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almas gemelas un encuentro sagrado

Cuando encuentres el amor verdadero dentro de ti,otros te encontraran


a ti;y ese amor que no puede verse, se reflejara en tus ojos;y ese
amor que no puede oírse, retumbara en tu voz".Todos hacemos un
convenio sagrado de encontrarnos y cada encuentro nuestro es un
milagro; cada uno de nosotros acepta un compromiso de encontrarse.
Cada uno de nosotros experimenta la llegada de ese encuentro sagrado
de diferentes maneras y esa experiencia también hace parte del
trayecto. Por un lado, el miedo que sentimos a vivir la realización de
ese convenio, confronta dolorosamente nuestra necesidad de cambiar y
evadimos esa necesidad respaldados en excusas, disculpas o pretextos;
a pesar de esa habilidad para evadirse los convenios sagrados nunca se
rompen, pero si se aplazan.

TONI CRUSADE
Muchas de las almas gemelas que hicieron el convenio de encontrarse en
esta Tierra no se encuentran y la razón principal de que esto no
suceda, es que: El convenio sagrado de encontrarse se realiza en un
estado santo en donde no existe el tiempo y donde no existe el dolor;
las almas gemelas convienen encontrarse siendo conscientes de que los
convenios sagrados son inmortales y hacen el convenio en un estado de
consciencia en que el dolor no es posible.
Sin embargo, cuando las almas gemelas llegan a lugares distintos en
esta Tierra, la primera variable con la cual no cuentan es que en esta
Tierra el tiempo si existe y la separación que viven estos seres
especiales a través del tiempo y del espacio, produce una confusión
que deriva en vacío y soledad; ese vacío y esa soledad produce un
dolor interior que para muchos seres resulta imposible soportar,
porque la separación durante todos esos años es dolorosa. Muchas almas
gemelas renuncian a encontrarse porque ese dolor les vence y el tiempo
termina por convencerlos de que esa búsqueda sagrada es una mentira,
una locura y una causa perdida. Pero sobretodo
Porque se sienten abandonadas y perdidas sin su alma gemela.
Cuando siendo seres conscientes hacemos el convenio sagrado de
encontrarnos en esta Tierra, lo hacemos viviendo un estado de
consciencia en donde sabemos a ciencia cierta que somos merecedores
del amor verdadero; es decir, sabemos que es un hecho y no una mera
creencia; porque en ese estado la única posibilidad es el amor
verdadero. Sin embargo, al llegar a esta tierra perdemos esa certeza y
adquirimos la falsa creencia de que nacimos para mendigar las migajas
del amor que desde siempre merecemos por derecho de consciencia. En
ese sentido, todas nuestras actividades se convierten en una clara
resistencia para evadir ese encuentro sagrado, porque durante estos
años hemos experimentado las decepciones de equivocarnos, de crear
falsas expectativas, de mentirnos, de culparnos, de chantajearnos y de
prostituir aquel conocimiento sagrado conformándonos y resignándonos
como ultimo recurso, con una sombra mal hecha de aquello que
inicialmente buscamos.
La primera pregunta que resolveremos a partir de una corta meditación,
es: ¿Realizamos el convenio sagrado de encontrarnos con nuestra alma
gemela?
Lo haremos escuchando la melodía que mas nos permita soñar; con los
ojos cerrados, el cuerpo relajado y buscando, después de respirar
profundamente, la imagen de la casa que queremos habitar; vamos a
recorrerla al ritmo de esa melodía, debemos tocar sus rincones,
percibir sus aromas, experimentar las emociones de estar recorriendo
los espacios de dicha casa y finalmente, cada persona, se dirige al
sitio que mas le agrada en esa casa para averiguar si su alma gemela
se encuentra en esta tierra en cumplimiento del convenio sagrado que
realizaron en un estado santo de consciencia. Cuando te encuentres en
el lugar mas especial de dicha casa, si tu alma gemela se encuentra en
esta tierra, podrás verla, tocarla y escucharla; será un encuentro
leve, pero la experiencia será increíblemente bella e inolvidable,
recordaras entonces si hiciste esa promesa y recordaras qué
prometiste. Sabrás entonces si realizaron el convenio de encontrarse
en esta tierra
y a partir de ese conocimiento podrás reiniciar la búsqueda.
Las almas gemelas no se reúnen por capricho sino por misión; es decir,
vienen a cumplir además de un convenio sagrado, una misión sagrada
referente al Amor. Por esa razón, la búsqueda del alma gemela es
también sagrada, porque tiene un propósito altruista que trasciende la
necesidad de encontrarse solamente; es decir, el convenio sagrado se
cumple para una razón especial referente al Amor.
La búsqueda sagrada tiene dos opciones: el camino del dolor y el
camino del propósito. Por el camino del dolor es demasiado probable
que las almas gemelas no cumplan su convenio. Por el camino del
propósito, las almas gemelas siempre se encuentran para cumplir su
convenio y su misión. El propósito dignifica y edifica la búsqueda
sagrada, porque tiene que ver directamente con nuestra capacidad de
soñar y es a través de esta capacidad que podemos iniciar el camino de
transformación necesario para encontrar a nuestra alma gemela. Sin
embargo, debemos admitir que nos resulta muy difícil admitir que son
los antivalores como nuestra soberbia, nuestro orgullo, nuestro
egoísmo y nuestro miedo los que nos han vencido, impidiendo que
finalicemos con éxito nuestra búsqueda sagrada; en ese sentido el
camino de transformación se vuelve doloroso, mientras no admitimos que
somos nosotros mismos quienes deseamos el encuentro con nuestra alma
gemela y simultáneamente nos negamos ese encuentro por temor.
Después de hacer la anterior meditación y de vivir ese encuentro leve
con nuestra alma gemela; somos conscientes de dos verdades: la primera
es que nuestra alma gemela existe y quiere encontrarnos también; la
segunda, es que no estamos listos para encontrarnos con nuestra alma
gemela; es decir, la razón por la cual en este momento no estamos a su
lado físicamente es que hemos alimentado un sistema de creencias que
nos impulsa a evadir ese encuentro y la razón, es que en un nivel muy
intimo creemos que no merecemos ser amados verdaderamente por lo que
somos en la actualidad.
Para encontrar a nuestra alma gemela debemos dar comienzo al proceso
de transformación interior y este proceso esta relacionado con la
creación de un sueño sobre la persona que queremos ser y con el
compromiso sincero de realizar esa transformación; es decir, debemos
crear un sueño tan hermoso que su realización sea menos dolorosa que
la decisión de renunciar a el. En concreto: El compromiso de
transformarse debe ser inquebrantable.
Hasta este momento hemos concluido que no sabemos vivir y que no somos
felices como vivimos; es decir, la transformación es necesaria para
experimentar la felicidad; sin embargo, el proceso de transformación
interior no es fácil y su necesidad debe partir después de plantearse
honestamente las siguientes preguntas:
¿Siendo como soy ahora, soy visible para mi alma gemela?
¿Soy yo en este momento la persona ideal para mi alma gemela?
Somos expertos en evadir el amor y la felicidad; por esa razón la
respuesta es obvia en la mayoría de los casos; no somos la persona
ideal para el alma gemela y por esa razón, no estamos a su lado en
este instante; en concreto, hemos demostrado durante años que no
sabemos ser felices nosotros mismos y se nos dificulta compartir algo
diferente a esa incapacidad.
Socialmente nos hemos adaptado y hemos desarrollado una enorme
habilidad para juzgar y criticar, para sentir culpa, resentimiento y
rencor; en conclusión, para permanecer en conflicto con nosotros
mismos en un nivel muy intimo que nos resulta difícil admitir; si ese
ser tan hermoso que es nuestra alma gemela nos viera por unos minutos
en ese conflicto implacable, es casi seguro que no excluiría de su
camino o dicho de una mejor manera: No seriamos visibles para ese ser
especial.
Por otro lado, llevamos varios años sin compartir la experiencia del
alma gemela y soportamos un doloroso vacío producto de esos años de
soledad; debemos tener en cuenta que entrar a una relación sin
resolver este vacío y esta soledad complica todo; en primer lugar,
todos podemos casarnos con otra persona y no necesariamente con
nuestra alma gemela, porque al entrar en relaciones sin haber resuelto
nuestro vacío y nuestra soledad, establecemos relaciones que nunca van
a funcionar y que sabemos bien, pueden durar mucho tiempo sin que por
ello aporte crecimiento real a las partes. Hemos comprobado que este
tipo de relaciones genera una dependencia emocional que resulta muy
difícil resolver, pues ambas partes han aportado a la relación sus
carencias y sus falsas expectativas, siendo ambos parásitos
emocionales y dedicándose a justificar el dolor, culpando al otro por
su incapacidad para hacerle feliz.
A través del ultimo planteamiento, concluimos que tenemos una
resistencia enorme en un nivel muy intimo para encontrarnos con
nuestra alma gemela; es decir, para evadir nuestro vacío y nuestra
soledad le otorgamos la responsabilidad a otro de hacernos felices,
porque en un nivel muy intimo hemos comprobado que somos incapaces de
ser felices por cuenta propia y necesitamos justificar esa incapacidad
responsabilizando a otra personas de nuestro deber y derecho;
generalmente, la otra parte esta en la misma condición; es decir,
compartiendo su vacío y su soledad, entregándole a su pareja la
responsabilidad de hacerle feliz para evadir su deber y
Derecho personal de ser feliz; finalmente culpando al otro por su
incapacidad para hacerle feliz.
Comprobamos nuevamente nuestra habilidad para evadirnos de nuestro
deber y derecho: Ser felices y ser amor; hemos desarrollado una enorme
resistencia al amor y a la felicidad recreando excusas, disculpas y
pretextos validos para nuestra necesidad de experimentar vacío y
soledad, pero falsas para la búsqueda sagrada. Es decir, nadie es
culpable de nuestras carencias, cada uno eligió responsablemente un
sistema de creencias donde las carencias son posibles y cada uno puede
elegir responsablemente lo contrario cuando sinceramente lo elija.
Si tuviese el valor de verme realmente como soy, averiguaría lo que
hay de malo en mí y trataría de corregirlo. Tendría así la oportunidad
de aprovechar mis errores y de comprender algo de la experiencia de
otros, pues sé que ahora estaría en otro lugar y seria una mejor
persona si hubiese dedicado mas tiempo a analizarme, a estudiar mis
debilidades y a dedicar menos tiempo a inventar excusas para taparlas.
Podemos concluir ahora que durante mucho tiempo hemos tenido nuestro
interior lleno de excusas y cuando alguien nos ofrece una oportunidad
para el amor y la felicidad, nos evadimos y arrojamos a cambio esas
excusas; la vida no lo hace por nadie, cada uno de nosotros lo elige
libremente. El amor no está, porque es rechazado y la felicidad no
está, porque es rechazada, ¿Como? ¡Con nuestras excusas! Es difícil
reconocer que hemos inventado una excusa para cada ocasión y es
realmente peligroso que nosotros necesitemos creer nuestras propias
excusas para vivir frente a los demás.
Algo práctico es que la vida nos da siempre todo aquello que nosotros
creemos; es decir, si creemos que una excusa es valida en nuestra
experiencia de vida, así será nuestra vida: Una exclamación permanente
de dicha excusa y una realidad en nuestra cotidianidad. El precio que
debemos pagar para encontrar a nuestra alma gemela es el de la
transformación y no es un precio fácil de pagar, porque nos hemos
adaptado a ser una falsa expresión de nuestra verdadera esencia; es
decir, en un nivel muy intimo nos auto rechazamos al negarnos cada
oportunidad de amar y ser felices; porque nos hemos resignado a creer
en nuestras excusas y lo mas curioso, hemos logrado que los demás a
nuestro alrededor las crean también y las validen.
Somos inmensamente caprichosos y regateamos con Dios cuando le pedimos
que nos envíe a nuestra alma gemela; pedimos su mejor idea para
nosotros y le pedimos simultáneamente, que su mejor idea sea la
persona (Pepito(a) Pérez) quien creemos nos conviene. Erróneamente
alimentamos la idea de que transformarnos significa que nos darán al
final del camino como premio a la persona de nuestro capricho
(Pepito(a) Pérez). Nosotros decimos que Dios puede darnos a alguien
mejor, pero caprichosamente esperamos que sea Pepito (a) Pérez).
Pedimos que nos ame verdaderamente, pero no estamos dispuestos a
invertir nada en esa búsqueda sagrada ni en el proceso de
transformación; queremos que esa persona nos de felicidad, pero ni
siquiera hemos elegido la felicidad como un estado personal; queremos
que lo de todo por nosotros, pero no estamos dispuestos a ceder
nuestro orgullo a cambio. En conclusión: deseamos aquello que
simultáneamente nos negamos y en lo que no creemos sinceramente.
En este estado de consciencia y de amor la gente correspondiente es la
que atraemos; es decir, seres con el mismo estado de consciencia y de
amor; dicho de una mejor manera, seres que tienen nuestras mismas
carencias alimentadas por un sistema de creencias falso. Cuando
realizamos el proceso de transformación interior, empezamos a atraer a
seres con un estado de consciencia y de amor correspondiente a los
cambios producidos; es decir, seres que han realizado la misma
transformación y que viven ese estado armónico de libertad, porque
aquello que comparten es la abundancia interior; es decir, las
carencias desaparecen en el proceso de transformación y ese es un
valor agregado de nuestra búsqueda sagrada. Atraemos siempre a los
seres correctos de acuerdo a nuestro estado de amor o de carencia.
Generalmente empezamos el proceso de transformación haciendo cambios
externos en nuestra apariencia física, en nuestra forma de vestir,
cambiando de casa, cambiando de trabajo, cambiando de amigos,
cambiando nuestras habilidades intelectuales, en el control de
nuestras emociones, actuando de manera diferente frente a quienes nos
agradan (siendo excesivamente románticos) y terminamos haciendo una
negación rotunda a quienes realmente somos; es decir, el camino de
transformación se ha convertido entonces en una jornada de auto
rechazo, en donde terminamos fingiendo ser alguien que realmente jamás
seremos, pues de esa manera no respondemos mas que a nuestra carencia
interior, la cual reflejamos exteriormente para atraer el mismo tipo
de carencia en los demás.
Cuando esta búsqueda sagrada empieza a acumular años sin tener éxito,
adquirimos una herida producida por la soledad y el dolor que sentimos
por estar separados de nuestra alma gemela; en el caso de las mujeres,
desarrollan un rechazo y enojo hacia los hombres; en el caso de los
hombres, desarrollan un rechazo y enojo hacia las mujeres. Esto se
explica así: TANTO HOMBRES COMO MUJERES DESEAN SER ENCONTRADOS
PRIMERO. De esta manera, nos estamos negando inocentemente a vivir
precisamente la experiencia que deseamos: el encuentro sagrado con
nuestra alma gemela.
¿Por que no encontramos a nuestra alma gemela?
Primero: Le tenemos miedo. En el caso de que nuestra alma gemela
estuviese un instante frente a nosotros, no la podríamos ver, porque
el dolor que alimentamos durante tantos años nos cegaría y la haría
invisible frente a nosotros. Además, nuestra alma gemela se ha
convertido en un ser desconocido y por otro lado, la soledad y el
dolor se han vuelto nuestros compañeros; es decir, nos hemos adaptado
por un lado y por otro, le tenemos miedo al gran desconocido: El amor
verdadero de nuestra alma gemela.
Segundo: Hemos desarrollado un orgullo muy grande que nos impide
admitir que somos nosotros quienes estamos cometiendo el error de
renunciar a vivir el encuentro sagrado. No estamos dispuestos a
aceptar que apoyados en diferentes excusas alejamos la oportunidad de
encontrarnos con nuestra alma gemela y sobretodo, excusas que hemos
fabricado libremente para creer que no merecemos el amor verdadero de
nuestra alma gemela.
Tercero: El dolor y la soledad que hemos experimentado durante tantos
años han logrado que renunciemos a nuestra búsqueda sagrada y que nos
resignemos a las migajas del amor verdadero que merecemos desde
siempre por derecho de consciencia. Es decir, hemos aceptado la
soledad y el dolor, porque íntimamente descubrimos que lo podemos
soportar; incluso, que lo podemos evadir sin morir en el intento.
En conclusión: Nuestro miedo, nuestra soledad, nuestro dolor y nuestra
resignación, han logrado que la búsqueda sagrada haya terminado para
muchos de nosotros sin haber comenzado. Es decir, una búsqueda sagrada
que ni siquiera estamos realizando no puede jamás terminarse y por esa
razón, encontrar el alma gemela a través de un proceso de
transformación es algo imposible para muchos, porque son muchos
quienes no hacen nada para lograrlo.

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