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Julio C. Páez
Formas de la de la vigilia ediciones 2008.
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Forma de la vigilia ediciones, Todos los derechos reservados, 2008, Ezpeleta, Buenos Aires,
Argentina
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Capítulo 1
Era el fin del otoño, las nubes cubrían la ciudad, desde el mar
soplaba un viento frío que quizás trajera nieve antes del anochecer,
entretanto se limitaba a arrastrar una bruma densa que disolvía las formas.
de viviendas modestas con techos de chapa azul a dos aguas que mutarían en
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los que cuentan con el dinero y la oportunidad necesaria, sin excluir
saunas.
habitado por árboles, estatuas, bancos, fuentes y pájaros; una plaza, claro.
gemela, unos metros más allá, exhibía la misma actitud, su poder era
absolutos.
frío leve de Mayo cedía su lugar al frío cierto de Junio. Se puso de pie y
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seguían manteniendo alguna atracción. Las chicas pasaron riendo
construcción baja y alargada con techo de teja a dos aguas que databa de
las paredes divisorias habían sido demolidas para crear una planta única y
como su vida; quería creer que el frío del invierno fuera una forma de
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cuestión más importante; la pérdida de la librería era también el fin de un
lugar estratégico en Ubicuhén. Hacía casi cinco años que trabajaba allí y
en ese tiempo había llevado adelante su trabajo con suerte desigual y una
vereda que se extendía entre el alambrado que aislaba las vías y la línea
jardín, caminó unos metros y abrió la puerta del frente. Ingresó al estar,
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sentó en un sillón y se perdió en las cambiantes formas de las llamas,
pensó que debía revisar las llamadas del contestador automático pero
objeciones, aclaraba que varias fuentes le habían aseverado que los tipos
eran serios. Agustín sonrió irónico, el intento de Roque era, por lo menos,
Alguna vez había leído que la mayor destreza desplegada por el diablo
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que habitaban la piel de la manzana sin rozar un milímetro de la carne.
auque, por otra parte, no se atrevía a admitir que también deseaba volar
en aquel artefacto.
invierno; pequeñas flores blancas y azules que resistían con firmeza las
florecientes. Más atrás, una casilla de madera y chapas con una cilíndrica
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su obra. Había cruzado algunas palabras con el hombre y había intuido
entre las dos largas mesas cubiertas con textos prolijamente alineados y
Lo sorprendió oír una voz femenina, una voz joven y clara que aseveraba
pertenecer a la nieta de Benito, y que anunció que en dos horas iba a estar
Sonrió pensando que aquella sorpresa era típica del viejo; había sido así
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había sometido a una minuciosa indagación que excluyó toda pregunta,
sobre literatura del siglo XIX y XX, una conversación algo delirante que
Uqbar y preguntó- Por lo que veo, usted puede manejar solo este lugar,¿
que intentan pasarte con un texto valioso, o te intentan estafar con alguna
basura.
Y así había sido, en poco más de una semana Agustín era un iniciado
falsificaciones y precios.
pero entonces sólo estuvo atento a sus ojos y a su voz- Soy Beatriz, la
nieta de Benito.
no parecía ser del todo consciente. –Es un lugar bastante sombrío. –opinó.
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-Sí, Benito pensaba que le era adecuada cierta melancolía, y creo
molesto.
-Yo lo pasé muy bien trabajando acá durante casi cinco años, tu
abuelo era una buena persona, pero siempre tuve en cuenta que si algo le
-¿Cómo?
mi padre, el resto, para cualquier decisión que quieran tomar tienen que
algún billete...
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Agustín rió divertido y preguntó- ¿ Y entonces?
ayudar?
-Claro.
-Es un trato.
mano de Beatriz buscando en sus ojos algún signo que le permitiera saber
pendientes.
-Suerte.
Capítulo 2
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clientes que hicieron compras importantes, una decena de curiosos que
-¿Cómo te fue?
tardes...
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cómo organizamos las cosas...
-¿ Facultad?
-¿ Qué?
-No, nada, era una broma, está bien organicemos las cosas
los clientes
-¿ El de Lovecraft?
-El mismo
-Dale.
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caminaron juntos un par de cuadras y luego Beatriz subió a su auto y
intimidante.
esa desagradable infusión era una acción redundante pero cumplía una
función propiciatoria.
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desconocía cómo podía haber afectado el paso del tiempo sus reflejos y
estado físico.
envueltas por una enredadera de flores blancas. Un mes atrás había sido
para comprobar la firmeza con que estaban sujetas las chapas y encontró
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a torcer la chapa hacia afuera; consiguió abrir el espacio suficiente como
Caminó hacia las ruinas que se destacaban como manchas blancas entre
los cardos y las enredaderas, entonces vio los ojos que resplandecían en la
cabo de unos segundos oyó el maullido y rió con alivio. Se acercó a las
cerró los ojos y recitó una oración breve; luego prendió el papel, lo dejó
tarea que había pospuesto varias veces y que había sospechado inútil.
sin que los sueños dejaran huellas por primera vez en meses.
pensé que si venía caminando iba a llegar cuando abrieras pero parece
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que caminé demasiado rápido.
-¿ Te pasa seguido?
-Buen intento, pero por más prestigiosa que sea la mugre sigue
siendo mugre.
Agustín se dio cuenta de que aquella mujer era hábil para imponer
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acuerdo salarial con los propietarios, y soy muy bueno representando mis
intereses.
inexperta...
-Sí, gracias.
-Sí, un poco.
en los años que había trabajado con él, y cuanta de aquella información le
-¿ Azúcar?
-No, gracias.
-Me acuerdo que hubo bastante polémica con todo ese asunto.
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-Aprendí mucho con ese trabajo, estuvo muy interesante, pero
-¿ Por qué?
zona del puerto viejo, donde estaban las ruinas del antiguo muelle... el
-Sí, me recuerdo.
ojos húmedos.
-Terrible.
-Sí, fue una tragedia, entonces, decidí que cuando me gradúe voy
acá...
-Por ahí con el tiempo podrás ver las cosas de otra manera.
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Capítulo 3
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veloz, fue una molestia en la punta de la nariz, luego lo vio: un panadero,
que llevaba a Ubicuhén, una cinta gris y casi recta que pasaba entre las
Beatriz y el deseo.
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Roque se tomó su tiempo para encender satisfactoriamente la pipa,
Agustín consideraba que era una excusa para ordenar sus ideas y una
-Sí, algo leí, se dice que tuvo una gran influencia sobre el
gobernador Vizdriel.
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-Exactamente. Esa es la línea histórica habitual, la de la historia
documentos que sugieren que esa influencia no existió, sino que Vizdriel
llegar a fundamentarla.
memoria, recordá que todos los desastres, incluyendo el Terror del “42 se
de un espíritu?
-¿ Por qué?
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reticente...
un espíritu.
-Sí, claro
una empleada...
-¿ Una empleada?
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pantalón algunas monedas para pagar el café pero Roque dijo- No, dejá,
manos y Agustín salió del bar: hacía una noche fría y sin viento. Era la
hora de la libertad efímera del fin de la jornada, la hora en la que los que
podían gastaban algo del dinero que los había tenido sujetos las horas
década del 30. Nunca había percibido que ese lugar fuera importante, no
en el portero eléctrico.
dijo y lo besó .
-¿ Trabajaste hoy?
-Saliste anoche...
mesa ratona.
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-Ah, ¿viste que tengo razón? Ese tipo cansa.
encontrás venís cansado, y ahora, ¿ en qué anda?, me enteré que hace una
espiritista en la Universidad.
-No, para nada, sólo era un comentario poco ingenioso, creo que
-Ya te lo dije...
-Entonces compartila.
-Claro.
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-¿ Te dijo también que su familia es una de las más ricas de
Ubicuhén?
-No me vas a decir que ahora la que se está poniendo celosa sos
vos
-Yo tampoco
vodka, un par de vasos y una taza con cubos de hielo en una bandeja. La
dejó sobre la mesa, puso dos cubos en cada vaso, escanció la bebida y le
paladar.
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compartiendo ginebra barata en los boliches del puerto con una legión de
que su amor no era tan fuerte y que la realidad tenía una opacidad y una
-¿ Te pusiste melancólica?
-Un poco.
esos lugares.
-Éramos jóvenes
sobre él.
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Agustín desordenándole el cabello.
-Será el clima...
-Será la patroncita...
-¿ Y en tu caso?
-¿Por qué tenés que estar tan atento siempre, por qué no te das
una mujer y despertó sabiendo que había soñado con otra. Cuando
-Hola
-¿ Y eso?
-Nada, se me ocurrió.
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Sara se originaba en la culpa que sentía por haber soñado con Beatriz
cuando dormía con ella, y se dijo que era un estúpido por sentirse
y que esa mañana Beatriz no iría; tal vez era mejor así. Abrió la puerta y
con una sola oración: “Es peligroso jugar con los lugares”. Guardó la nota
primera vez que la vio, intuyó algo en ella, como un conocimiento del que
animaba a asumir, no podía negar que Beatriz era hermosa. Debía estar
atento y esperar.
Capítulo 4
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había costado concentrarse en los últimos minutos de su exposición y
un rato sin rumbo, llegó hasta el extremo este de la ciudad y tomó la ruta
hacia el puerto; a esa hora sólo era recorrida por camiones y unos pocos
micros; mientras pasaba a uno comenzó a saber por qué se dirigía hacia el
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destrucción detrás de aquel desastre. Intentó apartarla pero no fue fácil;
sintió que tenía que alejarse del lugar, estaba empezando a oscurecer y el
sitio parecía hacerse más amenazador con cada segundo que pasaba. Se
quería estar sola; condujo hasta la librería y vio que Agustín ya se había
ido.
Estacionó el auto y caminó hacia la puerta del bar, cuando pasaba frente a
le indicó que entrara . Pensó, parece como si hubiera sabido que yo iba a
venir.
pude avisarte.
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trabajo.
-¿ Te sentís bien?
-Se nota.
facultad, me subí al auto y fui para allá... después... después allá tuve
-Pero no es eso, yo sentí que había algo malo actuando allá ahora
misma, una maldad actual... pero está bien, no me des bola... estoy medio
loca hoy...
en otra cosa...
¿ Vamos a bailar?
-¿ Qué?
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que...
-Nunca se me ocurrió.
Caminaron hacia la barra entre gente que comenzaba a exhibir los efectos
-No, ahora hacete cargo, ¿ qué, tenés miedo de tener que llevarme
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borracha a casa? –preguntó Beatriz sonriendo divertida.
-Claro
completamente arruinados.
-¿ Y vos?
alegre?
-¿ Y cuando la pierden?
-Me voy
-Trato.
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Agustín se quedó mirándola por unos segundos: jugando ese
Beatriz había variado respecto a la que tenía en la tarde, pero tal vez la
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Agustín vio que el grupo de admiradores crecía: algunos hablaban
-¿ Qué pasa?
divertida.
-Hola, Agustín.
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acompañaba como Hugo, un músico excepcional que estaba al tanto de su
Beatriz.
Roque.
izquierda y Hugo un poco más allá. Cada uno tenía frente a sí un vaso
pensamiento.
y Agustín notó que el pulso aún era firme, tendría que esperar el efecto
comentó Roque.
-Gracias.
conseguir alguna bibliografía difícil, era un tipo muy culto, era agradable
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-Hugo, ¿ vos que tipo de música hacés? –preguntó Agustín
Klapenbaj?
aumentaba su irritación.
pareció, Agustín?
las tradiciones e intentar hacer una música un poco más libre, pero sin
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aleatoria... sino una forma de disponer la sensibilidad, de ampliarla para
el folklore de mundos que ya fueron, que aún no han sido o tienen todavía
la posibilidad de ser... es una idea un poco delirante pero que tiene que
sentido, mi música sirve para conectarme con otro ámbito que no es real,
formas de superar los límites que nos impone nuestra condición, una
cigarrillo con la vista fija en el vaso de whisky que tenía frente a sí sobre
Hugo prosiguió- Como decía... creo que la música puede ser una
whisky.
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todo límite
problema?
cada vez más endebles... que no son más que construcciones mentales
Pero debemos comprender que sólo tenemos las palabras para balbucear,
que estamos condicionados por la cárcel del lenguaje que no nos acerca a
admitió- Por ahí tenés razón, pero no me gusta la forma en que lo decís. –
whisky, que echó su cabeza hacia atrás para evitar el golpe; el puño lo
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riña inicial se convertía en una gresca masiva que incluía a Roque, al
que buscaban una diversión más explícita que la sugerida por la danza y
como hoy...
mientras manejás...
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-Claro, ¿ no viste como esquivó la trompada de Hugo?
-Y lo que dijo...
-... lo que dijo fue interesante, por un momento pensé que se venía
una discusión digna de ser escuchada, no pensé que iba a terminar de esa
forma...
-No creo
-¿ Dónde?
-Vamos.
en una ola de pensamientos tales como: esta mina está entregada, ¿ por
tomar un café?, que eran repelidos por un temor profundo respecto a las
estrecha con él. El poder del enemigo lo agobió con una potencia que
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la lucha podría haberlo ayudado a estar más dispuesto), no
experimentaba.
-¿ Qué te pasa?
-Nada.
-Pavadas.
-Algo te pasa.
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-Listo.
-No, en serio.
¿qué pasó?
-No tengo una religión definida pero tampoco puedo decirte que
sea una atea militante... sospecho que debe haber alguna trascendencia. –
respondió Beatriz.
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de Hugo, porque supongo que estás al tanto de la investigación de Roque.
enteraste?
de chismosos.
que digamos...
-Y vos no lo desalentás...
-Gracias.
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pensar en eso, mejor no pensar en eso, mejor no pensar en eso.
animo.
-Animate.
comprometedora...
-Dale, ¿ sí o no?
-¿ Qué estudiabas?
-No sé, supongo que perdí la fe, aunque tal vez me di cuenta de
Capítulo 5
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le impedía comprobar efectivamente el grado de inestabilidad que
noche, una entre tantas, algo había cambiado mientras bebía la cuarta
de los parroquianos a los que usó como punto de apoyo para mantener su
primera vez que se iba sin pagar, de modo que ni siquiera ese escrúpulo lo
luna llena que rielaba sobre el mar, un par de cuadras más abajo la calle
tuvo conciencia de que estaba pensando. O al menos de que una idea que
así como “ las cosas tienen que cambiar”. Cerró la campera, levantó el
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el chofer dormía apoyado contra la ventanilla, Agustín golpeó sus
incipiente barba grisácea, abrió los ojos; luego levantó su mano derecha
-Buenas noches
-A la estación de trenes.
-¿ Todo bien?
-Perfectamente.
-Le pregunto porque más de una vez algún pasajero de por acá me
atención, más de una vez fui conducido por un chofer de reflejos no muy
atentos...
-No es mi caso
-Me alegro.
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suerte fue la forma de admitirse agraciado, claro que inmediatamente se
tampoco había tenido en claro por qué bebía y se había pasado una larga
había detenido, y sintió una extrañeza que no pudo explicar por unos
ciudad no podía ser tan silencioso, algo debía escucharse; el motor diesel
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el recuerdo de viejas películas en blanco y negro actuadas por Lon
unos veinte metros sobre el nivel de las calles circundantes y unos cien
metros al norte estaba el puente que llevaba las vías por encima del
riacho. La luz de la luna era suficiente como para caminar sin tropezarse
pero escasa para darle el valor que necesitaba para descender por una
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próximo a él únicamente el sonido leve de sus pisadas sobre el pavimento
barroso, perdiendo día a día las formas que lo habían justificado a manos
previsto, tal vez por el viento que soplaba fuerte desde el sur. Encendió
-Buenas noches
-¿ Puedo sentarme?
-Gracias
-Yo creo que somos las ruinas, las ruinas de un lujo que nunca
llegó a ser...
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-Por ahí es el lugar el que lo lleva a pensar de esa forma...
casco podrido de ese barco que debe haber muchas veces la travesía del
Capítulo 6
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en su casa, lo avergonzaba la forma en que se había despedido de Beatriz
sin hacer el menor intento por convencerla para que pasaran la noche
ideas, pasó toda la mañana sin decidir qué hacer, Beatriz lo llamó a la
diez diciéndole que ese día no podría concurrir, y no le fue difícil inferir
arrepentirse de haber ido a verla, pero se dijo que tal vez era simplemente
interesante con ella, intento que fracasó ante sus lacónicas respuestas.
-No te vayas
-Dale.
-Mirá, no tuve un día fácil, vine a verte para ver como andabas e
invitarte a cenar...
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hacia la puerta.
patroncita.
-Yo...
Agustín admitió que era muy difícil decir algo que no la hiriera. La
agradable status quo por más de tres años y nada le había hecho prever
discusión intensa con una botella de vodka. Tuvo que tomar un taxi para
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Lo despertaron unos golpes en la puerta exterior y el chirrido
quién podía tener tanta urgencia a una hora tan temprana, salió y allí
estaban. Uno vestía un correcto traje gris y otro lucía su uniforme azul de
los acompañe vuelvan con una orden judicial. –Agustín no supo si fue el
-A la comisaría primera.
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nombre e indicó “ Calabozo cinco”.
acusaba debía ser grave, sólo eso justificaba la severidad con que había
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–y le hizo una seña con el caño de un revolver 38 para que saliera de la
caminara hacia la puerta que estaba al final del pasillo. Cuando llegaron
interrogatorios.
-No sé, creo que lo mío ahora sólo pasa por la ignorancia.
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lo ofreció a Agustín, tomo uno y el oficial lo encendió– Gracias.
presentarme.
-Es mi trabajo.
ocupaciones.
-Tengo suerte.
una amiga, estuve con ella un rato, salí y estuve hasta tarde en un boliche
del centro.
-Sara...
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-¿ Y a qué hora la dejó?
-Bien.
-¿ Está seguro?
-¿ No lo sabe?
-No, no lo sé.
ambas manos sobre la mesa para evitar que se notara el temblor que
departamento?
-Nombre.
-Fénix.
-¿ Y después?
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-Pedí un taxi y volví a casa.
-Claro.
-No, lo lamento.
le fue otorgado y caminó hasta Ferreira con un papel en sus manos, luego
-¿ Qué pasa?
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-No sé, no lo entiendo –dijo Ferreira angustiado- Esto no tiene
sentido...
-¿ No es lo habitual?
Sara?
libertad... no tengo motivos para demorarlo, ... pero no crea que va a zafar
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Capítulo 7
camisón, calidez de las pantuflas y del saco de lana que se echa sobre la
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espalda, breve recorrido, alivio cuando consigue llegar al baño y orinar.
nuca con una banda elástica pero no se peina. Odia ese rostro temprano,
ese rostro que se niega a asumir como propio, ese rostro que le es extraño,
camina Agustín, ¿ qué estará haciendo? Hay algo raro en él, parece
tan pocas ganas, basta de boludeces, tengo que llamarlo y avisarle que
hoy no puedo ir, va a pensar que soy una pendeja caprichosa pero no me
brillaba a los primeros rayos del sol. Una clara mañana de invierno, una
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La conversación con Agustín la liberó parcialmente de la culpa
académica.
sopa instantánea que acompañó con una tostada, luego bebió un vaso de
agua mineral; estaba siguiendo una dieta estricta y pensaba que esta vez
construcción antigua.
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solar que ingresaba a través de una ventana en la pared opuesta. Sentado a
a través de los gruesos cristales de sus anteojos, sonrió con ironìa y dijo-
casualidad trabajando?
pulir.
calificaciones; debía ser duro para èl competir con una mujer y saber que
perdía.
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nunca se resolviera. Mientras manejaba resuelta por las calles de la ciudad
en cámara lenta, puedo ver los detalles: el rostro con los anteojos
-Hola, papá.
-¿ Cómo estás?
-¿ Y cómo va eso?
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-O sea que seguís pensando en hacer una carrera ahí.
claro...
-Me lo imaginaba.
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decile a mamá que la voy a llamar.
Odio sentir este odio... odio sentir este odio y estas putas lágrimas.
y anhelado almuerzo.
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Capítulo 8
ordenar sus ideas. Sabía que tenía que hablar con Beatriz pero no se
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instituciones. Era necesario alejarse de Beatriz para no exponerla, ella
ninguna excusa plausible. Los ojos, sus ojos viniendo de ningún lugar o
hacia la estación; no necesita sus ojos para ver lo anhelado: los ojos, las
carnosos... Beatriz: ¿ sabrá ella guiarme por los Laberintos del Infierno?
tristeza.
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apenas una mirada basta para apaciguar la ansiedad que irradiaba su
La sonrisa nace en los ojos, sigue en los labios y gana el resto del
-Si es así...
librería?
-En ese caso, hipoteco mi parte y con el crédito les pago las partes
levantar la hipoteca...
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-¿ Qué estás pensando?
observarlas minuciosamente, luego dijo- Puede ser que haya algo más...
Populares...
-¿ La estafa?
así...
- ... de todos modos para Benito mi tío había realizado una estafa
y no lo perdonó...
-No, yo era muy chica para tomar partido, pero siempre estuve
cerca de Benito y con el tiempo supe que él tenía razón... de todos modos
cuestión turbia...
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-No debés tener una relación fácil con tu familia...
cosas..., ¿ y vos?
diecinueve...
-Qué triste.
demasiado en ellos...
-Contámelo.
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yo vivía mintiéndole constantemente para que me dejara en paz... pero era
cada vez peor, entonces me harté, creo que me volví loca... para esa época
yo salía con un chico, era agradable pero no puedo decir que estuviera
pero pensé que era la única forma de liberarme, en seis meses salí con
cinco pibes y con todos ellos tuve relaciones, y sé que mi viejo se enteró,
fuera tan fuerte y estuviera tan fundada que nada podía cambiarla... como
par de veces pero nunca con mucha seriedad... cuando pude me fui de mi
Capítulo 9.
habitual, viene dos o tres veces por semana, toma café, cognac y en
verano gin tonics... escribe, creo que es poeta o algo así... no, ya le dije,
casi siempre viene solo, salvo la otra noche que vino con una chica,
joven, muy linda... sí, creo que en la librería, sí en la librería que está a la
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vuelta de la catedral... no sé, nunca hablamos de política... es buen tipo,
pasaba caminando con paso rápido ansiosa por llegar a sus trabajos: un
una bufanda roja que le cubría la mitad inferior del rostro. A Agustín lo
-Sí, gracias.
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hombros y las palmas de sus manos detienen la deriva cuando consigue
médium.
-¿ Quién la amenazó?
prolijo.
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-Exacto, justo ahora que estamos intentando replantear la historia
de Ubicuhén.
consecuencias políticas.
-Me equivoqué.
-Sí, siempre y cuando Rita haya dicho la verdad, no, pará no digo
-¿ Pero qué?
-Si confiás en la mina y creés que está asustada, no creo que sea el
conveniente presionarla.
-No, de nada.
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mostrador, volvió a colocarse su bufanda roja en torno al cuello y caminó
a libros del siglo XIX, esperaba que estuviera ahí, entre las dos copias de
"Las flores del Mal"; hacia un tiempo que lo había escondido allí
pensando que iba a estar más seguro que en la biblioteca de su casa, ahora
no estaba tan seguro. Sintió pánico cuando sus dedos tentaron la madera
sin conseguir alcanzarlo, pero sólo fueron unos segundos: ahí estaba, tal
que sabía e intuía y tratar de organizar todo ese material en una estructura
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Muy bien, qué prolijito, qué alumno tan aplicado, ¿ y dónde entra
-Ah, sí?
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-Yo no diría tanto, apenas un conocedor entusiasta.
-¿ La conocés?
-No te vi
-Benito, el propietario.
librería?
-La verdad sería una pena que cerrara. -comentó Sara, y agregó-
ante Marinetti.
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Estudiaste música durante demasiado tiempo como para olvidarla tan
fácilmente...
-De vez en cuando toco el piano pero nada más, tal vez no sea un
aunque conozco a un jardinero que debiera haber ganados los últimos tres
-No creas...
-Yo creo que se dan por generaciones y esta parece poco pródiga,
pero, ¿quién sabe, puede ser también que nuestros humanistas estén
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-¿ Te molestó mi comentario sobre los salones de artes plásticas y
-No, claro.
-¿ Elegante Joven?
-El pibe que estaba acá, ¿ o me vas a decir que tiene más de
veinticinco años?
-Veintiséis.
-Ese no es el punto.
-¿ Y cuál es el punto?
-Dejalo así
-¿ Y entonces?
la influencia de la patroncita?
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-Es cierto, disculpame.
funcionarios públicos?
-Sí.
-¿ Y qué te dijeron?
-¿ Y por qué?
encontraron todo como esta ahora y unos minutos después apareciste vos
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sana y salva, entonces me liberaron...
tu relación con los funcionarios del estado, hacé lo que quieras, chau.
Capítulo 10.
llegado. Había trabajado duro para conseguirlo pero eso sólo aumentaba
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tenía grandes planes para Ubicuhén, una gloriosa modernización en
respeto, y si todo salía como debía ser, amor. Y él, Octavio Marinetti,
y cruzó las manos tras la nuca. Había sido sencillo relacionarse con
de todos modos no había sido una acción inútil conocerlo, la hembra era
vida era un desafío que había que tomar como viniera y él se sabía
posible... podemos haber perdido alguna batalla pero nuestros ideales aún
formadora del hombre por venir, amo de las bestias y las máquinas
forjando su destino.
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Fue interrumpido en su meditación por un llamado de su
detalle importante.
-También yo.
-No, gracias.
-¿ No bebe?
clara.
para...
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en ese ámbito.
-Noto que es usted tan hábil con las palabras como con las notas
musicales.
preocupe...
vida para mostrar su talento, desarrollará una estética musical propia que
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obsecuencia de sus palabras, había una posibilidad cierta de obtener
evaluarla.
económicas ni habitacionales.
excesivamente conmocionado.
No, señor, no fue por eso, la cuestión del espiritismo es en el mejor de los
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completamente desacreditado en el ámbito académico... sí, a ese sujeto lo
ansioso su llamada.
Capítulo 11.
cabello y piel, beso esa piel que quiero eterna; y lenta, morosamente,
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manos recorriendo mi espalda y la abrazo, y ella me recibe entera y
iniciamos.
nunca supe. Sus labios en mis pechos, la lengua suave caricia húmeda y
mis piernas que son suyas y estoy en otro lugar y estallo y me olvido y
grito y me vuelvo a ir... y cuando vuelvo sus ojos están ahí, sonríe y me
él.
desnuda frente al espejo del living, demorando sus ojos en los pechos, en
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pecas que la hacían sentir imperfecta, desprolija, pero ya no.
-No.
conocido antes.
creés ahora?
Beatriz, "La hermana menor": un lugar con no más de veinte mesas y las
fijo de clientes.
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-Camino mucho, un día tenía hambre y no quería cocinar, así que
-Pablo, sí, es medio raro pero macanudo, ... tiene una historia ...
-Contame.
se tomó la herencia.
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que se había arruinado y que zafaba dando clases de pintura pero se
-Muy bueno.
-Y, mirá... conozco a una chica no muy alta, con buenos pechos,
-¿ No, no?
-No.
Rieron.
-No.
-¿ Te disgustan?
-No, no es eso.
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-Contame.
-Puede ser.
-Dale.
-¿Un poco ?
-Sí, un poco.
-Sos testarudo.
-Un poco.
tomando el pelo.
boca.
-Mentiroso.
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de un semáforo, comentó- No sé si me animaría a ir sola.
lo que él disfruta deber ser disfrutado por los demás, les guste o no.
-Sí, unas cuantas, tenía unos compañeros del secundario que eran
-¿ Y no había chicas?
-Que pena.
playa.
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completamente entregada a la contemplación de una idea que aquel lugar
consiguió encenderla.
-Sí, querían completar una fase, había que confirmar unos cuantos
-¿ Qué hipótesis?
escritura.
música vos?
-Bueno, pero trabajé casi cinco años en una librería y tuve mucho
tiempo libre...
-Dale
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-De algunos de los documentos parcialmente traducidos e
-No entiendo.
demográfico del grupo asentado podía dañar el lugar los más jóvenes
-Exactamente.
Ubicuhén.
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elegante a la vera de un riacho podrido y los ojos de un gato en la
oscuridad de un baldío.
me pasa.
-¿ Qué viste?
Es una locura, pero tuve una visión, vi todo tan claro como si hubiera
estado ahí.
100
Agustín suspiró resignado- Entonces tenés que saber que la guerra
Capítulo 12.
no podía apartarla de su cabeza. Era una estupidez pero todas las cosas
101
pendeja.
estaba bien, era una boludez, no tenía ninguna razón para estar celosa, los
compromiso; pero ese acuerdo era una trampa, una trampa en la que había
acantilados y el puerto.
un impecable traje azul, con las piernas cruzadas y el torso bien derecho,
acuerdo.
102
-Ayer, finalmente, ha aprobado la remodelación.
plásticas...
-No entiendo por qué hacés esa aclaración. Sé que sos una creadora.
sé que sos una gran artista con un estilo propio y una técnica bien
-Yo no acepto más jerarquía que la artística, vos estás mezclando las
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artísticos...
que el arte individual está en vías de extinción?, sólo el arte que consiga
entenderlo.
-Puede ser que tengas razón, pero eso no puede ocultar que jamás
grandeza...
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Sara mantuvo la calma, el peligro la había cargado de una energía
mierda, andáte.
cargo del taller por unos días. Finalmente llamó a la librería y habló con
departamento.
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Bajó hasta la cochera, colocó el bolso y los demás elementos en el
Capítulo13.
-Yo sólo había leído citas de este libro, no hay ediciones públicas,
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alegan que es un texto demasiado frágil y que la manipulación puede
destruirlo...
manipulada...
ejecutadas; sus hijos eran criados y luego utilizados como mano de obra
esclava.
Agustín.
que aún existe un deseo por hacer de Ubicuhén algo diferente... y todo
vos...
107
-Y pensaste que el peligro aumentaría si te acercabas...
inapelables cicatrices?, sí, el fondo del mundo, el bastión del que no hay
diagrama?
-Sí.
bajó el puente, bajaron y caminaron por la estrecha senda entre las casas y
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momentáneos vencedores. Y sintió miedo y esperanza e ira y comprendió
cosas que había intuido largamente, y supo por qué siempre se había
negras sobre fondo rojo. Sonríe orgulloso, pero hay algo que le impide
Sara parada detrás de él, desnuda, con las piernas abiertas, el sexo
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comunicación, caminó hasta el bar, se sirvió una copa de cognac y se
conseguido disolver.
indicador pero cree recordar que es el camino que lleva a las cuevas.
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Estaciona el auto y desciende, se sube el cuello y el cierre de la
campera; camina hacia el otro lado del auto, abre la puerta, toma el
hombro derecho.
lo que vino a ver: las figuras rojas y negras están dibujadas con trazos
promontorio que se eleva unos diez metros sobre el mar, el viento sopla
rejuvenecida y atenta.
esa sensación de no ser más que una figura animada en un escenario que
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hacer desde que creyó decidir por sí mismo, (duda ahora si efectivamente
intentado, Dios sabe que lo ha intentado, pero todo y todos siempre han
Tiene que haber una forma de terminar con todas esta mierda,
tiene que haber una forma de cortar con todo esto. Ese hijo de puta de
Marinetti está detrás de todo esto, ese imbécil con sus delirios de
cuenta de lo peligroso que es, las maquetas que mostró a Hugo suponen la
idiotez?
112
Capítulo14.
hacia la ventana y miró hacia abajo, ahí en la puerta del edificio estaba el
complacido con la atención que le era dispensada. Eso había sido una
semana atrás, pero a lo largo de los días la sensación había mutado: a todo
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mismo pero la única variación entre esos tipos era el rostro, como si
imbécil, por Dios. Tengo que hacer algo, tengo que zafar de esto, ¿ pero
cómo?
lloró por horas. Por las caricias que no había sentido, por las palabras de
caverna húmeda y sombría hacia la luz, sólo que cada vez que veía lo que
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la luz mostraba volvía a sumergirse en la sombra. Finalmente, cansado
molesto rayo solar daba sobre sus ojos, se incorporó con dificultad y
sus ventajas. Hizo sonar la campanilla que había sobre la mesa de luz y se
reciente aún cubría los senderos y le gustaba oír crujir los cristales de
hielo bajo la suela de las botas; por otra parte, tenía la sensación de que
cuanto más firmes fueran sus pasos, más consistente sería su decisión. A
avecinaba, lo que tal vez era mejor; de todos modos él sabía qué hacer
para evitarla.
atormentado por su amor circulando por las cornisas o haciendo sonar las
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madera y el metal: en cada columna, cornisa, dintel, nicho, gárgola, santo,
apenas era iluminada por la luz que conseguía atravesar los vitrales
góticos, sólo se oía el sonido de sus pasos y el leve murmullo de las dos
se detuvo frente a una casa pequeña que denotaba una evidente falta de
-Pasá.
camas, una biblioteca que cubría una pared, vasos, botellas de ginebra y
echó sobre una cama e invitó a Roque a hacer lo mismo en la otra. Piedad
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mejor dicho, las respuestas a las citadas dudas. De todos modos, ver así a
-¿ Y funciona todavía?
campo
-¿ Cuánto querés?
usar?
-¿ Sabés manejarla?
-No, no es difícil pero tenés que tener cuidado, mirá que no tiene
seguro...
un personaje soñado por alguien sería capaz de hacer cosas que hasta
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mía.
luego entró, abrió el bolso y sacó una bolsa de dormir, una manta, una
evidente, otro lúmpen que busca dinero y respeto a través del sistema
represivo de Ubicuhén.
-Lo escucho.
118
y enviamos una patrulla para mantener el contacto en el desierto, pero lo
durante esta época del año, así que pensamos que el contacto se
demorará en ocurrir.
climáticos...
urgente.
Universidad y se tomó la cabeza con las manos. Así que ese era el sabor
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Una buena forma de clausurar su carrera como arqueóloga en Ubicuhén.
Capítulo 15
de la muerte.
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sentido que se le escapa no bien siente que está a punto de aprehenderlo.
pregunta que ya lo está hartando porque sabe que es falaz y evidencia una
soberbia lamentable.
pasarle. Ya perdió la beca y estoy seguro de que fue por la consulta del
libro. Roque cree que Marinetti está detrás de todo el asunto, pero no creo
que ese figurín pedante tenga un poder real. O sí, pero sólo parcial y
misma situación.
largo rato permaneció en un raro estado mental en el que no era del todo
121
respuesta a la situación en la que estaba inmerso a través de una
-¿ Periodista?
-¿ Y qué te parece ?
-Es una ciudad rara, tiene lugares muy bellos pero dan la
-No entiendo...
del encuadre o intentando calcular el punto del foco. El otro día, mientras
sacaba fotos del puerto, noté algo raro en las construcciones, como si los
bordes aparecieran difusos; pensé que era una impresión mía, cansancio
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visual o algo así, igual saqué las fotos, y cuando las revelé confirmé la
pero quizá sólo tenga que ver con la composición del aire... no sé...
evaluar las palabras las palabras del extranjero, y se dijo que las cosas
brusquedad, Agustín...
-¿ R.?
resignación.
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-Las fotos muestran la acción de la voluntad que intenta hacer
paranoico perdido.
dirección inversa.
-¿ Cómo estás?
cabeza...
vamos...
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-¿ Y qué vamos hacer con lo que sabemos, olvidarlo
simplemente?
Que no hay salida, que nada puede ser cambiado, que la única opción es
qué hacer pero no tiene porque ser así siempre... pero hoy nos queda
resistir...
fotografías.
-¿ Qué?
que te confirme lo que vos intuís o sospechás, además no viste las fotos
que probarían sus afirmaciones, de todos modos, aún cuando las vieras,
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-Gracias por decírmelo, te voy a mostrar algo. -Agustín se puso de
pie y caminó hasta el dormitorio, regresó con una foto en blanco y negro
-Dale, contame.
un tío abuelo, era aguatero y tenía cinco o seis caballos que utilizaba
como animales de tiro para la pipa. Casi todos los veranos pasábamos
mandó una carta con esta foto, la foto de mi potrillo. Yo entonces tendría
-Qué triste...
dado cuenta que detrás de esta cartulina había un ser animado y concreto.
Esta foto se traspapeló y pasaron unos cuantos años, mi tío abuelo falleció
-preguntó.
126
-No sé, hay algo con las fotos si lo que dijo R. es cierto... pero no
Capítulo 16
había remitido pero aún acechaba no muy lejano. El viento golpeaba con
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comprendía y no comprender lo irritaba aún más que el desierto. ¿ Qué
había llevado a Sara a internarse en esa región y cómo había resistido allí
No, era otra cosa, seguramente era otra cosa... Un aullido lejano lo
alguna vez lo habían conocido. Corrió hacia la puerta del auto de la que
pudo ver como un perro gris y robusto con las fauces chorreantes de
los ojos. Vio un cielo azul y límpido y sintió la presión en sus muñecas y
tobillos, levantó la cabeza y notó que estaba estaqueado con los brazos y
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cabeza y el horror le produjo naúseas: donde debían estar su pene y
tomaran el lugar que les correspondía, no era afecto al auto análisis y era
o que no tenían ninguna utilidad práctica. Además sabía que toda esa
las cuentas; hasta que llegó a la página tres y notó la diferencia entre los
esa diferencia, él, personalmente había evaluado todas las cuentas del
estaba algo dormido y había hecho mal los cálculos, pero obtuvo el
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inconveniente, luego escuchó: " Vea, Marinetti, realmente me sorprende
proyecto... eso está bien claro... pero de la misma forma debe entender
mismo y por lo tanto tampoco lo son sus necesidades... no creo que le sea
muy lindo su boceto para el nuevo Centro de la Cultura, muy lindo, che,
cuenta lo que le dije antes de hacerlo. Chau, que siga bien. "
seguir. No iba a ser difícil demostrar que él también podía ser hábil en la
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condición natural de jefe y liderar la única lucha que valía la pena llevar
de las cosas.
Sara extendió el mapa sobre el capó del auto e intentó fijar una
aquel individuo, sino a todos las acciones que había realizado en los
una mujer que no era ella, sonrió irónica pensando que había
porque eso que era un motivo de ironía también era una certeza profunda.
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Redujo la velocidad cuando las lágrimas le impidieron una visión clara
dejar se desvanece dejando nada más que vacío... y eso fue exactamente
diluido en los últimos meses. Escribía en una pequeña libreta rayada con
tapas de hule negra con su letra redondeada y prolija, y cada tanto sorbía
y lo menos que podía hacer era dejar un testimonio lo más claro posible
el trabajo, Roque había tenido que ejercer todo su autocontrol para evitar
pasar a la acción de inmediato, sabía que había algo más que una
riesgos innecesarios.
132
La cuestión instrumental ya había sido resuelta: había comprobado
por los historiadores futuros. Quizá uno de los últimos días en la vida de
se dijo que ya era tiempo, abrió el viejo zurrón de cuero donde llevaba el
perfecto.
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parecido a los que aparecen en las fotos de publicidad turística que a los
preferido la acción a la luz del día porque cree que la limpieza de su acto
con rapidez y demuestra una buena condición física. Roque sorbe las
gotas de sudor que se deslizan por su rostro hasta sus labios. Ya están a
presiona con fuerza la cola de uno de los percutores. La parte anterior del
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demoró unos minutos en la cama intentando ordenarse para la actividad
del día, tenía que continuar los ensayos de los dos primeros movimientos
Finalmente se levantó, duchó y bebió una taza de té, luego volvió frente
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y agotadora, pero al cabo de seis horas de ensayo, con una pausa de
he sido informado.
náuseas antes de percibir que estaba cayendo hacia atrás, luego los
los vasos “No podés tratarlo así, idiota, está bajo la protección de
pero también para liberar una carcajada que pugnaba por encontrar su
espacio.
-¿ Y entonces?
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bien?
carcajadas.
-Sí, estoy bien, y ustedes dos son los tipos más graciosos de
Ubicuhén...
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Capítulo 17
lánguida y creciente, veo con que sutileza y amor está narrada la historia
tarea, pero, ¿ los veo realmente o son los últimos destellos de mi cerebro
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puedo moverme pero...
ordenó que llamara. El otro sacó un teléfono celular del bolsillo del saco e
satisfecho.
alguna forma supo que había algo definitivo en esa presencia. El pulso de
-¿Qué?
-Su amiga
mostrador.
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-Le dispararon cuando volvía del desierto.
- Cuándo?
automático.
-¿ Quienes?
-Usted sabe.
terminado ya la autopsia.
-¿ Era necesaria?
procedimientos...
también miedo.
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de la librería con llave y ambos subieron a un auto pequeño y oscuro;
derecha, presionó una tecla y anunció que el inspector Ferreira estaba ahí.
recibiría.
maloliente los saludó con sequedad y les pidió que lo siguieran, entraron
uno de los estantes y desplazó la camilla hacia afuera: una sábana blanca
cubría pudorosamente el cuerpo; el médico les hizo una seña para que se
rostro. Agustín pensó con alivio que Sara estaría orgullosa del aspecto
distante.
141
Ferreira miró a Agustín interrogante y Agustín asintió
de pie junto al cadáver y extendió sus brazos con las palmas hacia arriba y
entonó una oración. Ferreira creyó ver que un resplandor azul brotaba de
declaración.
-¿ Irse?
-Algunas.
-Vea, Ferreira, fui yo el que estuve detenido doce horas por una
apiade de su situación...
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cigarrillo y aspiró nerviosamente, luego admitió con bronca- Sí, no sé qué
hacer, toda la estructura está podrida, la muerte de esta chica fue absurda
-Denúncielos entonces.
traje gris con una corbata roja y una impecable camisa blanca. Había sido
una carrera de cantante popular en la década del 40, desde entonces había
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seguía hablando y Hugo se preguntaba por qué lo había dejado entrar, tal
vez para sacar del aburrimiento a los custodios que tenían la obligación de
registrar todos los ingresos y egresos del departamento. La voz era como
una lluvia adormecedora cayendo sobre el tejado- Y por eso pensé que tal
-Perdón...
incrementar las ventas... es una cuestión sencilla, vos incluís una canción
decírmelo, yo también fui una vez joven e idealista pero, bueno, después
despegar completamente, para hacerte de una posición... si, ya sé, vos sos
todos los artistas necesitan vivir, y vos tenés la oportunidad de vivir muy
144
serio, eh... espero tu llamado...
degustación de el manjar.
-Ay, zalamero.
-Eso decíselo a su padre que cada vez se resiste más a comer mis
comidas...
injusta con el viejo, sabés que el médico le recomendó que tiene que
hacer dieta...
-Dieta, dieta, bah... ¿ qué creen esos medicos, que uno va a vivir
espíritu.
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edad que tenía y con los notorios kilos de más que cargaba.
-¿ Querés más?
-Sí, claro.
que debía agradecer a esa mujer lo que había llegado a ser y le gustaba
pública, un buen tipo sí, pero nada más que eso. Alguien a quien apenaba
madre no se lo permitiría.
146
Capítulo 18.
lugar que supone que yo soy un boludo. Ese viejo de mierda en el muelle
distancias que devoran la luz y la someten con sadismo. Oh, dioses! Oh,
Dios o Nada. Yo qué sé. Soy el mandato tácito de nadie, el sueño echado
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voluntad que pueda modificarlo. Ahora tengo que pensar en Beatriz,
su arma pero solo para sentir como volaba junto con su antebrazo con el
segundo disparo.
que su eliminación iba a permitirle llevar adelante sus planes con una
sus manos, los hombres que lo habían acompañado hasta segundos antes
148
había disparado sus dos cartuchos y con una velocidad que no recordaba
Roque había sido anunciada como el justo castigo que recibirían todos los
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sentarse en el sillón, se sabía un cobarde, un pusilánime y el odio y la
pena que sentía acentuaban esa percepción. Lloró y trató de que sus
gemidos no fueran audibles para los custodios, hasta para llorar tengo que
Capítulo 19.
150
Tengo que poner a salvo a Beatriz y recuperar el diagrama y las
Beatriz aún no se haya ido, ojalá no se haya ido. Cruzó la calle y mientras
número de Beatriz, llamó una, dos, tres veces hasta que agradecido
preguntó qué iba a hacer él y Agustín respondió que aún no lo tenía claro
La puta madre, espero que me haga caso y que no aparezca, espero que
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cuadra, pero de todos modos debía estar atento, caminó lentamente entre
el alambrado que resguardaba las vías y las casas atento al menor detalle
cercana estación y escuchó las voces de los pasajeros que viajaban en las
partida de Ferreira, pero de todos modos debía ser precavido. Una vecina
había dejado, fue al dormitorio, sacó una mochila del ropero y caminó
los primeros movimientos y hasta ahora sonaban bastante bien, pero debía
tomó todo el efectivo que tenía y una linterna y los guardó en el bolsillo
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Abordó el tren y se sentó en un asiento junto a una ventana .Se
de las afueras y marchó al norte por una calle paralela a la vía. A medida
que se había sentado una noche mucho tiempo atrás cuando había
mochila, sacó el diagrama y lo extendió sobre sus rodillas, luego sacó las
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película de los días y genera otro curso, otro recorrido del tiempo, otro
el lugar que corresponde dentro del diagrama y una luz de fuego azul
y sensaciones que lo empuja fuera del tiempo y del espacio. Y piensa que
sabe puede aniquilarlo pero que forzosamente debe intentar utilizar... Está
deba derramarse siempre será un precio escaso para fundar esa decisión.
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Avanza hacia la niebla que el viento arrastra desde el mar e invade la
planicie, cree escuchar la voz del enemigo, cierra con más fuerza su mano
como toda su vida. Era la nena que había que poner a salvo, la pobrecita
que no tenía que correr riesgos, la que jamás tendría las posibilidades de
resolver las cosas por sí misma. Tomó la carpeta con los textos que estaba
cartera y las llaves del auto y salió. La niebla difuminaba los contornos de
irrevocable, pero había algo en el aire que cargaba todos los movimientos
los ojos y se pasó nerviosamente los dedos por la frente; buscaba una
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claridad que se le escurría angustiosamente. Volvió a arrancar, sabía lo
que tenía que hacer, Agustín no podía dejarla de lado tan fácilmente.
Refundación...
-No tiene nada que investigar, ya le dije quien era, además esto no
es asunto de la policía...
-Pero, señor.
-Sí lo hacen como estos dos... -dijo el teniente señalando a los dos
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piénselo, ¿ realmente vale la pena?
entendimiento...
-Muy bien, pero sepa que este hecho va a ser investigado por la
policía.
-Eso lo veremos...
que lo revisen?
sus pensamientos durante unos minutos, sabía que tenía algo que hacer
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pero no acertaba a decidir qué. Admitió que aún estaba conmovido por el
intento de Roque, y que había sentido un miedo que por poco no había
con tanta velocidad y hacer fuego con precisión, unos segundos más y su
cabeza hubiera sido aplastada. Bueno, había sido una prueba, y él la había
estaba demostrando con cada acto. Lo peor de todo era que Agustín había
pintora, era sólo una cuestión de tiempo; no podría eludir por mucho
vehículos era intensa y caótica, sonrió divertido pensando que ese caos no
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Marinetti ordenó que lo hicieran pasar.
Creo que tiene que ver esto, señor. -dijo el hombre extendiéndole
primera.
ángulos?
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