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Año
Dos / Número Tres / Mayo de Dos Mil Ocho C I E N T O
CINCUENTA
M O N OS
L ITERATURA
Uranga
Devincenzo
Kasztelan
Vico
Bonafina
Pensotti
E NTREVISTA
Ricardo Strafacce,
sobre Osvaldo
Lamborghini,
una biografía
C RÍTICA
Vieytes
Díaz
Berduque
Sánchez Santarelli
C I E N T O Año Dos / Número Tres / Mayo de Dos Mil Ocho
CINCUENTA
M O N OS
ÍNDICE
LA MONADA, CONSEJO EDITORIAL
Santiago Sánchez Santarelli Editorial 1
Nació, sin pan bajo el brazo, en 1981. Para formar parte de la Kimono (Poesía)
nueva generación de escritores argentinos fue calvo, como
Casas; usó anteojos, como Garamona; y duplicó sus El llanto del payaso, Ignacio Uranga 2
iniciales; como Daniel Durand. Para ser de la avant-garde
más extrema las triplicó. Olvidó, tonto de él, escribir una Lo que queda del mono, Ariel Devincenzo 4
obra consistente. En vez de eso, codirige esta revista y
colecciona libros de poetas ignotos. Movimientos incorpóreos, Nurit Kasztelan 6
Kin Kón (Entrevista a un Gran Mono)
Juan Cruz De Sabato Entrevista a Ricardo Strafacce 7
Pese a su resistencia a escribir estas palabras,
ellas mismas se acomodan una detrás de la otra
Mono con navaja (Disección crítica: Literatura)
con el sólo fin de ofuscarlo. Pasado de contradicciones, Ariane Díaz
Ah, ahora edita cuentos infantiles. Pobres niños…
15
Monoambiente (Relatos de una sola pieza)
Mujeres de barba candado, Fernando Vico 20
Carolina Berduque
Orgullosa madre de Macedonio Fernández y de Oliverio Tiro de gracia, Verónica Bonafina 24
Girondo, tarda demasiado en armar revistas y en hacer
brownies. Pero qué bien le salen…
Segundo B, Mariano Pensotti 28
Mono con navaja (Disección crítica: Literatura)
Maten a Borges, Santiago Sánchez Santarelli 32
Ilustración de tapa:
Darío Fantacci (Grupo Niños) Monólogo (Teatro para leer, porque otra no queda)
Viviendo a costillas del poeta III, Gastón Mazieres 35
Mono con navaja (Disección crítica: Teatro)
Publicación realizada en la República de
Las locas, una lectura, Carolina Berduque 37
Floresta (Buenos Aires, Argentina), por el
Grupo Editorial Ciento Cincuenta Monos. Poemínidos (Contribuciones fósiles…)
Queda prohibida su reproducción sin citar
Alfonso Durán, Santiago Sánchez Santarelli 41
las fuentes. El grupo no se responsabiliza
por las opiniones vertidas por los La banana mecánica (Crítica de cine)
correspondientes autores (y menos por Crónica de un cineasta inevitable, Marcos Vieytes 44
los del mismo grupo).
La del mono (Columna chancha)
Quejas, opiniones, contribuciones:
Pornosonetos, Ramón Paz 47
150monos@gmail.com
Monoaural (Crítica de música)
Visite a los monos en:
www.150monos.blogspot.com Larumbe, Fernando Dominguez 49
Última página (Muchas monerías) 53
Editorial
LA TERCERA ES LA VENCIDA
Justificándonos
La idea de esta revista era ser bimestral. Pero ya desde Platón el mundo de las ideas y el de las cosas se
llevan a las patadas. Entre nuestra ingenua pretensión de intervalos regulares, arquetípicos, y la vasta red de
complicaciones que es la realidad había una especie de paro de subtes. O un piquete de ruralistas.
Tuvimos (hay que aceptarlo) el berretín iluminista de que la fuerza de la razón iba a poder con todo. Aun
con las mudanzas de los integrantes del Consejo, con la falta de computadoras y de tiempo, con el hecho de que
una revista no se hace con tres tipos dándose corte de directores. Nos habíamos olvidado de que, hace casi un
siglo, Werner Heisenberg había enunciado su célebre Principio de la Incertidumbre: “No se puede conocer al
mismo tiempo el contenido y la fecha de publicación de una revista.” Anacrónicos de nosotros.
Así que ahora, varios meses tarde, llegamos a sus casillas con el rabo entre las patas. Y rogamos al buen
Dios (muy a pesar de lo dicho en la editorial) que, en el futuro, un D’Elía de las revistas literarias nos allane a
trompadas el camino a la bimestralidad.
UNO
Kimono
Ignacio Uranga
Identidad o del mundo como voluntad y representación
El limonero de
Avellaneda 540
ha perdido
la libertad de ser
un árbol
cualquiera
Mnémica emotivo-involuntaria o del azul imposible
Tus ojos
tus ojos, la puta, tus ojos
Sýmbolon
El último invierno, agosto, miércoles, 11 pm
ella partió, dejó, la ciudad, un pacto, el am-
or, roto en el café de las siete: un sím-
bolo de la antigua Grecia: la hospi-
talidad de sus ojos: la mitad de mi tristeza
DOS
Ignacio Uranga
Nació el 20 de febrero de 1982 en la ciudad de Bahía Blanca, donde actualmente reside. Es estudiante de la licenciatura en Letras
en la Universidad Nacional del Sur. Tradujo poetas griegos, latinos, franceses e ingleses. En el año 2007 participó de la antología
Gruñendo (ed. Hemisferio derecho), los poemas allí publicados pertenecen a un libro inédito llamado El llanto del payaso.
urangaignacio@hotmail.com
TRES
Kimono
Ariel Devincenzo
la oscura calma no sé qué palabras
la noche atraviesa más que nunca no sé qué cielo
desvelado el sueño de los muertos
donde creía
vivir
necro-lógica-mente
Sobre una pintura
como el diamante en el corazón del carbón
de Loreto Garín Guzmán
qué cuerpo resiste y grita
quién
las moscas no han de perturbarse sin decírselo
orangutanes animados mirando de lejos
nombrándose ellos mismos
quedaron quietas las hamacas
sintiendo curiosidad
como el invierno en la casa de los sin casa
de monerías diferentes a las de su ombligo
el acorde del gas
cansada la garrafa
lo que queda del mono
el té los bizcochos más té y cigarrillos
es la soledad de un día en el desierto
en el viejo tazón caídos
un color en el monitor
por soñar compartido
un celofán en el cielo
Kimono
¿ves este desierto?
podés no cruzarlo, pero no niegues su existencia.
Ariel Devincenzo
Nació en Buenos Aires en 1977. Hacia fines de 2000, comenzó a trabajar junto al movimiento de artistas Etcétera… con el que participó
de diferentes exposiciones y coloquios, tanto en Argentina como en el exterior. También fue uno de los organizadores de la “Tertulia
de los viernes”, veladas de poesía que se prolongaron por más de dos años en la biblioteca de la que fuera la casa-imprenta del artista surrealista
Juan Andralis (1924-1994), en el viejo barrio del Abasto. En 2006 fue seleccionado por el Fondo de Cultura de la Ciudad
de Buenos Aires para la publicación de su primer libro de poesía Lo que queda del mono, que reúne material publicado
CINCO
y también inédito de los años 1997 a 2003. Los poemas aquí publicados forman parte de dicho libro.
Kimono
Nurit Kasztelan
Sarah Movimientos incorpóreos
Cayeron los héroes
Runas en ripios
arquetipos gastados
Una palabra en una hoja de papel que forman un cuerpo extraño,
un juego entre mi mano y yo
un puente hacia un género
una máquina de escribir que no funciona. que muestra el reverso
de un paisaje que sutura.
Artificios: encierro lo grande y lo pequeño
Nurit Kasztelan
Nació en Buenos Aires, en 1982. Es Licenciada en Economía y estudia Letras en la UBA. Desde mayo del 2007, coordina el ciclo de poesía La
SEIS
manzana en el gusano. En agosto del 2007 publicó Movimientos Incorpóreos (Ed. Huesos de Jibia). Poemas suyos aparecieron en la revista virtual
SEIS
No-retornable. También colaboró con reseñas para las revistas virtuales El interpretador y No-retornable. www.escribirenelaire.blogspot.com
Kin kón
LOS MONSTRUOS
Kin kón
1. El texto en cuestión está incluido en Osvaldo Lamborghini, una biografía.
Kin kón
Osvaldo Lamborghini en actitud contemplativa.
Además habrá influido en lo que escribió Yendo a otra cosa, quería saber qué imagen
después. política de Lamborghini surge después de leer tu
libro.
Influyó para que no pudiera escribir durante
mucho tiempo después. Es más, si César Aira no Bueno, Lamborghini tenía un peronismo clásico.
hubiese recopilado la obra inédita, hasta cabría la Es decir, un peronismo icónico, un peronismo casi
hipótesis conspirativa de que El Fiord no era de irracional. Pero viéndolo retrospectivamente,
Lamborghini: un tipo que viene de nada, de nada también la izquierda era irracional ¡y mirá si lo
anterior… Bueno, está el libro que editó Fogwill, era! En aquel momento parecía que ser peronista,
Poemas, pero es del ´80 y este otro es del ´69. Sí, ser justicialista durante el gobierno de Isabel
es un misterio realmente. Pero además, él todo el Martínez de Perón era totalmente incorrecto.
tiempo decía en las cartas que El Fiord le impedía Viéndolo ahora, desde otra perspectiva, también
escribir, etcétera, etcétera. era incorrecto y era estúpido ser del ERP, ¿no? En
fin.
Como obra inicial es un misterio, sobre todo si Era ingenuo políticamente, Lamborghini. O era un
uno lo compara con libros como 17 disparos provocador. Como Fogwill, que vos me decías que
contra lo por venir, de Bioy Casares, que son tan habla bien de Macri: Lamborghini era así. Pero
débiles… cuando él se tuvo que jugar, se jugó. Por ejemplo,
el trabajaba en el diario El Cronista, era secretario
¡Ojo!, también tené en cuenta que Lamborghini de cierre. El día que lo secuestran a Roberto
escribió El Fiord a los 28 años. O sea, no era un Quieto, ahí en la playa de Vicente López, va la
pibe. Tenía mucha cosa leída. De todos modos, ya mujer al diario, lo encuentra a él [a Lamborghini] y
te digo, no hay textos perdidos, prácticamente. él se la juega y publica la noticia, que muchos
NUEVE
Kin kón
diarios no publicaron. De hecho, era amigo de que traería las pruebas de página. Se demora.
[Emilio] Jáuregui, a quien mataron cuando vino Charlamos de boludeces. Se sigue demorando,
[Nelson] Rockefeller. hasta que finalmente llega. Viene con dos gruesos
Hay que ser cuidadoso en ese aspecto, porque se fajos de hojas impresas que prometen ser, en un
han publicado algunas cosas que no lo dejan bien futuro cercano, uno de los libros más importantes
desde el punto de vista político innecesariamente, de la década. Retomamos la entrevista.
sin que estén probadas.
Había algo que querías decirme.
Vi el otro día, releyendo Tadeys, que colaboraste
con el ordenamiento de los manuscritos. Sí. Luis Chitarroni leyó el libro, porque yo primero
se lo llevé a él, porque Sudamericana estaba
Sí, como yo estaba trabajando mucho en eso, publicando toda la obra –y de hecho la publicó–. A
colaboré con César [Aira]. Luis le encantó el libro y tenía intención de
publicarlo. Pero yo pensé que para mí era mejor
Te hago una pregunta lateral. ¿Queda algo para publicar en una editorial chica o independiente
publicar, van a publicar algo? que defienda los libros, que podía ser Beatriz
Viterbo o la de Francisco [Garamona]. Sí, yo
Se publicó prácticamente todo. Quedan cosas pensaba de esa manera: me gusta eso de editar
sueltas, cuadernos, anotaciones. Queda el Teatro los libros en una editorial chica que los defiende.
Proletario de Cámara, que yo pienso que Eso quería agregarte. Porque yo no quería
completo no es publicable, que no tiene mucho someterme ni a los tiempos ni a los manejos de
sentido porque es una obra que quedó una editorial grande.
interrumpida y, por ejemplo, tenés páginas donde
está el texto y está preparada la ventana para una Garamona hace su aparición triunfal en la
imagen y la imagen no está. Es un texto que está grabación.
pensado en función de palabra‐imagen. Pienso
que sí se podría hacer una antología de eso. FRANCISCO: Y… las editoriales grandes tienen esa
cosa de pensar más que en la literatura, en el
Yo le pregunté, me acuerdo, a César Aira –vía stock, ¿no? Son todo un mundo…
Adriana Astutti, de Beatriz Viterbo Editores– si
pensaba editarlo, en medio de la publicación del RICARDO: Sí, pero no sé cuál es el negocio que
resto de las obras en Sudamericana. hacen mandando, a los seis meses, los libros al
saldo…
Ya te digo, es complicado porque, por una parte,
está incompleto. Por otra, muchas de las páginas La cinta (sí, lo grabé en analógico2) corre. La
son borradores, son esbozos. Pero sí se podría conversación se va para cualquier lado. Strafacce
hacer una antología, porque son como 700 vuelve a encaminarnos.
páginas. Yo pienso que se podría hacer una
antología de 150 páginas, ponele. RICARDO: No, el concepto que yo quería redondear
con vos, Santiago, es el siguiente: yo quiero
Cortamos un rato para esperar a Francisco publicar cualquier libro, y sobre todo este libro, en
Garamona, el ya nombrado editor de Mansalva, una editorial como la de Francisco. No es que no
DIEZ
2. Ver introducción a la entrevista a Rafael Spregelburd, en el número 2.
Kin kón
Osvaldo Lamborghini queriendo parecerse a su ídolo: José Pablo
Feinmann. Le faltaron las tetas.
Kin kón
Si bien Lamborghini fue un escritor marginal, que Sí, sí. Yo creo que Lamborghini, a través de este
publicó en pequeñas editoriales casi libro, se repone totalmente. Se repone en tanto
desconocidas, yo creo que se le ha hecho bastante figura y se descuelga de ese lugar un poco irreal
justicia3, que se lo ha reivindicado como el gran que es el mito que se ha hecho en torno a su vida.
escritor que fue. Él escribió una serie de libros y Es un libro apasionante. Todos los grandes
textos sin los cuales ahora es imposible pensar la lectores y los fanáticos de Lamborghini en este
literatura argentina. Y creo que en ese sentido libro van a encontrar la felicidad.
tiene el lugar que se merece, y bueno, creo que la
posteridad le da la razón, ¿no? Es que lo estábamos esperando…
Después de toda esa generación de imitadores de Yo también. Yo lo estaba esperando desde
Borges que buscaban lo susurrante, la prosa siempre. La verdad, desde que leí las primeras
chata, aparece Lamborghini con toda esa líneas de Lamborghini siempre esperé poder leer
potencia y se pasa eso a los… un libro así, de estas características. Y el misterio
persiste, igual. No es que Ricardo lo agota. El
JAVIER: ¿Atómica traigo otra? misterio persiste y es alimentado de otra manera,
mucho más intensa, mucho más eficaz porque el
Javier es el mozo. Amigo de Strafacce, no se misterio del genio siempre está presente.
merecía quedar afuera de la entrevista. Él pensó lo
mismo y decidió participar. ¡Sus deseos son Igual, te cuento que no estás haciendo buena
órdenes! publicidad. Porque dirán: “¿Voy a leer 900
páginas y el misterio persiste?”
FRANCISCO: Yo creo que el libro de Ricardo repone
un montón de situaciones y un montón de Y… el misterio del genio es inexplicable.
cuestiones que no se sabían, y está muy bueno
como para reconstruir la historia del poeta. Justamente hoy hablábamos de eso con Ricardo
en relación a El Fiord. Cómo Lamborghini aparece
De hecho, Lamborghini tiene una figura de autor en El Fiord de la nada.
muy fuerte y su persona se diluye para los que,
como yo, no tiene acceso al conocimiento directo Sí, cuando leas el libro vas a verlo. El tipo es un
o a los textos no publicados, como cartas, simple militante, que de golpe se cae con El Fiord
cuadernos, etcétera. y es inexplicable. Todo eso está muy
documentado con un gran trabajo de archivo. Es
Totalmente. Todo eso lo repone Ricardo en el una cosa muy rara porque Lamborghini fue un
libro de una manera magistral. Además, otra tipo con un modo de vida muy atípico, y entonces
cuestión que no tenemos que dejar de ver es que reponer todo el itinerario de una vida, como hizo
este libro es la primera biografía buena (y no la Ricardo sin caer nunca en las estupideces y
última novela mala, que es otra cosa) que se banalidades del género, es algo muy complejo y
escribe en la literatura argentina. Y cuando la delicado y si da buenos frutos, como es el caso de
gente la lea no lo va a poder creer. este libro, es formidable.
Bueno, a eso me refería con hacerle justicia, Charlamos un rato. De bueyes perdidos. Strafacce
usando un término un poco desafortunado4. cuida el kiosco de diario que está sobre Paraguay.
DOCE
3. Bien, ninguno me va a dar la razón. ¡Jodidos entrevistados!
4. ¡Por fin una pilcha pa’ mi lata!
Kin kón
Volvemos a la presencia del autor en las RICARDO: Se…
biografías.
FRANCISCO (Garamona toma el lugar del
Es una cosa que se suele extrañar. entrevistador): Diez años estuviste escribiéndola,
¿no?
FRANCISCO: Además, Ricardo siempre se mantiene
al margen y nunca imposta el lugar del tipo que RICARDO: No, no. De investigación sí. Empezamos
escribe. Nunca se mete realmente. Es como una en el ’98 y yo al libro lo escribí un poquito en 2002
gran novela policial, con una intriga y un misterio. y mucho en 2003 y 2004. Después corregí. Pero el
relato es de 2003‐2004, que fueron dos años de
RICARDO: Podé muchas cosas, porque Héctor locura porque ni a mis hijas las dejaba venir a mi
Libertella me daba un consejo muy sabio: casa. Héctor [Libertella], me acuerdo, me dijo:
“Ricardo, no podés escribir todas las cosas que se “Vos hacé tu laburo como puedas, o sea lo menos
te ocurran. Con generosidad y derroche, tenés posible, pero tenés que atender solamente al
que tachar cosas que a vos te gusten”. Y eso para muchacho de la rotisería”.
mí es la lección del maestro. Me decía, en esa
mesa: “¡No podés poner todas las cosas que se te
ocurren!”
“Tachá, viejo, tachá.”
Y Strafacce le hizo caso al maestro. Los resultados
FRANCISCO: En esa mesa cuando todavía se podía estarán a la vista cuando Garamona y los astros se
fumar, ¿no? alineen. Mientras, nosotros esperamos ansiosos.
Ricardo Strafacce
Nació en Buenos Aires, en 1958. Ha publicado una novela fragmentariamente (Red
Gardel, 1994) y otra completa (El crimen de la Negra Reguera, Beatriz Viterbo, 1999).
Es autor de las novelas El Parnaso Argentino, Frío de Rusia, Carlutti y Pareja, y
Maneras de no verla, aún inéditas. Trabaja en Derechos de sosías, una nouvelle
autobiográfica. Ya está en prensa su nouvelle La Boliviana.
Francisco Garamona
Nació en Buenos Aires, en 1976. Es escritor, músico y editor. Dirige la editorial Mansalva,
Poesía y ficción Latinoamericana. Publicó, entre otros, Parafern y El verano (Deldiego,
2000 y 2001), Cuaderno de vacaciones (Ed. Siesta, 2003), Una escuela de la mente (Ed.
Eloísa Cartonera, 2004), Aceite invierno (Editorial Municipal, Rosario, 2005) y La leche
vaporosa (Ed. Vox, Bahía Blanca, 2006).
TRECE
Osvaldo Lamborghini, una biografía
por Ricardo Strafacce
Editorial Mansalva, Buenos Aires, 2008
editorialmansalva@yahoo.com.ar
Editorial Mansalva invita al público
lector a realizar la compra anticipada
de la monumental biografía de
Osvaldo Lamborghini, escrita por
Ricardo Strafacce, a publicarse en
septiembre de 2008.
Osvaldo Lamborghini: una biografía, es
un libro de 960 páginas de gran
formato, sobre la vida y obra del mítico
escritor argentino. Cientos de cartas,
testimonios, críticas, poemas, repor‐
tajes, guiones de cómics realizados por
el poeta y un riguroso análisis de la
suma lamborghiniana conforman el
volumen, fruto de más de diez años de
trabajo del autor. Esta biografía, escrita
con la tensión de una novela policial,
además de develar el misterio que
siempre rodeó a la figura de Osvaldo
Lamborghini es también un friso excep‐
cional sobre la época, que documenta el
arribo del lacanismo en Argentina bajo
la figura tutelar de Oscar Masotta, las
tensiones entre literatura, política y
psicoanálisis, la historia de la revista
Literal, la militancia peronista y la
excentricidad de la vida bohemia, entre
Aquellos que realicen la compra
muchas otras cosas más. El libro está anticipada del libro pagarán $150,
ilustrado con un centenar de fotos y
reproducción de manuscritos. Nadie ahorrándose $70 del precio final con
que esté interesado en conocer la
que el volumen se venderá en
historia secreta de la vanguardia
argentina de los años 70 y 80 puede librerías.
dejar de leer este libro imprescindible.
Para realizar la compra anticipada, comunicarse con Editorial Mansalva
editorialmansalva@yahoo.com.ar
Mono con navaja
PASADO DE CONTRADICCIONES
Ariane Díaz
El artículo “Vanguardia y crítica. Tensiones y contradicciones”, de Ariane Díaz
Martín Glozman*, compara algunos dichos de Mariátegui sobre la literatura Estudiante de Letras
peruana y las vanguardias con algunos planteos de vanguardistas rusos, a la (UBA), miembro del
vez que dirigentes de la revolución rusa, especialmente Trotsky. Comité Editorial de la
Revista Lucha de Clases
El problema que recorre el conjunto del artículo será, como dice el y del Instituto del
autor, el de la “representación” en la literatura de “otros” a los que dice Pensamiento Socialista
"Karl Marx".
representar o dar voz en ella. Se trata, entonces, de una representación
arianediaz@gmail.com
política: en el caso de Mariátegui, la representación de la tradición indigenista;
en la de la URSS, la representación de la clase obrera o de los sectores
populares. Para ello convoca citas de Ludmer que tratan la representación en la
literatura gauchesca en el contexto latinoamericano, donde se intenta una
teoría sobre literaturas que “hicieron oír la voz de un cuerpo usado para la
guerra, la economía y también para el sexo”1 en un afán regimentador. Más allá
de lo aplicable de la comparación con Ludmer para el caso de la gauchesca, en
la cita ya se observa a dónde se dirige el texto de Glozman cuando analiza el
caso soviético donde, según el autor, se hiciera también uso de las voces y los
cuerpos de la clase obrera en el mismo sentido disciplinador. En este camino se
entremezclan, como si fueran lo mismo, el fenómeno de las vanguardias rusas,
la política del Estado soviético, las posiciones de los marxistas clásicos y de
dirigentes de la revolución con la política del stalinismo, confundiendo hechos,
escritos y posiciones políticas e ideológicas, pero, sobre todo, identificando el
rico proceso abierto en la literatura y en otras artes al calor de la revolución con
lo que fuera casi su exacto opuesto, la política de Stalin. Veamos.
Glozman inicia el texto dando cuenta de que el fenómeno de las
vanguardias, como diría Mariátegui, no es un problema de innovaciones
técnicas sino del “repudio, en el deshaucio, en la befa del absoluto burgués”2.
En las definiciones ahora clásicas de Bürger sobre las vanguardias3, esto sería la
crítica a la “institución arte” como tal que caracteriza a las vanguardias
históricas, ligadas siempre a la crítica (no necesariamente por izquierda, si
tomamos en cuenta el caso del futurismo italiano) del arte burgués y sus
instituciones. En realidad, tal característica corresponde al contexto de fin de
siglo XIX y principios del XX, un contexto de crisis del capitalismo no sólo social
y política sino también ideológica, en el marco del acercamiento y, finalmente,
explosión de las guerras mundiales y revoluciones. En ese sentido, las
vanguardias históricas (para diferenciarlas de otro tipo de vanguardias, como el
pop de los ‘60) se manejaron dentro de este contexto y fueron siempre en este
sentido “políticas”. Por otro lado, las lecturas que de ellas se hicieron en la
QUINCE
occidentales, por ejemplo, en el ’38, sobre el
expresionismo. El caso de Mariátegui tiene un poco de
varias tendencias: por un lado las analiza como partes
de un determinado “espíritu de época” de decadencia
de la burguesía, pero en vez de considerarlas
decadentes (como hiciera Lukács en el debate sobre el
expresionismo)4, las considera parte también de la
construcción de lo nuevo. O sea, tienen un carácter
contradictorio para él, aunque por lo general fueron
tratadas positivamente. Pero en el texto que cita el
autor, “Arte, revolución y decadencia”, Mariátegui se
refiere a las vanguardias históricas europeas en su
propio contexto. En Perú, de lo que habla Mariátegui
en los 7 ensayos sobre la realidad peruana es de una
literatura que recupere las raíces indígenas
despreciadas por la cultura oficial y colonialista como En el capitalismo y en el socialismo.
una tendencia considerada necesaria (y emergente,
aunque aún débil en ese momento) en el mapa que
configura, dado que, en la visión de Mariátegui, para el parte, recogieron mucho de las lenguas, costumbres y
caso de Perú, una aspiración a futuro de un arte temas tradicionales rusos y no rusos (hay que tener en
socialista no puede no incluir esa tradición oprimida.5 mente que el imperio ruso oprimía a toda una serie de
Son entonces escritos sobre dos situaciones distintas nacionalidades distribuidas en el territorio que
que no pueden amalgamarse. manejaba), lo cual fue, quizá, una de sus características
distintivas.8
Pero, además, lo cierto es que las
concepciones de Mariátegui aquí expresadas no se En realidad, ambas tendencias, como dirá
derivan, como dice el autor, del “marxismo ruso”6, Trotsky, fueron orgánicas a la revolución: tanto la más
sobre todo porque eso significaría que la tradición rusa “folklórica” o tradicional, como la más modernista.
respecto a este punto tuvo carácter unánime o Porque la revolución no sólo llevó a que los sectores o
mayoritario, cosa que no fue así: si quizá en algunos nacionalidades oprimidas, una vez librados del
textos pueden encontrarse analogías con Plejanov, zarismo, quisieran expresar a través del arte sus
pero también con Lukács, como señalé antes, costumbres, su lengua, etc., sino que también provocó
difícilmente puedan ser las mismas de Trotsky, que es el ansia de innovación y ruptura con lo anterior que
el autor que centralmente cita Glozman.7 manifestaban las vanguardias. Una fuerte discusión
entre ambas tendencias sobre estos problemas tiñó los
La comparación con la literatura mujik rusa (de manifiestos, las revistas y declaraciones de todos los
tema campesino y de orientación populista) tampoco años ‘20, porque lo que estaba en juego –y servía de
ayuda mucho: si en principio puede plantearse esa punto común– era justamente la voluntad explícita de
analogía con la cultura indigenista, no es válido los agrupamientos de la época de acercar el arte a las
oponerla a la modernización vanguardista, ni en Perú masas y hacerlas sus protagonistas. La disputa se
ni en la URSS. Por un lado, porque en el pensamiento produjo porque, en la mayoría de los casos, se
de Mariátegui es posible el rescate de esa tradición atribuyeron la representación del pueblo y del
sólo basado en que el avance de la clase obrera y la “espíritu” de la revolución, para sí mismos. Por ello, los
posibilidad del socialismo traen la posibilidad de casos que cita el autor de declaraciones de Maiacovsky
eliminación del colonialismo cultural; y, por otro lado, y Altman le parecen contradictorios: es que no son
porque no es cierto que las vanguardias rusas hayan declaraciones de grupos de vanguardias “regimen‐
sido su contrario “modernizador y urbano” manejado tados” por el Estado peleando por cierta indepen‐
por el modernizador partido bolchevique, como dencia política de él, sino declaraciones de quienes
presenta el autor. Las vanguardias soviéticas, por su pretendían en contra de otros grupos ser reconocidos
Mono con navaja
participaban también muchos miembros del partido El autor del artículo menciona una cita sobre
bolchevique. Y decir que era Trotsky el que intervenía el arte socialista en relación a los planteos de
no es menor: sin duda como uno de los principales Mariátegui para Perú y las vanguardias, pero no
dirigentes, con Lenin, de la revolución, su opinión tenía entiende que la argumentación de Trotsky es en contra
mucho peso en el partido y en la opinión pública. Pero y no a favor de las mezquinas cuitas que suponían, por
justamente interviene no para imponer sus posiciones un lado, que las vanguardias se consideraran las únicas
políticas a los artistas ni sus gustos literarios sino para voceras (cada una de ellas) de la revolución y que las
marcar que el arte no puede sino malograrse cuando se tendencias “folklóricas” desdeñaran toda innovación
le quieren “trazar los surcos” por donde debe sembrar. en nombre de ella; y por el otro, en contra del
Si el autor hubiera leído completo el libro hubiera populismo del Proletkult, sobre todo porque en boca
notado que Trotsky no sólo cuando pasa revista a la de los bolcheviques estos fundamentos se enunciaban
mayoría de las tendencias señala aspectos positivos de efusiva y grandilocuentemente en nombre del
ellas10 como aportes al arte del futuro, sino que ataca marxismo y la case obrera cuando, en realidad,
en sus fundamentos teóricos muchos de los contradecían sus propios fundamentos. Como sea,
presupuestos populistas que posiciones como las del ninguna de estas declaraciones o discusiones llevó a
Proletkult sostenían en nombre del marxismo, así ningún tipo de medida, ley o norma que impidiera el
como a las vanguardias en la discusión con la tradición desarrollo artístico ni la continuidad de la discusión.
literaria previa. Pero dado que el presupuesto del que
parte Glozman es que la dictadura del proletariado era Va a ser Stalin quien, posteriormente, haga
en realidad la del partido y lo fue desde siempre, tales casi todo lo contrario que lo planteado por Trotsky en
“pequeños matices” se le escapan y lee el libro como ese libro: bajo el nombre de “realismo socialista”
un intento de regimentación y a Trotsky hablando de regimentó a los grupos en uno solo e impuso una
arte “con el fusil en el escritorio”. estética oficial y estatal, persiguiendo o callando a
quienes no estaban dispuestos a, como dice Trotsky
Más aún, el capítulo final del libro y los anexos cuando en el ’37 vuelve sobre este punto criticando ya
que la mayoría de las ediciones traen (la que utiliza el directamente a la reacción stalinista en La revolución
autor entre ellas) son una apelación a salir de esas traicionada, “realizarse sobre ellos mismos esa violen‐
discusiones si el objetivo es hablar del arte socialista cia”. Al parecer, Trotsky y su metáfora del termómetro
futuro: si es socialista, supone la disolución de las seguía siendo útil ahora por la negativa: algo iba mal
clases y por tanto de las posibilidades de un arte en el arte porque algo iba mal con la revolución. Pero el
“burgués” o “proletario”, para pasar a la posibilidad de autor no toma nota de este cambio ni de que en la
un arte “humano” donde, además de poder mayoría de los casos y de otros terrenos (como la
desarrollarse los distintos temas y géneros, entre otras filosofía, la ciencia y la economía misma), el realismo
cosas, ya no haya un solo Shakespeare sino muchos y socialista no se trató tanto de un problema estético
mejores, porque las necesidades materiales y sociales sino político: la eliminación de adversarios. Y tampoco
habrán mejorado lo suficiente como para ofrecer considera que muchas veces las acusaciones contra
tiempo de ocio. Por eso Trotsky afirma que el quienes no cumplían las normas del realismo socialista
desarrollo artístico es el mejor “termómetro” de cómo y por ello fueron perseguidos, como en el caso de
avanza la construcción del socialismo. Babel fue… ¡ser trotskistas! (incluso sin serlo). Extraña
“continuidad”, entonces, la que se dibuja entre
Ésta es, probablemente, la única solución de trotskismo y stalinismo, por otro lado no muy original:
fondo para el problema que se les presentaba a las siguiendo a Mariátegui, es parte del “espíritu de época”
vanguardias y que, en general, no les es exclusivo: el en que habita desde la caída del Muro y hasta hoy,
problema de la producción artística limitada a unos como se observa en varios de los “recordatorios” a los
pocos, y enormes masas a las que les es vedada o a las 90 años de la revolución. Lo que Glozman lee es la
que sólo se las admite como espectadoras mientras se continuidad de la revolución con la reacción stalinista,
habla en su nombre (el problema de la representación y las concepciones y políticas del stalinismo en
del otro en literatura que Glozman quería abordar). germen, si no en continuidad directa, con el leninismo.
Mono con navaja
Pero lo peor quizá no es la serie de errores con fenómenos como el fascismo o el stalinismo (y
históricos y de lectura, sino cierta “consideración” para seguir con quienes cita el autor, al parecer sin
expresada para con estos hechos: porque si leer), las definiciones de Trotsky y de otro
efectivamente, una vez digerido mal algunos hechos y vanguardista, Breton, quienes, justamente porque
textos, la historia fuera como se relata en el artículo, Stalin y sus funcionarios para el arte hablaban en
¿ameritaría como conclusión que la lectura de estos nombre de la revolución para imponer sus
textos es “significativa” para la “comprensión moderna directivas, finalizaran su “Manifiesto por un arte
del arte” siempre “entre los límites de lo que puede ser revolucionario independiente” diciendo: “He aquí lo
y no es”? que queremos: La independencia del arte –por la
Sigo prefiriendo, cuando se trata de analizar revolución; La revolución –por la liberación
los límites para el arte en el capitalismo o su relación definitiva del arte”.11
1. Citada por el autor en su artículo.
2. Citado por el autor en su artículo.
3. Bürger P. Teoría de la vanguardia. Barcelona: Península, 1987.
4. El debate fue entre Bloch, Brecht, Lukács y otros en la revista Das Word en el año 1938. Varias compilaciones reproducen las intervenciones.
Una de las más completas es: Machado J. Um capítulo da história da modernidade estética: Debate sobre o expresionismo. San Pablo: Edit.
UNESP, 1998.
5. Es discutible, aunque no podemos hacerlo aquí, la analogía que allí realiza Mariátegui entre la gauchesca y la tradición indigenista peruana.
6. Por otro lado, entre tantos otros errores, tampoco el Partido Socialista del Perú salido de la ruptura con Haya de la Torre es un derivado
directo del Partido bolchevique ruso, pero eso excede esta discusión.
7. Resumidamente, como planteará en Literatura y revolución, para Trotsky el arte no debe considerarse ni como “un martillo” que moldea a su
gusto la realidad ni como un espejo que meramente la refleja, sino como el “resultado” de la interacción subjetiva del artista con sus
materiales, no siempre armonioso sino más bien siempre “en lucha”, siguiendo, a nuestro criterio, lo mejor de las concepciones vertidas sobre
el tema por los fundadores del marxismo, quienes además más de una vez “lamentaron” la expresión explícita de una tendencia política que no
surge orgánicamente del material artístico en textos de varios socialistas de la época que les pidieron opinión sobre ellos.
8. Como puede observarse en pintura, en los varios temas campesinos retomados por el suprematista Malevich (“Cabeza de joven campesina”
o “La segadora”, entre otros) o en literatura, por ejemplo, en el futurismo mismo, al que Mandelstam considera parte de la configuración de
una literatura más “nacional” luego de la modernización influenciada por Europa del simbolismo (Osip Mandelstam, “Tempestad y pasión” en
“Dossier Khlebnikov” de Diario de Poesía).
9. Por ejemplo, el punto 4 de las Tesis del Sector del arte del Comisariado para la Enseñanza y del Comité Central de la Federación Panrusa de
Sindicatos de Artistas de 1921 dice: “4. El arte se subdivide en varias orientaciones. El proletariado solamente elabora su propio criterio
DIECINUEVE
artístico, y por eso, ni el poder estatal ni la asociación de sindicatos deben reconocer ninguna orientación como algo estatal‐oficial; por el
contrario, han de ser el máximo apoyo a todas las iniciativas en el campo del arte”, en: González García y otros. Escritos de arte de vanguardia
1900/1945. Madrid: Istmo, 1999, p.318).
10. Incluso a las políticamente hostiles al marxismo, como el formalismo.
11. En anexos a Literatura y revolución. Bs. As.: Crux, s/f. Aunque publicado con las firmas de Diego Rivera y Breton, el manifiesto fue redactado
de hecho por Trotsky y Breton.
Monoambiente
¿Por qué todo debe tener explicación? pesos para cubrir un descubierto en el banco.
¿Por qué creer que el cuerpo es una máquina Pienso que en realidad necesita el dinero para
perfecta? Hay cinco dedos en cada mano y no conseguir amor, felicidad, sexo, prestigio, hijos.
cuatro para que podamos rascarnos con Pero únicamente le respondo que no hay pro-
comodidad. Y también están los dos ojos y las dos blema, que venga a verme al día siguiente. Me da
orejas para que no digamos tantas pavadas. Las las gracias y dice que me los devolverá en cuanto
cosas tienen orden, lógica, sentido. Hablamos para le paguen. Le contesto que no me gustan las
expresarnos, mentimos por miedo, tenemos hijos explicaciones y antes de la despedida, le cuento un
para sentirnos inmortales, nos amamos para chiste. Resulta que Aristóteles está en la Grecia
escapar a la soledad, corremos para estar en forma, antigua con un tenedor y un cuchillo en sus
el sexo sirve para saciar nuestra lujuria y estudiar manos. Un discípulo le pregunta por qué tiene esa
para ganar prestigio. El dinero, tal vez, para actitud, a lo que el filósofo le responde. ”Me estoy
conseguirlo todo: sexo, prestigio, hijos, inmor- preparando para ir a lo de Platón”. Acto seguido
talidad, amor. Nos sentimos presionados, que- llamo a Amanda y le digo que necesito veinte mil
remos replantear nuestras vidas, miramos el pesos. Me pide que pase por su casa a la noche.
amanecer porque dicen que es algo hermoso.
También parece que los días de lluvia son tristes y La botella de vino que le llevo significa
los de sol alegres, que la poesía es para sensibles y que me quedaré a comer. Luego, haré el amor
la violencia para brutos. Mi ex mujer me decía como un actor que cumple a desgano su libreto en
que estamos en la vida para aprender, que a ella una mala telenovela. Repetiré mi monólogo de las
todo lo que le pasaba la hacía procesar y analizar explicaciones. Versos viejos: demagógicos, pero
mejor al mundo. El día que la dejé como a un rendidores. Ella aceptará el juego con el mismo
perro supongo que habrá tenido una linda lección. entusiasmo simulado. Antes de dormir, pensaré
No sé. O quizás el que recibió un aplazo fui yo. que quizás haya llegado el momento de retirarme,
Todo es relativo, ya lo decía Shakespeare. Ahora como hacen los futbolistas cuando ya nadie los
suena el teléfono y cuando atiendo cortan. Me quiere. Comprar un perro, regar las plantas,
niego a pensar que hay una explicación también a fundar la Asociación de Amigos de la Calle
eso. Hay que dejar correr el agua, como siempre le Salguero. Amanda me dará la plata y me dirá
digo a mis alumnos, que dejen libre su ima- tomate todo el tiempo que necesites. Le contestaré
ginación, que piensen que la teoría no sirve para algo y luego intercalaré “Cosecha Roja” (de
nada, lo fundamental es la creatividad. Sin ella no Dashiell Hammet) en una frase.
hay vida. Otra vez el teléfono. Era mi hermano.
Hubiera preferido que volvieran a cortar. Me Desayuno en un bar. Miro a los que leen el
pregunta, en este orden, por el trabajo, mi vida y diario antes de ir al trabajo. “Personas que no se
mi hijo. Le contesto vaguedades y cierro citando el entregan a la pasión y cuya apatía las lleva a elegir
título de una novela de Horace Mc Coy: ¿Acaso no una vida de rutina en la que vegetan como
matan a los caballos? Cada tanto me gusta abacaxis en un invernadero de piñas tropicales”,
nombrar títulos de mis libros preferidos, aunque como decía el brasileño Rubem Fonseca. En
nada tengan que ver con la conversación. Nunca cuanto a mí, no me interesa la agenda de las
VEINTE
se dan cuenta. Él da algunos rodeos. Intuyo que formalidades ni tampoco la prolija vida de excesos
quiere pedirme algo. Me dice que necesita diez mil y exabruptos cotidianos. Las mujeres, a esta altura
Monoambiente
en el dinero que me hace feliz. No es lo que habían invitado. Cuento un chiste: dos psicólogos
representa, sino el objeto en sí: el papel, los se encuentran caminando por la calle. Se saludan
dibujos, las huellas digitales, la textura, el olor. de lejos. Apenas se dicen hola y hola. Después se
Monoambiente
quedan pensando en lo mismo: “¿qué me habrá Por la mañana tengo la primera reunión
querido decir?”. Sigo con el de las mujeres de para fundar la Asociación de Amigos de la Calle
barba candado, pero hay menos risas. Concluyo Salguero. Parece que es importante pedirle al Go-
que no es material apto para la tele. En los pasillos bierno Municipal una orden para que se declare el
me cruzo con Daiana. Ahora es famosa. La rodean patrimonio histórico. Un hombre llamado Escu-
dos guardaespaldas y un equipo de cuatro o cinco dero dice que es necesario exigir que se coloquen
asesores. Lleva un tapado largo, pero igual se cestos de basura especiales, porque los que hay
pueden divisar sus formas. Cada vez que la veo me ahora los queman. Otra señora, llamada Mónica,
vuelvo a preguntar si son más importantes las asegura que hay que moverse rápido para conse-
tetas o el culo. Conozco bien a Daiana. Trabaja- guir la personería jurídica, de lo contrario nada
mos juntos durante dos temporadas. Después ella tendría sentido. Por mi parte, propongo dividir el
consiguió la fama que tanto quería y yo seguí con trabajo en comisiones. Me piden que me encargue
lo mío. ¿Las tetas o el culo? ¿Por qué esa del área de prensa y difusión, pero me niego.
necesidad de ordenar y clasificar todo? Qué Alego que no quiero mezclar las cosas. Intercalo
importa. Shakespeare decía que lo único incues- “Cuentos de amor, de locura y de muerte” (de
tionable es la sangre. Daiana es fría, cerebral. Horacio Quiroga) en la frase. Finalmente me
Tiene todo para mantenerse en la cima. Por el incluyen en el grupo dedicado a seguir el
contrario, a mí nunca me interesó hacer más problema de la personería jurídica.
esfuerzos que los necesarios. Prefiero viajar a
Trenque Lauquen a contar mis chistes en una Llego a casa y no resisto la tentación.
sociedad de fomento que trabar relaciones para Transformo en cenizas un billete de cien pesos.
conseguir un contrato importante o una pareja Lamento no haber esperado hasta la clase.
escandalosa. Pienso que hay mujeres que única- Duermo la siesta. Repaso mentalmente el chiste de
mente se interesan por el dinero y por cómo las las mujeres de barba. Me sigue causando gracia.
ven los demás. Amanda, por ejemplo. La otra Tal vez deba modificar la actuación. Más tarde, les
noche me contó que se va a hacer un tatuaje. digo a mis alumnos que para un humorista el texto
Parece que le llegó el momento de teñirse el pelo es el cincuenta por ciento y la gestualidad el otro
de rojo y marcarse la piel. Intenta contrarrestar la cincuenta. Pruebo el chiste de la polémica
cantidad de tiempo que pasa en consultorios contándolo de dos formas distintas. Se ríen. Luego
médicos y probándose anteojos para ver de lejos y muestro quinientos pesos. Le pido a uno de pelo
de cerca. largo que los toque, que sienta las rugosidades,
que compruebe si son verdaderos. Después los
Dije que me quiero retirar. Las mujeres ya quemo y explico que la sorpresa es algo
no me excitan tanto como la posibilidad de imprescindible. Sin sorpresa no hay humor. Doy
quemar veinte mil pesos en público. El teléfono por terminada la clase aunque todavía restaba más
sigue sonando, pero no pienso atender. Debe ser de una hora.
Cristina para decirme que me está esperando. No
tengo ganas de verla, ni de poner ninguna excusa. Viajo a Trenque Lauquen. En el auto
Además empiezo a sospechar que se ríe por escucho el Concierto en La Mayor de Scarlatti.
compromiso. Dudo que haya entendido el chiste Pienso que Cristina y Amanda tienen la misma
de las barbas candados. Da lo mismo. Que siga piel, el mismo claroscuro de cuerpo, pero la
llamando. Vuelvo a acomodar mis doscientos segunda pronto tendrá un tatuaje. Recuerdo que
billetes. Busco un encendedor de cocina. Otra vez Daiana también tenía uno. Me pregunto si mi ex
llaman. Pienso que puede ser el que cortaba, pero mujer habrá seguido la moda, como forma de
no quiero arriesgarme a que sea Cristina. ¿O mi conectarse con la espiritualidad. Ya lo decía
hermano necesitaría otra vez el dinero? Escucho el Shakespeare: son todas iguales.
VEINTIDOS
El conductor es un tal Cacho Principiante. Cuento cuento que en Oriente los excrementos son algo
varios chistes sobre las diferencias entre el inte- noble. Defecar es un acto de supremo placer físico,
rior y la Capital. Se ríen mucho con el del gaucho produce alivio, es sano, higiénico y tan inocente
que usaba Internet. En el hotel, mientras me como una flor. Se ríe. Le digo que me voy a tatuar
preparo para actuar, recuerdo que debo hablar con un gran pedazo de mierda en mi pecho. Cogemos.
mi hijo. Hace más de tres meses que no lo veo. El Me cuenta que se va a comprar otro depar-
salón de la Sociedad de Fomento está casi lleno. El tamento. Pregunta si quiero ir a vivir con ella. No
chiste de las mujeres de barba candado tampoco contesto. Me imagino marido: desayunar, verificar
funciona. Durante la cena posterior, mis contra- que esté la llave puesta, comer con parejas amigas,
tistas me obligan a que los divierta. Me pongo de conversar con el portero, usar patines. Ella se
mal humor y siento ganas de quemar el dinero que duerme. Mientras observo en detalle la rosa roja
todavía no cobré. en su hombro, me surge la duda de cuánto tiempo
pasará hasta que las mujeres se dejen la barba.
Apenas vuelvo a Buenos Aires, llamo a mi
ex mujer y arreglo para ir a almorzar con mi hijo Me encuentro con Mónica en la puerta de
Alberto. Comemos milanesa a la napolitana con Tribunales. Presentamos el petitorio. La invito a
papas fritas. Le digo que no sé si la habrán almorzar. Le pregunto si sólo somos seremos
cocinado en Milan o en Napoli. No me entiende. amigos de la calle Salguero o también podremos
Salió a la madre. Me quedo callado durante un tener algo entre nosotros. Terminamos en la
rato largo. Antes de despedirse, Alberto me dice cama. Estoy agotado. Recuerdo que había
que le gustaría ser actor, pero serio, no como yo. planeado retirarme. Mónica confiesa que llamaba
Le contesto que con una cebolla podés llorar, pero y cortaba. Acto seguido le propongo casamiento.
que no hay hortalizas que hagan reír. Me pregunta Quiere saber si la estoy cargando. Nunca hablé
qué es una hortaliza. Vuelvo a casa decepcionado. más en serio en mi vida. Me responde que no, que
Ni bien entro, suena el teléfono. Atiendo por acto es muy pronto y me pregunta si me pasa algo. Le
reflejo, sin pensar en que podría ser Cristina. Por digo que las cosas no deben tener explicación ni
suerte era Amanda. Me invita a ver esta noche su lógica. Ella me contesta que los chistes tienen una
nuevo tatuaje. Luego de cortar, vuelven a llamar. lógica, de lo contrario no hay gracia. La oferta es
Ahora no era Amanda ni Cristina, sino Mónica. ahora o nunca. Nunca. De pronto me siento vivo.
Dice que mañana tenemos que ir a Tribunales Mi retiro es un hecho. No tengo miedo, ni quiero
para solicitar la personería jurídica. Me siento a escapar a la soledad. Recuerdo a Shakespere que
leer el segundo tomo de “En busca del tiempo algo había dicho al respecto. Me doy cuenta de que
perdido” de Marcel Proust y me duermo de ya no me interesa el prestigio, la inmortalidad ni
inmediato. Nunca falla. Al despertar intento la lujuria. Miro a Mónica. Es una extraña, una
escribir un chiste de políticos, pero no logró mujer de barba candado. Agarro su cartera y
sacarme de la cabeza el de las mujeres. No logro busco la billetera. Quemo todo el dinero. Ella
saber cuál es la falla. intenta detenerme y después sale entre gritos.
Convierto en cenizas las carpetas con chistes, las
Amanda me enseña la flor que tiene en el fotos, mis libros preferidos, los muebles, las
hombro. Le pregunto quién fue el que determinó cortinas. El teléfono sigue sonando pero ya no me
que las flores son bellas y los soretes algo importa.
horripilante. Me contesta que no empiece. Le
VEINTITRES
Fernando Vico
Nació en Buenos Aires en 1977. Trabaja como guionista de programas de televisión. Colabora con regularidad para el
periódico Campo Grupal. Además publicó textos en las revistas Espacio V, Latido, 2046, Hecho en Buenos Aires y No
Retornable. Un cuento suyo integra la antología “El impulso nocturno” (Editorial Gárgola).
Monoambiente
TIRO DE GRACIA
Verónica Bonafina
Me acompañaba un perro. Al principio le En medio de esa flora sin sombra y de claveles del
tenía miedo. Se me había acercado con atropello, aire mis padres tenían una cabaña, al pie de la
echando polvo; acelerado por la pendiente, galopaba montaña, a mitad de camino entre el pueblo y las
impasible en dirección a mi mano, a mi muslo cascadas. Y cuando Esteban y yo nos divorciamos,
derecho como blanco. Pensé que iba a atacarme por no dudé en instalarme en la casa por un tiempo.
estar haciendo algo malo, caminar por una senda Necesitaba descansar del delirio de energía que
privada o algo por el estilo. Me corrí hacia un implica siempre una separación. La división de
costado del camino por las dudas. Todavía podía bienes había despertado la codicia, la envidia y el
esquivarlo, evitar la mordedura, la sensación de sus rencor. Y después de lograr que Esteban aceptara el
colmillos desgarrándome la carne de un solo divorcio (a cambio de que yo le firmara los papeles
tarascón. del auto a su nombre) sentí un alivio tan profundo
que terminé deprimiéndome. ¿Dolor residual? Un
El perro siguió de largo. Era un animal pinchazo latente, imperceptible para la conciencia;
grande, con mucho pelo. Cuando pensé que lo peor algo parecido a la sensación de tener cuentas que
ya había pasado el perro frenó la carrera y se pagar; o, como si habiendo perdido mucho peso
detuvo en el medio del camino, unos metros más todavía no supiera bien qué hacer con la piel
adelante que yo. El corazón empezó a latirme en el colgante, estirada e inútil.
estómago, y con cada golpe la onda sonora se fue
expandiendo hasta la garganta. Me miraba altivo, Las cascadas en sí eran pequeñas, pero las
con la lengua afuera y las orejas en punta. No sabía aguas de marzo habían aumentado el caudal y era
si eso era bueno o malo entonces intenté posible hundir el cuerpo entero. Yo me contentaba
tranquilizarme. No quería que se diera cuenta de con meter los pies en el agua y leer bajo la luz tibia
que estaba asustada. Retomé la caminata con hasta que anocheciera. A la vuelta comía nueces que
seguridad impostada, como si su presencia me fuera encontraba en el camino y me dejaba impresionar
indiferente. Nunca supe si fue mi andar por el sonido de los pájaros. Envuelta en esa
despreocupado e indolente pero también él microinmensidad que me rodeaba, creía cumplir con
continuó la marcha, siempre adelante, guiándome la ilusión de alguna vez no sentir ninguna
en el camino. Cada tanto se detenía para asegurarse necesidad.
de que yo siguiera atrás, o para oler un arbusto y
orinarlo; si se demoraba, y yo terminaba sacándole
ventaja, interrumpía sus asuntos y corría con
Camino a ese paraíso individual, esta vez
velocidad hasta alcanzarme.
acompañada de un perro, estaba yo cuando la voz
llorona se coló en nuestro andar, manso, sosegado.
Un “Buuuuuuuuuh, Buuuuuuuuuuuh” fúnebre
No faltaba mucho para que comenzara el paralizó el instinto animal. Buuuuh, Buuuuuuuuh,
otoño. Las lluvias habían aminorado y el camino lloraba una mujer, y el perro empezó a aullar,
estaba seco. Unas semanas atrás, hubiera tenido que imitándola. Era un sonido horrible, un coro
embarrarme hasta los tobillos para llegar a las enloquecedor. Había empezado a correr viento y el
VEINTICUATRO
cascadas. En otoño el paisaje se invertía: la sierra en llanto se dispersaba. Por momentos me parecía que
su extensión era una larga cadena de cerros, sin salía de una choza, metida en el monte; después, por
nieve ni bosque de pinos, más bien de suelo árido y detrás, como si viniera del valle. Buuuuuuuuh,
arbustos de poca altura unos aislados de los otros. buuuuuuuuh, buuuuuuuh, buuuuuuuuh. No podía
Monoambiente
distinguir el lamento
humano de su eco, más
lúgubre, deforme.
Finalmente fue
el perro quien la des-
cubrió. La puerta estaba
abierta. Me asomé teme-
rosa: primero la cabeza,
y después el cuerpo,
indiscreto, con pasos
torpes hasta la entrada
de la casa. La mujer
estaba en la cama, tapada
hasta el cuello con una
sábana blanca. Al verme,
trató de hablar en una
lengua de sonidos espas-
módicos que no podía
controlar.
Tengo hambre,
hipaba, tengo hambre.
Pobre mujer, pensé, y de
la mochila saqué un
paquete de galletitas y
entré con decisión auxi-
liadora.
Pero ni bien puse
un pie dentro de la casa,
una barrera de olor
agrio, denso, me hizo
retroceder.
Señoriiita, seño-
riiiita. Tengo hambre,
por favor, decía la mujer,
y empezaba otra vez con
ese llanto endemoniado:
buuuuh, buuuuuuuuh. El
perro me esperaba al
costado de la ruta con
ojos de preocupación.
Desde la puerta estiré la
Ilustración: Darío Fantacci (Grupo Niños)
mano con el paquete pe-
ro era evidente que la
mujer no se podía mover.
VEINTICINCO
la cama y una especie de repisa, una tabla de madera sostenida por troncos.
La casa era una Sobre la repisa alguien había dejado estacionar una olla con sopa de verduras.
habitación. Sólo entraba Supuse que debía haber estado ahí varias semanas. En el centro se habían
Monoambiente
formado hongos, y unas larvitas pequeñas e los tamaños, se reproducen y se nutren de la
incoloras nadaban alrededor de un moho blanco, putrefacción que ellos mismos producen hasta
medio espumoso, hediondo. vaciar al animal, bicharlo hasta matarlo.
Podía no ser el caso. Preferí pensar en otra
cosa, en refregar el piso, quitar las manchas,
Yo trataba de no respirar por la nariz, el espantar las moscas. Pero era inútil, me volvían
olor era insoportable. Me senté cerca de la cama, loca. Apenas alejaba el trapo aparecían otra vez,
abrí el paquete de galletitas y le arrimé una mitad a zumbando de a muchas, queriendo traspasar las
los labios. La mujer estiró la lengua y masticó con mantas.
desenfreno. Era vieja. Su aliento pastoso se me
acercaba cálido cada vez que abría la boca. El aire
que entraba por las ventanas circulaba sin renovar
La situación se me volvía incontrolable. Le
el ambiente; las ráfagas tibias no alcanzaban, más
bien reanimaban el vaho. pregunté si quería que la llevara a un hospital.
Hablar con el cura del pueblo o con alguna
Según me había dicho, cada tres o cuatro autoridad municipal. La vieja negaba con la cabeza
días una vecina le llevaba algo de comer. Cambiaba a todas mis sugerencias, y como queriendo decir
las sábanas y le hacía rotar el cuerpo para que no se que no había nada que hacer empezaba llorar otra
le formaran llagas en la piel. Yo rogué que no me vez. Buuuuuauuuh, buuuuh.
pidiera que la ayudara con la chata. No quería saber
qué había debajo de las sábanas después de tantos Algo se tenía que poder. El olor ya se me
días. había vuelto tolerable y quería ver el estado de esas
llagas, de esas ronchas o lo que fuera que había
Mientras la vieja masticaba, incansable, debajo de las sábanas. No dejé que se negara, la
intenté despejar un poco el cuarto. Lavé las convencí de que era necesario ver. Le pedí que
cacerolas, barrí. Pasé un trapo debajo de la repisa y confiara en mí y con delicadeza, para no ofenderla,
de la cama para aminorar la cantidad de moscas que fui corriendo las sábanas, poco a poco hasta los pies.
husmeaban alrededor del cuerpo postrado. Buuuuuuuuh, buuuuh. Un olor rancio, a carne en
Asquerosas, pensé, les gustaba. ¿Y si la vieja está descomposición, a piel y uñas muertas, se liberó del
bichada? cuerpo adulterado y rápidamente se expandía por
toda la habitación.
Hay un tipo de mosca que se aprovecha de
la discapacidad de los animales enfermos para hacer Por fin sentí ganas de vomitar. Dejé la
un nido y poner huevos. Es muy común en los escoba sobre el marco de la puerta y corrí hasta la
perros con problemas de cadera o en los caballos de ruta. Me arrodillé frente a un arbusto y dos arcadas
cola corta. En el lomo, a la altura del coxis, o sobre violentas vaciaron los primeros mates de la
el párpado. En mil lugares posibles, la guarida es mañana. Después volví a vomitar una, dos, tres
imperceptible, la mosca recubre los huevos con una veces.
lámina plástica, transparente, que los protege de
cualquier sacudida. No son insectos comunes, no La mujer me llamaba desde el cuarto.
VEINTICINCO
dejar marcas, hacía el interior. Más tarde en esa había puesto de pie y se me acercaba. Podía sentir el
suerte de bunker nacen y crecen gusanos de todos jadeo, el olor de su pelo lanudo, su aliento. Lo miré
Monoambiente
con ojos nublados, vencidos. Me sentía culpable. Buuuuuuuh, buuuuh. Buuuuuuuu, buuuuh.
Culpable e inútil por haberme demorado en
entender. Cálmese, tuve que decirle, recia y tajante.
Enseguida vuelvo. Voy hasta la cascada, a buscar
Apenas recuperada volví a entrar a la casa. agua y vuelvo. El perro me vio perderme en
Sin titubeos, segura de lo que se venía, no dudé el dirección al pueblo. El cielo se había nublado por
blanco. El palo firme entre las manos, subirlo y completo, empezaba a hacer frío y no traía abrigo.
bajarlo en un solo movimiento, resolutivo, estoico.
Un palazo por la espalda, un golpe decidido a Pensé en llamar a Esteban y pedirle
callarla hasta la calma. perdón. Pero sabía que también para nosotros era
demasiado tarde.
VEINTISIETE
Verónica Bonafina
Tiene 30 años y es docente. Escribe en: www.hablarleeryescribir.blogspot.com.
Es integrante del duo Linda-Linda: lindalindeamos.www.blogspot.com
Monoambiente
SEGUNDO B
Mariano Pensotti
Tendría que haber dicho que no. Todos los días saliendo a bailar drogados como monos
¿Quién mierda quiere ver a toda esa gente? descerebrados.
Ya no tenemos nada en común. Nos divertíamos.
¿Qué hora es?, ¿es muy tarde? ¿Debería haber seguido viviendo de esa forma?
¿Quién carajo quiere juntarse con sus compañeros de la Por ahí ahora sería una persona mucho más sabia, con
secundaria? más experiencia.
Tendría que haber dicho que no. Aunque en esa época tampoco me zarpaba tanto.
Toda esta idea de que hay que recordar el pasado es Esos eran los años de mi formación como persona y ya
una pelotudez. era un pequeño careta.
Bueno, tengo que apagar la tele y cambiarme. Lo que uno no hace en los primeros años de su vida no
Voy a ir así nomás, nada de prepararme para lo hace más, o lo hace mal, o lo hace como una
impresionarlos. imitación. Aunque quiera repetirlo.
No me voy a acordar ni de los nombres. La historia se repite dos veces, una vez como tragedia y
Del único que me voy a acordar es de Gómez. la segunda como comedia.
Eramos culo y calzón en esa época. Después no nos ¿Quién dijo esa frase?
vimos más. ¡Hoy estoy con una profundidad del carajo!
Gómez estaba loco pero ahora creo que trabaja en un Estoy podrido de reaccionar como los demás esperan
Ministerio. que reaccione.
¿Vale la pena verlo así? De hecho, una vez, de chico me golpearon para hacerme
Por ahí no voy. llorar y yo lloré.
No hay que atarse a lo que ya pasó. Lloré porque entendí que era eso lo que esperaban de mí
y representé ese papel, el del llorón, aunque ni siquiera
El VHS hizo mierda a mi generación. tenía ganas de llorar.
La puta madre, ¿para qué puse este video? Hoy pienso que si no hubiera llorado todo habría sido
Otra vez la manía de acordarse del pasado… diferente…
¿Cuántos años tenía yo?
¿dieciséis? Voy a salir de acá ya mismo.
¿diecisiete? Totalmente. Apago el video y salgo a la calle.
El viaje de egresados… Voy a la reunión, sonrío, hago chistes, seduzco a todos
VEINTIOCHO
Ilustración: Pedro Mancini (Grupo Niños)
Me conecto de nuevo con Gómez y nos volvemos a hacer Nadie cambia, nada se transforma.
VEINTINUEVE
compré cuando tenía plata. Mi traje Armani. Antes nadie se acordaba de nada. No había registros de
Me pongo el traje y les hago creer soy un tipo groso. Me nada.
hago el humilde pero poniendo una distancia, como Igual hay cosas que se pierden para siempre.
diciendo “Yo sí que la hice”. La amistad de la adolescencia, por ejemplo. Eso es algo
Hablo de mi mujer, de los chicos. Puedo llevar fotos que no vuelve.
falsas para mostrar, hacerles creer que tengo una Esos momentos en los que uno hacía cosas imposibles.
familia recontra convencional. Como el día que nos echaron de la escuela a Gómez y a
Me río de las cosas que hacíamos en la escuela, como mí.
diciendo “Qué jóvenes y boludos que éramos, en cambio Nos echaron de la escuela por quilomberos, por
yo ahora soy un tipo que la hizo bien”. hacernos los locos.
Pero me van a mirar con desconfianza… No querían en una escuela modelo de clase media como
¡Putos del orto!, ¿quiénes se creen que son? esa a unos putos alborotadores como nosotros.
¡Que compartamos recuerdos no significa que me Era lógico, yo los entendí, los puteé a los gritos
puedan juzgar! mientras me arrastraban hacia la salida pero los
Los voy a cagar a trompadas a todos. entendí.
Me paro arriba de una de las mesas y los meo desde En ese entonces estábamos empachados de libros
arriba. incendiarios de románticos franceses, de música
Me tomo tres botellas de Malbec y se las descargo en la experimental alemana y nos veíamos a nosotros mismos
cara… como working class heroes. Yo no hablaba inglés
¿Me ven?, soy un mono… ¡soy un mono descerebrado pero cuando me preguntaban a qué me dedicaba decía
de nuevo! eso, soy un working class heroe, creo que lo había
Basta, no voy a hacer nada de eso. escuchado en una canción.
Salgo de acá y me voy directamente a la reunión. Así que nos pegaron una patada en el culo y nos
Tranquilito. quedamos en la calle, sin escuela, sin nada... Las calles
de barro con charcos y los perros nos mordían los
El restorán que eligieron no es muy bueno. Y encima tobillos. Otro verano de desesperanza y angustia a la
caro. ¿Me va a alcanzar la plata?, puedo usar la sombra de los shoppings.
tarjeta si no… Nos fuimos a comer a una parrillita de Palermo y nos
Antes sabía siempre lo que tenía que hacer. Ahora no. encontramos con Tinelli. Terminamos charlando y
Por Dios, ¡qué rocanrol tengo en el bocho! resultó ser un tipo muy agradable, mucho menos
Vamos, hay que animarse. En serio, va a estar bizarro de lo que uno imagina.
buenísimo. Subimos con Tinelli a su 4x4 y nos llevó a una fiesta.
Pueden haberse convertido todos en personas adorables. Era una fiesta de fin de rodaje de una película que él
Y Gómez era muy divertido en las reuniones. producía. Una película de nuevo cine argentino,
¿Por qué me cuesta tanto apagar la tele y ponerme las independiente, con un elenco muy loco y muy piola.
pilas?
TREINTA
solamente tiene una fotografía borrosa que cada día se hicimos un graffiti en la pared de la escuela con lo que
deshace un poco más. teníamos a mano.
La directora era una chica encantadora. Nos Escribimos “On ne tue point les idées” que significa
enamoramos al instante. Se llamaba… “Las ideas no se matan” y que es lo que escribió
Tenía una de esas cosas que te vuelven loco de amor Sarmiento o Perón, no nos acordábamos, cuando los
para siempre: un ojo color ámbar y otro color verde… y rajaron al exilio.
cuando reía las mejillas se le ponían apenas coloradas. Nos sentimos mucho mejor, nos sentimos próceres de
La escuchábamos hablar y en realidad lo único que algo y así fuimos volviendo a los departamentos a
podíamos mirar era el movimiento de sus labios. Sus tratar de dormir un poco.
labios subían y bajaban, se humedecían, resplandecientes El aroma del caño de escape del 60 flotando en la
y rosados como una frutilla salvaje después de la lluvia. mañana nos hizo acordar a cuando éramos chicos y la
Podíamos intuir la tibieza de sus pezones debajo de la abuela nos contaba historias hasta que nos quedábamos
blusa blanca. dormidos.
Ya la merca se nos había empezado a subir a la cabeza Esas cosas ya no pasan.
y sentíamos que las sienes nos latían pidiendo acción. Y no hay ningún VHS que pueda guardar esas
Bailamos Diego Torres, bailamos Nirvana, bailamos sensaciones.
tecno de Detroit.
Los rayos del sol entraban dorados por las ventanas
cuando nos fuimos, embriagados del sabor de las bocas Bueno, vamos.
de directoras de cine independiente. Voy a ir a la reunión y que sea lo que Dios quiera.
Alguien se ofreció a llevarnos a algún lugar y No hay que dar tantas vueltas.
terminamos en una quinta en Pilar. Llamaron a unas Hay que ser decidido. Como en los viejos tiempos.
putas y garchamos con ellas como locos. A veces Está bien ir a verlos.
cerrábamos los ojos y tratábamos de imaginar que no Ver en qué anda Gómez.
eran putas, que eras cineastas independientes de boca de Podemos seguir teniendo muchas cosas en común.
frutilla pero esa fantasía casi nunca funcionaba. Había algunas minas muy lindas.
Nos tomamos un remís con plata que nos prestaron y Por ahí me cojo alguna.
volviendo para casa pasamos por el frente de la escuela Y sino vuelvo temprano, me hago unas pajas y me
de donde nos habían echado. quedo dormido.
Le pedimos al remisero que frenara y ahí mismo Esa es la onda.
Mariano Pensotti
TREINTA Y UNO
Nació en Buenos Aires, en 1973. Hizo cine y video. Estudió dramaturgia con Daniel Veronese y Alejandro Tantanián,
y puesta en escena con Rubén Szuchmacher. También realizó cursos con Mauricio Kartun. En teatro escribió y dirigió
“Ojos Ajenos” (2000), “Trieste” (2001), “Los 8 de Julio” (2002), “Noche en las Cataratas” (2003), “Los Muertos” (2004)
y “Sucio” (2007). Este texto formó parte de la obra de teatro “Interiores” que fue representada durante el 2007
TREINTA Y DOS
Después de un arduo trabajo, esta jocosa cronología decantó de las 4000 páginas sobre Borges que leí en las
últimas semanas. De semejante chorrera, recomiendo el libro de Mastronardi por dos virtudes: es divertido y es corto.
También vale la pena la entrada del diario de Bioy donde cuenta cómo se enteró de la muerte de su amigo: está
exquisitamente escrita y es una patada en los huevos justo cuando uno cree que no podrá soportar una página más de la
pedantería socarrona que infesta las 1500 anteriores.
Para el que no tenga ganas de la extensa –y no pocas veces tediosa– tarea de remitirse a las fuentes, lo
demás se ha sintetizado en las páginas que siguen.
Mono con navaja
1898: En perfecto inglés, Jorge Guillermo Borges le
propone a su esposa Leonor: “Let’s fuck”. Es concebido
nuestro héroe, Jorge Francisco Isidoro Luis, alias Georgie.
1913: Se cae de un tranvía y un acoplado le corta el flequillo.
Se salva, como es de esperarse, por un pelo.
c. 1915: Se cae (¡otra vez!) de la bicicleta en Ginebra y queda
desmayado. En ese momento, su imaginación literaria no
estaba aún desarrollada: Juan Dahlmann se salva de morir
en un duelo ciclístico y de llamarse Juan Curuchet.
1920‐1925: Se asesina unos millones de neuronas
empinando el codo. Alguien afloja los tornillos del globo para que aplastara a
Borges. Por suerte para el primero, la colisión no se produce.
1923: Publica la primera edición de su impresentable Fervor
de Buenos Aires. Sale milagrosamente ileso. 1944: Sale a caminar con Estela Canto: un topo borracho y
un murciélago sordo. Vuelve a casa todas las noches. ¡Dios
1925: Los hermanos González Tuñón, en compañía de dos existe!
vendedores de diarios, irrumpen en una reunión del Royal
Keller para joderlo a Borges. El clima se espesa. Amagan 1945: El topo de la entrada anterior dice sentir, durante
con irse a las manos pero los atajan. En eso, llega el poeta unos besuqueos, “la virilidad de Borges”. Se trata,
Juan Sebastián Tallón que, como su apellido lo indica, era de seguramente, de uno de los casos conocidos como
gran talla. Borges lo interroga, el hombre resulta estar de su “miembro fantasma”.
lado. Salva las papas. Los Tuñón se dan a la fuga, no sin
antes echar 20 centavos en la ranura. 1949‐1953: Se autoplagia flagrantemente: “Los muchos
años lo habían reducido y pulido como las aguas a una
1930: Va con Mastronardi al cine a ver una película de von piedra o las generaciones de los hombres a una sentencia”
Sternberg. Se la pasa comentando y anticipando el (“El hombre en el umbral”, 1949; “El Sur”, 1953). Nadie lo
desarrollo del film. De no ser porque el resto de los nota1.
espectadores no tenía piedras a mano, hubiese muerto
como una adúltera de la antigüedad. Pero en los ‘30, ni 1955: Festeja el triunfo de la Revolución Libertadora, que le
pochoclo se llevaba al “cinematógrafo”. da la Dirección de la Biblioteca Nacional. Vuelve a estar a
punto de ser linchado por los “compañeros”.
1938: Enero: Entra como Auxiliar de Segunda en la
Biblioteca Municipal “Miguel Cané”. Tiene una pésima idea: 1957: Dice: “El dominio español nunca debió de ser
intenta trabajar. Sus compañeros municipales, entre mate y oprobioso como el de Perón”. Los descendientes de
mate, tratan de lincharlo. Opta por pasar los días leyendo. Moctezuma preparan un sacrificio. Buscan en los bazares de
Diciembre: Le echan un centro con el batiente de una Once, pero no consiguen puñales de piedra made in China.
ventana, cabecea al arco. Se agarra una septicemia
galopante que casi lo mata. La ventana, por cierto, se va al 1958: Un peluquero español, que peleó en Marruecos y
lateral. ejecutó a uno de los moros de Abd‐el Krim, lo confunde con
uno de los Ghioldi mientras lo afeita. Borges, que aclara el
c. 1940: Le comunica a Bioy que es “un hombre de armas, error, está a punto de convertirse en un cliente de Sweeney
un gran tirador y un gran jinete”. Medio cegatón, flojo de Todd.
pulso y a dos generaciones de ser un hombre de armas,
miente afortunadamente: pudo volarse la cabeza o 1963: Opina: “El clima [del Sur] ha de producir una
rompérsela en una caída. Humanidad mejor que la del Norte. Del Norte son los
cabecitas negras. ¿Qué hombres da el Norte? Nada más que
TREINTA Y TRES
1942: Se muere la primera parte de su cuerpo, a la que paraguayos y bolivianos.” Trasponiendo estas coordenadas
seguiría el resto en cómodas cuotas. Esta primera parte, a la ciudad, podemos recordar que Borges vivía en el
será luego un muerto famoso… Norte… Y que por eso se salvó de las hordas del Once.
1. Nadie lo nota, excepto el Licenciado Rómulo Vizgarra, a quien debo el dato.
TREINTA Y CUATRO
Mono con navaja
LA TRADUCTORA DE NERUDA
Gastón Mazieres
Vivir una temporada en el campo me atrae. No sé, salir un poco del infierno de autos sin reglamento en
el que me sofoco desde que tomé la polémica decisión de instalarme en este país absurdo.
Todos los ingleses que viajamos por vacaciones a Sudamérica compramos un sombrero al llegar. Nos
parece la forma apropiada de iniciar nuestra Inmersión Latina e invariablemente todos quedamos fascinados con
uno u otro aspecto del subdesarrollo, nos parece increíble que se pueda vivir así. Al cabo de un tiempo
postergamos la fecha del pasaje de vuelta, luego por fin volvemos a nuestra isla, vendemos o regalamos todo y
viajamos otra vez para quedarnos a vivir en Argentina, por ejemplo. Guardamos el sombrero aquél que habíamos
comprado al llegar, y nos lo ponemos solamente cuando viajamos a Gran Bretaña para visitar a nuestra familia.
Puede ser también una camiseta de fútbol, una bufanda de lana, un mate o hasta un novio nativo. Yo llevaba mi
sombrero argentino cuando me mudé por un tiempo al sur de Chile.
Un poeta Sudamericano, por entonces muy popular, me había solicitado la traducción de su obra que
pronto sería publicada en el viejo continente. Pasaría con gusto dos meses en su casa gastando cabalgatas por las
montañas, recorridas por el río, visitas a las granjas de la zona y traduciendo los pocos pero buenos libros.
Maletas. Sombrero. Todo listo. Avión a Santiago de Chile. Después otro hasta Temuco. Un interminable
micro por laderas, valles y cumbres alternativamente hasta marearse. La hermosa Cordillera de los Andes, sus
precarios caminos. Llegué al pueblo y desde ahí una especie de taxi hasta a la casa del poeta. A bordo del
carromato pude vislumbrar la famosa tonada chilena y hasta me adapté un poco a ella, pues el conductor me
abarrotó con palabras y una radio. Nada entendí pero me sentí amiga de este país y su gente charlatana.
Llegamos a la casa, alejada y venerable. Saqué mi valija y me puse ante la puerta. Perros empezaron a
ladrar y se acercaron con peligro. Esperé ahí sin moverme. Nadie abría la puerta. Pasaba el tiempo. Nada se
movía. Era inquietante la quietud alrededor. Traté de mirar por entre las rejas. El taxi huyó echando polvo.
Después de este sobresalto me percaté de que se hacía de noche. El frío nocturno se aproximaba, los perros no
dejaban de ladrar. Estuve quieta mucho. Los perros se habituaron a mí. Ya no ladraron, aunque vigilaban. Los fui
tentando a la caricia. Aceptaron pero eran desconfiados. Cuando por fin los hice mis amigos ya era de noche.
Levanté la valija. Atravesé el portón y entré en el camino largo que llevaba hasta la puerta de la casa. Avancé
temblando de frío y con notoria preocupación, tratando de hacer ruido sobre las blancas piedras, para que pudiera
oírme quien estuviera en casa.
Salté hacia atrás. Había un viejo tirado en medio del camino, cerca del jardín, estaba rodeado de sangre,
con la boca abierta y la lengua en un costado, creo que muerto. No grité por temor a los perros. Solté la valija.
Entré en la casa. Busqué un teléfono para llamar a la policía. Había uno en el escritorio. Disqué el número. Nadie
atendía, llamé a emergencias. Tampoco. Son así los servicios en Chile, igual que en Argentina, simplemente no
responden. Dejé el teléfono. Estaba aterrada por esa soledad de pesadilla. Salí otra vez. Traté de reanimar al
hombre. No se movió. Temblando de miedo y de frío volví a entrar. Disqué otra vez. Tampoco. Era viernes por la
noche. Imaginé la ciudad. Nadie en la central ni en ningún lado. Me senté en el sofá, tratando de calmarme. Me
dije que esperaría a que alguien viniera. Miré los muebles de la sala y los decorados. Traté de concentrarme en
las cortinas, los cuadros, había una extraña colección de frascos que observé uno por uno. Tomé un poco de
TREINTA Y CINCO
confianza.
Seguí observando la sala en busca de algo o alguien a quien llamar para socorrer al caído. En una pared
había fotos. Las miré de cerca. Reconocí una cara… ¡El viejo tirado en el jardín era Pablo Neruda! Adiós
traducción, adiós labor; muy por el contrario me esperaba un juicio bajo sospecha de asesinato. Caminé en
círculos. Salí al jardín. Me acerqué al Señor Pablo y le dí bofetadas en la cara para obligarlo a despertar y
hablarme. Nada. Como pude lo arrastré al interior de la casa, dejando un gran reguero de sangre. Sentí náuseas.
Quise taparme la boca, pero mis manos estaban totalmente rojas, y las náuseas aumentaron. Corrí al baño. La
puerta estaba cerrada con llave. Moví la llave. Se trabó. Estaba a punto de vomitar. La destrabé, abrí la puerta y
entré inclinándome con urgencia para escupir en el inodoro, ¡pero había otro viejo tirado en la bañadera! Aullé.
Salí corriendo del baño, salí de la casa. Los perros ladraron y se acercaron otra vez para amenazarme. Tuve que
esperar de nuevo a que se calmaran mirándolos fijamente y sobreponiéndome a mi horror y sensación de estar
soñando. Los perros se apiñaron contra mí, pero en un rapto de audacia salté dentro de la casa y cerré la puerta.
Pude oírlos estrellarse contra la madera y rasguñar el picaporte. Trabé la puerta. Maldije a los sudamericanos,
sus campos, su gente incomprensible, sus malditas pasiones a flor de piel. Escuché toses en el baño, y quejidos.
Me acerqué llevando un palo que encontré en la cocina. El hombre dentro de la bañadera revivía. Era corpulento
y parecía corto de vista. Estaba aturdido. Lo socorrí. Le hice preguntas pero en su sofocación no podía hablar.
Hacía señas desordenadas y me pedía agua. Se calmó. Habló.
Borges y yo nos habíamos cruzado en presentaciones y otros eventos similares allá en la ciudad. No lo
reconocí de tan golpeado y viejo que se lo veía. Tenía moretones que se tocaba con penuria y me contó lo
ocurrido. Había venido de visita para llevar a su amigo a la ciudad, pero mientras conversaban el jardinero los
había atacado sin motivo aparente. Fuimos a socorrer a Neruda. Temíamos lo peor. Lo cubrimos con una manta
y lavamos sus heridas. Nos quedamos junto a Don Pablo.
Borges me agradeció por haberlo liberado de “la espantosa prisión del baño”, me dijo que llamaríamos a
la policía. Pero él era un hombre ingenuo para las cosas concretas, le costó manipular el teléfono y no creía que
nadie respondiera. Toda la noche pasó repitiendo números en voz alta y discando el teléfono.
A la madrugada Neruda despertó. No podía hablar. Le dimos agua. Luego llegaron la mucama y el
cocinero. Nos ayudaron. Pudimos ir al hospital del pueblo. Volví a Buenos Aires y en menos de una semana me
instalé definitivamente en Londres.
Gastón Mazieres
Es Licenciado en Letras por la Universidad de Buenos Aires (UBA), especialista en Literatura Argentina. Como autor teatral, ha
TREINTA Y SEIS
estrenado gran parte de su repertorio en diversas salas de la ciudad de Buenos Aires. Posee una sólida formación como actor.
Egresado de la Escuela Municipal de Arte Dramático (EMAD), y de la Escuela de Danza del Abasto (EDA). Como intérprete ha
participado en eventos y festivales de Argentina, Chile, Uruguay, Dinamarca, España. Como pedagogo, coordina actualmente en
Buenos Aires su taller “Escritura Teatral”, destinado a actores y gente de letras interesados en investigar y profundizar las relaciones
entre la escritura y la puesta en escena.
Mono con navaja
LAS LOCAS
U
NA LECTURA
Carolina
Berduque
Advertencia: Lo que se leerá a continuación no es una crítica teatral, sino PERSONAJE 1 / ALEJANDRA / ACTRIZ 1:
una lectura, como reza el subtítulo. Rápidamente se objetará que tal cosa no
Alejandra Corral.
PERSONAJE 2 / MAILÉN / ACTRIZ 2: Mailén
es posible porque el teatro no se lee, se representa, se ve, se comenta, se Valdez.
analiza. Pero no se lee. Escenografía: Pehuén Stordeur / Florencia
Dada la ignorancia casi absoluta de la que suscribe sobre teoría teatral o Scatorccio.
Vestuario: Florencia Scatorccio.
crítica, el siguiente texto se mantendrá en el terreno de la vana especulación Asistente de escenografía y vestuario:
y la complacencia gratuita. El que avisa no engaña… Cecilia Caputo.
Iluminación: Pehuén Stordeur.
Asistente Técnico: Jerónimo Pérez
Brancatto.
Asistente de Dirección: Santiago Sánchez
Debe recordarse que se ha podido imaginar un universo Santarelli
Dirección: Emilia Goity.
Se supone que uno debe empezar por comentar más o menos la trama la Dramaturgia: Santiago Sánchez Santarelli
obra. Por ejemplo, que trata de dos mujeres que comparten un espacio del
que poco sabemos (y, posiblemente, saben), que hablan todo el tiempo, en La obra se estrenó en el marco del II
Congreso Nacional de Teatro del IUNA, el
español y en alemán y que, poco a poco, a medida que avance la obra, 31 de octubre de 2007. Realizó tres
podremos pensar, alternativamente, que: son hermanas, no se conocen, funciones en el ciclo "Los viernes teatro",
están locas, están jugando, están actuando, están esperando que pase el del Depto. de extensión del IUNA y cuatro
funciones en el Taller de Arte de 25 de
tiempo, están esperando que pase algo, las observan, ellas observan, hay un Mayo, Prov. de Bs. As. Actualmente el
muerto en el baño, no hay un muerto en el baño, hay un baño, hay un barco, grupo busca sala para seguir haciendo
hay una torta que va a inundar la habitación, etcétera, etcétera, etcétera… funciones.
"Hay un cadáver en el baño. ¿Lo vas a dejar ahí al muerto?"
TREINTA Y SIETE
TREINTA Y OCHO
Mono con navaja
"¡No! No te bajes. Si la tapa está firme,
puede que el agua reviente para abajo."
Con esta base (confusa, malintencionada,
avara, lo sé) podremos, quizás, avanzar en la lectura.
Un chino en bicicleta
La obra plantea, básicamente, un problema
lingüístico: ¿a quién pertenecen estas palabras que
me asaltan, que me invaden, que no me permiten
cerrar la boca?
Las locas (las llamaremos así por
comodidad) no pueden permanecer calladas. Hablan
y hablan, por más que sus discursos (porque son
muchos) no hagan sentido (o, por lo menos, no en el
momento que se enuncian).
La obra se divide en tres actos, tres tiempos
que bien podrían ser sucesivos o intercambiables,
puesto que no se les puede aplicar una
consecutividad temporal. Estos tiempos se
comunican por medio del lenguaje: palabras, gestos,
frases que se repiten ofician de enlace, los igualan,
destruyendo la idea de una progresión temporal
"Desatame. Quiero bailar. Es mi fiesta de cumpleaños. ¡Mía, mía, mía!"
"Solamente me veo la boca en este espejo."
TREINTA Y NUEVE
Mono con navaja
CUARENTA
Perfectamente pudo haberlas puesto Dios… porque yo no recuerdo mi edad"
"La cantidad de velas es tan exacta que da escalofríos.
Digamos que no lo recuerdo que ruido ajeno. Triste destino. ¿O alguna similitud
Memoria. Eso que nos salva del silencio, de la con la realidad?
muerte, de la angustia de la creación. ¿Quizás sea
por eso que una loca sufre un cuadro de asfixia en la
misma posición en la que recita un poema, mitad Si es que alguna de esas cosas existe
propio y mitad ajeno? Quizás. Entre paréntesis: Por momentos, la conciencia de sí aflora. Son los
Cuadro de asfixia es una de las primeras (y geniales) cruces temporales los que descubren el juego. Si las
obras de Rafael Spregelburd en la que se construye locas saben que existe la posibilidad de adelantarse
un post Farenheit 451 en el que los memorizadores o de tener un deja vú entonces todo es un juego,
de textos luchan por no olvidar las obras una farsa, una representación. Puro teatro.
memorizadas. Las locas juegan y en su juego todo es
Entonces se nos ocurre que las locas son la posible, salvo dejar de jugar. Pero queda la
pura memoria, son máquinas de recordar todo lo imaginación: contra la repetición y el hastío, contra
que han visto y oído. Todo lo recuerdan, menos su la duda y la espera queda el poder de la imaginación.
nombre. Son Funes, destinadas a no producir más Y si pudieron imaginar el mundo…
POEMÍNIDOS
( CONTRIBUCIONES FÓSILES PARA UNA ARQUEOLOGÍA DEL VERSO)
En esta sección recuperamos algunos poemas de autores más o menos ignotos y los ponemos a consideración de nuestros
lectores, para que juzguen por sí mismos si el tiempo ha sido justo olvidándolos o si les debemos una disculpa.
Canto I Sus carrillos hinchó, y en larga ola
Se expandió el eco, síntesis de agravios.
[Donde el demonio Marduc, comisionado por el propio Fórmulas proponía cual banderas
Satanás para tentar al Libertador, fracasa en su misión. De conciliar a todos como hermanos.
Y donde el Rey de las Tinieblas, al enterarse, tiene una Todo inútil, el pueblo protestaba
extraña reacción] Y en renovado afán amenazaba”.
CUARENTA Y DOS
No hubo ni un alma, no hubo ni una sola,
Que no quisiese redimir su afrenta.
Al Cabildo irrumpió la batahola,
Rebrama, empuja, su vigor aumenta,
Y trémulo el Cabildo y asustado
-Usted -dice a Cisneros- ha cesado”.
Canto XII
…………………………………………..
CUARENTA Y CUATRO
La banana mecánica
Marcos Vieytes
Nació en Capital Federal,
No me disfracé de mi oficio, sino que viví el oficio. en 1973. Es crítico
(Pasean y vena. La vida de Favio, de Adriana Schettini, pág. 89) cinematográfico,
colaborador permanente
de El Amante, Tren de
Sombras y Cineismo.
Coordina “Kino Glaz”, la
Antes de que la televisión fuera el medio masivo de sección de cine de la revista
comunicación por excelencia, el cine constituía la única posibilidad de digital Zona Moebius.
ver la cara y los cuerpos en movimiento de las estrellas de la música Es programador del
cineclub de El Amante.
popular que brillaban desde la radio y los tocadiscos. El problema de la
Fue jurado del 2º Festival
mayoría de estas películas es que estaban pensadas como meros de Cine de La Plata (2007).
vehículos de la figura de turno y no como cine, despreocupándose sus
autores por elaborar un lenguaje propio y perdurable. En el plano
nacional las películas de Sandro son el mejor ejemplo de ello y sólo se
sostienen por el carisma de ese showman inigualable (otro tanto pasa
con las películas de Elvis Presley en los EE.UU.) que no alcanza, sin
embargo, a ocultar la pereza de los realizadores. Siempre pensé que
Fuiste mía un verano, de Eduardo Calcagno y con Leonardo Favio, era
Leonardo Favio detrás de cámara, durante una filmación.
La banana mecánica
más de lo mismo. Pero no, algo la distingue de las
demás y ese algo es, nuevamente, su
protagonista. Sólo que esta vez el protagonista
también es cineasta y dueño de una visión
Con Leonardo Favio, Héctor Pellegrini y Susana Giménez.
Si uno ha leído el imprescindible libro de
conversaciones con Favio que publicara Adriana
Schettini, no podrá olvidar qué extraordinario
contador de historias es este hombre. Vida y cine
se confunden en esas páginas llenas de anécdotas
contadas en un tono que mixtura desprejuicio,
nostalgia, cariño y sensualidad. Como en Fuiste
mía un verano, donde Favio hace de sí mismo, y
una vez tras otra les dice a los hombres, animales,
niños y mujeres que pasan por su vida cuánto los
quiere. Y si esto no suena mal ni demagógico es
porque el sentimentalismo tan intenso y tan cursi
de Favio siempre se redime por su absoluta falta
de miedo al ridículo. Claro que la transparencia de
un autor cinematográfico como Favio que usa su
Afiche de “Fuiste mía un verano” (1969).
propia vida como materia prima de su cine no
excluye la elaboración de una puesta en escena.
Estructurada como una serie de
Es cierto que en Fuiste mía un verano
Favio hace de un cantante que se llama Favio, situaciones encadenadas por sus más célebres
canciones de entonces, uno adivina en el espíritu
emprende giras por todo el continente, remeda
de la película la necesidad de ir más allá del mero
sus aventuras infantiles en Mendoza y la mujer
instrumento publicitario. En uno de los
con la que está casado tiene un look muy parecido
segmentos cantados, especie de primitivos video
al de su mujer de entonces, pero también que
escoge dejar fuera de campo su labor de cineasta clips, el uso de la profundidad de campo y la
duración del plano revelan una cinefilia cultivada
(para entonces ya había dirigido Crónica de un que le otorgan una densidad impensada para este
niño solo, Romance del Aniceto y la Francisca y El
tipo de películas. Además, el amor cotidiano pero
dependiente) y su militancia peronista. Con esto
físico de sus letras, le dan a la película la libertad
quiero decir que, en realidad, no hace un
necesaria como para transmitir una imagen
documental sobre sí mismo, sino que filma una
placentera de la sexualidad que es poco común en
película sobre su fama como ídolo de la música una cinematografía menos culposa (como la
popular que acaba siendo un documento sobre
CUARENTA Y CINCO
ese oficio suyo de cineasta que ejerce hasta estadounidense) que vulgar. No contento con
esos hallazgos de fondo y forma, Favio se da el
cuando no se lo propone.
CUARENTA Y SEIS
La banana mecánica
Escena de “Soñar, soñar” (1976). Con
Carlos Monzón, Gianfranco Pagliaro y
Nora Cullen.
lujo de apuntar un comentario político tan sutil ambicioso y capaz de alguna viveza por sentirse
como significativo usando las páginas de un alguna vez bacán, pero consciente de su origen,
diario. En lugar de leer el patricio matutino “La su ideología y sus pasiones. Sobre la identidad en
Nación” o ese reservorio de la antigua clase media construcción de esa figura pública llamada
llamado “Clarín”, Favio desayuna mientras hojea Leonardo Favio trata la película en cuestión, y
el sensacionalista “Crónica”, aquel que en su logo muy poco cine masivo como ese ha tenido tan
todavía lleva escrito el slogan “Firme junto al alto horizonte de expectativas. Por lo que Fuiste
pueblo” como un estandarte. Porque Favio, como mía un verano también debería ser considerada, y
Gardel en sus periplos cinematográficos, será analizada, como parte integral de la obra
siempre pueblo. Contradictorio como aquel, cinematográfica del director de Soñar soñar.
La del mono
PORNOSONETOS (SELECCIÓN)
Ramón Paz
La del mono
Ramón Paz
Nació en Buenos Aires en 1969. Entre otros títulos, publicó Pornosonetos (Editorial Eloísa Cartonera, 2003), Pornosonetos
II (Editorial Vox, 2005) y Pornosonetos III (Editorial Vox, 2007). Mail: ramonmpaz@yahoo.com.ar
Monoaural
LARUMBE
Fernando Dominguez
costumbre que se hizo obsesión en Larumbe, que se pasaba las noches
caminado sin parar de un lado a otro, durante horas, incluso cuando sus
compañeros ya habían abandonado el paseo. La imagen es la de un muchacho
ciego, con anteojos oscuros, caminando decididamente pero sin rumbo a lo
Monoaural
CINCUENTA
Horacio Larumbe ensayando. Año 2001.
largo de las calles, mientras todos duermen, velando sesenta y algo y andaba medio achacado… se fatigaba
vaya a saber uno por qué o por quienes, pero con algo fácilmente y casi que tocaba sólo con una mano
que le enruida la cabeza. porque la otra siempre le dolía. Las noches pasan
factura. Los días también, qué tanto. El hombre no se
Cuando lo conocí, Larumbe ya era el maestro quejaba pero se sabía incapaz de viejas hazañas, como
Larumbe. Me lo presentó el baterista Jorge Cacoliris, aquella noche con Herb Ellis en la que tocó hasta el
que compartía con él la formación de la BAC Big Band, final, incluidos los bises, mientras sufría un preinfarto.
un grupo de músicos ciegos y no ciegos que ensayaba Pero no perdía el humor:
en la que había sido la Biblioteca Nacional, en la calle ‐Hagamos un trato –le proponía a algún compañero de
México, ésa que aparece en los documentales sobre la banda‐ te cedo mi parte del solo para que te luzcas
Borges. El amigo Jorge me dio un consejo: “Si podés vos.
después del ensayo andá al bar de la esquina… ahí se ‐¿Y yo a cambio qué te doy?
junta Horacio con los otros muchachos”. ‐Y bueno… por cada compás me pagás un Campari.
Por aquel año 2001 yo era un joven estudiante Por esos años el estilo de Larumbe había
de cine, más joven y más estudiante que ahora, y con cambiado notablemente. Tal vez por su mano dolorida
la excusa de filmar un documental sobre jazz me había o tal vez por una decisión estética, sus improvisaciones
acercado al grupo para sacar fotos y escuchar música eran mucho menos barrocas, pero no por eso menos
gratuitamente. No era mal programa para los martes a complejas. Había llegado a un gran poder de síntesis.
la mañana. Al piano, seguía metiéndose en problemas que resolvía
“‐¿Y, Larumbe? ¿Ya empezó a dejar los vicios? con soluciones sutiles y, al mismo tiempo,
‐Sí, doctor ‐le dije‐ la semana pasada no jugué a la sorprendentes.
quiniela.”
Y ahí nomás Larumbe aprovechaba las risas de todos En la mesa del bar, de los bares, recordaba sus
para apurar un trago o prender otro cigarrillo. Tenía días en Suecia cuando, habiéndose separado del grupo
Monoaural
del club Grigg´s para pasar al Artist Club, se nosotros porque, lamentablemente, ha perdido a su
encaramaba en largas jam sessions con los solistas de padre.
la banda de Duke Ellington. ‐¡Qué distraído!‐ agregó Larumbe desde atrás del
piano.
Después de seis años en Europa había
regresado a Buenos Aires con mucha experiencia y un Y anécdotas como éstas fueron perfilando su
Hammond. Llegó y dijo: “Soy el mejor y el peor personaje. Porque tenía un humor ácido, rápido, y
organista de Argentina, porque soy el único”. Retomó gustaba jugar con las palabras. Cuando improvisaba en
el trabajo en los boliches que todavía quedaban y de el piano no era muy distinto, pero de a poco sus
día ganaba plata como sesionista de los cantantes historias fueron trascendiendo más que su música, por
populares del momento, desde Sandro y Leonardo una sencilla razón: no había música de Larumbe.
Favio para abajo. También musicalizaba las películas
de Isabel Sarli: se juntaba con Armando Bo en el Más allá de la cantidad de horas grabadas por
estudio de grabación y a partir de las descripciones del él como sesionista para cantantes de moda, al
director, Larumbe componía la música. “Esta escena te momento de su muerte no había más que un disco de
la van a cortar, Armando”. Pero Bo insistía y Larumbe él tocando jazz al frente de una formación. El disco en
continuaba con el trabajo. Se sorprendía cuando cuestión fue Carnaval pero lamentablemente se editó
preguntaba por la duración de la escena. “¿Tres sólo en España y quedó descatalogado al poco tiempo.
minutos? ¡Esto no puede durar más de 20 segundos!” Cuando le preguntaban la razón por la cual no grababa
No es extraño que hasta un ciego supiera más de cine discos solía quejarse de las condiciones que le ofrecían,
que Bo. Después también se dedicó a musicalizar o del dinero: “Decime cuánta plata hay y yo te digo el
institucionales científicos. proyecto”, repetía. Carnaval lo había grabado porque
era sólo una tarde de trabajo, porque el piano era
La década de 1980 fue su ápice como pianista. bueno y porque le pagaban bien. Lejos estaba
Tenía un estilo muy reconocible, totalmente personal, Larumbe de cualquier idea romántica del arte, lo cual
porque no copiaba a nadie. En una época donde los no le impedía (más bien todo lo contrario) tomarse el
músicos de jazz de Argentina se esmeraban por sonar trabajo en serio y hacerlo de forma excelente. Porque
como sus ídolos norteamericanos, por sacar el sonido y tocar el piano era un trabajo, y dicen que en los últimos
los yeites con puntos y comas, Larumbe había creado años no tenía piano en su casa, o lo tenía desafinado o
un estilo propio y en esto se adelantó a la idea de los vaya a saber uno qué, pero la cuestión es que cada vez
músicos actuales del jazz local. No le interesaba que había un show iba un rato antes para
precisamente tocar “jazz argentino”, si es que eso desentumecer los dedos porque, en una de ésas, si no
existe, sino tocar como Horacio Larumbe. De hecho, había tenido trabajo en los últimos quince días, se
cuando Chick Corea vino a Buenos Aires y participó de había pasado esos quince días sin tocar una tecla. Él
una larga jam session con él, dijo: “Este es un pianista mismo decía: “Yo toco cuando hay que tocar”, y nada
distinto, es único”. Aunque a Larumbe, tan ajeno a la más.
vanidad, el elogio no le movió un pelo. Le gustaban Bill
Evans, Oscar Peterson, Herbie Hancock, Keith Jarrett y Al final de su vida grabó un bello disco con
también Chick Corea, pero se declaraba fanático María Volonté: Fuimos. Pero es un disco de tangos
solamente de Horacio Salgán. Cuando sabía que donde Larumbe más bien acompaña a la cantante y,
Salgán estaba entre el público, Larumbe andaba más allá de los exquisitos arreglos, poco tiene que ver
nervioso, parecía un chico. con el pianista que improvisaba jazz hasta la
madrugada.
Una noche, en un centro cultural, Larumbe
esperaba en el escenario la llegada del cantante. En Murió en septiembre de 2003 y los diarios
CINCUENTA Y UNO
Monoaural
puede conseguirse en una disquería de lo que era que en París había conocido a Cortázar y un montón de
Horacio en vivo improvisando jazz. Lástima que todos cosas más… También hablamos de Larumbe, por
los temas pertenezcan al mismo show y que lo supuesto, y cuando salimos del café le dije que lo
acompañe el Negro González, contrabajista que, como acompañaba a tomarse el colectivo. Apenas doblamos
su nombre lo indica, toca con trabajo. No hay nada la esquina vimos que el colectivo estaba en la parada,
editado de Larumbe al piano solo o tocando el órgano, de modo que pegamos un trote para que no lo
ni hay forma de seguir cronológicamente los cambios perdiera. Es curioso cómo la vida (y los textos
de su estilo a no ser que uno se tome la tarea de mediocres) se empeña en metáforas cursis, pero la
rastrear grabaciones inéditas. última imagen que tengo de Minichillo es la de un
señor que se sube a un colectivo que va para el lado del
Una noche, tiempo después de la muerte de cementerio: meses después murió.
Larumbe, coincidí en un café de Chacarita con Pero antes de subirse, mientras trotábamos,
Norberto Minichillo, quien había sido su mejor amigo. medio agitado Norberto me dijo:
Norberto habló de todo; me contó que él también ‐Si alguna vez hablás de Horacio no digas que era
había estado en Suecia y que allá era amigo de Harriet ciego, ni que tenía humor ácido ni que era un bohemio.
Andersson, así que hablamos de Bergman y también Tipos así hay un montón… Decí que fue uno de los
de Tarkovski… Y de Chopin y de Max Roach y me contó músicos más grandes que tuvo este país. Decí eso. Lo
que Atahualpa Yupanqui le había regalado un poema y demás es pura sanata. Chau, llamame en la semana…
ÚLTIMA PÁGINA
Tadeys (fragmento)
¿Qué o quién era eso?, se preguntó Maker. “Un hombre en
estado salvaje”, se dijo. No, pues el ser que había aparecido, cuyo
cuerpo era semejante al de un niño de trece años, tenía la cara
(horrible, abominable casi de tan fea) completamente arrugada,
auroleada, para su propia –Maker– irrisión, de un círculo monjil
de pelo albino. Sólo allí tenía pelo. Como si se depilara (absurdo),
ni uno solo más se veía en el resto del cuerpo. Pensó: “Un mono
lampiño” y se sintió completamente estúpido: “Mono lampiño”
era una contradicción de términos, como “pelado con trenzas”,
que a tantos les costó la vida (en la hoguera) porque se refería,
para ponerla en ridículo, a la Orden del Obispo.
Lamborghini, Osvaldo. Tadeys. Sudamericana,
Buenos Aires, 2005. Pág. 187.
CRÉDITOS
Ilustración de los cuentos: Grupo Niños
(Pedro Mancini, Darío Fantacci y Santiago
Fredes)
ULTRAMUNDO nació del intento de tres
personas por comunicar:
"El delirio es la única forma de salvación" dijo
Lai Chu, porque somos dueños de nuestros
pasos, por más que nos digan lo contrario.
La paranoia mental trascripta a imágenes
impresas.
Somos el universo que queremos ser: un niño en
la basura, un espécimen extraño en un lugar
extraño con su hija extraña, somos un niño que GRACIAS HACEN LOS MONOS
quiere algo presido a una maquina de sueños
mágicos.
Un intento de sobrepasar nuestro propio ser El mono Santiago desea agradecer a Pau y a Rafa, para no
para deshacernos en el medio de la tinta, del romper la cábala. A Carlos Garaycochea, que nos cedió no uno
sino dos dibujos sin acordarse (creo) de que somos parientes
infinito.
políticos. A Diego Vecino, aunque sea peronista. Al Lic. Rómulo
"La verdad", como símbolo de búsqueda,
Vizgarra (Q.E.P.D.). A Ricardo Strafacce, por pagarme el café. A
deificación sobre lo que uno cree. Emy, porque le usé la PC y la conexión a morir. Al odontólogo
La realidad que se asemeja a la fantasía. Barreda (no vaya a ser que nos cague a tiros de lo contrario).
Los sueños se traducen y la vida pasajera es
eterna en el papel sonante. También agradecemos a la buena gente de Esperando a Godot,
http://www.gruponinios.com.ar que nos invitó a su programa radial, en el que nos dimos el gusto
de decir las más variadas barbaridades.