar el pene con la cremallera de los
pantalones es muy frecuente, pero el corte producido en general se cura rápidamente. Un corte o
irritación que se infecte debe ser tratado con antibióticos. Doblar excesivamente un pene erecto
puede causar dolor, dañar gravemente las estructuras que controlan la erección y causar
dificultades en las relaciones sexuales. El pene también puede partirse parcial o completamente.
En ciertos casos es posible volver a unirlo, pero rara vez se recuperan completamente la
sensibilidad y el funcionamiento normales.
La balanopostitis es una inflamación generalizada de la cabeza del pene (glande) y del prepucio.
Dicha inflamación es habitualmente debida a una infección causada por un hongo o una bacteria
bajo el prepucio de un pene no circunciso.
La inflamación causa dolor, picor, enrojecimiento, hinchazón y finalmente puede derivar en un
estrechamiento (constricción) de la uretra. Los varones que padecen balanopostitis pueden llegar
a desarrollar balanitis obliterante xerótica, fimosis, parafimosis y cáncer.
En la balanitis obliterante xerótica, la inflamación crónica provoca la aparición de una zona dura,
de color blanco, cerca del extremo del pene. En general, la causa es desconocida, pero puede
producirse por una infección o una reacción alérgica. El orificio de la uretra suele estar rodeado
de esta piel blanca gruesa, que no hace más que bloquear la
salida de la orina y del semen. Las cremas antibacterianas o Fimosis
antiinflamatorias pueden curar la inflamación, pero en general Tratamiento quirúrgico.
la uretra debe volver a abrirse quirúrgicamente.
La fimosis es una constricción o endurecimiento del prepucio.
Es una situación normal en un recién nacido o en un niño
pequeño y suele resolverse en la pubertad sin tratamiento
alguno. En los adultos, la fimosis puede ser el resultado de una
irritación prolongada. Como el prepucio endurecido no se
retrae, puede afectar a la micción y a la actividad sexual. El
tratamiento habitual es la circuncisión.
En la parafimosis, el prepucio retraído no puede volverse a colocar sobre la cabeza del pene
(glande). La parafimosis puede curarse con la circuncisión.
La eritroplasia de Queyrat es una zona rojiza y aterciopelada claramente delimitada que se
desarrolla sobre la piel del pene, en general, sobre la cabeza o en la base de ésta. Este trastorno
suele producirse en varones no sometidos a circuncisión. Para confirmar el diagnóstico, el médico
puede tomar una pequeña muestra de piel para examinarla al microscopio (biopsia). La
eritroplasia de Queyrat se trata con una crema que contenga el medicamento fluorouracilo. Como
el área puede volverse cancerosa si no se trata a tiempo, el médico la examina cada pocos
meses durante y después del tratamiento. Como tratamiento alternativo, puede extirparse el tejido
anormal.

Tumores del pene

A pesar de que el cáncer de piel puede aparecer en cualquier parte del pene, el punto más
frecuente es la cabeza, especialmente en la base. Los varones circuncisos rara vez presentan
cáncer de piel en el pene. Al principio, el cáncer suele manifestarse como un área rojiza con
llagas que no se curan en varias semanas pero que, en general, son indoloras. Habitualmente,
este cáncer es un carcinoma de células escamosas. Otros cánceres de piel en el pene, mucho
menos frecuentes, son la enfermedad de Bowen y la enfermedad de Paget. El cáncer se extirpa
quirúrgicamente, junto con una pequeña área de tejido sano que lo
rodea. Sin embargo, el médico intenta salvar tanto tejido peneal
como le resulta posible.
Otras tumoraciones en el pene pueden estar causadas por una
infección. Por ejemplo, una llaga pequeña, indolora, puede ser un
signo de sífilis. Las ampollas dolorosas, diminutas, con frecuencia
deben su origen al herpes simple. En muy raras ocasiones, las
ampollas, que con el tiempo forman pequeñas úlceras, pueden estar causadas por el chancro
blando. Uno o más nódulos protuberantes y consistentes en general son verrugas genitales,
causadas por un virus. Las formaciones pequeñas, consistentes y con diminutas depresiones
(molluscum contagiosum) están causadas por otro virus.
Priapismo
El priapismo es una erección dolorosa, persistente, que no está acompañada de deseo sexual ni
de excitación.
En la mayoría de los casos, el priapismo se produce como consecuencia del uso de fármacos, o
por motivos desconocidos. Otras causas posibles incluyen un trastorno de la sangre, como los
coágulos sanguíneos, la leucemia o la anemia drepanocítica, un tumor en la pelvis o en la
columna vertebral y una infección de los genitales. La enfermedad probablemente se deba a
anomalías en los vasos sanguíneos y en los nervios que atrapan sangre en el tejido eréctil
(cuerpos cavernosos) del pene.
El tratamiento del priapismo depende de la causa. Si es un medicamento, deberá suspenderse de
inmediato. Si la causa parece ser una lesión neurológica, la anestesia de la columna vertebral de
manera continua puede resultar de gran ayuda. Si la causa probable es un coágulo de sangre,
éste debe ser extraído quirúrgicamente, o bien debe realizarse una derivación quirúrgica para
restablecer la circulación normal en el pene. La mayoría de los casos de priapismo puede tratarse
drenando el exceso de sangre del pene con una aguja y una jeringa e irrigando los vasos
sanguíneos con líquido para eliminar los coágulos u otras obstrucciones. También pueden
utilizarse varios medicamentos, dependiendo de la causa del problema. Las probabilidades de
que un varón recupere su función sexual son pocas si el priapismo no responde rápidamente al
tratamiento.

Enfermedad de Peyronie

La enfermedad de Peyronie es un engrosamiento fibroso que provoca contracturas en el pene y


deforma la erección.
La causa de la enfermedad de Peyronie, que afecta a los varones adultos, es desconocida. El
tejido fibroso que forma las contracturas provoca una curvatura en el pene erecto que puede
hacer difícil o imposible la penetración sexual. La enfermedad puede causar erecciones
dolorosas. El tejido fibroso puede extenderse incluso hacia el tejido eréctil (cuerpos cavernosos),
impidiendo completamente la erección.
La enfermedad de Peyronie puede curarse por sí sola en el curso de varios meses. Las
inyecciones de corticosteroides en el área afectada pueden ser útiles. En algunos casos, los
síntomas pueden aliviarse con el uso de tratamientos con ultrasonidos. Lo más habitual es que
las áreas fibrosas deban ser extirpadas quirúrgicamente. La cirugía puede curar la enfermedad
pero, en algunas ocasiones, puede provocar una cicatrización mayor que hace que la situación
empeore. La cirugía puede originar también impotencia.

Hiperplasia benigna de la próstata

La hiperplasia benigna de la próstata es una formación no cancerosa (benigna) de esta glándula.


La hiperplasia benigna de la próstata es frecuente en los mayores de 50 años. La causa es
desconocida, pero puede tener que ver con los cambios en los valores hormonales que se
producen con el envejecimiento. La próstata es una glándula que rodea la uretra y, si crece,
puede estrecharla gradualmente. Con el paso del tiempo, el flujo de orina puede resultar
obstruido. Como resultado, los músculos de la vejiga se vuelven más gruesos y fuertes para
poder empujar la orina hacia fuera. No obstante, cuando un sujeto con hiperplasia benigna de
próstata orina, la vejiga puede no vaciarse por completo. En consecuencia, la orina se estanca
exponiendo a la persona a infecciones y a la formación de cálculos. Una obstrucción prolongada
puede dañar los riñones. En un varón con hiperplasia benigna de próstata, los fármacos que
afectan negativamente al flujo de orina, como los antihistamínicos, pueden provocar una
obstrucción.

Síntomas
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