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USMP – FMH

Psicología Médica

UNIVERSIDAD DE
SAN MARTÍN DE PORRES

Integrantes:

Pierre Iván Azabache Chero


César Aguilar Reina
Sussan Anyela Pantigoso Espinosa
Luis Adolfo Sigüeñas Linares

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Psicología Médica

Tabla de Contenido

Introducción.......................................................................................................................3
El papel de los psicólogos..................................................................................................3
Recuperación problemática................................................................................................4
Ansiedad Preoperatoria en Niños.......................................................................................4
La EAPY-m y Dominios....................................................................................................5
Actividades....................................................................................................................5
Vocalización...................................................................................................................5
Expresividad emocional.................................................................................................5
Estado de despertar aparente..........................................................................................6
Interacción con los familiares........................................................................................6
Ansiedad preoperatoria en el Hospital...............................................................................7
Anestesiólogo y Ansiedad..................................................................................................9
Bibliografía......................................................................................................................10
Anexos.............................................................................................................................10
DISCUSIÓN............................................................................................................11

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Ansiedad Preoperatoria
Introducción

... La responsabilidad del anestesiólogo en la evaluación preoperatoria de cada


paciente, dependerá de su preparación y experiencia en fisiopatología clínica, pero
también y en gran parte, del tipo de organización asistencial en la que le toca ejercer
su especialidad y de la clase de cirujanos con los que le toca colaborar...
JA Nesi, 1976

Ante una operación son muchos los pacientes que se preguntan si no despertarán o si
se les detectará alguna enfermedad incurable. Y no sólo hay sufrimiento psicológico:
distintas investigaciones revelan que el estrés preoperatorio retrasa la recuperación.
"Como mejor se combaten la ansiedad y la incertidumbre es con una buena
información, especialmente por parte del cirujano", asegura el psicólogo gijonés
Francisco Estévez. "Poder hablar y ser escuchado por los médicos es fundamental en
estos casos".

Se debe informar al paciente de "qué se le va a hacer y por qué y del riesgo que corre
con esa operación". La escala Possum -que se aplica en intervenciones de cierta
importancia- mide ese peligro en función de las características del paciente. También el
anestesista ha de explicar al paciente, cuando le realiza las pruebas previas a la
intervención, el peligro que conlleva la anestesia: hay un mínimo porcentaje de
personas que padecen alergia a las sustancias que se usan para dormirles.

El riesgo quirúrgico -referido no sólo a la operación propiamente dicha, sino a todo el


proceso- es más alto en las operaciones urgentes que en las programadas. "Hay
pacientes a los que obligatoriamente hay que operar, porque aunque el riesgo
quirúrgico es alto, el riesgo de que mueran es todavía más alto... O se operan o se
mueren", sentencia el doctor. "Si el anestesista detecta que el paciente es muy
ansioso, desde ese momento o desde unos días antes de la operación le prescribirán
un ansiolítico. Y, sobre todo en las cirugías importantes, la víspera del ingreso se le da
un tranquilizante y un protector gástrico, porque el estrés suele derivar en una
hipersecreción que afecta al estómago".

El papel de los psicólogos

Junto a cirujanos, anestesistas y enfermeros, los psicólogos y psiquiatras podrían tener


un papel fundamental en la preparación de los pacientes que van a ser operados. Pero
el sistema sanitario los excluye de esta tarea. María Ángeles Hernández, psicóloga de
la Asociación Española Contra el Cáncer, resalta que, además de las incertidumbres
directamente relacionadas con la operación, muchas personas están estresadas por
factores externos que no tienen nada que ver con su salud: ¿Quién organiza la casa
mientras yo estoy aquí?, ¿Qué pasará con mi trabajo?...

Para esta psicóloga es importante que el paciente conozca los


procedimientos médicos que se le van a aplicar, pero también las
sensaciones que tendrá y algunos detalles prácticos sobre el contexto
hospitalario. Incluso puede ser conveniente mostrarle el lugar de la
operación: "Mucha gente no ha visto un quirófano en su vida. Tienen
una idea del quirófano, del instrumental, de las batas verdes que es
completamente mística".

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En la preparación psicológica para una intervención se pueden utilizar procedimientos
de relajación, técnicas de sensibilización para ayudar a la persona a enfrentarse a las
cosas que más teme y técnicas para que vea los aspectos positivos de la cirugía, cuyo
objetivo, al fin y al cabo, es curar la enfermedad. El psiquiatra argentino Eduardo
Giacomantone y el cirujano Alberto Mejía señalan en un trabajo conjunto sobre "Estrés
quirúrgico y ansiedad", que en el periodo preoperatorio "cierto nivel de ansiedad es
normal y deseable", ya que indica que el paciente tiene una visión realista del peligro
objetivo que representa la cirugía y trata de adaptarse a la situación.

Recuperación problemática

Según estos autores, las personas con un estrés excesivo


antes de una intervención "presentan mayores dificultades
en su evolución clínico-quirúrgica". Entre ellas, problemas
psíquicos -ansiedad, insomnio o agresividad-, problemas en
la relación médico-paciente, convalecencia prolongada, mal
control del dolor con analgésicos, actitudes inadecuadas en
el cuidado de la enfermedad o complicaciones orgánicas.
Estos especialistas recomiendan que el cirujano, durante la
evaluación prequirúrgica o el día del ingreso, dedique un
tiempo a una charla informal con el paciente y le estimule a
contar lo que piensa o teme de la operación.

Síntomas que pueden alertar de la presencia de un cuadro de ansiedad preoperatoria


son insomnio, pesadillas, cefaleas tensionales, náuseas, dispepsias, sensación de
ahogo u opresión en el pecho... Otro signo podrían ser los reiterados aplazamientos de
la operación motivados "por el temor o por trastornos somáticos como reacciones
alérgicas o resfriados, por ejemplo".

Ansiedad Preoperatoria en Niños

En niños, niveles elevados de ansiedad en el período preoperatorio pueden estar


asociados a consecuencias médicas, psicológicas y sociales negativas. Las principales
consecuencias médicas incluyen inducción anestésica intempestiva, reducción de las
defensas contra infección, aumento en el consumo de anestésicos en el período intra
operatorio y de analgésicos en el período postoperatorio; las consecuencias
psicológicas, reinicio de enuresis, dificultad para alimentación, apatía, ansiedad
continuada, irritabilidad y disturbios del sueño. Las consecuencias sociales, indisciplina
y falta de cooperación con los profesionales de la salud.

Son factores que pueden prever grados elevados de ansiedad en el período


preoperatorio: temperamento previo del niño, niveles bajos de sociabilidad,
comportamiento adaptativo, emotividad, impulsividad, experiencia quirúrgica previa,
hospitalización, visitas conturbadas a las consultas pediátricas y niveles elevados de
ansiedad de los familiares.

En la evaluación de la ansiedad en niños es fundamental utilizar métodos apropiados y


desarrollados específicamente para la franja etaria pertinente, lo que puede incluir
entrevistas psiquiátricas, escalas de evaluación clínica, de auto evaluación o de
observación y evaluaciones realizadas por los familiares. Una gran variedad de
escalas de evaluación se desarrolló para evaluar la ansiedad en niños, proyectadas
para ser utilizadas por médicos, padres, profesores o niños. Sin embargo, la mayoría
de ellas no son apropiadas para evaluar la ansiedad en el período preoperatorio de
niños en la franja etaria preescolar.

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Para alcanzar el grupo con edad menor de cinco años, Kain y Col construyeron una
escala de observación denominada EAPY (Yale Preoperative Anxiety Scale), después
modificada — EAPY-m (Yale Preoperative Anxiety Scale Modified), para ser utilizada
en niños en el período preanestésico inmediato y en el momento de la inducción de la
anestesia.

La EAPY-m y Dominios

La EAPY-m consiste en la observación de cinco dominios que contemplan las


relaciones del niño con el medio en que se encuentra (actividad y estado de despertar
aparente), vocalización, expresividad emocional e interacción con los familiares. Como
los estudios sobre ansiedad en niños en el período preoperatorio mencionan la
ansiedad al momento de la evaluación preanestésica ambulatorial, se decidió realizar
esta investigación, para verificar la ansiedad en este momento, utilizando la versión
traducida de la escala EAPY-m. Escala de Ansiedad Preoperatoria de Yale Modificada
– EAPY-m.

Actividades

1. Mira a su alrededor, curioso, juega con los juguetes, lee (u otro comportamiento
apropiado para la edad); se mueve en la sala preanestésica/sala de tratamiento
para coger los juguetes o ir hacia sus familiares; puede moverse en dirección al
equipo de la sala quirúrgica.
2. No explora o juega, puede mirar para abajo, mueve mucho las manos, o se
chupa el pulgar (sábana); puede sentarse cerca de los familiares mientras
juega, o el juego tiene una característica definitivamente maníaca.
3. Se mueve de forma entre el juguete y sus familiares, movimientos no
provenientes de actividades; movimientos o juegos frenéticos/agitados;
contorción, se mueve en la mesa; puede empujar la máscara o agarrar a sus
familiares.
4. Activamente trata de escapar, empuja con los pies y brazos, puede mover todo
el cuerpo; en la sala de espera, corre alrededor de manera desconcentrada, no
mira sus juguetes, no quiere separarse de sus familiares, los agarra
desesperadamente.

Vocalización

1. Lee (vocalización no adecuada para la actividad), pregunta, hace comentarios,


balbucía, se ríe, responde rápidamente a las preguntas, pero generalmente se
queda callado; niño muy pequeño para hablar en situaciones sociales o muy
absorto en el juego para responder.
2. Responde a los adultos pero susurra, “conversación de bebé,” solamente
mueve la cabeza.
3. Quieto, ningún sonido o repuesta para los adultos.
4. Llorón, gimiendo, gruñendo, llorando en silencio.
5. Esta llorando, o puede gritar “!!no!!”.
6. Llanto, grito alto y sustentado (audible a través de la máscara).

Expresividad emocional

 Visiblemente feliz, sonriente o concentrado en el juego;


 Neutro, sin expresión visible en la cara;
 Se ve preocupado (triste) a asustado, triste, preocupado o con los ojos
llenos de lágrimas;

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 Angustiado, llorando, extremadamente descontrolado, puede estar con los
ojos bien abiertos.

Estado de despertar aparente

 Alerta, mira alrededor ocasionalmente, se da cuenta o acompaña lo que el


anestesiólogo hace (puede estar relajado);
 Retraído, se sienta con calma y en silencio, puede chuparse el pulgar o su
cara puede estar parecida a la de un adulto;
 Atento, mira rápidamente alrededor, podrá asustarse con ruidos, ojos bien
abiertos, cuerpo tenso;
 Llora en pánico, puede llorar o no aceptar a los demás, vira el cuerpo.

Interacción con los familiares

1. Se divierte absorto, se sienta centrado o involucrado en un comportamiento


apropiado para la edad y no necesita los familiares; puede interactuar con
los familiares, si ellos inician la interacción;
2. Busca contacto con los familiares (se les aproxima y conversa con los
familiares que hasta ese momento estuvieron en silencio), busca y acepta
la comodidad, puede recostarse a los familiares;
3. Mira a los familiares en silencio, aparentemente observa las acciones, no
busca contacto ni comodidad, lo acepta si le fuere ofrecido o se agarra a
sus familiares;
4. Mantiene a los familiares a una cierta distancia o podrá retirarse
activamente de la presencia de los padres, podrá empujarlos o agarrarse
desesperadamente de ellos y no dejarlos que se vayan.

El empleo de escalas puede ser útil en el reconocimiento de los estados de ansiedad,


dirigido a medidas que prevengan complicaciones provenientes de niveles elevados de
ansiedad. La Escala de Ansiedad Preoperatoria de Yale modificada (EAPY-m) fue
desarrollada para la evaluación de la ansiedad en niños en la edad preescolar al
momento de la inducción de la anestesia. Esa escala posee un carácter de
observación y es muy fácil para ser completada. Los estudios sobre ansiedad en niños
en el período preoperatorio no mencionan la ansiedad al momento de la evaluación
preanestésica ambulatorial (APA). Este estudio transversal buscó evaluar el nivel y la
prevalencia de la ansiedad al momento de la APA y de la consulta clínica utilizando la
escala EAPY-m, en niños en edad preescolar. En conclusión, en niños con edad entre
2 y 7 años, los niveles y las prevalencias de ansiedad, evaluados a través de la
EAPYm, al momento de la evaluación preanestésica ambulatorial, son mayores que al
momento de la consulta clínica.

Disminuir la ansiedad preoperatoria de los niños mejora la recuperación

Los resultados de estudio recientemente publicado sugieren que el proceso de


recuperación postoperatorio es más doloroso, más lento y complicado en
pacientes pediátricos que tienen altos niveles de ansiedad preoperatoria.

Más de 5 millones de niños experimentan alguna cirugía en los Estados Unidos cada
año, y el 50% de ellos sufre de algún tipo de estrés y ansiedad antes del
procedimiento. Aunque estas manifestaciones del comportamiento causan
significativos problemas a los niños y a los padres, quizás exista una significación más
alta del impacto de estos comportamientos en la recuperación postoperatoria. En
adultos, varios estudios se han realizado para explorar la relación entre la ansiedad

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preoperatoria y los resultados postoperatorios tales como dolor, el uso de analgésicos
y el retorno a las actividades normales. Las conclusiones de estas investigaciones
sugieren que el proceso postoperatorio de recuperación es más doloroso, más lento y
más complicado en pacientes con altos niveles de ansiedad preoperatoria. Hasta la
fecha, no existe ninguna investigación similar en niños jóvenes bajo anestesia y
cirugía.

Zeev Kain y colaboradores (Departamento de


Anestesiología, Facultad de Medicina,
Universidad de Yale, en Connecticut, Estados
Unidos) analizaron a 241 niños de 5 a 12
años que se habían sometido a
amigdalectomía y adenoidectomía. Antes de
la cirugía, a cada niño se le evaluó su
temperamento y el grado de ansiedad. En
seguida del procedimiento quirúrgico, todos
los niños fueron admitidos en una unidad de
investigación en donde se determinó cada 3 horas el dolor postoperatorio y el consumo
de analgésicos. Finalmente, y después de 24 horas en el hospital, se les dio de alta
para ser observados durante los próximos 14 días.

La evaluación demostró que los niños ansiosos experimentaban considerablemente


más dolor durante la estancia en el hospital y sus tres primeros días en casa. Mientras
se recuperaban en el hogar, los niños ansiosos también consumían, en promedio,
mucha más codeína y paracetamol en comparación con los niños normales. Los más
nerviosos también presentaron una incidencia más alta de delirio al compararlos con
niños sin ansiedad (9.7% versus 1.5%) y tenían una mayor frecuencia de estrés
postoperatorio y de problemas del sueño.

En conclusión, la ansiedad preoperatoria en niños jóvenes se asocia a una


recuperación postoperatoria más dolorosa y a una incidencia más alta de sueño y de
otros problemas.

Ansiedad preoperatoria en el Hospital

A diferencia del médico general, del clínico o del cirujano, el anestesiólogo tiene
generalmente poco tiempo para estudiar a cada uno de los pacientes antes de la
intervención quirúrgica. En este tiempo tan breve se debe decidir si el enfermo está en
condiciones adecuadas para ser sometido a un procedimiento anestésico-quirúrgico.

El éxito en la visita preoperatoria depende,


en gran parte, de la cooperación entre el
anestesiólogo, el cirujano y el equipo
quirúrgico, quienes, al conocer el plan
terapéutico basado en la historia clínica del
paciente, deben ofrecer al mismo
información, orientación, adecuada relación
médico-paciente y trato humano para
brindarle un manejo perioperatorio de
calidad, orientado a dar mayor seguridad de
acuerdo al caso de que se trate; sin restar
importancia a la labor del personal
paramédico y administrativo (enfermeras, trabajo social, intendencia, secretarias,
etcétera), ya que, para obtener buenos resultados, se debe trabajar con un equipo
multidisciplinario que interactúe con el paciente para ofrecer una adecuada atención.

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A pesar de ello, en la mayoría de los casos, el enfermo es valorado en la sala por el


anestesiólogo 24 horas antes del procedimiento quirúrgico. No debería administrarse
jamás una anestesia sin conocer al paciente y haberlo evaluado previamente.
Los objetivos de la valoración preanestésica son: Establecer una buena relación
médico-paciente; realizar una evaluación clínica del enfermo, así como de los factores
predictivos de riesgo anestésico-quirúrgico; prescribir una medicación, si se encuentra
indicada para cada caso en particular, con el objetivo de mitigar el estado de ansiedad
del paciente previo a la cirugía y seleccionar la técnica anestésica y fármacos a
emplear en el periodo perioperatorio.

La ansiedad es una alteración psíquica caracterizada por un sentimiento de temor y de


aprehensión que puede ser componente de enfermedad psiquiátrica o un desorden de
ansiedad independiente y estar acompañado de componentes somáticos, alteraciones
psíquicas e hiperactividad simpática.

Es el resultado de un esfuerzo de adaptación inadecuado para resolver conflictos


internos y puede generar fobias, reacciones de conversión, estados disociativos,
obsesivos y compulsivos. La ansiedad se puede presentar en cualquier persona;
puede ser transitoria o crónica o de ambas formas.

Existen diversos tipos de trastornos por ansiedad: trastornos de pánico, fobias,


desórdenes por ansiedad generalizados, trastorno mixto ansioso depresivo. Se
diferencia del miedo en que este último es un sentimiento de inquietud y malestar
suscitado por la presencia de un peligro.

La presencia de ansiedad en el periodo preoperatorio es variable en cada paciente y


depende de varios factores: edad, sexo, estado socioeconómico, ocupación, estado
físico, tipo de cirugía, temor al ambiente hospitalario, calidad de la atención médica,
etcétera. La preparación psicológica que ofrece la visita preanestésica tiene gran
influencia positiva en el estado anímico del paciente, pudiéndose observar en el mismo
la disminución de su ansiedad preoperatoria cuantitativamente.

A pesar de que mucho se ha avanzado en la farmacología de los medicamentos


empleados para abatir la ansiedad en este periodo, poco se sabe sobre la frecuencia o
la etiología de la misma; por esto se han implementado estrategias para disminuir su
aparición, como pueden ser: la información audiovisual con material didáctico con
realización de visitas guiadas previas en salas de operaciones; o la instrucción a través
de hipnosis por medio de grabaciones que cada paciente escucha previamente a su
cirugía.

La anestesiología es una especialidad esencialmente


clínica, por lo que la valoración médica preoperatoria
está orientada a descubrir predictores de riesgo para
que esto permita adoptar conductas médicas
anticipadas, prevención de incidentes y accidentes en el
acto anestésico-quirúrgico; inicialmente ésta se basaba
en una historia clínica precisa y una exploración;
después se añadieron las pruebas de laboratorio y con
ello la detección de enfermedades en fase asintomática, con lo que se observa mejoría
en el resultado posoperatorio. La admisión de un paciente a un hospital genera
ansiedad. En estudios previos se ha demostrado que, en sujetos que van a ser
sometidos a cirugía, la ansiedad se presenta por lo menos una semana antes de su
admisión.

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El simple hecho de estar involucrado en un medio desconocido como lo es el


hospitalario, la deficiente comunicación por parte del personal intrahospitalario, la
desinformación obtenida por terceras personas y, sobre todo, el impacto en la esfera
familiar, afectiva, social, laboral y económica, pueden ser detonantes de ansiedad y,
por lo tanto, presentarse antes de su ingreso al hospital.

Esta ansiedad puede desaparecer en el periodo posoperatorio, cuando el paciente


recupera el estado de alerta y revalora que su entorno no presenta cambios
importantes que le signifique modificación de sus hábitos de vida previos. Con base en
esto, los anestesiólogos han utilizado la visita y medicación preoperatoria para mitigar
la ansiedad.

Anestesiólogo y Ansiedad

Se ha demostrado que la visita efectuada por el anestesiólogo es en ocasiones más


efectiva que la medicación farmacológica y que puede aliviar la ansiedad
preoperatoria. La mayoría de revisiones sobre anestesia pocas veces fija la atención
en cuanto al tema de la ansiedad en el paciente preoperatorio.

Algunos autores hacen observaciones interesantes al describir que la atención y el


servicio que ofrece todo el personal dentro del hospital puede generar angustia en el
enfermo, por lo que la comunicación adecuada y la actitud del equipo multidisciplinario
que interactúe con el paciente puede ofrecer un entorno confortable, previo al acto
anestésico-quirúrgico.

La base de la entrevista preanestésica son la historia


clínica y el examen físico, los cuales son el mejor
medio para detectar una patología y valorar
clínicamente la ansiedad preoperatoria con
inspección visual, perfil psicológico, sintomatología
asociada, tratamiento farmacológico previo; siendo
esta información recopilada en la nota preanestésica
para determinar la conducta a seguir en cada caso en
particular.

Idealmente, esta valoración debería realizarse unos días antes del procedimiento
quirúrgico, permitiendo al paciente conocer a los miembros del equipo, completar los
exámenes de laboratorio necesarios, proporcionar tiempo suficiente para estabilizar
cualquier patología previa, en ocasiones con la asesoría de otro especialista.

Desafortunadamente, problemas logísticos (pacientes y centro hospitalario) no lo


permiten. Los objetivos del presente estudio fueron: observar si la consulta
preanestésica tiene influencia positiva en los pacientes con la consecuente
disminución de su estado de ansiedad; determinar las causas que la pueden generar;
evaluar, de acuerdo a una escala visual, los niveles de ansiedad que presentan los
pacientes sometidos a cirugía electiva e identificar en qué pacientes es mayor su
incidencia.

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Bibliografía

 Revista Brasileira de Anestesiologia 387, Vol. 56, No 6, Noviembre-Deciembre,


2006.
 REVISTA MEDICA DEL HOSPITAL GENERAL DE MEXICO, S.S. Vol. 63, Núm.
4 Oct.-Dic. 2000.
 Kain ZN, Mayes LC, O’Connor TZ et al — Preoperative anxiety in children.
Predictors and outcomes. Arch Pediatr Adolesc Med, 1996;150:1238-1245.

Anexos

Ansiedad preoperatoria en el Hospital General de México


Enrique Ruiz-López,* Juan Heberto Muñoz-Cuevas,*
Yuliana Isabel Olivero-Vásquez,** Margarita Islas-Saucillo***

El diseño de este estudio fue descriptivo, transversal, prospectivo y observacional. Se llevó a


cabo durante la consulta preanestésica, que es una rutina diaria realizada 24 horas antes de la
cirugía en la Unidad de Quirófanos Centrales del Hospital General de México. Fueron incluidos
500 pacientes con edades comprendidas entre 18 y 65 años, ASA I-II, programados para
cirugía electiva.

El médico anestesiólogo aplicó un cuestionario cerrado, voluntario, con lenguaje de fácil


comprensión que constaba de 13 reactivos que detallaban la siguiente información: edad, sexo,
ocupación, escolaridad, estado socioeconómico, temor a la cirugía y/o a la anestesia, temor al
ambiente hospitalario, si se conoce o no al cirujano, si estaba informado del tipo de cirugía que
le realizarían, sus hábitos de sueño previo a su ingreso hospitalario, su estado anímico y
autoestima del mismo. También aplicó una inspección psicológica visual de los movimientos y
expresión facial, manera de hablar y tipo de respiración, de acuerdo a la clasificación de
trastornos mentales y del comportamiento ICD 10F40-F49.
A la vez se valoró el estado de ansiedad del mismo paciente a través de una escala visual
análoga (que consistía en una línea de 10 cm, donde 0 = No ansiedad y 10 = Máxima
ansiedad). Los criterios de exclusión fueron: pacientes pediátricos (< 18 años), enfermos con
ASA III-IV, sujetos con trastornos de lenguaje, con patología psiquiátrica e individuos con
antecedente de medicación con ansiolíticos, antidepresivos, antipsicóticos y estabilizadores de
membrana.

RESULTADOS

El cuestionario se aplicó a 500 pacientes operados en los Quirófanos Centrales del Hospital
General de México, durante septiembre 1995 a enero 1996 cuyas edades fluctuaron entre 18 y
65 años, con edad promedio de 41 años, correspondiendo 66.6% al sexo femenino. Los datos
sobre escolaridad, ocupación, nivel socioeconómico se presentan en el cuadro I.

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Se encontró que 165 sujetos (33%) sí presentaron temor a la cirugía, mientras que los
otros 335 (67%) no lo refirieron. En lo que se refiere a temor por la anestesia, 227
pacientes (45%) respondieron afirmativamente y 273 (55%) indicaron no tenerlo.
Ciento setenta y seis enfermos (35%) sí tuvieron temor al ambiente hospitalario y 324
(65%) no lo reportaron. Al preguntar a cada paciente si conocían al cirujano que lo
operaría, 235 pacientes (47%) dijeron que sí y 265 (53%) contestaron que no. En
relación a información sobre el tipo de cirugía que se le realizaría, respondieron de
manera afirmativa 273 (55%) y negativamente 227 (45%); el cuadro II muestra la
distribución de los pacientes de acuerdo al tipo de cirugía aplicada. Los resultados de
la aplicación de la escala visual análoga para evaluar la ansiedad aparecen en el
cuadro III.

DISCUSIÓN

De acuerdo con nuestros resultados, en este estudio predominaron los pacientes de la


cuarta década de la vida y del sexo femenino (66.6%), dedicadas al hogar (37.6%),
con escolaridad máxima de secundaria (31.2%) y con nivel socioeconómico medio
(67%).

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Al referirse a temor al ambiente hospitalario 35% respondió afirmativamente; se


observó que un 45% de la población presentó miedo a la anestesia y un 33% lo
manifestó como miedo a la cirugía. El 47% no conocía al cirujano que los operaría y el
45% de la población no sabía en qué consistiría el procedimiento que se le aplicaría.
Asimismo la inspección visual mostró datos sugestivos de ansiedad como
preocupación, inseguridad, dificultad en la concentración para responder, irritabilidad,
tensión muscular y alteraciones del sueño, todas de intensidad variable, que pudieran
manifestarse como ataques de pánico y/o síntomas fóbicos.

Los resultados, de acuerdo a la escala visual de la ansiedad, mostraron que los


valores referidos por los pacientes se manifestaron entre 2 y 5, lo que se traduce como
ansiedad leve a moderada. Siendo la ansiedad un sentimiento de temor y aprehensión
que puede tener repercusiones importantes en el entorno familiar, social, afectivo y
ocupacional, se demuestra que hoy pueden haber factores importantes a considerar
en este estudio, como son la frecuencia en sexo femenino y el estado socioeconómico,
que en nuestro Centro Hospitalario son predominantes.

Con esto se confirma la presencia de ansiedad reactiva en pacientes que se someten


a cirugía. Es bien sabido que la cirugía provoca un estrés psicológico en grados
variables y que se puede manifestar por diversas reacciones por parte del paciente,
siendo las alteraciones de ansiedad las más frecuentes. Debemos considerar que,
como el Hospital General de México es un centro de tercer nivel que cuenta con cursos
universitarios de diversas áreas, estos resultados aportan información relevante
al poner de manifiesto que la atención integral al paciente debe ser manejada
adecuadamente desde su ingreso al mismo, ya que el equipo multidisciplinario que
interactúa para resolver el problema de salud por el cual acude; debe además ofrecer
un trato humano, siendo obligación de todos el informar y orientar adecuadamente
acerca de su patología, de los procedimientos diagnósticos y del tratamiento, ya sea

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terapéutico y/o quirúrgico. Sobre esta base podremos confiar que se tienen elementos
suficientes para disminuir el temor y la ansiedad que puede provocar el medio
hospitalario.

Por lo anterior, la realización de una consulta preanestésica de calidad por sí sola es


un factor que contribuye de manera notable en la buena atención para un paciente que
se somete a cirugía, ya que en dicha valoración se pueden resolver las dudas que
generan ansiedad, al establecer una buena relación médico-paciente, al llevar acabo
un interrogatorio dirigido, al realizar una evaluación clínica precisa, al elaborar un plan
terapéutico de acuerdo a cada caso en particular, al decidir una medicación racional y
efectiva, al prevenir de antemano la mínima presencia de efectos colaterales no
deseados, que conllevan a la obtención de un consentimiento informado de un
paciente convencido de su problemática y minimizando sus temores al medio
hospitalario.

Conclusiones

Cualquier paciente que ingresa a un hospital presenta angustia y ansiedad por el


simple hecho de saberse enfermo y más aun cuando se le informa que será sometido
a un procedimiento anestésicoquirúrgico, ya que para el enfermo en ocasiones le
puede generar una sensación de riesgo para su vida. Es por esto que, en todo medio
hospitalario, se debe llevar a cabo una revisión, planeación, supervisión, actualización
y corrección de las vías por las cuales un paciente llega a consulta, hospitalización y
quirófano para que sea disminuida la presencia de ansiedad durante su estancia en el
centro hospitalario.

Es fundamental que el equipo multidisciplinario (administrativo, paramédico y médico)


actúe de manera coordinada, brindando orientación e información suficiente al
paciente y sus familiares de cada caso en particular. Es aquí donde, durante los
últimos años, el papel del médico anestesiólogo se ha enfocado al concepto de
medicina perioperatoria, con el firme propósito de que el personal de esta área sea el
encargado de ofrecer una adecuada valoración preoperatoria con el objeto de detectar
y corregir previamente cualquier anomalía que pudiera ser riesgosa para el paciente
que se somete a cirugía, así como indicar las medidas necesarias para una adecuada
toma de decisión del manejo del enfermo e incluso prevenir algunos eventos y
complicaciones no deseados.
Así mismo, es el médico anestesiólogo quien se encarga de mantener la estabilidad
hemodinámica durante el periodo transoperatorio, empleando sus conocimientos y
destrezas al realizar manejo invasivo o intensivo de acuerdo al caso de que se trate, y
este manejo se deberá extender hasta las 48 a 72 horas de postoperado el paciente,
con el propósito de brindarle una recuperación más óptima y con mínimos efectos
indeseables y de calidad.

Sin embargo, es la consulta preanestésica, la pieza fundamental para planificar el


manejo integral de cualquier paciente que requiera cirugía, estudios especiales,
procedimientos menores, etcétera y seguirá siendo un elemento de suma importancia
en cualquier medio hospitalario; por lo que al ser un recurso indispensable y necesario
dentro de Hospital General de México, debe seguir siendo favorecida para su
realización y crecer en todos los sitios donde se solicite la presencia del médico
anestesiólogo.

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