Vous êtes sur la page 1sur 9

baylon-mignot:

“de la retórica a la comunicación interpersonal”


en la comunicación, págs.201-208

1. introduccion
la palabra comunicación, que designaba en el francés corriente el intercambio de in-
formaciones, se ha convertido en un cajón de sastre en donde caben cosas tan distintas
como la publicidad, el diálogo interpersonal o la transmisión de imágenes por satélite. sólo
al mezclar los géneros se llega a hablar de sociedad de comunicación. debido a eso, antes
de continuar con el análisis, convendría precisar lo que podemos incluir dentro de ese tér-
mino. se puede distinguir: la comunicación de masas, que se dirige a un público inmenso y
utiliza canales de transmisión como la prensa, la televisión, la radio, el cine, los carteles (ya
hemos hablado de ella en la quinta parte y hablaremos en la octava). la comunicación inter-
personal, intercambio dialogal directo entre individuos por vía oral o escrita, se beneficia
también de los progresos técnicos que borran las distancias. recordemos, a falta de poder
analizar todo y a mitad de camino entre las dos precedentes, la comunicación en el seno de
la empresa, que toma dos formas: la comunicación interna, función que consiste en hacer
circular en la empresa las informaciones entre la dirección y el personal, el desarrollo del
diario de la empresa ha sido la primera expresión y la comunicación externa, función me-
diante la cual la empresa gestiona, más o menos eficazmente, la difusión de una imagen de
marca entre la clientela, el público, los socios y la competencia. ¿cómo se ha llegado a ha-
blar de comunicación interpersonal? ¿cómo ha llegado este sector de la actividad humana a
ser un objeto de estudio para las ciencias humanas? para introducir estas preguntas, es pre-
ciso distinguir entre las técnicas de comunicación interpersonal, que existen desde hace
tiempo, de hecho, desde la antigüedad, y el saber constituido, que tiene por objeto especifi-
co este campo muy particular de la acción que es este tipo de comunicación. tal saber co-
mienza a mediados del siglo xx, en condiciones históricas y sociales muy precisas. se pasa
de la retórica a las estrategias lingüísticas, de la sociedad de comunicación a la comunica-
ción entre individuos, de la transmisión de informaciones a la interacción.

2. la retorica

1
2.1. puesto que queremos reflexionar a propósito de las bases de la comunicación interper-
sonal, resulta imposible no evocar la retórica, disciplina que estudia las condiciones de un
lenguaje eficaz. la retórica antigua se refería tanto a las bases de un pensamiento convin-
cente como a los aspectos físicos de la expresión. es en la sociedad clásica francesa donde
se limitó poco a poco a los ornamentos del discurso (reboul 1984). la retórica es el primer
campo del saber que se interrogó sistemáticamente sobre el lenguaje en tanto que medio de
comunicación y, por otra parte, que propuso técnicas sistemáticas para hacer más eficaz la
acción comunicativa. la palabra tiene hoy día en el lenguaje corriente un sentido peyorati-
vo, en donde se trata a la vez, y contradictoriamente, de una palabra vacía y enfática y de
tentativas de manipulación. este cambio semántico no debería hacernos olvidar que la retó-
rica ha sido durante mucho tiempo un vector esencial de transmisión de la cultura y que
esta disciplina continúa influyendo profundamente en las relaciones entre los hombres. nos
enfrentamos, así, con una práctica cotidiana amputada de su denominación (barthes 1970).

2.2. la retórica fue inventada en la sicilia griega en el siglo v antes de cristo, en el marco de
procesos de propiedad en los que los ciudadanos tenían que convencer a los jurados popula-
res de la legitimidad de sus causas. los retóricos ponían a punto en esta época el orden ca-
nónico de las partes que debe contener un buen discurso, es decir, la norma expositiva que
se supone más eficaz. toda argumentación, si se quiere que surta efecto, debe ser estructura-
da en cuatro partes: el exordio, que anuncia el tema y trata de interesar al auditorio; la na-
rración, que expone lo más objetivamente posible los hechos propiamente dichos; la confir-
mación, que es el momento de la discusión y de las pruebas; por fin, la peroración, que re-
sume y concluye el discurso.

2.3. esta presentación tuvo un éxito enorme, que aún dura. se debe, sin duda, a que los retó-
ricos formalizaron, mediante la exigencia de un plan, una disposición natural de la comuni-
cación interpersonal (gusdorf 1952; bellenger 1984). el exordio y la peroración correspon-
den, de hecho, a esos momentos claves de la narración que son la puesta en presencia y la
separación, mientras que la narración y la confirmación remiten a dos dimensiones funda-
mentales de la comunicación: la transmisión del hecho (el contenido) y el intercambio a
propósito del sentido que se le quiere dar (la relación). así, la retórica, cuando es bien com-

2
prendida, es un formidable amplificador de las posibilidades de persuasión inherentes al
propio lenguaje. y, de hecho, es constantemente utilizada en eso que hoy llamamos las es-
trategias lingüísticas. e1 estudio contemporáneo de las estrategias lingüísticas se encuentra,
pues, en la línea de la retórica tradicional, incluso si ésta ha ensanchado considerablemente
su campo al situar al hombre discurriendo en una sociedad analizada con más amplitud y
precisión. así, tenemos el campo de la distinción, del que bourdieu (1982) cita dos ejem-
plos: durante una ceremonia en honor de un poeta beamés, el alcalde de pau se dirige al pú-
blico en un beamés de calidad, según los términos de un periódico local; en a la rechercbe
du temps perdu [en busca del tiempo perdido de marcel proust, la duquesa de guermantes
no afirma nunca tanto su prominencia como cuando descuida las conveniencias, se expresa
con familiaridad o adopta un acento campesino. estos ejemplos ilustran la sutileza de las es-
trategias de distinción que ocasiona la comunicación. es el capital lingüístico de que dispo-
nen esos dos locutores, la facilidad de expresión que han adquirido, tanto como su credibili-
dad social lo que les autoriza la condescendencia. nadie sospecha que el político doctor en
letras no sepa un francés correcto ni que la reina de la aristocracia ignore las reglas munda-
nas. al contrario, la legitimidad de los dos personajes está reforzada por la elegancia que
consiste en ponerse a la altura del otro o a no andarse con remilgos. el lenguaje distinguido
no es solamente correcto en el plano gramatical, sino también socialmente conveniente. la
comunicación es un mercado en el que las personas y los actos se ven atribuir un precio y
son evaluados según el rasero de las normas y los usos dominantes. pero no todos hemos
adquirido las mismas aptitudes para dominar las formas legítimas, ni en nuestra actitud, ni
en nuestra pronunciación, ni en nuestra gramática. para un pequeño burgués, apropiarse del
lenguaje de los que dominan necesita de un esfuerzo constante cuya huella se encuentra en
la tensión, así como en la aplicación que pone en cultivar el estilo correcto. por el contrario,
la distinción reside en el distanciamiento, en un descontrol controlado opuesto a la hiperco-
rrección mediante el cual los verdaderos herederos del poder social afirman su facilidad na-
tural.

2.4. la retórica fue ampliamente enseñada en toda la antigüedad grecorromana y, luego, en


el renacimiento. el prestigio de la elocuencia tenía ya sólidas bases en roma y en la galia.
diódoro de sicilia nos dice que los galos, en su hablar, tienen la palabra breve, enigmática, y

3
funcionan mediante alusiones y sobreentendidos, prácticas que tienen un parentesco con las
reglas de la retórica, lo cual explica el entusiasmo que tiene entre ellos. el orador de la ciu-
dad no contribuía únicamente al aparato de las ceremonias públicas, de las f1estas o de los
juegos. era naturalmente delegado ante el emperador para las misiones delicadas que con-
cernían a sus compatriotas: pagos de impuestos, gracias diversas, etc. el prestigio del retóri-
co era tal que sólo con su arte podía inclinar la balanza a favor de los suplicantes. la carrera
política se encontraba, como ocurre hoy, al final del aprendizaje literario del verbo. pero la
reflexión que portaba la retórica sobre la naturaleza de las relaciones humanas fue progresi-
vamente troceada por el racionalismo cartesiano. el método de descartes muestra, en efecto,
el deseo de liquidar la retórica. la idea que subyace en él es que toda posibilidad de discu-
sión sobre un hecho implica que éste es solamente probable. pero lo que es simplemente
probable puede que sea falso. la cultura de la evidencia racional va a conquistar progresiva-
mente una parte del espacio ocupado por la cultura de la argumentación. el saber moderno,
al buscar un lenguaje universal (breton 1987; winston 1988), descuida hasta el desprecio los
recursos de la palabra humana. los siglos xix y xx olvidan temporalmente a la retórica, que
desaparece como tal en los programas de enseñanza y casi únicamente encuentra lugar en el
lenguaje doble: el uso masivo de las técnicas de propagandas ideológicas, sobre el que se
injertará la publicidad, y la apología sistemática del racionalismo científico.

3. sobre la comunicacion entre las personas


3.1. a mediados del siglo xx existió un interés por la dimensión interpersonal de las relacio-
nes humanas y, paralelamente, la emergencia de un tema que es, de alguna manera, nuevo:
la comunicación. esta toma de conciencia funcionó en un contexto marcado por tres hechos
mayores: el clima creado por las dos guerras mundiales y mantenido por la situación del
conflicto larvado que siguió a la segunda de ellas; el retroceso del humanismo tradicional y
la crisis correlativa de los valores; el avance de las investigaciones científicas, que abren
nuevos territorios a la comunicación. así se instituyó una colaboración entre las ciencias
tecnológicas y las humanas, dando como resultado una visión renovada de la comunicación,
considerada como un comportamiento global.

3.2. el clima de guerra influyó considerablemente en la toma de conciencia de la importan-

4
cia de los fenómenos de comunicación. la enseñanza de lenguas extranjeras (foreign lan-
guage teaching) conoció un auge considerable, sobre todo en los estados unidos, durante
cada una de las dos guerras. en francia, la enseñanza del francés como lengua extranjera se
desarrolló sobre todo tras la guerra de argelia y la descolonización, en una época en que se
tuvo conciencia de que la influencia de un país que quería preservar, aunque fuese parcial-
mente, su estatuto de gran potencia., dependía parcialmente del lugar ocupado por su len-
gua en el mundo y de que el gobierno del país adoptara en ese campo una política volunta-
riosa.

3.3. paralelamente, se asistió en la inmediata postguerra al retroceso del humanismo, que si-
tuaba al hombre en el centro de todas las cosas. era la época en la que triunfaban el marxis-
mo y el existencialismo sartriano. una importancia creciente se acordaba entonces a las mo-
rales de la acción y al pragmatismo racional. aunque la comunicación ganó en eficacia real,
no funcionaba en el plano teórico y convenía estudiarla en todas sus dimensiones. los éxitos
espectaculares obtenidos en la comunicación de masas no son sólo para interesarse por las
relaciones entre individuos.

3.4. durante este periodo, las investigaciones científicas y tecnológicas se orientaron, por
una parte, hacia la búsqueda del tratamiento óptimo de la información y de la comunicación
bajo su forma física, por ejemplo, en el sector del teléfono, y por otra, en las ciencias huma-
nas, hacia una toma de conciencia de la dimensión interactiva de la actividad social. a partir
de 1945, tal como lo hemos señalado en el capítulo iv, los ingenieros y los matemáticos
avanzaban a grandes pasos en el conocimiento de las leyes que rigen la codificación y la
transferencia, la optimización de la información numérica. la puesta a punto por parte de c.
e. shannon de la teoría de la información y, luego, la concepción por parte de j. von neu-
mann del ordenador moderno marcan las grandes etapas de este desarrollo.

3.5. por su parte, las ciencias humanas no permanecen inactivas. la tradición que en psico-
logía destaca los objetos efectivamente observables hace progresar la idea de que el com-
portamiento es un objeto de estudio en si mismo. de hecho, bateson (1936) inaugura, en su
tesis sobre los latmuls, una reflexión sobre el papel fundador que jugarían en la constitución

5
del lazo social los modelos de interacción que rigen las relaciones entre los miembros de un
grupo social. el desarrollo de las investigaciones sobre la comunicación interpersonal (bre-
ton & proulx 1989) debe mucho a este encuentro entre ciencias exactas y tecnológicas por
una parte, y de ciencias humanas por otra. el fenómeno, que no es tan frecuente, hace que
nazca un nuevo campo de análisis. el lugar de este encuentro es conocido. se trata del semi-
nario en el que trabajaron juntos, a partir de 1952, matemáticos como norbert wiener, fun-
dador de la cibernética, y neumann, antropólogos como margaret mead y gregory bateson,
lógicos como julian bigelow, médicos como arturo rosen blueth. estos hombres y estas mu-
jeres ponen a punto el concepto moderno de comunicación, del que wiener y bateson, en
campos diferentes, serán los principales difusores. esta colaboración es posible debido a
que muchos ingenieros están persuadidos de que la información numérica puede, en cierta
medida, dar cuentas del sentido de los enunciados, mientras que los investigadores en cien-
cias humanas están convencidos de que la materia humana de las interacciones puede ser el
objeto de un cálculo. el antepasado del concepto moderno de comunicación, que sólo toma-
rá cuerpo a finales de los años cuarenta, será en 1942 la noción de comportamiento de inter-
cambio de información, que wiener se parará al mismo tiempo que sistematizará las de
feed-back de input y de output (el feed-back o retroacción es la acción ejercida, tras una
perturbación, sobre los valores de entrada input, por los valores de salida output, lo que res-
tablece los valores iniciales).

3.6. en este nuevo campo de la comunicación interpersonal no se comprendería gran cosa si


no se viera claramente hasta qué punto ese concepto trata de lograr una ruptura radical con
los modos de pensamiento precedentes. tal como lo explica wiener (1961) desde el inicio de
su reflexión, el método conductista de estudio tiene como vocación reemplazar todos los
métodos científicos en uso hasta entonces. para él, los fenómenos naturales no existen por
si mismos, pues lo real está completamente formado por las relaciones que los fenómenos
mantienen entre ellos. la actividad de la comunicación se convierte, entonces, en constituti-
va de lo real. cada uno siente que estamos en presencia de un verdadero paradigma funda-
dor. irrigará en profundidad la mayoría de los estudios ulteriores sobre la comunicación in-
terpersonal. ya no es posible estudiar al individuo en estado aislado, so pena de privarlo de
una dimensión esencial de su realidad: a todos los niveles, el ser humano es fundamental-

6
mente comunicante, de manera que un enfoque global del comportamiento de comunica-
ción se impone en las ciencias humanas. en esto también se benefician de la aportación que
les hacen las ciencias no específicamente humanas (si eso es posible).

4. los mÉtodos de observacion global


4.1. la perspectiva interactiva aparece, así, como la más innovadora dentro de las ciencias
humanas, después del período dominado por el estructuralismo. está enraizada en una co-
rriente histórica ya antigua. es preciso citar a propósito de esto a algunos precursores como
el sociólogo alemán george simmel o el filósofo y psicólogo estadounidense george h.
mead. el enfoque en términos de interacción privilegia la influencia que ejercen los unos
sobre los otros aquellos individuos inmersos en una situación de comunicación. abandona
la idea de un receptor pasivo en favor de la de un compañero activo que responde constan-
temente al emisor del mensaje, a partir del efecto que produce sobre él, el discurso de ese
emisor (marc & picard 1983). esta nueva orientación implica igualmente una metodología
específica, basada principalmente en un método de observación y de descripción que utiliza
a menudo diferentes formas de registro (fotos, magnetófonos, filmes, videos). privilegia
una observación naturalista., un trabajo sobre el terreno que se esfuerza por aprehender si-
tuaciones de la vida cotidiana reales y auténticas, por oposición a situaciones provocadas
estudiadas experimentalmente en laboratorio. se centra en el proceso de comunicación con-
siderado como un fenómeno global que integra varios modos de comportamiento (palabra,
mímica, miradas, gestos, distancia interpersonal) y escoge, como unidad de base, la interac-
ción entre individuos y no al individuo de manera aislada.

4.2. en materia de comunicación, el enfoque interactivo le debe mucho a la teoría de los sis-
temas, inspirada en la cibernética, que insiste por su parte en las dinámicas de regulación,
en la integración de cada sistema en entidades más vastas y en intercambios entre sistemas.
el enfoque sistémico obedece a varios principios de los que los más importantes son el de
totalidad y el de causalidad circular. el principio de totalidad implica que un sistema no es
una simple suma de elementos, sino que posee características propias, diferentes de las de
los elementos aislados. así, la interacción no puede ser tomada como la acción de un sujeto
concepto lingüístico y psicoanalítico que postula que es en el ejercicio del discurso donde

7
se constituye la subjetividad, mientras que se concede a la lengua su centro organizativo so-
bre otro sujeto; la relación madre-hijo, por ejemplo, no puede ser comprendida como la úni-
ca influencia del comportamiento materno sobre el del niño, sino como un ajuste recíproco,
dentro del contexto familiar. en cuanto al principio de causalidad circular, resulta de esta
perspectiva y significa que el comportamiento de cada uno está inmerso en un juego com-
plejo de acciones y de retroacciones.

4.3. según este concepto, los interlocutores no se contentan con intercambiar informacio-
nes, sino que están inmersos en una actividad de cooperación verbal en donde son insepara-
bles. se trata de una actividad conjunta, puesto que el enunciado de cada uno se apoya en el
del otro (beme 1975; ghiglione 1985). la interlocución se convierte de esta manera en un
concepto primero del que se derivan las nociones de locutor y de alocutario. el yo sólo se
descubre a si mismo, tal como lo había dicho ya benveniste, en la alocución a un tú, y es en
la palabra intercambiada donde el sujeto se reconoce y se define con relación a otro (jac-
ques 1979). la comunicación aparece, así, como una actividad contractual. cuando los inter-
locutores inician un intercambio, se ponen de acuerdo implícitamente, y lo implícito es el
conjunto de los fenómenos mediante los cuales la enunciación expresa algo más que el sen-
tido inmediato del enunciado. aparte de los diversos tipos de implícito reconocidos por la
pragmática, los interaccionistas amplían lo implícito al conjunto de signos que intercambian
inconscientemente los interlocutores, a partir de los principios y de las reglas que constitu-
yen este intercambio: así, el principio de reciprocidad, que señala el reconocimiento del
otro como interlocutor efectivo. este proceso ha sido muy bien descrito por claude lévi-
strauss (1967: 70) a propósito de la oferta ritual de un vaso: el compañero, que tenía dere-
cho a mantener sus reservas, es provocado para que se exprese; el vino que se ofrece apela
al vino que se ha dado, la cordialidad exige cordialidad. la relación de indiferencia, a partir
del momento en que uno de los convidados decide no seguirla, ya no puede volver a ser lo
que era: ya sólo puede ser, en adelante, cordialidad u hostilidad: no existen posibilidades,
sin insolencia, de rehusar el vaso que ofrece el vecino. y la aceptación de la oferta autoriza
otra oferta, la de la conversación. así, se establece toda una cascada de pequeños lazos so-
ciales, mediante una serie de oscilaciones alternas, según las cuales uno se crea un derecho
al ofrecer y un deber al recibir, y en los dos sentidos siempre, más allá de lo que se ha dado

8
o se ha aceptado. otro principio, el principio de influencia, remite al hecho de que todo in-
tercambio comunicativo es portador de posibilidades y que cada interlocutor busca domi-
narlas, influir sobre su compañero al negociar con él a través de estrategias diversas.

4.4. además de la necesidad de tener en cuenta la situación de discurso, el conjunto de las


circunstancias en las que se desarrolla un acto de comunicación, en entorno físico y social
en el que tiene lugar, ha conducido también a revisar el esquema de la comunicación. la si-
tuación es considerada como un elemento que condiciona el intercambio y sobre el que, a
su vez, repercute. no es posible, por lo tanto, ignorarla.

“de la retórica a la comunicación interpersonal”


1) ¿cómo se define comunicación de masas y cómo comunicación interpersonal?
2) ¿de qué se ocupa la retórica y cuáles son sus orígenes?
3) ¿cuáles son las partes que componen una argumentación?
4) tome el discurso de alguno de los integrantes de asambleas vecinales e indique qué par-
te corresponde al exordio, qué parte a la narratio, qué parte a la confirmatio y que parte
a la peroratio.
5) ¿en qué consiste, para p. bourdieu, el mercado del lenguaje? investigue qué era para los
griegos kairós. ¿cómo funciona el mercado del lenguaje en los talk shows? ¿por qué en
muchos de estos programas intervienen psicólogos y abogados?
6) ¿qué se entiende por perspectiva interactiva?
7) ¿por qué decirse que la comunicación es una actividad contractual? explique en qué
consisten el principio de reciprocidad y el principio de influencia. ejemplifique.

Vous aimerez peut-être aussi