Vous êtes sur la page 1sur 32

Problemas de Literatura Latinoamericana

Teórico N° 5

Secretaría de Publicaciones
Materia: Problemas de Literatura Latinoamericana
Cátedra: David Viñas
Teórico: N° 5 – 7 de septiembre de 2007
Tema: La Reforma Universitaria – dictado por Marcela Croce

Teórico 5/518 32 copias


Hola, buenas tardes.
Hoy voy a tomar algunas cosas que quedaron pendientes de Ariel, voy a tomar el
ensayo de Darío sobre Calibán y a empezar con Reforma Universitaria, que es un tema
sobre el cual podemos discutir bastante. Yo traje un libro de la revista “Inicial”, que está
completa en el Instituto de Literatura Argentina. Vamos a ver cómo algunos de los
reformistas iniciales se van convirtiendo en fascistas. Algunos de ellos, incluso, van a pasar
al grupo de “Proa” y algunos otros, que en ese momento eran la extrema izquierda, eran
figuras como Carlos Astrada (que en los ’40 se hace Peronista) o Ernesto Sábato, que
ustedes sabrán qué es.
Lo que yo quería subrayar era la ineficacia del planteo que hace Rodó. Es un planteo
espiritualista para combatir a un gigante materialista. En función de esa ineficacia, después
vamos a ver las repercusiones que tuvo el Ariel. Era impensable que el Ariel tuviera tal
cantidad de repercusiones, no estrictamente espiritualistas. De todos modos, esa
repercusión es reformista y no revolucionaria. Es la apelación a las clases medias, porque la
reforma siempre va a ser un movimiento de clases medias. Incluso, los partidos que
corresponden a estas democracias liberales de principio de siglo son partidos de clases
medias. Piensen en Partido Colorado de Batlle, en Uruguay, o en el radicalismo
yrigoyenista, en Argentina. El radicalismo será menos de clase media, cuando se vuelve
alvearista, entre los años ’22 y ’28.
Hago un paréntesis, para contarles que ayer tuve que ir al Correo Central, que va a
ser el museo del Bicentenario. Es el esplendor alvearista, reciclado con una fachada de

1
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

supuesta izquierda para instalar ahí el museo del Segundo Centenario de la Revolución de
Mayo. Ya avisaron que lo van a cerrar durante dos años para armar toda esta parafernalia.
Recordemos lo que fue el primer centenario, donde se persiguió a los anarquistas, que
tiraron bombas hasta en el Teatro Colón. Además se le incendió la carpa al pobre payaso
Frank Brown y se hicieron otros desmanes.
Ahora parece que volvemos a la cosa celebratoria, en vísperas del Segundo
Centenario. Más allá de que se trata de un edificio realmente hermoso, la elección tiene que
ver con un programa político muy concreto, que es el del radicalismo señoritista
antipersonalista, frente a una cosa más caudillesca y más de clase media. Me parece que no
se puede ser ajeno a la simbología que tiene atrás ese edificio, a nivel de la celebración del
Segundo Centenario. Además estamos hablando de un gobierno supuestamente progresista
y populista; aunque, probablemente, el cambio de figura presidencial implique también un
corrimiento en el orden ideológico. Vamos a ver qué significa este Segundo Centenario,
planeado desde tres años antes. Me gustaría saber qué están celebrando.
Piensen en la simbología del Correo Central, en el momento en que fue inaugurado,
en la figura que lo inaugura, las características estilísticas del edificio. Es una simbología
un poco pesada; a mí me parece que habría que plantearse eso para ver el signo que va a
tener la celebración.

Alumno: Habría que ver a quién invitan, porque en el primer Centenario la figura más
destacada fue la Infante de Borbón.

Profesora: El rey de España va a estar seguro. La cosa española sigue presente y, sobre
todo, con un papel mercenario frente a América Latina, donde dominan, sobre todo, las
industrias culturales. Las editoriales las han dominado de manera vertiginosa. El otro día
veía un libro sobre industrias culturales en el MERCOSUR. Casi todos los países
latinoamericanos están dominados por grandes holdings editoriales de origen español. En
algunos casos más graves ni siquiera son españoles y ni siquiera son editoriales. Les doy un
ejemplo: Sudamericana fue absorbida por BMG, que es una discográfica alemana. Yo
recuerdo haber ido hace unos años a Sudamericana y hay que entrar por BMG, haciendo

2
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

todo un rodeo. ¿Saben que había en ese momento en la puerta de Sudamericana? Un cartel
de Piñón Fijo y un cartel de Bandana. Ese era el ingreso a editorial Sudamericana.
Esto me parece algo arrollador, sobre todo pensando que, en los años ’40, Buenos
Aires era una plaza editorial fuertísima, con empresas como Losada y Sudamericana que,
incluso, hacían circular al resto de los autores latinoamericanos. Arguedas publicaba el
Losada, algo del Boom Latinoamericano se conoce en Losada, Asturias publicaba en
Losada. Losada era una editorial que, además, publica a todos los españoles exiliados, a
todos los perseguidos durante la Guerra Civil, publica a García Lorca, a Rafael Alberti… Y
de pronto ese mercado fue absorbido por editoriales españolas que, a su vez, fueron
absorbidas por otras europeas más importantes. Casi todos estos holdings tienen una gran
editorial de libros escolares: Santillana, Kapelusz, etc. Norma es el único holding de origen
latinoamericano; las malas lenguas le atribuyen origen incierto a sus fondos pero, al menos,
los usan para sacar libros.
Volvamos al tema del espiritualismo y del idealismo, entendido como una
posibilidad de regeneración de un continente que, si se deja guiar por el materialismo va a
ser aniquilado. Además está la idea de que esta regeneración retomaría un pasado heroico.
Si uno lo mira atentamente debería asombrarse de que Rodó haya tenido un desarrollo
democrático, porque esa era la base del fascismo: volver al pasado heroico, volver a
establecer la Roma imperial. Más que a una acción directa, se trata de incitación a la
recuperación de una cierta simbología. De aquí venía el comentario sobre ese edificio
maravilloso.
Uno también podría ver la asociación entre Ariel, lo aéreo y lo ario; y Calibán,
obviamente, asociado a las razas inferiores, al caníbal y al Caribe. Fernández Retamar hace
una etimología de la palabra “caníbal” que viene precisamente de la palabra “Caribe”, o a la
inversa. Ariel sería la instalación de cierto racismo. En todo este espiritualismo rodoniano
no ingresa jamás el indígena. Los elementos indígenas no aparecen nunca. En Darío
aparecían mencioandos, aunque sea episódicamente. En el caso de Rodó, el elemento
indígena está totalmente borrado, para no hablar del negro. El habitante natural de esta
tierra no tiene ningún sentido dentro de Ariel. Es la apelación hacia una cultura y una raza
absolutamente diversa de la propia.

3
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

Dentro del carácter elitista de Ariel, diría que la prosa de Rodó tiene ciertos
elementos de orfebrería. Trabaja con los metales; este Ariel no es una estatua de mármol
sino una estatua de bronce. Es un trabajo diferente con el lenguaje que tiene ciertos resabios
modernistas, pero también toda esta discursividad que responde a la tradición hebrea,
romántica, clásica, etc. Además empieza a aparecer la idea del Vitalismo, enunciada por el
filósofo francés HenriBergson. El Vitalismo es la idea de la juventud que va a renovar
absolutamente todo. Es la juventud que tiene una vida propia, un rasgo típicamente juvenil
que a cierta edad se agota.
Hay un texto de Viñas sobre Lugones, donde dice que Lugones muestra ese
vitalismo, porque adhiere en una primera instancia al bergsonismo, que va a ser una de las
bases del fascismo. Y dice que uno Rimbaud a los veinte y Göethe a los treinta, un
revolucionario de joven y un tipo sistematizado cuando tiene cierta edad. A los treinta ya se
es viejo, la juventud ya pasó. Sin embargo, vamos a ver que esta juventud latinoamericana,
no era tan joven cuando se hace la Reforma. Y, algunos de ellos, cuando insisten con este
Vitalismo a ultranza ya tienen treinta y más años. Y va a haber una serie de maestros de la
juventud que tienen un espíritu juvenil, como Vasconcelos, Alejandro Korn, Ugarte,
Ingenieros, etc. Su espíritu juvenil se verificaba, sobre todo, en una suerte de cargada
institucional, llamada la siringa, el titeo.

Alumno: Una de las fuerzas morales de Ingenieros es la juventud…

Profesora: Sí, desde ya. Además, en el artículo que él escribe sobre la Primera Guerra
Mundial, titulado “El suicidio de los barbaros”, sostiene que la autoaniquilación de Europa
se debe a que es un continente envejecido. América es el continente joven, la promesa del
futuro. Pero, al mismo tiempo, Ingenieros retoma sin discusión una serie de teorías
europeas, como el Positivismo. Tanto en la sociología como en la criminología argentina
que hace Ingenieros aparece la impregnación positivista. Tiene un libro titulado La
evolución de las ideas argentinas, que es un análisis positivista de los autores que han
escrito en Argentina. El va leyendo todo esto como una evolución del espíritu.
Vamos a ver que la idea de “evolución del espíritu”, después de ese primer momento
positivista desaparece y no vuelve a aparecer en el siglo XX. Incluso, vamos a ver la

4
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

influencia que el reformismo rodoniano, a través del impacto de la Reforma Universitaria,


va a instalar en ciertos grupos como los que forman las revistas literarias. La revista
“Inicial”, básicamente, es una revista político literaria. Y casi todas las que siguen en ese
momento van a tener estas características. Incluso, la revista “Martín Fierro”, que tiene un
espacio jocoso como ‘El Parnaso satírico’, donde reproduce ciertos elementos de la siringa.
Se burla de los que conforman el campo intelectual o hacer pequeños chistes de cenáculo.
Seguramente se trataba de una revista que circulaba muy poco; “Inicial” seguramente no la
leía nadie, “Sur” seguramente no la leía nadie y “Contorno” tenía una tirada de trescientos
ejemplares. Incluso, el número sobre el Peronismo tenía una nota que decía que de ese N°
se habían tirado cincuenta ejemplares más. Sin embargo, todas estas organizaciones
después se convertirán en una suerte de mitos. Pasan de ser pequeños cenáculos, que
circulan muy poco, a posibilidad de analizar ahí todo lo que se cultivaba en una época
determinada.
Al final del Ariel, Próspero aparece como un antizaratustra. Próspero no propone
una enseñanza belicosa, ni una enseñanza resentida. Tal vez, en término nietzscheanos
Rodó sea un resentido, porque, según La genealogía de la moral, todo lo que tiene que ver
con el cristianismo corresponde al resentimiento y a una moral de esclavos que están
acostumbrados a dejarse crucificar. El lo que recupera es esa horda rubia, de hombres
superiores que van a venir a recuperar el mundo. Por eso, generalmente, se ha visto a
Nietzsche como una especie de premonición del nazismo. Pero todos estos elementos
aparecen en cualquier planteo de la época.
El momento final es el ocaso, el crepúsculo. Cae la luz y se acaba la iluminación.
Ahí se cruzan con esta plebe que sale del trabajo. Siempre se conserva esa rigurosidad
topográfica, en la que hay un grupo arriba y un grupo abajo. Mientras los discípulos de
Próspero se pueden distinguir, estos que están abajo son absolutamente informes. Son una
maza, una multitud. También es un tema de la época. En 1899, Ramos Mejía publica Las
multitudes argentinas, un trabajo supuestamente sociológico, donde las multitudes van
cambiando el signo según la función que van cumpliendo en la historia. Las multitudes que
hacen la revolución de la independencia son positivas, las multitudes de fin de siglo, que
son inmigratorias, con un fuerte grado de sindicalización y con ideas disolventes (sobre
todo el anarquismo, que era la más disolvente de todas) son negativas.

5
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

Hoy, Ramos Mejía (que hablaba del “hombre carbono”) podría hacer una sociología
de las barras bravas, que son esas multitudes alocadas e informes que, cuando se
abroquelan, salen a dar palos por todos lados. También había multitudes en los años ’20 y
’30, que eran las juventudes de la derecha argentina. La Liga Patriótica y la Legión de
Mayo, eran grupos de muchachos que salían a dar palos. Pero esas eran multitudes
positivas, porque trataban de guardar el orden. Eran rompehuelgas, quemaban diarios, etc.
La idea de la iluminación tiene que ver con la contemplación. Contemplar implica la
necesidad de una luz. De hecho la palabra “teoría” viene de un verbo griego que significa
“ver”. La teoría es la visión introspectiva, sería como una suerte de especulación. La teoría
está donde hay posibilidad de autocontemplación. La elaboración de un idea
autocontemplada, eso es la torre de marfil de Próspero, el pequeño círculo, la endogamia.
Es una división absolutamente maniquea: lo multitudinario contra lo intelectual. Ese es un
rasgo típico del Modernismo: la división maniquea. Por eso cuando veíamos a Martí
mencionábamos sus elementos antimodernistas. Uno es su intento de dialectizar las
oposiciones duales. En el caso de Rodó esa dialectización no aparece nunca. Para él esto se
supera, eventualmente, mediante la democracia. Se pensaba en que todos hagan la escuela
primaria, para ver cuál de ellos se merecía tener una educación superior.
La otra alternativa, directamente, es ignorar a las multitudes, que es lo que van a
hacer estos muchachos ilustrados. Incluso, uno de estos personajes se llama (…), con lo
cual aparece Víctor Hugo, otra de las grandes figuras que dominan el siglo XIX. No es el
poeta romántico que vivía intensamente y se suicidaba antes de los treinta; es este maestro
de los románticos. Además Víctor Hugo ha sido capaz de instalar, por un lado, el
Romanticismo Social (en obras como Nuestra Señora de París o Los Miserables) y, por el
otro, toda esa vertiente exótica, que va a retomar el Modernismo, en el caso del
orientalismo. Ahí aparece la mirada sobre ese lejano oriente exótico.
El paso final, en el caso de Rodó, es ir de Próspero a Proteo. El último libro
ensayístico de Rodó se llama Motivos de Proteo (1909). Proteo es aquel que cambia
permanentemente de forma. Ha pasado de la figura señera e iluminadora, que tiene todo el
saber a la figura que ya no confía en ninguna forma fija. Proteo es el cambio permanente y
los Motivos de Proteo retoman esa heterogeneidad discursiva que tenía el Ariel. Un ejemplo
son las parábolas que, en las últimas líneas (como hacía el Ariel), dan la explicación de lo

6
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

que quieren decir. De este modo, el magisterio de Rodó se vuelve un tanto machacón. Todo
el tiempo está explicando qué es lo que quiso decir.
En el final del Ariel hay una reivindicación del tacto, se toca algo suave. Eso
también tiene que ver con el Modernismo, porque el lenguaje modernista tiene un elemento
de suavidad. Esto está frente a lo que va a ser la ruptura de las vanguardias, que presentan
un lenguaje deliberadamente áspero. Incluso, se empieza a instalar en la poesía temas y
lenguajes que no son poéticos. Desde el Futurismo en adelante aparece el lenguaje
maquinístico, empieza la reivindicación de la civilización, más que de la cultura, moderna.
El manifiesto de Marinetti termina diciendo que la guerra es la única higiene del mundo.
No queda otra que limpiar a los que no sirven. Y los que definen quiénes sirven y quiénes
no son los que saben.
Esto nos lleva al papel de los intelectuales que, en caso de Rodó, oscila entre la
figura del héroe, del santo y del mártir. Todas son figuras apostólicas. Estas figuras se han
repetido constantemente a lo largo de la intelectualidad revolucionaria latinoamericana:
santo, héroe y mártir. Piensen cómo ha sido presentado el Che Guevara o en cómo ha sido
presentado Sandino. Son figuras martirológicas, absolutamente románticas, son héroes
individuales.
Para comparar con el Ariel, tenemos un artículo de Rubén Darío titulado “El triunfo
de Calibán”. Fue publicado en una revista de Caracas. Obviamente, Calibán es lo opuesto a
Ariel. Calibán, además de lo material representa lo carnal. Frente a este desagrado que hay
por la carne aparece lo carnal. Darío reivindica el latinismo y dice: “No puedo, no quiero
estar de parte de esos búfalos de dientes de plata. Son enemigos míos, son los
aborrecedores de la sangre latina, son los bárbaros. Así se estremece hoy todo noble
corazón, así protesta todo digno hombre que algo conserve de la leche de la loba”. Vean
que llegamos hasta Rómulo y Remo. Es el latinismo levado al absurdo.
Luego los llamará “país de cíclopes y titanes”, “comedores de carne cruda”,
“herreros bestiales”, “habitadores de casas de mastodontes”, y dicen que van
“animalmente a la caza del dólar”. Y después dice: “Comen, comen, calculan, beben
whiskie y hacen millones”. La consigna de Franklin, en su autobiografía era: “time is
money” (el tiempo es dinero). Franklin consideraba que si uno perdía una hora de trabajo,
además de perder los dólares que había acumulado en esa hora, sino que además perdía

7
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

todos los otros dólares que durante toda su vida le hubieran redituado de intereses esos
dólares iniciales. La idea de los intereses es permanente.
Alumno: De hecho, la fórmula de “interés” es: capital por tiempo.

Profesora: Efectivamente. Terminamos descubriendo que el planteo de Franklin era un


planteo marxista. El que ha recuperado la figura de Franklin en Argentina fue Sarmiento.
Sarmiento plantea recuperar la figura de Franklin porque es el hombre que se hace a sí
mismo: salió de la nada, inventó cosas, se hizo millonario y llegó a presidente. Estos
“bestiales comedores de carne cruda” pueden ser también los sostenedores de un nuevo
orden financiero internacional. Esto es lo que todavía no logra entrever concretamente
Darío. Ve que están a la caza del dólar, pero no ve que eso implica meterse en los países
para explotar los dólares.
Son “enemigos de toda idealidad”, que tienen un progreso apoplético. Luego dice:
“Su Whitman, con sus versículos a hacha, es un profeta demócrata al uso del Tío Sam”.
Acá tenemos la relativización de Whitman, que azuzaba a sus compatriotas para combatir
contra México en 1848. Esta es la cara más nefasta de Whitman, más allá de su poesía, que
termina siendo absolutamente egocéntrica. Es el Canto a mí mismo. Es la exaltación de la
figura de Whitman, que se ha hecho contra la de los trascendentalistas (Emerson, Thoreau y
Longfellow). Whitman es el Próspero norteamericano. Acá Darío empieza a desprestigiar la
figura de Whitman, un profeta a ese uso democrático de los enriquecimientos.
Por otro lado, tenemos la otra figura norteamericana, que ya había sido recuperada
por los franceses, que es Edgar Allan Poe. Poe es el personaje que no se ajusta a vivir en la
sociedad que le tocó. La diferencia entre Whitman y Poe es la que hay entre sentirse
orgulloso de vivir en ese país y sentirse un extranjero en ese país. Poe escribe literatura
fantástica porque el Realismo de su país le parece un espanto. De hecho, Baudelaire lo
toma como a alguien que contradice a la sociedad de su tiempo. Baudelaire es el que le ha
hecho conocer a todos estos latinos la figura de Poe. Hoy sé que se mira mucho cine
norteamericano, pero no sé si lee literatura norteamericana. ¿Hoy se lee literatura
norteamericana?

Alumno: Los canónicos (Hemingway, Faulkner y James) creo que sí.

8
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

Profesora: Se leen acá. ¿Pero circulan mercantilmente?


Alumno: Edgar Poe también circula algo. Cada tanto se reeditan las obras completas, etc.

Profesora: Poe, efectivamente, tiene una lectura en colegios. Pero Hemingway, que hasta
hace cuarenta años se leía seguro, creo que ya no se lee. Incluso, lo más crítico de la
literatura norteamericana acá se leyó hasta los años ’70 y después poco y nada. ¿Quién lee
hoy a Norman Mailer? Mailer tiene una crítica de brutal de lo que es la Segunda Guerra
Mundial y de lo que es Vietnam.

Alumno: También se lee bastante a la generación Beat y algo de Bukowski…

Profesora: Pero acá adentro se lee a los Beat. Afuera de esta torre de marfil no se lee eso.

Alumno: Lo que se lee bastante afuera de la Facultad es Stephen King.

Profesora: Eventualmente, ese sería un personaje muy situado dentro del mercado, pero
que se ha hecho más conocido a través de las películas que se hicieron de sus obras. Acá
ante se leía, por ejemplo, a Whitman. Pero siempre estaba eso de no conocer bien la lengua
inglesa. Una de las reivindicaciones acá era aprender el francés y no el inglés. El idioma de
la cultura era el francés.
Dice que Estados Unidos es el País de Brobdingag, que es uno de los países
visitados por Gulliver. Dicho sea de paso, yo no sé por qué Los viajes de Gulliver se vende
como un libro infantil, porque es una sátira política feroz, que termina demostrando que en
cualquier lugar se vive mejor que en Inglaterra. La idea de la grandeza está establecida a
través de dos figuras, el mamut y la secoya. Todo eso que le desagrada a Groussac aparece
como desagradable para Darío. Dice: “Tienen templos para todos los dioses y no viven en
ninguno”. El lema norteamericano es “In God we trust” (Creemos en Dios). Ese lema viene
en el billete del dólar: es lo sagrado metido en una cosa tan profana como un billete. Es un
lema absolutamente manoseado. Han convertido a los dioses en una suerte de respaldo del
dinero.

9
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

Sigue: “Sus grandes hombres, como no ser Edison, se llaman Lynch, Monroe y
Grant”. Darío le habla a Roosevelt, del mismo modo en que Hugo le hablaba a Grant.
Piensen en todos los norteamericanos que figuran como divisas de un progreso de la
civilización en la literatura argentina de los años ’20 como modelo de enriquecimiento. Hay
un aguafuerte de Arlt, donde él enumera a todos los modelos norteamericanos: Edison,
Morgan, Rockefeller, etc. Eran inventores que habían hecho mucho dinero. Arlt tenía la
idea de enriquecerse con un invento. Había hecho un invento que eran unas medias con
puntera y talón de caucho, que no tuvieron mucho éxito.
La ideología del progreso indefinido, del invento, del dinero y de la acumulación es
permanente. En los años ’20 eso funciona permanentemente. Uno lo puede ver en la
publicidad que aparece en las revistas de la época. Piensen en todos los objetos
norteamericanos que llegaban para el consumo del hogar. Además llegó la instalación de los
automóviles, que encarnan el gran modelo de producción, conocido como Fordismo. Es
todo eso que está tan bien detallado por Chaplin en Tiempos Modernos. Deberíamos volver
a ver esa película.
Darío los elimina del género humano, son como la masa, como la multitud. Para
colmo hablan el slang fanfarrón de Monroe, frente a la fórmula de grandeza continental que
enuncia Sánez Peña. El monroismo es una suerte de lunfardo, frente a alguien que se
distingue con el estilo de la diplomacia. Habla de “Esas mandíbulas de boa abiertas tras la
tragada de Texas”. A partir del año ’98, el hecho de que España haya sido derrotada hace
que España ya no sea un enemigo. La recuperación de la hispanidad viene por ese lado:
como está derrotada ya no tenemos que enfrentarnos con ella. Eso lo dice Darío y lo dirá
Henríquez Ureña.
Después vamos a ver la idea de que el Catolicismo es una señal del atraso. Los
países católicos son países atrasados; mientras los países protestantes se civilizan mucho
más rápido. Hay tres personajes, en este momento que habla Darío, que comenta una
conferencia que ha escuchado en Buenos Aires después de la liquidación de la guerra. Esos
tres personajes son Sánez Peña, Groussac y un italiano que se llama (…). Sánez Peña, a la
manera de Martí, es una suerte de predicador. Además es el “hombre cordial” como se lo va
a definir en Raíces de Brasil. “El estadista iba del brazo con el hombre cordial”. Sáenz
Peña parece una figura muy menor frente a estos “búfalos” o “comedores de carne cruda”.

10
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

Volvemos a la situación de Ariel y Calibán, pero recuperando una palabra bíblica.


Son David y Goliat, el gigante que finalmente puede ser destrozado por una figura
insignificante. El error de Darío está en creer que un discurso puede derrotar a un gigante,
como Estados Unidos. En nombre de Francia está Paul Groussac, un estudioso que se
mantiene aislado del mundo (nuevamente la figura de Próspero), director de la biblioteca
nacioanal, etc. Es una figura totalmente ajena al campo de la política. Entusiasmó al
elemento intelectual de la concurrencia, tiene un alto decoro literario y es otro personaje
que no puede hacer nada contra estos gigantas rubios comedores de carne cruda. Además
declara que Francia debe estar de parte de España, para recuperar la raza latina.
La idea del latinismo ha sido vista con algunos resquemores, por lo menos en el
momento en que empieza a ser planteada, porque lo latino implicaba la posibilidad de que
potencias (como España o Francia) invadieran América. El latinismo es lo que está detrás
del peligro de Maximiliano declarándose emperador en México. Hay un texto de Francisco
Bilbao, titulado La América en peligro (1862), que denuncia que detrás del latinismo viene
el imperialismo francés. El temor de que se definiera como Latinoamérica, implicaba que
este imperialismo francés pudiera quedarse con el dominio de América Latina. Entre los
intelectuales circulaba esta idea, debido a la seducción por lo francés como la lengua de la
alta cultura, la cosa distinguida y los grandes autores canónicos que se leían en América.
Luego viene el planteo de una unión latina que va a derivar, hacia 1925, en la
creación de la Unión Latinoamericana, de parte de muchos intelectuales de origen
socialistas que son expulsados del partido. Piensen en los casos de Ingenieros, de Ugarte y
de Alfredo Palacios. En esa unión latina deben juntarse “la oleada de la sangre y la oleada
del común espíritu”, frente al “yanqui demócrata y plebeyo”. Esto de la sangre y el espíritu
siempre da un poco de miedo. Hay un texto de Victoria Ocampo, titulado “Supremacía del
alma y de la sangre”, que ella lo da en la edificante institución cultural fascista en 1937.
Uno lleva en la sangre o todos los males o todas las ventajas. Hay supremacía de sangre
cuando uno es latino.
Terminamos con el mismo discurso de los nazis. Si la supremacía la tienen los arios
o los latinos, para el caso es lo mismo. Somos un pueblo elegido, volvemos también a la
cosa bíblica. Esto es lo que dice Darío: una supremacía de la sangre y el espíritu latino por
encima de los sajones. Con esa supremacía espiritual tratamos de contrarrestar lo que

11
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

ocurre en el plano material. En esa permanente expansión material de Estados Unidos se va


a ir definiendo lo que es el corolario Roosevelt de la Doctrina Monroe, el Destino
Manifiesto de los Estados Unidos de dominar a toda América Latina. Esto se ve más que
nada en los casos de Nicaragua y Panamá.
La Doctrina Monroe, que había sido planteada como un recurso defensivo, termina
siendo planteada como una cosa ofensiva contra el resto de América. La impregnación
positivista que se suponía que Darío no iba a tener aparece nuevamente. Es el positivismo
en su versión de darwinismo social, que el positivismo más reaccionario de todos. Acá
aparece la reivindicación de eso. Acá se plantea en términos de Lévi-Satruss (crudo o
cocido) la distinción entre civilización y barbarie, que es el legado más oscuro que nos ha
dejado Sarmiento.
Termina diciendo: “Yo que he sido partidario de ‘Cuba Libre’, soy amigo de
España en el instante en que la miro agredida por un enemigo brutal”. Cuba le simpatiza,
pero frente a Estados Unidos se queda con España. Es reivindicar a España en el momento
en que España está caída. Dice: “La España que yo defiendo se llama hidalguía, ideal,
nobleza, se llama Cervantes, Quevedo, Góngora, Gracián, Velásquez”. Lo que él reconoce
es todo el canon: “Se llama El Cid, Loyola, Isabel, se llama La Hija de Roma, la Hermana
de Francia, la Madre de América”. Es latinismo, hispanismo, americanismo.

[Pregunta inaudible]

Profesora: Las opciones eran “Hispanoamérica”, “Iberoamérica”, “Latinoamérica” e


“Indoamérica”. “Iberoamérica” generalmente no se usa, porque deja a Brasil afuera.
Incluso, en el último Congreso de la Lengua, la Real Academia, puso un delegado que dijo
que el español “es el idioma de América”. La idea del portugués, pese a que en Brasil hay
doscientos millones de habitantes, está totalmente borrada. “Indoamérica” es la opción que
recupera Vasconcelos; incluso él escribió un tratado titulado Indología. Nunca aparece
dentro de estas variantes la de Indoamérica. Siempre nos inclinamos por “Hispano” o por
“Latino” o por “Ibero”. Lo que sucede es que el componente indígena ha sido radicalmente
borrado. Donde se lo conserva, se lo conserva en términos puramente superficiales.

12
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

Recuerdo una escena patética. La elección de Alejandro Toledo como presidente de


Perú hace unos ocho años. Alejandro Toledo es un indígena y se le nota en la fisonomía;
pero lo primero que fue a hacer, una vez asumido el mando, es ir a rezar a Machu Pichu; e
inmediatamente después firmó acuerdos con los norteamericanos. Fue una cosa puramente
escenográfica: un indígena en el poder. Un indígena en el poder, que puede hacer lo mismo
que hace cualquier otro. Son los calibanes de adentro. El componente indígena parece darle
un viso de credibilidad que, en realidad, no lo tiene. Este personaje termina haciendo
exactamente lo mismo que cualquier otro.
El elemento indígena ha sido borrado y la literatura indígena también. La idea de
una influencia de la literatura indígena en el canon de la literatura norteamericana es muy
rara. Cuando aparece lo hace a través del indigenismo, que ya es una reformulación de eso,
que no tiene nada que ver con la posibilidad de llegar a una lectura indígena. En Brasil,
sobre todo cierta Antropología (como la Freyre) recupera al negro, pero no al indígena.
Dice que del negro nos vienen ciertas virtudes, el haber aprendido a cocinar de cierta
manera, ciertas canciones, cierta cultura, pero el indígena siempre fue un perezoso. Y los
que recuperan al indígena, que son los modernistas brasileños, lo hacen de una manera
absolutamente estetizada. Hacen una construcción estética, según la cual la vanguardia se
apoya en el indígena. Es lo mismo que la vanguardia argentina, que declara haberse
apoyado en el gaucho, cuando no tiene nada que ver con el gaucho. Es retomar una figura
como una suerte de emblema, pero no acercarse nunca a esa figura.
Hay una actitud absolutamente paternalista: como son unos pobres tipos que no
pueden defenderse, nosotros los defendemos. Esto también pasa en Norteamérica: la figura
del indio ha sido despreciada y la construcción cultural ha indicado que era un personaje
peligroso. Cuando se hacía la conquista del oeste, el peligro eran los indios. La apertura del
canal de Panamá buscaba evitar el trayecto por tierra porque los indios los reventaban.
Además reventaron a los Sioux, a los Cheyenes, a los Piel Rojas, a los Mohicanos y a todos
los que pudieron. Eso no se parece a una reivindicación del indígena.
Esto se repite porque, además de Toledo, está Evo Morales. Pero el hecho de que
lleguen estas figuras indígenas a cierto espacio de poder, no significa que el indígena ha
sido reivindicado. Simplemente me parece uno que llega y que, eventualmente, podrá hacer
algo para mejorar algunas condiciones de vida. Son estructuras que hace quinientos años

13
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

están acostumbradas a explotar al indio. El indio ha sido siempre un explotado, una mano
de obra barata para minas, plantaciones y todos los trabajos que no querían hacer los
blancos. En las perspectivas intelectuales siempre se ha reivindicado más la cultura de los
negros que la de los indígenas. En Argentina la ignorancia del indio es completa. Primero
porque se los aniquiló hace ciento treinta años y, en segundo lugar, porque los indios que
había en Argentina ni siquiera pertenecían a las grandes civilizaciones de las que alguien
podría ufanarse. Acá no había incas, ni mayas, ni aztecas; había comechingones, diaguitas,
onas, patagones, etc.
Belgrano pretende coronar a un inca. Incluso, en la bandera aparece el sol inca.
Durante años se sacó el sol, diciendo que la bandera con el sol era de guerra; pero, en
realidad, lo que se sacó fue eso. Ahora se lo volvió a instalar. El sol de la bandera es Inti, es
un dios inca. De hecho, Belgrano cría que el mejor modo de gobierno era la monarquía y
proponía que fuera una monarquía autóctona. Pero esta idea de lo autóctono era un poco
romántica: ¿el inca tenía ganas de ser coronado por un grupo de intelectuales que trataban
de organizar algo en el Río de la Plata? Es algo que hace a lo que tenemos que discutir a lo
largo de este programa: ¿qué papel real cumplen los intelectuales?
Vamos a ver qué pasa con la Reforma Universitaria, donde se retoma ese planteo. La
juventud tiene el poder: desde el ’18 hasta “la imaginación al poder”, que es en el ’68, hay
una buena distancia. Pero está funcionando lo mismo. En 1918 el planteo pasaba por el
juvenilismo de Rodó, que era absolutamente abstracto y, en los años ’60, hay cierta
sociología norteamericana, que establece que la juventud es la que realmente produce los
movimientos revolucionarios. Justo después de eso la teoría se confirma con la Revolución
Cubana del ’59, con el Mayo Francés del ’68 y con la Primavera de Praga, finalmente,
después viene el hippismo.
Acá hay un soporte concreto para la teoría: en la juventud está la perspectiva de
cambio. Es una perspectiva despolitizada del planteo de Marx. Marx decía que en la clase
obrera está la fuerza revolucionaria; para la Sociología, en cambio, la fuerza revolucionaria
está en la juventud. Pero esta filosofía latinoamericana también plantea que la posibilidad
está en la juventud. No es una cuestión de clase, es una cuestión generacional.
Ahora me gustaría comenzar a hablar de la Reforma Universitaria, a partir de un
libro de Juan Carlos Portantiero, expulsado del Partido Comunista por gramsciano, cuando

14
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

funda en Córdoba el grupo de Pasado y Presente. Este grupo ha tenido sus vaivenes, porque
algunos miembros de ese grupo, hace dos o tres años hicieron una autocrítica muy dura
sobre el papel que tuvieron con respecto al Ejército Guerrillero del Pueblo dirigido por
Jorge Ricardo Masetti. Del Barco hizo una autocrítica muy dura, porque el grupo de Pasado
y Presente había establecido una suerte de juicios sumarios y había aprobado fusilamientos.
Cuando Del Barco sale a hacer su autocrítica, todos los demás se le ponen en contra. Se ha
establecido una gran discusión al respecto, que ustedes pueden buscar en Internet, respecto
de si los intelectuales tienen derecho a decidir quién vive y quién no vive.
Los intelectuales no en todos los casos pasan a la acción. Macetti, que fue uno de los
fundadores de Prensa Latina en Cuba, sí pasó a la acción. Pero qué pasa cuando otros no
pasan a la acción y, sin embargo, terminan haciendo juicios sobre los que efectivamente se
han metido en una acción política. Ese es un planteo como para discutir largamente. Sobre
todo porque todos los demás miraban para el costado y decían que Del Barco no tendría que
haber salido a hablar de eso después de tantos años. La pregunta es qué derecho tiene un
intelectual, que establece una teoría y formula la organización de un movimiento, para
juzgar quién vive y quién no vive. Me parece que es un punto que deberíamos discutir.
Portantiero empezó en el PC, fue expulsado, funda Pasado y Presente, se exilia en
México, vuelve con el alfonsinismo y se convierte en un intelectual orgánico del
alfonsinismo. El escribió el famoso discurso de Alfonsín en Parque Norte, donde hace un
rearmado del Partido Radical. Pasó del PC a la UCR, dentro de esa primavera alfonsinista,
en la cual muchos creían. Después de la dictadura todo era una suerte de paraíso. A la
distancia, parece que eso efectivamente era el paraíso. Si pensamos en lo que vino
después… Frente al menemismo, el alfonsinismo era un momento de diálogo político que
después se borró. Después se instaló un pensamiento único. Como trabajo para una
monografía se podría seguir la trayectoria política de un intelectual. Jorge Asís es candidato
a Vicepresidente, por la lista de Sobisch. Pasó del PC a Sobisch. Ese es el itinerario de un
intelectual.
El libro de Portantiero está escrito en 1978, durante el exilio en México, y se llama
Estudiantes y política en América Latina 1918-1938. Si bien el libro se propone ver la
Reforma en los veinte primeros años, también llega hasta los años ’50. Plantea que el
impulso reformista de 1918 impregna la Revolución Cubana de 1959. Yo le diría que llegue

15
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

también al año ’66, a lo que fue la Noche de los Bastones Largos, durante el gobierno de
Onagnía, en la cual se apalea a todo el mundo. No sólo se apaleó a los estudiantes de la
universidad, sino también a los porteros, a los novios y a todo el que pasara por las
inmediaciones de la Facultad de Ciencias Exactas que, en ese momento, estaba ubicada en
la Manzana de las Luces. Pediría también que llegara al año ’68, cuando México fue el
escenario de la masacre más violenta que hubo contar los estudiantes, donde el gobierno de
Gustavo Díaz Ordaz asesinó a trescientos veinticinco estudiantes en una noche. Como
inmediatamente comienzan las Olimpíadas se ordena retirar los cadáveres y, según una
versión, a los que no se llegó a retirar se los ocultó con una aplanadora bajo una capa de
asfalto.
Lo de las Olimpíadas en México fue algo similar a lo que ocurrió en Argentina en
con el Mundial de 1978, donde sacan de la vista ciertas prácticas de desapariciones
mientras dura el Mundial. Se buscaba evitar que la prensa extranjera empiece a divulgar lo
que estaba ocurriendo en la Argentina. Pero ya que hablamos del ’68, tendríamos que
mencionar el Mayo Francés, que si bien no fue un reformismo latinoamericano, fue una
propuesta interesante, que terminó como ya todos sabemos. Incluso, el protagonista
principal, Daniel el Rojo, hoy cambió de color y es representante del Partido Verde, que es
un partido ecologista en Alemania.
El proyecto del Mayo Francés era llevar la imaginación al poder. Ponían consignas
bastante duras en las facultades de la Sorbona, donde se preguntaban si los partidarios de
De Gaulle tenían un cromosoma demás, que es la afección típica de los mogólicos. Todo el
tiempo estaban pelándose contra ese gobierno que había llegado después de la Segunda
Guerra Mundial, con un aire de heroísmo, cuando ya todos sabemos lo que fue el gobierno
de De Gaulle. Lo que se plantea, sobre todo, es una renovación en serio de lo que son las
Humanidades en la Universidad de La Sorbona, que es la universidad más académica que
tiene Francia.
Esto implica una suerte de aire, con respecto a lo que es el clima intelectual francés,
en el cual aparece involucrado el propio Sartre. Sartre apoya ese movimiento, como lo va a
apoyar Foucault. Incluso tenemos un filósofo que se ha formado en el Mayo Francés, que
es Tomás Abraham. Y tuvimos un canciller que se decía formado en las mismas

16
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

circunstancias, que era Caputo. Otro fue Ikonicoff, que terminó haciendo teatro de revista.
Son trayectorias intelectuales.
Las falencias del libro, entonces, tienen que ver con que no está la Noche de los
Bastones Largos, no está la masacre de México y no está el Mayo Francés. Deberían estar
estos episodios, porque el libro es de 1978, y todo esto tiene que ver (sacando el Mayo
Francés) con el movimiento universitario en América Latina.
El primer planteo que hace Portantiero es que uno puede analizar el movimiento
universitario desde tres perspectivas posibles. Una es teniendo en cuenta el origen de clase
de los estudiantes universitarios, otra es teniendo en cuenta las características del momento
universitario y, en tercer lugar, qué posibilidades laborales tienen los egresados de la
universidad. Podemos ver el origen, el tránsito y la proyección laboral. Portantiero empieza
diciendo que la Reforma Universitaria de 1918 fue un movimiento de las clases medias
que, sobre todo, veían devaluados sus estudios universitarios cuando trataban de ingresar al
mercado laboral. Desarrollaban un estudio de unos cuantos años para después descubrir que
no tenían una inserción inmediata, ni privilegiada, dentro del campo laboral.
La Universidad estaba dirigida por un claustro de profesores que, en la Universidad
de Córdoba, donde se origina la Reforma Universitaria, era mayormente conservador y
católico. El gobierno de Yrigoyen aprovecha el movimiento estudiantil para enfrentarse con
antiguas oligarquías y con el peso que tienen la Iglesia en la política argentina del
momento. Yrigoyen no para a los estudiantes sino que los utiliza como fuerza de choque
para desarticular la unión entre oligarquía e iglesia.
Mientras tanto, estos jóvenes de Córdoba están dispuestos a liquidar a estos
“Hermanos del Corazón”, que dirigen la Universidad de Córdoba. Habría que ver qué es la
Universidad de Córdoba, fundada en 1613 por los jesuitas. Su primer rector fue el obispo
Fernando de Trejo y Zanabria, una figura epónima de la ciudad de Córdoba, cuya estatua
está en el centro del patio claustral, que responde a la arquitectura típica de los jesuitas. Al
parecer estos muchachos, encabezados por Deodoro Roca, empiezan a cortar pedacitos de
la vestimenta de la estatua (color morado), que se la enganchan en la ropa a modo de divisa.
Este es, según la tradición oral, el origen de la Franja Morada, que era el brazo universitario
de los radicales. Habría que ver si esto fue así o si, por el contrario, directivos de Franja

17
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

Morada como Federico Storani apeló a la tradición reformista, que era muy próxima al
radicalismo.
El movimiento principal se produce sobre, en el campo de las Humanidades y,
particularmente, en el campo de la carrera de Filosofía, en la cual está Deodoro Roca, que
era estudiante de Derecho. No olviden que la carrera de Filosofía funcionaba en la Facultad
de Derecho. Deodoro Roca entiende que la carrera de Filosofía es una de las que ha
quedado más atrasada con respecto al tipo de saber que se produce ahí adentro y al tipo de
saber que reclama una sociedad moderna. Una carrera de Filosofía, en una Universidad
fundada por los jesuitas, obviamente, no tiene nada más moderno que a Santo Tomás de
Aquino, que es un filósofo medieval. Lo que pretende Roca es avanzar un poco más y
llegar hasta el siglo XX. El programa de Filosofía que él propone llega hasta Henri
Bergson. No llega a plantear el Marxismo, pero llega a plantear ese Vitalismo que va a ser
clave en la Reforma.
La ventaja que tiene el movimiento en Córdoba es que se supone que el resto de las
universidades del país son mucho más progresistas: la UBA, fundada por un liberal como
Rivadavia en 1821; la Universidad del Litoral, que tenía una cede en Santa Fe y otra en
Rosario; y la Universidad de Tucumán. Estas son las que primero señalan el impacto
Reformista. Sobre todo porque tienen conflictos de tipo práctico, como por ejemplo, quejas
por los precios y la calidad de la comida del comedor. Empieza siendo como una suerte de
reivindicación del bienestar deseable del estudiante en su tránsito por la universidad. Ya no
se piensa en qué aprendemos dentro de la Universidad, sino cómo podemos estar mejor allí
dentro.
Estos reformistas iniciales empiezan a tener todos los vicios que les habían criticado
a los anteriores jefes de la universidad. En un primer momento, revulsivos y peleadores, en
cuanto logran cierto espacio, empiezan a ocupar cargos institucionales, como Decanos o
Secretarios de sus carreras. Ese es uno de los fenómenos más típicos de corrupción dentro
de la política estudiantil. Hacen política estudiantil y terminan peleando por un cargo dentro
de la estructura universitaria. Creo que, actualmente, en las elecciones estudiantiles eso es
muy evidente: uno vota cargos determinados. No se trata de romper la estructura
universitaria, sino más bien de repartirse lo que hay dentro de esa estructura.

18
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

Y un problema del estudiantado (ya no de la dirigencia estudiantil) es que no hay un


cuestionamiento respecto al contenido de las materias. Uno acepta alegremente lo que le
dan. No hay intervención de los estudiantes con respecto a cómo se formula el programa de
una materia o qué temer les gustaría ver o una propuesta de un seminario. Me parece que
las materias están organizadas por cuestiones nacionales o como literaturas comparadas.
Literatura del Siglo XIX o Literatura del Siglo XX son literaturas comparadas. Esta cátedra
misma supone un trabajo de literaturas comparadas; la estructura está pensada en ese
sentido. Yo lo que veo es que no hay un reclamo de los alumnos sobre los contenidos. En
los planteos, dentro de una cátedra, los estudiantes parecen no tener ningún peso.

Alumno: En realidad, la cátedra hace el programa y uno va, lo mira y sólo decide si se
anota o no. Incluso en algunos casos es mucho más primario: se anota en las materias cuyos
horarios coinciden con los de su trabajo.

Profesora: Pero, dentro de esas instancias de participación estudiantil, no aparece nunca la


idea de que el estudiante puede requerir ciertos elementos para estudiar. Por ejemplo, si uno
quiere tener una salida laboral determinada, que era uno de los planteos que hacía Reforma
Universitaria, yo puedo pedir que se me den determinados contenidos. Supongamos que
quiero ser profesor, en ese caso yo tendría que exigir que se me de una cantidad de materias
pedagógicas para que ese título tenga valor.
Cuando uno empieza con una carrera como esta, por lo general, quiere ser escritor;
pero ni bien hace Teoría ya se da cuenta que por ese lado no va la cosa. Uno, a cierta altura
de la carrera, debería saber a qué se va a dedicar y, en función de eso, debería haber un
requerimiento de que la carrera lo prepare para eso.

Alumno: Además, debería haber algún tipo de estadística respecto de qué pasa con la gente
cuando se va de la Facultad. ¿Alguien sabe a dónde va a parar toda la gente que estudia
Letras? Porque en función de eso se podrían hacer los programas, por ejemplo.

Profesora: Yo creo que no existe nada de eso. Desde el punto de vista institucional me
parece que no hay una estadística. Ni siquiera creo que haya interés por saber qué es lo que

19
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

ocurre cuando uno sale de acá. En función de lo que fue la Reforma, me parece que eso
debería ser una imposición de los estudiantes: asegúrenme que puedo ir a algún lugar. Así
como el médico quiere asegurarse que su título es válido para poder ejercer posteriormente,
debería suceder acá. Pero en estas facultades está tan instalada la idea de que es tan inútil el
tipo de conocimiento que se produce, que no tiene mayor sentido saber qué va a pasar.

Alumno: Por ejemplo, la carrera carece absolutamente de conocimientos sobre producción


textual.

Profesora: Esa es una falencia grave sobre la que ustedes deberían reclamar. Uno ve que la
producción concreta adolece de fallas terribles y, sin embargo, no se puede culpar al
alumno que, dentro de este ámbito no ha tenido ningún taller o seminario en el cual le
expliquen cómo puede escribir algo. Una cátedra dice que la monografía se escribe de una
manera, otra cátedra dice que se escribe de otra y el alumno nunca sabe bien cómo se
escribe una monografía. A mí me parece que el nivel de falencia que tiene la escritura de los
alumnos debe ser resuelto acá. Pero debe ser resuelto ante una exigencia de los alumnos.
Porque es muy injusto juzgar que una monografía está mal escrita cuando no se dieron
pautas de cómo escribirla.

Alumno: Alumno yo creo que hay algunos espacios. Habrán visto a unos chicos que pasan
ofreciendo unas revistas con espacios para publicar monografías y otros textos. Lo que me
parece que no hay es un espacio de la institución.

Profesora: Pero es un poco utópico esperar que es espacio lo cree la institución


naturalmente.

Alumno: Yo creo que las inquietudes en algún momento surgen, pero es como que uno se
va institucionalizando y se va acostumbrando a todo eso.

Profesora: Ese es otro tema: uno se acostumbra a eso. Lo que dijeron los reformistas era
que no se iban a acostumbrar a que les den cualquier porquería y a que cualquier idiota se

20
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

ponga a hablar. En un punto uno sabe hay personajes que no son idóneos, pero no hace
ningún tipo de manifestación al respecto. Uno también es responsable de aceptar este tipo
de cosas. Pero después nos indignamos cuando nos corrigen mal un trabajo.
Vamos a ver que la Reforma Universitaria derivó en Revolución en algunos casos.
Recién señalábamos lo de Cuba; pero también está el caso de Perú. Tanto en Perú como en
cuba se fundaron universidades populares. En Perú las universidades populares se llamaron
González Prada y uno de los profesores de las universidades populares fue Mariátegui, que
no hubiera podido entrar a la Universidad de San Marco, por el hecho de que no tenía
hecho el colegio secundario. Córdoba, que era reaccionaria, católica y tradicionalista, era lo
más atrasado de las universidades argentinas; Pero San Marco, que también era
reaccionaria, católica y tradicionalista, era lo más avanzado que había en Perú.
En Cuba se fundan universidades populares que se llaman José Martí y entre ellos
profesores estaba Rubén Martínez Villena y Julio Antonio Mella, que van a ser fundadores
del Partido Comunista de Cuba. Hay un impulso que sale de las clases medias y después
deriva en otra cosa. En el caso de Perú el APRA es fundado a partir de eso. Haya de la
Torre era miembro de una suerte de oligarquía peruana en decadencia. El llega a San
Marcos y empieza a hacer su reivindicación clasista junto con la reivindicación del
movimiento universitario. Exiliado por Leguía, se va a México, donde funda la Alianza
Popular Revolucionaria Americana (APRA) y, posteriormente, en Perú, va a fundar el
Partido Aprista.
En Argentina lo más cercano que conozco a una universidad popular es la
Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. El problema es que terminó reproduciendo la
estructura académica. Si termina habiendo un rector, un vicerector y un secretario
académico estás copiando la estructura de la universidad. La idea de las universidades
populares era que no se copiara esa estructura académica. Yo creo que uno de los mayores
problemas de la universidad es la estructura institucional. Entre otras cosas, porque es una
estructura que viene de hace diez siglos. La primera universidad es la de Bolonia, que viene
del siglo XIII.
Desde ahí en adelante uno tiene que plantearse hasta qué punto la universidad sigue
siendo una institución válida. Porque es una institución que tenido muchos siglos de
existencia. No hay muchas instituciones que hayan durado tanto tiempo. Habría que ver qué

21
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

reformas hay que imponerle a una universidad para que sea, efectivamente, una producción
de conocimiento. Yo no estoy del todo segura de si lo que se hace en una universidad es
producción de conocimiento. Yo siempre cuento la historia de Frankenstein, donde el Dr.
Frankenstein por hacer experimentos heterodoxos es expulsado de la universidad, mientras
que su compañero, que es bastante tonto, por repetir siempre los libros de medicina se
recibe de médico. Finalmente, la institución sólo admite a aquellos que aceptan sus propias
reglas. La posibilidad de cambiar las reglas institucionales parece que corriera el riesgo de
sanción inmediata, de expulsión.

Alumna: Yo soy de la carrera de Antropología y tenemos un problema similar al de Letras,


nosotros, por ejemplo, tenemos las falencias en cuanto al trabajo de campo.

Profesora: Ese es un problema de las Humanidades en general: hasta qué punto están
conectadas con aquella sociedad de la que dependen. En ese caso no tienen conexión con la
sociedad a la que deben estudiar. Lo mismo sucede con Letras, que no tiene producción
textual. Además en Letras se produce otro fenómeno que es la condena de todo aquello que
pueda tener cierto éxito de mercado, sin analizar sus características ni ver por qué se
produce ese éxito. Yo puedo decir que algo que tiene éxito es malísimo, pero debería ver
por qué se produce ese éxito.
Pero ahí tendría que haber una reivindicación de los alumnos. Si yo estudio
Antropología quiero que, de las treinta materias, diez sean de campo. Porque si no salgo de
universidad con un bagaje teórico que es inaplicable. Pero, a esta altura, ya deberíamos
saber que ciertos claustros, que están bastante abroquelados y son terriblemente
corporativos, no van a modificarse. Uno debería exigir este tipo de cosas. Miren si en el ’18
estos jóvenes reformistas hubieran decidido esperar a que todos los católicos se mueran.
Siempre va a venir otro dispuesto a ocupar esos mismos lugares. Terminamos haciendo una
cosa absolutamente personalizada, diciendo: “que se vaya Fulano”, pero el que vengas
después va a hacer exactamente lo mismo.
La Reforma, lo primero que permite es empiece a tener peso la participación
estudiantil. ¿Cómo se conforma hoy el consejo directivo? Primero fue sólo de profesores,
luego de profesores y estudiantes y, ahora, es profesores, estudiantes y graduados. Todavía

22
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

faltan los no docentes. Sin embargo, la proporción es diferente. Hay ocho profesores, cuatro
graduados y cuatro estudiantes. El claustro de profesores implica el doble del resto de las
representaciones. Además el claustro de profesores es mínimo porque son sólo los que han
concursado sus cargos. Hay ocho representantes de quinientos profesores y cuatro
representantes de dos mil alumnos. Ahí ya hay un problema de equidad en cuanto a la
representación.
La política universitaria no puede terminar en un seminario o en una cátedra
determinada. Me parece que hay mucho más por hacer, sobre todo en Humanidades. La
sociedad permanentemente echa en cara que, con sus impuestos, está sosteniendo la
educación. Cuántas veces hemos escuchado decir: “Yo pago los impuestos y estos, en vez
de estudiar, van y hacen una Asamblea Universitaria”. Más allá de que es un argumento
simplista, típico de la “clase media bienpensante porteña”, tiene razón en el punto de que la
Universidad tiene que devolverle algo a la sociedad. Yo no sé si hay un proyecto, en
términos universitarios, de devolverle algo a la sociedad, más allá de algunas carreras en las
que es obvio, como Medicina.
Que una Facultad de Humanidades permanezca ajena a esa sociedad me parece una
barbaridad. Eso es lo que veíamos en el Ariel: yo soy un intelectual puro a costa de que el
resto trabaje por mí. Ese es el planteo que termina haciendo Bourdieau desde la sociología:
el intelectual es la parte dominada de la clase dominante. Está dominado en su pensamiento
y en su nivel de crítica a cambio de ser mantenido por la burguesía. El nivel de crítica está
determinado por eso: puedo decir hasta el punto en que la burguesía no me aguante y me
deje de pagar.

Alumno: Yo querría preguntar cuáles son los rasgos que definen a estas universidades
populares…

Profesora: Estas universidades eran absolutamente voluntarias. Alguien iba, ofrecía un


curso y el que estaba interesado se anotaba. No tienen la estructura académica de plantear
una carrera ni nada por el estilo. Tampoco había distribución de cargos. Ahí iban a dar
clases las personas que tenían para decir algo que no podían decir en la academia. Podía
haber muchos motivos para no poder decirlo: carecer de un título que los habilite o abordar

23
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

una ideología que no era admitida, etc. De hecho, detrás de todo ese reformismo van a
surgir partidos políticos. En Argentina surge el Partido Reformista, creado por Julio V.
González, hijo de Joaquín V. González, que había fundado la Universidad de La Plata. Esa
Universidad, en cierto momento, funciona de manera mucho más progresista que otras
universidades del país. Primero, porque tiene a Alejandro Korn, que es una figura que va a
apoyar permanentemente las reivindicaciones estudiantiles. Segundo, porque tiene una
competencia con la Universidad de Buenos Aires, que la obliga a marcar esa diferencia.
Piensen que la Universidad de La Plata es la que tuvo mayor cantidad de desaparecidos
durante la Dictadura.
Además los estudiantes no reaccionan de la misma manera ante distintas coyunturas.
En la época del alfonsinismo, los estudiantes aprobaban todo lo que les ofrecía la
universidad, porque la universidad tenía una marca progresista que después se perdió. Así
como durante los ’70 estuvieron las cátedras nacionales y las cátedras marxistas, en el
alfonsinismo aparecieron personas que, durante veinte años no habían podido participar de
la universidad. Viñas ocupa Argentina I, Sarlo ocupa Argentina II y Lúdmer ocupa Teoría
II. Era gente que tenía un reconocimiento académico que hacía que uno sintiera que
realmente ahí iba a aprender algo. Ahí uno podía entender más por qué el alumnado, en una
primera instancia, se plegaba a esta formulación.
No puedo pensar que el estudiante que entra a la Facultad en 1984 va a tener la
misma actitud que el que entra hoy. Hoy encontramos una universidad bastante
descompuesta, porque toda la crisis que ha sufrido la sociedad argentina la tiene la
universidad. No se puede pensar la universidad aislada de las condiciones sociales, porque
hay es donde se vuelve un lugar inútil, un lugar de reproducción de ciertos cánones que no
le sirven a nadie. Si está aislada de las condiciones sociales, nadie respeta al egresado de la
universidad. Hoy uno de los problemas es ese.
En un punto las facultades y, sobre todo las de Humanidades, son producción de
pedantería. A un tipo que no tiene para comer nosotros le hablamos de Tinianov. Se produce
un saber para impresionar al de al lado, pero es un saber inútil. Es decirle al otro que nunca
va a acceder a esto. En algunos casos se llega a políticas extremas, como vemos en “Incial”,
donde directamente se vuelven fascistas. Empiezan una cosa reformista, luego son una elite

24
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

y luego pasan al fascismo. Yo soy el intelectual faro, que define la cultura, define la
universidad, opino sobre el arte y sobre absolutamente todo.
Hay que recordar que, en el ’18, se trató de una reivindicación de clases medias.
Uno llega a la universidad siendo miembro de las clases medias. El proletario no llega a
esta universidad. Se llega con una formación de clase media y con ciertas ventajas de clase
media como tener, buena o mala, grande o chica, una biblioteca en su casa. Eso no lo tiene
cualquiera. El que llega acá ha pasado por algún tipo de acceso a la lectura que,
generalmente, lo tiene garantizado en su propia casa.
Yo no estoy de acuerdo con ciertas afirmaciones que hace un ex PC, como
Portantiero, cuando dice: “La idea de una universidad de masas implica una contradicción
en sus términos. La universidad es una institución concebida como coto cerrado destinado
a selecciones elites. Es una máquina de segregación y no de integración, donde las
presiones democratizantes le hace perder ese carácter, forzosamente degrada su
condición”.
Pienso en nuevas formulaciones del movimiento reformista. En los años ’50, un
grupo de universitarios funda la revista “Contorno” y va a tratar de crear una izquierda
nacional. En ese grupo de universitarios hay gente que logra cargos ejecutivos en el
momento en que Frondizi gana las elecciones. Ramón Alcalde va a ser Secretario de
Educación de la provincia de Santa Fe y Noe Jitrik será Secretario del Senado. Ese
movimiento universitario tenía posibilidad de insertarse a nivela nacional, de meterse en un
partido político y de formular cierta ideología en función de ese partido. Hoy los
universitarios no tienen posibilidad de de incidencia en la política nacional.
Desde la universidad podían crearse partidos políticos, podía generarse una
agitación que no se acabara en las aulas. Hoy los intelectuales no tienen capacidad de
ingresar al poder. La relación de los intelectuales con el Estado es necesaria y hoy no se
puede dar. Hoy los intelectuales terminan haciéndose funcionarios (abjurando de sus
características críticas) o se convierten en francotiradores, que no tienen ninguna
posibilidad de acceder a ningún beneficio del Estado. El intelectual es absorbido o
desdeñado, pero no hay una situación intermedia. Además el intelectual no puede fundar
instituciones culturales. Una revista de intelectuales termina siendo una revista para
intelectuales. ¿Cuánto vende la revista “Punto de Vista”?

25
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

Tenemos sí el caso del oportunismo de Jorge Asís, que fue del P.C., después fue
menemista y hoy es candidato a vicepresidente con Sobisch. Y es un buen escritor (eso hay
que reconocérselo), y vendió muchísimo, porque Flores robadas en los jardines de Quilmes
fue best-seller. Hay una injusticia histórica por la cual a Ayra se lo lee y a Asís no. Pero hoy
ni siquiera aparece esta opción del oportunismo.

Alumno: Yo creo que hoy la palabra de un intelectual no puede tener sobre sus
contemporáneos el mismo peso que tenía hace cuarenta años.

Profesora: Eso está muy devaluado, sin duda. La política no está sólo banalizada por los
medios de comunicación. Porque hoy uno cuando vota no está votando una opción política
sino un administrador. Se vota a alguien que haga política sino a alguien que haga gestión.
La posibilidad de incidencia con respecto a formular o sostener una ideología, desapareció.
Ahora es mucho más práctico el asesor, el técnico, que es el que tiene idea de cómo llevar a
cabo tal o cual cosa. Hoy se trata de una administración y no hay grandes diferencias
ideológicas entre los candidatos. Además ninguno apela a sus diferencias ideológicas sino
al estilo de gestión.
De alguna manera, este consejero áulico que era Rodó todavía aspiraba a formular la
ideología del poder. Digamos que el reformismo actual, en el caso de existir, aspira a
convertirse en un asesor del poder. Incluso muchos modernistas terminaron en eso. Cuando
se hablaba del “gendarme necesario” ya no se estaba formulando una ideología sino que se
buscaba convertirse en el intelectual del poder. Hay un personaje que opina cómo debe
operar el poder, pero no a nivel ideológico sino con decisiones concretas. Me parece que en
ese punto es donde los intelectuales hacen agua: tienen problemas para tomar decisiones
concretas y llevarlas a la práctica.
Es lo que decíamos recién: no hay formas de llevar a la práctica ni siquiera la propia
escritura. Es una deficiencia de la universidad, pero también está la deficiencia de los
alumnos en cuanto a no pedir o exigir ciertas cosas. Incluso, el reformismo universitario del
’18 entra en serie con el Cordobazo, que es el momento en que realmente los estudiantes se
meten en la sociedad. En el ’69 la unión de los estudiantes de Córdoba (que ya estaban
mucho más avanzados que los de las otras universidades) con los obreros de la Fiat y de la

26
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

(…) arma el Cordobazo que hace caer el gobierno de Onganía. En parte también es una
repercusión del Mayo Francés, pero la posibilidad de unificación obrero – estudiantil
aparece ahí. La figura emblemática del Cordobazo es Agustín Tosco. No sé si hoy los
estudiantes universitarios están dispuestos a hacer un movimiento con la clase obrera.

Alumno: De todas formas, no quedan muchos sindicalistas como Agustín Tosco…

Profesora: Desde ya que no. Además la industria automotriz, que era fuerte, prácticamente
desapareció. Hoy se dedican al montaje de autopartes fabricadas en el extranjero. Eso
convierte al gremio en un sindicato aplanado y con poca gente. Sabemos que los años ’70
han aplanado gran parte de la militancia, sobre todo estudiantil. En ese punto, la dictadura
se agarró particularmente con los jóvenes, porque los jóvenes eran el motor del cambio.
Para evitar que las cosas cambiaran había que eliminar a los jóvenes.
La Reforma no es sólo expansión. Del ’18 al ’22 se expanden por toda
Latinoamérica, Yrigoyen los deja hacer y está todo bien. Pero a partir del ’22, con la
llegada del alvearismo se produce una retracción. El alvearismo va a mandar a los
“disciplinadores”, como un anticipo de lo que va a hacer Onganía. La represión se va dar
cada vez que haya un movimiento. A Alvear no le resulta cómodo enfrentarse con la
oligarquía, que además ya ha salido de la universidad. Son sus propios votantes de las
clases medias los que están metidos ahí.
El movimiento universitario, en los años ’20, si bien podía dar origen a todas estas
cosas, no era un movimiento masivo. ¿Por qué la Reforma tiene tanto éxito, aun cuando se
plantea desde un coto cerrado? Pero tiene un efecto multitudinario, que da lugar a partidos
multitudinarios. El APRA fue un partido grande; de hecho, el actual presidente de Perú es
aprista.
A Haya de la Torre lo exilian en México y a Mariátegui le dan una beca para que se
vaya a estudiar a Italia. Siempre fue muy discutida esta decisión. Porque Leguía, el
dictador, termina premiándolo a Mariategui y muchos consideran que él debió haber
rechazado esa beca. Mariategui usó esa beca para formarse en los movimientos de izquierda
y básicamente en el marxismo. Tiene contacto con la revista de dirige Gramsci en la zona
de Turín y tiene contacto con el pensamiento europeo marxista e incluso con ciertas

27
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

formulaciones marxistas que van a derivar en la derecha, como la de Georges Sorel, que va
a ser uno de los orígenes del Fascismo. Y luego, cuando llega a Perú, trata de formar un
Comunismo Incaico. Lleva la idea del mito universal de Sorel (que era el mito de la huelga
general) al mito del comunismo primitivo incaico. Buscaba crear un mito unificador para
tratar de establecer un movimiento comunista en el Perú. Vuelve en 1926 y funda Amauta.
Y sigue ligado al APRA hasta el ’28, cuando tiene una discusión con Haya de la Torre.
En el caso de Haya de la Torre va a haber un conflicto con respecto al modo en que
organiza la estructura del APRA y luego del Partido Aprista, que va a tener una estructura
multiclasista estilo kuomingtang. Es una estructura de frente antifascista, del que se va a
pasar a un partido de clases medias y ese partido de clases medias tiene que dar lugar a una
burguesía nacional para que, a partir de su destrucción se genere una sociedad socialista y
luego comunista. A los veinte años de haber enunciado el programa del APRA Haya de la
Torre termina diciendo que el imperialismo es bueno, porque va a desarrollar a la burguesía
contra la cual se va a hacer la revolución socialista. Termina aliado con su enemigo.
Yo dejé en CEFyL la polémica de Deodoro Roca, jefe del Reformismo, con
Lugones. Es una polémica bastante significativa porque es el proreformista, que se enfrenta
con un tipo que ya ha virado hacia el fascismo. Los sujetos de “Incial” dicen en un
editorial: “Si alguien nos demostrara científicamente que el Fascismo es la única forma
posible de organizar a los pueblos, lo más honrado sería aceptar la verdad y preferir la
relativa felicidad que él nos daría, al crimen de combatir y hacer derramar sangre por un
sentimentalismo equívoco y jamás realizable”. También hay protestas: “contra los
intelectuales equívocos que hacen profesión de fe antisemita al dirigir publicaciones de la
misma índole y traicionan luego sus principios desde las cátedras judías, como el Dr. Julio
Noe director de ‘Nosotros’ y conferenciante de la Asociación Hebraica”. Si uno es un
antisemita tiene que serlo siempre.
Pero también protestan “por la presión del estudiante peruano Haya de la Torre,
una víctima más del presidente del Perú, Leguía, tiranuelo sanguinario que todos los días
descubre revoluciones para su feroz venganza y que constituye con el venezolano Gómez la
mayor vergüenza de Sudamérica”. Era fascista precisamente. Luego leemos: “Si fuéramos
comunistas no dejaríamos de lanzar contra Ferri una excomunión fulminante desde estas
páginas haciendo gala de la intolerancia inquisitorial de la cofradía roja”.

28
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

Acá hay otra cita que nos recuerda el texto que acabamos de leer: “En las
universidades vuela la palabra de Próspero, al ritmo de las alas de Ariel, y en el campo los
mil brazos de Calibán levantan cien fábricas”. Acá es un Calibán útil porque desarrolla la
civilización. También hay una queja contra el panamericanismo y se lo acusa a José
Ingenieros de ser fascista: “José Ingenieros cree que nosotros debemos pasar por todo lo
que pasa Europa. Así, poniendo en práctica su teoría, él ha pasado ya por varios ismos y
tenemos datos para afirmar que prepara su paso por el fascismo”.
Veamos ahora una reivindicación de Ricardo Rojas, que es uno de los guías de esta
nueva generación. Ricardo Rojas es quien funda la Cátedra de Literatura Argentina y funda
el Instituto de Literatura Argentina. Ricardo Rojas es el primero que cree que hay una
literatura argentina y que hay que enseñarla. Es el primero que piensa en términos
nacionales, más allá de que después se corra hacia un nacionalismo. El es el que crea,
además, el primer canon de literatura nacional. Y hoy lo seguimos repitiendo: la
Generación del ’37, los Proscriptos, la Generación del ’80, el Novecientos, el Centenario,
etc. La idea de exista una cátedra de literatura argentina tiene que ver con que exista una
literatura argentina y ese invento es de Rojas.
Hay una revista “Espacios”, la N° 24 de diciembre de del ’98, que es sobre la
Reforma Universitaria. Allí aparece reproducida toda la constelación de ideas que funciona
dentro de la Reforma Universitaria. Veremos el Arielismo, el Espiritualismo, el
Positivismo, el desaliento por la Primera Guerra Mundial, la Reforma como una suerte de
vanguardia moderada. Así la define Oscar Teherán, en un artículo que dice que la argentina
fue la más moderada de todas las vanguardias americanas. Además dependía del Ultraísmo,
que era la más moderada y la menos interesante de todas las vanguardias europeas. Por lo
tanto, no se podía esperar que la universidad haga una revolución, sino sólo una reforma. El
reformismo era la nota de época.
Esta constelación de ideas sirve para mostrar la imposibilidad de formular una
ideología clara. En tal caso, es una ideología de clases medias, con la heterogeneidad que
puede comportar la idea de clase media. En otros países latinoamericanos, en cambio, el
impulso de la Reforma sí genera una ideología. En Uruguay tampoco conforma una
ideología, porque allí la Reforma se produjo naturalmente. En 1908 Uruguay tenía la

29
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

universidad con claustro de profesores y claustro de estudiantes sin que los estudiantes lo
hubieran pedido. Ahí el impacto de la Reforma fue nulo.
También tenemos la vinculación de la Reforma con el Modernismo, algo que me
gustaría retomar en la polémica de Deodoro Roca con Lugones. También recomiendo leer
un libro de Germán Arciniegas, que se titula El estudiante de la mesa redonda. Es una
especie de recopilación de lo que ha significado la idea de “estudiante” a través de las
épocas. Fue publicado por Sudamericana y tiene varias ediciones.
Veamos la polémica de Lugones con Deodoro Roca. Esta polémica se da entre los
años ’30 y ’31 (ya producido el golpe de Uriburu), cuando está claro el paso de Lugones al
Fascismo. Lo primero que le achaca Roca es este paso de poeta modernista a profeta de la
espada. Lugones es el intelectual fascista en el peor sentido de la palabra, es aquel que no
discute nada y se ha convertido en un cortesano completo. Acepta cualquier cosa y ha
perdido la capacidad crítica. Es el poeta de “El rey burgués” de Darío, alguien que sólo
puede servir a un sujeto poderoso. El Fascismo, entre otras cosas, consiste en la aceptación
acrítica del sujeto poderoso. La vez pasada decíamos que un fascista es un burgués que
tiene miedo. Luegones es eso, un burgués que tiene miedo de que se acaben las jerarquías
supuestamente naturales.
Otro de los comentarios de Deodoro Roca, “Lugones y el ‘18”, empieza retomando
aquella frase de Marx que decía que la historia se repite pero una vez como tragedia y una
vez como farsa. Deodoro Roca dice: “La historia se enriquece en constantes
rectificaciones”. A diferencia de la figura de Martí, en Lugones no hay tensión entre
política y literatura. Su literatura está calcada sobre su idea política: hace una literatura
fascista. Sus espantosas Odas Seculares sólo son superadas por la terrible Silva a la
agricultura de la zona tórrida, de Andrés Bello.
A partir de esas Odas Seculares toda la literatura de Lugones es fascista. Toda esa
sobrecarga que muchas veces no termina en nada, es típico del Fascismo. Lugones no es un
poeta popular porque no tiene voluntad de llegar al pueblo; él considera que el pueblo es
una plebe. El alude a las jerarquías naturales y dice que la última jerarquía natural, que
reproduce el verticalismo, es el ejército.
Para molestarlo, Roca transcribe una carta que le ha mandado Leopoldo Lugones
cuando se produce la Reforma y dice: “No creo en la buena fe de los políticos y, por eso, si

30
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

ustedes entran con ellos en trato, yo dejo de estar con ustedes, dado que ya no sería sino
instrumento de una maquinaria manejada por los políticos. Sus servicios son siempre de
toma y daca y, además, de forma leonina, que no excluye, por otra parte, la felonía más
audaz en cuanto deja de convenirles el negociado”. Esto decía Lugones en el ’18 y
Deodoro Roca se lo recuerda en el ’30. Nadie soporta un archivo. Después Lugones agrega:
“Mi descreimiento de los políticos es total y ojalá no tengan ustedes que compartirlo a
costa de algún amargo desengaño”. El primer desengaño es el que les da Lugones.
En la “Defensa Propia” que dirige Lugones en el ’31 comete errores imprdonables.
Por ejemplo, al escritor venezolano Rufino Gómez lo llama “publicista colombiano”.
También descalifica a Roca por incurrir en “ese género subalterno que es la diatriba”. Y
como respuesta apela a Mussolini: “Por su agencia se desahoga, para mayor desdicha,
más de un rencor demoliberal, como dice Mussolini, bajo endoso del complaciente
campeador”. Ahí lo tenemos a Mussolini convertido en figura de autoridad, para
responderle a este muchacho.
Finalmente Deodoro Roca cierra con un artículo que se llama “Boxea con su
sombra”, porque Lugones se desdice de todo lo que había dicho trece años antes. “¿Qué le
pasa señor Lugones? ¿No ve que el clima de la fuerza es insalubre? ¿No ve que la
inteligencia se nubla cuando los talones se juntan? Le falta totalmente la virtud de la
sinceridad (…) Su acracia no está reñida con su vieja devoción por las tiranías; por
recordárnoslo, termina su carta con una cita tierna de Mussolini”.
Yo les recomendaría que lean esta polémica, porque es muy interesante y,
probablemente, aparezca alguna preguntita de ella en los parciales. Por hoy vamos a dejar
acá. Hasta la próxima.

Versión CEFyL

31
Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 5

32

Vous aimerez peut-être aussi