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Promoción y Defensa de la Competencia en Panamá1

Oscar García Cardoze


Director Ejecutivo Económico
Comisión de Libre Competencia y Asuntos del Consumidor

En este artículo, que esperamos sea el primero de una serie de contribuciones semanales, intenta-
remos explicar el núcleo de la legislación procompetencia vigente en Panamá. Iniciemos seña-
lando que las políticas de competencia tienen dos vertientes. La primera, relacionada con la pro-
moción y fomento de una economía abierta y competitiva, y la segunda, comprometida con la
defensa del entorno competitivo que busca eliminar y sancionar ciertas conductas empresariales
anticompetitivas. Ambas tienen como finalidad esencial aumentar el bienestar del consumidor.

El objetivo principal de las políticas de promoción consiste en desalentar el surgimiento y/o con-
solidación de poderes sustanciales en el mercado. Es un hecho notorio que empresas con un po-
der sustancial de mercado, y que cuenten con las condiciones para poder ejercerlo, como puede
ser el caso de los monopolios naturales (aquellas actividades que por sus condiciones particulares
no soportan más de un productor), producen resultados ineficientes en el mercado al proveer una
cantidad inferior a la que sería posible en un entorno competitivo y cargando, a su vez, precios
más altos, obteniendo lo que se conoce como rentas monopólicas (ganancias en exceso de lo que
sería "normal" bajo otras condiciones de competencia). Para el logro de este objetivo, se hace
imprescindible eliminar o reducir barreras a la entrada. Existe una multiplicidad de estas barre-
ras, sin embargo, las que son más susceptibles de ser reducidas por las políticas públicas son las
relacionadas con los aranceles y restricciones no arancelarias, y las modificaciones del entorno
legal en el que se apoya la presencia de estructuras no competitivas sobre sectores específicos.

Con relación al primer grupo de políticas, el Gobierno Nacional mediante el Decreto de Gabine-
te Nº 47 de 26 de diciembre de 1996, eliminó todas las cuotas y permisos de importación que
existían, y a través del Decreto de Gabinete Nº 68 de 12 de noviembre de 1997, vigente desde el
1º de enero de 1998, redujo a un máximo de 15%, con unas pocas excepciones (arroz, productos
lácteos y automóviles), las tarifas arancelarias aplicadas a las importaciones. En relación al se-
gundo grupo, la CLICAC elevó a la consideración del Ejecutivo el estudio titulado El Sector de
Transporte Terrestre y el Efecto del Anteproyecto de Ley. Análisis Económico y Recomen-
daciones de Medidas, donde se exploran las posibilidad de hacer más competitivo el transporte,
tanto de carga como de pasajeros, y que se brinde un mejor servicios a los usuarios. De forma si-
milar, se han hecho recomendaciones, a través de informes técnicos, que apuntan a introducir
mayor competencia en el sector de producción y distribución de combustibles.

Otras vías para la consecución del objetivo señalado consiste en mejorar la información disponi-
ble a los consumidores, ya que la misma les resulta incompleta, asimétrica, tardía y costosa. De
esta forma se posibilita una actuación más racional y comprometida del consumidor en la bús-
queda de su propio bienestar. El surgimiento de asociaciones de consumidores es un elemento
que pueda apoyar decididamente esta actuación.
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Versión ampliada de un artículo que con el mismo título apareció publicado en la sección de Economía y Empresa
del El Universal, lunes 30 de noviembre de 1998.

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Por el lado de las políticas de defensa de la competencia se destacan el combate a las prácticas
monopolísticas absolutas, que son consideradas ilegales per se, esto es, que no se condicionan a
que los agentes que incurren en ella tengan un poder sustancial en el mercado, y que consisten en
acuerdos, combinaciones o arreglos entre agentes competidores, reales o potenciales, con la fina-
lidad de:
1. Fijar los precios de compra/venta de bienes y/o servicios, o intercambiar información con el
mismo fin
2. Dividir o asignar un mercado existente o potencial de bienes o servicios
3. Acordar la obligación de no producir, o de producir de forma limitada
4. Fijar posturas comunes, incluyendo la abstención, en actos públicos (licitaciones, solicitudes
de precios, concursos o subastas públicas)

Sobre este particular, la CLICAC presentó en diciembre de 1997 formal demanda ante los tribu-
nales de justicia contra empresas nacionales dedicadas a la elaboración de harina de trigo, por in-
currir en las prácticas señalados en el punto 1 anterior. La audiencia preliminar se realizó el 13
de noviembre y para mediados de marzo de 1999 se debe realizar la audiencia definitiva.

También se consideran como lesivas al entorno de competencia las llamadas prácticas monopo-
lísticas relativas, que no son ilegales en sí mismas ya que se requiere que los agentes económicos
que las realicen tengan poder sustancial en el mercado de bienes y servicios de que se trate (mer-
cado pertinente). Estas consisten en actos unilaterales, combinaciones o arreglos cuyo objeto o
efecto sea desplazar indebidamente a otros agentes del mercado pertinente, impedirles su acceso
o establecer ventajas exclusivas a favor de una o varias personas. Se considera un desplazamien-
to indebido el que ocurre sin que se generen incrementos en la eficiencia económica. Algunos
ejemplos de estas prácticas son:
1. Ventas atadas o condicionadas a la compra de algún otro bien o servicio
2. Imposición a los distribuidores, por parte de un proveedor, de los precios y/o demás condi-
ciones de reventa
3. Acuerdos de distribución exclusiva, con la exclusión del ejercicio de los derechos de propie-
dad intelectual que la ley reconozca a los titulares de marcas de productos o servicios, para la
explotación exclusiva de dichas marcas
4. Prácticas predatorias que consisten en vender sistemáticamente por debajo del costo medio
variable, lo que inhibiría la obtención o incremento de ganancias.

Aunque para estas prácticas la CLICAC no ha presentado aún una demanda formal, están siendo
investigadas varias empresas que, abusando de su poder de mercado, intentar desplazar indebida-
mente a sus competidores. En función que el desplazamiento de los competidores es algo plena-
mente válido en una economía competitiva, lo que se ha establecido es una normativa que evita
que ese desplazamiento se haga por vías distintas del ofrecimiento de un mejor producto en el
mercado, y que consolide de esta forma el poder sustancial de algún agente, lo que amenazaría
potencialmente el interés superior del consumidor. Para que la sociedad en general, y la comuni-
dad empresarial en particular, tengan una mayor claridad de las reglas del juego la CLICAC pre-
paró, luego de extensas consultas con el sector privado, el Reglamento del Título I (del monopo-
lio) de la Ley 29 de 1996, que fue adoptado mediante Decreto Ejecutivo Nº 31 de 3 de septiem-

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bre de 1998. Igualmente la CLICAC preparó una Guía para el Análisis de Prácticas Vertica-
les, que se encuentra disponible para los interesados en nuestras oficinas.

El último aspecto relacionado con la defensa de la competencia es el relacionado con la verifica-


ción de concentraciones económicas. El mismo es un procedimiento administrativo que evalúa
los efectos de cualquier fusión o acto en virtud del cual se agrupen sociedades, acciones, activos
en general, etc. que se realice entre proveedores, clientes u otros agentes económicos competi-
dores entre sí. La CLICAC producto de sus análisis podrá, si la verificación es previa al acto,
dar una autorización (plena o condicionada), o una prohibición a la concentración. En el caso
que la verificación sea posterior, la CLICAC pudiera ordenar la desconcentración, salvo en el
caso que sobre este acto ya existiera una demanda ante los tribunales de justicia, por lo que la
CLICAC se abstendrá de ordenar, prohibir o decidir con respecto a la concentración económica
correspondiente.

Este ha sido precisamente el caso de la concentración entre Ricardo Pérez S.A. (RPSA) y Trans-
portes y Equipos S.A. (TESA), conforme la cual RPSA compró a TESA el inventario de autos y
repuestos, accesorios y demás productos de marca TOYOTA, así como su derecho autorizado de
distribución de dichos productos en Panamá. Aunque la CLICAC no puede ordenar en este caso,
sí puede dar, y así lo ha hecho, su opinión, que en esencia señala que esta concentración restringe
de manera irrazonable la libre competencia económica en el mercado pertinente de repuestos ori-
ginales de autos de marca Toyota a corto plazo y propone algunas medidas correctivas. Con la
finalidad de brindar transparencia y orientar a los agentes económicos sobre la manera en que la
CLICAC hace sus determinaciones se ha confeccionado una Guía para el Control de las Con-
centraciones Económicas, que se encuentra disponible para los interesados en nuestras oficinas.

En los siguientes artículos intentaremos adentrarnos en el detalle de las acciones y prácticas que
aquí se han comentado, de forma tal que la comunidad internalice la importancia que tiene la po-
lítica de competencia en el logro de un mayor bienestar social, así como abordar algunos otros
temas que manejamos diariamente en la CLICAC.

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