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Telecirugía

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Cristóbal Pera

En el número 1260 de la revista “Jano” (5-11 Junio 1998) aparecen, en la


misma página, dos noticias sobre sorprendentes operaciones -una,
neuroquirúrgica, en el Hospital Clínic de Barcelona y otras -de cirugía cardíaca- en
el Hôpital Broussais de Paris -en las que el cirujano "principal", teóricamente el más

competente, estaba situado a bastante distancia del paciente-. De la


neuroquirúrgica nos consta que el cirujano se encontraba en un barco atracado en
Palma de Mallorca y el paciente en Barcelona. Son técnicas de telecirugía .

Este neologismo ha sido construido de modo independiente por varios


autores, anteponiendo a la palabra cirugía el prefijo griego τελε, que significa a

distancia. Por telecirugía se entiende, en principio, toda operación quirúrgica


practicada por un cirujano situado a una cierta distancia del campo operatorio, por lo

que éste no se encuentra al alcance inmediato de sus manos. En el año 1985

utilizamos este término en un editorial1, para referirnos a los nuevos cirujanos en


contraposición a los cirujanos por antonomasia. Escribía textualmente: "En el

sentido de que existe una distancia más menos larga entre las manos de quien
realiza la técnica y la lesión/objetivo, puede hablarse de una telecirugía ".

1
" Los nuevos cirujanos" Editorial. Revista Quirúrgica Española, 1985

1
En la última década se están produciendo insospechadas modificaciones en
lo que se refiere a la situación espacial del cirujano con respecto al paciente

extendido en la mesa de operaciones y, sobre todo, respecto a la distancia entre las

manos del cirujano y el campo operatorio, como sucede en la cirugía endoscópica


/laparoscópica, inicio ya de un "distanciamiento" entre cirujano/paciente y, en

consecuencia, de una incipiente telecirugía. Avanzando por este camino, por el que
el cirujano "se va ausentando" del campo operatorio, se ha llegado ya -teórica,

experimental y clínicamente- a la denominada telepresencia del cirujano, término que

alude a la posibilidad real de que la práctica de una intervención quirúrgica pueda


llevarse a cabo con el cirujano situado a una gran distancia, en otro lugar de la misma
ciudad, en otra ciudad, e incluso en otro continente.

La práctica quirúrgica con telepresencia del cirujano se fundamenta en la


tecnología que ha venido siendo aplicada en la industria basada en la energía
atómica, la cual desarrolló métodos específicos, combinaciones de robótica y
electrónica, que hicieran posible el manejo de isótopos radioactivos sin riesgo para
un operador, al estar situado éste a gran distancia. En su conjunto, estos métodos

fueron denominados técnicas de teleoperación. En dichas técnicas, operadores


humanos manejan objetos pesados situados en localizaciones remotas, como

pueden ser barriles cargados de material radioactivo. Éstas son, hasta cierto punto,
tareas de mínima complejidad, que no necesitan para su realización que el

operador reciba mensajes sensoriales del objeto manipulado a distancia, como


sucede en un acto quirúrgico.

Teórica y prácticamente, la realización de una intervención quirúrgica con

telepresencia del cirujano -el cirujano ausente está, no obstante, telepresente- exige que
éste reciba mensajes multisensoriales -visuales, táctiles y auditivos- desde el campo

operatorio ubicado en el remoto quirófano donde se encuentra el paciente, de modo

2
que el cirujano tenga la sensación física de que está manipulando, de modo
inmediato, los tejidos en el interior del espacio anatómico corporal del paciente.

La diferencia entre las técnicas de teleoperación robótica y la cirugía realizada

con telepresencia del cirujano es la siguiente: en la teleoperación, por ejemplo, un


destornillador remoto es manejado por el operador utilizando sistemas de palancas

movidos a distancia, mientras que en la cirugía con telepresencia, el cirujano sostiene


un mango real de una tijera en su puesto de trabajo, y percibe la distinta resistencia

de los diferentes tejidos cuando los maneja y corta, como si realmente sus manos se

encontraran en la inmediatez del campo operatorio .


En la cirugía con telepresencia, el cirujano realiza su operación sobre un
paciente físicamente remoto para él, y opera desde una especie de mesa o consola

que le facilita una interfase sensorial, la cual le crea la ilusión de que realmente se
halla en el alejado campo operatorio. La telepresencia del cirujano no es realidad virtual
ya que en ésta el entorno remoto es totalmente simulado, mientras que en la
cirugía con telepresencia el cirujano manipula tejidos reales situados en una
localización remota con la cual está ligado solamente por una conexión electrónica.

Para el cirujano en telepresencia, la punta del instrumento que maneja a distancia,


aparece como si estuviera rígidamente unida al mango del instrumento que él

realmente manipula, ya que ambas partes del instrumento están conectadas por vía
electrónica, y, de este modo, "siente" las distintas características físicas de los

diversos tejidos.
Las posibles aplicaciones de la cirugía con telepresencia del cirujano pueden

entreverse ya para el próximo futuro: se trataría de utilizar la especial habilidad

técnica de un cirujano y su equipo para realizar una determinada operación


quirúrgica en un paciente que se encontrase en localizaciones geográficas remotas

y en circunstancias técnicas precarias. No obstante, no hay que olvidar en estos


planteamientos que es el paciente el que estaría en una localización remota

3
respecto al centro hospitalario dotado de mayores posibilidades de asistencia en el
que se ubicaría el muy competente "telecirujano" y no al revés, y que es

precisamente en el lugar donde se hallase el paciente con su campo operatorio -por

ejemplo, en un barco en alta mar o en un frente bélico- donde debería resolverse el


no fácil problema de disponer y desplegar la compleja tecnología que hace posible

la inmediata acción operatoria sobre el enfermo, aunque sea manejada desde mucha
distancia. Por último, debe recordarse que también sería en el remoto paciente en

el que se desarrollarían y tendrían, en su caso, que resolverse las posibles

complicaciones que pudieran surgir de modo imprevisto, durante y después de la


intervención quirúrgica.
Según aquella reflexión escrita, serían nuevos cirujanos tanto los que

observan la lesión/objetivo en el potencial campo operatorio, a través de largos


instrumentos endoscópicos y actúan terapéuticamente sobre aquella lesión, como
aquéllos que, tras avistar la lesión/objetivo con el auxilio de técnicas de diagnóstico
mediante imágenes, radiológicas o ecográficas, actúan, si ha lugar, desde la
distancia sobre dicha lesión, con un instrumental alargado, especialmente diseñado

y construído.

En las pioneras intervenciones telequirúrgicas experimentales realizadas en cerdos


en la Universidad de Stanford (1992), los movimientos de las manos del cirujano
en su puesto de trabajo, situada a gran distancia del campo operatorio, se
trasladaban, precisa e inmediatamente, al manipulador remoto -la parte distante y
operativa del instrumento- a través de un control computarizado.

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