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Pero hay un hecho poco evidente para todos... nuestro "nivel de conciencia"
varía de un momento a otro... Es decir, la palabra "conciencia" abarca en
realidad toda una gama de estados de atención y entendimiento enormemente
diferentes entre sí.
La forma mas simple de abordar este detalle es razonando acerca de los dos
estados de conciencia que "conocemos mejor"... la conciencia durante el sueño y
la conciencia de vigilia... Cuando dormimos estamos inmersos en un mundo que
"parece real", hay reacciones fisiológicas, emocionales, movimientos corporales,
etc. que se producen por el impacto de las escenas que pasan por "nuestra
conciencia"...
Parece que la gente piensa que un bebé es un animalito que al paso del
tiempo se convertirá en un verdadero ser humano (cuando “desarrolle” su
conciencia), cuando tal vez la verdad sea precisamente lo opuesto. Tal vez el
bebé es el verdadero hombre... es una entidad conciente capaz de aprender y el
adulto es solo la sombra de lo que fue: un espejo sucio, un lente mal tallado.
Una sombra debido al lastre de estupideces que aprende a lo largo de su vida,
junto con la carga de las heridas emocionales que sufre por la falta de atención
de sus padres, en la primera infancia y los "golpes de la vida" que sufre en sus
relaciones amistosas, en la escuela, durante los cambios de la adolescencia, en
el matrimonio, la maternidad o paternidad, etc... esto sin mencionar
específicamente la necesidad de "deformarse" para poder cumplir con las
exigencias de la vida social, en lo que se refiere a subsistir económicamente,
"triunfar" en la propia actividad, etc. a todo lo cual llamamos pomposamente
nuestro saber y nuestra experiencia... El niño es la capacidad de aprender... el
adulto solo tiene la capacidad de interpretar... y de interpretar de acuerdo a
lo que trae adentro, lo cual más que ayuda puede resultar en un verdadero
estorbo.
Digamos que estos conceptos que analizo aquí son el hilo rector de la
narrativa de la vida de Pedrito.
Una cosa es la idea de una cita con J-Lo, otra muy diferente es la percepción
táctil, visual, olfatoria y gustativa y otra, más el estado emocional exaltado
que tendría ante semejante oportunidad... y eso haciendo a un lado el aspecto
sexual (por tratarse de otra función diferente)
Tal vez puedas aceptar la idea de que, en una experiencia como esa,
nuestra "conciencia" se alimenta de ideas, de vivencias físicas y de estados
emocionales. Todo muy “concentrado”. Realmente una experiencia inolvidable...
En cambio, es un hecho fácil de constatar que hay ocasiones en las que horas
enteras de actividad cotidiana no dejan huella ni en la memoria... podemos (y
casi siempre estamos así) tener una pálida percepción de nuestro entorno, dentro
de una cotidianidad donde no recibimos ni provocamos estímulos intelectuales,
físicos ni emocionales, circunstancias en las que no requerimos “poner
atención”, en las que no “aprendemos”, circunstancias en las que parecemos más
un sonámbulo que un ser despierto... Estamos mas dormidos que despiertos...
En fin... dejo el tintero casi lleno, pero aunque escribiera muchísimo más
solo estaría dándole vuelta a los conceptos básicos ya que lo importante es la
Comprensión de esos conceptos, lo que requiere de mucha observación y análisis.
Eso no quiere decir que no haya mas que decir, hay muchísimo, pero el tema no
se puede profundizar solo con el intelecto... es necesario sopesar ideas en la
propia experiencia, hacer a un lado la interpretación superficial y confrontar
la pregunta que corresponde... No hay muchas respuestas formales a esto. Tanto
la atención como la conciencia son fenómenos que la ciencia no puede explicar.
Las religiones, en su aspecto externo, usan el término para conformar conductas.
Es solo en el fondo de todas las grandes religiones y detrás de los métodos de
los shamanes a través de la historia en donde se puede encontrar algún material
valioso para esto.