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Varios autores

Escritos católicos
Apologética del siglo II, Tertuliano, Montanismo,
Gnosticismo, Carismas.

Quipu Editorial

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Quipu Editorial
www.quipueditorial.com.ar
Diciembre de 2007
Esta edición en formato PDF puede distribuirse de manera
libre, siempre que no se distorsione el contenido.

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PRIMERA APOLOGÉTICA CRISTIANA DEL
SIGLO II

{Los apologistas cristianos del siglo II.}

Por Hans KESSLER

Con esta visión escalonada del mundo, propia del


platonismo medio, intentaron exponer los
apologistas cristianos del siglo II la fe en el Dios
único y en Jesucristo, para defenderla contra los
ataques y presentar abiertamente a Cristo cual
compendio de la razón universal divina y superación
de la razón filosófica dominante. Justino Mártir +
165 ca. Identifica el ser de Cristo con el logos
universal de la filosofía. Ese logos universal
preexistente (=razón universal y sentido cósmico), al
que Dios ha puesto en el mundo y que desde
siempre se ha manifestado en las «razones seminales»
(logoi spermatikoi), apareció sobre la tierra y se
reveló personalmente en Jesucristo con toda su
plenitud. Por eso, para Justino «todos los que han
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vivido (espiritualmente) con el logos» en el fondo
eran cristianos (Justino, Apol. I 46,3). El logos, que
en Juan y en Ignacio de Antioquía es uno de los
varios predicados de Cristo, se convierte aquí en el
predicado cristológico por excelencia: el Logos es el
redentor y Cristo su forma de manifestación
terrestre.

La acogida de la especulación filosófica sobre el


logos condujo a un desplazamiento del epicentro
cristológico a la preexistencia anterior al cosmos. Se
trataba ahora de cómo concebir la relación del Logos
premundano o del Hijo de Dios con Dios Padre.
Para Justino, el Logos fue «engendrado por la
voluntad del Padre» antes de todas las criaturas.
Concibe la existencia y generación del Logos como
la procesión de la palabra humana pensada a la
palabra pronunciada, en la cual se dan dos fases: en
la primera está desde toda la eternidad en Dios como
Logos interno (razón inmanente); en la segunda Dios
se abre de hecho a la creación, es producido a la
manera de una esencia independiente, alcanzando así
una existencia propia y plena como Hijo; es decir,
que es engendrado por la voluntad creadora de Dios
(Justino, dial. 61,2s).

Pese a todas las distinciones entre «hecho» y


«primogénito», tanto Justino como su discípulo
Taciano y Atenágoras de Atenas (177 ca.) designan al
Logos justo como tal Hijo primogénito, por lo que
pueden dar la impresión de que lo veían en la misma
5
línea de las obras creadas. El Logos preexistente
tiene aquí claramente una categoría inferior al Padre
(que es el único «ingénito», no engendrado, y sin
comienzo), es su primera obra e instrumento, un
dios subordinado al Padre (ho theos por
antonomasia), un «Dios segundo» (deuteros theos:
Justino, Dial. 56,4; cf. 128,4). Con esta idea del
platonismo medio de una hipóstasis divina, segunda
y subordinada, con un comienzo precósmico, se
podía sí mantener la unidad de Dios –mediante una
subordinación-, pero a costa de amenazar con
destruir la divinidad real del Logos joánico, y en
consecuencia la presencia efectiva y redentora de
Dios mismo en Jesucristo. Ese peligro se agravó
después con Arrio (+ 336).

+++

Los alejandrinos Clemente y Orígenes

Si los apologistas se habían limitado a interpretar


la fe de la Iglesia con las formas mentales de la
filosofía, los alejandrinos proyectan por vez primera
una vasta síntesis entre cristianismo y conocimiento
del mundo antiguo. Clemente de Alejandría (+antes
del 215), teólogo del Logos como los apologistas, va
más allá de estos y resuelve la disonancia (negación
del mundo) gnóstica Dios-mundo en una
consonancia o armonía fundamental (afirmación del
mundo) Dios-mundo por medio del Logos universal,
personificado en Cristo. El papel del ser humano de
6
Cristo pasa por completo a un segundo plano; el
principio rector (hegemonikon) en Cristo lo es
exclusivamente el Logos. Ese Cristo-Logos tenía que
hacerse hombre sobre todo para, como maestro,
entregar a los hombres «su enseñanza celestial» sobre
el amor (Clemente, Protrept. 11,114,4). En este
sentido también se transforma el motivo del
intercambio de Ireneo: «El Logos se hizo hombre, a
fin de que aprendierais de un hombre cómo el
hombre puede hacerse divino (1,8,4).

El primer erudito eminente del cristianismo es


Orígenes (+ 254 ca.). Su vasto y complejo sistema
empieza «arriba», en dios, origen espiritual y
transmundano, para alcanzar en un poderoso
movimiento cosmológico de descenso el punto más
bajo de la realidad terrena, emprender entonces
«desde abajo» el retorno hacia «arriba» por el camino
soteriológico del Espíritu, hasta que finalmente dios
mismo lo sea «todo en todas las cosas». El Logos se
convierte en el mediador entre Dios Padre y una
creación trascendente (no material), a la que sin
embargo pertenece el Logos como primicias y
primera «criatura» de la misma esencia. Por otra
parte, Orígenes dice del mismo Logos que no hubo
instante alguno sin que el existiera. El Logos ha
tenido que existir desde la eternidad, porque desde la
eternidad necesita Dios un punto de referencia al
que está referido (en su ser creador). Su «generación
es tan eterna y duradera como la generación del
esplendor por la luz, porque no es en virtud de una
7
adopción por parte del Espíritu, por la que desde
fuera se convierte en Hijo, sino que es el Hijo por
naturaleza» (Orígenes, De princ. 1,2,4). La nueva
idea de la generación eterna del Logos permanece
todavía ambigua en Orígenes, porque no distingue
claramente entre creador y criatura. Explícitamente
habla el maestro alejandrino de tres «hipóstasis»
eternas de la divinidad, entendiendo por hipóstasis –
según las ideas del platonismo medio y nuevo- la
realidad metafísica autónoma o la realización
concreta. Tales hipóstasis continúa viéndolas
Orígenes en una relación escalonada y subordinada,
llegando a ser una sola cosa por la concordia y
mismidad de la voluntad.

+++

El monarquismo modalista (modalismo) Cristo es


Dios Padre. (año 130 ca.)

Ya antes de la mitad del siglo II, se inicia del lado


cristiano el trabajo de ciertos escritores que
posteriormente por el tipo de obras llamaremos
“apologistas” todos en lengua griega, en este siglo II
poco a poco van dando un cariz diferente a la
literatura cristiana.
Esto a diferencia de los padres apostólicos, no se
refieren únicamente a la exposición de la fe de una
forma sencilla. Su ámbito helenístico, le abre cada
vez más a nuevos horizontes diferentes, a temas
8
nuevos. Debido a la hostilidad creciente hacia ellos
se ven obligados a dirigir, también su reflexión a
ambientes no cristianos, intentando dar una imagen
fiel de la nueva religión, en contra de las imágenes
extendidas por parte de los autores paganos,
pertenecientes a las clases cultas de la sociedad
romana. En cierto sentido, tampoco se debe negar el
sentido misional y propagandístico de estos textos.
El tener que realizar el discurso del logos, delante
del público pagano, dió, muchas oportunidades a
estos escritores de preparar discursos cara al público
pagano.
También se dieron en esta época diálogos con el
judaísmo de la diáspora aunque aquí el tema, está
puesto de ante mano, siendo siempre le tema
mesiánico en Jesús el punto central.
La vida cotidiana de los cristianos, también dará
mucho que hacer, contraponiéndola con las
creencias de los gentiles y en algunos casos
explicando, o intentado encontrar mejor dicho,
“intentos” de búsqueda de Dios en los autores
gentiles.

1.- CUADRATO.

Este ateniense está considerado el primero de


todos, dirigió una apología al emperador Adriano. Es
lo único cierto, ya que otras posibles obras no se
sabe con certeza su verdadera procedencia

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2.- ARÍSTIDES.

Recientemente descubierto, le falta la verdadera


idea de Dios, intenta de un modo poco preciso,
distinguir tres tipos de hombres, judíos, bárbaros y
griegos. Solo el cuarto, los cristianos, poseen la
rectitud y la verdad moral. Este autor, toma ideas de
aquí y de allá. Aunque el intento de aproximación
gracias a la misma lengua resulta interesante, en
todos los sentidos. Este autor está plenamente
convencido de que sólo el cristianismo puede traer la
salvación a la humanidad.

3.- JUSTINO.

Podemos decir, de este, que se trata de una de las


grandes figuras, dentro de este género. Convertido
de una familia gentil de Palestina. Su apología está
dirigida a los emperadores Antonio Pío y su hijo
Marco Aurelio. Es importante también el dialogo
con el judío Trifon. Gran parte de su obra se ha
perdido.
El grado de formación del autor, dan a está
apología una categoría especial a estos escritos . Ha
revisado todos las corrientes de su tiempo, en un
intento de buscar la verdad y hasta que no encontró
el cristianismo y lo aceptó, no encontró la verdadera
paz, después de esto ha dedicado, toda su vida a
predicarlo.

Ideas principales:
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• Buscando cierto parentesco, con las ideas
filosóficas, habla de dios al igual que los filósofos
griegos, como el “padre del universo” .Es la unidad
sin nombre, sentada encima de este mundo , que no
puede hacerse inmediatamente visible . Justino
relaciona este Dios con ideas trinitarias . El Logos,
estaba desde el principio en el , paro es inferior a
este. es mandado, conforma indica el AT y también
algunos de los anteriores filósofos, recibieron esta
inspiración del “ángel del Señor” , de modo que
todos estos que han vivido, conforme a su
inspiración pueden ser contados de algún modo ya
como cristianos. ( la idea del logos, tiene una clara
influencia estoica).

• Los ángeles caídos, corrompidos por el orgullo,


tientan al hombre y de ellos son la obra de la
religiones paganas y ellos son los culpables de la
desorientación de los judíos. Los cristianos en el
nombre de Jesucristo, están protegidos, contra estos
deones.
El alto nivel de compromiso y de verdad ética,
obrado siempre con rectitud, de los cristianos,
demuestra que están en posesión de la verdad . El
cumplimiento en Cristo de todas las escrituras, es
prueba también de verdad absoluta.
El bautismo y la eucaristía, serán signos de esta
permanencia de dios entre los cristianos. Estos ritos,
sustituyen a los antiguos ritos judíos de sacrificios
etc.
11
La doctrina de la cruz y la muerte y resurrección
de Cristo, son otros de los puntos doctrinales de
importancia dentro de su apología. Su obra es
importante como eslabón entre la primera teología
cristiana y el desarrollo paulatino de esta.

4.- TACIANO.

Discípulo de Justino. A diferencia de este, supone


una regresión, ya que en vez de ver lo bueno de la
filosofía y hacer una síntesis desde aquí, este solo
encuentra burlas y desprecio, para las conquistas de
la filosofía griega. En algunos momentos, llega a
afirmar, que todo ha sido tomado de los bárbaros
restando así toda originalidad a dicha filosofía. Todo
es un juicio condenatorio. En cuanto a su teología
nada de especial aporta a lo de su maestro

5.- ATENÁGORAS.

“El filósofo de cristianismo de Atenas” reclama


para el cristianismo , la igualdad de los derechos que
las demás corrientes filosóficas . Lo más destacable,
es la afirmación de que a Dios se le puede demostrar
racionalmente . La resurrección especialmente
dificultosa para los griegos, es tratada por esta autor,
de un modo especial, en un escrito también especial.

6.- TEÓFILO.

De el sólo se conservan “los tres libros a


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Autolico” este, es un amigo pagano, al cual quiere
acercar los escritos del AT afirmando: que estos son
mas antiguos y tienen mas fondo filosófico que otros
muchos escritos.
Destacamos también a Melitón de Sardes,
mencionado por Eusebio, sin duda sus escritos
debieron de ser importantes en su época. También
otros como Apolinar, tuvieron su importancia en
este campo.
Mencionar sin más el anónimo “Discurso a
Diogneto”.

7.- CONCLUSIÓN.

En este tipo de literatura, de este siglo, vemos un


paulatino desarrollo de la fe y de la teología con
respecto a la época anterior. Nos proporcionan
datos, de la vida interna en este siglo II, Desde luego
la intención del cese de las persecuciones, uno de sus
propósitos, no se logró . Pero la intención misionera
y desde luego el autovalimiento se reforzaron
enormemente gracias a estos escritos.

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FRAGMENTOS DE T A C I A N O

NOTICIA: Taciano, de origen sirio, se convirtió,


al parecer, en Roma, y fue discípulo de san Justino.
Se conserva de él un Discurso contra los griegos en
el que se lanza a atacar el politeísmo y la filosofía
pagana de una manera vehemente y extremosa que
muestra bien su radicalismo y virulencia de carácter.
Llevado de este radicalismo llegó a abandonar la
doctrina común de la Iglesia y fundó una especie de
secta puritana de tendencias gnósticas, que fue
llamada de los encratitas o continentes, en la que se
practicaba una total abstención de carnes, y de
bebidas alcohólicas, se condenaba absolutamente el
matrimonio y hasta se llegó a sustituir el vino por el
agua en la celebración de la eucaristía. Son de
particular interés, para el desarrollo teológico, sus
ideas acerca de la generación del Verbo —que
pronuncian los desarrollos ulteriores de Tertuliano y
san Agustín— así como su elaboración de la doctrina
de la inmortalidad y de la resurrección. (Josep Vives)

A continuación, algunos fragmentos de Taciano:

1. El Verbo y su generación

Dios era en el principio, y el Principio, según


hemos recibido de nuestra, tradición, es la potencia
del Verbo. Porque el Señor del universo, que es por
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sí mismo el mantenedor de todo, en cuanto que la
creación no había sido hecha todavía, estaba solo;
pero en cuanto que residía en él toda la potencia de
las cosas visibles e invisibles, sustentaba por sí
mismo todas las cosas por medio de su potencia
racional. Por voluntad de su simplicidad procede el
Verbo: y este Verbo, que no salta al vacío, se
convierte en la obra primogénita del Padre.
Sabemos que él es el principio del mundo, y se
produjo por participación, no por división. Porque lo
que se divide de otro, queda separado de ello; pero
lo que es participado, distinguiéndose en cuanto a la
dispensación (o economía) no deja más pobre a
aquello de donde se toma. Porque así como de una
sola antorcha se encienden muchos fuegos, y la
primera antorcha no queda disminuida en su luz por
haberse encendido de ella muchas antorchas, así
también, el Logos que procede de la potencia del
Padre no dejó sin razón al que le había engendrado.
Yo mismo, ahora estoy hablando, y vosotros me
escucháis: y está claro que no porque mi palabra pase
a vosotros me quedo yo sin palabra al conversar,
sino que al proferir yo mi voz estoy poniendo orden
en la materia desordenada que está en vosotros. Y a
la manera como el Verbo, engendrado en el
principio, engendró a su vez él mismo para sí nuestra
creación, creando la materia, así también yo,
reengendrado a imitación del Verbo y habiendo
alcanzado la comprensión de la verdad, intento
poner un orden en la materia de la que yo mismo
participo. Porque la materia no está sin principio,
15
como Dios, ni tiene un poder igual al de Dios siendo
sin principio, sino que ha sido creada. y no por otro
ha sido creada fuera del que la produjo como creador
de todas las cosas. 1

2. La resurrección de los cuerpos y la inmortalidad


del alma

Creemos que habrá la resurrección de los cuerpos


después de la consumación del universo, no como
opinan los estoicos, según los cuales las mismas
cosas nacen y perecen de acuerdo con unos ciclos
periódicos sin ninguna utilidad, sino que una sola vez
cuando hayan llegado a su término los tiempos en
que vivimos, se dará la perfecta restauración de
todos los hombres en orden al juicio. Y no nos
juzgarán Minos o Radamanto, antes de cuya muerte,
según las fábulas, ninguna de las almas era juzgada,
sino que se constituirá en juez el mismo Dios que
nos ha creado. No nos importa que nos tengáis por
fabuladores o charlatanes, porque creamos esta
doctrina. Porque así como yo no existía antes de mi
nacimiento y no sabía quién era, sino que sólo existía
la sustancia de mi materia carnal, pero una vez
nacido he venido a creer que existo en virtud de mi
nacimiento, aunque antes no existiera, así también,
de la misma manera, yo, que he existido, y que por la
muerte dejaré de existir otra vez y desapareceré de la
vista, volveré a existir de nuevo, por un proceso
semejante a aquel por el que no existiendo antes
comencé a existir. Y aunque el fuego haga
16
desaparecer mi carne, el universo recibe la materia
evaporada; y si soy consumido en los ríos o en los
mares, o soy devorado por las fieras, quedo
depositado en los depósitos del que es un rico señor.
El pobre que no cree en Dios no conoce estos
depósitos; pero el Dios soberano, cuando quiera,
restablecerá en su condición original aquella
sustancia que sólo para él es visible. 2

3. De la inmortalidad del alma

Nuestra alma, no es por sí misma inmortal, sino


mortal. Pero es también capaz de la inmortalidad. Si
no conoce la verdad, muere y se disuelve con el
cuerpo, pero resucita luego juntamente con el cuerpo
en la consumación del mundo, para recibir como
castigo una muerte inmortal. Por el contrario, si ha
alcanzado el conocimiento de Dios, no muere por
más que por el momento se disuelva (con el cuerpo).
En efecto, por sí misma el alma es tinieblas, y no hay
nada luminoso en ella, que es, sin duda, lo que
significa aquello: «Las tinieblas no aprehenden la luz»
(Jn 1, 5). Porque no es el alma por sí misma la que
salva al espíritu, sino la que es salvada por él. Y la luz
aprehendió a las tineblas, en el sentido de que el
Verbo es la luz de Dios, mientras que las tinieblas
son el alma ignorante. Por esto, cuando vive sola, se
inclina hacia abajo hacia la materia y muere con la
carne; pero cuando alcanza la unión con el Espíritu
de Dios ya no se encuentra sin ayuda, sino que puede
levantarse a las regiones hacia donde le conduce el
17
Espíritu. Porque la morada del Espiritu está en lo
alto, pero el origen del alma es de abajo. En un
principio, el Espíritu era compañero del alma: pero
ésta no quiso seguir al espiritu, y éste la abandonó.
Mas ella, que conservaba, como un resplandor del
poder del espíritu, y que separada de él ya no podía
contemplar lo perfecto, andaba en busca de Dios, y
se modeló extraviada muchos dioses, siguiendo a los
demonios embusteros. Por otra parte, el Espíritu de
Dios no está en todos los hombres, sino sólo con
algunos que viven justamente, en cuya alma se hace
presente y con la cual se abraza y por cuyo medio,
con predicciones, anuncia a las demás almas lo que
está escondido. Las que obedecen a la sabiduría,
atraen a sí mismas el espíritu que les es congénito;
pero las que no obedecen y rechazan al que es
servidor del Dios que ha subido, lejos de mostrarse
como religiosas se muestran más bien como almas
que hacen la guerra a Dios. 3

4. Los cristianos y el emperador

¿Por qué os empeñáis, oh griegos, en que, como


en lucha de pugilato, choquen las instituciones del
Estado contra nosotros? Si no quiero seguir las
costumbres de ciertas gentes, ¿por qué he de ser
odiado como el ser más abominable? El emperador
manda pagar tributos, y yo estoy dispuesto a hacerlo.
Mi amo quiere que le esté sujeto y le sirva, y yo
reconozco esta servidumbre. Porque, en efecto, al
hombre se le ha de honrar humanamente, pero temer
18
sólo se ha de temer a Dios, que no es visible a los
ojos humanos ni es por arte alguna comprensible.
Sólo si se me manda negar a Dios no estoy dispuesto
a obedecer, sino que antes sufriré la muerte, para no
declararme mentiroso y desagradecido. 4

1. TACIANO, Discurso contra los griegos, cap. 5.


2. Ibid., cap. 6.
3. Ibid., cap. 13.
4. Ibid., cap. 4.

TERTULIANO

Una de las principales figuras del siglo III para el


cristianismo, Quinto Septimio Florencio Tertuliano,
más conocido simplemente como Tertuliano, nació
en el seno de una familia gentil (o pagana) en
Cartago -África- hacia el 150-160 d.C. Su padre era
centurión en la armada preconsular, y Tertuliano,
tras una juventud disipada y licenciosa según su
propio testimonio se convirtió al cristianismo en la
ciudad de Roma, hacia el año 195 d.C. siendo
después, según Jerónimo, presbítero de la iglesia de
Cartago.
Sus primeras obras (de su etapa católica, antes de
hacerse herético-montanista) son escritos
generalmente apologéticos contra los paganos y las
diversas herejías y cismas de la época. En estas obras
se nota su educación como abogado por la retórica
19
que usa en sus argumentos, a veces mordaz y otras
veces directamente tomada del derecho romano. Así,
para Tertuliano, el depósito de la fe descansa
exclusivamente en la iglesia universal, que ha
recibido sus enseñanzas de los apóstoles, por lo que
los herejes y cismáticos ni siquiera tienen derecho
"legal" de usar el nombre de cristianos y las
Escrituras, ni la Iglesia se debe tomar la molestia
siquiera de discutir con los mismos. Estos
argumentos serían usados 1400 años después por la
Iglesia católica contra el naciente protestantismo y su
lema de "Sola Escritura". Notemos que lo que
Tertuliano dice es que la Iglesia podía demostrar una
uniformidad de doctrinas por medio de los escritos
apostólicos (aún no compilados en el Nuevo
Testamento en la época de Tertuliano).
Hubiese sido Tertuliano de Cartago un santo del
siglo III para la Iglesia Católica –{siempre con sede
en Italia, Roma sobre la colina vaticana donde
reposan los restos del primer obispo de Roma ‘San
Pedro’ martirizado en cruz invertida cabeza abajo en
el 64/67 bajo Nerón} conocido Tertuliano como
azote de los herejes y defensor de la ortodoxia, si no
hubiese abrazado, el año 207 d.C. el montanismo, y
del que tanto habló San Ireneo de Lyon (tratándolo
más como grupo "heterodoxo" que como herejía).
¿Qué es lo que vio Tertuliano en este movimiento?
Pensemos que el montanismo no fue un cisma ni una
herejía en sus principios, más bien, del mismo modo
que hoy pasa con ciertos movimientos extremistas y
puritanos, fue una involución de carácter rigorista y
20
en muchos casos fanática y exagerada, que se dio en
el seno de ciertos grupos y comunidades de la Iglesia
y que, pese a que terminó siendo condenados por la
autoridad del Magisterio de la Iglesia, algunos se
consideraron patrones de la ortodoxia doctrinal.
Así, conociendo el carácter de Tertuliano, no es
de extrañar que se viese atraído por el rigor de los
montanistas del siglo III y su excesivo celo por la
santidad y el orden de vida cristiana, común al
puritanismo protestante. Por otro lado parece que
los montanistas africanos eran mucho menos
místicos que sus homólogos de Frigia y Asia Menor.
Ya como montanista, Tertuliano siguió
escribiendo tratados contra las herejías, que han sido
capitales para entender el posterior desarrollo de la
teología cristiana. Quizá la más importante es su
tratado "Contra Praxeas", un alegato contra un tal
Praxeas, que en la Iglesia católica con sede en
histórica en Roma, se opuso al montanismo y su
interpretación acerca de la relación entre el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo. Así, Praxeas predicaba el
llamado "patripasiosismo" herejía que explicaba que
Dios unas veces actuaba como Padre, otras como
Hijo, y otras como Espíritu. Así, entonces el Padre
sufrió también la pasión, puesto que el Padre es el
Hijo.
Frente a tal herejía, el Magisterio de la Iglesia
denunció dicha doctrina errónea en materia de fe,
sostenida con pertinacia.
Escribió después, como montanista, ardientes
alegatos contra la iglesia católica a la que acusaba de
21
falta de rigor y santidad, y llamaba a los católicos los
"psíquicos" por su oposición, según él, al Espíritu
Santo. Su legalismo y rigorismo llegó al extremo de
reprochar a la Iglesia por los refrigerios que hacía
llegar a los mártires encarcelados tachando de
glotonerías esas ayudas a, por propugnar que si se
podía se debía escapar del martirio (los montanistas
lo buscaban y lo llegaban a provocar -contra la
opinión de la Iglesia ya desde el siglo I). Además,
según él (y el montanismo) la Iglesia no podía
reconciliar con la pax ecclesiastica no sólo a los que
habían cometido pecata gravitoria, o pecado de
muerte (apostasía, homicidio y adulterio), sino
tampoco a los que cometían pecados menos graves
(esto es, para el montanismo, existían numerosos
pecados irremisibles que hacían perder la salvación).
En fin, un auténtico puritanismo incapaz de aceptar
la idea de un Dios misericordioso, pleno de amor
frente a quien se arrepiente sinceramente.
Se opuso, también según él, completamente a
todo lo que sonara a cultura pagana dentro de la
iglesia (filosofía, etc.)

Resulta tremendamente asombroso y muchos


menos paradójico que, un defensor de la ortodoxia
como Tertuliano, se uniese a un grupo tenido por
herético por el Magisterio de la Iglesia, y que ya "en
la herejía" produjese algunas buenas fórmulas
teológicas que han resultado ser de primerísima
importancia para la doctrina teológica de la Iglesia.
Debemos notar además (sería imposible exponer el
22
porqué aquí, por falta de tiempo) la importancia de
su influencia en la Iglesia Católica, al ser el primer
gran teólogo que escribió en latín.

-.-

Los protestantes nos envidian muchas veces a


nosotros los católicos el que gracias al Magisterio
petrino con sede histórica en Roma, no existen en
nuestra Iglesia fracciones incompatibles como en el
caso de las trágicas divisiones que ellos padecen. O
se está con Cristo o se está contra Él.

+++

Se suele asociar la palabra “tertulia” con


Tertuliano de Cartago (Quinto Septimio Florencio
Tertuliano), famoso Padre de la Iglesia del siglo III,
orador y apologeta con gran dominio de la retórica
en su forma de argumentar. A este gran retórico se le
llamaba tre Tullius “el que vale tres veces como
Tulio (= Marco Tulio Cicerón)”, el gran orador
romano. Según algunos, allá por el siglo XVII se
comenzaron a formar círculos de gente culta que se
reunía en algún local para leer a Tertuliano y a los
grandes retóricos de la antigüedad y, de esta manera,
aprender a conversar y argumentar en los salones.
La “tertulia” es ya una institución española, como
la “siesta”, etc. Ha habido tertulias famosas ya desde
el siglo XVIII, pero las más célebres fueron las
tertulias literarias del siglo XX. Hoy las tertulias son
23
o radiofónicas o televisivas.

+++

La primitiva lengua del cristianismo, aun en el


occidente romano, fue el griego. En la Galia romana,
Ireneo de Lyón escribía en griego, y aun en la misma
Roma, Hipólito utilizaba esta lengua a finales del
siglo II. Sin embargo, a medida que el cristianismo
iba arraigando en occidente, dejando de predominar
entre sus filas los inmigrantes de origen oriental,
empezó a sentirse la necesidad de expresarse en latín.
Los textos latinos cristianos más antiguos hubieron
de ser las traducciones bíblicas y los formularios
litúrgicos, de los que quedan rastros dispersos. Pero
ya a finales del siglo II aparecen obras literarias
propiamente tales en latín: en esta lengua escribe, en
los ambientes romanos, el apologista Minucio Félix;
y en el Africa romana surge el genio incomparable de
Tertuliano.

Tertuliano nació en Cartago antes del año 160, y


se dedicó desde muy joven a la retórica y al derecho.
Pasó a Roma, donde parece que ganó reputación
como jurista, aunque esto no acabó de satisfacer su
temperamento idealista y apasionado. Hacia el año
195 se convirtió al cristianismo, y desplegó una
incansable actividad literaria en defensa y explicación
de su nueva fe. Sin embargo, ni aun en ella
encontraba fácilmente satisfacción aquel africano
ardiente a quien toda perfección parecía poca:
24
pronto se dejó atraer por las tendencias más
espiritualistas y rigoristas dentro del cristianismo, y
finalmente, hacia el año 207, se adhirió abiertamente
a la secta herética de Montano, que pretendía ser un
cristianismo más purificado por medio de una nueva
encarnación del Espíritu de Dios en sus miembros.

Los escritos de Tertuliano reflejan todo el


apasionamiento de su alma. La doctrina cristiana se
expresa en ellos con una fuerza extraordinaria, pero
también de una forma extremosa, desmesurada y, a
veces, llena de contradicciones. Los escritos
montanistas del último período de su vida
manifiestan una actitud rigorista y espiritualista que
contradice las posturas más moderadas de sus
primeros años. Aun así, los escritos de Tertuliano
ejercieron un influjo incalculable en la formación del
pensamiento teológico.

Al revés que los alejandrinos, Tertuliano afecta


repudiar totalmente la cultura pagana, lo cual no
quiere decir que sus propios modos de pensar y de
expresarse no estén profundamente influidos por la
retórica y la filosofía de su tiempo. Antes de
entregarse al espiritualismo montanista, Tertuliano
está convencido de que la única verdad es la que se
contiene en la tradición apostólica que se conserva
en la iglesia. Ni siquiera la Escritura es por si misma
garantía suficiente de verdad, puesto que todas las
sectas apelan a ella: el verdadero sentido de la
Escritura nos lo da la regla de fe de la Iglesia. Más
25
adelante, cuando él mismo haya caído en la secta
montanista, Tertuliano repudiará la regla de fe y de
vida de la Iglesia, para buscar la verdad únicamente
en la inspiración carismática de los que se sienten
arrebatados por una extraña nueva efusión del
Espiritu.

Contra el marcionismo, Tertuliano defenderá la


unicidad del Dios creador y redentor, del Dios del
Antiguo y del Nuevo Testamento. La misma
creación material es en sí buena, manifestando en su
orden y belleza la bondad de Dios, que la hizo para
bien del hombre. En el tratado contra Práxeas,
hereje monarquianista, Tertuliano defiende la
doctrina trinitaria con fórmulas que preludian el
definitivo pensamiento agustiniano en esta materia:
aunque se encuentra todavía con dificultades de
expresión por falta de un lenguaje teológico preciso,
Tertuliano expresa la verdadera unidad de naturaleza
y de sustancia en Dios juntamente con la verdadera
trinidad de personas, y al combatir el
monarquianismo no cae, como los padres griegos, en
expresiones de tendencia subordinacionista. En él se
encuentra ya el germen de lo que será la explicación
psicológica de la Trinidad que desarrollará san
Agustín. El misterio de la Encarnación es explicado
magistralmente por Tertuliano en el tratado De carne
Christi, en el que combate las tendencias docetistas
siempre amenazantes. La antropología de Tertuliano
es original y vigorosa, y puede estudiarse
particularmente en su tratado De Anima, el primer
26
libro que un autor cristiano dedicara especialmente a
esta cuestión. El alma es imagen de Dios, libre, e
inmortal. Respecto al origen de las almas
individuales, Tertuliano se inclina por lo que luego se
llamó traducianismo, es decir, por la explicación
según la cual el alma se transmitiría y se multiplicaría
a través del semen paterno en el acto de la
generación. A partir de la doctrina cristiana de la
resurrección Tertuliano corrige el espiritualismo de
la tradición platónica, y defiende la dignidad de la
carne y del cuerpo humano, que ha de servir a Dios
juntamente con el alma, y que con ella ha de recibir
el premio de la vida bienaventurada. El pecado
original es una corrupción inicial y culpable de la
naturaleza que se transmite con la transmisión de las
almas a los individuos.

Podría considerarse a Tertuliano como el


fundador de la teología sacramental. Su tratado De
Baptismo—la primera obra cristiana dedicada
expresamente al estudio de un sacramento—
establece las bases teológicas de los sacramentos
como signos de la gracia. Antes de entregarse al
montanismo, Tertuliano admitía la posibilidad de
una penitencia aun después del bautismo, y como
exhortación a ella escribió su tratado De paenitentia,
Con el montanismo adoptó en cambio un rigorismo
extremo, lanzándose a furiosos ataques contra la
jerarquía de la Iglesia a la que acusaba de laxismo en
el perdón de los pecados. En Tertuliano se
encuentran también las primeras referencias al rito
27
del matrimonio cristiano.

En cuanto a la vida cristiana, Tertuliano subraya


en ciertos momentos con intención apologética que
los cristianos son en todo como los demás hombres,
dedicándose a toda suerte de ocupaciones y orando
por los emperadores. En cambio, en otros
momentos, y sobre todo a consecuencia del
rigorismo montanista, parece exigir una rigurosa
ascética de apartamiento del mundo, negando que el
cristiano pueda prestar servicio militar y ocuparse en
cosas temporales. A pesar de sus expresiones, a
menudo intolerantes, Tertuliano es uno de los
primeros escritores cristianos que, por razones
apologéticas, proclama los principios de la libertad
religiosa, por los que ningún culto particular puede
ser impuesto a nadie por la fuerza, y declara la
absoluta igualdad de todos los hombres ante Dios.

Por lo que respecta a la escatología, Tertuliano


acepta el milenarismo o reinado de los justos durante
mil años sobre esta tierra al fin de los tiempos; en él
se expresa ya la concepción, que luego se generalizó,
por la cual el alma pasa a recibir el premio o el
castigo de Dios ya inmediatamente después de su
muerte, sin esperar a la resurrección final, así como
la idea del purgatorio o purificación del alma después
de la muerte. (Vives, Joseph)

*****

28
FRAGMENTOS DE TERTULIANO

La pasión por la verdad

... Dejad que la verdad se abra paso hasta vuestros


oídos, aunque sea por este camino privado de un
escrito sin voz, La verdad no pide favor alguno para
su causa, porque no se asombra de su condición:
sabe que anda como extranjera en la tierra, y que,
andando entre extranjeros, fácilmente se encuentra
con enemigos: su linaje, su morada, su esperanza, su
crédito, el reconocimiento de su valor están en los
cielos. Mientras tanto, una sola cosa pide: que no se
la condene sin ser conocida. ¿Qué daño les puede
venir a las leyes, que son soberanas en su propia
esfera, de que se la oiga? ¿Podrá su soberanía ser más
gloriosa por el hecho de que condenen a la verdad
sin haberla oído? Si la condenan sin oírla, además del
reproche de injusticia, se atraerán la sospecha de un
prejuicio por el cual no están dispuestos a oír aquello
que saben que no podrían condenar una vez oído... 1

La verdad no tiene nada de qué avergonzarse, sino


sólo de que no se la saque a luz. 2

El cristianismo y la filosofía

Todo esto son doctrinas humanas y demoníacas,


nacidas de la especulación de la sabiduría mundana,
para agradar a los oídos. Pero el Señor las llamó
necedad, y eligió lo necio según el mundo para
29
confundir a la misma filosofía. Porque la filosofía es
el objeto de la sabiduría mundana, intérprete
temeraria del ser y de los designios de Dios. Todas
las herejías en último término tienen su origen en la
filosofía. De ella proceden los eones y no sé qué
formas infinitas y la tríada humana de Valentín; es
que había sido platónico. De ella viene el Dios de
Marción, cuya superioridad está en que está inactivo;
es que procedía del estoicismo. Hay quien dice que el
alma es mortal. y ésta es doctrina de Epicuro. En
cuanto a los que niegan la resurrección de la carne,
se apoyan en la enseñanza de todos los filósofos sin
excepción. Los que equiparan a Dios con la materia
siguen las enseñanzas de Zenón. Los que pretenden
un Dios ígneo aducen a Heráclito. Las mismas
cuestiones tratan los filósofos y los herejes, y sus
disquisiciones andan entremezcladas: ¿de dónde
viene el mal?; ¿cuál es su causa?; ¿de dónde y cómo
ha surgido el hombre? Y también lo que hace poco
propuso Valentín: ¿de dónde viene Dios? Está claro
de la Entimesis y del Ectroma. Es el miserable
Aristóteles el que les ha instruido en la dialéctica,
que es el arte de construir y destruir, de convicciones
mudables, de conjeturas firmes, de argumentos
duros, artífice de disputas, enojosa hasta a sí misma,
siempre dispuesta a reexaminarlo todo, porque jamás
admite que algo esté suficientemente examinado. De
ella nacen las fábulas y las genealogías interminables.
las disputas estériles, las palabras que se insinúan
como un escorpión... Quédese para Atenas esta
sabiduría humana manipuladora y adulteradora de la
30
verdad, por donde anda la múltiple diversidad de
sectas contradictorias entre sí con sus diversas
herejías. Pero, ¿qué tiene que ver Atenas con
Jerusalén? ¿Qué relación hay entre la Academia y la
Iglesia? ¿Qué tienen que ver los herejes y los
cristianos? Nuestra escuela es la del pórtico de
Salomón, que enseñó que había que buscar al Señor
con simplicidad de corazón. Allá ellos los que han
salido con un cristianismo estoico, platónico o
dialéctico. No tenemos necesidad de curiosear, una
vez que vino Jesucristo, ni hemos de investigar
después del Evangelio. Creemos, y no deseamos
nada más allá de la fe: porque lo primero que
creemos es que no hay nada que debamos creer más
allá del objeto de la fe... 3

La tradición apostólica, regla de fe

Jesucristo mientras vivía en la tierra declaraba lo


que él era, lo que había sido, cuál era la voluntad del
Padre que él ejecutaba, qué deberes prescribía al
hombre; y todo esto, ya abiertamente al pueblo, ya a
sus discípulos aparte, de entre los cuales había
escogido a doce principales para tenerlos junto a sí,
destinados a ser los maestros de las naciones. Y así,
habiendo hecho defección uno de ellos, cuando
después de su resurrección partía hacia el Padre
mandó a los once restantes que partieran y enseñaran
a las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo. Y al punto los
apóstoles -—palabra que significa Enviados»—
31
...recibieron la fuerza del Espíritu Santo que les había
sido prometida para hacer milagros y para hablar. Y
en primer lugar anunciaron por la Judea la fe en
Jesucristo e instituyeron Iglesias, y luego marcharon
por todo el orbe y predicaron la enseñanza de la
misma fe a las naciones. Así fundaron Iglesias en
cada una de las ciudades, y de éstas las demás
Iglesias tomaron luego el retoño de la fe y la semilla
de la doctrina, como lo siguen haciendo todos los
días para ser constituidas como Iglesias. Por esta
razón éstas se tenían también por Iglesias
apostólicas, puesto que eran como retoños de las
Iglesias apostólicas. A todo linaje se le atribuyen las
características de su origen. Y así todas estas Iglesias,
tan numerosas y tan importantes, se reducen a
aquella primera Iglesia de los apóstoles, de la que
todas provienen. Todas son primitivas; todas son
apostólicas, puesto que todas son una. Prueba de
esta unidad es la intercomunicación de la paz y del
nombre de hermanos, así como de las garantías de la
hospitalidad...

Aquí fundamos nuestro argumento de


prescripción: Si el Señor Jesús envió a los apóstoles a
predicar, no hay que recibir otros predicadores fuera
de los que Cristo determinó, puesto que «nadie
conoce al Padre sino el Hijo, y a quien el Hijo lo
revelare» (Mt 28, 19), ni parece que el Hijo lo
revelase a otros fuera de los apóstoles, a quienes
envió a predicar precisamente lo que les había
revelado. ¿Qué es lo que predicaron, es decir, qué es
32
lo que Cristo les reveló? Mi presupuesto de
prescripción es que esto no se puede esclarecer si no
es recurriendo a las mismas Iglesias que los apóstoles
fundaron y en las que ellos predicaron «de viva voz»,
como se dice, lo mismo que más tarde escribieron
por cartas. Si esto es así, es evidente que toda
doctrina que esté de acuerdo con la de aquellas
Iglesias apostólicas, madres y fuentes de la fe, debe
ser considerada como verdadera, ya que claramente
contiene lo que las Iglesias han recibido de los
apóstoles, como éstos la recibieron de Cristo y
Cristo de Dios. Al contrario, cualquier doctrina ha
de ser juzgada a priori como proveniente de la
falsedad, si contradice a la verdad de las Iglesias de
los apóstoles, de Cristo y de Dios. Sólo nos queda,
pues, demostrar que nuestra doctrina, cuya regla
hemos formulado anteriormente, procede de la
tradición de los apóstoles, mientras que por este
mismo hecho las otras provienen de la falsedad.
Nosotros estamos en comunión con las Iglesias
apostólicas, ya que nuestra doctrina en nada difiere
de la de aquéllos. Este es el criterio de la verdad.

...Suelen objetarnos que los apóstoles no tuvieron


conocimiento de todo; luego, agitados por la misma
locura con que todo lo vuelven al revés, dicen que
efectivamente los apóstoles tuvieron conocimiento
de todo, pero no lo enseñaron todo a todos. En uno
y otro caso atacan al mismo Cristo, quien hubiera
enviado a unos apóstoles o mal instruidos o poco
sinceros. Porque, ¿quién estando en sus cabales
33
puede creer que ignorasen algo aquellos a quienes el
Señor puso como maestros, todos los cuales fueron
sus compañeros, sus discípulos, sus íntimos? A ellos
les explicaba por separado todas las cosas oscuras; a
ellos les dijo que les estaba dado conocer los secretos
que el vulgo no podia comprender. ¿Ignoró algo
Pedro, a quien llamó Piedra sobre la que había de
edificarse la Iglesia, quien obtuvo las llaves del reino
de los cielos y el poder de atar y desatar en el cielo y
en la tierra? ¿Ignoró algo Juan, el muy amado del
Señor, el que descansó sobre su pecho, el único a
quien el Señor descubrió que Judas sería el traidor, el
que fue dado a María como hijo en su propio lugar?
¿Qué podia querer que ignorasen aquellos a quienes
mostró hasta su propia gloria, con Moisés y Elías, y
hasta la voz del Padre desde el cielo? Y con ello no
hacía ofensa a los demás apóstoles, sino que atendía
a que [texto interrumpido]

...Con una locura semejante, como dijimos,


confiesan que efectivamente los apóstoles no
ignoraban nada, ni predicaban cosas distintas unos
de otros, pero no admiten que ellos revelasen a
todos todas las cosas, sino que algunas las
anunciaban en público y para todo el mundo, y otras
en privado y para pocos. Aducen las palabras que
dirigió Pablo a Timoteo (I Tim 6, 20):

...Era natural que al confiarle a Timoteo la


administración del Evangelio, añadiera que no lo
hiciera de cualquier manera y sin prudencia, según la
34
palabra del Señor de «no echar las piedras preciosas a
los puercos, ni las cosas santas a los perros» (cf. Mt
7, 6). El Señor enseñó en público, sin ninguna
alusión a secreto misterioso alguno. Él mismo les
mandó que lo que hubieran oído de noche y en lo
oculto, lo predicasen a pleno día y desde los tejados.
Mediante una parábola les daba a entender que ni
siquiera una mina, es decir, una de sus palabras,
tenían que guardar en un escondite sin dar fruto
alguno. Él mismo les enseñaba que no se solía
ocultar una lámpara bajo un celemín, sino que se
ponía sobre un candelabro, para que brille «para
todos los que están en la casa» (Mt 5, 15). Todo esto,
los apóstoles o lo habrían despreciado, o no lo
habrían entendido, si no lo cumplieron, ocultando
algo de la luz que es la palabra de Dios y el misterio
de Cristo... 4

No basta la Escritura como garantía de verdad: se


requiere la fe de la Iglesia que la interpreta.

Es evidente que toda doctrina que esté de acuerdo


con la de aquellas Iglesias apostólicas, madres y
fuentes de la fe, debe ser considerada como
verdadera, ya que claramente contiene lo que las
Iglesias han recibido de los apóstoles, como éstos la
recibieron de Cristo y Cristo de Dios. Al contrario,
cualquier doctrina ha de ser juzgada a priori como
proveniente de la falsedad, si contradice a la verdad
de las Iglesias de los apóstoles, de Cristo y de Dios.
Sólo nos queda, pues, demostrar que nuestra
35
doctrina, cuya regla hemos formulado anteriormente,
procede de la tradición de los apóstoles, mientras,
que por este mismo hecho las otras provienen de la
falsedad. Nosotros estamos en comunión con las
Iglesias apostólicas, ya que nuestra doctrina en nada
difiere de la de aquellas. Este es el criterio de la
verdad 5.

La regla de la verdad es la tradición antigua

Habrá que considerar como herejía lo que se ha


introducido con posterioridad, y habrá que tener por
verdad lo que ha sido transmitido desde el principio
por la tradición. Pero otra obra asentará contra los
herejes esta tesis, por la que, aun sin discutir sus
doctrinas, habrá que convencerles de ser tales a
causa de la «prescripción de novedad» 6.

La apelación no ha de ser a la Escritura; no hay


que llevar la lucha a un terreno en el que la victoria
sea ambigua, incierta o insegura. Aunque la
confrontación de textos no tuviera por resultado
poner en un mismo plano los dos partidos
combatientes, todavía según requiere la naturaleza de
las cosas, habría que proponerse antes la única
cuestión que ahora pretendemos dilucidar, a saber, a
quién hay que atribuir la fe misma, la fe a la que
dicen relación las Escrituras. Por quién, mediante
quién, cuándo y a quién ha sido dada la doctrina que
nos ha hecho cristianos. Dondequiera que aparezca
que reside la verdad de la enseñanza y de la fe
36
cristiana, allí estarán las verdaderas Escrituras, las
verdaderas interpretaciones de todas las que
verdaderamente son tradiciones cristianas 7.

El Espíritu Santo, garantía de la tradición de la


Iglesia

Concedamos que todas las Iglesias hayan caído en


el error; que el mismo Apóstol se haya equivocado al
dar testimonio en favor de algunas. El Espíritu Santo
no ha tenido cuidado de ninguna a fin de conducirla
a la verdad, aunque para esto había sido enviado por
Cristo, para esto había sido pedido al Padre, para que
fuera doctor de la verdad. No ha cumplido su deber
el mayordomo de Dios, el vicario de Cristo, sino que
ha dejado que las Iglesias entiendan a veces otra cosa
y crean otra cosa que lo que él mismo predicaba por
medio de los apóstoles. ¿Es verosímil realmente que
tantas y tan importantes Iglesias hayan andado por el
camino del error para encontrarse finalmente en una
misma fe? Muchos sucesos independientes no llevan
a un resultado único. El error doctrinal de las
Iglesias debiera haber llevado a la diversificación.
Pero sea lo que fuere, cuando entre muchos se
aprecia unanimidad, ésta no viene del error, sino de
la tradición. ¿Quién tendrá la audacia de decir que se
equivocaron los autores de esta tradición? 8

37
El criterio de antigüedad combinado con el de
apostolicidad

Así pues, si quieres ejercitar mejor tu curiosidad


en lo que toca a tu salvación, recorre las Iglesias
apostólicas en las que todavía en los mismos lugares
tienen autoridad las mismas cátedras de los
apóstoles. En ellas se leen todavía las cartas
auténticas de ellos, y en ellas resuena su voz y se
conserva el recuerdo de su figura. Si vives en las
cercanías de Acaya, tienes Corinto. Si no estás lejos
de Macedonia, tienes Filipos. Si puedes acercarte al
Asia, tienes Efeso. Si estás en los confines de Italia,
tienes Roma, cuya autoridad también a nosotros nos
apoya. Cuán dichosa es esta Iglesia, en la que los
apóstoles derramaron toda su doctrina juntamente
con su sangre, donde Pedro sufrió una pasión
semejante a la del Señor, donde Pablo fue coronado
con un martirio semejante al de Juan (Bautista),
donde el apóstol Juan fue sumergido en aceite
ardiente sin sufrir daño alguno, para ser luego
relegado a una isla. Veamos lo que esta Iglesia
aprendió; veamos lo que enseñó. Y con ella las
Iglesias de Africa que le están vinculadas (ecclesiis
contesseratis). Ella reconoce a un solo Dios y Señor,
creador de todo, y a Cristo Jesús, nacido de la virgen
María, hijo del Dios creador; reconoce la
resurrección de la carne, asocia la ley y los profetas
con los escritos evangélicos y apostólicos: aquí es
donde va a beber su fe: la fe que sella con el agua,
que viste con el Espíritu Santo, que alimenta con la
38
Eucaristía. Ella exhorta al martirio, y no admite a
nadie contrario a esta doctrina. Tal es la doctrina, no
digo que ya prenunciaba las herejías futuras, pero sí
de la que nacieron las herejías. Estas no forman
parte de ella, puesto que surgieron en oposición a
ella. También de un hueso de oliva suave, rica y
comestible, nace un acebuche. También de las
pepitas de higos deliciosos y dulcísimos nace el vacío
e inútil cabrahígo. Así las herejías han nacido de
nuestro troncos pero no son de nuestra raza; han
nacido de la semilla de la verdad, pero con la
bastardía de la mentira.

Siendo así que la verdad ha de declararse a nuestro


favor, a saber, de todos los que profesamos aquella
regla que la Iglesia recibió de los apóstoles, éstos de
Cristo, y Cristo de Dios, es evidente que nuestro
intento es razonable cuarido proponemos que no se
ha de permitir a los herejes que apelen a las
Escrituras, ya que probamos sin recurrir a las
Escrituras que ellos no tienen nada que ver con las
Escrituras. Si son herejes, no pueden ser cristianos,
ya que no han recibido de Cristo lo que ellos se han
escogido por propia elección al admitir el nombre de
herejes. No siendo cristianos, no tienen derecho
alguno sobre los escritos cristianos. Con razón se les
ha de decir: ¿Quiénes sois? ¿Cuándo llegasteis, y de
dónde? ¿Qué hacéis en mi terreno, no siendo de los
míos? ¿Con qué derecho, Marción, cortas leña en mi
bosque? ¿Con qué permiso, Valentín, desvías el agua
de mis fuentes? ¿Con qué poderes, Apeles, mueves
39
mis mojones?... Esta posesión es mia; posesión
antigua y anterior a vosotros. Tengo unos origenes
firmes, desde los mismos fundadores de la doctrina...
9.

El criterio de antigüedad de la verdad

Volvamos a nuestra discusión acerca del principio


de que lo más originario es lo verdadero, y lo
posterior es lo falso. Tenemos en su favor aquella
parábola de la buena semilla que fue sembrada por el
Señor primero, y a la que el diablo enemigo añadió
después la mezcla impura de la cizaña que es hierba
estéril. Adecuadamente representa la parábola la
diversidad de las doctrinas: porque también en otros
pasajes la semilla es imagen de la palabra de Dios, y
así la misma sucesión temporal manifiesta que viene
del Señor y es verdadero lo que ha sido depositado
en primer lugar, mientras que lo que ha sido
introducido después es extraño y falso. Este
principio permanece válido contra cualesquiera
herejías posteriores, las cuales no tienen conciencia
alguna de su continuidad como argumento de su
verdad.

Por lo demás, si algunas tienen la audacia de


remontarse hasta la edad apostólica, a fin de parecer
transmitidas por los apóstoles por el hecho de haber
existido en la época de los apóstoles, les podemos
replicar: Que nos muestren los orígenes de sus
Iglesias; que nos desarrollen las listas de sus obispos
40
en el orden sucesorio desde los comienzas, de suerte
que el primer obispo que presenten como su autor y
padre sea alguno de los apóstoles o de los varones
apostólicos que haya perseverado en unión con los
apóstoles. En esta forma, solo las iglesias apostólicas
pueden presentar sus listas, como la de Esmirna, que
afirma que Policarpo fue instituido por Juan, y la de
Roma, que afirma que Clemente fue ordenado por
Pedro. De la misma manera las demás Iglesias
muestran a aquellos a quienes los apóstoles
constituyeron en el episcopado y son sus rebrotes de
la semilla apostólica. Que los herejes inventen algo
semejante, ya que nada les es ilícito, una vez que se
han puesto a blasfemar. Pero aunque lo inventen,
nada conseguirán, puesto que su misma doctrina, al
ser comparada con la de los apóstoles, declarará por
su contenido distinto y aun contrario que no tuvo
como autor a ningún apóstol ni a ningún varón
apostólico. Porque, así como los apóstoles no
enseñaron cosas diversas entre sí, así los varones
apostólicos no enseñaron cosas contrarias a las de
los apóstoles; a no ser que se admita que una cosa
aprendieron de los apóstoles, y otra predicaron. Con
tal forma de argumento les atacarán aquellas Iglesias
que, aunque no presentan como fundador suyo a
ninguno de los apóstoles o de los varones
apostólicos, puesto que son muy posteriores y aun
todos los días siguen siendo fundadas, sin embargo,
por la comunión con aquella misma fe se consideran
como no menos apostólicas en virtud de la
consanguinidad doctrinal. Así pues, que todas las
41
herejías, llamadas a juicio por nuestras Iglesias bajo
una u otra de estas formas, prueben que son
apostólicas por alguna de ellas. Pero está claro que
no lo son, y que no pueden probar ser lo que no son,
y que no son admitidas a la paz y a la comunión con
las Iglesias que de cualquier manera son apostólicas,
ya que por la diversidad de sus misterios (ab
diversitatem sacramenti) de ninguna manera son
apostólicas, 10

La regla de la antigüedad y la tradición, contra


Marción.

Siendo cosa clara que es más verdadero lo que es


más antiguo, y es más antiguo lo que viene de los
comienzos, y viene de los comienzos lo que viene de
los apóstoles, será igualmente claro que fue
transmitido por los apóstoles lo que es tenido por
sacrosanto en las Iglesias de los apóstoles. Veamos
cuál es la leche que los corintios bebieron del apóstol
Pablo, según qué principios fueron reprendidos los
gálatas, qué se escribió a los filipenses, a los
tesalonicenses, a los efesios, qué es lo que los
romanos oyen directamente, a los que tanto Pedro
como Pablo les dejaron el Evangelio sellado con su
propia sangre. Tenemos también las Iglesias que se
alimentaron de Juan: porque, aunque Marción
rechaza su Apocalipsis, si recorremos la sucesión de
los obispos hasta su origen terminaremos en Juan, su
autor. De la misma manera se puede reconocer la
autenticidad de las demás Iglesias. Me refiero ya no
42
sólo a las directamente apostólicas, sino a todas
aquellas que están unidas con ellas por la comunión
del sacramento: en ellas se encuentran el evangelio
de Lucas desde que fue publicado, mientras que la
mayoría ni siquiera conocen el de Marción. ¿No
queda condenado por el solo hecho de que nadie lo
conoce? Ciertamente Marción tiene Iglesias: las
suyas, tan posteriores como adúlteras, ya que si uno
recorre su lista sucesoria, se encontrará más
fácilmente con un apóstata que con un apóstol, esto
es, descubrirá que su fundador es Marción u otro de
los del enjambre de Marción. Las avispas hacen
también panales, y así hacen Iglesias los
marcionistas. Es esta autoridad de las Iglesias
apostólicas la que garantiza los demás evangelios que
nos han llegado a través de ellas y según la
interpretación de ellas, a saber, el de Juan, el de
Mateo, y el que publicó Marcos —aunque se dice
que es de Pedro, de quien Marcos era intérprete—y
el que compuso Lucas, cuyo contenido se atribuye a
Pablo... 11

1. TERTULIANO, Apologeticus, I, 1, 1ss.


2. TERTUL., Adv. Val. 3.
3. TERTUL., De Praescriptione, 7, 1 ss.
4. Ibid. 20-26.
5. Ibid. 21, 4-7.
6. TERTUL., Adversus Marcionem, 1, 1.
7. De Praescr. 19, 1-3.
43
8. Ibid, 28, 1-4.
9. Ibid. 36-37.
10. Ibid. 31-32.
11. Adv. Marc. 5, 1.

TERTULIANO
Otros textos

Los datos biográficos que conocemos de Quinto


Septimio Florencio Tertuliano nos han llegado a través
de San Jerónimo. Sabemos que pasó la mayor parte de su
vida en Cartago, donde nació hacia el año 155. Se
convirtió hacia el año 193, quizá durante sus años en
Roma, donde se dedicaba al ejercicio de la abogacía.
Desde entonces puso al servicio de la Iglesia su
formación jurídica y una notable habilidad retórica. Fue
el primero en emplear la lengua latina en la exposición
teológica. Lamentablemente, al final de su vida, cayó en
los errores del montanismo, una herejía de corte
rigorista. Por esta razón no se le cuenta en el número de
los Padres, aunque tiene gran importancia en la historia
de la Iglesia. Murió en torno al año 225.
En su época católica defendió con eficacia la fe frente
a los paganos y frente a diversas herejías, y escribió obras
teológicas y de carácter disciplinar y moral. Quizá el libro
más conocido sea el Apologético: un valiente escrito
dirigido a los gobernadores de las provincias romanas,
para mostrarles la rectitud de vida de los cristianos,
totalmente ajenos a los delitos que se les atribuían. Ya en
una obra precedente, A los gentiles, había hecho otra

44
enérgica defensa del cristianismo, dirigiéndose al mundo
pagano en general. En el Apologético sigue un programa
mejor delineado y más sistemático. Se propone presentar
a los cristianos como ciudadanos comunes, como
cualesquiera otros, cumplidores ejemplares de todas sus
obligaciones cívicas, interesados por la cosa pública
como el que más, dignos de todo el aprecio que los
gobernantes deben tener por los súbditos buenos y
leales.
De gran importancia son otros dos tratados: uno
acerca de la oración, y otro sobre la penitencia, de los
que a continuación se recogen algunos párrafos. El
tratado Sobre la oración es el primero que aborda este
tema en la literatura cristiana. En Sobre la penitencia es
testigo de la práctica penitencial de la Iglesia y de la
necesidad de confesar los pecados cometidos después del
Bautismo.

LOARTE

¡Mirad cómo se aman! (Apologético 39)

Habiendo refutado las perversidades que se


atribuyen [al cristianismo], mostraré ahora sus
excelencias. Somos un cuerpo unido por una común
profesión religiosa, por una disciplina divina y por
una comunión de esperanza. Nos reunimos en
asamblea o congregación con el fin de recurrir a
Dios como una fuerza organizada. Esta fuerza es
agradable a Dios. Oramos hasta por los
45
emperadores, por sus ministros y autoridades, por el
bienestar temporal, por la paz general (...).

Aunque tenemos una especie de caja, sus ingresos


no provienen de cuotas fijas, como si con ello se
pusiera un precio a la religión, sino que cada uno, si
quiere o si puede, aporta una pequeña cantidad el día
señalado de cada mes, o cuando desea. En esto no
hay coacción alguna, sino que las aportaciones son
voluntarias, y constituyen como un fondo de caridad.
En efecto, no se gasta en banquetes, bebidas, o en
despilfarros mundanos, sino en alimentar o enterrar
a los pobres; en ayudar a los niños y niñas que han
perdido a sus padres y sus fortunas, a los ancianos
confinados en sus casas, a los náufragos, a los que
trabajan en las minas o están desterrados en islas o
prisiones. Éstos reciben pensión a causa de su fe, si
sufren como seguidores de Dios.

Pero es precisamente esta eficacia del amor entre


nosotros lo que nos atrae el odio de algunos que
dicen: mirad cómo se aman, mientras ellos se odian
entre sí. Mira cómo están dispuestos a morir el uno
por el otro, mientras ellos están dispuestos, más
bien, a matarse unos a otros. El hecho de que nos
llamemos hermanos lo toman como una infamia,
sólo porque entre ellos, a mi entender, todo nombre
de parentesco se usa con falsedad afectada. Sin
embargo, somos incluso hermanos vuestros en
cuanto hijos de una misma naturaleza, aunque
vosotros seáis poco hombres, pues sois tan malos
46
hermanos. Con cuánta mayor razón se llaman y son
verdaderamente hermanos los que reconocen a un
único Dios como Padre, los que bebieron un mismo
Espíritu de santificación, los que de un mismo seno
de ignorancia salieron a una misma luz de verdad
(...), los que compartimos nuestras mentes y nuestras
vidas, los que no vacilamos en comunicar todas las
cosas. Todas las cosas son comunes entre nosotros,
excepto las mujeres: en esta sola cosa en que los
demás practican tal consorcio, nosotros renunciamos
a todo consorcio (...).

¿Qué tiene de extraño, pues, que tan gran amor se


exprese en un convite? Digo esto, porque andáis por
ahí chismorreando acerca de nuestras modestas
cenas, diciendo que son no sólo infames y
criminales, sino también opíparas 1 (...). Pero su
mismo nombre muestra lo que son nuestras cenas,
pues se llaman ágapes, que en griego significa amor.
En ellas, todo se gasta en nombre y en beneficio de
la caridad, ya que con tales refrigerios ayudamos a
los indigentes de toda suerte, no a los jactanciosos
parásitos que se dan entre vosotros (...). Considerad
el orden que en ellas se sigue, para que veáis su
carácter religioso: no se admite nada vil o contrario a
la templanza. Nadie se sienta a la mesa sin haber
antes gustado una oración a Dios. Se alimentan
teniendo presente que incluso durante la noche han
de adorar a Dios, y hablan teniendo presente que les
oye su Señor (...).

47
El convite termina con la oración, como
comenzó. De allí nos alejamos, no para unirnos a
grupos de bandidos, ni para andar vagabundeando,
ni para cometer obscenidades, sino en busca del
mismo cuidado de la modestia y de la pureza, como
quienes han cenado más disciplina que alimento.

1. El ágape era una comida de fraternidad que precedía a la


celebración de la Eucaristía, por un motivo de caridad con los
más pobres. Posteriormente, esa costumbre dio lugar a las
instituciones de beneficencia de la Iglesia. La calumnia de que
eran objeto los cristianos no se limitaba a una supuesta
glotonería, sino que también llegaba a imputarles conductas
licenciosas e incluso antropofágicas.

Por qué confesar los pecados


(Sobre la penitencia Vlll, 4—X)

¿Qué pretenden las parábolas del Evangelio? ¿Qué


nos enseñan? Una mujer perdió una dracma, e
inmediatamente se puso a buscarla; en cuanto la
encontró, invitó a sus amigas para que se alegraran
con ella. ¿No es como la imagen de un pecador que
vuelve a la gracia divina? Se extravía la oveja de un
pastor, y el rebaño entero no le es más querido que
esa única oveja: sale en su busca, la prefiere sobre
todas las demás y, cuando la encuentra, la conduce al
aprisco llevándola sobre sus hombros, porque estaba
rendida de tanto errar.

Recordaré también a aquel padre bueno y paciente


48
que recibe a su hijo pródigo, y lo acoge con cariño a
pesar de que el muchacho, con su despilfarro, se
arruinó. Pero estaba arrepentido, y el padre mata un
ternero cebado y, con la alegría de un convite, da
rienda suelta a su gozo. ¿Por qué? Porque había
recuperado al hijo perdido. Lo sentía dentro de sí
mismo como la prenda más querida, precisamente
porque lo había vuelta a ganar.

¿Quién es para nosotros ese padre? Dios mismo.


Nadie es tan padre nuestro como El, nadie
manifiesta tanta piedad hacia nosotros. Él te acogerá
como hijo suyo, aun cuando hayas dilapidado a
manos llenas todo lo que habías recibido. Aunque
vuelvas desnudo, te recibirá, precisamente porque
has vuelto. Y sentirá más alegría con tu retorno que
con el buen comportamiento de su otro hijo. A
condición, claro está, de que tu arrepentimiento sea
sincero: es decir, de que proceda de lo íntimo de tu
corazón; de que estés dispuesto a reconocer el
hambre que te aflige y la abundancia de que gozan
alegremente los siervos de tu padre. A condición de
que abandones la piara inmunda de puercos, vuelvas
a tu padre y—aunque él se sienta justamente
indignado—le digas: he pecado, padre mío; ya no
merezco ser llamado hijo tuyo. El reconocimiento de
las propias culpas levanta y ennoblece al pecador,
mientras el que intenta disimularlas, las agrava. En la
confesión de los pecados se halla implícito el
reconocimiento de las faltas y la verdadera
contrición; si las disimulas, es señal de obstinación
49
culpable.

El procedimiento para beneficiarse de este


segundo perdón es más difícil que el del primero,
que se obtiene en el Bautismo. Las pruebas que han
de ofrecerse son más exigentes. No basta ya hacer un
íntimo examen de conciencia; es preciso expresar el
arrepentimiento con un rito claro y manifiesto. Este
rito en griego se llama exomologesis, y consiste en
confesar sinceramente al Señor las culpas que hemos
cometido; no porque Él las ignore, sino porque
declarándolas se satisface a la justicia divina. De la
confesión oral procede la penitencia, y la penitencia
mitiga la justa ira del Señor hacia el que ha pecado.

RC/TERTULIANO: La exomologesis [rito de la


Penitencia] comprende todo el proceso por el que el
hombre se abate y se humilla ante la majestad de
Dios, hasta el punto de conducirse de modo capaz
de atraer sobre sí la piedad y misericordia divinas
(...). Se propone avalorar las oraciones que dirigimos
al Señor, con la aspereza del ayuno; removerse con
lágrimas día y noche; invocar a Dios con todo el
ardor de nuestra fe; arrodillarse a los pies del
sacerdote... La Penitencia levanta al hombre
precisamente cuando lo abate y lo postra en tierra; lo
ilumina con una luz resplandeciente, cuando le
mueve a reconocerse pobre y desvalido; lo justifica
cuando le acusa; lo absuelve cuando le condena.
Créeme: cuanto más severo seas contigo mismo, más
perdonará y excusará Dios tus culpas. Sin embargo,
50
estoy persuadido de que muchos evitan o difieren de
un día para otro la Penitencia, como si este rito les
pusiese en evidencia delante de los demás. De este
modo demuestran que les preocupa más la estima de
los hombres que la propia salvación. Se les puede
comparar al enfermo que contrae un mal
vergonzante y, movido por un falso pudor, evita que
el médico conozca su verdadero estado, y acaba
muriendo (...). Pero, dime, tú que muestras ahora
tanto recato y tanta vergüenza: cuando se trataba de
pecar tenías la frente alta y soberbia, y ahora, cuando
es momento de calmar la justa indignación del Señor,
¿tiemblas? No reconozco ningún mérito ni al pudor
ni a la timidez, si produce más daño que beneficio. Y
es precisamente este falso sentido del pudor el que
mueve a algunos hombres como a pensar: no te
preocupes; es mejor que me pierda yo, con tal de que
mi estimación quede a salvo.

Es verdad que, al reconocer las propias culpas,


podría uno exponerse a un grave riesgo, si, por
ejemplo, lo hiciese ante una persona pronta a
insultarnos o a burlarse de nosotros, o cuando
alguien esperase la ruina del otro para levantarse
sobre la desgracia ajena, pisoteando lo que ya está
caído. Pero estas cosas no pueden suceder entre
hermanos, entre quienes participan de una misma
esperanza, entre los que tienen de común el temor y
la alegría, el dolor y los sentimientos. Si todos
poseen un mismo espíritu, que procede del mismo
Dios y Padre, ¿por qué te crees diferente de ellos?,
51
¿por qué huyes de los que están sujetos, igual que tú,
a las mismas caídas y errores, como si ellos fuesen
espectadores de tus luchas, prontos sólo al aplauso, y
no en cambio gente muy cercana a ti, compañeros de
tus mismas fatigas?

El cuerpo no permanece impasible ante el


sufrimiento de uno de sus miembros; necesariamente
se duele con él, y busca un remedio. Allí donde están
uno o dos fieles, allí se encuentra la Iglesia, y la
Iglesia se identifica con Cristo. Por eso, cuando tú
tiendes las manos hacia tu hermano, estás tocando a
Cristo, estás abrazando a Cristo, estás implorando a
Cristo. Y cuando tus hermanos derraman lágrimas
por ti, es Cristo quien sufre, es Cristo quien por ti
suplica a su Padre, obteniendo fácilmente lo que
como Hijo pide.

Vamos a decirlo francamente: si conservas ocultos


tus pecados, ¿piensas obtener un gran beneficio?,
¿crees acaso que quedará a salvo tu honorabilidad?
No. Aunque logremos ocultar nuestras faltas, en
cuanto esto es posible al hombre, no las podremos
esconder a los ojos de Dios. ¿Y vamos a comparar la
estima de los hombres con la certeza de que Dios
conoce nuestros pecados? ¿Qué es preferible:
condenarse, ocultando las miserias a los ojos
humanos, o reconocer sinceramente nuestras propias
culpas?

Alguno podrá decir: ¡pero es muy costoso admitir


52
los propios pecados, y confesarlos! Sí, pero del
reconocimiento de la enfermedad procede la
curación. Por otra parte, cuando se trata de
arrepentirse, no hay que hablar tanto de lo que
cuesta, sino de la luz y la salvación que ese acto de
penitencia consigue para nuestro espíritu. Es muy
doloroso, par ejemplo, ser quemado con un cauterio,
o experimentar la acción de algunas medicinas; sin
embargo, todos estos remedios se usan, aunque
nuestro pobre cuerpo padezca, y su acción dolorosa
se justifica en orden a la curación de la enfermedad.
Cualquiera acepta de buen grado el mal presente, con
la esperanza de un bien mayor de que gozaremos en
un momento futuro.

La eficacia de la oración
(Sobre la oración, 28-29)

Esta es la hostia espiritual que destruyó los


antiguos sacrificios. ¿A mí qué la muchedumbre de
vuestros sacrificios?, dijo. Harto estoy de los
holocaustos de carneros y de la grasa de corderos; no
quiero sangre de toros ni de machos cabríos. ¿Quién
ha pedido esto a vuestras manos? (Is 1, 11). Lo que
ha exigido Dios, lo enseña el Evangelio. Vendrá la
hora en que los verdaderos adoradores adorarán al
Padre en espíritu y en verdad, dijo. Pues Dios es
espíritu (Jn 4, 23 ss) y, por consiguiente, exige
adoradores de ese tipo.

Nosotros somos verdaderos adoradores y


53
verdaderos sacerdotes, que al orar con el espíritu,
sacrificamos con el espíritu la oración como hostia
propia y aceptable a Dios, es decir, la que exigió y
proveyó para sí. Ésta, ofrecida de todo corazón,
apacentada por la fe, cuidada por la verdad, íntegra
por la inocencia, limpia por la castidad, coronada por
la caridad, debemos conducirla al altar de Dios con
la pompa de las buenas obras, entre salmos e
himnos, para que impetre de Dios todo lo que
conviene.

¿Qué negará Dios a la oración que proviene del


espíritu y de la verdad, si es Él quien la exige?
Leemos y oímos y creemos: ¡cuántas pruebas de su
eficacia! La antigua oración ciertamente libraba de
los fuegos, de las bestias y del hambre; sin embargo,
no había recibido de Cristo la forma. Pues ¡con
cuánta más eficacia opera la oración cristiana! No
coloca al ángel del rocío en medio de llamas, ni
obstruye la boca a los leones, ni proporciona la
comida de los campesinos a los hambrientos, no
desvía ninguna sensación de las pasiones aun cuando
se haya concedido la gracia, sino que instruye a los
que padecen, sienten y se duelen con sufrimientos, y
con la virtud amplía la gracia para que la fe, al
comprender por qué se sufre en nombre de Dios,
sepa qué es lo que se consigue del Señor.

ORA/EFECTOS: Pero también antes la oración


imponía plagas, dispersaba ejércitos enemigos,
impedía la utilidad de las lluvias. Ahora, en cambio,
54
la oración aleja toda la ira de la justicia de Dios, está
alerta por los enemigos, suplica por los peregrinos.
¿Qué tiene de admirable que sepa alejar aguas
celestes la que también fue capaz de impetrar
fuegos? Sólo la oración vence a Dios; pero Cristo
quiso que ella no obrara nada malo y le confirió toda
la fuerza del bien. Así, pues, ella no sabe nada más
que alejar las almas de los difuntos del camino
mismo de la muerte, corregir a los débiles, curar a
los enfermos, expiar a los endemoniados, abrir las
cerraduras de la cárcel, desatar las cadenas de los
inocentes. Ella misma disminuye los delitos, repele
las tentaciones, extingue las persecuciones, consuela
a los pusilánimes, deleita a los magnánimos, conduce
a los peregrinos, mitiga las agitaciones, obstaculiza a
los ladrones, alimenta a los pobres, gobierna a los
ricos, levanta a los caídos, apoya a los que se están
cayendo, sostiene a los que están en pie.

La oración es el muro de la fe, nuestras armas y


nuestras lanzas contra el enemigo que nos observa
por todas partes. Por tanto, nunca caminemos
inermes. De día acordémonos de la guardia; por la
noche, de la vigilia. Bajo las armas de la oración
custodiemos el estandarte de nuestro emperador;
esperemos la trompeta de los ángeles con la oración.
Oran también todos los ángeles, ora toda criatura,
oran y doblan las rodillas los ganados y las fieras y,
saliendo de los establos y grutas, miran hacia el cielo
no con ociosa boca, haciendo vibrar su aliento según
su costumbre. También las aves entonces,
55
levantándose, se erigen hacia el cielo y abren la cruz
de sus alas en vez de las manos y dicen algo que
parece oración.

¿Qué más se puede decir del deber de la oración?


También oró el Señor mismo, para quien sea el
honor y la virtud en los siglos de los siglos.

Felicidad del matrimonio cristiano


(A la mujer, 9)

¿Cómo podré expresar la felicidad de aquel


matrimonio que ha sido contraído ante la Iglesia,
reforzado por la oblación eucarística, sellado por la
bendición, anunciado por los ángeles y ratificado por
el Padre? Porque, en efecto, tampoco en la tierra los
hijos se casan recta y justamente sin el
consentimiento del padre. ¡Qué yugo el que une a
dos fieles en una sola esperanza, en la misma
observancia, en idéntica servidumbre! Son como
hermanos y colaboradores, no hay distinción entre
carne y espíritu. Más aún, son verdaderamente dos
en una sola carne, y donde la carne es única, único es
el espíritu. Juntos rezan, juntos se arrodillan, juntos
practican el ayuno. Uno enseña al otro, uno honra al
otro, uno sostiene al otro.

Unidos en la Iglesia de Dios, se encuentran


también unidos en el banquete divino, unidos en las
angustias, en las persecuciones, en los gozos.
Ninguno tiene secretos con el otro, ninguno esquiva
56
al otro, ninguno es gravoso para el otro. Libremente
hacen visitas a los necesitados y sostienen a los
indigentes. Las limosnas que reparten, no les son
reprochadas por el otro; los sacrificios que cumplen
no se les echan en cara, ni se les ponen dificultades
para servir a Dios cada día con diligencia. No hacen
furtivamente la señal de la cruz, ni las acciones de
gracias son temerosas ni las bendiciones han de
permanecer mudas. El canto de los salmos y de los
himnos resuena a dos voces, y los dos entablan una
competencia para cantar mejor a su Dios. Al ver y
oír esto, Cristo se llena de gozo y envía sobre ellos
su paz.

CRIPTOGRAFÍA.

La etimología de esta palabra es bastante evidente:


El origen es griego (criptós), "cripto- significaría
"oculto" y -grafía "escritura", es decir, escritura
oculta o secreta.

El origen es griego (criptós), "oculto, secreto,


engañoso", de donde derivó también la palabra gruta
y, a partir de esta, grotesco. Más tarde surgiría cripta
como cultismo.

57
AUGE Y DECLIVE DEL MONTANISMO

No estaba conclusa la controversia con el


gnosticismo, cuando en el seno de la iglesia, se
habría paso un nuevo movimiento que se dio a si
mismo el nombre de “nueva profecía” También es
conocida por la herejía de los frigios, aludiendo sin
duda al lugar de donde procede esta herejía. Es a
partir del siglo IV cuando se conoce como
montanismo viendo el papel que desempeña este
hombre dentro de la génesis del movimiento.
Se trata de un movimiento de rigorismo, que
intenta evocar los primeros tiempos, de la iglesia
donde los hombres, aparecen como carismáticos y
profetas dotados de dones especiales, que ellos
ponían al servicio de una vida comunitaria más
intensa.

Profecía y autoridad de la iglesia llegaron a un


enfrentamiento con el resultado de expulsión para
los secuaces de estas ideas.

Tres son los estadios por los que pasa el


montanismo.

1.- Inicios.

Comienza hacia el año 170 cuando Montano en la


aldea de Ardabau, en las provincias asiáticas de
Frigia y Misia, poco des pues de su bautismo, en un
58
lenguaje un tanto oscuro, anuncia a sus hermanos ser
profeta del espíritu Santo que por obra suya iba a
conducir la cristiandad a la verdad entera.

La unión a este propósito, de dos visionarias


como Priscila y Maximila fue decisiva. Este pueblo,
era propenso a las grandes manifestaciones de tipo,
carismático, posiblemente influido por las regiones
mistéricas asentadas durante siglos en esas zonas, lo
cierto es que tuvo un “boon” grande .

Su principal signo el la idea escatológica,


anunciando la llegada inminente del Señor y junto a
ella comenzará en la llanura de Pepuza una nueva
Jerusalén celestial. El ambiente era propicio, debido
a que las catástrofes naturales y la peste, habían
desolado a las gentes necesitadas de algo de
consuelo.

Pero el mensaje escatológico, no solo se limitó a


la idea de profecía, tuvo su incidencia en la vida
practica así el ayuno, como purificación será un
punto importante a tener en cuenta haciendo la
norma de la iglesia existente, rigurosa y pesada.

El deseo del martirio es otro de los puntos


verdaderamente significativos como el mejor de los
desprendimientos del mundo y la mejor forma de
encontrarse con el Dios de la salvación. Los bienes
materiales, tampoco tiene valor de hay su entrega a
los dirigentes para el sustento de los profetas.
59
Pero lo más significativo, es su renuncia al
matrimonia, fuente de encadenamiento a las cosas
del mundo La abstinencia según Priscila, capacita
especialmente para las visiones y comunicaciones
proféticas

La extensión fue considerable en sus comienzos


Asía Menor, Siria, Traciá incluso en Lyon y Vienne
se tiene noticias de esto como hace notar Eusebio.

Incluso tuvo cierto permiso, posiblemente debido


a su teología, en un principio, los obispos de Roma,
no tuvieron en consideración este movimiento como
peligroso.

Los principales representantes murieron pronto,


pero fue el encuentro de esta movimiento, con la
figura de Tertuliano, la suerte para su propio
desarrollo, ya que este pasó al papel sus intenciones
y esto lo reforzó extraordinariamente.

2.- Desarrollo: Tertuliano

A partir del 205/206, sus escritos permiten


deducir, que no solo conoce la doctrina sino que
participa de ella, Sin duda su implacable rigor, contra
todo termino medio y su excesivo amor a la verdad
le llevó por sendas rigoristas. Su poder de apelación
al Espíritu sedujo a este autor llevándole a una
transformación paulatina de un término medio al
60
rigor más absoluto.

Tanta fue su obra y su crítica interna, que el


montanismo de tertuliano no representa el de la
primera época, Según este se trata de llevar gracias al
Espíritu Santo a la cristiandad a la edad madura. De
este modo y de una manera magistral, expone los
puntos antes mencionadas como principales,
haciendo de ellos una doctrina perfectamente
sustentada.

Su exposición no fue para el pueblo llano, lo


demuestra la historia, pero sus escritos si fueron
leídos y tenidos en cuenta.

3.- Ocaso del montanismo

Sólo ante la desfiguración de las ideas del


cristianismo por parte de los montanistas tuvo
reacción la iglesia.

La iglesia, se negó a hacer suyo el exagerado


programa ascético de estos grupos abriéndose así a
todos los hombres . El negar la inminencia
escatológica hizo que la iglesia se sumergiera en el
trabajo de todos los días dedicándose más de lleno a
las tareas misionales tan importantes en estos
primeros tiempos.

61
LA CONTROVERSIA CON EL
GNOSTICISMO

La polémica, literaria del paganismo, no


representa, para la comunidad cristiana un peligro
demasiado serio, pero en el gnosticismo, le salió a la
Iglesia el verdadero adversario, que desde tiempos
muy recientes puso en peligro, la continuidad de la
misma iglesia, debido a las diferencias y a las luchas
que se dieron, entre los diversos grupos y las
diversas ideas.

Ciertas corrientes dualistas del Oriente, con ideas


del judaísmo tardío, unido a las ideas del
cristianismo, dan como síntesis una corriente, que
pretendía en los primeros tiempos, dar la solución a
las preguntas últimas del hombre. El culto, la
liturgia, tomaba parte de los ritos, de los cultos
mistéricos unido a la propaganda y a la clara
intención de conquista de la iglesia desde dentro
hicieron de este movimiento, el verdadero rival de la
iglesia naciente.

1.- Ideas fundamentales del gnosticismo

El tema fundamental es este: ¿cómo se haya el


verdadero conocimiento, que esclarezca el enigma
del mundo, y del mal en el mundo, así como el
62
enigma de la existencia humana? . Las repuestas a
todas estas grandes preguntas de la humanidad son
desde esta corriente estas:

El más íntimo ser del hombre está impulsado a la


unión con Dios verdadero y perfecto, pero
desconocido, por destino especial, el hombre, ha
sido desterrado a este mundo imperfecto, que no
puede ser obra de Dios sino la creación de un ser
inferior e imperfecto, que lo domina, con la ayuda de
los poderes malignos. El hombre, solo puede
liberarse de estos poderes malignos, si se conoce
bien a si mismo y reconoce que está separado de esto
de este Dios. Solo este conocimiento, supone el
retorno al mundo luminoso y superior del verdadero
Dios todopoderoso

No cabe duda, que esto aquí expuesto representa


una mezcolanza de múltiples concepciones religiosas,
cuestión propia de esta peculiar corriente.

¿Cuál podemos decir que es su influjo?

Parece claro, que antes del cristianismo, existen ya


movimientos de características gnósticas . El antiguo
Irán, encontramos los precedentes mas claros en
ideas dualistas del bien y el mal, la luz y la oscuridad
etc. Cuando estas tropiezan con el relato del génesis,
se amoldan, así el Dios de la creación, del judaísmo
se convierte el demiurgo, que no conocía la luz. Las
ideas astrológicas y el influjo de los planetas,
63
también entraron a formar parte de esta amalgama
de ideas.

En cuanto a la relación con el AT, todo el mundo


coincide en que las ideas del AT, desempeñan un
papel importante en la fundamentación del
gnosticismo, especialmente lo relacionado con las
ideas apocalípticas. Posiblemente entre gnósticos y
esenios, y oras corrientes del judaísmo heterodoxo,
corrieron ideas dualistas exportadas de Irán etc.

Todo esto, se puede decir, que influyo, en la


captación de gentes, también de cristianos, un culto,
especialmente atrayente y unas ideas curiosas, y
absolutas atraían hacia si, a las gentes necesitadas de
seguridad en una posible salvación.

Desde los primeros momentos apologistas como


Justino y otros, mencionan comunidades de
cristianos, ( que se auto llaman así) de carácter
claramente sincretista y gnóstico.

Lo cierto es que desde muy temprano el


gnosticismo desfiguro las ideas y la vida de Jesús
creando confusión y polémica en las comunidades.

El camino gnóstico, se convierte así ,en un


camino de adeptos, muy especiales, capaces de
comprender a través de parábolas y de dichos
secretos los misterios de la “gnosis” . El hecho de
que todo tenga tanto misterio, hace interesante, esta
64
corriente, para los nuevos cristianos.

El creerse los verdaderos y únicos conocedores de


la verdad también les dio cierta fuerza importante,
creando estados diversos de perfección neumáticos
síquicos etc., que determinaban el grado de
pertenencia y acceso al conocimiento.

1.1.- Formas más importantes de gnosticismo

A la fase primera, pertenecen el grupo sirio, que


se originó en torno a Menandro y Satornil
(Saturnino) en Antioquía. El primero, se predicó a si
mismo como redentor al que habían enviado al
mundo las potencian invisibles. La doctrina de
Saturnino la podemos recoger gracias a
“philosophoneunas”. En ellos viene a decir lo
siguiente.

El Padre desconocido, habría creado los


“emones” las potencias del mundo superior e
inferior y el mundo es obra de 7 espíritus malos o
inferiores. El más alto de ellos, ha de identificarse
con el de los judíos. A estos, debe el hombre, su
mísera existencia en la tierra. Pero algo de vida
tienen dentro, cuando después de la muerte y
dependiendo del conocimiento de la verdad vuelven
cerca de los espíritus superiores, con los que se
encuentran emparentados.

65
2.- Basilides

Su influjo sobre todo es en Alejandría. Es un


hombre, de gran capacidad literaria, compuso un
comentario a los evangelios de 24 libros. Un
cristiano Castor Agripa, en un libro llamado Elenkos,
habría refutado estos libros, lastima que la obra, se
encuentre perdida.

Punto de partida, son unas confesiones secretas


que el Redentor habría confesado al Apóstol Matías,
antes de la ascensión.

Se encuentra muy familiarizado con las ideas


dualistas y sus teorías y doctrina, son francamente
difíciles. Lo más detestable es la idea de que Jesús,
no murió en la cruz sino que fue, Simón de Cirene.

3.- Valentin.

Logró las más altas cualidades del gnosticismo.


Sin duda fue la verdadera y más genuina amenaza
para el cristianismo. Su actividad docente, comenzó
en el 135 en Alejandría durante casi dos décadas,
hizo propaganda de sus ideas en Roma, donde
desempeñó un papel importante, tal una
desobediencia con los cristianos romanos marchó
nuevamente a Oriente.

Él, y sus seguidores formalizaron varios textos


refutados por diferentes apologistas .
66
Es cierto que usa, ideas de Platón y Pitágoras, per
también usa ideas de Jesús y cuestiones bíblicas, mal
interpretadas haciendo, así familiar su doctrina los
cristianos, muchas veces escasamente formados,
estos, fácilmente prestaban atención a sus palabras y
caían en la secta y en su particular sincretismo.

La base de su cosmología es el mito del Dios


invisible 30, supremos eones, forman el mundo
espiritual y perfecto (pleroma) El demiurgo creo al
hombre y le impuso el elemento síquico, ligándolo a
la materia, pero sin enterarse este, el hombre recibió
un elemento neumático y esto hará que el hombre, lo
que tiene de espiritual después de la muerte otorne a
la luz.

Jesús se hizo hombre para hacer esto posible, a


trabes del bautismo. El moribundo gnóstico es
preparado a través de fórmulas secretas, para
recorrer el mundo hostil, antes de llegar a la luz
definitiva.

4.- Ofitas

Existían además sectas especialmente exuberantes.


En estas ocupaba un puesto especial la serpiente. La
primera pareja humana fue desterrada a la tierra,
pero también lo fue la serpiente tentadora que con
sus hijos, se encarga de tentar y mal tratar a los
hombres en la tierra.
67
De esta secta y de la interpretaciones simbólicas
derivan otras.

5.- Marción

Aunque no se le puede llamar propiamente


gnóstico, sus escritos tienen cierto tinte de ideas
gnósticas, por que podemos decir, que representa un
gnosticismo “suigeneris” dentro del cristianismo.

Ya desde joven tuvo sus disputas con dirigentes


de su iglesia a consecuencia de las interpretación de
las cartas paulinas A la privación de la comunión
eclesiástica, siguió la repulsa de personajes como
Palias y Policarpo de Esmirna, hacia el año 140 vino
a Roma.

Marción, bajo la influencia de Cerdón, se metió


más de lleno dentro de las ideas gnósticas.

Para Marción el dios del AT no es el Dios


verdadero es el Dios riguroso y justo que impuso a
los judíos una ley insoportable estas ideas fueron
también criticadas en Roma en el año 144 se aparta
definitivamente de la iglesia . Pronto se preocupo de
hacer adeptos a los que dio una estructura particular
Obispos, presbíteros etc. La igualdad de liturgia
confundieron no a pocos. Los grandes de la época
tuvieron que hacer un esfuerzo para neutralizar sus
ideas ya que represento un verdadero peligro.
68
5.1.- Su doctrina:

Se fundamenta en la sagrada escritura. El AT,


queda excluido íntegramente ya que en el se habla
del demiurgo despiadado sin bondad y amor Lucas y
Pablo, pero purificados, son la base de su doctrina.

A destacar, puede ser su claro docetismo, a


Marción no le entra en la cabeza lo de la muerte en
la cruz y la encarnación en un cuerpo humano lleno
de impurezas. Para el, todo este proceso, es pura
apariencia en Cristo También su especial
condenación l matrimonio, es cosa destacar, como
parte de su doctrina.

Las ideas de Marción, están libres de astralismos,


de ideas fantásticas etc. pero sus ideas son
suficientes para considerarlo doctrina aparte de la
iglesia . De hecho su presencia obligó a la Iglesia
naciente, a prestar más atención a la escritura, a su
fe, y a la organización interna.

6.- Desarrollo de la lucha defensiva de la Iglesia e


importancia de su victoria

Digamos, que ante la realidad del ataque y el


peligro que suponía, en seguida los dirigentes de las
diversas comunidades, tomaron cartas en el asunto
tomando medidas prácticas, contra los gnósticos .
Por otra parte los teólogos, pronto demostraron a
69
nivel practica la falta de suficiente fundamentación
de las ideas de estos conforme a la tradición
cristiana.

Debían de tener, un carácter más defensivo que


ofensivo, su propósito era extirpar dentro de la
misma iglesia, los focos de infección excluyendo de
la propia comunidad a aquellos que defendían
fuertemente estas ideas, sirviendo esto como ejemplo
para disuadir a futuros intentos. Ejemplo práctico de
otodo esto es la excomunión de Marción.

Esta situación defensiva se mezcló con la otra


situación de organización interna y de una mayor
atención de los dirigentes cristianos a sus respectivas
comunidades, consolidando las estructuras y
reforzando los vínculos de unión. Gracias a estas
iniciativas, la ilustración del pueblo, fue cada vez más
en auge.

El trabajo de los obispos y una extensa


producción literaria de los teólogos, fueron puntos
importantes en la fundamentación y consolidación
de la fe y de las comunidades Eusebio, conoce parte
de esta literatura y nos habla en su obra, de algunos
de los mayores escritores gnósticos así como de
aquellos otros antignósticos que trataron de refutar
todo este compendio de ideas

Se puede decir, perfectamente, que las diversas


ideas que trastocaban la idea central del cristianismo,
70
fueron claramente refutadas, bien por uno, bien por
otros, reforzando así el sentido de una doctrina
central.

Así por ejemplo, los trabajos del famoso autor


Tertuliano, vinieron a reforzar las ideas de la muerte
de Cristo y su resurrección como parte fundamental
la doctrina cristiana en contra de las ideas
marcionistas su fuerte fundamentación bíblica, no
deja lugar a dudas de esta realidad central del
cristianismo.

Ante el hecho de formarse en la posición de la


revelación directa por parte de Dios los gnósticos
tiraban por tierra prácticamente toda la realidad y
fundamento de los libros sagrados.

Contra esta intención de minar el sentido de


iglesia, trabajaron fuertemente los autores cristianos
fundamentándose en primer lugar el concepto de
tradición y de sucesión apostólica. Y luego
asegurando con certeza, el número de las Sagradas
Escrituras pertenecientes al cristianismo.

Sólo podían ser reconocidos como canónicos


aquellos escritos, que se remontaban a la era
apostólica, y que desde siempre hubieran sido
apreciados de un modo particular por las iglesias
cristianas. Y solo podían ser reconocidos dirigentes
de las iglesias, aquellos, que en serie no
interrumpida, se remontases hasta los apóstoles. Así
71
se aseguraba la tradición y por otra parte, referido a
los libros se desechaban todos los escritos dudosos
llenos de ideas raras caso de la mayoría de los
apócrifos.

Un transmisión optima, por parte de los teólogos


de los principios fundamentales a los catecúmenos,
aspirantes al bautismo , fue una forma de reforzar las
ideas y dejar claros los principios básicos de esta
doctrina.

El concepto de ciencia fue valorado poco a poco e


integrado dentro de las doctrinas de la iglesia.

Se puede decir que la lucha, fortaleció en gran


medida las ideas cristiano asentándose
definitivamente los principales puntos. El afirmarse
de este modo impidió que se perdiera en un mar de
sincretismo helenístico propio de esta época.

72
CARISMAS

1. Doctrina bíblica

El concepto Járisma fue introducido por Pablo en


la terminología teológica; los sinópticos, Juan y los
Hechos de los apóstoles sin duda conocen el
fenómeno de los c., pero no el concepto de c. que
aparece en Rom, 1 y 2 Cor, 1 y 2 Tico y 1 Pe. Pablo
creó una marcada teología de los c. (si bien él, con
relación a los dones espirituales de la gracia, además
de Jarísmata usa también los conceptos pneumatiká,
diakoniai y energúemata [ 1 Cor 12 ] ). Es
característico en él el esfuerzo (cf. sobre todo 1 Cor
12-14) por delimitar los c. frente a los fenómenos de
entusiasmo y de éxtasis, por ordenarlos
adecuadamente en la vida de la comunidad y por
entenderlos como una nota peculiar de los
bautizados (Rom 12, 6; 1 Cor 7, 7). En las listas
donde se enumeran los c. (Rom 12, 6ss; 1 Cor 12,
8ss; 12, 28ss) el punto de vista decisivo es el servicio
a la comunidad.

Los carismas han sido dados para bien de todos (1


Cor 12, 7 );por esto Pablo prefiere el don de
profecía, que es inteligible para todos y sirve a la
edificación de la comunidad, al don de lenguas, que
sólo sirve para la edificación y devoción propias (1
Cor 14). En la lista de 1 Cor 12, 28ss (cf. también Ef
73
4, 11) el Apóstol menciona en primer lugar los
ministerios carismáticos de la comunidad, a saber,
apóstoles, profetas y maestros, y luego, junto a c. tan
extraordinarios como el donde hacer milagros, el de
curar y el de hablar diversas lenguas, menciona c.
que acreditan personalmente, como el poder de
asistir y de gobernar (cf. además, 1 Cor 12, 8ss,
donde se enumeran también: la palabra de sabiduría
y de conocimiento, la fe y la -> discreción de
espíritus; y Rom 12, 8, donde aparecen la benignidad
y la misericordia). Para mostrar sensiblemente la
ordenación mutua de los diversos c. y sus funciones,
Pablo usa la imagen del cuerpo (1 Cor 12, 12-26; cf.
Rom 12, 4ss). Como los fenómenos extáticos que en
gran parte acompañan a los c. también se hallan
fuera de la comunidad y pueden existir en la Iglesia
misma sin estar legitimados por la fe, Pablo recurre
al Pneutna como signo distintivo. Sólo en él es
posible decir «Señor Jesús»; este «Kyrios» es el señor
de los dones del espíritu (1 Cor 12, 3ss), y en él tiene
su fundamento el amor que ha de superar y soportar
todos los dones del espíritu, para que éstos queden
adecuadamente integrados en el todo (1 Cor 13 ).

Rom 5, 16 y 6, 23, con el concepto totalmente


general del inmerecido don salvífico de Dios, se
aparta ya de esta especial y terminológicamente fija
inteligencia de los c.; 1 Tico 4, 14 y 2 Tim 1, 6
hablan de c. en el sentido de gracia de estado o del
oficio, mientras que el sentido literal de 1 Pe 4, 10 se
acerca a la concepción aquí diseñada.
74
2. La importacia de los carismas para la vida de la
Iglesia

La definición de la teología escolástica, según la


cual los c. son privilegia peculiaria Ecclesiae
apostolicae et primitivae, no puede apoyarse
seriamente en Pablo, pues, para él, ciertamente los c,
son en gran parte fenómenos de entusiasmo que
caracterizan la situación escatológica de la Iglesia,
pero, en principio, bajo todas sus formas (extáticas o
sometidas al orden comunitario) pertenecen siempre
a la Iglesia, ya que el bautismo justificante y el
espíritu vivo están ordenados mutuamente. Por tanto
el c. habría de describirse como signo de la
(dispositiva, extrasacramental) gracia victoriosa, el
cual en circunstancias puede presentarse como un
fenómeno extraordinario, cercano al milagro, pero
también puede presentarse sencillamente como
fuerza de la gracia en las pruebas cotidianas (y, con
ello, como --> virtud). Los c. son una característica
de la operación del Pneuma en los justificados y, por
tanto, pertenecen en todo tiempo a la imagen de la
Iglesia (no sólo en el periodo de su fundación o en
momentos extraordinarios por los movimientos
entusiásticos de devoción).

Ya las cartas pastorales anuncian un proceso que


había de imponerse en el tiempo postapostólico: el c.
queda vinculado al -> oficio eclesiástico y a sus
órdenes. Y a esto se une que las manifestaciones
75
abiertamente carismáticas se hacen cada vez más
raras. El montanismo y el donatismo son típicos para
la relación crítica entre el oficio y el c. en el tiempo
siguiente. Pero la tensión entre ambos nunca se
desvió tan fuertemente hacia el oficio, que los
fenómenos y dones carismáticos se extinguieran
totalmente. El monaquismo (donde no está
totalmente anquilosado en lo institucional), el
ascetismo (-> ascética), la --> virginidad, el ->
martirio, la -> pobreza y los movimientos de
pobreza, la -> mística, las virtudes sociales y también
la ciencia teológica, fueron y pueden ser formas de
aparición de lo carismático. En último término el
oficio eclesiástico, si no quiere hacerse profano, es
inconcebible sin c.

Los servicios de la lista de Rom y 1 Cor, los cuales


tienden a un oficio y después recibieron de hecho un
carácter institucional (¡cartas pastorales!), revisten un
matiz carismático incluso más allá de Pablo. Las
afirmaciones de la Escritura sobre el sacerdocio
general (Ap 1, 6; 5, 9s) y la elección de todos en la
Iglesia para un sacerdocio real y para el pueblo santo
de Dios (1 Pe 2, 9, etc.; cf. Vaticano il, De eccl., n .o
11), así como la concepción neotestamentaria de la
Iglesia como comunidad escatológica del tiempo
salvífico que ya ha hecho su irrupción (cf. Vaticano
II, De Eccl., n .o 48), exigen lógicamente la estima y
el cultivo de lo carismático en todos los miembros y
ámbitos de la Iglesia. Naturalmente, corresponde al
oficio el último enjuiciamiento y valoración de lo
76
carismático, pero, por otra parte, este oficio debe
dejarse corregir por lo carismático y escuchar la
protesta que todo c. implica contra la petrificación
institucional. Como testimonio del Espíritu los c.,
junto con los -> sacramentos, constituyen la vida de
la Iglesia en su multiformidad. Su ausencia o su
opresión hace increíble a la Iglesia, conduce a la
uniformidad, e impide toda dinámica.

En la Constitución sobre la Iglesia el Vaticano il


concede especial atención a lo carismático (=
pneumático) en la Iglesia (particularmente n .o 12, y
también n .o 4, 34s, 40s, etcétera). Esta nueva
valoración fue preparada en cierto modo por la
encíclica Mystici corporis (AAS 35 [ 1943 ] 200s; Dz
2288), si bien ésta todavía entiende por c. en primera
línea «dones prodigiosos», o sea, fenómenos
especiales y marginales. Puesto que el Vaticano II
reconoce la operación del Espíritu incluso fuera de
los limites visibles de la Iglesia católica, el concilio
también cuenta con la posibilidad de que allí existan
c. (De Eccl., n .o 15; De Oec., n .o 3 ), y entiende el
-> ecumenismo como expresión de lo carismático en
la Iglesia (De Oec., n .o 1, 2; 4, 1, etcétera). Pues
sólo el Espíritu puede conceder a la Iglesia su
multiformidad y fundar la unidad en ella.

Estévao Bettencourt

77
“Cánticos de Salomón”
(texto cristiano de principio del siglo II

“Ánimo, soy yo, no tengáis miedo”

Mi gozo es el Señor, y mi alma tiende a él.


Hermosa es la ruta hacia el Señor, pues él me
sostiene.
Se da a conocer él mismo en su simplicidad;
su benevolencia es más grande que su majestad. Se
hizo semejante a mí para que le acoja; se hizo
semejante a mí para que me revista de él.
Su vista no me espanta, pues él es la misericordia.
El tomó mi naturaleza para que yo le conozca, y
asumió mi rostro para que no me aparte de él.
El Padre de la sabiduría es el Hijo de la sabiduría.
El que creó la sabiduría es más sabio que las
criaturas.
El que me creó sabía antes que yo existiese lo que
haría yo una vez llamado a la existencia.
Por esto tuvo misericordia de mí y me dio la
posibilidad de dirigirme a él en la oración y participar
de su sacrificio.

Sí, Dios es incorruptible, es la plenitud de los


mundos y es su Padre. El se manifestó a los suyos
para que conocieran a su hacedor, y no pensasen que
tienen en ellos mismos las raíces de su origen.
78
El ha abierto un camino hacia el conocimiento, ha
ensanchado el conocimiento, lo ha prolongado y
conducido a su perfección.
El ha marcado el conocimiento con las huellas de
su luz, desde el principio hasta el fin, porque el
conocimiento es obra suya.

El se ha complacido en su Hijo. A causa de la


salvación ejerce su omnipotencia y el Altísimo será
conocido por los santos;
Para anunciar la venida del Señor a los que cantan,
para que salgan a su encuentro y le alaben gozosos.

+++

Fiel a Cristo, la Iglesia Católica desde hace 2000


años propone al mundo el único camino posible de
la salvación.

La Iglesia eleva la humanidad a Dios, porque en


Ella se realiza plenamente la redención de Cristo
Jesús, Rey de Reyes.

+++

San Simeón, 2do. Obispo de Jerusalén

Obispo y Mártir + 120 ca.

El Evangelio de San Mateo describe a San Simeón


79
como uno de los parientes o hermanos del Señor. Su
padre era Cleofás, hermano de San José, y su madre,
era hermana de la Virgen María, siendo Simeón
primo carnal del Señor. Sin duda, el santo fue uno de
los hermanos de Jesús que recibió el Espíritu Santo
el día de Pentecostés.

Siendo asesinado Santiago el menor por lo judíos,


los apóstoles y discípulos se reunieron para elegir a
su sucesor en la sede de Jerusalén y por unanimidad
escogieron a Simeón. El año 66 estalló en Palestina
la guerra civil a consecuencia de la oposición de los
judíos a los romanos y parece que los cristianos de
Jerusalén recibieron del cielo el aviso de que la
ciudad sería destruida y que debían salir de ella sin
tardanza, refugiándose con el santo en la ciudad de
Pela.

Después de la toma y destrucción de Jerusalén, los


cristianos volvieron y se establecieron en las ruinas,
hasta que el emperador Adriano arrasó con los
escombros, pero este hecho permitió que la Iglesia
floreciera grandemente y que numerosos judíos se
convirtieran al cristianismo debido a los milagros
obrados por los santos. Vaspaciano y Domiciano
mandaron a matar a todos los miembros
descendientes de David, pero Simeón consiguió
escapar.

Sin embargo, durante la persecución de Trajano,


fue denunciado como cristiano y descendiente de
80
David, siendo sentenciado a muerte por el
gobernador romano Ático. Fue torturado y
crucificado*, soportando con fortaleza y valentía el
suplicio, pese a que contaba con 120 años.

* Llegó el momento de la prueba con uno de los


emperadores más iluminados, el español Ulpio
Trajano, que reina desde el 98 al 116. Como los
predecesores, considera los cristianos un peligro para
el Estado, mas prohíbe la persecución general:
deberán ser sentenciados sólo bajo denuncia regular.

+++

Vissuto nel I secolo d. C., era cugino di Gesù,


anche se non è identificabile con Simeone il
Cananeo. Eusebio ci dice che egli succese a Giacomo
“il Minore”, primo vescovo di Gerusalemme morto
martire, e che per oltre quarant’anni fu alla guida
della Chiesa. Durante la distruzione della città da
parte dei romani, i rappresentanti di questa prima
Chiesa di Cristo si rifugiarono a Pella. Ritornati a
Gerusalemme, continuarono la loro opera di
predicazione tra gli ebrei. Durante la persecuzione di
Traiano. Simeone fu denunciato e fu crocifisso.

E´ il secondo capo della primitiva comunità


cristiana di Gerusalemme. Il secondo vescovo, come
lo chiama nella sua Storia ecclesiastica Eusebio di
Cesarea. Il primo è stato l’apostolo Giacomo di
Alfeo, detto il Minore, ucciso nell’anno 63. Tuttavia
81
non sembra che Simeone sia stato chiamato subito a
succedergli. L’epoca, infatti, è quella del travaglio
all’interno delmondo ebraico, che precede la rivolta
armata contro il dominio romano. Segue poi la
spietata repressione militare, sotto il comando del
futuro imperatore Tito, con la devastazione della
Città Santa, e col Tempio saccheggiato e distrutto.
L’elezione di Simeone è stata riferita da Egesippo,
uno dei primissimi scrittori cristiani, forse
palestinese, giunto a Roma verso la metà del II
secolo. E sulle sue informazioni lo storico Eusebio
scrive: «Dopo il martirio di Giacomo e la caduta di
Gerusalemme che subito seguì, narra la tradizione
che gli apostoli e i discepoli del Signore che erano
ancora in vita [...] si unirono ai parenti del Signore (la
maggior parte dei quali era ancora in vita a quel
tempo) e tennero consiglio tutti insieme per decidere
chi giudicare degno di succedere a Giacomo.
All’unanimità tutti designarono vescovo Simeone,
figlio di Cleofa che è menzionato nel Vangelo »
(Storia ecclesiastica, III,11). Simeone è dunque figlio
di Cleofa; è uno dei due discepoli che sulla strada di
Emmaus incontrarono il Risorto, senza dapprima
riconoscerlo, come scrive san Luca. È ritenuto
parente di Gesù attraverso la moglie, forse cugina di
Maria di Nazareth.
Simeone è dunque chiamato a guidare l’unica
comunità cristiana formata interamente da ebrei, e
costretta alla migrazione dopo la distruzione di
Gerusalemme. La sua terra di rifugio è Petra di
Perea, oltre il Giordano, dove una parte dei profughi
82
fisserà la sua dimora. Lunghissima è la vita di
Simeone (si parla di 120 anni), ma della sua opera
sappiamo poco. Al tempo di Vespasiano e
Domiziano (padre e fratello di Tito), Roma ordina
ricerche sui parenti di Gesù: ma solo perché, insieme
ad altri, sono discendenti dalla stirpe di Davide, e per
ciò stesso sospetti a chi ora ne occupa il regno. Ci
sono denunce e arresti, ma nulla si dice di Simeone.
Per lui il tempo della prova arriva con uno degli
imperatori più illuminati, lo spagnolo Ulpio Traiano,
che regna dal 98 al 116. Come i predecessori,
considera i cristiani un pericolo per lo Stato, ma
vieta le persecuzioni generali: dovranno essere colpiti
solo su regolare denuncia.
E per Simeone la denuncia arriva, forse per opera
di eretici, dice Eusebio di Cesarea: «Accusarono
Simeone, figlio di Cleofa, di essere discendente di
Davide e cristiano: egli subì così il martirio, all’età di
120 anni, sotto Traiano Cesare e il console Attico»:
quest’ultimo governava la Giudea e seguì di persona
il giudizio e l’esecuzione, meravigliandosi per il
coraggio di Simeone nei “molti giorni” delle torture,
alle quali seguì la crocifissione.

+++

Orígenes
(hacia 185-253) presbítero y teólogo
Homilía sobre San Lucas 32, SC 87, pag. 386-392

“Todos los que estaban en la sinagoga tenían sus


83
ojos clavados en él.”

Cuando lees que Jesús enseñaba en las sinagogas y


que todo el mundo hablaba bien de él (Lc 4,15),
guárdate bien de creer que sus oyentes eran
afortunados mientras que tú te consideres privado de
sus enseñanzas. Porque, si la Escritura dice verdad,
el Señor habla igual ahora que entonces, igual en
nuestras reuniones que en la asamblea de los judíos.

“Me ha ungido para anunciar la buena noticia a


los pobres.” Los pobres son los paganos. En efecto,
ellos eran pobres, no poseían nada, ni a Dios, ni la
ley, ni los profetas. ¿Por qué razón le envió como
Mensajero a los pobres? Para “proclamar la
liberación a los cautivos y dar vista a los ciegos, a
libertar a los oprimidos y a proclamar una año de
gracia del Señor.” (Lc 4,18) ya que por su palabra y
su doctrina los ciegos recobran la vista...

“Después, Jesús enrolló el libro, se lo dio al


ayudante y se sentó. Todos los que estaban en la
sinagoga tenían sus ojos clavados en él.” (Lc 4,20)
Ahora, en nuestra asamblea sigue siendo posible fijar
los ojos en el Salvador. Porque cuando tú pones la
atención en lo más profundo de tu corazón para
contemplar la Sabiduría, la Verdad y el Hijo único de
Dios, tus ojos verán a Jesús. Dichosa la asamblea en
la que la Escritura nos da este testimonio: Todos
tenían clavados sus ojos en él. ¡Cómo quisiera yo que
nuestra asamblea mereciera semejante testimonio y
84
que los ojos de todos, catecúmenos y fieles, mujeres
y hombres y niños vieran a Jesús con los ojos, no del
cuerpo, sino del espíritu! Porque cuando lo hubieseis
contemplado, vuestro rostro y vuestra mirada
quedarían iluminados de su luz y podréis decir:
“Haz, Señor, brillar sobre nosotros la luz de tu
rostro!”

+++

Evangelio según San Mateo 18,21-35.19,1:

Entonces se adelantó Pedro y le dijo: "Señor,


¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las
ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?". Jesús le
respondió: "No te digo hasta siete veces, sino hasta
setenta veces siete. Por eso, el Reino de los Cielos se
parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus
servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno
que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el
rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus
hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El
servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: "Señor,
dame un plazo y te pagaré todo". El rey se
compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la
deuda. Al salir, este servidor encontró a uno de sus
compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo
del cuello hasta ahogarlo, le dijo: ´Págame lo que me
debes´. El otro se arrojó a sus pies y le suplicó:
´Dame un plazo y te pagaré la deuda´. Pero él no
85
quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que
pagara lo que debía. Los demás servidores, al ver lo
que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a
contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo:
´¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda.
¿No debías también tú tener compasión de tu
compañero, como yo me compadecí de tí?´. E
indignado, el rey lo entregó en manos de los
verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo
mismo hará también mi Padre celestial con ustedes,
si no perdonan de corazón a sus hermanos". Cuando
Jesús terminó de decir estas palabras, dejó la Galilea
y fue al territorio de Judea, más allá del Jordán.

-.-

San Francisco de Asís


(1182-1226) fundador de los frailes menores

Carta a un ministro general franciscano

“Setenta veces siete.” (Mt 18,22)

En esto conoceré que amas al Señor y me amas a


mí, su siervo y el tuyo: si cualquier hermano en el
mundo, después de haber cometido todos los
pecados posibles puede reencontrar tu mirada, pedir
tu perdón y salir de tu presencia perdonado. Si no
pide perdón, pregúntale tú si quiere que le perdones.
E incluso, si después de esto pecara mil veces más
contra ti, ámalo más que me amas a mí, para
86
conducirlo así al Señor. Ten siempre piedad de estos
desgraciados. Y si se presentara la ocasión, comunica
a los guardianes de nuestras comunidades tu firme
resolución de actuar así.

+++

"No sigas a la muchedumbre para obrar mal, ni el


juicio acomodes al parecer del mayor número, si con
ello te desvías de la verdad" SAN ATANASIO +
año 373

+++

La Iglesia, desde el inicio, es católica, esta es su


esencia más profunda, dice Pablo.

“El nuevo pueblo de Dios, la Iglesia, es un pueblo


que proviene de todos los pueblos. La Iglesia, desde
el inicio, es católica, esta es su esencia más profunda.
San Pablo explica y destaca esto en la segunda
lectura, cuando dice: "Porque en un solo Espíritu
hemos sido todos bautizados, para no formar más
que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y
todos hemos bebido de un solo Espíritu" (1 Co 12,
13). La Iglesia debe llegar a ser siempre nuevamente
lo que ya es: debe abrir las fronteras entre los
pueblos y derribar las barreras entre las clases y las
razas. En ella no puede haber ni olvidados ni
despreciados. En la Iglesia hay sólo hermanos y
hermanas de Jesucristo libres”. S. S. Benedicto XVI
87
– P.P. 2005

+++

“Alegraos en el Señor siempre; lo repito: alegraos.


Que vuestra bondad sea notoria a todos los
hombres. El Señor está cerca. No os inquietéis por
cosa alguna, sino más bien en toda oración y plegaria
presentad al Señor vuestras necesidades con acción
de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa toda
inteligencia, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás,
hermanos, considerad lo que hay de verdadero, de
noble, de buena fama, de virtuoso, de laudable;
practicad lo que habéis aprendido y recibido, lo que
habéis oído y visto en mí, y el Dios de la paz estará
con vosotros.” San Pablo en su carta a los Filipenses
4, 4-9vs.

+++

Cristianos: un poco menos de buenas intenciones


y un poco más de buena voluntad.
Que en el infierno habrá muchos de buenas
intenciones; quizá ningún cristiano de buena
voluntad.

+++

Debido a la existencia de páginas excelentes sobre


apologética y formación, lo que se pretende desde
88
aquí es contribuir muy modestamente y sumarse a
los que ya se interesan por el Evangelio de Cristo de
manera mucho más eficaz.

FUERA DE LA IGLESIA NO HAY


SALVACIÓN

La Iglesia es Una

* La Iglesia es Una debido a su origen. "El


modelo y principio supremo de este misterio es la
unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu
Santo, en la Trinidad de personas".
* La Iglesia es Una debido a su fundador. "Pues
el mismo Hijo encarnado por su cruz reconcilió a
todos los hombres con Dios, restituyendo la unidad
de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo"
* La Iglesia es Una debido a su "alma": "El
Espíritu Santo que habita en los creyentes y llena y
gobierna a toda la Iglesia, realiza esa admirable
comunión de fieles y une a todos en Cristo tan
íntimamente que es el Principio de la unidad de la
Iglesia". Por tanto, pertenece a la esencia misma de
la Iglesia ser una. (CIC, 813)
La Iglesia es Una. Cristo no fundó muchas, sino
UNA Iglesia, dijo que quería formar un solo rebaño
bajo la guía de un solo pastor (Cfr.Jn. 10)
89
La única Iglesia de Cristo, Nuestro Salvador,
después de su resurrección, la entregó a Pedro para
que la pastoreara. Le encargó a él y a los demás
Apóstoles que la extendieran la gobernaran. Esta
Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como
una sociedad, subsiste en la Iglesia católica,
gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos
en comunión con él.
La unidad de la Iglesia consiste en una unidad en
la fe, en la caridad y en la liturgia, bajo el gobierno
de los apóstoles y sus sucesores. Algo que aparece
expresado en los Hechos de los Apóstoles: "Eran
constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles
y en la comunidad de vida, en el partir el pan y en las
oraciones" (Hch 2,42)

En este sentido, el Concilio Vaticano II ha


hablado del triple vínculo de la unidad:
La profesión de fe, los sacramentos y el gobierno
y comunión eclesial.
Esta unidad no debe ser confundida con
uniformidad, ya que la Iglesia no podría unir a
hombres de todos los pueblos, razas y culturas, con
muy diferentes mentalidades y costumbres, si no se
diera en su seno una diversidad que enriquece la
unidad.
Sin embargo, esta diversidad tiene unas fronteras
que, si se traspasan anulan la unidad. Así aparecen
los cismas y las herejías. Cuando se rompe la
comunión vital, especialmente en la comunión en el
culto, estamos hablando de un cisma. Si la ruptura se
90
produce en el ámbito de la unidad de la fe, que a su
vez provoca una separación en el culto, nos
encontramos ante una herejía.
Las separaciones y escisiones sufridas por la
Iglesia a través de la historia, se han debido a
disensiones en el ámbito de la fe, que se han
profundizado al incidir también factores no
religiosos (tensiones nacionales, políticas, culturales,
etc.) y disposiciones personales (espíritu de
contradicción, rivalidad, orgullo...) sin embargo, tras
estas escisiones había también un sincero afán de
mantener la autenticidad del mensaje cristiano, por
lo que el camino hacia la unidad se debe realizar
mediante el esfuerzo común por entender
rectamente el Evangelio.
Las dos separaciones más importantes se
produjeron en 1054, al escindirse la Iglesia Oriental y
Occidental tras un largo período de disensiones y
enfrentamientos, y la ruptura que la Reforma
introdujo en la Iglesia Occidental, y que a su vez
originaría nuevas rupturas.

Estamos buscando la unidad

Así como notamos la diversidad de comunidades


cristianas, también constatamos que la mayor parte
de lo que somos y de lo que anunciamos es lo
mismo. Más son los aspectos que nos unen que los
puntos diversos. Y la Iglesia busca la unidad, porque
siempre le han dolido las divisiones por ser
contrarias al pensamiento del fundador.
91
Un esfuerzo muy notable por encontrar la unidad
de los cristianos comenzó con el Concilio Vaticano
II. La Iglesia quiere la unidad, la busca y se revisa a sí
misma para quitar todo lo que por culpa humana
impide llegar a esa unidad. En las denominaciones
no católicas también se ha emprendido esta
búsqueda.
Los cristianos de las diferentes Iglesias y
comunidades eclesiales, sienten la necesidad de la
unidad que Jesús expresa en su oración al Padre.
"Que sean todos uno, como tu, Padre, estás conmigo
y yo contigo que también ellos estén con nosotros,
para que el mundo crea que tu me enviaste". Este
movimiento por la unidad de todas las Iglesias se
llama "ECUMENISMO", antes a los no católicos los
solíamos llamar protestantes, calvinistas,
anglicanos.... Hoy ya se ha hecho común llamarlos
mejor "hermanos separados", porque en verdad son
hermanos nuestros y están separados de nuestra fe
católica.
El deseo de volver a encontrar la unidad de todos
los cristianos es un don de Cristo y un llamamiento
del Espíritu Santo. Para responder adecuadamente a
este llamamiento se exige:

* Una renovación permanente de la Iglesia en


una fidelidad mayor a su vocación. Esta renovación
es el alma del movimiento hacia la unidad.
* La conversión del corazón para llevar una
vida más pura según el Evangelio. Porque la
infidelidad de los miembros al don de Cristo, es la
92
causa de las divisiones.
* La oración en común, porque esta conversión
del corazón y santidad de vida, junto con las
oraciones privadas y públicas por la unidad de los
cristianos, deben considerarse como el alma de todo
el movimiento ecuménico, y pueden llamarse con
razón ecumenismo espiritual.
* El fraterno conocimiento recíproco.
* La formación ecuménica de los fieles y
especialmente de los sacerdotes.
* El diálogo entre los teólogos y los encuentros
entre los cristianos de diferentes Iglesias y
comunidades.
* La colaboración entre cristianos en los
diferentes campos de servicio a los hombres.

Es muy difícil lograr en un futuro próximo la


unidad de todos los cristianos, tener una sola Iglesia,
porque las divisiones han perdurado siglos. Pero la
tarea no es imposible. Si somos de veras cristianos
que deseamos permanecer fieles al Evangelio,
debemos poner de nuestra parte lo que podamos,
poner toda la esperanza "en la oración de Cristo por
la Iglesia, en el amor del Padre para con nosotros, y
en el poder del Espíritu Santo."

La Iglesia es Santa

La Iglesia es Santa, porque Cristo "la amó y dio su


vida por ella". Esto lo hizo para consagrarla. En Ella
dejó el Señor todo el tesoro de su santidad adquirido
93
por su muerte y resurrección y así la Iglesia es
dispensadora de santidad y santifica a todos sus
miembros desde el bautismo hasta la última
despedida, luchando siempre por purificarla del
pecado
Esta propiedad de la Iglesia parece contradecir la
experiencia concreta, que nos manifiesta una
comunidad con deficiencias en las actuaciones de sus
miembros, y en sus propias acciones comunitarias.
Sin embargo, podemos afirmar su santidad desde el
misterio de su ser.
Cuando la Sagrada Escritura habla de santidad,
está haciendo mención a algo que es propiedad y
pertenece a Dios, al solo Santo. Por tanto, la
santidad no expresa en la Biblia una actitud ética
primordialmente, sino una apropiación por parte de
Dios que santifica una realidad profana. De ahí que
podamos afirmar que la Iglesia es santa porque:

* Es de Dios y para Dios. Él la elige y crea un


pueblo santo, al que es incondicionalmente fiel y no
abandona a los poderes de la muerte y de la
contingencia del mundo (Mt 16,18)
* Jesucristo, el Hijo amado de Dios, se entregó
por la Iglesia para hacerla santa e inmaculada (Cfr.
Ef 5,27), uniéndose con ella de forma indisoluble
(Cfr. Mt 28,20)
* El Espíritu Santo, prometido por Jesucristo
(Jn 14,26; 16,7-9), está presente en ella, actuando con
poder y haciéndola depositaria de los bienes de la
salvación que debe transmitir; la verdad de la fe, los
94
sacramentos de la nueva vida, los ministerios.

Sin embargo, al acoger a hombres y mujeres


pecadores, la propia Iglesia es pecadora, necesitando
convertirse al Evangelio para manifestar con su vida
lo que es su ser mas profundo.
El Apóstol Pablo nos recuerda a los cristianos
que, por el Bautismo, hemos nacido a una nueva vida
que transforma nuestro modo de obrar y que hace de
nuestra existencia cotidiana un servicio a Dios. Esta
conversión de actitudes, valores y comportamientos
no es fruto de un empeño personal, sino efecto del
Espíritu Santo que actúa en nosotros si somos
capaces de dejarnos transformar por Él.

Por todo lo anterior, podemos concluir que la


Iglesia es Santa en su ser más profundo, pero
pecadora y en constante conversión en su
visibilización en el mundo.
Al canonizar a ciertos fieles, es decir, al proclamar
solemnemente que esos fieles han practicado
heroicamente las virtudes y han vivido en la fidelidad
a la gracia de Dios, la Iglesia reconoce el poder del
Espíritu de Santidad, que está en ella, y sostiene la
esperanza de los fieles proponiendo a los santos
como modelos e intercesores. Los santos y las santas
han sido siempre fuente y origen de la renovación en
las circunstancias más difíciles de la historia de la
Iglesia. En efecto, "La santidad de la Iglesia es el
secreto manantial y la medida infalible de su
laboriosidad apostólica y de su ímpetu misionero"
95
(CIC, 828)

La Iglesia en la Santísima Virgen llegó ya a la


perfección, sin mancha ni arrugo. En cambio, los
fieles cristianos se esfuerzan todavía en vencer el
pecado para crecer en la santidad. Por eso dirigen
sus ojos a María. En ella, la Iglesia es ya enteramente
santa.

La Iglesia es Católica

Porque la salvación que Cristo nos trajo se dirige a


todos los hombres sin excepción. Es Universal. Por
esto la Iglesia es Católica. A partir de la Ascensión
del Señor, se rompieron las fronteras de Israel para
"ir por todo el mundo y anunciar el Evangelio a
todas las gentes" Y en orden histórico los apóstoles
serían los testigos de Jesús en Jerusalén en Judea y
Samaria y hasta las regiones más lejanas de la tierra"
(Hch 1,8)
La palabra "Católico" no se encuentra en el
Nuevo Testamento. Será Ignacio de Antioquia quien,
hacia el año 110, aplique por vez primera este
calificativo a la Iglesia (Carta a los de Esmirna 8,2).
Originalmente significaba "la que expresa todo", "la
plenitud de la fe", pero con el tiempo ha pasado
también a denominar su extensión por todo el
mundo.
Consecuentemente, al reconocerse la Iglesia como
católica, dice de sí misma que predica la Fe en su
integridad a todo hombre, cualquiera que sea su raza,
96
nación o clase social. La catolicidad de la Iglesia se
realiza de forma concreta por:
a) La misión que ha recibido del Señor para
anunciar la Buena Noticia a todos los hombres (Mc
16,15; Mt 28, 19-20); esta tarea la realiza
enriqueciendo las diversas culturas, llevándolas a su
plena humanización, al tiempo que ella misma se
enriquece con las riquezas de todos.
b) Su enraizamiento en un pueblo, localidad o
ambiente, donde hace presente la plenitud de la
Iglesia de Jesús que es al mismo tiempo Iglesia
Universal, extendida por todo el mundo.
c) La abundancia de grupos que realizan la
existencia cristiana de un modo diferente, ya sea
como religiosos, laicos, célibes, casados o clérigos.

La catolicidad de la Iglesia es un don de Dios,


pero al mismo tiempo es una labor permanente, no
exenta de tensiones y dificultades, debido a la
diversidad de culturas, costumbres, formas de vida y
vocaciones.
El Concilio Vaticano II en la Lumen Gentium 13
dice: "Todos los hombres están invitados al nuevo
Pueblo de Dios. Por eso este pueblo, uno y único, ha
de extenderse por todo el mundo a través de todos
los siglos, para que así cumpla el designio de Dios,
que en el principio creó una única naturaleza humana
y decidió reunir a sus hijos dispersos...Este carácter
de universalidad, que distingue al pueblo de Dios, es
un don del mismo Señor. Gracias a este carácter, la
Iglesia Católica tiende siempre y eficazmente a reunir
97
a la humanidad entera con todos sus valores bajo
Cristo como Cabeza, en la unidad de su Espíritu"

La Iglesia es Apostólica

Apóstol quiere decir enviado. Los cuatro


evangelios señalan que Dios, el Padre, ha enviado a
Jesús, su hijo como Salvador del mundo. A su vez,
Jesucristo confió a los apóstoles la misión que había
recibido del Padre, encargándoles predicar en su
lugar el Evangelio a todos los pueblos, con el poder
del Espíritu Santo, hasta la consumación del mundo:
"Se me ha dado plena autoridad en el cielo y en la
tierra, Id y haced discípulos de todas las naciones,
bautizadlos y consagrárselos al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo, y enseñadles a guardar todo lo que os
he mandado, mirad que yo estoy con vosotros cada
día hasta el fin del mundo" ( Mt 28, 18-20; Mc 16,
15-20; Lc. 24, 47-48; Hch 1,8).
Su función apostólica intransferible, consistió
precisamente en ser:

* Testigos inmediatos de la Resurrección del


Señor
* Fundamentos de la Iglesia

Hoy como ayer y siempre, el Espíritu Santo


mantiene a la Iglesia en comunión con los Apóstoles
y, gracias a esta comunión, en comunión con el
Padre y con su Hijo Jesucristo. El Espíritu Santo es
el principio de la comunión de todos los miembros
98
de la Iglesia en la fe y en el testimonio de vida de los
Apóstoles. En este sentido toda la Iglesia es
apostólica, manteniéndose en ella la vitalidad del
Evangelio.
Al servicio de la apostolicidad de todos los
miembros de la Iglesia está la sucesión apostólica de
los Obispos que garantiza en cada momento que esta
Iglesia nuestra es la Iglesia misma de los apóstoles.
La verdadera Iglesia de Jesucristo está allí donde los
creyentes son fieles a la fe de los apóstoles, al mismo
tiempo que se adhieren a la sucesión apostólica de
los obispos.
En el Nuevo Testamento hay indicios claros de
cómo la misión apostólica, en los tiempos
inmediatamente posteriores a los Apóstoles, se
transmitió a otros discípulos. En efecto: Los
Apóstoles no sólo tuvieron en vida diversos
colaboradores en su ministerio, sino que:

* Confiaron a algunos el encargo de continuar,


llevar a término y consolidar la obra que ellos habían
comenzado.
* Establecieron colaboradores al frente de las
comunidades cristianas y les encomendaron que
proveyesen para que otros hombres probados se
hiciesen cargo, mas tarde, del ministerio apostólico.

La misión de los apóstoles se ha transmitido hasta


nuestros días a través de los obispos y del Papa,
sucesor del apóstol Pedro. Los obispos son
sucesores de los Apóstoles no en lo que a éstos les
99
fue propio y exclusivo: ser testigos de Cristo
Resucitado y ser fundamentos de la Iglesia. Los
obispos suceden a los Apóstoles en su función de
Pastores de la Iglesia; a través de ellos se manifiesta y
se conserva en el mundo entero la Tradición
Apostólica.
No es necesario que cada obispo, en particular,
sea sucesor de un determinado Apóstol. Para
garantizar la sucesión apostólica, basta con que el
Colegio (o conjunto) de los obispos suceda al
Colegio (o conjunto) de los Apóstoles. Cada obispo,
como miembro de todo el Colegio Episcopal, ocupa
un puesto en la sucesión apostólica. Esto es lo que
quiere decir el hecho de que, para ordenar a un
presbítero como obispo, está establecido que le
ordenen, por lo menos, tres obispos, como señal de
que se admite al candidato en el Colegio de los
obispos.
Desde los orígenes de la Iglesia hasta hoy, y así
sucederá hasta siempre, la Fe y la misión de los
Apóstoles se han mantenido íntegras y vivas
mediante la sucesión apostólica de los obispos,
asistida por el Espíritu Santo.
Un antiguo texto de la Tradición de la Iglesia
resume esta realidad diciendo:
"Los apóstoles salieron al orbe entero a predicar
la misma doctrina de la misma fe a todas las
naciones. En cada ciudad fundaron Iglesias, que
vinieron a ser como retoños o semillas de la fe y de
la doctrina para las demás iglesias de entonces y
ahora. Por eso, nuestras Iglesias deben ser
100
consideradas como brotes de las Iglesias apostólicas.
Aún siendo tantas Iglesias, no forman más que una
sola". Tertuliano, siglo III

¿Por qué decimos que la Iglesia es Romana?

Un hecho histórico vino a poner esta nota en la


Iglesia de Cristo: San Pedro, el primero entre los
Apóstoles, fue a Roma y ahí murió.
En los Evangelios aparece San Pedro con un lugar
muy importante entre sus compañeros apóstoles,
esta primacía es confirmada por Cristo resucitado.
En los Hechos es quien tiene la dirección principal
de la Iglesia naciente. Así se le consideró como signo
de ser la Iglesia de Cristo el estar en comunión con
Pedro. San Pablo mismo que tiene una parte tan
importante en la propagación del cristianismo
primitivo, confiesa que después de su conversión fue
a estar unos 15 días con Pedro, no fuera a suceder
que su mensaje no estuviera de acuerdo con él.
Este puesto importante de Pedro en toda la Iglesia
lo sigue teniendo el sucesor de Él en Roma, porque
ahí murió en el año 67 dando su vida por Cristo
como testimonio final de su amor al Maestro.
Conocemos los nombres de todos los sucesores de
Pedro hasta el presente. Hoy también los cristianos
conservamos la comunión con la Iglesia de Roma.
Por eso decimos que la Iglesia es Romana.

101
Fuera de la Iglesia no hay salvación

¿Cómo entender esta afirmación tantas veces


repetida por los Padres de la Iglesia? Formulada de
modo positivo significa que toda salvación viene de
Cristo-Cabeza por la Iglesia que es su cuerpo:
El Concilio Vaticano II Sínodo "basado en la
sagrada Escritura y en la Tradición, enseña que esta
Iglesia peregrina es necesaria para la salvación.
Cristo, en efecto, es el Único Mediador y Camino de
Salvación que se nos hace presente en su Cuerpo, en
la Iglesia. Él, al inculcar con palabras bien explícitas,
la necesidad de la fe y del Bautismo, confirmó al
mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que
entran los hombres por el Bautismo como por una
puerta. Por eso, no podrían salvarse los que,
sabiendo que Dios fundó por medio de Jesucristo la
Iglesia católica como necesaria para la salvación, sin
embargo, no hubiesen querido entrar o perseverar en
ella". (Conc. Vat. II Lumen Gentium 14)
Esta afirmación no se refiere a los que, sin culpa
suya, no conocen a Cristo y a su Iglesia: "Los que sin
culpa suya no conocen el Evangelio de Cristo y su
Iglesia, pero buscan a Dios con sincero corazón e
intentan en su vida, con la ayuda de la gracia, hacer
la voluntad de Dios, conocida a través de lo que les
dice su conciencia, pueden conseguir la salvación
eterna" (L.G. 16)

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Quipu editorial
www.quipueditorial.com.ar
14 de Diciembre de 2007

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