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Comportamientos Naturales Caninos

Sergio Grodsinsky
Fuente: CAN AMIGO

(760 palabras totales en este texto)


(1924 Lecturas)

En las relaciones que el perro tiene con el ambiente, con otros animales y con el hombre se
evidencian diez comportamientos naturales: docilidad, sociabilidad, temperamento,
curiosidad, vigilancia, temple, coraje, agresividad, posesividad y combatividad.

Cualesquiera de estas conductas pueden ser más o menos acentuadas según la raza. Pueden
potenciarse entre sí, contraponerse e incluso anularse, formando una auténtica carta de
identidad.

Docilidad

Es la facilidad del perro para aceptar al hombre como su superior jerárquico. Un perro dócil
es aquel que acepta al humano en el rango de guía equivalente al líder de las agrupaciones
caninas salvajes. La docilidad no debe confundirse con la timidez ni el miedo al castigo;
parte de la confianza y la entrega natural y beneficiosa a un mismo proyecto de vida.

Sociabilidad

El perro, animal gregario, sólo se desarrolla plenamente integrado a comunidades. Un


ejemplar sociable que se inserta con naturalidad dentro del ámbito propicio gana en lo
personal. La falta de sociabilidad se manifiesta con temor, ansiedad e inquietud. La
sociabilidad y la docilidad son dos comportamientos de base que se declaran en el cachorro
desde el segundo mes de vida.

Temperamento

Contempla la intensidad y la velocidad de respuesta ante los estímulos externos de


cualquier naturaleza. No debe entenderse como sinónimo de carácter ni, mucho menos, de
agresividad. Tal como sucede con la sociabilidad y la docilidad, la instrucción canina
permite acrecentar el temperamento.

Curiosidad

En el perro, lo que llamamos curiosidad se denuncia en el deseo, el placer y la facultad de


interesarse, naturalmente, en todo lo circundante. Se origina en la aptitud de explorar
territorios, descubrir entornos, problemáticas y resoluciones nuevas, acrecentando la
conducta instintiva. La presencia de esta cualidad es primordial para el éxito de todo
aprendizaje y adiestramiento.

Vigilancia

Representa la característica sensitiva del perro para advertir algo anormal, o acaso
peligroso, que lo amenace como individuo o como integrante de una jauría (que encuentra
equivalente en la familia humana). A veces, asociada con la gran sensibilidad olfativa y
auditiva, la aptitud vigilante le permite intuir gravísimos eventos naturales, como aludes,
terremotos, inundaciones, incendios o tormentas, y resolver por anticipado la guarda del
grupo.

Temple

En el campo de la conducta canina, el temple describe la capacidad de resistencia ante una


acción o un factor externo desagradable o agresivo. Es condición indispensable para la
guardia.

Coraje
Esta cualidad sintetiza una concordancia de impulsos para enfrentar positivamente
situaciones riesgosas, conocidas o no, que pudiesen afectar la integridad física del individuo
o de su grupo comunitario. El coraje se opone al miedo y al instinto individualista de fuga,
aun a costa del sacrificio personal en defensa del conjunto (jauría o familia).

Agresividad

La agresión es la reacción física del perro ante un supuesto peligro, ya sea la amenaza
territorial, de él mismo, de sus congéneres o de los seres a su cuidado. Siempre obedece a
un motivo pro vida. En los caninos salvajes este comportamiento es primordial para obtener
alimento y, consecuentemente, se relaciona con el instinto predatorio y la supervivencia del
más apto. En los perros domésticos, nos interesa que esta reacción ocurra, pero de un modo
proporcionado.

Posesividad

Se dice que un perro es posesivo cuando está naturalmente predispuesto a convertirse en


dueño de algo o alguien. Apropiarse de seres u objetos se manifiesta como expresión de
competitividad y confirmación del espacio aprehendido.

Combatividad

Es la capacidad de luchar con vigor contra un estímulo exterior negativo ni bien éste se
manifiesta. Verdadero “resorte” emocional, la combatividad se expresa con una firme
actitud de lucha. Incluye las señales atávicas de la especie presentes en los rituales de
combate entre caninos (la posición de la cola y las orejas y el pelo de la cruz erizado).

La presión selectiva, ambiental y humana hace que en cada raza se destaque o predomine
alguna de estas cualidades naturales. Esto explica, por ejemplo, la desobediencia y las
frecuentes fugas de muchos siberian huskies; en los spitz la docilidad es baja y muy altos la
curiosidad, la vigilancia y el coraje.

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