INVESTIGACIÓN CRIMINOLÓGICA I

TEMA 4
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LA OREJA COMO ELEMENTO DE IDENTIFICACIÓN.- Consideraciones

generales. Morfología de la oreja y su clasificación. Relieves y depresiones. Huellas
de oreja: su búsqueda, revelado e identificación. El Informe Pericial sobre las
huellas de oreja.

LA OREJA COMO ELEMENTO DE IDENTIFICACIÓN. Consideraciones

generales.- La orejas humanas están formadas por un fibrocartílago plano, recubierto de
piel por ambas caras que, unido en su tercio anterior al hueso temporal queda libre y móvil
en el resto, formando con la pared craneal un ángulo con una abertura media de 30º.
Desde Alphonse Bertillón, que ya en 1879 incluía la longitud de la oreja derecha
como uno de los once datos antropométricos de su retrato hablado, pasando por los
trabajos del doctor Inhofer, que en 1906 estudió varios cientos de
ellas llegando a la conclusión de que todas ellas eran diferentes, o el
trabajo del profesor Mark Bishoff en Suiza, que tras la Primer
Guerra Mundial delató a través de la oreja a una mujer que pretendía
hacerse pasar por la Duquesa Anastasia de Rusia, la oreja, por su
morfología y características, ha sido considerada como un excelente
método de identificación personal.
Después del dibujo papilar, los pliegues y formas de la oreja constituyen en el ser
humano el elemento identificativo más completo, fiable y permanente. Estamos ante un
tipo de fisonomía que, aunque con ligeros cambios, acompaña e identifica al hombre a lo
largo de toda su vida. Desde su formación en el seno materno hasta la putrefacción del
cadáver, la morfología de este elemento puede decirse que mantiene unas constantes y que,
por tanto, es un elemento individualizador y totalmente identificable. Esta aseveración está
fundamentada por diversos estudios científicos, y a este respecto el antropólogo belga

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Adolphe Quetelet decía: “Todo lo que hace la naturaleza muestra variaciones de formas ilimitadas e
infinitas. La naturaleza nunca reproduce exactamente dos obras”
Sin embargo, la identificación a través de la oreja siempre ha tropezado con la falta
de estudios serios con rigor científico, lo que le ha restado importancia en relación a las
crestas papilares.

Medición de la oreja derecha según el “portrait parlé” de Bertillón

Alfred Víctor Iannarelli, que en su libro “El sistema de Iannarelli de Identificación de la

Oreja” (1964) expone un método para la clasificación de las orejas, no menciona que haya
encontrado dos iguales. El trabajo de este autor, que dedicó 40 años al estudio de las orejas,
se considera empírico pese a haber clasificado más de 7.000 orejas y observado más de un
millón.

MORFOLOGÍA DE LA OREJA Y SU CLASIFICACIÓN.- La mayoría de los

especialistas en antropología forense estiman como características para el estudio de la oreja
los siguientes elementos:
1. Sus dimensiones.- (pequeña, normal, grande, estrecha o ancha)
2. Su forma.- (redonda, ovalada, rectangular o triangular)
3. Su posición en la cabeza.- (vertical u oblicua)
4. Su separación.- (separada superior, posterior, inferior o adherida total)
5. Sus cinco relieves.- (Hélix, antihélix, lóbulo, trago y antitrago)
6. Sus cuatro depresiones.- (Foseta navicular, foseta digital, concha y canal
intertragiano)

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Hélix superior

Foseta digital

Hélix anterior

Hélix posterior
Hélix original

Foseta navicular
Trago
Antihélix

Concha Canal intertragiano

Antitrago

Lóbulo

El estudio morfológico concreto de la oreja se realiza a través de sus cinco relieves y de sus
cuatro depresiones.

• HÉLIX.- Es el borde externo y acanalado de la oreja. Nace en la concha, pasa

junto a la parte superior del trago, sube verticalmente para formar un arco en la
parte superior de la oreja y luego descender hasta el lóbulo. La primera parte del
hélix recibe el nombre de hélix original; el tramo vertical ascendente se denomina
hélix anterior; el arco superior se llama hélix superior y la rama descendente
hélix posterior. El hélix original es la longitud más o menos grande que tiene su
punto de partida en el interior de la concha y llega hasta la parte superior del trago.

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Se clasifica como nulo, pequeño, mediano o grande, según el grado de longitud
dentro de la concha. El hélix superior es la parte del resalte que contornea la zona
superior de la oreja. Si este pliegue no forma canal, es decir, está pegado a la parte
interna de la oreja, se le denomina como hélix plano. Por otra parte, si la anchura
del hélix superior no sobrepasa los tres milímetros lo calificamos como pequeño.
Si mide entre tres y ocho mm. lo denominamos como mediano, y si excede de esta
dimensión como grande. El borde superior normalmente es redondeado, y así lo
definiremos, aunque también pueden verse distintos tipos de ángulos y hasta
biacodados. Como particularidad podemos citar el tubérculo de Darwin, que es
una pequeña masa cartilaginosa que suele tener forma de pico y estar situada por la
cara interna del hélix posterior.

Hélix superior
Hélix anterior

Hélix posterior Hélix original

• LÓBULO.- Es la parte inferior, más carnosa, blanda y colgante de la oreja. Para su

identificación se requiere el estudio del contorno, modelado, dimensión y
particularidades. Contorno: Admite las siguientes denominaciones según la
forma que presenta: Regular: cuando describe un semicírculo y no presenta
hendidura junto a la mejilla. En Golfo: Cuando está separada de la mejilla por una
hendidura y presenta forma de arco colgante. En escuadra: cuando el contorno se
une a la mejilla de una forma más o menos perpendicular. Descendente: cuando
esta unión con la mejilla presenta un ángulo obtuso. Por el modelado, que es el
relieve que presenta la cara externa del lóbulo, puede ser: Atravesado: cuando la
canaladura del hélix continúa hasta el lóbulo formando en él un surco o cavidad

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lineal. Liso: cuando carece de pliegue y presenta una forma alisada. Eminente:
cuando presenta algún abultamiento que da a la superficie una forma convexa. Por
las dimensiones podemos distinguir las relativas a la altura: pequeña, mediana o
grande en relación al total de la oreja, y a la anchura: puntiagudo o cuadrado.
Por último, en cuanto a las particularidades del lóbulo podemos citar: el
perforado, cuando presenta un orificio u orificios para pendientes; el hendido,
cuando está rasgado por algún accidente; peludo, con vírgula, hoyuelo o islote.

Lóbulo en escuadra

MORFOLOGÍA DEL LÓBULO

Por el contorno

Descendente En escuadra Regular En golfo

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Por el modelado

Atravesado Liso Eminente

Por la dimensión

Pequeño Mediano Grande

• ANTIHÉLIX.- También conocido como “Pliegue”, es el saliente que se encuentra

detrás de la concha y delante del hélix posterior y que
normalmente presenta una morfología de “y” Se inicia
junto al antitrago y sube paralelamente al hélix para
bifurcarse en dos ramas dejando en medio la llamada
“foseta digital”. Se divide en pliegue superior e inferior. El
superior se estudia observando la oreja de frente, es decir,
la persona de perfil, haciendo constar si este pliegue está
más acentuado o menos. El pliegue inferior se estudia
Antihélix
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observando la oreja desde su perfil anterior, es decir, la persona de frente. Se señala
si este perfil es más cóncavo o convexo, así como los grados de curvatura.

• TRAGO.- Es la prominencia triangular situada en la parte central de la oreja,

delante de la concha, un poco más alto que el antitrago y en contacto con la mejilla.
Sirve de protección al conducto auditivo. En él sólo se estudian las particularidades
de si es puntiagudo, bifurcado o velludo.

• ANTITRAGO.- Es un resalte situado encima del lóbulo y en la parte inferior de la

concha u orificio de la oreja. Se estudia desde el punto de vista de su inclinación
(horizontal u oblicuo), perfil (recto, cóncavo o convexo), o volumen (nulo, pequeño, mediano o
grande).

• CONCHA.- Es la depresión central de la oreja. Por su posición en relación con el

diámetro vertical puede ser alta o baja. Por sus dimensiones estrecha o ancha.
Por su relieve repujada o atravesada.

• CANAL INTERTRAGIANO.- Se denomina así el surco existente entre el trago

y el antitrago. Aparece como una especie de estrechamiento de la concha. Puede ser
angosto, mediano o ancho.

• FOSETA DIGITAL.- Es la depresión comprendida entre las dos ramas en que se

bifurca en antihélix en su parte superior. Puede ser más o menos abierto.

• FOSETA NAVICULAR.- Es el surco o canal que existe entre el hélix posterior y

el antihélix o pliegue intermedio. Este surco puede estar más o menos marcado, y
en ocasiones suele desaparecer cuando se va acercando al lóbulo.

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HUELLAS DE OREJA: SU BÚSQUEDA, REVELADO E IDENTIFICACIÓN.-

Desde hace algunos años la oreja, como elemento identificador, ha pasado a tener más
utilidad de la que hasta ahora tenía. Junto a su cometido dentro de la identificación
antropométrica y forense, recientemente ha sido descubierta como un importantísimo
rastro personal que en determinadas ocasiones deja el autor en la comisión de hechos
delictivos y que, por tanto, puede ser identificable a posteriori dada la diversidad y
originalidad de su morfología.
Al igual que sucede con las huellas lofoscópicas, la huella de oreja es una evidencia
incuestionable, como así quedó reflejado en una sentencia, la 446/01 de 19 de noviembre
de 2001 emitida por el Juzgado de lo Penal nº 1 de Palencia sobre robo con fuerza, en la
que el acusado fue condenado como autor del hecho en base a unas huellas de oreja
obtenidas en la parte externa de la puerta del domicilio robado.
Aunque el delito más común en el que se están encontrando huellas de oreja es en
los robos en domicilios -ya que es habitual que el autor o los autores
del hecho peguen su oreja a la puerta del domicilio que van a
violentar para comprobar si hay ruidos dentro y, por tanto, si hay
alguien en su interior-, la búsqueda de este elemento no debe
circunscribirse a un solo delito o a una única modalidad delictiva. El
abanico de posibilidades es muy amplio y el investigador debe estar
atento a que este tipo de vestigios puede aparecer también en
cualquier hecho delictivo. Para ello basta con ponerse en el lugar del
autor e intentar reconstruir mentalmente las formas o maneras utilizadas en la comisión del
hecho que nos encontramos investigando.
Igualmente, esta búsqueda de huellas de oreja debe realizarse en los lugares lógicos
donde el autor haya podido apoyarla y, por supuesto, en lugares donde estas huellas puedan
relacionar directamente a su autor con el hecho delictivo que se investiga. Una vez
localizada la superficie posible, se procederá a su revelado –si es que buscamos huellas
latentes, es decir, no visibles- con los mismos reactivos y medios que se utilizan para
visualizar las huellas lofoscópicas. Posteriormente se fotografiarán con los correspondientes
testigos métricos y finalmente se trasplantarán para posteriores comprobaciones o estudios.
Por otra parte es importante saber que la huella que deja en hélix, al pasar de tres a
dos dimensiones, suele cambiar de tamaño y algo de morfología, mientras que las zonas

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cartilaginosas que rodean la concha: trago, antitrago y antihélix, son las que dejan su
impronta de una forma más estable y fija.
A diferencia del estudio que se hace con las huellas dactilares, este tipo de vestigios
no puede ser buscado posteriormente en bases de datos de delincuentes posibles por no
existir las mismas. Únicamente se recogen para contrastarlos con sospechosos actuales o
futuros, y siempre que puedan ser obtenidas las impresiones cotejo de la oreja indubitada.
Para ello, se procederá a aplicar un cristal limpio, o un acetato pegado a una
superficie rígida, sobre la oreja del sospechoso, haciendo una ligera presión, sin llegar a
restregar o mover el soporte, y levantando limpiamente para evitar corrimientos.
Posteriormente estas pruebas de estampación –deben realizarse varias y a distintas
presiones-, se reactivarán con los reactivos adecuados. La práctica aconseja que sean
reactivos físicos como el carbonato de plomo o el negro de humo, para conseguir una
impresión clara u oscura respectivamente. Finalmente estas impresiones de oreja
indubitadas, deben ser autentificadas con la firma de la persona que las toma y, a ser
posible, de la persona a que pertenecen.
La identificación de la huella de oreja dubitada con la impresión de la oreja
indubitada se realiza por comparación, pero
más que una comparación basada en el tamaño
o la simple morfología, esta comparación –al
igual que sucede con los puntos característicos
en lofoscopia, o los gestos tipo en grafoscopio-
debe estar basada en la búsqueda de señales,
marcas, anomalías o morfologías particulares
cuya variedad y cantidad reflejen sin ningún género de duda que estamos ante la misma
persona física en ambos casos.
Expertos de la unidad de patología forense de la Universidad de Leicester, en Gran
Bretaña, han desarrollado un sistema informático que permite identificar a un individuo
con la imagen o la huella de su oreja. El nuevo sistema de identificación podría empezar a
ser utilizado pronto de forma rutinaria por los agentes de policía y los servicios de
inteligencia. El profesor Guy Rutty, autor del estudio, es un experto en identificación. En
los últimos años había trabajado para 13 fuerzas policiales inglesas, además de ayudar al
Tribunal Internacional de las Naciones Unidas en la investigación de los crímenes de guerra
en Bosnia. Según el investigador, de forma similar a lo que sucede con las huellas dactilares,

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bastaría con la imagen parcial de una oreja para identificar a quien pertenece. Aunque se
trata del primer paso hacia un sistema estándar que permita la identificación a través de la
oreja, este órgano sirvió ya para procesar por primera vez a un criminal en Inglaterra a
finales de 1998. Mark Dallagher fue acusado de asesinar a una anciana en Huddersfield
después de que el fiscal probara en el juicio que las impresiones de su oreja, que habían
quedado marcadas en una ventana del domicilio de la víctima, sólo podían haber sido
dejadas por el acusado mientras "pegaba el oído" al cristal para escuchar lo que sucedía
dentro de la casa.

Imágenes de una oreja y la definición, por parte de un software, de sus trazas más importantes que serán contrastadas.

Desde entonces, los organismos británicos dedicados a la Investigación Criminal

comenzaron a crear una base de datos de orejas de individuos voluntarios con el fin de
demostrar que, como ocurre con las huellas dactilares, no existen dos orejas exactamente
iguales.

EL INFORME PERICIAL SOBRE LAS HUELLAS DE OREJA.- El Informe

Pericial de las huellas de oreja, como sucede con todo tipo de informes periciales, debe ser
solicitado expresamente por el Juez Instructor del sumario. Posteriormente este Informe se
ratificará y defenderá durante el juicio correspondiente.
Para la confección del Informe criminalístico dirigido a la Autoridad Judicial
solicitante, al mismo tiempo que se cumplimentarán todos los aspectos formales de los
informes establecidos en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, en el apartado relativo a las
técnicas utilizadas, se hablará de las distintas metodologías de identificación expuestas por
Alfred Víctor Iannarelli en su libro “El sistema de Iannarelli de Identificación de la Oreja” (1964).
Estos métodos, básicamente iguales, compartidos y utilizados por el Inspector de Policía
holandés Van del Lugt, considerado un experto en la identificación de huellas de oreja,
consisten en obtener varias impresiones de la oreja del sospechoso con distintas presiones.
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Posteriormente se escoge la que más se parece a la huella dubitada y se emplea cualquiera
de los siguientes métodos de identificación:
1. Método de lado a lado.- Consistente en la comparación de la imagen de la huella
latente con la impresión de la huella del sospechoso, puestas una junto a la otra.
2. Método de la disección.- Se cortan en cuatro partes iguales ambas imágenes y se
intercambian los trozos entre ellas buscando la continuidad del dibujo.
3. Método de la transparencia.- O la superposición de ambas imágenes mediante la
transparencia, buscando, igualmente, la similitud de formas, perfiles y características
singulares.

Una vez que se ha escogido el método de identificación, hay que razonarlo teórica y
gráficamente para que no exista ninguna duda de la identificación ni de la autoría de una
persona física concreta. Se finaliza con unas conclusiones perfectamente definidas y
tajantes en cuanto a esta plena identificación.

Fotografía del momento en el que se realiza la toma del otograma, así como un ejemplo de estos.

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