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INTERNACIONAL
GUSTAVO LUGONES
FICHA No 5
SEGUNDA PARTE:
COMPETITIVIDAD Y GLOBALIZACION (CONT.)
5. EL PROCESO DE GLOBALIZACION Y EL PAPEL DE LAS
FIRMAS MULTINACIONALES EN EL COMERCIO
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SEGUNDA PARTE:
Entre los diversos factores que ejercieron una influencia determinante en la consolidación del
nuevo escenario, destacan dos:
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para operar a escala global con la eficiencia que requieren este tipo de operaciones. Sin
embargo, el extraordinario grado de integración mundial alcanzado en este campo hubiera
sido imposible sin los profundos cambios en los marcos regulatorios nacionales que se fueron
generalizando a partir de los años ochenta y que orientan cada vez más a la economía mundial
hacia la virtual desaparición de las fronteras nacionales. El fenómeno de la globalización (la
operación a escala global de las actividades económicas) comenzó, en efecto, en los sectores
financieros de la mano de los nuevos recursos informáticos y de la desregulación de los
mercados de capitales y la liberalización de las transferencias financieras, por parte de un
número cada vez mayor de países.
Del mismo modo, las actividades productivas de las firmas con presencia en varios países
comenzaron también a diseñarse sobre la base de criterios globales (globalización de la
producción). Esto se aprecia, por una parte, en la división del trabajo entre los distintos
componentes (filiales) de las compañías: el planeamiento estratégico de las firmas
multinacionales se orientó crecientemente a la identificación y explotación del mejor aporte
posible que cada componente pudiera hacer al resultado global de la compañía. El otro
aspecto a destacar es la adopción de una función de producción más abierta que en el
pasado, procurando abastecerse de insumos, partes y componentes en los mercados más
convenientes en cada caso, a fin de reducir costos de producción e incrementar la calidad de
los productos.
Las redes que conforman las filiales de las empresas transnacionales (ET) a lo largo del
mundo les proporcionan la estructura internacional necesaria para nutrirse de información
estratégica sobre mercados de productos (tendencias de la demanda, acciones de los
competidores) y de insumos (opciones y alternativas), novedades científicas y tecnológicas,
prácticas productivas y organizacionales, etc. Las nuevas TIC hacen posible la transmisión, al
instante, de información entre los distintos componentes de las redes globales y hasta el
desarrollo conjunto de conocimientos entre dos miembros de la compañía separados por miles
de kilómetros. Sin embargo, tal como fuera mencionado con respecto a la globalización
financiera, la producción para el mercado global y la selección a escala mundial de los
proveedores de insumos, partes y componentes, no serían posibles si no hubiera existido el
profundo proceso de apertura comercial y desregulación de los mercados que ha caracterizado
a la economía mundial en los últimos años.
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LOS MOTORES DE LA GLOBALIZACION
MERCADOS
COSTOS
GOBIERNOS
Las características, propósitos y reglas del juego correspondientes a esas redes de firmas
con presencia en los más diversos mercados y países difieren sustancialmente de las
conductas seguidas por las ET en etapas anteriores. Hasta hace poco más de veinte años
las filiales de ET existentes alrededor del mundo tenían escasa vinculación entre sí y buscaban
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fundamentalmente producir para la explotación de los mercados internos en donde se
localizaban, estrategia que las firmas adoptaban cuando la entendían más conveniente (o
viable) que la exportación directa desde sus lugares de origen. La otra motivación principal
para la instalación “off-shore” estaba en la posibilidad de acceso preferencial a algún insumo
estratégico destinado al abastecimiento de la casa matriz.
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En general y para cualquier actividad, se aprecia en las compañías internacionales una
preferencia por el diseño de planes estratégicos específicos para cada región. Esto
obedece a que, pese a la creciente homogeneidad de la demanda mundial, los mercados siguen
presentando especificidades que justifican tratamientos particulares, a la vez que es más fácil
(otorga más precisión) desarrollar las actividades de marketing a escala regional. Como
hemos señalado antes, la dimensión ampliada de los mercados reduce las limitaciones a estas
prácticas por la eventual presencia de deseconomías de escala.
Las ventajas de propiedad están vinculadas a la posesión de determinados activos por parte
de la firma (capacidades, conocimientos adquiridos), que le otorgan una ventaja sobre la
competencia. El dominio de esos conocimientos y capacidades implica una propiedad
específica que las empresas del país receptor no poseen y que le permiten a la firma
internacional disponer de una posición dominante en el mercado local, con la posibilidad de
obtener beneficios extraordinarios.
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La búsqueda de ventajas de internalización, se produce cuando la ET opta por adquirir
insumos, partes y componentes al interior de la compañía (otras filiales) en vez de adquirirlos
a terceros. En este caso, se privilegia la eficiencia de las jerarquías dentro de la ET por sobre
los mecanismos de mercado, con la intención de reducir los costos de transacción y apropiarse
de rentas.
En cuanto a las estrategias que animan la conducta de las ET, Finkman y Montenegro
proponen la siguiente clasificación:
Se presenta cuando una firma decide llevar a cabo alguna/s etapa/s del proceso productivo
fuera de su país con la intención de aprovechar determinadas ventajas de localización que
ofrece el país huésped. Los vínculos con la casa matriz implican cuestiones de propiedad,
transferencia de tecnología, mercados, finanzas, otros insumos. Las posibilidades de esta
estrategia dependen de la existencia de un régimen de comercio e IED favorable.
Las ventajas de internalización tienen, en este caso, fuerte incidencia. A diferencia de las
formas anteriores, en que la matriz difícilmente transfería o descentralizaba actividades hacia
las filiales, en este caso las transferencias de la matriz a las filiales pueden llegar a abarcar
todas o muchas de las actividades involucradas (finanzas, planificación, management,
marketing, I&D). Asimismo, ciertas etapas o eslabones de la producción son distribuidos
entre diversas filiales de la compañía dando lugar a una aceitada división del trabajo entre las
mismas, o bien ser cubiertas por otras firmas vinculadas, por lo que implica el establecimiento
de lazos multidireccionales, fuertes flujos de información entre filiales y entre éstas y la
matriz (relación intrafirma ) o con otras ET (relación interfirma ). Es esta combinación entre
estructuras intra e interfirma la que da lugar al network o red.
Citando otro trabajo de J. Dunning (1994), Chudnovsky y López (1997) presentan cuatro
tipos de estrategias principales para la IED:
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Market seeking, son las inversiones destinadas a explotar el mercado interno del país huésped
(o el ampliado vía acuerdos regionales). Este tipo de IED está fuertemente asociado a la
existencia de barreras físicas y/o altos costos de transporte, así como al tamaño y dinámica del
mercado local y a las políticas de industrialización en los países receptores.
Entre las causas que están llevando a las firmas a adoptar estas prácticas se destacan el
constante acortamiento del ciclo de vida del producto y la cada vez más rápida obsolescencia
de las técnicas de producción, lo que lleva a la necesidad de introducir constantes
innovaciones de producto y de proceso, con los consecuentes incrementos en los costos fijos
y en los factores de riesgo.
En efecto, las actividades de innovación son cada vez más complejas, largas y costosas, a la
vez que ineludibles, en la medida en que es creciente el peso del conocimiento como factor de
competitividad. Consecuentemente, los costos fijos se ven abultados por las actividades de
I+D, diseño, ingeniería, publicidad, marketing, administración y comercialización.
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En este sentido, compartir los riesgos y los costos fijos involucrados en actividades de
investigación y desarrollo, por ejemplo, manteniendo la independencia y la competencia
en los mercados, es vista por muchas de las firmas más importantes como una solución
adecuada.
Es palpable el interés creciente en los PED por lograr nuevas radicaciones de compañías
internacionales o por impulsar la ampliación de los proyectos en curso. Este interés no se
relaciona simplemente con el propósito de compensar la escasez de ahorro doméstico -una de
las carencias estructurales de los PED- mediante los flujos de inversión extranjera directa
(IED) sino, también, con la expectativa de que la economía en su conjunto se beneficie por la
eventual derrama de conocimientos tecnológicos que pudiera derivarse de las actividades de
las firmas internacionales. En efecto, las empresas internacionales que anteriormente
destacaban filiales en otros países para que operaran como abastecedoras de sus casas
matrices o bien como proveedores del mercado local, se han convertido en
orquestadoras de la producción y las transacciones de grupos o redes de filiales
transnacionales que controlan crecientes porciones de la producción y el comercio
mundial.
De este modo, en la medida en que crece la importancia de estas redes globales y regionales,
las ET asumen un papel cada vez más definido como coordinadoras directas de la actividad
económica en el mundo y determinantes de la división internacional del trabajo. En este
sentido, es cada vez mayor su incidencia en los movimientos internacionales de bienes y
servicios, factores productivos, métodos de organización, conocimientos especializados,
tecnologías y capacidad gerencial.
Es, asimismo, digno de destacar, la relación dialéctica que se ha establecido entre las ET y el
cambio tecnológico, ya que las empresas integrantes de las redes globales y regionales
aparecen como las protagonistas principales en la búsqueda e introducción de novedades
tecnológicas permanentes y, a la vez, como fuertemente influenciadas y determinadas por las
modificaciones que constantemente aparecen, tanto en procesos como en productos, así como
en la organización de la producción.
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¿INCORPORACIÓN O MARGINACIÓN?
Por ello, tiene gran importancia estratégica el tipo de redes en que está inserta la firma, la
naturaleza de sus intercambios con el medio, las normas que rigen las interrelaciones entre
agentes formalmente independientes, etcétera. Las relaciones, vínculos y
complementariedades que una firma establece con otros agentes pueden tomar distintas
formas (vínculos usuario-productor, clusters, distritos industriales, relaciones de
subcontratación, alianzas tecnológicas estratégicas, etc.), y sus objetivos pueden ser diversos:
obtención e intercambio de información tecnológica y sobre mercados, realización de
esfuerzos asociativos de innovación, aprovechamiento conjunto de oportunidades de mercado,
entre otros.
En este sentido, son tan importantes las vinculaciones con proveedores, subcontratistas e
instituciones tecnológicas que permiten recibir -y transmitir- información, experiencia y
tecnología, como los conocimientos sobre las necesidades de los usuarios, una de las
principales vías a través de las cuales se produce el cambio tecnológico. La relación usuario-
productor depende de la existencia de un flujo continuo de información -cuantitativa y
cualitativa- entre ambas partes, así como de la presencia de lazos de cooperación y confianza
mutua.
Por lo mismo, en los PED, el eventual debilitamiento del tejido industrial y la ruptura de
los encadenamientos por la desaparición o mortandad de empresas implican
limitaciones que afectan principalmente las posibilidades de incursionar en el terreno de
la innovación, lo que a su vez reduce las opciones disponibles en el campo de la
especialización y la diferenciación de productos, que es el camino estratégico más
recomendable para los productores regionales de manufacturas.
Sin embargo, estas limitaciones se manifiestan de muy diferente manera según el tipo de firma.
Las empresas de mayor envergadura y, en particular, las filiales de ET están en mejores
posibilidades de superar estas debilidades o deficiencias de los mercados domésticos a través
de su integración en las redes globales y/o regionales de producción y comercio. La
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incorporación a dichas redes les permite a estas firmas suplir carencias del medio local,
procurar en el exterior servicios, productos y conocimientos, acceder a información precisa y
actualizada sobre mercados y cambios tecnológicos, además de la posibilidad de apoyarse en
una estructura administrativa, gerencial y de comercialización de conformación global.
Esta tendencia (que responde a una incuestionable lógica económica) implica un doble
proceso de exclusión. Por un lado, sólo una parte del aparato productivo logra acceder a las
redes internacionales; el resto, por su falta de acceso a estas redes, queda en una posición
desventajosa para competir. Por otro lado, los proveedores de bienes y servicios reemplazados
por oferta importada ven sus mercados restringidos y sus vinculaciones recortadas, con lo cual
se estrechan las posibilidades de que superen sus limitaciones.
En otras palabras, los excluidos de este proceso se van encontrando cada vez más lejos
de los parámetros internacionales de eficiencia, calidad y costos, lo que ocasiona una alta
tasa de mortandad empresarial (con implicaciones en los niveles de empleo), empuja
hacia abajo los índices de productividad promedio (con sus consecuencias en el ingreso)
y debilita la trama de encadenamientos y complementariedades, reforzando
circularmente el problema.
A nivel micro, la principal exclusión que padecen las firmas que no logran incorporarse a las
redes globales de producción y comercio es la que se expresa en menores posibilidades de
acceder a las corrientes más dinámicas de intercambio de información, experiencias,
conocimientos y habilidades. Este intercambio es vital para los avances técnicos, la
adquisición de dominio tecnológico y el desarrollo de nuevas capacidades organizativas y
productivas. Las empresas excluidas quedan relegadas a actuar en ámbitos donde los estímulos
generados por los vínculos y relaciones con proveedores y clientes y las posibilidades de
apropiarse de externalidades son radicalmente inferiores, lo que las aleja cada vez más de los
circuitos dinámicos.
A los PED se les presenta, entonces, un dilema de difícil resolución. De no lograrse una
creciente inserción internacional -para lo cual es crucial lograr sostener e incrementar la
presencia local de las principales compañías internacionales organizadas en redes globales y
regionales- los riesgos de quedar excluidos de las corrientes más dinámicas del comercio y de
las fuentes de información y conocimientos estratégicos son enormes y el precio a pagar es
una muy baja posibilidad de reducir la brechas que en materia de tecnología, productividad y
niveles de bienestar, separan a estos países del “primer mundo”.
El gran desafío, entonces, para los gobiernos de los países menos desarrollados, es resolver
cómo potenciar la contribución de las ET al desarrollo de la capacidad productiva nacional y a
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la creación de empleos más calificados y aprovechar los spillovers que estas actividades
pueden traen asociados, sin perder de vista la importancia de contribuir al sostenimiento y
desarrollo de las redes y sistemas locales. En este sentido, el impulso al desarrollo de
instituciones con competencias en campos como la I+D, asistencia tecnológica, management,
comercialización, difusión de información técnica y sobre mercados, puede cumplir un papel
estratégico.
BIBLIOGRAFIA DE REFERENCIA
BID, Más allá de las fronteras. El nuevo regionalismo en América Latina. 2002.
Duran Lima, José et al. (2003) Comercio Intrafirma: Conceptos, Alcance y Magnitud.
Documento Serie Comercio Internación N° 44, CEPAL, Santiago de Chile.
Finkman J. y Montenegro M. (1995), “Vientos de cambio: los nuevos temas centrales sobre
las empresas transnacionales”. CEPAL. Documento de trabajo nº 63.
Mytelka, L. (1991), Crisis, technological change and the strategic alliance, en L. Mytelka (ed):
Strategic partnerships and the world economy, Pinter Publishers, Londres.
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