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Dolor por la purificación que hace Dios en nuestras vidas para que seamos más a su
imagen. Nos quitas cosas para que no confiemos en ellas, nos quita personas, a veces
existen enfermedades en nuestro cuerpo o en las personas que amamos, a veces nos
suceden cosas malas para nuestro bien. ¡Pero esto es difícil!
También este caminar se hace difícil porque Dios nos pide que amemos a nuestros
enemigos, que oremos por ellos, que perdonemos, que no tomemos en cuenta los
pecados de los demás, el que sirvamos a nuestro prójimo con un servicio sacrificial y
esto es muchas veces cansado y difícil cuando vemos que nuestro prójimo no lo
merece.
Este caminar se vuelve difícil cuando tenemos que dejar a personas que amamos,
trabajos o cosas que nos están desenfocando de Dios, que nos están llevando lejos de
Él a veces incluso a nuestros propios familiares tenemos que separarnos porque esa
relación se vuelve un desagrado para Dios.
Esto y otras cosas adicionales hacen que el camino del creyente sea difícil, por lo que
podríamos preguntarnos cómo podemos hacer para atravesar aquello sin dificultad, cuál debe
ser nuestra esperanza para que podamos cruzar este camino sin mirar atrás.
DESARROLLO
I. Contexto
En los primeros capítulos encontramos las señales y milagros de Jesús que indicaban
que él era el Mesías.
Mr.8:29 Pedro en representación de todos los discípulos reconocen que Jesús es el
Cristo (aquel que había sido prometido en el AT como el que había de venir para salvar
al pueblo de los enemigos)
Mr.8:31-37 Jesús les menciona a sus discípulos que Él tenía que padecer, sufrir, ser
rechazado y morir a manos de los religiosos de aquel tiempo, pero también iba a
resucitar.
Verdadera naturaleza del discipulado: Además Los discípulos no entienden aún las
palabras de Jesús quien les menciona que para seguirle deben negarse y cargar su cruz,
que las aflicciones vendrán, que para poder salvar su vida deben perderla ante este
mundo y sistema corrupto.
Los discípulos aturdidos, con muchas preguntas y temores en sus corazones.
Ni Elías, ni Moisés pudieron acercar al pueblo con Dios, es por esto por lo que se
promete un mejor profeta y segundo Moisés. Deut. 18:15-19
JCRYLE:
La vista de dos santos en la gloria era tan esperanzadora y alentadora que de buena
gana habría disfrutado más de ella. ¿Qué diremos entonces cuando veamos a nuestro
Señor aparecer en el último día con todos sus santos? ¿Qué diremos cuando a nosotros
mismos se nos permita compartir su gloria, unirnos a la feliz compañía y sentir que no
saldremos más del gozo de nuestro Señor? Estas son cuestiones que nadie puede
responder. La felicidad del gran día de reunión no podemos concebirla ahora. Los
sentimientos que Pedro saboreó los experimentaremos entonces plenamente. Todos
diremos con un corazón y una voz cuando veamos a Cristo y a todos sus santos:
“Bueno es para nosotros que estemos aquí”.
Enseguida sale la voz del cielo: diciendo Este es mi Hijo Amado a él oid y sólo queda
Jesús.
o Este es mi hijo amado, a él oid.
Cuando se dicen estas palabras dice el texto que desaparecen Elías y
Moisés y sólo queda Jesucristo, esto quiere decir que aquel que se
esperaba como el segundo Moisés y el gran profeta eran Cristo Jesús.
En estos momentos podemos ver de que Moises y Elías dan paso a
aquel que si podía cumplir con todas las promesas del AT.
Aquí Jesús es llamado como HIJO AMADO.
En el AT se había prometido a un Hijo que salvaría a su pueblo del
pecado y sus enemigos.
Jesús aquí es descrito como el segundo Moisés como aquel que
cumple la Ley de una forma perfecta.
Jesús sería el segundo Moisés en el sentido de que él si llevaría al
pueblo a una reconciliación verdadera delante de Dios.
Jesús es el gran profeta porque Él habiendo estado con el Padre desde
la eternidad, hizo conocer de forma perfecta su voluntad a su pueblo. E
Hizo lo que los profetas no pudieron hacer en el pasado, con su obra
cambiaría los corazones de piedra a uno de carne para que puedan
escuchar la Palabra de Dios y la puedan amar y obedecer
gustosamente.
III. APLICACIONES
o En medio de la prueba, de las circunstancias difíciles, en medio del costoso precio del
discipulado de Cristo recuerda que Él vendrá en gloria como Rey por segunda vez y esta
vez para ejercer su reino para siempre. Mt.25:31
o En la segunda venida de Cristo los hombres lo recibirán de dos maneras diferentes:
o La primera como Pedro y los otros discípulos con gozo y alegría diciendo:
bueno es para nosotros estar aquí.
o El segundo grupo lo recibirán con miedo y temor, porque vendrá el Señor como
fuego consumidor.
o La realidad de que viene el Señor por segunda vez para reinar por siempre debe
traernos esperanza en medio de este mundo que hoy vive en tinieblas.
o Mientras en este mundo vive en injusticia, en pecado, en deshonra, el mundo
venidero vivirá en justicia, amor y honra para con el Señor. Pronto viene el
mundo en el que ya no se escuchará de atentados de coches bomba, de robos,
de sufrimientos, porque el que reinará será Jesucristo y para ese momento
todos sus enemigos serán puestos a sus pies y puestos en el lugar de tormento
por toda la eternidad.