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-Serie Contribuciones-
Agosto 2004
2
Introducción
Jones et al afirman que “el desafío principal para el futuro es desarrollar y aplicar un
grupo de nuevos indicadores que den cuenta de las dinámicas de los procesos de
innovación y de la creación de conocimiento en un amplio contexto económico y
social. Esto demanda un enfoque de múltiples indicadores, e implica desafíos
permanentes para la consolidación de avances recientes”2 (Jones, Sainsbury, Dowie,
& Kavanagh, 2003). Considero que los países de América Latina están en una
posición privilegiada al poder aprender de las experiencias de otros países en materia
de diseño de indicadores y cuestionarios sin necesidad de repetir errores, y además
teniendo la posibilidad de dar saltos cualitativos y de explorar nuevas avenidas.
1
Documento elaborado para el proyecto de revisión del Manual de Bogotá, gracias al apoyo de la
RICyT.
2
Traducción libre de la autora.
3
Respecto de las comparaciones, Jones et al (2003) anotan que los esfuerzos por
promover la normalización y comparabilidad internacional no deben ser construidos
exclusivamente en términos de categorizar el desempeño de los países en materia de
innovación. Es mucho más importante para los analistas reconocer que hay
experiencias invaluables por aprender al embarcarse en dichos ejercicios de
evaluación y referenciamiento, y así poder determinar si hay otros mecanismos de
política a través de los cuáles mejorar el desempeño innovador.
Estas son algunas de las preguntas que los estudiosos de la innovación se están
formulando. Parece que los indicadores de desempeño (por ejemplo innovaciones
tecnológicas de producto y proceso (TPP) usando la terminología del Manual de Oslo)
para referenciar o comparar empresas, sectores, regiones o países no son tan
importantes para caracterizar los procesos de innovación. Entonces, ¿cómo medir las
capacidades de innovación?, y ¿cómo medir la actitud innovadora? Es necesario
profundizar y refinar indicadores que midan las habilidades y capacidades que tienen
las empresas para innovar, y el impacto que el ambiente y las circunstancias
(económicas, sociales, culturales, etc.) tienen en la capacidades de innovación de la
empresas.
Este documento tiene por objetivos encontrar los puntos comunes entre los
indicadores de innovación, de sociedad del conocimiento3, y de clusters, con el
objetivo final de vislumbrar caminos diferentes para el desarrollo de nuevos
indicadores de innovación más significativos, y así entender mejor los procesos
actuales de innovación. Este proceso de comparación se realizará basado en diferentes
estudios en los cuales la autora ha sido partícipe; estos son: la elaboración del Manual
de Bogotá (Jaramillo, Lugones, & Salazar, 2000), el proyecto realizado para
Colciencias y el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología sobre indicadores
de la sociedad del conocimiento (Bianco, Lugones, Peirano, & Salazar, 2002; Salazar,
2004), y el proyecto “Sistemas de innovación y desarrollo económico: El papel de los
clusters regionales y locales en Canadá”, adelantado por la red canadiense de
investigación de sistemas de innovación (Innovation Systems Research Network –
3
Si bien el término sociedad de la información es de mayor uso y aceptación, se considera más
apropiado y completo el término sociedad del conocimiento, por lo cual se usará en mayor medida (ver
Salazar, 2004)
4
1. Modelo lógico
El modelo lógico –usando las palabras de Susan Cozzens- detrás de esta propuesta es
el descrito en la siguiente tabla. Dado que estamos trabajando con diferentes grupos
de indicadores, elaborados para medir fenómenos similares pero con características
particulares, es necesario encontrar los puntos en común entre ellos. Como veremos el
eje central de esta propuesta es desarrollar nuevos indicadores para medir la
incidencia del capital humano en la nueva economía. Utilizo el concepto de nueva
economía, ya que es el que recoge una mayor cantidad de fenómenos
contemporáneos. Tal y como lo expresa la agencia de estadísticas del Canadá, la
nueva economía es también una economía basada en conocimiento, una economía
digital, una economía informacional, una economía del Internet, una economía basada
en la innovación, una economía de altas tecnologías, una economía de tiempo real, y
finalmente, una economía global (Statistics Canada, 2004).
4
Para mayor información consultar página web de la red y el proyecto: http://www.utoronto.ca/isrn.
5
aprendizaje. y aprendizaje.
Elemento Recursos humanos Recursos humanos Recursos humanos
común - Personal altamente - Personal altamente - Personal altamente
calificado5 calificado o calificado
- Entrenamiento trabajadores del - Atracción y
permanente conocimiento retención de personal
- Alfabetismo
informacional
Otros temas Alianzas (acuerdos de Satisfacción en el Diversidad cultural.
importantes cooperación formales e trabajo. Creación y tasa de
informales). Relación entre supervivencia de
Intercambio de innovación e nuevas empresas
conocimiento entre incorporación de TICs (spin-offs).
diferentes actores. Creación de empleo.
Intercambio de
conocimiento entre
diferentes actores
2. Indicadores de innovación
A manera de ejemplo, Tsipouri nos brinda una lista de instrumentos y sus posibles
indicadores para medir programas regionales de apoyo a la innovación, y los califica
de acuerdo con los tres criterios arriba mencionados (robustez, factibilidad, y
relevancia).
5
Por personal altamente calificado se entiende normalmente una persona con algún nivel de educación
postsecundaria.
6
Este llamado a la refinación del concepto innovación, requiere igualmente que este
concepto se distinga de I&D, y que realmente abarque todos los mecanismos por los
cuáles las empresas mejoran su competitividad. En este sentido vale la pena
formularse una serie de preguntas que en buena medida se orientan a fortalecer el
énfasis que se le dio en el Manual de Bogotá a las actividades de innovación.
efectos de análisis; salvo lo que tiene que ver con capital humano como veremos más
adelante. Algunas de las preguntas/temas que se podrían tener en cuenta son:
adquisición de tecnologías no incorporada al capital; capacitación tecnológica y en
gestión y administración; diseño; realización de proyectos de I&D; modernización de
procesos producción; proporción de empleados altamente calificados; y
automatización de procesos productivos o gerenciales. El formulario propuesto por los
australianos ilustra muy bien el caso, en el cual bajo la sección de capacidades de
innovación incluyen preguntas relacionadas con: la adquisición de licencias; la
contratación de personal altamente calificado; la realización de proyectos de I&D
internamente o externamente (dentro del país o en el exterior); el personal dedicado a
I&D; los programas de capacitación (tecnológica y administrativa); y los tipos de
asistencia recibida que hayan sido cruciales para emprender actividades de innovación
(programas de gobierno, asistencia técnica/comercial/administrativa, etc.). Por otra
parte incluyen dos preguntas cualitativas o subjetivas que considero interesantes:
preguntan por el potencial tecnológico/innovativo de la empresa, y qué se puede hacer
para mejorar la habilidad de la empresa para mejorar sus productos/servicios y
procesos (Jones et al., 2003).
9
Romer, P. (1992), “Two strategies for economic development: using ideas and producing ideas”,
Proceedings of the World Bank Annual Conference on Development Economics.
9
10
El director de la oficina de patentes de los Estados Unidos afirma que tan solo el 15% de las patentes
registradas en su oficina son alguna vez comercializadas (citado por Jones et al., 2003).
10
Dadas las anteriores afirmaciones, la agencia de estadísticas del Canadá, con apoyo
del departamento de desarrollo de recursos humanos, emprendió la realización de la
encuesta sobre “sitios de trabajo y empleados” (conocida como WES por su nombre
en inglés), con miras a establecer vínculos entre lo que está sucediendo en los sitios de
trabajo y cómo afecta esto a los trabajadores13. Adicionalmente se quería entender
mejor que estaba pasando en las empresas en esta época de cambios substanciales.
Algunas de las preguntas que se querían responder eran: ¿Cuántas compañías han
implementado tecnologías de la información? ¿En qué escala? ¿Qué tipo de
entrenamiento está asociado con estos eventos? ¿Qué tipos de cambios
organizacionales está ocurriendo en las empresas?
11
Llama la atención que en la segunda encuesta colombiana de desarrollo tecnológico se utilice a las
patentes como medida de innovación y más exactamente para determinar el grado de novedad de la
innovación (Vargas & Malaver, 2004), a pesar de saberse de antemano el bajo nivel de patentamiento
en el país, y en general de los países en desarrollo, por lo cual su relevancia es marginal, por no decir
que nula.
12
Traducción libre de la autora.
13
Información completa sobre la metodología empleada, copia de los formularios, y documentos sobre
análisis de resultados se encuentran en
http://www.statcan.ca/english/survey/business/workplace/workplace.htm
11
La WES está dividida en dos componentes: i) una encuesta a sitios de trabajo sobre la
adopción de tecnologías, el cambio organizacional, entrenamiento y otras prácticas de
recursos humanos, estrategias empresariales, y rotación de empleados; ii) una
encuesta a empleados en esos mismos sitios de trabajo que cubre salarios, horas de
trabajo, tipo de trabajo, capital humano, uso de tecnología y entrenamiento (Statistics
Canada, 2001). Lo más interesante de esta encuesta es la posibilidad de ligar las
respuestas de los empleados directamente a las de las empresas, de esta manera
midiendo el impacto real de las prácticas laborales y la adopción de tecnología en los
trabajadores (ver modelo lógico). El cuestionario de la empresa es respondido por un
gerente, mediante entrevista personal, y una muestra de trabajadores es seleccionada
para cada establecimiento donde los cuestionarios son respondidos telefónicamente.
La WES se condujo por primera vez en 1999, cuyos resultados han sido ampliamente
analizados. A partir de entonces se han realizado encuestas anualmente, tanto para
empleados como empleadores. La WES se ha realizado en todos los sectores
(primario, de manufactura, y servicios).
12
Dentro de los estudios que se han realizado con base en la WES es de particular
relevancia el desarrollado por Therrien y Léonard (2003) en el cual se busca
determinar la correlación entre innovación y las prácticas de administración de los
recursos humanos. Las prácticas de administración de recursos humanos (HRM, por
su nombre en inglés) consisten en nuevos acuerdos de trabajo dirigidos a administrar
los recursos humanos hacia el logro de mejores desempeños profesionales.
Normalmente estas prácticas incluyen: pago de incentivos, participación de los
trabajadores en la toma de decisiones, y programas de entrenamiento. “La idea de
incluir las prácticas de administración de recursos humanos como parte de los
procesos de innovación radica en la suposición que éstas otorgan el incentivo correcto
a la persona adecuada para hacer mejoras significativas en el proceso de producción,
el producto, o el servicio”14 (Therrien & Leónard, 2003). Therrien y Léonard
mencionan una serie de estudios que relacionan HRM y productividad, siendo el de
mayor relevancia el de Ichniowski et al 15, estudio en el cual se clasifican las prácticas
de HRM en siete áreas: pago de incentivos, contratación, trabajo en equipo, seguridad
de empleo, flexibilidad en el trabajo, entrenamiento, y comunicación entre
administración y trabajadores. Estos estudios han encontrado que las firmas en
general se benefician de estas prácticas individualmente, pero las ganancias son muy
superiores (en términos de incrementos de productividad) cuando se combinan varias
prácticas al mismo tiempo.
14
Traducción libre de la autora.
15
Ichniowski, C., K. Shaw, and G. Prennushi, 1997. “ he effects of human resource management
practices on productivity: A study of steel finishing lines”, American Economic Review, 87 (3),
291:313.
14
nuevo para el mundo, nuevo para Canadá, nuevo para el mercado local, usuario de
tecnología, y no innovador. Posteriormente, para efectos de análisis, reagruparon las
tres primeras categorías como “primero en el mercado”. Igualmente corrieron dos
regresiones diferentes, una para toda la muestra de empresas, y otra solo para el sector
de manufactura. Algunos de los resultados encontrados son:
Es conveniente tener en cuenta, que los anteriores resultados no nos dicen nada en
relación con la causalidad entre innovación y la introducción de HRM, así sean
contundentes en cuanto a la correlación existente entre grados de innovación y
prácticas de administración de recursos humanos.
Se está viendo que las TICs están produciendo cambios tanto en la organización como
en el contenido del trabajo. De esta manera, considero que los países de América
Latina debieran considerar realizar este tipo de encuestas -en todos los sectores de la
economía, no solo en las industrias de manufactura- así sea en versión simplificada,
como una manera de recolectar información sobre adopción de tecnología, innovación
y como afecta esto al capital humano.
La principal dicotomía analizada por Salazar y Holbrook en relación con las encuestas
de innovación se refiere a que éstas se enfocan en el sector de manufactura en
detrimento de los sectores de servicios y aquellos basados en recursos naturales (para
efectos de este documento se va a hacer referencia exclusiva al sector servicios). Las
encuestas de innovación se concentran en innovaciones tecnológicas y especialmente
en tecnologías duras, ignorando en buena medidas otros tipos de innovación basadas
en tecnologías blandas (e.g. administración y gestión). Es así como las encuestas de
innovación se han concentrado en las industrias manufactureras, donde las tecnologías
duras se encuentran y por lo tanto donde las innovaciones TPP han de ocurrir (Salazar
& Holbrook, 2004 forthcoming).
16
Esta sección está basada fundamentalmente en Salazar y Holbrook, 2004 forthcoming.
15
17
Traducción libre de la autora.
16
Guy y Nauwelaers afirman que el enfoque de sistemas de innovación nos debe llevar
a repensar las políticas de ciencia, tecnología e innovación desde una perspectiva
sistémica, que va más allá de las políticas de consolidación e intermediación. Los
sistemas de innovación se consideran como entes complejos, donde diferentes actores
interactúan de muchas y variadas maneras. Las políticas de innovación a su vez están
tratando de responder a dicha complejidad; es así como los formuladores de política
aplican una serie de instrumentos de política, en la medida de lo posible coherentes
entre si, en lugar de aplicar mecanismos de política en aislamiento (Guy &
Nauwelaers, 2003).
Las prácticas de innovación han venido cambiando en las últimas cuatro décadas, lo
cual hace que también cambien la política y la teoría sobre innovación, así sea más
lentamente. Algunos de los fenómenos que se observan hoy en día son: las
organizaciones no innovan aisladamente, sino en el contexto de un sistema; más
actores están involucrados y estos a su vez son cada vez más heterogéneos; hay una
mayor dependencia histórica o del camino recorrido (path dependency); y los sistemas
de innovación se están volviendo difusos, sus fronteras no se pueden establecer
claramente (Smits & Kuhlmann, 2003).
Las políticas sistémicas de innovación implican construir puentes entre todos los
nodos, y no solo un par de nodos, al interior de un sistema de innovación. Por otra
17
parte, se busca desaparecer las fronteras entre los creadores y los usuarios del
conocimiento, y los actores de los sectores público y privado. La idea de separar
analíticamente las actividades relacionadas con conocimiento, entre oferta y demanda,
se está desintegrando (O'Doherty & Arnold, 2003), por lo cual los instrumentos de
política y evaluación deben dar cuenta de esos cambios. Por ejemplo, las políticas de
apoyo a clusters se consideran políticas sistémicas (Smits & Kuhlmann, 2003).
Surgen una serie de preguntas. Ante está complejidad de los sistemas de innovación, y
la mayor dependencia de las empresas en estos, ¿cómo afecta esto el diseño de
indicadores de innovación? Es claro que son procesos altamente complejos,
complejidad que de alguna manera se debe ver reflejada en los indicadores. ¿Cómo
determinar el impacto que el ambiente y las circunstancias (económicas, sociales,
culturales, etc.) tienen sobre las capacidades de innovación y en general sobre el
desempeño de la empresa? ¿Qué nos dicen el enfoque sistémico y sus
correspondientes instrumentos de política que orienten el tipo de preguntas a incluir
en futuras encuestas de innovación? ¿Qué fenómenos deben medir las encuestas?
Wolfe y Gertler identifican además una serie de indicadores que ayudan a identificar
clusters, fundamentalmente tratando de medir las dinámicas y los flujos, en lugar de
medidas estáticas de innovación:
En este punto vale la pena mencionar algunos estudios, que complementan los
anteriores, intentando determinar porqué ciertos clusters regionales son más exitosos
que otros. Se ha podido establecer, tanto para Estados Unidos como Canadá, que las
características de la localidad en términos de calidad de vida y su diversidad social y
cultural son fundamentales para atraer personal altamente calificado, que a su vez
atrae o promueve la creación de empresas de alta tecnología (Florida, 2000; Gertler,
Florida, Gates, & Vinodrai, 2002).
Grados de novedad.
Llama mucho la atención que los diferentes países que han adoptado el Manual de
Bogotá (Argentina, Colombia y Uruguay18) hayan hecho modificaciones a las
categorías de empresas innovadoras19. Por ejemplo, en la segunda encuesta
Argentina de innovación se establecieron cinco categorías de empresas innovadoras:
18
Recientemente México y Chile han igualmente realizado encuestas de innovación pero basadas
exclusivamente en el Manual de Oslo.
19
Vale la pena recordar que las categorías establecidas en el Manual de Bogotá (empresas innovadoras,
empresas potencialmente innovadoras, y no innovadoras) se basaron en las categorías inicialmente
desarrolladas para el análisis de la primera encuesta colombiana de desarrollo tecnológico (Durán,
Ibañez, Salazar, & Vargas, 1998).
21
Del análisis de los resultados se observa una pequeña diferencia entre empresas
innovadoras TPP y empresas innovadoras sugiriendo que la mayoría de empresas que
hacen innovaciones en comercialización y organización también realizan
innovaciones en producto y proceso. De tal manera que vale la pena cuestionarse la
utilidad de la distinción, si bien se argumenta que es para efectos de comparación
internacional. Por otro lado, se establece una nueva categoría, empresas innovativas,
que incluye a todas las empresas que realizan actividades de innovación,
distinguiendo de aquellas que no han obtenido resultados -empresas potencialmente
innovadoras. Creo que sobra alguna de las dos categorías. Desde el punto de vista de
política de innovación es importante establecer las empresas que realizan actividades
de innovación y que aun no obtienen resultados, ya que da muestras de su actitud y
apertura al cambio técnico y la innovación.
20
Las empresas innovadoras en sentido estricto (IE) son aquellas que realizan actividades de I+D, otras
actividades conducentes a la innovación y obtienen innovaciones de alcance internacional.
21
Las empresas innovadoras en sentido amplio son aquellas que realizan cualquier actividad de
innovación y logran innovaciones para el mercado nacional o la propia empresa.
22
Estudiar las estrategias de las empresas (las regiones y los países también)
para atraer, desarrollar y retener trabajadores altamente calificados; quienes
son fundamentales para el desarrollo exitoso en la nueva economía.
Medir la capacitación tanto formal (salón de clase), como informal (en el
trabajo). Normalmente solo se estudia el entrenamiento formal.
Hacerle seguimiento a las personas que reciben capacitación: determinar si
siguen empleadas, el mejoramiento salarial, y su satisfacción en el trabajo, etc.
A manera de conclusión, parecería que los nuevos paradigmas de los estudios sobre
innovación se orientan hacia: i) la innovación en servicios, haciendo mayor énfasis en
las innovaciones organizacionales y de gestión; ii) la incorporación de prácticas de
administración de recursos humanos como un factor importante en los procesos de
innovación; y iii) las relaciones entre la capacitación y la incorporación de tecnologías
de la información y las comunicaciones. En pocas palabras, todas estas nuevas
tendencias dan un reconocimiento al papel fundamental que cumple el capital humano
-y el conocimiento incorporado en éste- en el proceso de innovación, y la necesidad
de rescatar este rol central, en contraposición al énfasis que se le ha dado en el pasado
a las tecnologías incorporadas en maquinaria y equipo.
24
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