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Tormenta en el templo

Ana Mara Shua IMPIEDAD en un cuento popular chino. Diez labradores que haban terminado con su jornada del da caminaban juntos por el campo de regreso a la aldea, cuando se desat una terrible tormenta. Empapados y asustados por la furia del viento, los hombres se refugiaron en un tempo semiderruido. Los truenos desgarraban el aire y se escuchaban cada vez ms cerca. Un rayo, con su fatal zigzagueo, cay junto a la puerta del templo. Ante la locura de esa tormenta que pareca perseguirlos, los campesinos empezaron a preguntarse si no habra entre ellos un culpable al que los dioses queran fulminar. Si entregaban al maldito, los dems se salvaran, dijo uno. Otro propuso que colgaran sus sombreros de baja delante de la puerta. El dueo del sombrero que fuera el primero en salir volando era sin duda el culpable al que buscaba el rayo. En cuanto sacaron los sombreros, todos salieron volando. Pero uno haba sido el primero y sin ninguna piedad por sus ruegos, los dems fuera a su dueo. Tiritando, empujado por el viento, el pobre hombre se fue alejando del templo sin terminar de entender de qu lo acusaban sus compaeros. En eso escuch un estrpito descomunal: se dio vuelta y alcanz a ver un espectculo aterrador. Un rayo haba cado sobre las ruinas del templo. Aquel a quien haban echado fue el nico al que perdon el rayo. Los otros nueve pagaron con la vida su dureza de corazn. Una vez ms los seres humanos quedan atrapados en una jugarreta de los dioses. Esos nueve hombres tratan de comprender el mensaje de la tormenta que los aterra y lo comprenden mal. Dispuestos a castigar sin prueba de culpa, cometen a su vez el peor de los pecados y por su falta de compasin, son castigados sin compasin
Cuento extrado de Libro de los pecados, los vicios y las virtudes de Ana Mara Shua (Ed. Alfaguara).

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