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TEMA 9: VICTIMAS ESPECIALMENTE VULNERABLE (II):

EL MENOR MALTRATADO

I. CONCEPTO Y TIPOLOGÍA DE MALTRATO


No existe una definición unitaria de maltrato infantil, si se recurre a documentos
internacionales, al ámbito doctrinal se concentran un sinfín de definiciones de esta
modalidad delictiva, sin embargo casi todas reúnen parámetros similares. Asamblea
General de las Naciones Unidas, en concreto la convección de los derechos del niño que
define el maltrato infantil como “toda violencia, perjuicio o abuso físico o mental,
descuido o trato negligente, malostratos o explotación producido mientras el niño se
encuentre bajo la custodia de sus padres de un tutor o de cualquier otra persona que lo
tenga a su cargo.
El concepto que aquí se va a manejar es la siguiente: “toda acción u omisión habitual
consistente en poner en peligro la salud física o mental o la seguridad de un menor de
18 años, por parte de sus familiares o personas responsables de su cuidado”.
De esta definición se derivan una serie de características:
1. El hecho delictivo puede cometerse mediante una acción u omisión, tanto pro un
hacer o por un no hacer algo.
2. Los actos han de producirse de forma habitual.
3. La víctima tiene que ser un menor de edad (en ocasiones el término incapaz se
puede asimilar a menor)
4. El ámbito en el que se realizará el hecho lícito ha de ser el familiar.

TIPOLOGÍAS
1. Maltrato físico. Cualquier acción u omisión llevada a cabo por los padres o personas
a cargo del niño, que lleve aparejada un daño físico o enfermedad. Recordar que los
supuestos no hacen falta que sea de contacto físico, el contagio de enfermedades
también se incluyen. La más frecuentes son: contusiones en la cabeza y cara del
menor, aunque también son habituales las llevadas a cabo en el húmero y fémur;
heridas producidas por cuerpos cortantes, punzantes y contusos; lesiones de la
laceración del labio superior con desgarro del frenillo y la alopecia por
arrancamiento; quemaduras, derramamiento de líquidos, escaldura en pies,
quemaduras de cigarrillos o plancha. También lesiones esqueléticas y físicas
viscerales, como las abdominales y las musculares.
2. Maltrato psíquico. Trasladar lo que se dijo para el maltrato a la mujer, en el sentido
que se lleva a cabo pero que es difícil de probar, no hay una realidad palpable e
identificable. Más frecuentes son: casos de amenazas; producción de temores en el
niño y sobre todo el abandono emocional, que en casos graves suele derivar en
conductas delictivas del menor.
3. Maltrato sexual. Con el fin de obtener placer de forma directa. Este va a generar a su
vez lesiones en el menor, que pueden ser mínimas como bulbo vaginitis o lesiones
por tocamientos, hasta verdaderos desgarros que la mayoría suelen ser desgarros
anales. Los principales actos de maltrato sexual pueden ir desde supuestos de
contacto sin penetración; penetraciones anales o vaginales, contacto buco-genital, e
incluso lesiones donde no se produce un contacto, como puede ser pornografía,
vouyerismo.
4. Envenenamiento o drogadicción. Tiene como finalidad disminuir el nivel de
conciencia del infante y es muy habitual en los casos de mendicidad. Actualmente,
es bastante frecuente las intoxicaciones por tranquilizantes o por gas con el fin de
adormilar al menor para que deje de llorar o para que se quede quieto.
5. Negligencia o abandono. Estaría muy relacionada con el maltrato físico y el
psicológico, en tanto se produce cuando se desatiende las necesidades básicas del
menor. Pueden ser: falta de higiene, alimentación...
6. Síndrome de Münchausen por poderes. Consiste en la descripción de hechos falsos o
en la provocación de síntomas de una enfermedad por parte de los padres o personas
al cuidado del menor, con la única finalidad de crear un proceso de diagnóstico y
atención médica continuada. Hay un estudio de Meadows que demostró que en un
095% de los casos era la madre quien se encontraba detrás de este síndrome. Se
pueden referir cuatro fases identificativas:
a. Aparición de un conjunto de signos producidos o alegados por algún
miembro de la familia (normalmente la madre).
b. Cuando el niño se somete a las pruebas pertinentes con el propósito de
obtener un diagnóstico, llámese análisis, exploraciones, etc.
c. El perpetrador (la madre), va a “desconocer” la causa de la supuesta
enfermedad.
d. Los signos de la enfermedad desaparecen cuando el menor es separado
de la persona causante del daño. Por ejemplo, cuando se le deja en
observación.

La sintomatología de este síndrome es variada por cuanto unas veces se encuentran


síntomas inventados por la madre mientras que en otros supuestos se haya falsificación
de muestras biológicas o administración de fármacos al menor. Ejemplos relativamente
habituales: supuestos donde la madre da determinados fármacos al menor para que se
den cuadros de hipoglucemia; si se le solicitan análisis se le puede añadir sangre o
azúcar al orín para que se detecte algo en la sangre; llevar al menor al médico y la
madre inventarse síntomas sobre la marcha. Hay un estudio español que llevaron a cabo
tres autores, Delgado Rubio, Garate Aranzadi, Martín Bejarano; donde revelaron que las
manifestaciones más frecuentes de este síndrome eran digestivas, abdominales,
hemorrágicas, neurológicas y cutáneas; exteriorizadas mediante fiebre prolongada,
síndrome de inmuno deficiencia, epilepsia e intoxicaciones.
Resultados:
Maltrato físico. Psíquico. Sexual Negligencia
En cuanto al sexo las diferencias no son significativas, salvo en el abuso sexual donde
hay una gran proporción de niñas frente al de niños.

II. FACTORES DE RIESGO:


Supuestos en los que el riesgo de victimización pueda elevarse.
Para describir estos factores se va a seguir a una autora muy relevante, pero antes hay
que tener en cuenta un factor muy importante, que es el factor edad.
Podríamos establecer una regla en virtud de la cual a mayor edad de los menores, menor
tasa de victimización.
En las graficas se observa una curva decreciente en cuanto aumenta la edad de los
sujetos; el principal núcleo de victimización se encuentra desde el nacimiento hasta los
3 años.
Centrándonos en los factores de riesgo que destaca Amorós Galitó, podríamos destacar
los siguientes factores:
1. Factores asociados a los padres:
- historia de malos tratos, falta de afecto y desestructuración familiar durante la
infancia.
- deficiencia mental e inestabilidad emocional.
- trastornos psicosomáticos: depresión, inmadurez, baja autoestima.
- falta de autocontrol y baja tolerancia a la frustración.
- desconocimiento del rol parental.
- aislamiento social.
- alcoholismo y otras drogadicciones.
- prostitución.
- delincuencia.

2. Factores de riesgo asociados a las víctimas:


- discapacidad, minusvalía psíquica y defectos congénitos.
- problemas de salud crónicos.
- hiperactividad y oposicionismo.
- prematuridad y bajo peso al nacer.

3. Factores asociados al nivel socioeconómico y cultural:


- paro e inestabilidad laboral.
- pobreza.
- falta de vivienda o vivienda insuficiente.
- exceso de trabajo.
- falta de red o apoyo social.

4. Factores asociados a la estructura familiar:


- número de hijos.
- desestructuración familiar.
- paternidad adolescente.
- familia numerosa.
- padres separados o divorciados (lo normal es que el maltrato venga por la pareja del
progenitor)
- exceso de disciplina.
- falta de normas educativas.
Perfil de menor maltratado: varón no deseado, menor de 3 años, con algún tipo de
retraso mental o anomalía física y que convive con sus padres quienes no están
preparados para la paternidad o con un padre/madre no biológico.

3. LA IMPORTANCIA DE LA ACTUACIÓN MÉDICA EN LA DETECCIÓN


DEL MALTRATO: INTERPOSICION DE LA DENUNCIA.
En el maltrato a menores, hay una cuestión muy compleja, que es la imposibilidad que
tienen los menores de edad para interponer una denuncia contra su agresor.
La principal guía de detección de estos malos tratos viene puesta de manifiesto por los
médicos, ya que cuando se produce un maltrato se intenta que el menor se recupere en
la casa, pero si es grave se lleva a un centro hospitalario, y es ahí donde se observan los
malos tratos.
En consecuencia, la labor del médico en la detección del maltrato infantil es esencial ya
que suele ser la única vía de detección.

Los indicios que han de observarse son los siguientes:


1. La actitud del niño, suelen ser menores que se muestran de forma recelosa,
temerosa, y presentan un cierto grado de apatía. Cuando acuden a un centro
hospitalario cuando ven a una enfermera tienden a juntarse con la enfermera, lo
asocian como que con ellas no les va a pasar nada.
2. Tener presente la existencia de algún tipo de lesiones típicas o características del
maltrato.
3. Observar si existen indicios de violencia múltiple, es decir, si sólo presenta la
lesión aludida u otras también, así como su antigüedad, el lugar de presentación
de las lesiones…es muy relevante la discordancia entre las lesiones aducidas por
los cuidadores y la conclusión a la que llegan los médicos. Hay que observar la
falta de cuidados médicos habituales, como la presencia de vacunas, revisiones
médicas periódicas… Observar si se dan falta de cuidados en el menor como
malnutrición.
4. Reincidencia de las lesiones.

La idea es la importancia de la actuación médica para su detección y que la única forma


de determinar si existe o no maltrato es uniendo estos indicios de la forma más razonada
posible. (El parte médico tiene valor de denuncia)
IV. REPERCUSIONES DEL MALTRATO EN EL NIÑO.
Las repercusiones del maltrato en los menores que se aprecian con más habitualidad.

Podemos destacar dos grupos: reacciones inmediatas al maltrato y las secuelas


propiamente dichas.
En estos supuestos de maltrato infantil, las secuelas propiamente dichas tienen gran
relevancia dada la estrecha relación entre la victima y el victimario. Vamos a dividirlas
en 3 grandes grupos: emocionales, cognitivas y sociales.
Las emocionales incluirían supuestos de:
1. Trastornos depresivos, aquí alguna autora habla de que éste, puede llegar hasta
el suicidio del menor, pero el profe no comparte esto porque cree que los
menores no tienen claro lo que es la vida y la muerte.
2. Pobre autoestima.
3. Aparición de miedos.
4. Trastornos de conducta.
5. Otros más inmediatos como terrores nocturnos, gran desconfianza y alto grado
de frustración.

Desde una perspectiva cognitiva o de rendimiento académico (como hablan algunos


autores) suele producirse retraso de las habilidades lingüísticas, trastornos escolares,
pobre rendimiento académico etc

Desde una perspectiva social incluiríamos dosis inusuales de agresividad, que con el
tiempo derivarán en conductas antisociales e incluso en comportamientos delictivos.

V. EL PROBLEMA DE LAS ESTADÍSTICAS


En materia de maltrato infantil existen muy pocas estadisticas que desvelen el problema
de esta tipologia delictiva, sin embargo, recientemente cada vez más existen mayores
investigaciones tendentes a delimitar la verdadera dimensión de este problema. En
concreto podemos establecer tres grandes grupos de datos que concluyen a la hora de
realizar una estadistica, sobre esta tipología delictiva:
En primer lugar los datos detectados; son aquellos que comportan la estadistica, es decir
N=300 (casos 300)
En segundo lugar los datos detectados pero no declarados, supuestos conocidos pero no
denunciados, supondrían así mismo una manifestación de pasividad ciudadana, un
ejemplo de caso detectado pero no denunciado, ejem. Un vecino que tiene conocimiento
de unos malos tratos pero no los denuncia.

Y el último serían los supuestos o casos no detectados; estos comportaría la mayoría de


supuestos en materia de maltrato infantil, el mas habitual es este último, que sería los
malos tratos no detectores que lo conocen los agresores y la víctima, pero no
denunciados ni detectados.

Hay muy pocos estudios sobre los malos tratos, y tenemos que tener en cuenta estos tres
tipos, sobre todo el último.

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