El teólogo católico Hans Küng cuestiona la doctrina tradicional del infierno como un lugar de tortura psicofísica eterna. Argumenta que un Dios de amor no podría observar el sufrimiento eterno de sus criaturas ni tomar venganza de forma implacable por pecados finitos. Además, señala que la palabra "eterno" en la Biblia no siempre significa una duración infinita, y que existen interpretaciones alternativas como la aniquilación o reconciliación total de todos. Küng concluye que la Esc
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Hans Küng razona sobre la doctrina del infierno y le da un enfoque revolucionario.
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LO QUE DIJO EL FAMOSO TEÓLOGO CATÓLICO HANS KÜNG SOBRE EL INFIERNO
El teólogo católico Hans Küng cuestiona la doctrina tradicional del infierno como un lugar de tortura psicofísica eterna. Argumenta que un Dios de amor no podría observar el sufrimiento eterno de sus criaturas ni tomar venganza de forma implacable por pecados finitos. Además, señala que la palabra "eterno" en la Biblia no siempre significa una duración infinita, y que existen interpretaciones alternativas como la aniquilación o reconciliación total de todos. Küng concluye que la Esc
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El teólogo católico Hans Küng cuestiona la doctrina tradicional del infierno como un lugar de tortura psicofísica eterna. Argumenta que un Dios de amor no podría observar el sufrimiento eterno de sus criaturas ni tomar venganza de forma implacable por pecados finitos. Además, señala que la palabra "eterno" en la Biblia no siempre significa una duración infinita, y que existen interpretaciones alternativas como la aniquilación o reconciliación total de todos. Küng concluye que la Esc
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“Una ilimitada tortura psico-física de sus criaturas, tan
despiadada y desesperante, tan insensible y cruel, ¿va a poder contemplarla por toda una eternidad un Dios de amor, y a una con los bienaventurados en el cielo? ¿Necesita realmente tal cosa el Dios infinito, por una ofensa finita (¡el pecado, sin embargo, en cuanto obra del hombre, es un acto finito!) para restablecer su “honor”, como sostienen sus defensores?¿Es Dios un acreedor tan sin entrañas?¿No es un Dios de misericordia?¿Cómo entonces los muertos van a estar excluidos de esa misericordia?¿Y un Dios de paz? ¿Cómo va a eternizar la discordia y la intransigencia? ¿Y el Dios de la gracia y del amor al enemigo?¿Cómo inclemente, va a tomar venganza de sus enemigos por toda una eternidad?¿Qué cabría pensar de un hombre que satisficiese su deseo de venganza con tal intransigencia y avidez?
¿Por qué uno en este caso tiene que atenerse a la letra
de la Biblia y tomar por fuerza literalmente la imagen del “fuego eterno”? Oscuridad, llanto, rechinar de dientes, fuego: Toda una serie de duras imágenes para indicar la amenazante posibilidad de que el hombre malogre por entero el sentido de su vida…el “fuego” es imagen de la cólera de Dios, y “eterno”, en el uso del idioma hebreo, griego y hasta moderno, no siempre se toma en el sentido estricto (esto es “eterno”, “esto dura una eternidad”, esto no tiene fin, es indefinidamente largo). Al hablar del “castigo eterno” (Mt. 25:46) del juicio final, se carga el acento en que el castigo es definitivo, decisivo para toda la eternidad, pero no en que la pena durará eternamente. Como en el judaísmo, también en el Nuevo Testamento el tiempo de castigo por los pecados se ve de una manera unitaria: una veces se afirma un castigo eterno, otras se da por supuesta una aniquilación total (“ruina eterna”, 2 Tes. 1:9). También en la historia de la iglesia se ha defendido siempre, junto al dualismo tradicional, la posibilidad de una aniquilación (annihilatio) y de la reconciliación total (restitutio omnium, apocatástasis ton pánton).
Pero cualquiera que sea la interpretación de los textos
de la Escritura en particular: En ningún caso cabe afirmar absolutamente la “eternidad” del castigo del infierno” (Küng Hans, ¿Vida Eterna? Ed. Cristiandad, Madrid, 1983, págs.226,227,236,237).
Ojo: Hans Küng no está negando el castigo de los
pecadores impenitentes, sólo la eternidad del castigo en el sentido clásico.