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México 2005
Al Maestro, Voz con innumerables rostros.
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Contenido.
Introducción…………………………………………………………………...………. 6
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Capítulo 3. Cempohualli, el sistema vigesimal……………………….......................61
Cipactli (1) Caimán.
Ehecatl (2) Viento.
Calli (3) Casa.
Cuetzpallin (4) Lagartija.
Coatl (5) Serpiente.
Miquiztli (6) Muerte.
Mazatl (7) Venado.
Tochtli (8) Conejo.
Atl (9) Agua.
Itzcuintli (10) Perro.
Ozomatli (11) Mono.
Malinalli (12) Hierba.
Acatl (13) Caña.
Ocelotl (14) Jaguar.
Cuauhtli (15) Águila.
Cozcacuauhtli (16) Zopilote.
Ollin (17) Movimiento.
Tecpal (18) Pedernal.
Quiahuitl (19) Lluvia.
Xochitl (20) Flor.
Capítulo 4. Cronología……………………………………………………………..131
Medidas máximas.
La Cuenta Larga y la precesión lunisolar.
La Cuenta Larga y la medida promedio de la lunación.
La Cuenta Larga y la revolución sinódica de venus.
La correlación GMT.
Correspondencia calendaria.
Ciclos máximos para la Era nahua.
Cronología venusina.
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Trecena XII, Ce-Cuetzpallin.
Trecena XIII, Ce-Ollin.
Trecena XIV, Ce-Itzcuintli.
Trecena XV, Ce-Calli.
Trecena XVI, Ce-Cozcacuauhtli.
Trecena XVII, Ce-Atl.
Trecena XVIII, Ce-Ehecatl.
Trecena XIX, Ce-Cuauhtli.
Trecena XX, Ce-Tochtli.
Bibliografía………………………………………………………………………….180
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Introducción.
Anales de Cuauhtitlán.1
La mayor parte de los estudiosos del saber tolteca suelen traducir la voz
tonalpohualli por “cuenta de los días y de los destinos”, entendiendo que este vocablo
nahua se refiere a un conjunto de 260 signos, cada uno de los cuales sirve para
denominar a un día ó tonalli, y caracterizando a este sistema simbólico como calendario
adivinatorio.
En el pasaje citado de la obra del franciscano se plantean los asuntos que son
cruciales esclarecer para comprender el mensaje del Tonalamatl: el origen divino de la
tonalpohualli, sus características como concepto matemático y su relación con la
astronomía, con la cronometría y con la adivinación.
1
León-Portilla (1966), pp. 246 y 359
2
Sahagún (1977), p. 315
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El comentario al Tonalamatl transmitido en caracteres latinos más importante
existente se encuentra en el Códice Florentino, se expresa en lengua náhuatl y fue
asentado según los conocimientos de los informantes indígenas de fray Bernardino de
Sahagún durante el siglo XVI. Al menos una veintena de ancianos, tres escribanos y
cuatro gramáticos latinos, entre los que sobresale Antonio Valeriano, participaron bajo
la dirección del franciscano en la elaboración del códice de Florencia.
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mitológico, de éste se derivan mensajes metafísicos: éticos y ontológicos. Como si fuese
un mapa (un dibujo a escala de un territorio dado), el Tonalamatl muestra a sus lectores
la estructura de los fenómenos en el espacio-tiempo y la carga energética relativa de
cada una de sus partes.
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Las bases aritméticas 13 y 20, sin ser las únicas usadas por los toltecas, sirven
perfectamente, funcionando en relación una con otra, para representar los momentos
básicos del despliegue ó manifestación de cualquier ente. Cada uno de los 260 estadios
de manifestación de un todo se simbolizan mediante la animación y la personificación
en el Tonalamatl. Las bases 9, 13 y 20 son con evidencia usadas en el amoxtli; los
toltecas consideran que inteligencias supremas simbolizadas por estos números influyen
sobre la vida humana y por ello representaron sus términos gráficamente como
divinidades.
El Tonalamatl representa la conciliación entre los términos del ente y los días del
año vigesimal con el número 1440, ó sea, 4 veces 360; de este modo el amoxtli se
convierte en un verdadero resumen plástico ó modelo físico de las relaciones entre Ser y
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Tiempo. El Tonalamatl enseña que el Ser es Uno Dual y que existen 20 diferentes
modos de hablar de Él. También enseña que cada uno de los 20 aspectos del Ser
presenta a su vez 13 momentos ó niveles, por lo que las formas de hablar del Ser se
elevan a 260. Cada tonalli en el amoxtli expresa simbólicamente la constitución dual del
ente mediante números: su aspecto masculino en base 20, el femenino en base 13. La
tonalpohualli forma parte esencial de un sistema lógico-matemático, que permite al
usuario de cualquier especialidad científica categorizar sus entes, lo mismo diacrónica
que sincrónicamente, aplicando de modo simultáneo el sistema vigesimal y otras bases
aritméticas (4, 5, 9 y 13 principalmente) al análisis de un objeto de conocimiento
considerado como un todo, ó bien a la comprensión del objeto en términos de su
pertenencia a una totalidad. En este sistema algebraico un tonalli representa no sólo a un
día, sino a cualquier ente. El Tonalamatl representa para el astrónomo la estructura de
un ciclo completo de precesión del eje terrestre. Para comprender y explicar en qué
sentido son idénticos un día, un año solar y una era precesional, los sabios anahuacas
realizaron complejos cálculos matemáticos; el sistema aritmético de base 20 por sí sólo
era y es insuficiente para servir como modelo estructural de las transformaciones del
espacio-tiempo al modo en que fueron concebidas por aquellos pensadores.
Matemáticamente un tonalli no es sólo signo de un número entero, sino que
explícitamente es además signo de un par ordenado. La tonalpohualli es modelo lógico-
matemático (tezcanicuilli) lo mismo del macrocosmos (Cemanahuac) que del
microcosmos (Tlacatl). Según el sistema de pensamiento tolteca, todo ente es
categorizable en 260 términos, siempre los mismos; lo cual equivale a decir que lo
micro es estructural y esencialmente idéntico a lo macro. La elegancia y belleza del
sistema matemático tolteca permite no sólo calcular con precisión ciclos astronómicos,
sino también vislumbrar a través de lo cíclico el sentido de la condición humana. El
hombre se concibe entre los toltecas como un microcosmos, formado a imagen y
semejanza del macrocosmos. Todo individuo tiene su lugar propio en el universo, el
momento en que nace determina sus ritmos de vida; como los ciclos astronómicos
también la vivencia humana es categorizable en 260 términos, alrededor de uno de estos
260 caracteres gira la psicología individual. Al registrar términos algebraicos a los que
pueden asignarse valores astronómicos y al asociar a cada término un simbolismo
teológico y filosófico, el Tonalamatl se constituye como el mejor resumen pictórico-
literario del saber ancestral tolteca.
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Capítulo 1. La tonalpohualli como parte del Tonalamatl.
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Atl 9
Itzcuintli 10
Ozomatli 11
Malinalli 12
Acatl 13
Ocelotl 14
Cuauhtli 15
Cozcacuauhtli 16
Ollin 17
Tecpal 18
Quiahuitl 19
Xochitl 0 ó 20
Los signos de cempohualli sirven para significar los dígitos vigesimales; sus
nombres en español son: Caimán ó Cocodrilo, Viento, Casa, Lagartija ó Lagarto,
Serpiente, Muerte, Venado, Conejo, Agua, Perro, Mono, Hierba, Caña, Jaguar, Águila,
Buitre ó Zopilote, Movimiento, Pedernal, Lluvia y Flor. Los nahuas tomaron de los
mixtecos los signos de la veintena. En los códices mayas los llamados también “signos
de los días” representan a los números del 0 al 19. Al interior de la veintena maya, el
cero está simbolizado por el signo Ahau. Ahau ocupa el mismo lugar en la veintena que
el signo de Xochitl ó Flor.
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El nombre de cada tonalli (k’in en maya) se establece por composición relacionando
a un adjetivo numeral con un sustantivo (el nombre del logograma), los nombres de los
numerales de mayas y nahuas de la trecena son los que siguen:
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13
I
1-13
II
14-26
III
27-39
IV
40-52
V
53-65
VI
66-78
VII
79-91
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VIII
92-104
IX
105-117
X
118-130
XI
131-143
XII
144-156
XIII
157-169
XIV
170-182
XV
183-195
XVI
196-208
XVII
209-221
XVIII
222-234
XIX
235-247
XX
248-260
El Tonalámatl.
3
Colección Antigua (E. E., T. IV, No. 33).
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El amoxtli más parecido al de Tlaxcala es el llamado Códice borbónico, los dos
libros cuentan hoy con 18 páginas dedicadas a la tonalpohualli. Al comparar el
Tonalámatl de Tlaxcala con los códices Vaticano 3738 y Telleriano-Remensis se hace
evidente la falta de al menos dos páginas tanto en el manuscrito tlaxcalteca como en el
Códice Borbónico, en ambos casos las correspondientes a las dos primeras trecenas de
la tonalpohualli, 1-Caimán y 1-Jaguar.
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Dígito Regentes de las Tonaltecuhtin Quecholtin Yohualtecuhtin
maya trecenas
Tonacatecuhtli Xiuhtecuhtli Xiuhuitzil Xiuhtecuhtli
Tonacacihuatl
Quetzalcoatl Tlaltecuhtli Quetzalhuitzil Itztli
Xolotl
Tlalchi-Tonatiuh
Chalchiuhtotolin
Chantico
Mozahuani
Xochiquetzal
Xiuhtecuhtli
Xipe-Totec
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El término “trecena” se ha utilizado en las fuentes para significar: a) un conjunto de
13 logogramas, b) un conjunto de 13 días, y c) una sección del Tonalámatl; en el último
sentido, la trecena es la división natural del amoxtli tal y como lo evidencian la literatura
nahua y los códices mixtecas. En todas las fuentes se puede observar que los elementos
básicos de una trecena son: 1) la representación de los tonaltin que la integran y 2) la
representación de una escena en la que aparece el ó los personajes que rigen con sus
cualidades específicas las características de los signos que están bajo su influencia.
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Uso social del Tonalámatl.
Al nacer, cada niño ó niña era identificado con el nombre del día en que era
alumbrado si ese nombre era venturoso, por ejemplo Ce-Cipactli ó Matlactli-Xochitl. El
sacerdote que en base a sus cálculos establecía el nombre más conveniente para los
recién nacidos, también describía la suerte que a ese nombre corresponde según el
Tonalámatl. La regla para escoger el nombre de los bebés es simple: si el día en que
nacen es venturoso se les impone el nombre del día; si el día es infortunado, entonces se
escoge el nombre del día afortunado más próximo y se bautiza al bebé en él. De acuerdo
con este sistema, sólo existen 260 nombres para los días y por tanto también para
identificar a las personas, son éstos los que forman la base gráfica del Tonalámatl.
La lectura profética.
“Se juntaban [los sacerdotes] en casa del señor con sus aderezos, echaban antes al
demonio, como solían hacerlo y después sacaban sus libros y los tendían sobre las
frescuras que para ello tenían [allí], e invocando con sus oraciones y su devoción a un
ídolo que llamaban Cinchau-Itzamná [Kinich Ahau Itzamná], del cual dicen fue el
primer sacerdote, y ofrecíanle sus dones y presentes y quemábanle con la lumbre nueva
sus pelotillas de incienso; entretanto, desleían en su vaso un poco de su cardenillo
[¿pintura azul maya?], con agua virgen, que ellos decían, traída del monte donde no
llegase mujer, y untaban con ello las tablas de los libros para su mundificación, y hecho
esto abría el más docto de los sacerdotes un libro y miraba los pronósticos de aquel año
y los declaraba a los presentes, y predicábales un poco encomendándoles los remedios
[contra los males predichos].”
Diego de Landa.4
El Tonalámatl de Tlaxcala.
4
Thompson (1988), p. 22
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Cada hoja del amoxtli mide 27×24 cm. Plegado como acordeón se mira folio a
folio de derecha a izquierda. En el cuadrante superior izquierdo de cada folio aparece
dibujada la regencia de la trecena, el resto del espacio está ocupado por las
representaciones de los términos de la serie vigesimal ó logogramas (sólo hasta contar
13) con su respectivo numeral, una serie de 9 acompañantes nocturnos, 4 de los cuales
se repiten en el mismo folio para sumar 13, una serie de 13 acompañantes diurnos, y
una serie de 13 volátiles. En todos los folios de la pictografía aparecen la misma
distribución y las mismas clases de elementos agrupados en series.
Las hojas de papel amate en que fue pintado el amoxtli presentan las dimensiones
de un rectángulo Σ (sigma). El pintor analizó el espacio disponible en cada hoja en
9×8=72 unidades cuadradas, trazando líneas rectas horizontales y verticales en color
rojo sin pintar margen, dividiendo la hoja primero horizontalmente por el centro en
partes iguales, una superior y otra inferior, de 36 unidades cuadradas cada una y luego
trazando una línea vertical para dividir en cuadrantes, de tal modo que el cuadrante
superior izquierdo permaneciese libre de divisiones internas midiendo 20 unidades
cuadradas; cada una de las 52 unidades cuadradas en las que aparecen dibujados los
tonaltin, los acompañantes y los volátiles, mide aproximadamente 3×3=9 centímetros
cuadrados. Todos estos números, el rectángulo y el cuadrado tienen sentidos simbólicos,
al respecto del rectángulo Σ Martínez del Sobral escribe,
5
Martínez del Sobral (2000), p. 244
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En contraste con el abstraccionismo pictórico clasicista de otros pueblos anahuacas
como los mixtecos, el abstraccionismo nahua tiende al expresionismo; esto es
particularmente notable en relación al Tonalámatl de Tlaxcala; el maestro pintor que
compuso el amoxtli si acaso lo hizo sin original a la vista demostró tener un profundo
conocimiento de la Machiliztli; y si lo hizo con modelo presente sería interesantísimo
saber qué condiciones le llevaron a realizar una copia con detalles distintos a los de
otros libros; en el color hay abstracción y expresionismo, no se ve en él un recurso
decorativo sino significativo, lo mismo pasa con la forma, que aún presentándose
grotesca y simplificada conserva reconocible su simbolismo; el pintor no persiguió, en
este caso particular al menos, la evidenciación de su destreza técnica sino que, al
parecer, estuvo más atento a la conservación del contenido que a la forma detallada del
trazo. El ojo puede notar en las formas dibujadas dentro del Tonalámatl cierta redondez,
sobre todo en los regentes de las trecenas que se muestran robustos; el simbolismo de
los regentes es impecable, aún cuando el trazo simplifica eliminando rasgos gráficos.
Quiero imaginar que ese tlamatini pintó con fluidez antes que con primitivismo y, más
aún, que hizo uso de toda la libertad que el convencionalismo le posibilitaba para
expresar su propia interpretación del Saber (Matiliztli). Los “errores” más evidentes del
pintor se encuentran en las secuencias de los acompañantes; por supuesto que él mismo
los advirtió, pues en todos los casos de alteración retornó después al orden
convencional, lo interesante es que no los haya corregido.
Tipos de lectura.
Uno de los principales objetivos de los libros elaborados por los toltecas es el de
transmitir significados mediante imágenes, independientemente de la lengua en que
estas imágenes puedan ser expresadas, descritas ó explicadas.
Al menos tres tipos de lectura se han realizado sobre el Libro de los días y de los
destinos: la oracular ó profética, de la que se encuentra ejemplo en el Códice
Florentino; la lectura analítica ó de comprensión, como la ensayada por Seler; y, la
lectura fonética ó de elocución. Dado que la fonetización de los signos contenidos en el
Tonalamatl se ha hecho en el ámbito de la lectura oracular, en última instancia los tipos
de lectura se reducen a dos: la profética y la analítica.
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El matemático puede interpretar un Tonalamatl considerando cada forma
pictográfica como la representación de un número sin necesidad de conocer la lengua
del que produjo la obra. El astrónomo sólo necesita establecer la correspondencia entre
la cuenta y la ocurrencia de los fenómenos celestes para descubrir en el Tonalámatl las
representaciones de las observaciones astronómicas contables. El adivino y el
metafísico, en cambio, necesitan una nomenclatura adecuada para cada pictograma; de
ello depende la eficacia de los enunciados que construyen al interpretar verbalmente el
amoxtli expresando sus teorías. En sus Comentarios al Tonalámatl de Aubin, Seler
identifica con su nombre en lengua náhuatl a la mayor parte de los elementos gráficos
contenidos en el manuscrito. Como él, Sahagún, y otros comentadores de los
tonalamame han descubierto, al describir el significado de los nombres de los
pictogramas, la necesidad de hacer referencia continua a la mitología para comprender
el sentido de lo representado en los libros.
En un sentido primario, leer significa dar voz a los elementos gráficos que se hallan
para tal efecto contenidos en un texto. En la práctica, el proceso de lectura es un acto
complejo que tiene por finalidad la comprensión de un mensaje escrito. En la praxis de
la lectura, el sujeto se enfrenta a un objeto concreto, el libro por ejemplo, llevado por el
afán de alcanzar el conocimiento de un objeto abstracto, ó sea el mensaje ó idea
contenida en el texto. La elocución es un medio y no un fin en el proceso de lectura.
Aún el astrónomo ó el matemático han de enunciar al señalar los objetos que estudian
en el Tonalámatl: lo hacen como el gramático que dice “aquí hay una coma (,)” aunque
la palabra “coma” no aparezca en el texto, su finalidad no es la de fonetizar sino la de
explicitar.
Aparecen a la vista tres tipos de objetos en el amoxtli: las líneas que dividen el
espacio, signos numerales y pictogramas. Las líneas corresponden a la gráfica de un
ciclo cronométrico-astronómico y los numerales indican las cifras del 1 al 13. Cada
pictograma en el Tonalámatl puede considerarse como un logograma, en vista de que la
evocación de su nombre trae consigo la intuición de su sentido.
Seler encontró que a cada signo de los días corresponde un personaje regente y que
los veinte regentes de los días son prácticamente los mismos que los regentes de las
trecenas. Como a cada logograma de la veintena le corresponde un dígito, así a cada
personaje en el Tonalámatl (zoomorfo ó antropomorfo) se le asocia un número. Ya
Diego de Durán percibió que los significados asociados a los signos de los días se
establecen por metonimia y paronimia. Cada logograma tiene un regente que personifica
la naturaleza y la virtud del signo; en consecuencia, el significado analógico de cada
dígito es el mismo que expresa la deidad con él relacionada a través de un logograma:
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Tonalli Regente Trecena Regentes
Caimán Tonacatecuhtli 1-Caimán Tonacatecuhtli
Tonacacihuatl
Viento Quetzalcoatl 1-Jaguar Quetzalcoatl
Casa Tepeyollotli 1-Venado Tepeyollotli
Quetzalcoatl
Lagartija Huehuecoyotl 1-Flor Huehuecoyotl
Ixnextli
Serpiente Chalchiuhtlicue 1-Caña Chalchiuhtlicue
Muerte Tecuciztecatl 1-Muerte Tecuciztecatl
Venado Tlaloc 1-Lluvia Tlaloc
Conejo Mayahuel 1-Hierba Mayahuel
Agua Xiuhtecuhtli 1-Serpiente Xiuhtecuhtli
Tlahuizcalpantecuhtli
Perro Mictlantecuhtli 1-Pedernal Mictlantecuhtli
Tonatiuh
Mono Xochipilli 1-Mono Patecatl
Hierba Patecatl 1-Lagartija Itztlacoliuhqui
Caña Tezcatlipoca- 1-Movimiento Tlazolteotl
Ixquimilli
Jaguar Tlazolteotl 1-Perro Xipe Totec
Águila Xipe Totec 1-Casa Itzpapalotl
Zopilote Itzpapalotl 1-Zopilote Xolotl
Movimiento Xolotl 1-Agua Chalchiuhtotolin
Pedernal Chalchiuhtotolin 1-Viento Chantico
Lluvia Tonatiuh 1-Águila Xochiquetzal
Flor Xochiquetzal 1-Conejo Xiuhtecuhtli
Xipe Totec
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Los acompañantes de la serie de 9 representan la división del día en nueve horas ó
posiciones solares y nueve rumbos, direcciones ó niveles del espacio. Las 13 deidades
acompañantes de los tonaltin expresan la división del día en 13 posiciones u horas
solares y la división del espacio en 13 rumbos, direcciones ó niveles. En el Tonalámatl
la serie de trece acompañantes y la de trece volátiles simplemente explicitan mediante la
animación y la personificación las cualidades matemáticas y simbólicas asociadas a
cada uno de los coeficientes numerales que se escriben como puntos. Los 13
tonaltecuhtin surgen como personificación de los estados de conciencia asociados a las
horas diurnas; de modo análogo, los 9 yohualtecuhtin personifican los estados de
conciencia que corresponden a las horas nocturnas. Los volátiles actúan como
mensajeros de los dioses, cada uno de ellos está estrechamente relacionado con un
tonaltecuhtli sin confundirse con él. Cada volátil simboliza un carácter más que una
personalidad. En el Tonalámatl de Tlaxcala los 13 volátiles se dibujan cada uno
asociado a un personaje del cual son su disfraz ó nahualli.
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La lechuza, chicuatli, es el sexto volátil, su acompañante diurno correspondiente
es Teoyaomiqui, mismo del que es disfraz el ave en el amoxtli tlaxcalteca.
El nombre del octavo volátil en el Códice Tudela es tlohtli, gavilán, esta ave es
nahualli de Tláloc en el Tonalámatl de Tlaxcala.
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chicome, chicuei y chiconahui significarían entonces una mano más uno, más dos, más
tres y más cuatro, ó sea 6, 7, 8 y 9”, pues “chico-a da á entender la mitad de las manos,
una mano”. De acuerdo con esta propuesta lingüística, matlactli (diez) indicaría “las dos
manos cerradas”. Orozco y Berra sostiene también que 20 “es por excelencia el número
mexicano; es el yo, el individuo, compuesto de cuatro partes, los piés y las manos, cada
uno con sus apéndices o dedos”.6
6
Chavero (1977), p. 133
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La base 4 es de naturaleza astronómica y cronométrica, la base 5 es de naturaleza
antropológica. En la enumeración vigesimal, la primera decena sugiere “arriba” y la
segunda decena sugiere “abajo”, tanto en el plano metafísico en general, como en el
plano antropológico en particular.
Cosmología y geometría.
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El día se puede dividir en 2 fases y en 18, 20 ó 26 horas, de las cuales 4 son
principales. Para simplificar, se estila dividir al hemisferio sur (arriba-día) en 13 y al
hemisferio norte (abajo-noche) en 9. En la mitología se habló de 7, de 9, ó 13 cielos,
debido a que el periodo luminoso del día se puede dividir en 13 ó en 9 partes según la
base matemática a utilizar; si se utiliza la base 13, el 7 coincide con el punto cenital:
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representa lateralidad; verticalmente el contraste cromático indica arriba-abajo, Cielo-
Tierra, cenit-nadir; tanto en lo horizontal como en lo vertical, la pareja cromática es
símbolo de lo masculino-femenino. En la lectura de lo bicolor, el oriente y el sur son los
rumbos de la luz y están representados por lo claro; por su parte, el poniente y el norte
son los rumbos de la oscuridad. Geométricamente, la dualidad se figura mediante
formas rectangulares; en el Códice Borgia, los primeros 8 folios del manuscrito están
divididos en base al doble cuadrado:
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representa a la blancura, el poniente se simboliza con el rojo, el norte con el negro y el
sur con el amarillo o el azul. Independientemente del código cuaternal a utilizar, con
respecto a la cuaternidad el color del centro es siempre el verde. Al interior de la
cuaternidad el azul sólo puede representar al sur. Haciendo abstracción de lo cuaternal
el centro puede simbolizarse con un color luminoso: amarillo, rojo o azul.
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En esas cinco páginas del Borgia se registran además de los logogramas de la
cuenta de veinte sus respectivos personajes regentes; el área cubierta es analizada en 20
unidades cuadradas según un rectángulo de coordenadas (10, 2); cada unidad cuadrada
está asociada a un rumbo del espacio. La distribución de los números permite analizar a
las unidades en 5 grupos de 4 unidades cuadradas:
Lo trino, centro de lo dual, se simboliza ó con el rojo (índice del número 3 y del
fuego) ó con el amarillo (el sol a mediodía). Si lo dual está tomado expresamente como
vertical, lo trino puede representarse con el verde, símbolo del plano terrestre y de la
Tierra fértil. Los colores azul y verde son intercambiables entre sí, particularmente al
simbolizar lo quinquenal.
El tolteca concibe al Todo como dual y pretende comprender las relaciones entre
lo oscuro y lo luminoso en tiempo y espacio, tanto diacrónica como sincrónicamente. La
matemática de base 2 permite comprender la alternatividad de luz y oscuridad, haciendo
inteligible la ciclicidad de lo diurno y masculino con relación a lo nocturno y femenino.
Con base 2 el conteo del tiempo registra simplemente sucesión de días (el sol en lo alto)
y noches (el sol en lo bajo).
De acuerdo con el principio de dualidad que establece que los dos aspectos de ente
son a su vez duales, la matemática de base 4 se muestra como aquella de la que nacerá y
en la cual será fundamentada la matemática vigesimal. Los numerales gráficos toltecas
para la base cuaternal son 1, 2, 3 y 4 puntos.
La posición aparente del sol con respecto al plano terrestre, permite la división
natural del día en 4 horas principales; tal clasificación horaria motiva la categorización
del espacio en 4 rumbos ó direcciones. El espacio-tiempo queda así categorizado en 8
términos: amanecer-oriente, mediodía-sur, ocaso-poniente y noche-norte. La dirección
centro (simbolizada siempre por un número impar) se toma en cuenta para aplicar el
sistema matemático de base 9 a la comprensión de las transformaciones del espacio
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tiempo. Los colores para el sistema de base 9 son: oriente-amarillo, sur-azul,
poniente-rojo, norte-negro, centro-verde; colores que representan también:
amarillo-amanecer, azul-cenit, rojo-ocaso, negro-nadir.
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nahualli, la Unidad desde la que se despliegan los 4 aspectos del Ser, tal y como
aparece esta idea representada en el Códice Fejérváry-Mayer; Xiuhtecuhtli se proyecta,
mediante la imagen de desmembramiento hacia las direcciones del espacio donde
presenta atributos de Tezcatlipoca:
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Capítulo 2. Álgebra y cronometría.
El tiempo en ciclos.
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La medida de la Era maya es de 9360000 días. Esta Era se divide en 5 Edades, cada
una compuesta por 1872000 días; el presente se localiza en la Quinta Edad. La vigésima
parte de una Edad es llamada por los mayistas Cuenta Corta y contiene 93600 días.
Como la Era, la Cuenta Corta se divide en 5 secciones, que en este caso incluyen 18720
días cada una. Todos estos ciclos son múltiplos de 360, número que representa los días
nominables del año en el calendario cívico. Cada año vigesimal se divide a su vez en 18
meses de 20 días ó en 72 semanas de 5 días. Cada día es dividido en 4 horas principales.
Los toltecas cuentan los días de modo ininterrumpido en grupos de 260 a lo largo
del gran ciclo de 9360000 días. A este sistema de conteo de los días los mayistas lo
conocen como “tzolkin”. Entre los abuelos mayas el tzolkin sirve de referencia para
contar períodos temporales largos haciendo abstracción del conteo de años trópicos.
Los estudiosos modernos han demostrado que los antiguos sabios del Mayab
manejaron una cuenta paralela al tzolkin, denominada Serie Inicial. Esta cuenta aparece
como un ciclo constituido por 1872000 días. El sistema de Serie Inicial relaciona al
tzolkin con el calendario anual maya que se divide en 360+5 días de modo tal que a
cada día del calendario solar corresponda un signo de la cuenta de 260 términos.
En lengua maya, la voz haab (en náhuatl xihuitl) sirve para designar al año trópico
y al año vago. El calendario anual tolteca se compone de 365 días redondos. Los
toltecas han concebido el año vago de dos modos distintos de acuerdo con la manera en
que se distribuyen sus días. La forma solar del calendario anual, dividido en 73 semanas
de 5 días ó quintanas, se compone de 18 veintenas más 5 días llamados colectivamente
nemontemi entre los nahuas y uayeb entre los mayas.
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La forma lunar de la cuenta anual se compone de 13 lunas de 28 días cada una, más
un día anexo. La medida del año trópico es equivalente a la duración que hay entre dos
equinoccios de primavera. El año vago representa la medida redonda del año trópico.
El número de días que constituyen la Serie Inicial es múltiplo de todas las bases
numéricas principales de la matemática tolteca. Esta Edad se divide en 13 baktunes (13
por 400 por 360 días), en 260 katunes (260 por 20 por 360 días) ó en 5200 tunes.
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Para escribir una fecha según el sistema de Serie Inicial se anota el nombre del día
según el tzolkin y el nombre del día según el haab, la fecha maya correspondiente al 13
de agosto de 3113 a.C. es 4-Ahau 8-Cumku. En la notación moderna, 4-Ahau 8-Cumku
es la fecha en que culmina la Cuarta Serie Inicial y comienza la Quinta de la Era por
ello equivale a 13.0.0.0.0 (13 baktunes) ó a 0.0.0.0.0 (inicio de la serie equivalente a 13
baktunes).
Para evitar confusiones es preciso aclarar que los toltecas utilizan al menos 2
calendarios anuales: el meztlapohualli es un sistema de conteo que integra 260 años
divididos en 364 + 1 días; el xiuhpohualli es un sistema paralelo al calendario lunar que
cuenta 52 años divididos en 360 + 5 días. Todos los pueblos anahuacas basan su
cronometría en estos sistemas de conteo. La escritura de fechas según la Serie Inicial se
hace tomando en cuenta la división del año en 360 + 5 días.
Para medir la Era Precesional, los toltecas dedujeron que este ciclo es n veces mayor
que un ciclo conocido por observación. De acuerdo con sus principios matemáticos,
todo ciclo puede ser analizado 9, 13 y 20 partes, por lo que una novena, una trecena ó
una veintena de días son n veces más pequeñas que un período de precesión lunisolar.
Asumieron que el año trópico es n veces más pequeño que la Era Precesional; la medida
en días del año trópico no es múltiplo de 9, de 13 ni de 20, por lo que concluyeron que
la medida astronómica del ciclo de precesión es inexpresable en números enteros de
años ó de días. La cifra 9360000 días es n veces menor que la medida de la precesión
lunisolar, donde n es un número real.
Los sabios antiguos utilizaron como bases aritméticas no sólo números enteros sino
también números racionales e irracionales. Después de los días, el ciclo inmediato mejor
observable para su medición es el lunar; la medida del período de lunación se obtiene
como la razón entre dos números enteros. Los astrónomos actuales consideran
29.53059, ó 29.5306, ó 29.5307 días como la medida promedio de la lunación, según el
sistema de Serie Inicial la lunación promedio es de 29.53054 días:
Ya los olmecas, antes que los mayas, lograron medir con precisión máxima al
menos la lunación, el año solar, el ciclo sinódico de venus y el movimiento de precesión
del eje terrestre. Los sabios de toda mesoamérica utilizaron los mismos principios para
alcanzar estas medidas.
El kin final del año vago cuenta con 1.24219 días, presenta invariablemente 5 horas
principales (aproximadamente 30 horas en el uso horario occidental), y no 4 como el
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resto de los días, para que de este modo se correlacionen el calendario civil y el
astronómico.
Las fuentes sugieren que todos los toltecas conocieron la Cuenta Larga, la Serie
Inicial, la Cuenta Corta, el tzolkin ó tonalpohualli y la veintena. Olmecas, mayas y
nahuas proceden del mismo modo para medir especialmente la lunación, el año trópico,
el ciclo sinódico venusino y la era de precesión lunisolar.
- 37 -
base 20, en el segundo caso los numerales son de base 20 y los logogramas de base 18
(los signos de las veintenas). En este sistema matemático a todo número real, y
consecuentemente a todo número entero, corresponde al menos un par ordenado de
números reales de los que es múltiplo. Entre las posibles combinaciones de pares
enteros, el número 20 se corresponde con el binomio (4, 5), el 260 con (13, 20) y el 360
con el (20, 18).
Según el sistema de pensamiento tolteca, todo número puede ser concebido como
producto de una base numérica y un multiplicador. La unidad geométrica resulta
producto de la unidad aritmética multiplicada por sí misma, lo que significa que la
unidad plana es expresable como el cuadrado de coordenadas (1, 1).
El número 260, que nace de multiplicar 13 por 20, se grafica como un rectángulo de
área 13 veces mayor que la del rectángulo (5, 4). La cantidad 1872000 días (una Serie
Inicial) puede graficarse como el área del rectángulo (13, 20) ampliada 7200 veces. La
reunión de 18980 días (52 años vagos) puede graficarse con un rectángulo (13, 20) cuya
área sea ampliada 73 veces. De este modo, las cantidades multiplicadoras y las bases
aritméticas se transforman en factores de escala: una quintana es 73 veces menor que un
año vago, del mismo modo que una cuenta de 260 días es 73 veces menor que el
equivalente a 52 años vagos, etc.
Todos los códices mayas conocidos contienen inscripciones con signos numerales y
con logogramas que indican cantidades. Los numerales que simbolizan a los dígitos
vigesimales son los que siguen:
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El valor de un dígito depende de la posición que tiene al interior de la cifra. Los
dígitos toltecas se utilizan para escribir cantidades mayores a 19 distribuyéndolos según
convenga en una dirección vertical y ascendente. Para escribir 20, por ejemplo, se
escriben 0 unidades y por encima del signo del cero (el dibujo de un caracol en la
notación maya), un punto, ello indica que el punto vale por una veintena de unidades.
Los sabios mayas representaron, sobre todo en la escultura, los valores de los
órdenes numéricos mediante logogramas. El primer orden maya es el de las unidades
(kines), el segundo es el de las veintenas (uinales), el tercero es el de los tunes (360
unidades), el cuarto es el de los katunes (7200 unidades) y el quinto el de los baktunes
(144000 unidades); hay otros órdenes numéricos, mas el conocimiento de los
mencionados es suficiente para comprender los principios de la escritura de cantidades.
Uinal 20 n=x·20
Kin 1 n=x
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tiene arriba de sí el número 9.9.9.16.0. El mensaje puede leerse “partiendo de la fecha
cero, 4-Ahau 8-Cumku, sumar -2200 para alcanzar la fecha 1-Ahau 18-Kayab
(12.19.13.16.0); luego sumar 1366560 unidades (9.9.16.0.0) a 1-Ahau 18-Kayab para
alcanzar la fecha 9.9.9.16.0, también 1-Ahau 18-Kayab”. Otra lectura, considerados
sólo los numerales, puede ser: “1364360 menos 1366560 igual a -2200”.
Los Números de Anillo equivalen a una cantidad negativa en otras páginas del
mismo códice. Para sumar un Número de Anillo (la suma de un número negativo
equivale a una resta),
13 0 0 0 0
+ 0 0 6 2 0
Se procede: 0 menos 0 es igual a cero kines; para poder restar 2 uinales se toma un
tun del minuendo y se le transforma en uinales:
12 19 19 18 0
+ 0 0 6 2 0
= 12 19 13 16 0
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Se puede leer: “Partiendo de 4-Ahau 8-Cumku (13.0.0.0.0) al sumar -2200 días se
alcanza la fecha 1-Ahau 18-Kayab (12.19.13.16.0), anterior al comienzo de la Serie
Inicial”.
Para establecer la medida promedio del ciclo lunar, según Teeple7, los mayas de
Copán utilizaron el recurso de contar 149 lunas con un número entero de días: 4400; de
este modo el ciclo lunar se promedia en 29.53020 días.
÷ =
÷ =
7
Garcés (1990), pp. 186-190
- 41 -
Para alcanzar máxima precisión en el establecimiento del número promedio de días
para el ciclo sinódico de Venus se usa la fórmula: 7591 días como equivalente a 13
revoluciones sinódicas del planeta,
÷ =
Del verbo nahua “saber” en su sentido activo (mati) y del mismo verbo en su
sentido pasivo (macho) se derivan los sustantivos abstractos matiliztli (sabiduría
adquirida por sí mismo) y machiliztli (sabiduría transmitida por tradición). Tlamatiliztli,
la forma concreta de matiliztli, expresa la idea de ciencia de lo particular. Dado que
todas las ciencias particulares (tlamatiliztin) tienen por fundamento al número
(tlapohualli), la voz tlamatiliztli se usa como sinónimo de “matemática”. La voz nahua
“matiliztli” corresponde a la expresión latina “mathesis universalis” del mismo modo
que “tlamatiliztli” corresponde al latino “mathesis specialis”.
- 42 -
En el mundo antiguo se alcanzó la certidumbre en la posibilidad de un Saber
universal, esta Ciencia fue concebida como un saber totalizante y en principio
indivisible en áreas. El hombre de conocimiento, aquel que mostraba poseer la clave de
comprensión de la Ciencia, era llamado simplemente “el que sabe”. En náhuatl tlamatini
quiere decir “el que sabe”. Los tlamatinime consideran a la Ciencia como un sistema
unificado y no como la suma de las diversas disciplinas particulares que puedan ser
sistematizadas. Un tlamatini, sabio ó filósofo, trabaja con números, conoce las reglas de
operación con ellos, hace matemáticas, es un matemático también, y al mismo tiempo
permanece ajeno a la idea de imponer un límite arbitrario a su indagación intelectual y
estética.
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son los Números, por ello el número indica cantidad y también cualidad ó modo de ser.
Para conocer la naturaleza lógica del número se recurre a la geometría, la que después
puede aplicarse a la astronomía; la forma geométrica del número arrastra consigo los
valores analógicos de éste. La Unidad puede ser concebida ó como circular ó
cuadrangular en el plano, lo que hace que estas formas simbolicen al Todo. Aunque
puede categorizarse a lo Uno en múltiples aspectos, la primera categorización consiste
en la intuición de la Dualidad, de aquí parte ó aquí concluye cualquier categorización
posible.
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El álgebra más antigua conocida a través de inscripciones.
Todos los pueblos anahuacas han utilizado el sistema vigesimal como base de su
aritmética. Los signos numerales empleados primero por los olmecas aparecen en libros
mayas y mixtecos, pero no en los nahuas. Los primeros toltecas utilizaron un sistema de
escritura numeral simple, eficaz y elegante. Representaron a la unidad mediante el
punto, con una barra la reunión de 5 unidades y al signo cero como una flor, tal como
puede observarse en la Estela 18 de Uaxactún, monumento que contiene la inscripción
más antigua que conoce la humanidad en la que se hace uso del signo cero como
término matemático.
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ciclos astronómicos entre los olmecas del Golfo, se conoce en cambio que fue durante
su señorío que se estableció la llamada Serie Inicial, conformada por la reunión de
1872000 días.
Los mayas históricos hicieron suyos los principios de la escritura numeral olmeca
introduciendo algunas variantes para representar al cero, por ejemplo, como en el
Códice Dresde, dibujando una concha de caracol marino para indicar ausencia de
cantidad en un orden ó posición de numeración. En los códices mayas, como en los
nahuas, también se utilizan logogramas para representar a los dígitos vigesimales. Los
sabios mayas emplearon además otros signos para indicar cantidades, tales como
dibujos de caras, de personajes de cuerpo entero, de aves y de otros animales, de colores
y de formas geométricas.
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En los libros nahuas no aparecen numerales de la notación olmeca, los signos que
sirven para representar los números del 1 al 13 son sencillamente puntos que
acompañan a los signos de los días para componer 260 nombres. En cambio, en los
códices Laud y Fejérváry-Mayer, elaborados posiblemente en zona mixteca, pueden
observarse anotaciones tanto de numerales de punto y barra como de simples puntos.
La voz viene del árabe Al jebra que indica un modo de reducir y abreviar los
cálculos matemáticos utilizando en las operaciones signos generalizados llamados
algoritmos; etimológicamente viene de Aldjebr que puede traducirse por “ordenación”,
término que Muhammed-ibn-Musa-Alchwarizmi usó en su obra Aldjebr Walmukabala
- 47 -
(Ordenación-Confrontación), escrita entre los años 800 y 825. Se debe a Descartes la
introducción de la estenografía actual del álgebra, por lo que 8 siglos después de
Alchwarizmi nace el concepto moderno que de esta ciencia se tiene. Hasta Descartes, el
álgebra se distingue por proporcionar un método para resolver ecuaciones cuadráticas.
El álgebra árabe fue posible gracias al conocimiento del sistema posicional de
numeración, al uso del signo “cero” y al concepto de número negativo heredados de los
indos. Esta álgebra, a la que se puede llamar clásica, se caracteriza también por emplear
signos para representar constantes ó variables dentro de las ecuaciones de segundo
grado. La operación conocida como raíz cuadrada, que presupone el conocimiento de
los números reales, es típica del álgebra clásica; el conjunto de los números reales
únicamente impide la extracción de la raíz cuadrática para números negativos. Fue
también Descartes quien introdujo el concepto de plano complejo, en él un punto se
localiza sobre un espacio coordenado, de tal modo que la gráfica de ese punto describa
un par ordenado de valores. Hoy se afirma que a todo número real n corresponde un
número complejo de la forma (n, 0i), por lo que a todo número real corresponde un par
ordenado que señala su gráfica en el plano complejo. De un número complejo se dice
que su primer término es la parte real y el segundo la parte imaginaria. Los números
imaginarios permiten resolver raíces cuadradas para números negativos. Puede
afirmarse, resumiendo, que el álgebra contemporánea está estrechamente relacionada
con el concepto de número complejo; sentido que se desarrolla de la noción del álgebra
como herramienta para resolver ecuaciones de segundo grado por el método geométrico.
Para usar una base numérica compleja, por ejemplo 260, resultado de la
combinación entre dos bases aritméticas, los toltecas relacionan numerales y
logogramas en pares, por lo que los términos de la base matemática no son números
enteros sino, con toda propiedad, números complejos. El beneficio inmediato de la
utilización de números complejos entre los toltecas fue evitar en la escritura y en el
cálculo el manejo de cifras fraccionarias. La noción de “punto”, para separar a los
enteros de las fracciones es ajena al pensamiento tolteca; las cifras son concebidas como
ciclos completos en sí mismos, si un ciclo determinado, por ejemplo el año solar, al
medirse en días arroja además fracciones de día ello se debe no a que sea imposible
considerar al ciclo en unidades enteras, sino a que se ha utilizado una base de medición
que no permite una medida expresable en números enteros. En lugar de escribir una
cifra con fracciones, los toltecas optan por transformar a la cantidad contemplada en una
constante, representándola mediante un logograma. Los toltecas descubrieron que la
medida de un objeto depende de la unidad utilizada como regla de medición y también
que al nivel del plano complejo es más fácil representar geométricamente los períodos
astronómicos y cronométricos que en el Sistema Coordenado Lineal. Un ciclo
cualquiera (digamos un año) considerado como cantidad cuadrada, puede contener así
unidades cuadradas enteras (por ejemplo 4 estaciones anuales) y no unidades cuadradas
con fracciones (días).
- 48 -
pintado el amoxtli presentan las dimensiones de un rectángulo Σ. El pintor analizó el
espacio disponible en cada hoja en 9 × 8 = 72 unidades cuadradas, trazando líneas rectas
horizontales y verticales en color rojo sin pintar margen, dividiendo la hoja primero
horizontalmente por el centro en partes iguales, una superior y otra inferior, de 36
unidades cuadradas cada una y luego trazando una línea vertical para dividir en
cuadrantes, de tal modo que el cuadrante superior izquierdo permaneciese libre de
divisiones internas midiendo 20 unidades cuadradas; cada una de las 52 unidades
cuadradas en las que aparecen dibujados los tonaltin, los acompañantes y los volátiles,
mide aproximadamente 3 × 3 = 9 centímetros cuadrados. El número 1440 es 6500 veces
menor que la medida olmeca, expresada en días, del ciclo de precesión del eje terrestre.
- 49 -
Toda cantidad, en el sistema tolteca, puede ser asociada ó a la medida del área ó a la
medida perimetral de un cuadrado. La unidad cuadrada tiene un perímetro de 4
unidades. Para un cuadrado de 2 unidades por lado el centro de la figura se localiza en
(1, 1), exactamente a la mitad de la hipotenusa. Al sumar los términos del binomio (1,
1) se obtiene la raíz cuadrada del área de (2, 2). En la página 71 del Códice Vaticano
3773 (Fig. 13) aparece una interesante representación de la Unidad dividida en 9
sectores iguales, cada uno de los cuales es a su vez considerado en 4 sectores y un
centro significados por logogramas, un gran y dual Cipactli vinculado con el numeral 1
hace las veces de señal del centro; el valor matemático de Ce-Cipactli es (1,1)
equivalente en el plano complejo al punto central de un área cuadrada de 4 unidades.
- 50 -
Dado que para el tolteca toda cantidad es resultado de una multiplicación entre dos
números, la representación gráfica de una cifra ha de hacerse en el plano; 144000 días,
por ejemplo, se grafican como el rectángulo (144000, 1) con 144000 unidades
cuadradas de superficie; para transformar al rectángulo y conocer el ciclo cuadrado que
representa se busca un número que al dividir 144000 dé como resultado una cantidad
cuadrada conocida, ese número (360) se multiplica por el miembro cuadrado del
binomio; las coordenadas originales se transforman así en (400, 360) y la medida del
área sigue siendo la misma. Como 360 días equivalen a un tun, el binomio puede
transformarse para expresar (400, 1) años vigesimales, cifra que también puede
escribirse como (20, 20) tunes. Expresada en días, la medida (20, 20) tunes se lee “20
tunes (7200 días) por 20 igual a 144000 días” ó “en 144000 días transcurren 20 veces
20 tunes”.
Dado que un cuadrado cuyos lados miden 1 tiene hipotenusa igual a √2, un número
irracional, y en vista de que a partir de la hipotenusa se construye un cuadrado con área
de 2, un número entero, los toltecas dedujeron que todo número real puede ser
considerado como la medida de una hipotenusa.
- 51 -
De modo análogo se procede para encontrar la raíz cuadrada de una cantidad
cualquiera; la raíz cuadrática de 4, por ejemplo, se conoce al trazar sobre el plano la
circunferencia que tiene por diámetro al segmento de recta que va de -1 a 4 en el eje
horizontal: el eje vertical se corta por la circunferencia en 2 y -2.
Las posibilidades de combinación entre r y –r son 4: (r, r), (r, -r), (-r, r) y (-r, -r),
estas coordenadas corresponden a los vértices de un cuadrado imaginado con centro en
el origen (0, 0). De hecho, tales vértices carecen de perímetro: según el método tolteca,
la suma de los dos términos del centro representan la raíz cuadrática de un cuadrado con
área 4 veces mayor al representado por el binomio central; como 0+0=0 y 02=0 no hay
tal forma perimetral; la suma de los binomios permite entender cómo es esto posible:
P=a+b+c+d
P = (r, r) + (r, -r) + (-r, r) + (-r, -r)
(r, -r) + (-r, r) = (0, 0)
(r, r) + (-r, -r) = (0, 0)
(0, 0) + (0, 0) = (0, 0)
P = (0, 0)
- 52 -
Repetidas 20 veintenas, se completan 400 unidades. 20 es la medida de la hipotenusa
de un triangulo con cateto adyacente de 16 unidades y cateto opuesto de 12 unidades. 16
más 12 por 13 producen 364. Un triangulo de 260+208+156 muestra perimetralmente la
suma de una tonalpohualli a un año lunar (364 días).
Para conocer la medida de los catetos de la gráfica triangular que tiene hipotenusa
de 360 unidades se multiplican los valores de la gráfica de la veintena por 18, pues el
año vigesimal es 18 veces mayor que la veintena. De este modo se obtiene un valor de
288 para el cateto adyacente y de 216 unidades para el cateto opuesto.
Del Manuscrito de 1558 se deduce que los sabios nahuas conocieron un ciclo
equivalente a un Atado de Atados (2704 años vagos) integrado por 986960 días; por el
método tolteca de análisis se reconoce que tal cantidad de días resulta de la
multiplicación de 4, 13, 52 y 365. Para conocer la raíz cuadrada de una medida
equivalente a 986960 primero se convierte esta cantidad a años vagos con resultado de
2704; el total de años vagos se divide entre 4 con resultado de 676. Para obtener la raíz
cuadrada de 676 se divide 676 entre 4; el resultado, 169 es cuadrado de 13, por lo que el
centro de 676 se localiza en (13, 13), sumando los dos términos del centro: 26 es la raíz
cuadrática de 676. Como 26 años es la medida de un lado del cuadrado 676 y éste cabe
4 veces en el cuadrado 2704, el doble de la raíz cuadrada de 26 es la raíz cuadrada de
2704, es decir, 52 años.
Los toltecas se sirvieron, entre otras, de las bases numéricas 5, 20, 260 y 360 para
medir ciclos astronómicos y cronológicos; para calcular la medida de ciclos como la
lunación, el año trópico ó la revolución sinódica de venus observaron que al menos un
múltiplo de estos ciclos puede ser expresado en números enteros de días. De acuerdo
- 53 -
con el modo de pensar tolteca es posible conocer el número real que multiplicado por un
número racional ó por un número irracional arroje un resultado en números enteros.
Como la raíz cuadrada de 2 es un número irracional hay un número irracional que
multiplicado por sí mismo arroja un número entero. Al graficar a la unidad como un
cuadrado, los toltecas pudieron establecer los factores de escala que hacen diferentes las
graficas de formas semejantes que representan ciclos astronómicos y cronológicos. Los
matemáticos mesoamericanos sabían que al trazar un segmento de recta con n unidades
se puede generar a partir de él un triángulo cuyos catetos midan n y √n, ó bien un
triángulo con hipotenusa igual a n.
144000 x 8 = 1152000
7200 x 16 = 115200
1152000 + 115200 = 1267200
- 54 -
Geometría.
El rectángulo de 260 u2 que crece a partir del rectángulo vigesimal se obtiene por
acumulación de trecenas cuadradas y no por acumulación de días, su forma final es la de
un rectángulo Σ con dimensiones 4 (por 13) de ancho y 5 (por 13) de largo.
- 55 -
En el plano complejo se logra el crecimiento de la unidad así: partiendo del
cuadrado con lado 1, de su diagonal se construye el rectángulo que tiene por base 1;
tomamos luego la diagonal del rectángulo para construir una tercera forma de base igual
a 1; de la diagonal del segundo rectángulo se construye una cuarta figura que representa
el desdoblamiento del cuadrado original, la diagonal del segundo rectángulo que
representa el lado mayor del tercer rectángulo es igual a 2. La línea que parte al doble
cuadrado representa al radio de un arco ó medio círculo del que nace la espiral
logarítmica.
- 56 -
Los rectángulos pueden figurarse como generando espirales de crecimiento y
decrecientes (toda línea supone bidireccionalidad en el sistema tolteca), según el sentido
en que se mueven las manecillas del reloj ó a la inversa. Toda línea curva y toda forma
curvilínea están constituidas por segmentos de circunferencia. La curva básica tolteca es
equivalente a la longitud de la cuarta parte de la circunferencia.
Fractales.
Un fractal está constituido por elementos similares cada vez más pequeños que no
cubren la totalidad de un objeto geométrico euclidiano, su dimensión es fraccionaria. La
dimensión fractal (Df) suele describirse como una generalización de la dimensión
euclidiana (De); para conocer la dimensión de similitud hay que calcular
Df = log N / log e
donde N es el número de partes similares y e el factor escala (cuántas veces hay que
ampliar cada parte para obtener toda la figura).
Para el Triángulo de Sierpinski tenemos:
Df = log(3)/log(2) =1.5849
Para la forma de Koch, en la que cada curva es 4/3 de la anterior:
Df = log(4)/log(3) =1.2618
Para el quincunce:
- 57 -
Dado el segmento de recta con longitud de 9 unidades, al dividirlo en 3 partes
obtenemos 3 segmentos cada uno con longitud de 3 unidades, si eliminamos al central y
a los 2 restantes les aplicamos el mismo procedimiento múltiples veces tenemos como
resultado la serie fractal conocida como polvo de Cantor. De modo similar, dado un
triángulo equilátero de 3 unidades por lado (9 unidades perimetrales), al dividir por dos
sus lados resultan 3 triángulos de 1.5 unidades por lado, al continuar el procedimiento
varias veces se obtiene la serie fractal de Sierpinski. Este procedimiento fue utilizado
por los toltecas para construir el quincunce. El quincunce primigenio se dibuja en base a
un cuadrado con área de 9 unidades, cada unidad cuadrada se representa a su vez por un
cuadrado; el gráfico resalta la diferencia entre un grupo de 4 unidades y otro de 5,
constituyendo el punto de partida de la serie fractal tolteca:
- 58 -
Mucho hay por conocer del quincunce aún y de la metafísica a él asociada.
Matemáticamente es posible analizar esta forma geométrica considerando al valor de la
Df como factor de escala y multiplicándole por la medida de la tonalpohualli para
conocer sus propiedades como cifra:
Df = log(5)/log(3) = 1.4649
1.4649 × 260 = 380.874
Df = log(4)/log(3) =1.2618
1.2618 × 260 = 328.068
- 59 -
números reales. Los toltecas han considerado que la medida de un ciclo depende de la
unidad utilizada para medirlo, han alcanzando la conclusión de que todo ciclo es
prácticamente inconmensurable y de que sus modelos matemáticos sólo representan la
escala que los hace diferentes a uno de otro. Ninguna fuente clásica en lengua europea
hará referencia a la matemática tolteca como un álgebra por el simple hecho de que
ambas eran desconocidas por los europeos; en consecuencia, las únicas fuentes
legítimas para acercarse al conocimiento de la matemática mesoamericana son los
códices elaborados antes de la conquista, sus comentarios en lengua indígena y las
inscripciones de cifras que se conocen sobre artefactos y monumentos.
La idea de dualidad.
Si cada uno de los 2 aspectos del ente son a su vez duales, entonces el ente contable
es cuaternario. El ente que cuenta es un ente quinquenario, de ahí que sus relaciones con
el ente contable se representen mediante el número 20.
- 60 -
Capítulo 3. Cempohualli, el sistema vigesimal.
- 61 -
Caimán (1):
9
León-Portilla (1966), p. 157
- 62 -
Figura 15. Tonacatecuhtli, regente del signo Cipactli, en la versión del Códice Ríos, frente a él
se encuentra la primera pareja humana.
“Estas son las figuras que hemos dicho, y esta primera y mayor de
Tonacatecotle, es la del primer señor, que dicen que hubo el mundo, y que
cuando le plujo sopló y dividió el agua del cielo y de la tierra, que estaban
antes todos juntos y confusos, y que él ha puesto como son ahora: así lo
llamaban señor de nuestros cuerpos y de la abundancia, y que les daba
cualquier cosa, y por esto lo representaban con sólo la corona”.10
10
Seler (1963), T. I, p. 65
- 63 -
los cuales pasados 600 años de su nacimiento acordaron encomendar a Quetzalcóatl y a
Huitzilopochtli a que “ordenasen lo que habían de hacer, y la ley que habían de tener”.
Los comisionados crearon al fuego y a medio sol, a un hombre y una mujer a los que
dieron el maíz, hicieron también días, meses, años, al inframundo con su pareja divina,
“… y luego criaron los cielos, allende del treceno, y hicieron el agua, y en ella
criaron a un peje grande que se dice cipoa quactli ( Cipactli ), que es como
caimán, y deste peje hicieron la tierra…”.11
11
León-Portilla (1966), p. 96
- 64 -
Figura 18. Representación esquemática de los niveles celestes e inframundanos,
las líneas horizontales dibujan al plano terrestre.
- 65 -
Tierra brotan los vivientes y los alimentos. Los dientes contrastan lo sólido con lo
líquido y lo frío con lo caliente. La tierra fértil es el principal objeto natural de
referencia para Cipactli. La superficie de la Tierra es nutricia, el interior de la Tierra es
gestante.
- 66 -
con la cabeza de la preeminencia de lo alto con respecto a lo bajo (y de lo anterior con
respecto a lo posterior). Una personalidad estable y preeminente es también generosa;
produce lo suficiente y lo reparte con justicia. Pez, sierpe ó lagarto, Cipactli funge como
imagen de los órganos sexuales, particularmente de los femeninos, y por tanto también
es símbolo de fecundidad, abundancia y goce. Al respecto del concepto de bondad,
íntimamente relacionado con el Cipactli, el doctor Miguel León-Portilla escribe en su
“Breve vocabulario filosófico náhuatl”:
Los días regidos por el signo de Cipactli son considerados de buena fortuna. En la
Historia de Sahagún, se dice que a la criatura nacida bajo este signo “luego le
bautizaban y le daban el nombre del signo llamándole cípac”. Durán informa que:
“…al que nacía en este signo primero decían que había de ser hombre para mucho
de mucho ánimo y fuerza gran trabajador gran cultivador de tierras gran guerrero
mercader guardador de su hacienda amigo de multiplicalla enemigo de la ociosidad
amigo de estar siempre ocupado no desperdiciadores ni prodigos trafagadores
negociantes”.13
12
León-Portilla (1966), p. 387
13
Durán (1995), p. 234
- 67 -
Ehecatl (2) Viento.
14
Silva y Hernández (1990), pp. 53-55
- 68 -
Figura 20. Ehécatl-Quetzalcóatl en el Códice Ríos.
- 69 -
Cielo y de la Tierra, de la pareja primordial, de Tonacatecuhtli y de
Tonacacíhuatl; se le ubicó en el treceavo Cielo, en el mítico Tamoanchán…junto
con Huitzilopochtli ordenó el mundo y las cosas; a la vez que confundido con los
semidioses, con las figuras mitológicas de sus sacerdotes antiguos, especialmente
con Topiltzin, se transformó en Ehécatl o dios del viento, cuya figura fue la más
adorada en tiempos cercanos a la conquista española”.15
15
Piña Chan (1977), p. 65
16
León-Portilla (1984), p. 72
- 70 -
Ometéotl es invisible como el viento e inaprensible como la noche, de Él sólo se
escucha su cántico: Quetzalcóatl, la manifestación dinámica de la creación. El
movimiento viene con la Palabra Suprema; el Soplo Divino mueve a los mundos que
giran en vórtices. Quetzalcóatl es la Voluntad expresada por el Supremo Soplo, lo que
separa a las Aguas de arriba de las de abajo y derrota con su Luz a las Tinieblas. En el
plano terrestre la Serpiente Preciosa se traslada horizontalmente, es la tierra fértil y el
agua. En el plano celeste la Serpiente Emplumada es un meteoro: torbellino (Aire), nube
(Agua) ó rayo (Fuego). Viento es símbolo de la cultura, como Caimán lo es de la
naturaleza. Viento avisa sobre la preeminencia de la palabra y connota inmediatamente
autoridad ó supremacía.
“ Y se refiere, se dice
que Quetzalcóatl, invocaba, hacía su dios a algo (que está) en el
interior del cielo,
a la del faldellín de estrellas, al que hace lucir las cosas;
Señora de nuestra carne, Señor de nuestra carne;
la que está vestida de negro, el que está vestido de rojo;
- 71 -
la que ofrece suelo (o sostiene en pie) a la tierra, el que la cubre
de algodón.
Y hacia allá dirigía sus voces, así se sabía, hacia el lugar de la
Dualidad, el de los nueve travesaños con que consiste el Cielo…” 17
La palabra noble es regalo divino, nace de la actitud conciente del que se identifica
como instrumento del Ser. La palabra es también tributo, ofrecimiento que se hace al
Dueño del Cerca y del Junto, motivo que honra al hombre y al dios.
17
León-Portilla (1966), p. 90
18
León-Portilla y Silva (1991), pp. 56-57
19
Ibid., pp. 74-75
20
Ibid., pp. 54-55
21
Ibid., pp. 64-65
- 72 -
Calli. (3) Casa.
Cantares mexicanos.22
22
Garibay (1971), p. 148
- 73 -
Casa es imagen de resguardo, seguridad, oscuridad, memoria, recogimiento, hogar,
habitación, incubación, fuego, nutrición, economía y linaje. Por su lugar en la veintena
corresponde al número 3 que, representado geométricamente en el triángulo, alude a lo
feminal y a lo ígneo. Cosmológicamente, Calli indica interior de la Tierra (Abajo,
Mictlan), el lugar de descenso más profundo de la Luz, el de la decadencia, de la noche,
de la muerte y de la gestación. El regente del logograma es Tepeyóllotl, el jaguar
“Corazón de la montaña”, emblema del Sol del inframundo ó nocturno.
La Luz que fluye del Sol astral (el no-físico) viaja hasta quedar atrapada por la
materia en el inframundo. La Tierra así inseminada está lista para hacer brotar la vida
sobre el plano terrestre. La vida orgánica se da gracias a la interacción adecuada entre el
Sol (Fuego), la Tierra, el Agua y el Aire. Figurativamente, los elementos cósmicos se
organizan de acuerdo a la densidad, la Tierra es el más bajo ó pesado, sobre ella se
localizan sucesivamente el Agua, el Aire y el Fuego. La Luz astral en su retorno hacia la
fuente arrastra consigo elementos de densidad más baja dando lugar al desarrollo
evolutivo de los seres; al ascender hasta el plano terrestre aparece la vida orgánica, de la
que el género humano representa la cúspide. Por encima del plano terrestre se encuentra
el plano astral (nahualli) y sobre éste el plano mental, ambos presentan líneas de
desarrollo evolutivo análogas a las terrestres ó del plano físico, en donde especies e
individuos difieren entre sí por su grado de perfeccionamiento. La Vida inserta en el
mundo físico, pasa después al astral con la muerte del organismo y luego al plano
mental con la infuncionalidad de la envoltura astral; el objetivo final del Principio de
Vida es alcanzar su reunión con el Fuego, en el plano causal. Cada uno de los niveles
del cosmos puede simbolizarse a su modo como Calli.
El cuerpo humano y cada una de sus partes también son casas. Más allá del
organismo, la conciencia del hombre pasa por reconocer diversos tipos de refugio: en
primer lugar el vestido, la caverna, la choza. Por las grutas se penetra al seno de la
Tierra, nuestra madre, allí se encuentra la protección del calor, del fuego: escudo frente
al ambiente hostil, primer cobijo, también símbolo del erotismo, de la violencia y de la
destructividad. La choza evidencia el ser de quien habita en ella, como el vestido
expresa por sí mismo un carácter nacional, familiar e individual.
El hombre interior es en cierto modo el doble sutil del cuerpo físico, su nahualli. El
nahualli es un animal (una fuerza con personalidad propia) ó un meteoro “interior”,
modelo ó arquetipo del hombre individual en el plano terrestre. Tepeyóllotl es lo mismo
el sol inframundano que la conciencia en el “interior” del cuerpo humano. Penetrar en la
conciencia de sí para reconocer más allá de lo físico al alma y al Espíritu es el
movimiento natural y óptimo del ser que evoluciona. Si la Casa indica recogimiento es
para significar meditación, acto de la conciencia que permite reconocer lo objetivo para
- 74 -
distinguirlo de lo imaginario y aparente, poniéndola en contacto con el Espíritu a través
de la Luz y la Voz internos.
“Todos los médicos y las parteras eran muy devotos de este signo, y en sus casas
le hacían sacrificios y ofrendas”.25
23
León-Portilla (1966), p. 382
24
Durán (1995), p. 234
25
Sahagún (1977), p. 354
26
León-Portilla (1966), pp. 222-223
- 75 -
El gobernante es también como un padre, como una madre; es ejemplo, el
modelo; con su sacrificio preserva la prosperidad del pueblo al que sirve. La nación
como la familia construye su historia en base a la reputación de sus autoridades; de los
gobernantes, de su entrega a la misión que les ha sido confiada, depende el bienestar de
los gobernados. Más aún, en la persona misma el Poder debe estar en manos de la
Voluntad orientada por el Bien, pues es responsabilidad del individuo ser gobernante de
sí mismo y procurarse cuidado.
- 76 -
Cuetzpallin. (4) Lagartija.
Huehuehtlahtolli.27
27
León-Portilla y Silva (1991), p. 16
- 77 -
Cuetzpallin es un reptil carnívoro con extremidades locomotoras. Es el falo que
penetra la Tierra escurriéndose rápida y hábilmente por entre sus orificios; símbolo del
plano terrestre (del número 4 y del cuadrilátero) de la fecundidad y de la abundancia, de
la supervivencia y de la regeneración. Tres de los 20 logogramas representan reptiles:
Cipactli, Cuetzpallin y Coatl, en cuanto reptiles son todos símbolos de la tierra fértil y
del Agua. Cipactli representa primordialmente al plano terrestre como punto de unión
entre lo alto y lo bajo. Coatl simboliza sobre todo al agua terrestre. Tanto el Caimán
como la Serpiente tienen connotaciones sexuales, el primero como cópula, el segundo
como libido particularmente femenina. Cuetzpallin alude especialmente a la libido
masculina. Los reptantes se asocian con el plano astral y con el cuerpo emocional,
vehículo de los deseos ó nahualli. Huehuecóyotl, regente del cuarto logograma, es un
nahual hábil en el desprendimiento astral, que se presenta a sus víctimas con cuerpo
humano y cabeza de canino. Es el seductor masculino que visita a las mujeres durante la
noche invitándolas al placer y al recreo lujurioso. Patrón de la danza, es un chamán, el
experto en la inducción del trance extático; como todos los regentes del sur, se
encuentra relacionado con el uso de substancias tóxicas, ya sea con fines medicinales,
místicos ó recreativos. Normalmente a la Lagartija se le dibuja en dos colores, como a la
mayoría de los númenes del pulque, en rojo y en azul. Esto indica la unidad de la noche
y del día y de lo masculino con lo femenino. Ometéotl, puede decirse, se desdobla en la
Lagartija como Huehuecóyotl y Macuil-Xóchitl (5-Flor). Esta diosa es la líder de los
regentes del sur y su número señala claramente al exceso y por ello al pecado y a la
carnalidad.
- 78 -
Figura 25. Cuetzpallin es un signo asociado con la virilidad (Códice Vaticano B).
Para el tolteca el número 4 representa al plano terrestre y por ello a la tierra fértil,
al maíz, a la carnalidad y a la riqueza ó abundancia. El artista mesoamericano figuró al
dios de la lluvia nutricia como un escultor que talla en piedra la efigie del dios del maíz.
Por el mito se entiende que el Quetzalcóatl que cae es Tláloc y que el Quetzalcóatl
renacido es Cintéotl. Entre los mayas el cuarto signo es Kan, semilla. El sol nace al
28
León-Portilla (1966), pp. 261 y 363
- 79 -
amanecer, en la primera hora el sol levanta hasta cenit, en la segunda hora decae hasta
ocultarse por el poniente, en la tercera se sitúa en el nadir y en la cuarta renace. 4, con
sus imágenes asociadas, expresa los conceptos de caída (del espíritu), fecundidad y
muerte-renacimiento.
En la obra de Sahagún se describe a los nacidos bajo este signo como “nervosos,
enjutos, sanos de buena carnadura, diligentes, vividores”, se dice además que “las caídas
no les empecerían, como no empecen a la lagartija cuando cae de alto a abajo, que
ningún daño siente, sino luego se va corriendo.”29
29
Sahagún (1977), p. 350
- 80 -
Coatl. (5) Serpiente.
Color: Amarillo.
Regencia: Chalchiuhtlicue. La de falda de jade. Diosa del agua terrestre.
Imagen teológica: Agua de Vida.
Cosmología: Espiral espacio-temporal. Nubes. Aguas. Electromagnetismo. Plano astral.
Cosmografía: Oriente. Órbita terrestre.
Ontología: Energía. Vibración. Movimiento.
Dedo: Meñique de la mano derecha o pulgar de la mano izquierda.
Biología: Pene. Clítoris. Columna vertebral.
Zona energética: Plexo sacro.
Aspecto astral: Subconciente.
Zona psíquica: Intuición.
Virtud: Sabiduría (tlamatiliztli).
El sabio: una luz, una tea, una gruesa tea que no ahuma.
Un espejo horadado, un espejo agujereado por ambos lados.
Suya es la tinta negra y roja, de él son los códices, de él son
los códices.
El mismo es escritura y sabiduría.
Es camino, guía veraz para otros.
Conduce a las personas y a las cosas, es guía en los negocios
humanos.
El sabio verdadero es cuidadoso (como un médico) y guarda la
tradición.
Suya es la sabiduría transmitida, él es quien la enseña, sigue la
verdad.30
30
León-Portilla (1966), p. 65
- 81 -
La serpiente aparece como tótem de la civilización mesoamericana desde sus
orígenes, registrados en el horizonte de la cultura olmeca. El panteón nahua reúne a un
extenso conjunto de deidades serpentinas entre las que destacan: Quetzalcóatl, Mixcóatl,
Chicomecóatl, Xiuhcóatl y Caotlicue. El reptil aparece representado en el Tonalámatl de
perfil, con un ojo visible, y dentado; en contraste con Cipactli, el reptante muestra
claramente en el glifo la mandíbula inferior y en ocasiones es dibujado de cuerpo
entero, lo que constata y facilita su identificación zoológica. Como en otros logogramas,
la cabeza de Coatl es la del Inventor de Sí Mismo. Reptil significa Tierra como plano
terrestre, como planeta y como materia en estado sólido. La serpiente es imagen de
ondulación, vibración, rotación y espiralidad. Las fauces dentadas indican paso al
inframundo. Es definitivo que hay en la serpiente, como en Cipactli y en Cuetzpallin, un
aspecto de la misma que se relaciona con lo terrenal. La productividad agrícola preparó
y sostuvo el advenimiento de la civilización. La tierra fértil, al parecer, fue el primer
dios serpiente. Se ignora el nombre que recibió la serpiente terrestre entre los olmecas,
en náhuatl tenemos advocaciones serpentinas de la tierra en Coatlicue y Chicomecóatl.
El reptil como patrón de la fertilidad, los alimentos y del maíz llevó a la asociación de la
serpiente con el agua terrestre que en náhuatl se llama Chalchiuhtlicue. Los productos
vegetales de la tierra se tiñen del verde-azul del Agua que en estado sólido es
chalchihuitl (jade). La serpiente acuática es preciosa en su color esmeraldino. Coatl
representa en la secuencia de la veintena a la serpiente agua-terrestre, Ehécatl retiene
para sí la asociación de la serpiente al cielo, ya sea como Mixcóatl, como Quetzalcóatl
ó como Xiuhcóatl.
- 82 -
sobre un eje imaginario distribuyendo días y noches por toda su superficie y sufre
inclinación del eje en relación al plano de traslación (los astrónomos actuales afirman
que nuestro planeta presenta más de diez movimientos regulares). La serpiente
representa lo mismo al planeta que a su órbita, a sus direcciones y a sus movimientos.
Cielo y Tierra definen no sólo al plano astrofísico sino también al metafísico; como
substancias representan al Espíritu y a la materia. Los niveles de tránsito implícitos en la
imagen de Caída y Ascensión de la Luz pueden representarse gráficamente en cuatro
serpientes: Serpiente-Tierra (mundo físico, noche, muerte), Serpiente-Agua (mundo
astral, luna, fantasía), Serpiente-Aire (mundo mental, lenguaje, saber) y Serpiente-
Fuego (mundo causal, tiempo, Luz).
- 83 -
joya esmeraldina es más que un símbolo la Substancia misma, la Vida. La piedra verde-
azul es Agua, tierra fértil, vegetación, maíz tierno, alimento, sangre, Sol y esencia de la
creación. Su uso es símbolo de poder y sabiduría. El jade tiene interesantes cualidades
magnéticas propias para su uso mágico y medicinal.
- 84 -
A Yacatecuhtli se le suele identificar como dios de los caminantes. El Camino
(ohtli) es la Vía Láctea, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca caminando alcanzaron el Cielo
donde tiene asiento su señorío; en la Historia de los mexicanos por sus pinturas se
describe así la forma en que estos dioses fueron hechos señores del Cielo y de las
Estrellas por su Padre:
“Y el çielo cesó porque cayó sobre la tierra: visto por los quatro dioses la cayda del
çielo sobre la tierra la qual fué el año primero de los quatro despues que çesó el sol y
llouió mucho, el cual año era tochili, ordenaron todos cuatro de hazer por el çentro de la
tierra quatro caminos para entrar por ellos (hasta el centro de la tierra) y alçar el çielo
(desde allí), y para que lo ayudasen a lo alçar criaron quatro ombres: el vno dixeron
cotemuc [Tzontémoc], y al otro yzcoaclt [Itzcóatl], y al otro yzmali [Itzmalin], y al otro
tenesuchi [Tepexóchitl], y criados estos quatro ombres, los dos dioses tezcatlipuca
[Tetzcatlipoca] y quiçalcoatl [Quetzalcóatl] se hicieron árboles grandes, é tezcatlipuca
en vn árbol que dizen tezcaquavitl [tetzcacuahuitl], que quiere dezir árbol del espejo, y
el quiçalcoatl en vn árbol que dizen queçalhuesuch [quetzalueixoch](‘gran flor de pluma
de quetzal’), y con los [cuatro] ombres y [dos] árboles y [demás] dioses alçaron el çielo
con las estrellas como agora está, y por lo auer [Tetzcatlipoca y Quetzalcóatl] así
alçado, tonacatecli [Tonacatecuhtli] su padre, los hizo señores del çielo y de las
estrellas; y porque alçado el çielo yvan por él el tezcatlipuca y quiçalcoatl, hizieron el
camino [la vía láctea] que paresce en el çielo, en el cual se encontraron, y están despues
acá en él, y con su asiento en él.”31
31
Seler (1963), T. I, p.116
- 85 -
Miquiztli. (6) Muerte.
Color: Negro.
Regencia: Tecuciztécatl. La luna.
Imagen teológica: Resurrección ó muerte-renacimiento.
Cosmología: Luna. Mictlan.
Cosmografía: Norte. El inframundo con sus niveles.
Ontología: Vacío. Nada. Fin.
Dedo: Meñique de la mano izquierda ó del pie izquierdo.
Biología: Cráneo. Tejido óseo.
Zona energética: Vértex.
Aspecto astral: Doble ó Nahualli.
Zona psíquica: Alter ego.
Virtud: Desapego.
Cantares mexicanos.32
32
Leander (1991), p. 74
- 86 -
La dualidad vida-muerte aparece ya expresada en el primer logograma de la
veintena (Cipactli) en la imagen del estado de espera del caimán por una presa con la
cual alimentarse. La cabeza, que simboliza en todos los casos a Ometéotl, en Miquiztli
aparece descarnada dejando a la vista el cráneo y los dientes. La imagen de oquedad
vincula al cráneo con Ehecatl (aliento) y con Calli (interior). Puede reconocerse en la
relación ojo-dientes la oposición Cielo-Tierra ó Espíritu-materia. El cráneo representa
al elemental Tierra y, aunque no es el de un reptil, está asociado a la oposición terrestre-
acuático (seco-húmedo). La cabeza-tierra representa a la oscuridad, a la noche y,
consecuentemente, a la luna. El cráneo se compone de símbolos celestes (estrella, fuego,
aire, seco) y, por correlación, de símbolos terrestres (piedra, oscuridad, frío). Miquiztli
expresa muerte, sacrificio y renacimiento; los dientes, específicamente los de Cipactli,
simbolizan navajas de pedernal (u obsidiana), instrumentos utilizados en el ritual de
sacrificio; la cabeza descarnada alude a la decapitación. La luna es Tecuciztécatl que
arrojándose después de Nanahuatzin a una hoguera en Teotihuacan se transformó en un
segundo sol que fue apagado lanzándole los dioses un conejo. Con el afán de crear a una
nueva generación de humanos, Quetzalcóatl acompañado por su doble Xólotl, el perro,
desciende al inframundo (muere) para rescatar los huesos con los que ha de realizar su
cometido. Sacrificio en relación a la víctima significa entrega, en relación a la carne
significa muerte, para el ofrendado es alimento, para el hombre significa nueva vida y
para los dioses es fin obligado. Tecpal, el cuchillo de piedra, simboliza al norte y a la
muerte, al frío y a la desolación, Ehecatl y Miquiztli, como Perro y Jaguar,
corresponden también al rumbo norte; Ehecatl es el Quetzalcóatl cósmico, Miquiztli
representa a Quetzalcóatl en el plano humano; uno es el dios, el otro, el arquetipo del
héroe.
En verdad lo digo:
ciertamente no es lugar de felicidad
aquí en la tierra.
Ciertamente hay que ir a otra parte:
allá la felicidad sí existe.
¿O es que sólo en vano venimos a la tierra?
Otro es el sitio de la vida.
Allá quiero ir,
allá en verdad cantaré
- 87 -
con las más bellas aves.
Allá disfrutaré
de las genuinas flores,
de las flores que alegran,
las que apaciguan el corazón,
las únicas que dan paz a los hombres,
las que los embriagan con alegría…33
33
León-Portilla (1984), p. 128
- 88 -
Ontológicamente, Miquiztli se identifica con la Nada. La vida terrestre es sólo
tránsito y todo lo que hay en ella es perecedero, sólo Ometéotl Es. Ometéotl es el
Inventor de todas las cosas, no nace, ni muere ó renace, es siempre idéntico a sí mismo;
todos los otros seres están destinados al sacrificio, pues sólo por esta vía las almas se
endiosan, que quiere decir, la conciencia se identifica con el Ser. De aquí el entendido
deriva su ética; el místico renuncia a lo aparente sacrificándolo a favor de lo real, el
noble valora en la tierra a la amistad y a la poesía, el guerrero renuncia a su propia vida
para entregarse al servicio, etc. De esta manera la muerte que aparece como fin, puede
convertirse en finalidad y en verdadero principio. Sea que al morir el hombre alcance ó
al Ser ó a la Nada, la muerte del organismo es de todos modos un tránsito inevitable que
puede y debe ser definido, del mismo modo que se define cualquier viaje a tierras
lejanas.
- 89 -
Mazatl. (7) Venado.
34
Silva y Hernández (1990), pp. 185-187
- 90 -
Mazatl es el primer mamífero no antropomorfo de la veintena, su cornamenta
representa inmediatamente al Fuego y con él a lo seco, su pelambre indica calor; se trata
de un herbívoro. El Venado simboliza al calor nutricio, es Tláloc, la Lluvia de Fuego, el
dispensador de la Energía de Vida. Los orificios y oquedades de los pictogramas
anteriores se asocian primariamente al frío, en Mazatl el aire que penetra por la nariz
parece inflamar la cabeza, que irradia calor encendida como una hoguera. Mazatl es
símbolo de gracia y nobleza, de garbo y timidez, de alegría e inofensividad.
El número 7 es tan sagrado como lo son el 13 y el 9, pues las tres cifras son
numerológicamente idénticas. 13 es número del Omeyocan (también llamado
Tamoanchan) como el 9 lo es del inframundo ó Mictlan. Si representamos la
trayectoria aparente del sol como un círculo y contamos de oriente a poniente 13 cifras,
entonces el cenit (sur) es la séptima. De modo similar, en el arco inferior, contando de
poniente a oriente, el nadir (norte) se localiza en el séptimo punto. Dividida la totalidad
del ciclo diurno en 13 direcciones y contando a partir del cenit, al nadir corresponde el
número 7:
- 91 -
víctima para el sacrificio, ofrenda. El Venado es el maíz, el alimento sacro. Carne para
los dioses es también lo que deifica, el Hongo, el Peyote.
- 92 -
Tochtli. (8) Conejo.
Color: Azul.
Regencia: Mayahuel. Diosa del maguey.
Imagen teológica: Creación del Sol y de la Luna.
Cosmología: Cielo nocturno. Plano de la vida terrestre.
Cosmografía: Sur. Cielo de la luna.
Ontología: Constitución dual del Ser.
Dedo: Medio izquierdo de mano ó de pie.
Biología: Zona pélvica. Aparato y función reproductivos.
Zona energética: Plexos sacro y cardíaco.
Aspecto astral: Ensoñación.
Zona psíquica: Onirismo. Imaginación.
Virtud: Elegancia.
35
Silva y Hernández (1990), p. 49
- 93 -
A diferencia de los pictogramas anteriores Tochtli señala expresamente a la luna
haciéndolo, además, considerándola en relación al calor. En Cipactli, Cuetzpallin y
Coatl (tal vez incluso en Mazatl), la luna se relaciona con el agua y el frío, al tiempo
que en Ehecatl, Calli y Miquiztli lo hace con la oscuridad y la noche. Tochtli representa
a la luna que acompaña al sol en el cielo diurno. En el mito de la creación del Sol y de la
Luna, se relata que para tal efecto tanto Nanahuatzin como Tecuciztécatl se sacrificaron
arrojándose al fuego; más tarde aparecieron sobre el horizonte dos soles, primero
Nanahuatzin y después siguiéndole, Tecuciztécatl. “Luego, un hombre salió corriendo
(de entre) los dioses, fue a herirle la cara a él, a Tecuciztecatl, con un conejo”. El Sol y
la Luna “se instalaron para no moverse” lo que motivó a los dioses a optar por el
sacrificio diciéndose: “¿Cómo viviremos? No se mueve el sol. ¿Acaso viviremos
mezclándonos con la gente vulgar? Para que estos por nosotros resuciten ¡muramos
todos!”.36
36
Silva y Hernández, (1990), p. 33
- 94 -
no siempre te arregles, te engalanes; no siempre desees el buen aderezo porque
sólo es su capturar de gente, así envenena, engendra personas el hombre
tecolote. Porque allá tu captura ya no es notoria, en ninguna parte tu adorno, tu
aderezo así te arrojará al agua, te despeñará o el hombre tecolote en algún lugar
así te golpeará, te pegará con la falda ajena, la camisa ajena. Y para que no seas
tenido por bellaco, cuando sigas el camino no mirarás a un lugar y a otro, sólo
te esforzarás en la marcha, no irás palmoteando, no seguirás zigzagueando el
camino, no en los hombros de la gente te irás deteniendo, te irás apoyando, no
irás cogiendo las manos de las personas, no irás meneando la cabeza con
presunción, no irás haciendo bromas, no irás mirando a la cara de la gente, no
irás pasando con frecuencia a las personas, no irás colocándote al frente si no
se te ordenó].37
La tortuga tiene vínculos con el conejo y ambos con los caracoles. Todos ellos
simbolizan al Tiempo y al Origen, la tortuga es representante de Xochiquétzal que,
vinculada con el sur, puede llamarse Macuilxóchitl. Una representa el placer, la otra, el
exceso.
Durán escribe que el Conejo tiene la misma “suerte y ventura” que el Venado, esto
es,
37
León-Portilla y Silva (1991), pp. 64-67
38
Durán (1995), p. 235
39
Sahagún, (1977), p. 366
- 95 -
Atl. (9) Agua.
Regencia: Xiuhtecuhtli. Señor Turquesa. Dios del tiempo, del fuego y del año.
Imagen teológica: Alma.
Cosmología: Plano astral.
Cosmografía: Oriente. Agua planetaria.
Color: Amarillo.
Ontología: Vida. Substancia. Movimiento. Tiempo.
Dedo: Índice izquierdo de mano ó pie.
Biología: Fluidos orgánicos, específicamente los sexuales, la sangre, el líquido
linfático y la leche materna.
Zona energética: Plexo sacro. Entrecejo.
Aspecto astral: Doble ó Nahualli.
Zona psíquica: Pensamiento analógico.
Virtud: Perseverancia.
Cantares mexicanos.40
40
León-Portilla (1966), p. 145
- 96 -
Agua es el tercero de los 5 logogramas asociados al oriente, después de Caimán y
de Serpiente y antes de Caña y de Movimiento. Personificada como Xiuhtecuhtli, Agua,
el número 9 en la veintena, aparece en el tonalámatl como regente de la novena trecena.
La novena cifra en la serie de acompañantes diurnos es Agua personificada como
Quetzalcóatl, la nube. El noveno volátil y el noveno acompañante nocturno simbolizan
también a este elemento en la personalidad de Tláloc, la lluvia, la tormenta, el
relámpago y el trueno. Acuático, el 9 se asocia con la influencia lunar y con lo
femenino. Agua es la materia en oposición al Aire y al Fuego que representan
simbólicamente al Espíritu. Numerológicamente, Agua (9) significa culminación o
completud; el 9 es la cifra extrema de la serie decimal así: 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9.
Nueve es el número de la maestría y de la realización cuando tiene carácter ascendente.
La novena cifra de carácter descendente indica Mictlan y por tanto centro ó interior. Las
posiciones solares para un tonalli son 9: amanecer, medio día, ocaso, media noche,
oriente, sur, poniente, norte y centro (eje cenit-nadir). La oposición agua-fuego (atl-
tlachinolli) significa guerra y verticalidad, tensión entre Ascensión y Caída. Al caer el
Agua limpia las impurezas, e impulsa la ascensión al fertilizar y dar vida.
- 97 -
Dentro del Tonalámatl, la posición 9 indica fuego-agua en todas las series
numerales. Sus colores básicos son: amarillo (oriente), azul-verde (sur) y rojo (poniente)
los colores de lo precioso; del sol, del chalchihuitl (jade) y del teoatl (sangre). El agua
se asocia con las lágrimas, la nostalgia, el lirismo, la poesía, la música, las estrellas, los
manantiales, las flores, la abundancia y el placer sensual.
Las cualidades de carácter femenino del Agua son: alegría, creatividad, debilidad,
impaciencia, intuición, e inestabilidad; sus contrapartes en el carácter masculino:
animosidad, vitalidad, fuerza, perseverancia, penetración y búsqueda.
El mito acuático es una de las formas de hablar del origen de todas las cosas; su
raíz psicológica está en el recuerdo del líquido amniótico, en la madre. El Agua es un
símbolo de la subjetividad. Ontológicamente, el Agua es Principio Substancial, aquello
de lo que se componen todas las cosas y hacia lo cual tienden a su destrucción como
seres particulares; para el espiritualismo, el Agua es aquello que anima a la materia.
- 98 -
Itzcuintli. (10) Perro.
Color: Negro.
Regencia: Mictlantecuhtli. Señor del inframundo. Dios de la muerte.
Imagen teológica: Paso de Quetzalcóatl por el inframundo. Muerte y resurrección.
Cosmología: Oposición e interpenetración de los planos astral y físico. Plano material.
Cosmografía: Norte. Mictlan. Abajo. Centro de la tierra, tanto en su interior como en la
superficie.
Ontología: Carne. Oposición vida-muerte.
Dedo: Pulgar izquierdo de la mano ó pie.
Biología: Masa muscular. Corazón. Órganos genitales.
Zona energética: Plexos sacro y cardíaco.
Aspecto astral: Afinidad magnética. Nahualli. Atención conciente durante el trance
extático.
Zona psíquica: Instinto.
Virtud: Fidelidad.
Y respondió Mictlantecuhtli:
“ Está bien, has sonar mi caracol
y da vueltas cuatro veces
alrededor de mi círculo precioso”.
Manuscrito de 1558.41
El rumbo del Perro es norte y su color el negro, por lo que parte de su significado es
análogo al de los logogramas Viento y Muerte. Hacia el norte se localiza el Mictlan, en
41
León-Portilla (1966), p. 185
- 99 -
donde rige Mictlantecuhtli (Ometéotl-Xiuhtecuhtli) como sol en el nadir (abajo, centro ó
interior de la Tierra).
- 100 -
Fue frecuente en mesoamérica la práctica de enterrar a un perro junto con el
cuerpo de su señor muerto, esto se hizo con dos sentidos, con el fin de que el difunto
llevase alimento y también para tener compañía en su viaje al más allá. Esta práctica
muestra la concepción de la vida como un tránsito y de la muerte como un proceso. El
perro mesoamericano ó xoloitzcuintli fue uno de los animales domesticados por los
habitantes del Anáhuac, durante el posclásico su consumo debió haber sido muy
generalizado, pues Sahagún fue informado de que quien nacía bajo este signo sería
próspero si se dedicase a la cría de perros para comercializarlos. Como en otras culturas
del mundo, los entierros solían hacerse en mesoamérica de tal modo que el difunto
llevase consigo elementos materiales indispensables para emprender un viaje, en
algunos casos el noble fue enterrado con su familia y servidumbre y dotado de todos los
tesoros posibles de tal modo que pudiese pagar su traslado hacia el destino final. Si el
perro aparece como el medio que permite al alma librar el río conduciéndola hasta el
Mictlan se trasluce que el Perro connota fidelidad, amistad y compañía; mas tomando
en cuenta que para el tolteca el Perro es símbolo del nahualli, es posible comprender
que la amable y fiel compañía de cada ser es su doble astral y por encima de él, su Yo
superior. La muerte, como el sueño, puede experimentarse ó inconciente ó
concientemente según las enseñanzas ancestrales; el nahualli es el estado de conciencia
vigilante en el plano astral, se ingresa al nahualli de forma natural durante el onirismo,
la muerte (física ó simbólica) y los estados de éxtasis, este ingreso puede ser motivado
voluntariamente y aquel que así lo logra alcanza el calificativo de nahualli. El nahualli
de un ser terrestre vivo es el cuerpo astral, que a su vez tiene su nahualli en el cuerpo
mental. Xólotl acompaña hasta el lugar de la muerte a Quetzalcóatl, así un perro
acompañará a un alma hasta el Mictlan. Quetzalcóatl bajó al Mictlan en el plano astral y
allí fue seguido por su doble que representa a la conciencia.
“…este signo tenían por muy dichoso y felice y así los que nacían en él le
pronosticaban dicha y felicidad de valerosos generosos que habían de subir á grandes
dignidades, hombres de mucha familia abundosos de todo lo necesario franco pródigo
amigo de tener que dar enemigo de los lacerados amigo de que le pidan mercedes y de
hacellas”.42
42
Durán (1995), p. 235
- 101 -
Ozomatli. (11) Mono.
Cantares mexicanos.43
43
Garibay (1964), p. 64
- 102 -
Fig. 35. Xochipilli identificado con Cintéotl en el Códice Ríos.
En la Leyenda de los Soles se relata el modo en que nacieron los monos como
transformación de los hombres afectados por el cataclismo que dio fin al Sol Nahui-
Ehecatl:
“Estos, que en segundo lugar habitaron en este segundo (Sol), fueron llevados por
el viento al tiempo del Sol 4 viento y perecieron.
Fueron arrebatados (por el viento) se volvieron monos”.44
Mono se asocia con la naturaleza animal del ser humano; en esto es análogo en
sentido a Itzcuintli. El Mono desafía momentáneamente la prisión terrestre y trepando
las ramas de los árboles se hace casi aéreo, casi solar. Uno de sus más específicos rasgos
de carácter es la alegría rayana en la locuacidad; Ozomatli parece ajeno a los
imperativos de la vida, pues juega, bromea y ríe. Este símbolo es diurno en oposición a
Perro, y por tanto alude al viaje astral celeste y no al inframundano como aquél.
44
León-Portilla (1966), p.102
- 103 -
En Tochtli hay hedonismo, en Ozomatli se tiene además divertimento. Tochtli
representa al artista que se complace en la variedad, Ozomatli es el creador que goza de
la burla y la ironía. Durán escribe:
“El undécimo signo que esta nacion señaló para nombrar un día de su mes y
para sus particulares egercicios y para conocer el nacimiento de los hombres fué
oçomatly que quiere decir mico ó mono, que todo es uno á los que nacían en
este signo tenían por hombres alegres truhanes graciosos representadores y
ganaban su vida á ello ternan muchos amigos serán cabidos entre los reyes y
señores y si fuere muger será cantora regocijada graciosa no muy honesta ni
casta risueña y muy fácil de persuadir en cualquier cosa”.45
“Auh in aquin ipan tlacatia, ie quiqualittaia, quitoaia: intla oquichtli ipan otlacat, ca
moteaauiiltiliz, motececemeltiliz, acan tlaelittoz, muchi tlacatl icniuh iez, ioan azo
cuicani, mitotiani, anozo tlacuilo, itla ic toltecatiz”.
“El que nacía en este día era bien visto. Un hombre que nacía en este día, se decía,
era alguien que entretenía y consolaría a otros, que no iba a encontrar odio, sino tal vez
iba a ser un cantor, uno que baila, un escritor, un artista.”46
45
Durán (1995), p. 236
46
Anders, Jansen y Reyes (1991), p. 152
- 104 -
Malinalli. (12) Hierba.
Cantares mexicanos.47
47
Garibay (1971), p. 148
- 105 -
Las gramíneas como el maíz simbolizan a la muerte y al renacimiento. Malinalli
puede dibujarse como un cráneo al que le han nacido plantas. Todos los logogramas
anteriores sugieren orificios, sobre todo bocas (una puerta y un cuenco). Los orificios
son accesos que separan al plano terrestre (y al celeste) del inframundo. Los orificios
orgánicos corresponden a centros de percepción y de placer. La boca no relacionada con
orificios auriculares indica alimentación ó nutrición, y con ellos habla y lenguaje.
Ometéol en su lugar de residencia (número 13) se encuentra más allá tanto de la
percepción como del lenguaje y permanece inmanifiesto, hasta que en el ciclo de
despliegue se hace presente en 12 aspectos. Ometéotl es una presencia trinitaria
(Tonacatecuhtli-Tonacacíhuatl-Quetzalcóatl) que corresponde a 4 posiciones solares ó
rumbos del espacio-tiempo, ya cardinales, ya horarias, de modo que 3 × 4 = 12.
Considerado como el centro u origen de sus 12 manifestaciones Ometéotl se asocia con
el número 13.
48
Seler (1963), T. 1, p. 107
- 106 -
del pecado y de la purificación. Las cuerdas por sí mismas se asocian con la esclavitud,
con el castigo y la humillación pública. Mas las sogas y los hilos sólo quieren ilustrar la
disposición formal de las cosas y de los sucesos.
El mecate es una soga que se elabora con fibras extraídas de las pencas del maguey;
además por orientarse hacia el sur, Malinalli se asocia con la embriaguez y con el
pulque, de ahí su relación con las artes, específicamente con el bordado que está
íntimamente relacionado con la escultura y con la pintura. En Hierba Ometéotl aparece
como la Poetisa y como el Juez. La cuerda insinúa dolor, castigo y sufrimiento, pero
también seguridad. La torsión es un aspecto de la espiral bisexuada, la que estrecha dos
espirales de dirección opuesta y por tanto sugiere placer y fecundidad. Malinalli es
también signo de los médicos, en particular de los herbolarios, pues la purificación que
trae el castigo también puede lograrse mediante la limpieza. Con la escoba se barre la
basura, como cuando se efectúa una barrida que limpia la energía de una persona. El de
Hierba es sí un signo de lo siniestro, pero también lo es de lo lúdico, del juego y de la
diversión, en Patécatl y Malinalli el Dios Dual se manifiesta como un gigante gozoso
dueño del destino humano:
49
León-Portilla (1966), pp. 199-200
50
Seler (1963), T. II, p. 203
- 107 -
Acatl. (13) Caña.
Color: Amarillo.
Regencia: Tezcatlipoca-Ixquimilli. Dios del castigo.
Imagen teológica: Ometéotl, Rey de los dioses, Patrón de los gobernantes y de los
jueces.
Cosmología: Omeyocan. Inicio de Era.
Cosmografía: Oriente. Mediodía. Cenit.
Ontología: Luz. Justicia. Poder. Aire.
Dedo: Medio del pie derecho ó del pie izquierdo.
Biología: Sistema respiratorio. Tráquea. Columna vertebral.
Zona energética: Plexo solar.
Aspecto astral: Ego.
Zona psíquica: Voluntad.
Virtud: Nobleza.
Yo en Tlalocan impero,
yo el dador de bienes doy la ley;
¡ En Tlalocan yo el proveedor,
yo impongo la ley !
Llego acá donde el camino se reparte:
-- yo soy Cintéotl.
51
Garibay (1971), p. 125
- 108 -
El logograma correspondiente al número 13 de la veintena se dibuja algunas veces
como un vegetal, por ejemplo en el Tonalámatl de Tlaxcala, y por tanto muestra un
carácter análogo al del signo anterior, Malinalli. En otros libros, Acatl se dibuja como
un haz de flechas. Este pictograma simboliza primordialmente un concepto ético. En
forma de carrizo indica rectitud, nobleza y espiritualidad. Como flecha señala al poder
judicial y al castigo. Psicológicamente se interpreta como voluntad; cosmológicamente
alude a los rayos solares y a la brillantez de venus; ontológicamente es representación
de la luz en general.
Imagen fálica, la caña está asociada con la fertilidad, el carrizo vertical simboliza al
axis mundi, eje que une al Cielo con la Tierra (en este sentido Acatl es idéntico a
Cipactli). En forma de flecha representa a los rayos solares que preñan a la Tierra. Caña
se vincula con el oriente, región de la fertilidad y de la luz. El oriente es el Tlillan-
Tlapallan, lugar del rojo y del negro, la región de Quetzalcóatl (la Sabiduría), donde su
corazón se transforma en lucero durante la fecha Ce-Acatl, que da nombre al Viento-
Serpiente emplumada.
- 109 -
Fig. 38. Tezcatlipoca-Ixquimilli en la página 13 del Códice Laud.
- 110 -
Ocelotl. (14) Jaguar.
Color: Negro.
Regencia: Tlazoltéotl. Diosa de la purificación.
Imagen teológica: Pureza. Pecado. Penitencia. Confesión. Bautismo.
Cosmología: Oscuridad. Noche. Tierra. Sol nocturno.
Cosmografía: Horizonte poniente. Cuevas y montañas. Norte.
Ontología: Yo. Ser interno. Voz del Ser.
Dedo: Índice del pie izquierdo o anular del pie derecho.
Biología: Garganta. Tiroides. Oído.
Zona energética: Cuello.
Aspecto astral: Oído interno.
Zona psíquica: Voz interior. Nahual.
Virtud: Valentía.
Huehuehtlahtolli.52
52
León-Portilla y Silva (1991), p. 185
- 111 -
La imagen del Jaguar aparece ya personificada en el tercer logograma de la
veintena (Calli) como Tepeyóllotl, el Corazón de la Montaña. En tanto que felino y
como carnívoro, representa a la tierra, a la oscuridad y a la noche y por ello su
asociación con Casa. El Jaguar es símbolo del Sol a su paso por el inframundo, en este
su aspecto masculino, el astro es Señor de los muertos, el devorador de corazones. La
piel de este depredador alude a la dualidad diurno-nocturno, con sus manchas oscuras
sobre el color cálido amarillo-naranja. El rugido del Jaguar es el corazón de la montaña,
el sonido de la noche que induce al temor por su aviso sobre la cercanía de la muerte. Es
también el fuego de la hoguera que representa la esperanza de la venida del día en
medio de la oscuridad. Si Calli es predominantemente femenino, Ocelotl tiene dominio
de lo masculino, expresando fuerza, poder, destructividad y protección. En el tercer
logograma el regente es masculino, Tepeyóllotl, en el décimo cuarto es femenino,
Tlazoltéotl.
- 112 -
“…tú lo representas, tú eres su imagen, sus ojos, su mandíbula; tú su rostro, su
oído te haces porque le sirves de intérprete, haces que broten su voz, sus
palabras. No en vano va, no en vano cae, va floreciendo, va brillando, va
enalteciéndose, va recibiendo honra su aliento, su palabra del Señor Nuestro;
junto a ti, en tus manos, la colocó. En tu interior, en tus entrañas, en tu seno,
en tu garganta escondió, puso su libro, la palabra, lo que es negro, lo que es
rojo, en donde aparecen los dardos del águila, del ocelote, que así estás
lanzando, devolviendo”.53
53
Silva y Hernández, (1990), pp. 110-112
- 113 -
Cuauhtli. (15) Águila.
Color: Rojo.
Regencia: Xipe Tótec. Nuestro Señor el Desollado.
Imagen teológica: Espíritu celestial.
Cosmología: Tonatiuh, el Sol. Cielo.
Cosmografía: Poniente. Cumbres.
Ontología: Mente.
Dedo: Pulgar del pie izquierdo ó meñique del pie derecho.
Biología: Sentido de la vista.
Zona energética: Entrecejo.
Aspecto astral: Yo superior. Luz interior.
Zona psíquica: Autoconciencia. Visión interna.
Virtud: Contemplación.
Cantares mexicanos.54
54
Garibay (1971), p. 86
- 114 -
Como Ocelotl, Cuauhtli es otro emblema del guerrero solar. El Jaguar representa
al sol nocturno ó inframundano, el Águila simboliza al sol diurno; uno es el astro
terrestre, el otro es el celeste. Si Ocelotl se relaciona con el sentido del oído, el Águila lo
hace con el de la vista. El depredador terrestre alude a la Voz interior, el depredador
celeste indica mente ó Visión interior. Dos aves, las dos rapaces, aparecen como
logogramas en la veintena; Cuauhtli domina sobre el cielo a los vivos que son su presa,
Cozcacuauhtli domina sobre los muertos de los cuales se nutre. El Águila, como el
Jaguar, devora corazones; el felino se alimenta de la vida, el ave rapaz se alimenta de la
conciencia.
Quetzalcóatl es su nombre.
Nada exige,
sino serpientes, sino mariposas,
que vosotros debéis ofrecerle,
que vosotros debéis sacrificarle.55
55
León-Portilla (1966), p. 305
- 115 -
hoguera constituye la forma tal vez prehistórica del sacrificio solar. La comunión con la
Luz también se esperaba en la muerte por flechamiento, en cualquier caso, el Guerrero
tolteca es del carácter del que se entrega al Espíritu, trasformándose en la encarnación
de la libertad total.
- 116 -
Cozcacuauhtli. (16) Zopilote.
Color: Azul.
Regencia: Itzpapálotl. Mariposa de obsidiana.
Imagen teológica: Huehuetéotl. El Abuelo Fuego. Dios Padre.
Cosmología: Firmamento. Bóveda celeste. Oscuridad y noche.
Cosmografía: Sur. Centro (eje cenit-nadir).
Ontología: Principio.
Dedo: Pulgar del pie derecho ó de la mano derecha.
Biología: Organismo senil. Cerebro. Glándulas pineal y suprarrenales. Diafragma.
Zona energética: Plexo solar. Vértex.
Aspecto astral: Energía eléctrica. Poder interior.
Zona psíquica: Intuición intelectual.
Virtud: Paciencia.
56
Garibay (1971), p. 118
- 117 -
El Buitre ó Zopilote, Cozcacuauhtli, suele dibujarse calvo, es el Anciano, el Padre
de los dioses, el Absoluto inmanifiesto. Su elemento es la oscuridad, el cielo nocturno.
Al relacionarse con Itzpapálotl y con Huehuehtéotl, el Fuego es el elemental
primordialmente aludido por el carroñero (la mariposa y el pedernal son símbolos de lo
ígneo). Cozcacuauhtli es sin más el Espíritu; Cuauhtli representa al sol, Cozcacuauhtli a
la Vía Láctea, el primero se manifiesta en la dimensión de lo temporal, el segundo es lo
eterno. El número 16 insinúa lo supratemporal (42 ó 24), como el 4 alude al tiempo
solar.
“Al decimosexto signo llamaban ce cozcaquauhtli; este signo decían que era
bien afortunado, y que era el signo de los viejos. Decían que los que nacían en este
signo vivían larga vida y eran prósperos, y vivían alegres en este mundo; no
empero, todos los que nacían en él eran tales”.57
57
Sahagún (1977), pp. 355-356
58
Durán (1995), p. 237
- 118 -
La energía estelar circula en el microcosmos penetrando por el vértex y cayendo
hasta el perineo, de donde retorna hacia el vértex por la columna vertebral. Esto quiere
decir que el eje sagital del cuerpo humano puede considerarse como la órbita
microsolar, en la que la energía estelar transita por 20, 13 ó 9 “casas”. Una de estas
“casas” ha de considerarse la principal y sin duda es la correspondiente al vértex, cenit
microcósmico. Utilizando el sistema vigesimal pueden señalarse los 4 vértices
principales de esta órbita, 2 de los cuáles se localizan a la altura del corazón. Utilizando
el sistema de base 13 las primeras 7 casas son: vértex, entrecejo, garganta, plexo
cardíaco, plexo solar, vientre y plexo sacro; contando el paso de la energía por estas
zonas en dirección al vértex se tienen en total 13 “casas”. Existen varias doctrinas en
relación a cómo desciende la energía y cómo se distribuye por los vehículos del hombre.
Todas estas doctrinas son ancestrales y todas ellas relacionan la vejez con la sabiduría,
la autoridad y la salud, difieren entre sí por el lugar al que consideran como centro
principal de distribución de la energía en el microcosmos. La doctrina más simple
considera que la energía proveniente del Cielo cae desde el vértex hasta el perineo y
luego de atravesar el cuerpo humano se dirige hacia el centro de la Tierra. Según otras
versiones, la energía puede almacenarse y salir, voluntaria e involuntariamente, a lo
largo de distintos puntos de la órbita microcósmica.
- 119 -
Ollin. (17) Movimiento.
Color: Amarillo.
Regencia: Xólotl, dios de los gemelos, numen del juego de pelota.
Imagen teológica: Emanación y reabsorción del Soplo Divino.
Cosmología: Movimientos del planeta tierra que a la observación aparecen como
movimientos solares.
Cosmografía: Rumbos y direcciones del plano terrestre.
Ontología: Absoluto. Causa eficiente del Ser manifestado. Agente.
Dedo: Índice derecho del pie ó de la mano.
Biología: Ombligo. Corazón. Habla (aparato de fonación).
Zona energética: Región umbilical, plexo cardíaco y garganta.
Aspecto astral: Tonalli ó Tonal, lo opuesto al Nagual ó Nahualli, por tanto, lo
conocido ó cognoscible.
Zona psíquica: Atención conciente.
Virtud: Adaptabilidad.
59
Silva y Hernández (1990), p. 177
- 120 -
La palabra ollin, nombre del decimoséptimo signo de los días, abarca todos los
sentidos de la noción de movimiento; traducible también por “terremoto” ó “temblor”,
en su etimología muestra que en un sentido primario el moverse se concibe en relación a
los movimientos de la tierra y a los humanos (como en el avanzar de grandes
multitudes). La raíz ol de la que se deriva ollin, está también contenida en las voces
nahuas correspondientes a “pelota” y “hule”, por lo que ollin expresa ya siempre el
sentido de “moverse en redondo”, acción en la que el objeto retorna al punto de partida.
En su aspecto verbal ollini-a significa también “caer y levantarse”, sentido del que
posiblemente nació la relación de ollin con el moverse de la conciencia, representada en
los mitos por Quetzalcóatl. Ollin se refiere además al moverse del Sol, no sólo al del
astro sino también al de la Quinta Edad. Ollin también significa sucesión de Eras
Cósmicas ó “Soles”. Ollin resume simbólicamente el destino del Ser, su eterna
mutación, la sincronía y orden preciso del movimiento y el sucederse de diferentes
niveles de atención.
“El signo diez y siete era el que llamaban ollin el cual bocablo quiere decir
cosa que anda ó se menea el cual signo aplicaban al Sol. Todos los barones
que en este signo nacian los tenían por hombres que resplandecerían como el
sol: teníanlos por bien aventurados bien afortunados venturosos dichosos
tenían á gran dicha y buena suerte y buena ventura el nacer en este signo
prometianles señorios reinados á los que nacían este día á causa de que
así como el sol es rey y supremo entre los demás planetas así prometían al que
en su signo nacía estado supremo en la tierra y esto (como dije) á los barones
porque á las mujeres le era contrario anunciabanles que habían de ser tontas
bobas necias de corto juicio lunáticas desconcetadas pero ricas y prósperas
y poderosas como los barones y así aunque este signo era bueno tenía parte
de indiferente por lo dicho”.60
60
Durán (1995), p. 237
- 121 -
Tecpal. (18) Pedernal.
Color: Negro.
Regencia: Chalchiuhtotolin. El Guajolote Precioso.
Imagen teológica: Sacrificio ritual.
Cosmología: Plano ígneo, sobre Tierra, Agua y Aire.
Cosmografía: Norte. Mictlan.
Ontología: Materia. Existencia.
Dedo: Medio derecho del pie ó de la mano.
Biología: Dientes.
Zona energética: Plexo sacro y garganta.
Aspecto astral: Oído interno.
Zona psíquica: Pensamiento lógico. Entendimiento. Discernimiento.
Virtud: Lucidez.
61
Silva y Hernández (1990), p. 191
- 122 -
El pavo ó guajolote es el ave de Tláloc, representa así al chalchiuhatl, el líquido
precioso, la sangre, y por contigüidad, sacrificio, específicamente el de las mujeres
muertas en parto. Simboliza también a Tezcatlipoca, dios del castigo y de la penitencia.
Piedra se relaciona con el concepto castigo, con el frío y con el elemental Tierra.
La tierra y el frío se asocian con la oscuridad nocturna y con el rumbo norte, por lo cual
denotan invierno e inframundo. Las piedras son huesos y viceversa. Como el agua y el
cráneo, la piedra es un símbolo completamente arcaico, su uso como instrumento se
pierde en la noche de los tiempos. La asociación del pedernal con el castigo es
seguramente la más tardía. Se calcula que las piedras más antiguas utilizadas como
puntas de proyectil en América provienen de alrededor de 37 mil años atrás. Se piensa
por ello que la economía humana de aquella época se basaba en la cacería y la
recolección, la piedra fue útil en el consumo de proteínas animales y en la guerra. El
hombre tiene su ancestro físico en el homo habilis y en los antropoides, pero aún antes
del tiempo, su ancestro astral está en la pareja primordial que una vez encarnada
atraviesa todas las etapas de evolución hasta alcanzar al homo sapiens. La conciencia
bisexuada, antecede a todo ser y todo ser tiende a reconocerse en ella antes de
identificarse con el Absoluto. Como sucede en todo agregado humano, la violencia
debió surgir de entre los menos evolucionados psicológicamente. En la religión
prehistórica la guerra era una manifestación del equilibrio entre los opuestos y adquiría
más bien la connotación del concepto moderno de justicia. Las religiones primitivas
rindieron culto al Sol y a los antepasados. El hombre primitivo sabía reconocer en los
animales, en las plantas, y en los seres de la naturaleza toda, a sus ancestros y también
que él era lo que comía. Si la antropofagia se manifestó alguna vez en la prehistoria
humana la experiencia del antropófago pudo ser más ó menos similar a la de quien se
realiza un transplante quirúrgico; el que comía era conciente de que adquiriría las
características de aquello que lo alimentaba. El acto de la alimentación tiene un aspecto
- 123 -
mágico y litúrgico. En el norte del globo terrestre, escasos los vegetales a causa del
hielo, el hombre habituaba la proteína animal y en situaciones del todo extremas,
absolutamente extremas, también la humana. La piedra se podía utilizar para sacrificar
al vivo, para desollar a la víctima y para encender el fuego. Los pueblos militaristas de
mesoamérica no fueron los creadores de la idea de que la piedra trabajada se relaciona
con el sacrificio, la sangre, la muerte, la violencia y la justicia, este concepto ha sido
común a todas las religiones del mundo.
El proyectil adquirió desde muy temprano el sentido de destello y luz. El Sol fue
primero una hoguera, después un Lanzador de dardos. La piedra es origen y fin, vida y
muerte. El hombre culto, el que se mantiene conciente de la presencia de la Luz en todo
ser, este ve en la piedra un espejo que le permite reconocerse como algo no-físico. Para
el culto, el fuego es imagen del Dador de Vida (y por ello del acto sexual) y el impacto
entre dos piedras ó el frotamiento con dos palos (uno vertical y otro horizontal), ritual
alusivo al origen de todas las cosas. El hombre conciente de sí encuentra en el retrato
del cazador una imagen de la voluntad en afán de libertad y ve en el guerrero el símbolo
de la gran empresa del individuo que es la de ser victorioso sobre sí mismo.
- 124 -
Quiahuitl. (19) Lluvia.
Color: Rojo.
Regencia: Tonatiuh. El Sol.
Imagen teológica: Emanación de la Palabra, de la Voluntad y de la Luz.
Cosmología: Agua celeste (Quetzalcóatl). Atmósfera terrestre. Meteoros.
Cosmografía: Poniente. Laderas de cerros y montañas.
Ontología: Vida.
Dedo: Anular derecho del pie ó de la mano.
Biología: Manos. Sangre. Semen.
Zona energética: Palmas de las manos.
Aspecto astral: Cuerpo emocional (nahualli).
Zona psíquica: Emotividad.
Virtud: Generosidad.
62
León-Portilla (1984), p. 154
- 125 -
La cabeza de Tláloc sirve como signo de la cifra 19. El regente de este logograma
es Tonatiuh, expresión, encarnación y fuente del fuego que cae del Cielo. Los
sacerdotes asocian, de acuerdo con Seler, quiahuitl con tlequiahuitl, la lluvia de fuego
que puso fin al Quiauhtonatiuh el tercero de los 4 períodos prehistóricos del mundo.
Durante el Sol de Lluvia, llamado Nahui-Quiahuitl, 4-Lluvia, los hombres fueron
destruidos a causa del fuego que cayó del Cielo. El signo Quiahuitl se asocia con la idea
de fin del mundo y con el ayuno y sacrificios que se realizan 4 días antes de la posible
catástrofe.
El torrente sanguíneo es algo así como el asiento físico del doble astral, el
vehículo de las emociones; toda la información química emanada del sistema endocrino
que el organismo requiere viaja transportada por la sangre. Quiahuitl se refiere a la
sangre arterial, a la de esencia solar, a la que proporciona la vida física. En cuanto a las
células sexuales, el espermatozoide es la solar y tiene la peculiaridad genética de definir
el sexo del procreado; como la sangre, el semen transporta la información química de
toda la especie humana.
La imagen de las manos abiertas conlleva la del acto de dar, que en un contexto
orientado por la idea de sacrificio, tiene el sentido de darse. En las manos se concentra
tan intensamente el poder de vida que basta una simple caricia para aliviar cualquier
tipo de mal: al aparecer la mano justa en el momento justo cualquier dolor se hace
secundario ó inexistente.
“El penúltimo signo que es el diez y nueve era el que llamaban quiahuitl que
quiere decir pluvia ó aguacero. A todos los que en él nacían así hombres como
mugeres les daban y prometían una muy mala ventura y era que habían de ser
ciegos, cojos, mancos, bubosos, leprosos, gafos, sarnosos, legañosos, lunáticos,
locos con todos los males y enfermedades adherentes á estas”.63
La información del fraile es parcial, pues Quiahuitl se asocia más con el tratamiento
de la enfermedad que con la enfermedad en sí. El sano es aquel capaz de curarse a sí
mismo y que al conocer el origen de las afecciones puede contribuir a la sanación de
otros. Si los intérpretes vinculan patología con Lluvia, es porque Lluvia es signo de
decadencia, ó mejor aún, de la caída del Fuego Celeste; Lluvia indica sol en el ocaso y
63
Durán (1995), pp. 237-238
- 126 -
por tanto a la idea “proximidad del fin”. Las enfermedades solo son indicadores para
resaltar la idea de “fin próximo”, este significado es obvio en el sistema vigesimal lo
mismo que en la geometría ó en la cronometría. Además las enfermedades son también
símbolos de los diversos tipos de “fin”. La mitología nahua nos dice que son al menos
tres los posibles lugares a los que puede arribar el ego después de la muerte física: la
Casa del Sol (para la muerte del guerrero), el Mictlan (para la muerte común) y el
Tlalocan. No todos los hombres han de morir en la guerra, ni todas las mujeres en el
parto; a los que sobreviven de sus batallas les es posible elegir entre una muerte común
que borrará su memoria de la historia social y una muerte que les haga residir en
Tamoanchan. El carácter de Lluvia es como escribe Durán, lunático, hoy podríamos
decir inquieto, ansioso…precipitado. Los dientes en el logograma expresan Fuego
Celeste y destructividad. 19 simboliza a “lo que acaba” manteniendo en el horizonte de
atención también a “lo que conservándose recomienza”. Enfermedad es por tanto
símbolo de un período crítico, de transmutación, e índice de ciclicidad.
“Puesto que Él lo dijo, lo pensó, lo determinó, por esto tú has vivido, por esto tú
has nacido. No lo olvides en el día ni en la noche. Ve invocándolo, ve rogándole,
ve suspirando, ve afligiéndote. No hagas con tranquilidad el sueño, el reposo. No
decaiga tu rostro, tu corazón respecto de Él, el Señor Nuestro, porque es tu padre,
porque Él te formó.
Por su generosidad sírvelo amorosamente para que te ayude, para que su
corazón otorgue, para que te entregue tus dones, aquello de lo que eres digno, tu
merecimiento, tu estar en pie, tu mantenimiento. Con eso podrás erguirte, con eso
podrás vivir para que no andes metiéndote entre las nubes, en la oscuridad”.64
64
León-Portilla y Silva (1991), p. 51
- 127 -
Xochitl. (20) Flor.
Cantares mexicanos.
65
Leander (1991), p. 99
66
Garibay (1971), p. 88
- 128 -
En la matemática, el logograma Xochitl representa principalmente los valores de
0, 4, 5, 9, y 20. Geométricamente se trata de un círculo ó de una elipse, esto es, de una
forma curva que se cierra en un ciclo; cuando el ciclo es abierto entonces el resultado es
la espiral. Oval, espiral ó circular, la forma abstracta de este logograma simboliza la
trayectoria de un cuerpo cualquiera en el espacio-tiempo. En la plástica, a la flor se le
representa con 4 pétalos (puntos cardinales u horas principales), vista desde arriba
cuenta con 5 elementos (4 pétalos y el centro) ó con 9 (4 pétalos, 4 prolongaciones del
cáliz y centro) significando astronómicamente de acuerdo al contexto Sol, Tierra o
Venus. Cosmológicamente puede distinguirse una Flor cósmica, símbolo de la totalidad
de la Creación, de una Flor solar, imagen del astro y del sistema planetario.
- 129 -
promiscua. Por sus cualidades, los entéogenos se designan como flores. Así, el
logograma alude a la embriaguez, tanto a la sensual como a la mística.
“El último y veinteno signo que era xochitl que quiere decir rosa que era día
último del mes era signo que se aplicaba á los oficiales mecánicos y así á los que en él
nacían inclinaban á pintores, plateros, tegedores escultores entalladores en fin á todo
oficio que imita la naturaleza. En las mugeres á lavanderas á teger labores á hacer pan
pintado inclinaba a pulirse y á aderezarse amigas de camisas labradas de mantas
labradas limpios curiosos trabajadores para tener lo necesario ganándolo por sus manos
en sus oficios, etc.”67
67
Durán (1995), p. 238
- 130 -
Capítulo 4. Cronología.
Medidas máximas.
2 × 4 × 9 = 72
2 × 4 × 9 × 13 = 936
2 × 4 × 9 × 20 = 1440
2 × 4 × 9 × 13 × 20 = 18720
5 × 13 × 52 × 365 = 1233700
5 × 20 × 260 × 360 = 9360000
La Cuenta Larga no mide al ciclo de precesión lunisolar como el tun no mide al año
trópico. De cualquier modo puede considerarse a los olmecas como pioneros en el
establecimiento de un método para medir el ciclo de precesión del eje terrestre. Si el año
vago es n veces menor que el año trópico, la Cuenta larga es n1 veces menor que la
medida promedio de la precesión lunisolar.
- 131 -
La medida moderna del ciclo de precesión del eje terrestre es de 25729.19 años
solares (calculados en 365.2422 días).
Puede creerse que los olmecas y los mayas ignoraran el factor de escala que hay
entre la Cuenta Larga y la medida astronómica de la precesión lunisolar; lo interesante
es que ese factor de escala existe y es congruente con el método matemático tolteca, a
tal grado que su manejo permite entender que la medida del año trópico es de 365.24219
días, ya que 365.2422 días como divisor de 93973.858992 implica un cálculo
precesional que no es de 25729.19 años:
En cambio, al utilizar la medida del año trópico, correcta en vista de que la precesión
es su múltiplo, la medida de años implicada para el ciclo de precesión es de 25729.19:
68
Maupomé (1986), p. 57
- 132 -
Si la medida de 936 días se multiplica por el factor de escala y el producto se divide
por la medida del año trópico el resultado es equivalente a un diezmilésimo de la
medida de la precesión lunisolar:
Al contemplar los 9360000 días de la Era Precesional tolteca y dividirlos por 316958
se encuentra que la lunación se promedia en 29.5307 días; al dividirlos por 316959 se
promedia en 29.5306 y al dividirlos por 316960 se promedia en 29.53054 días. Todos
estos promedios fueron registrados en monumentos olmecas y mayas.
- 133 -
La Cuenta Larga y la revolución sinódica de venus.
De lo anotado en las páginas 46 a 50 del Códice Dresde se desprende que los mayas
dividieron así el ciclo sinódico de venus: 236 días como estrella de la mañana, 90 días
de desaparición superior, 250 días como estrella de la tarde y 8 días de desaparición
inferior.
Los días 4 y 12 Ahau aparecen en la página 50 del Dresde. En la tabla, los días 4 y
12 Ahau indican que en estas fechas concluye el conteo de 8 días de conjunción inferior
venusina (Ver figura 48).
69
Para calcular fechas de la Cuenta Larga correlacionadas con fechas cristianas se ha utilizado el
programa elaborado por el ingeniero Héctor Martínez Calderón que se encuentra en: http://cronopolis.net/
Para esta herramienta no hay un año cero dentro de la cuenta cristiana como si lo hay para la cuenta maya,
por lo que sitúa el comienzo de la Serie Inicial actual en 3114 a.C., año que representa al ciclo anual
número 3113 antes del principio de la era cristiana.
- 134 -
Fig. 48. Página 50 del Códice Dresde.
Para contar los ciclos de venus que van del año 2004 al 2012 al estilo del Dresde es
entonces necesario sumar 4 días a 4 Ahau para indicar que en esa fecha concluyen los 8
días de conjunción inferior; ello lleva a 8 Kan, día que como indicador del fin de una
conjunción inferior apareció, en el libro mencionado, a la vista en la página 46 (Ver
figura 49). Sumando 2920 días se llega a la fecha 3-Kan 7-Zotz (9 de junio de 2012); la
fecha 3-Kan apareció inmediatamente abajo de la fecha 8-Kan en el códice maya.
- 135 -
Fig. 49. Página 46 del Códice Dresde.
El día 4-Ahau del tzolkin, representativo del fin del período de 236 días de venus
como lucero del alba y del comienzo de la desaparición superior del planeta, aparece en
la página 47 del Dresde (Fig. 50); un día como ese comenzó el registro de la presente
Serie Inicial.
Al restar 236 días a la fecha cero se alcanza el día 2-Kan 12-Xul (20 de diciembre
de 3114 a.C.), como esta fecha representa el fin de la desaparición inferior de venus, al
restarle 4 días se obtiene la fecha de la ocurrencia de la conjunción inferior para 3114
a.C., según el procedimiento del códice: 11-Ahau 8-Xul (16 de diciembre) [En el
Códice Borgia se toma la cifra 243 como representativa de los días de venus como
estrella matutina].
- 136 -
Fig. 50. Página 47 del Códice Dresde.
El tránsito de venus frente al disco solar que ocurrió el 8 de junio del año 2004 se
fecha en el día 1868881 de la cuenta larga; 3201 ciclos venusinos separan esta fecha del
9 de diciembre de 3114 a.C. (4-Ben 1-Xul)
- 137 -
Para el 13 de agosto de 3113 a.C. y desde 4-Ben 1-Xul han pasado 247 días por lo
que venus se encuentra al inicio de su desaparición superior. La reunión de 3206
revoluciones venusinas es igual a una Cuenta Larga más 47.52 días. Al sumar el
equivalente en días a 3206 revoluciones venusinas y el número de día juliano 584036 (9
de diciembre de 3114 a.C.) se obtiene el número de día juliano para la ocurrencia del
tránsito venusino de junio de 2012.
La correlación GMT.
Una vez que pudo ser descifrada suficientemente la escritura maya, el procedimiento
de correlación entre el calendario gregoriano y el calendario de esta cultura
mesoamericana (más preciso) se llevó a cabo del modo siguiente:
- 138 -
La fórmula de correlación GMT considera que el final del Katún 11.16.0.0.0. 13-
Ahau 8-Xul (en términos de la Serie Inicial) cayó el día 13 de noviembre de 1539
(calendario gregoriano).
4-Ahau es el nombre para el día de acuerdo con el tzolkin (ciclo de 260 días),
mientras que 8-Cumku indica el nombre del día de acuerdo con el haab (ciclo de 360+5
días). El haab es un calendario de funcionamiento análogo al xiuhpohualli, se distinguen
estas cuentas inmediatamente por el lugar en el que sitúan a los días finales de año. En
3113 a.C. la fecha 4-Ahau 8-Cumku indica que el haab se encuentra en el noveno kin
del mes Cumku (0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8 Cumku), el último grupo de 20 días antes de los
uayeb.
- 139 -
Correspondencia calendaria.
Los documentos nahuas revelan que un conjunto de 5 Soles conforman una Era y
que los tlamatinime conocieron dos cuentas anuales: la xiuhpohualli y la
meztlapohualli. Con estos datos y recurriendo al método matemático tolteca: la
xiuhpohualli cuenta 52 años de 360 + 5 días, como 52 no es múltiplo de 20 y sí de 13,
La meztlapohualli cuenta también años vagos sólo que divididos en 364 + 1 días; la
base aritmética mínima para la reunión de días es 4, por lo tanto:
70
León-Portilla (1989), p. 158
71
Para realizar los cálculos de correlación entre fechas gregorianas y fechas del xiuhpohualli se utilizó el
programa presentado por Miguel Navarro Saad en la página Web de la Facultad de Ingeniería de la UAQ:
http://www.uaq.mx/ingenieria/publicaciones/calendarios/calazt.html
- 140 -
Los ciclos máximos para una Era nahua integrada por 5 Soles, a-priori, son
equivalentes a 3380 y 2704 años solares.
“Aquí está la relación oral de lo que se sabe acerca del modo como hace ya mucho
tiempo la tierra fue cimentada.
Una por una, he aquí sus varias fundamentaciones (edades).
En qué forma comenzó, en que forma dio principio cada Sol hace 2513 años –así
se sabe- hoy día 22 de mayo de 1558 años”72
72
León-Portilla (1966), p. 102
- 141 -
El Manuscrito revela en primer plano la duración que corresponde a cada
fundamentación de la tierra. Las cifras 676, 364 y 312 son todas múltiplos de 52. Al
sumar 364 y 312 se obtiene 676 como resultado. 676 años es la cifra máxima posible
para la duración de una edad (4 por 13 por 13); lo que explica cómo para 1558 el Quinto
Sol aún no finalizaba.
La Era Nahua es descrita conteniendo 4 regiones, cada una representada por los
nombres de los principales cargadores de los años. En el Manuscrito se afirma
explícitamente que al primer Sol se le asocia con el signo Ce-Acatl; que los Soles
segundo y tercero se relacionan con el signo Ce-Tecpal; que el cuarto Sol tiene por
signo a Ce-Calli y se sobreentiende que al Quinto Sol le corresponde el signo Ce-
Tochtli, por eso se dice que “él va por delante, guía, comienza, se hace su principio,
introduce todos los signos del año: caña, pedernal, casa” en el calendario del Quinto
Sol.
- 142 -
De lo dicho se desprende: que la Cuenta Larga Nahua (CLN) contiene 3380 años
vagos, ó sea, 13 Cuentas Cortas de 260 × 365 días (CCN); que con el Xiuhpohualli cada
Sol contiene 676 años vagos; que un Atado de Atados, al organizarse en base 4, permite
reconocer perfectamente el rumbo cósmico asociado a cada término de la cuenta.
676 años no es divisible en números enteros por 104, es claro que un Sol se divide
en Atados de años, 13 en total, y no en Ancianidades. El producto de 676 por 365 días
es divisible entre 260 a 949
El caso es que un Sol tiene un máximo de duración y que se divide en: Atados,
tlalpiltin, años vagos, veintenas, trecenas y quintanas, según la Xiuhpohualli. Sus 13
Atados no se pueden distribuir sin fracciones en las 4 regiones, en cambio los 52
tlalpiltin equivalentes se pueden localizar en número de 13 para cada región. El sistema
cronométrico presupuesto contempla años vagos reunidos en Atados de 52, así que el
Atado es la base del sistema en combinación con el tlalpilli.
- 143 -
Aunque no todos los nahuas denominaron 1-Caña al primer año de un Atado, este
período comienza con el tonalli 1-Caimán y cuenta sus días con el paso del sol por el
cenit según el sistema de 360+5. Al inicio de una Ancianidad, el año Ce-Acatl
comienza al mediodía con el tonalli Ce-Cipactli, 52 años después sucederá lo mismo
simultáneamente en las cuentas de 260 y de 360+5.
Todas las veintenas comienzan por Cipactli; 1-Caimán sólo aparece una vez cada 52
años encabezando tanto al xiuhpohualli como a la tonalpohualli. En la tabla que aparece
a continuación se registra el número del tonalli con que inicia cada veintena a lo largo
- 144 -
de un tlalpilli. El año nahua correspondiente al 2005 gregoriano, teniendo 6 por
numeral, comienza con el tonalli 7-Caimán su primera veintena.
En una Cuenta Corta Nahua todos los años de 360 + 5 días inician sus veintenas
con el signo Cipactli. En la Cuenta Corta con años de 364 + 1 días las trecenas
comienzan naturalmente por el número 1.
- 145 -
Cronología venusina.
Según el Manuscrito de 1558, el Quinto sol nació en 1073 d.C., ese año el 21 de
marzo se fechó como 4-Imix y el 12 de marzo como 4-Cipactli, se trató de un año 10-
Casa de acuerdo con el calendario nahua. El 8 de junio del año 2004 se fecha en el día
1868881 de la cuenta larga, 582 revoluciones venusinas separan este día del 25 de
diciembre de 1073 (10.12.7.6.0, 10-Ahau 18-Uo)
280 ciclos sinódicos de venus (584 días) se cuentan durante los 448 años que van de
1073 a 1521.
Los 936 años que van desde 1073 hasta 2009 representan las cantidades 585×583.92
ó 585×584, ó sea, 585 ciclos sinódicos de venus. Por tanto, durante el año 2007 se
concluirá un ciclo cuadrado venusino (583.92×583.92 ó 584×584 días) desde el inicio
del Quinto Sol.
- 146 -
584 × 584 = 341056
341056 + 1529040 = 1870096 (6 de octubre 2007)
- 147 -
Capítulo 5. La lectura profética del Tonalámatl.
Procedimiento de la lectura oracular.
Cada Sol ó Edad recibe el nombre del tonalli en que finaliza. A cada grupo de 13
años ó tlalpilli se le asigna 1 de 4 nombres de tonalli: 1-Caña, 1-Pedernal, 1-Casa ó 1-
Conejo. Al año se le asigna 1 de 52 nombres. Dada una fecha y localizando al día en
una veintena se sabe también a qué trecena pertenece. El tonalpouhque ó intérprete del
destino puede proceder sistemáticamente para realizar su tarea, primero observando las
características del nombre del Sol, a continuación las del tlalpilli, después las del
nombre del año, luego las del nombre de la trecena y finalmente las del nombre del día.
Al experto tonalpouhque le basta conocer el nombre del tonalli para identificar las
características de un acontecimiento natural ó humano y para determinar los rasgos
esenciales de una personalidad. El lector de un Tonalámatl encuentra en el amoxtli el
desarrollo del contenido significativo de un tonalli mediante símbolos pictográficos.
Los sacerdotes y pedagogos toltecas encuentran algo más que un simple juego
oracular en el Tonalámatl; los frailes católicos fueron concientes de que no se
encontraban frente a un recurso de entretenimiento y conocieron algunos aspectos de la
- 148 -
lectura del Tonalámatl con el fin de acabar de un modo estratégico con el dominio que
el demonio, decían, ejercía sobre los indios.
“Podemos dar por seguro que la asociación de los signos del calendario mágico
y las partes del cuerpo –probablemente llevada a cabo según normas muy diversas-
era una práctica popular y frecuente, pues servía a un fin concreto de tipo augural. El
adivino, en la mayoría de los casos a la vez conjurador de enfermedades y curandero,
recurría a ella para reconocer la naturaleza de las enfermedades y fijar el día más
propicio para someter al enfermo a determinado tratamiento”.73
Estas son las veinte letras o símbolos, las cuales usaban para todos sus
números, los cuales decían que tenían dominio sobre los hombres, como aquí
se representa, y de éste modo los medicinaban cuando alguno se enfermaba
o verdaderamente le dolía una parte del cuerpo. [Cipactli] Bufeo (tenía
influencia) sobre el hígado. [Xóchitl] Rosa en las tetillas, [Ollin] Temblor
en la lengua. [Cuauhtli] Águila en el brazo derecho. [Cozcacuauhtli] Aire
en el oído derecho, [Tochtli] conejo en el oído izquierdo. [Técpal] Pedernal
en los dientes. [Ehécatl] Aire en el aliento. [Ozomatli] Mona en el brazo
izquierdo. [Itzcuintli] Perro en el corazón. Malinelle (malinalli) en los
intestinos. [Cuetzpallin] Lagartija en la matriz de las mujeres. [Océlotl]
Tigre en el pie izquierdo. [Cóatl] Culebra en el miembro viril del hombre,
como cosa de la cual ha venido el origen de su mal. De este modo consideraban
ellos a la Culebra de donde quiera que venga por mayo, augurio de todos los
otros; y así también los médicos usaban esta figura cuando curaban; y según
el día y la hora en la cual alguno se enfermaba, así veían si la enfermedad
estaba de acuerdo con el signo que reinaba.74
73
Seler (1963), T. 1, p. 207
74
Ibid.
- 149 -
Fig. 51. Los signos de cempohualli y las partes del ser humano.
- 150 -
Establecidos los ejes principales, se ocupa el espacio del siguiente modo: Culebra se
dibuja entre las piernas sin línea que la vincule, aunque en sustitución de ésta la lengua
del reptil señala hacia el pene. Entre Venado y Águila se dibujan a la izquierda del
espectador Bufeo, Rosa, y Temblor. Entre Águila y Muerte se dibujan también a la
izquierda del que contempla: ayra (Cozcacuauhtli), que el comentarista nos dice rige
sobre el oído derecho; Agua, que se relaciona con el cabello y Casa que señala la
frente. A la diestra de Muerte aparece lluvia unida por la línea al ojo izquierdo, que sin
más datos parece indicar ojos ó sentido de la vista, tal vez lágrimas. En el dibujo, Perro
se vincula con la nariz, luego aparecen conejo, Pedernal y Ayre (Ehecatl). Entre Mono
y Tigre se dibuja a Caña (costillas ó pulmones), a Malinalli y a Lagartija. En la parte
que corresponde al plexo solar del personaje está dibujada nítidamente una espiral.
Para el tolteca, la espiral en uno de los focos del dibujo, es símbolo de la identidad
entre el macrocosmos y el microcosmos. En el otro foco, casi al centro del pecho,
aparece la representación del hígado, que corresponde al primer logograma de la
veintena. Se entiende que el pintor amalgama las formas expresivas con intenciones
simbólicas y no anatómicas; la víscera hepática es símbolo del proceso de asimilación,
tanto del material ó nutrición, como del intelectual ó comprensión. Sólo en el Colegio
Interno los toltecas conocen los pormenores de la fisiología, tanto del cuerpo físico
como del astral, pero sin duda el hígado juega un papel preponderante en ella. Al
observador es claro que de los signos de la veintena la mayoría denotan expresamente
“cabeza”, y ello es natural si se toma en cuenta que todas las cifras son símbolos de
Ometéotl y que a éste se le representa mediante esta parte del cuerpo; el concepto que
está detrás de la imagen es el de espacio circunscrito. A Ometéotl se le reduce a la
categoría de totalidad, aunque en sí mismo es intuido como ilimitado e inasible. Todos
los logogramas indican cabeza en la toltequidad, Casa, por ejemplo, en el Códice
Vaticano 3738 está expresamente vinculada a esta parte del cuerpo. Agua en algunos
códices, por ejemplo en el Borgia, se dibuja con un ojo. Caña puede dibujarse como una
planta de maíz, cuyo fruto tiene cabello, los mayas solían dibujar cabezas con rasgos de
mazorca. Así en cada signo de cempohualli se alude no sólo una parte orgánica del ser
humano, sino también a su proyección en los niveles astral, mental y causal.
Casa corresponde a la cabeza, pero indica cualquier órgano y al cuerpo mismo como
habitación de la vida y de sus manifestaciones. En el Códice Vaticano Serpiente está
asociada con el miembro viril, pero mejor aún con la genitalidad misma, al respecto
Coatl y Cuetzpallin son intercambiables como símbolos; el autor del códice citado
prefirió simbolizar a la vagina con la Lagartija, símbolo de la tierra, y al pene con la
Serpiente, símbolo del rayo. La Lagartija es símbolo de abundancia y la Serpiente
símbolo del exceso por corresponder al número 5. Si la Serpiente acaso se toma como
causante de toda enfermedad esto se debe entender en el marco de la ética y no sólo de
la etiología.
- 151 -
toda su carga de simbolismo metafísico, el cual comento en el apartado dedicado al
estudio del logograma. Lluvia está dibujada como el mascarón de Tláloc que presenta
un ojo como núcleo, se une por la línea con el ojo izquierdo del personaje, pero no es
posible saber hasta ahora si se refiere por ello a la vista ó a las lágrimas ó a otra parte de
la zona ocular ó relacionada con ella. Perro se relaciona con la nariz, aunque el
comentarista dice que rige el corazón, en ambos casos los órganos tienen su carga
simbólica correspondiente, el olfato como sagacidad y el corazón como asiento de la
vida y de los sentimientos. Conejo se une con la oreja izquierda, que junto con Zopilote
(oreja derecha) señalan al sentido del oído; este sentido como el de la vista tiene dos
aspectos, uno interno y otro externo, que se asocian con la lateralidad. Agua también se
localiza en la zona de la cabeza indicando al cabello, símbolo de la vegetación y la
fertilidad. 4 cabezas solares rigen sobre las extremidades superiores e inferiores, los ya
anotados párrafos atrás. Caña, Hierba y Lagartija señalan también partes internas:
pulmones, intestinos y matriz respectivamente.
- 152 -
verticalidad terrestre. Mictlantecuhtli es el personaje que habita en el noveno nivel del
inframundo. Tampoco 9 puede dividir sin residuo a 20 y a 260, pero en la cosmografía
indica 4 regiones del plano terrestre, 4 alturas solares y al centro. En la cabeza, Casa y
Muerte suman 9; en los genitales Serpiente y Lagartija suman 9. Considerado el ser
humano como microcosmos, tiene su centro en el origen de la espiral logarítmica, en
Cipactli, topográficamente a la altura del plexo solar ó en la región umbilical y
simbólicamente en el corazón. Como ser terrestre el ser humano tiene por centro la
genitalidad y como ser ultraterrestre tiene por centro a la cabeza.
- 153 -
Atl Líquidos orgánicos, Doble. Pensamiento
específicamente los analógico.
sexuales, la sangre,
la linfa y la leche
materna. Plexo
sacro. Entrecejo.
Itzcuintli Carne. Corazón. Doble. Instinto.
Masa muscular.
Órganos genitales.
Plexos sacro y
cardíaco.
Ozomatli Glándula pineal. Automatismo. Conciencia cósmica.
Genitales. Plexo
sacro. Vértex.
Malinalli Intestinos. Ello. Nahual.
Vellosidades.
Código genético.
Región umbilical.
Acatl Sistema respiratorio. Ego. Voluntad.
Tráquea. Columna
vertebral. Plexo
solar.
Ocelotl Garganta. Tiroides. Oído interno. Voz del Ser.
Oído. Cuello.
Cuauhtli Sentido de la vista. Visión interior. Contemplación.
Entrecejo.
Cozcacuauhtli Vértex. Organismo Poder interior. Saber.
senil. Cerebro.
Glándulas pineal y
suprarrenales.
Diafragma.
Plexo solar. Vértex.
Ollin Ombligo. Corazón. Tonal. Autoconciencia.
Habla (aparato de
fonación). Región
umbilical, plexo
cardíaco y garganta.
Tecpal Dientes. Plexo sacro Poder interior. Razón práctica.
y garganta.
Quiahuitl Manos. Sangre. Doble Emotividad
Semen. Palmas de
las manos.
Xóchitl Glándulas mamarias. Conciencia Conciencia cósmica
Vagina. Región colectiva
umbilical. Vértex.
- 154 -
Astrología.
Si acaso los tuvieron, lo cual es muy probable, hasta hoy se ignora la identidad de
los seres totémicos que los olmecas y zapotecas asociaron a cada una de las 13 zonas
zodiacales en que dividieron a la Era Precesional. También es posible que los mayas
hayan asignado animales totémicos a las 13 zonas de la Era Precesional, al menos eso es
lo que suponen algunos intérpretes del Códice Paris. Seres mitológicos, reptiles, aves y
mamíferos servirían a los mayas para simbolizar la influencia de las condiciones astrales
sobre el mundo y el hombre. Con todo, el documento citado se encuentra en tal estado
de conservación que es difícil lograr la reconstrucción completa de la serie de animales
totémicos. Además se ignoran casi totalmente los nombres en lenguas del Anáhuac que
designan a las constelaciones zodiacales; de encontrarse en los códices prehispánicos
una serie de 13 seres asociados cada uno a una zona estelar se podría denominar a las 13
zonas zodiacales toltecas con los nombres de los tótem. En el Códice Borbónico aparece
la representación de dos series numéricas asociadas a seres mitológicos, una es la serie
de los acompañantes diurnos (tonaltecuhtin) y la otra es la serie de los volátiles
(quecholtin); ambas series simbolizan la división del espacio-tiempo en 13 regiones. Es
posible que ambas series constituyan el círculo zodiacal tolteca, una personificando la
influencia astral en un aspecto de la divinidad y la otra asociando un animal a esta
personalidad como su disfraz ó nahualli. En el Tonalámatl de Tlaxcala, los volátiles
están expresamente representados como manifestaciones de aspectos personificados de
la divinidad. Es un hecho que la base 13 simboliza la división de la trayectoria aparente
del sol en regiones, del mismo modo que los astrólogos del Viejo Mundo la dividieron
en 12 zonas zodiacales; además de ello la Era Precesional también se divide entre 20,
haciendo de los signos de la veintena de algún modo signos zodiacales.
Fig. 52. Fragmentos de lo que ha sido identificado como el zodiaco maya (Códice París).
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9360000 ÷ 13 = 720000 días, zona zodiacal tolteca.
9360000 ÷ 12 = 780000 días, zona zodiacal.
Los toltecas pueden identificar también a los días finales del año con el paso del sol
por las Pléyades, de modo que la primera de 13 zonas zodiacales corresponda a parte
del signo de Tauro y parte del signo de Géminis.
Para asignar una zona zodiacal a un grupo de días enteros al interior de un año vago
aparece la Cuenta Corta, según la cual el año contiene 364+1 días, de tal modo que a
cada 28 días corresponda una zona zodiacal de 13. El día final de los años de la Cuenta
Corta debe necesariamente ser distinto en relación al territorio desde donde se realizan
el conteo y las observaciones; en algunos casos es el paso del Sol por las Pléyades el
indicador del período final del año, en otros el evento observado es la conjunción venus-
sol, también equinoccios y solsticios indican principio y fin de los ciclos anuales en los
calendarios anahuacas. Otro modo de asignar signos zodiacales a ciclos temporales
consiste en reunir grupos de 13 años. Cada año en el grupo de 13 ha de contar con
360+5 días, así se procede tanto en el haab como en el xiuhpohualli.
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Apéndice. Reconstrucción estructural del Tonalámatl
de Tlaxcala.
Cada folio del Tonalámatl de Tlaxcala mide 27 cm. de largo por 24 cm. de altura,
lo cual quiere decir que se extiende por un área de 648 cm2, al multiplicar este último
número por 20 folios se obtienen 12960 cm2. El pintor analizó el espacio de cada folio
en 72 unidades cuadradas (cada unidad cuadrada equivale a 9 cm2) de las cuales 20 (180
cm2) se delimitan en un solo rectángulo, mientras las otras se dibujan en cuadrícula. Al
multiplicar 72 × 20 tenemos 1440 unidades cuadradas (12960 ÷ 9). El rectángulo de
cada folio en el que se dibuja la regencia de la trecena genera una cantidad cuadrada
tomando en cuenta todo el amoxtli (20 × 20 = 400); al multiplicar por 20 los 52 cuadros
restantes de cada folio resultan 1040 unidades cuadradas (260 × 4). El número 1440 es
divisible por 360 a 4 por lo que una cuarta parte del libro representa un período de 360
unidades.
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aparecen desnudos, en el Vaticano 3738 la pareja también desnuda está cubierta por una
manta:
Los acompañantes diurnos y los volátiles con sus personajes asociados deben ser
los mismos 13 en cada uno de los folios tal y como aparecen en la reconstrucción; el
primer volátil está pintado en el libro tlaxcalteca de color blanco, pero
convencionalmente debió pintarse en color azul, por ello aunque la interpretación del
pintor que busca presentar al huitzil como nahualli de Tlahuizcalpantecuhtli es correcta,
el ave es también identificable con el nombre de xiuh-huitzil ó colibrí-turquesa.
Completada una serie de 9 acompañantes nocturnos, la primera trecena registra hasta el
cuarto, Cintéotl.
El segundo folio también falta en lo que se conserva del amoxtli; incluyó los
tonaltin de 1-Jaguar a 13-Muerte. El regente de la segunda trecena es Quetzalcóatl; Dios
de viento, “La serpiente que camina en el agua”, Dios de Tollan, numen de la
vegetación y Señor de la vida, Creador de los hombres, Sol que sale en el cielo oriental;
la Luna reinante en Tollan que abandonó la noche, en el cielo occidental, caminando
hacia el Este al encuentro del Sol y que llegado a Tlillan tlapallan (la tierra de la pintura
negra y la pintura roja) se inmoló en una hoguera y al hacerlo su corazón se transformó
en el lucero del alba. Los regentes nocturnos de esta segunda trecena van del quinto,
Mictlantecuhtli, al octavo, Tepeyollotli.
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Tepeyollotli, no son sino aspectos particulares del dios de la Luna”75. En efecto, la Luna
tiene un lugar preponderante en esta trecena, así lo corrobora también la presencia en la
pictografía del caracol marino, símbolo del satélite terrestre y del dios lunar.
75
Seler (1963), T. II, p. 182
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Trecena I, Ce-Cipactli
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Trecena II, Ce-Océlotl.
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Trecena III, Ce-Mázatl.
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Trecena IV, Ce-Xóchitl.
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Trecena V, Ce-Acatl.
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Trecena VI, Ce-Miquiztli.
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Trecena VII, Ce-Quiahuitl.
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Trecena VIII, Ce-Malinalli.
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Trecena IX, Ce-Coatl.
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Trecena X, Ce-Tecpal.
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Trecena XI, Ce-Ozomatli.
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Trecena XII, Ce-Cuetzpallin.
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Trecena XIII, Ce-Ollin.
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Trecena XIV, Ce-Itzcuintli.
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Trecena XV, Ce-Calli.
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Trecena XVI, Ce-Cozcacuauhtli.
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Trecena XVII, Ce-Atl.
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Trecena XVIII, Ce-Ehecatl.
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Trecena XIX, Ce-Cuauhtli.
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Trecena XX, Ce-Tochtli.
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