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SUMARIO
EDITORIAL
ORIGINALES Y REVISIONES
Fabio Rivas Guerrero. DEL SENTIMIENTO ESTÉTICO DE LA VIDA Y SU UTILIDAD . . 9
Gómez Esteban, R.; Martín Vázquez, Mª J.; González López, A.; Flores Álvarez, M.;
Bote Bonaechea, B.; Güerre Lobera, Mª J. REFLEXIONES ACERCA DE UN GRUPO
TERAPÉUTICO CON PACIENTES ESQUIZOFRÉNICOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
DEBATES
Antonio Crego Díaz. LOS ORÍGENES SOCIALES DE LA CONCIENCIA: UN MARCO
TEÓRICO PARA LA SALUD MENTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
HISTORIA
Rafael Huertas. CUERPO VISTO & CUERPO SENTIDO: DE LA ANATOMÍA A LA
CLÍNICA PSIQUIÁTRICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
INFORMES
María Alonso Suárez, Annette Hamilton. INTEGRACIÓN LABORAL EN SALUD
MENTAL EN EL ÁREA DE LONDRES (I): MODELOS, EJEMPLOS Y VALORES . . . . . 129
LIBROS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
TABLE OF CONTENTS
EDITORIAL
Gómez Esteban, R.; Martín Vázquez, Mª J.; González López, A.; Flores Álvarez, M.;
Bote Bonaechea, B.; Güerre Lobera, Mª J. REFLECTIONS ABOUT A THERAPEUTIC
GROUP WITH SCHIZOPHRENIC PATIENTS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Emilio Gamo Medina. Luis Javier Sanz Rodríguez. Angeles Martínez Hernanz.
Ana García Laborda. BEREAVEMENT IMPACT IN PSYCHOTIC PATIENTS . . . . . . . . . 35
DISCUSIONS
Antonio Crego Díaz. THE SOCIAL ORIGINS OF CONSCIOUSNESS: A THEORETICAL
FRAMEWORK FOR MENTAL HEALTH. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Jesús Gómez Tolón, Alberto Carreras Gargallo. NEUROGENESIS AND THE MODULAR
STRUCTURE OF CONSCIOUSNESS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
HISTORY
Rafael Huertas. BODYSEEN & BODYFELT: FROM THE ANATOMY TO THE PSYCHIATRIC
CLINICAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
REPORTS
María Alonso Suárez, Annette Hamilton. MENTAL HEALTH VOCATIONAL
REHABILITATION IN LONDON AREA: MODELS, PRACTICES AND PRINCIPLES . . . . . 129
BOOKS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
EDITORIAL
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(4) EDITORIAL
torno psíquico, sino que, al surgir éste desde el mismo sujeto, es necesario tratar de
dilucidar los motivos determinantes de los síntomas que sufre. Al hacer esto, la
historia clínica convencional se convierte en patografía, en la que el sentido de los
síntomas se obtiene a partir del contexto biográfico del paciente.
Ateniéndonos a lo hasta ahora dicho, podemos preguntarnos: ¿Qué está suce-
diendo hoy con la escucha en la clínica pública?, ¿seguimos intentando tratar a
nuestros pacientes en el sentido más radical del término, o les abordamos con la
filosofía del guardia de tráfico: estos aquí, aquellos allá (recursos, fármacos), con el
objetivo nunca explícito de no crear atascos, evitando investigar los mecanismos
psicológicos que están en el origen de su malestar? Pero, sobre todo, ¿seguimos hoy
proponiendo el espacio de tratamiento, sea este la sesión, el grupo, la entrevista de
quince minutos, como un lugar donde se procura el cambio o, por el contrario, como
un mero trámite al que nos obliga una elección profesional ya anclada en un remoto
pasado?
En los últimos años hemos pasado de estudiar a nuestros pacientes a estudiarnos
a nosotros mismos. Las investigaciones sobre el bourn-out desplazan el foco desde el
paciente (demasiado opaco), abandonan la institución (demasiada impotencia), para
fijarse en los profesionales como sufridos receptores de unos y de otra. En descarga
de esta actitud egocéntrica se encuentran algunos hechos. En primer lugar el tiempo.
El tiempo que requiere la clínica es atemporal y, por lo tanto, contrario al que la
institución propone. Este punto, rodeados como estamos de colegas que trabajan
contra reloj y se ven obligados a dedicar a cada paciente no más de 10 o 15 minutos
y a citarlos con intervalos de entre 30 y 60 días, es tan evidente que no nos vamos a
detener en él.
En segundo lugar la subjetividad. Requisito indispensable para que tenga lugar
el proceso de tratamiento, la subjetividad implica la apertura tanto del paciente
como del terapeuta a una interrelación que afecta a ambos, lo que quiere decir que
modifica a los dos, al poner en relación a dos sujetos de manera asimétrica, con sus
límites y sus posibilidades. El terapeuta reconoce la subjetividad del otro, le confiere
una singularidad que hoy, a menudo, aparece socialmente perdida, y construye con
él, y junto a él, una narración sujeta a múltiples modificaciones, que intenta dar
cuenta del malestar del paciente procurándole sentidos, a menudo mediante la pro-
puesta de sentido que el terapeuta hace a partir de lo que aquel le suscita a él
mismo. Sin embargo, frente a este reconocimiento intersubjetivo, singularísimo, la
propuesta que hace la institución sanitaria consiste en igualar, homogeneizar,
desubjetivizar mediante categorías nosológicas a quienes ya sufren la desubjetivación
en sus propias vidas. La desubjetivación de los profesionales, arropados en el marco
de la institución también podría ser objeto de análisis. Oponerse a esta tendencia a
la uniformidad aparece hoy como una tarea heroica que nos «quema» a los de por sí
ya muy combustibles terapeutas.
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EDITORIAL (5)
¿Seguimos pensando hoy que esta tarea sigue mereciendo nuestro esfuerzo? Al
igual que Sísifo, parece ser que nuestro quehacer clínico consiste en remontar una y
otra vez las fallas de nuestra constitución social y subjetiva, venciendo el cansancio
de la repetición. Por otro lado, ¿de qué espacio-tiempo disponen nuestros pacientes
para desplegar a duras penas (y aquí el lenguaje es extremadamente expresivo) su
siempre precario psiquismo? Coincidimos con los sociólogos, los antropólogos y los
filósofos (Sennett, Giddens, Ulrich Beck, Bauman, entre otros) en la dificultad de
identificación del hombre de nuestro tiempo. Exigidos por una cultura en constante
cambio, el psiquismo se ve afectado por esta exigencia y responde con defensas que
lo atrofian o que engordan ficticiamente el narcisismo creando modos distintos de
supervivencia psíquica. Ante esto, la farmacología aporta su grano de arena indis-
pensable, pero no puede ser nuestra única respuesta.
La posición del profesional de la salud mental no puede dejar de ser ardua, contra
corriente: su aportación ha de estar centrada en la institución de un tiempo/espacio
interno que se preste a la escucha de los efectos de las motivaciones inconscientes,
a pesar de los inconvenientes de las instituciones sanitarias. La disposición a escu-
char la subjetividad se ha de instalar en el terapeuta como un dispositivo que puede
ser aplicado cualquiera que sea el tiempo/espacio de la institución donde se realice
el encuentro. Instituir un espacio interno para escuchar la subjetividad más allá de la
homogeneización que imponen el diagnóstico y las categorías que nos defienden de
la incertidumbre que esta escucha implica, esta es la ingente tarea de los profesiona-
les de la salud mental.
Y arrostrados a ella, debemos aceptar la indefensión que comporta, el desampa-
ro, en palabras de Luis Hornstein, que afecta tanto al paciente como al terapeuta.
Desamparo frente a la compulsión a repetir, institucional y del inconsciente, desam-
paro frente al dolor y la ausencia de recursos, psíquicos e institucionales.
Podríamos decir que nuestro síndrome de bourn-out nos hace claudicar ante la
realidad de nuestra práctica tanto como al paciente su malestar le aboca a identifi-
carse como tal y a no buscar otras salidas. A medida que los profesionales se resistan
a la estereotipia, afrontando creativamente su trabajo, el paciente podrá encontrar
también otras respuestas a su queja. Se trata de una propuesta, de un ideal, distante
siempre de la realidad, pero ¿no es también la creación de ideales una de las finali-
dades del tratamiento? ¿No es la complacencia, la pasividad, la reiteración, una de
las características de la morbilidad psíquica?
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EDITORIAL (7)
SECCIÓN
ORIGINALES Y REVISIONES
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Resumen Summary
Se plantea una reflexión desde el The author expounds a reflection of
darwinismo y el psicoanálisis sobre el the darwinism and psychoanalysis about
sentido del sentimiento estético, así como the sense of the aesthetic feeling, as well
de algunas características del mismo, as about some of its characteristics. He
concluyendo que el sentimiento estético concludes that the aesthetic feeling is a
es un tónico de la voluntad imprescindi- essential tonic of the will to live with
ble para vivir con el malestar inherente the inherent uneasiness about the fact
al hecho de saber que somos seres para that we know about our mortality like
la muerte. the human beings that we are.
INTRODUCCIÓN
Hay temas que secularmente parecen reñidos con el utilitarismo, por ejemplo, el
sentimiento estético. Preguntarse por el para qué de lo bello (del sentimiento de
belleza), por el sentido que pudiera tener el goce estético, tan «inútil», tan personal
e intransferible, según la tradición, parece en principio la mejor manera de entrar en
la casa de la estética mancillándola. Obviamente no usamos aquí la palabra «senti-
do» desde una perspectiva metafísica o trascendente (es decir, apelando a un Dios
que, en última instancia, garantizaría la lógica de todo lo que existe, incluido el
rumbo errático de sus criaturas, y sin el cual todas las experiencias –también la
estética- y todos los actos humanos serían pesados y absurdos, «sin sentido»), ni
siquiera desde el punto de vista de una psicología especulativa, sino invocando a la
dinámica que entre sí se traen las especies en su lucha por la supervivencia. Interro-
gación por el sentido y la utilidad del goce estético, pues, desde la perspectiva de la
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(10) ORIGINALES Y REVISIONES
posible ventaja evolutiva que en la lucha por la supervivencia supuso la aparición del
sentimiento estético en el género humano. Será ésta, por tanto, una reflexión reali-
zada desde el darwinismo y el psicoanálisis. Pensamos que Darwin y Freud –dos
autores geniales y coetáneos, extrañamente despreocupados uno del otro- resultarán
al final imprescindibles como referentes a la hora de construir una psicología cognitiva
bien fundamentada, pues, al fin y al cabo, y comenzando por lo que nos coge más de
cerca, Freud irrumpe en el mundo científico con un proyecto de psicología cognitiva,
de «psicología que sea una ciencia natural»(1), el Proyecto de una Psicología para
Neurólogos (1895); proyecto fracasado en tanto que producción científica (no podía
ser de otra manera, el desarrollo de las neurociencias a finales del S. XIX no daban
para más), pero exitoso como «pasión» de saber, de apuesta por la razón, esa bús-
queda apasionada y apasionante de la «verdad», de la mano izquierda de la razón
que, al fin y al cabo, pretende ser el psicoanálisis.
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ORIGINALES Y REVISIONES (11)
DE LA MANO DE FREUD
Es bien conocido el sueño que aparece en «Historia de una neurosis infantil
(Caso del «Hombre de los Lobos»), de 1914, un caso clínico calificado en su inicio
por Freud como una «histeria de angustia« (zoofobia). Según narra el paciente, a la
edad de cuatro años tuvo el siguiente sueño: «Soñé que era de noche y estaba
acostado en mi cama (mi cama tenía los pies hacia la ventana, a través de la cual se
veía una hilera de viejos nogales. Sé que cuando tuve ese sueño era una noche de
invierno). De pronto, se abre sola la ventana, y veo, con gran sobresalto, que en las
ramas del grueso nogal que se alza ante la ventana hay encaramados unos cuantos
lobos blancos. Eran seis o siete, totalmente blancos, y parecían más bien zorros o
perros de ganado, pues tenían grandes colas como los zorros y enderezaban las orejas
como los perros cuando ventean algo. Presa de horrible miedo, sin duda de ser comi-
do por los lobos, empecé a gritar..., y desperté»(3). En la interpretación del mismo,
Freud subraya la presencia de indicios de miedo a la muerte por parte de ese niño de
cuatro años, a la par que el surgimiento de deseos sexuales en relación a su propio
padre y del reconocimiento de la condición de castración, a ella enlazada –sólo desde
la posición femenina, como la madre, podría tener relaciones sexuales con el padre-
, para concluir que es el miedo al padre castrador y la angustia, es decir, el rechazo a
esa castración el motor fundamental de aquel sueño. O lo que es lo mismo, que el
binomio erotismo-muerte, deseo-castración, desencadena la pesadilla del Hombre de
los Lobos. Tal vez menos conocido sea un hecho que aparece en el mismo trabajo de
Freud. Por el mismo tiempo, recuerda el paciente que sucedió una anécdota que nos
parece interesante recalcar, en relación al tema que nos ocupa: «haber perseguido un
día a una mariposa de grandes alas con rayas amarillas y terminadas en unos salien-
tes puntiagudos, hasta que, de repente, al verla posada en una flor, le había invadido
un miedo terrible a aquel animalito y había huido de él llorando y gritando»(4).
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(12) ORIGINALES Y REVISIONES
EL TEXTO BELLO QUE LEEMOS ES BELLO NO PORQUE LO LEAMOS SINO PORQUE NOS LEE
En efecto, nos parece que, en realidad, no leemos los textos bellos, sino que los
textos son bellos, y por extensión todas las obras de arte ante las cuales sentimos
eso que se ha convenido en llamar «goce estético», porque nos leen a nosotros. En
nosotros se incrustan, desgajándonos, seccionándonos, dividiéndonos. El texto bello
es una lectura que nos lee. Lectura de una inscripción, de unos anagramas sobre los
cuales se monta el texto. ¿Es la V, las alas extendidas y en movimiento de la maripo-
sa, las orejas puntiagudas, como una V invertida, de los lobos, el abrir y cerrar de
piernas de la mujer en cuyo fondo hay la inscripción de una falta: la castración (una
presencia –la castración- que se representa como ausencia); es ése el anagrama, la
inscripción que el texto lee en nosotros? ¿Y qué leería? ¿qué hay en el fondo de esa
V? ¿qué misterio se vislumbra en el punto en el que se unen las dos alas de la
mariposa? La realidad inevitable de la muerte, la angustia de la castración, ésa sería
la respuesta de Freud. ¿Y el estilo, la retórica, lo estético –nos preguntamos ahora
nosotros, siguiendo a Freud-, no será entonces el espacio –como las alas de la mari-
posa- que a partir del punto central, en el que se conjuga la castración y la muerte,
se despliega oblicuamente hacia ambos lados (piénsese en la V), en un movimiento
bello y gozoso, para dejar ver y ocultar, entrever, la falta que hay en el fondo de la V,
el desgarro inevitable de la muerte, como si la (necro) fobia que emergiera del punto
central en el que se unen las alas de la mariposa fuera ventajosamente neutralizada
por la filia de dichas alas, surgiendo así el arte como un consuelo? Un objeto estéti-
co, por tanto, será aquel que nos permite ver más «fondo de V». Un texto bello será
el que al leernos –el texto a nosotros-, cuando lo leemos, llegue lo más lejos posible
en el descubrimiento de la falta que nos constituye, en el malestar irresoluble que
nos aqueja, y esto sin angustia, sin repugnancia ni asco. Quizá lo bello sea aquello
que leyéndonos (o mirándonos) es capaz de leernos o mirarnos «profundamente»,
pero de reojo.
En «Lo bello y lo Siniestro», a partir de un aforismo de R.M. Rilke, «lo bello es el
comienzo de lo terrible que todavía podemos soportar» y de un aforismo de Schelling,
«lo siniestro es aquello que, debiendo permanecer oculto, se ha revelado», E. Trías
(5) sugiere que lo siniestro constituye condición y límite de lo bello. En tanto que
condición, no puede darse efecto estético sin que lo siniestro esté, de alguna manera,
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unos treinta mil años. Por tanto, en la evolución de las especies, el surgimiento de
un ser al que se le puede reconocer esbozo de conciencia (en los términos que
señalábamos al principio) sucedió hace un millón de años, con el «Homo Faber»,
pues se supone que para hacer objetos, aunque estos sean rudimentarios, se precisa
cierta capacidad reflexiva. Posteriormente, en la lucha por la supervivencia, se fue-
ron imponiendo los homínidos que mostraban mejor capacidad de conciencia, al
principio operativa, instrumental, ensanchándose luego el ámbito de lo reflexivo
hasta lo autorreflexivo, la conciencia de sí mismo. Esto debió suceder hace más de
cien mil años, pues para entonces el hombre ya mostraba conciencia de sí mismo y de
su fragilidad, reconocía la muerte como algo que le atañía directamente, su presencia
le inquietaba (enterraba a sus muertos); es decir, que posiblemente de la mano del
miedo y la angustia había desarrollado ya el «sistema» afectivo. El sentimiento esté-
tico surgió después, en el periodo comprendido entre hace unos cien mil y treinta mil
años.
Al margen de lo que pueda tener de especulativo esta cronología, nos hemos
detenido en ella para señalar que el surgimiento, en un ser vivo dirigido por instintos
e impulsos, un autómata biológico (pensar, por ejemplo, en una ameba), de la con-
ciencia instrumental (el esbozo de la cual se vislumbra con especial nitidez en mul-
titud de especies animales: perros, gorilas, delfines, águilas...) y, luego, de la con-
ciencia de sí mismo (aunque ésta sólo sea una representación fantasmática –por
supuesto-, pero extremadamente eficaz), de las emociones y sentimientos, en gene-
ral, y del sentimiento estético, en particular, y más tarde del erotismo, supuso una
serie de ventajas biológicas en la lucha por la supervivencia. Ciñéndonos al senti-
miento estético (obviando, por tanto, referirnos ahora a la ventaja biológica de la
conciencia y de los otros sentimientos) se nos ocurre que esa ventaja la podríamos
formular en una respuesta que no deja de ser también mítica, o sea, literaria: Un ser
no-Autómata que conoce la muerte, necesita del sentimiento estético, en sentido
amplio, para que la voluntad, que ya no es impulso automático ni instinto, no men-
güe y desfallezca ante la pesadez de la roca de Sísifo (8) que le ha tocado en suerte,
o que èl mismo se ha construido. O sea, que necesita el sentimiento estético, el goce
estético, para llevar, soportar, continuar viviendo con el malestar inherente al hecho
de vivir sabiendo que es un ser para la muerte. Así el arte, el goce estético, se nos
ofrece como el mejor tónico de la voluntad. Su esencia, en fin, no la encontraremos
en los alambiques en los que Ciorán (9) guarda las inconveniencias de haber nacido.
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BIBLIOGRAFÍA
1. Freud, S. Proyecto de una psicología para neurólogos. Madrid, Biblioteca Nueva,
1972
2. Eccles, JC. La evolución del cerebro: creación de la conciencia. Barcelona, Ed.
Labor, 1992
3. Freud, S. Historia de una neurosis infantil. Madrid, Biblioteca Nueva, 1972
4. Freud, S. O.c.
5. Trías, E. Lo bello y lo siniestro. Barcelona, Seix Barral, 1982
6. Bataille, G. Las lágrimas de Eros. Barcelona, Tusquets Ed., 1981
7. Leakey, R y Lewin, R. Nuestros orígenes. En busca de lo que nos hace humanos.
Barcelona, RBA Ed., 1994
8. Camus, A. El mito de Sísifo. Madrid, Alianza Editorial, 1981
9. Ciorán, EM. Del inconveniente de haber nacido. Madrid, Taurus, 1981
10. Rivas, F. La cultura anestesiada del Tamagotchi. Madrid, Rev. AEN, 1999, 70, pp:
245-249
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Correspondencia:
Complejo Hospitalario Carlos Haya (Hospital Civil)
Avda. Gálvez Ginachero s/n, 29009 Málaga
E-mail: frivas@hch.sas.junta-andalucís.es
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RESUMEN ABSTRACT
El artículo describe el uso en la This article describes the use in
esquizofrenia de la psicoterapia de gru- schizophrenia of group psychotherapy,
po, coordinada con técnica analítico – ombined with analytical-operative
operativa. Se concluye que es una herra- technique. We are drown to the
mienta de gran utilidad en esta enferme- conclusion that it is a very useful tool
dad, y que su combinación con for this disease and its combination with
psicofármacos y sesiones grupales con- drug therapy and families and patients
juntas de pacientes y familiares obtiene group sessions obtains favorable effects
resultados favorables para su evolución. for their evolution.
INTRODUCCIÓN
El objetivo del presente artículo es describir la experiencia de un grupo terapéu-
tico que lleva funcionando tres años, realizado con pacientes esquizofrénicos en el
CSM de Alcorcón, iniciado poco antes del mes de Enero de 2000. El grupo quedó
constituido por 12 pacientes, 4 mujeres y 8 hombres, entre 30 y 50 años, diagnosti-
cados de esquizofrenia. El tiempo de evolución de la enfermedad era superior a 10
años en la mayoría de los casos, algunos de estos pacientes estaban incluidos en
alguna actividad del Centro de Día de la propia institución.
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estaba anclado en el pasado, se haga más pertinente y logre referirse más al aquí -
ahora del grupo. En este cambio es importante el hecho de ser escuchados y que su
discurso sea respondido por los otros integrantes del grupo.
A lo largo del proceso grupal han surgido resistencias que se manifiestan en no
querer hablar, comunicar sus experiencias o tomar la medicación, así como reivindi-
car una atención de tipo individual. Estas resistencias aumentan cuando hay algún
cambio en el encuadre, como en los raros momentos en los que ha faltado uno de los
coordinadores; de ahí la necesidad de que los terapeutas de grupo de pacientes
esquizofrénicos respeten aún más el encuadre que en otras patologías menos graves.
Para que puedan disminuir estas resistencias y producirse cambios, como la concien-
cia de enfermedad, la necesidad de tratamiento farmacológico y la importancia de
comunicar y compartir las experiencias, un aspecto fundamental es el desarrollo de
una transferencia de tipo amoroso durante el proceso grupal, un cambio de la trans-
ferencia negativa inicial de estos pacientes a una más positiva. Estos movimientos
transferenciales consideramos que están en relación con el vínculo que estos pacien-
tes tienen con sus respectivas figuras parentales, sentimientos de amor y odio que,
en la mayoría, son muy intensos.
En el grupo terapéutico, en contraposición al tratamiento individual, al favorecer
las trasferencias laterales con los otros miembros del grupo, se disminuye la transfe-
rencia masiva hacia el terapeuta. De este modo, los afectos hacia el terapeuta no son
tan intensos, lo que facilita los procesos de autonomía e independencia del paciente.
En estos grupos, el coordinador hace más intervenciones y apenas interpreta y po-
tencia la participación de los miembros del grupo para que cada uno pueda dar sus
diferentes versiones acerca de lo que le acontece. Al año del proceso grupal los
miembros del grupo empezaron a usar el pronombre «nosotros», demostrando la
consolidación de la estructura grupal, que es fundamental para la contención de las
ansiedades psicóticas y que permite que surja un proyecto terapéutico compartido.
Hay una conciencia de enfermedad para todos los enfermos, excepto en uno de los
pacientes con esquizofrenia hebefrénica, que muestra su ambivalencia intensa, pare-
ce que para poder aceptar su enfermedad lo tienen que aceptar sus padres y el mundo
que le rodea, en este caso sus compañeros del grupo. La cohesión grupal ha sido muy
intensa facilitada por el deseo de compartir una experiencia y unas vivencias penosas
y difícilmente comprensibles fuera del grupo. Esta pertenencia al grupo ha disminui-
do las experiencias de desintegración psíquica y la fragmentación corporal de los
pacientes, que se expresaban en algunos sueños. Actualmente todos están estabilizados
en el proceso de su enfermedad, y en este último año, el cuarto del proceso, sólo se
ha producido el ingreso de uno de los pacientes.
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ENFERMEDAD
Estos pacientes, aunque se identifiquen con el nombre de la enfermedad, «soy
esquizofrénico», la mayoría, al inicio del grupo, no se reconocen como enfermos.
Referente a la enfermedad, un aspecto central, ha sido el paso de la negación a la
toma de conciencia y aceptación de la misma. En el proceso grupal, poco a poco, ha
aparecido una cierta conciencia de enfermedad, más fuerte en unos que en otros,
aunque todos han expresado su identificación y pertenencia al grupo. A partir del
reconocimiento de su «estar enfermos», han podido empezar a valorarse a sí mismos
y relatar algunos aspectos de su vida familiar, escolar y laboral. Asimismo han pro-
puesto, al igual que en otros grupos terapéuticos con esta patología (21) , varias
teorías acerca de la naturaleza de su enfermedad, que pueden resumirse en tres:
consecuencia de una afectación cerebral, por tóxicos, o debida a relaciones patológi-
cas familiares. Para ellos, un aspecto nuclear de la enfermedad son las dificultades
que tienen para afrontar la vida cotidiana.
En su relación con la enfermedad aparecen dos deseos contradictorios: por un
lado, seguir enfermo, desprenderse del mundo y aislarse, y por otro, salir de la enfer-
medad. En el proceso grupal han aceptado que la medicación es importante para
conseguir estabilizar la enfermedad y disminuir sus vivencias paranoides. También
han definido la psicosis como un conflicto con el mundo, manifestándose en las
voces la expresión de ese conflicto. Por otro lado, se han preguntado si uno de sus
mecanismos defensivos es la proyección de los propios pensamientos y afectos.
Al inicio destacaron su imposibilidad de recordar, ni siquiera lo acontecido a lo
largo de la sesión. Más adelante podrán hacer referencia a los primeros síntomas de
la enfermedad: nerviosismo y agresividad en la infancia, personalidad extraña en la
adolescencia y, a partir de esta etapa, en el servicio militar en los varones, desenca-
denamiento de los síntomas de la esquizofrenia. Asimismo, algunos pacientes rela-
cionan el comienzo de su enfermedad con situaciones de muerte en la familia, pero
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no es una vivencia de muerte que aceptan como algo natural, sino que es un aconte-
cimiento provocado por «otro», que les quiere hacer daño; en algunos casos es una
vivencia depositada en el médico.
Los síntomas que refieren son: el aislamiento, la depresión, el insomnio, las
alucinaciones, la desconfianza hacia los otros y las vivencias de automatismo que les
impide sentirse dueños de su actividad mental. Estos fenómenos de intrusión en la
personalidad son lo que Clérambault definió como síndrome de automatismo mental,
en el que se sustituye el funcionamiento mental propio por un proceso automático e
independiente de la voluntad. Estos pensamientos y actos sometidos a una influen-
cia exterior son un síntoma precoz de las psicosis delirantes y preceden a las alucina-
ciones. En el grupo durante mucho tiempo hablan de estas vivencias de control y de
influencia, y poco a poco, gracias a las intervenciones de los pacientes que no las
padecen, podrán reflexionar si estas vivencias de control son un síntoma de la enfer-
medad y del sufrimiento que les produce la relación con los otros.
Siguiendo a Freud, el delirio surge como un intento de restablecer los lazos con la
realidad, con el mundo, después del aislamiento inicial, de su retracción del mundo.
El delirio es una forma de relacionarse con los demás, aunque sea patológica, una
forma de tener un lugar en el mundo, aunque sea imaginario. Ya sea, a través de los
mensajes enviados por la televisión, o, como dos pacientes, que, ante la falta de ser,
coinciden en la idea delirante de ser «el violador de Alcorcón». Algunos pacientes
reflexionan que si se delira es para no responsabilizarse. El sufrimiento en las relacio-
nes familiares, sobre todo con los padres, a veces, se experimenta como una agresión
física que se sufre en el cuerpo y se manifiesta en forma de alucinaciones cenestésicas.
Estas vivencias de golpes y puñetazos dados por los otros, algunos lo han podido
aceptar como síntomas de la enfermedad.
El tema de las alucinaciones es muy importante en el discurso del grupo y hablan
con frecuencia de las mismas. Avanzado el proceso grupal, algunos las relacionan
con su propio pensamiento, como si fuera una sonorización de éste. A otros miem-
bros del grupo les preocupa encontrar su origen, su procedencia interna o externa, es
decir, si es una interpretación de los ruidos del exterior o su propio pensamiento.
Estas voces que sufren, reconocen que se agudizan cuando tratan de relacionarse con
el otro. Sin embargo no las experimentan mientras están hablando con los compañe-
ros del grupo. A veces, dialogan con ellas y algunos señalan que surgen básicamente
en su aislamiento o cuando la relación con el otro les es difícil. Para otros, estas
voces se asocian con sentimientos de agresividad o culpa.
A lo largo del proceso grupal los pacientes hacen diferentes reflexiones de gran
interés acerca de si el pensamiento puede hacerse realidad, de la diferencia entre el
deseo y la realidad y como ello interviene en la alucinación. Asimismo se explican las
vivencias de bloqueo en el pensamiento como una desconexión con el mundo. Se
hacen preguntas sobre la realidad y la manera de acceder a ella y se responden, que
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(24) ORIGINALES Y REVISIONES
es a través del pensamiento y del lenguaje como pueden acceder a la misma. Algu-
nos, a partir de estos deseos de desconexión del mundo, pueden pensar en posibili-
dades para no desconectarse del mismo: trabajar, relacionarse con la gente, tener
actividades, tomar la medicación y, sobre todo, hablar y comunicarse con los otros.
Respecto a la enfermedad, un tema que les ha preocupado mucho son las limita-
ciones que les ha producido, sobre todo, en las relaciones familiares, laborales y
sociales. La mayoría de los pacientes viven con los padres, no han podido hacer una
familia, sólo uno ha tenido hijos, pocos han tenido una actividad laboral. A lo largo
del proceso, algunos pueden reconocer la importancia de aceptar estas limitaciones
y pedir ayuda a la familia. Aunque esta actitud es ambivalente algunos pacientes se
preguntan sobre la relación entre la enfermedad y la carencia de afecto en la familia.
Falta de relaciones satisfactorias que a algunos les ha llevado a refugiarse en un
mundo imaginario, autorreferencial e incluso, inanimado.
COMUNICACIÓN
Las dificultades para la comunicación y la relación son el emergente primero y el
central de todo el proceso grupal. Los pacientes expresan con frecuencia, a lo largo
del desarrollo grupal, sus problemas de comunicación y su necesidad de comunicarse,
pero también los temores que surgen ante esta posibilidad; por eso, al inicio del
grupo, las ansiedades paranoides y las fantasías de que hablen mal de ellos son muy
intensos. Poco a poco, con la continuidad de los encuentros semanales, experimen-
tan el grupo como un lugar donde hablar de los delirios y descargar la tensión emo-
cional que sufren, sin tanto temor a sentirse criticados. En el proceso, algunos pa-
cientes relacionan sus síntomas y su percepción alterada de la realidad con esta
limitación en la comunicación. Con el desarrollo del proceso terapéutico otros pue-
den manifestar que la mejoría de los síntomas depende de una mejor comunicación
con los demás y que ésta facilita su contacto con la realidad. La mayor comunicación
dentro y fuera del grupo aumenta las interrelaciones dentro del mismo y permite
manifestar a algunos su interés por la sexualidad y por las diferencias entre hombres
y mujeres. Esta sexualidad es vivida por los varones desde una posición de total
pasividad hacia la mujer, que es quien en su fantasía tiene la postura activa. Asimis-
mo, la relación con el otro sexo, la mayoría la viven con aspectos negativos, con
fines de interés económico o de estatus aunque, uno de los pacientes casados de-
fiende también las motivaciones amorosas.
Manifiestan intensa desconfianza en las relaciones con los otros, un gran temor
para expresar los sentimientos, fantasías de descontrol si hablan de sus afectos,
aunque poco a poco, son capaces de relatar sus vivencias y ansiedades paranoides y
persecutorias. Los pacientes, poco a poco, reconocen las alucinaciones como un
síntoma de la enfermedad y las asocian con el aislamiento y la desconfianza que
2634
Reflexiones acerca de un grupo...
ORIGINALES Y REVISIONES (25)
sienten en sus relaciones. Lo hacen primero aquellos integrantes que han participado
en otras experiencias, como los grupos de psicoeducación. Esta relación persecutoria
con los otros, en un momento determinado del proceso grupal, es depositada en la
figura del observador del grupo. En ese punto, es preciso señalar la importancia de la
lectura de emergentes, ya que es una devolución del material trabajado por ellos, y
una intervención que disminuye las vivencias de persecución y de desconfianza en la
relación con los otros.
Después de tres años y medio podemos constatar que gracias al grupo los pacien-
tes han mejorado la comunicación con los demás, han podido compartir los temores,
los miedos, las vivencias de persecución y de burla y los deseos de huída ante el
acercamiento de los otros. La mayoría han podido explicitar estas vivencias de des-
precio y burla y ello les ha permitido entrar en la conversación y en el diálogo con el
otro. Esta comunicación más adecuada les ha ayudado a descentrarse un poco de sí
mismos y volver la mirada hacia el mundo. Del mismo modo han podido vislumbrar la
importancia del humor en las relaciones y no sentir la risa del otro como algo
persecutorio. Los pacientes han contado chistes y se han reído. Con el apoyo de los
otros, poco a poco, han adquirido alguna confianza en sí mismos.
RELACIONES FAMILIARES
Las dificultades en la relación con la familia son un hecho común para todos los
pacientes. Algunos han manifestado un lugar contradictorio en el grupo familiar, con
frecuencia un objeto degradado. La mayoría han expresado que la comunicación en
el grupo familiar no ha sido posible. Algunos refieren que estas dificultades en la
comunicación les producen dolores y malestares internos, por lo que evitar la misma
les protege de ese malestar interior. Observamos que esta incomunicación con el
medio familiar no les ha permitido contactar con el mundo exterior, de ahí el refugio
en sí mismos, en su interior, en el aislamiento. Algunos han manifestado sus viven-
cias de sentirse maltratados dentro del grupo familiar y han expresado la indefensión
en la que se encuentran. Quizás por ello, el acercamiento a la realidad de estos
pacientes siempre es tan defensivo. Observamos que la ambivalencia de sentimientos
en estos pacientes es nuclear, ya que la fantasía de perder estas relaciones familiares
para algunos se manifiesta como un dolor insoportable, vivido a nivel corporal o
psíquico. Esta ambivalencia tampoco les ha permitido organizar su propia familia,
salvo excepciones, una mujer habla de su experiencia de maternidad, y de las inten-
sas ansiedades que experimentó frente a la responsabilidad de ser madre.
Probablemente esta dificultad para ser madre tiene relación con el vínculo esta-
blecido con la propia madre. Algunos describen una dinámica familiar en la que la
madre es una figura egocéntrica, contradictoria, arbitraria, rechazarte, intolerante,
depresiva, irritable, exigente y con dificultades para la escucha. Asimismo, una difí-
2635
Reflexiones acerca de un grupo...
(26) ORIGINALES Y REVISIONES
cil relación entre los padres, de incomunicación y de falta de amor, con frecuencia se
plantearon la separación pero la ruptura no llegó a efectuarse, salvo excepciones. A
menudo estas dificultades se han depositado en el paciente, experimentando éste un
deseo materno contradictorio, deseo frente al que no han tenido salida. La dinámica
familiar, en casi todos los pacientes, se caracteriza por unas relaciones frías y distan-
tes entre los miembros, con malentendidos y afectos contradictorios. En estas
interrelaciones, a veces, los hermanos han sido los aliados de la madre, y ellos, el
chivo expiatorio de la estructura familiar. Para muchos de los pacientes, la imagen
personal que han recibido de la madre es una imagen devaluada, desintegrada y
negadora de su existencia. Algunos han expresado la necesidad de ser autosuficientes
para no ser dominados por una figura materna omnipotente, que contradictoriamen-
te les hace sentirse culpables y responsables de su fracaso en la vida.
Algunos pacientes se sienten responsables de la situación de desequilibrio emo-
cional que tienen los padres y de sus deseos de ruptura, pero también manifiestan la
agresividad que les producen, a través del deseo de que los encierren en el manico-
mio. Que estos pacientes puedan expresar sus sentimientos de agresividad hacia los
padres les permite reflexionar a todos sobre los motivos que pueden tener para tener
una relación tan mala. Asimismo algunos se preguntan sobre la relación entre la
enfermedad y la protección materna, en su exceso o defecto y manifiestan su queja
por ser los depositarios de las frustraciones y sufrimientos de los padres. Están de
acuerdo en que la sobreprotección materna es consecuencia de las dificultades emo-
cionales de la madre y de su mala relación con el padre y que esto que denominan
«sobreprotección», que no es protección, les ha generado sentimientos de inutilidad
e hipersensibilidad en las relaciones con los demás. De la figura paterna comentan
que es una figura ausente de la familia porque se refugia en el alcohol o en el pasado,
siendo también una figura desvalorizada en la dinámica familiar.
Cuando el proceso grupal avanza varios integrantes manifiestan que la enferme-
dad tiene relación con la falta de afecto y la mala relación entre los padres. También
han explicitado que la vida les resulta muy difícil, tanto si conviven con los padres o
no, y que la independencia de los padres, en su mayoría no ha sido posible. Asimismo
han manifestado que las intensas carencias de afecto que han tenido en el ámbito
familiar no les han permitido aprender a querer y a relacionarse con los demás. Se
observa como oscilan entre culpabilizar a los padres o sentirse culpables por las
dificultades en la convivencia. Estas dificultades en la relación con los demás no han
surgido todavía en el grupo, salvo alguna excepción. Refieren del grupo terapéutico
que es un lugar donde pueden convivir con los otros, un lugar de pertenencia, con-
tención, apoyo y relación.
A lo largo de los encuentros grupales, algunos pacientes han expresado vivencias
angustiosas de estar muertos en vida, pero entre ellos se han estimulado para salir de
esta situación de muerte y reflexionar acerca de que vivir es todavía posible para
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ORIGINALES Y REVISIONES (27)
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(28) ORIGINALES Y REVISIONES
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Reflexiones acerca de un grupo...
ORIGINALES Y REVISIONES (29)
del que no han sabido salir, aunque sí parece que han intuido que la posibilidad de
hacerlo, es a través de la relación con los otros.
Todos reconocen, por un lado, como decíamos, una mayor «vulnerabilidad», una
mayor sensibilidad, y, por otro, una mayor agresividad generada por sus relaciones
tan ambivalentes y contradictorias. Algunos aceptan que esta mayor vulnerabilidad y
agresividad les ha llevado a evitar las relaciones, a aislarse de la familia y del mundo.
Es en este aislamiento afectivo, donde se puede comprender el drama que significa
perder su delirio, ya que para ellos, renunciar al mismo significa el vacío, la muerte.
Consideramos que gracias al contacto con el grupo pueden vivir la posibilidad de salir
de este vacío, a través del diálogo con los otros. En algunos integrantes este proceso
es mas difícil porque presentan un afecto y un lenguaje más empobrecido, creemos
que esta mayor dificultad en la circulación de los afectos familiares ha generado
carencias mayores en el desarrollo del lenguaje y de un pensamiento propio. Aunque
hemos constatado, en estos dos pacientes, que después de tres años de iniciado el
grupo, su lenguaje se ha enriquecido gracias a la comunicación con los otros miem-
bros del grupo.
Una manifestación de la dificultad de estos pacientes para significar la vida y la
muerte, para elaborar el paso de una a otra, se observa a través de las alucinaciones.
En éstas hablaban con sus familiares muertos y, de este modo, les traían a la vida.
Algunos han señalado que estas voces también son efecto de los temores que tienen
ante la vida. En el grupo, gracias a la palabra han podido contrastar sus ideas deli-
rantes persecutorias con la realidad, y ello les ha permitido transformar algunas
relaciones que durante años habían sido muy persecutorias, en relaciones más «nor-
males», como ellos las definían. Asimismo algunos han tomado conciencia de que
para no estar desubicados en el mundo, precisan comprender el significado de sus
pensamientos, ya que si no, sólo les quedan las vivencias de fragmentación y falta de
identidad. En las últimas sesiones han podido hacer una cierta elaboración de la
muerte, pensar la vida con un principio y un final.
2639
Reflexiones acerca de un grupo...
(30) ORIGINALES Y REVISIONES
surgido otras representaciones del grupo como lugar de contención, apoyo y descar-
ga de tensiones emocionales. Asimismo como un espacio donde se sienten escucha-
dos y, para algunos, un lugar de relación con los demás. Aunque actualmente ya sea
para todos el único grupo de pertenencia fuera de la familia, se observa todavía que
hablar en el grupo para algunos miembros, significa traicionar a su grupo de referen-
cia, el grupo familiar.
A lo largo del desarrollo grupal todos han manifestado estos sentimientos de
pertenencia al grupo y han reconocido la cohesión establecida entre ellos. Unos más
que otros han podido dar sus opiniones y han experimentado confianza y tranquili-
dad dentro del mismo. Algunos han contrapuesto la dinámica participativa de este
grupo de pertenencia al funcionamiento de su grupo familiar, en el que todos los
miembros quieren dominar a los demás y llevar siempre la razón. Este emergente es
expresado por un miembro que, a su vez, se excluye de este funcionamiento, pero es
interesante que sea otro miembro del grupo terapéutico, quien le devuelva su propia
participación en la interacción de su grupo familiar.
El grupo les ha servido para referir las dificultades que tienen para comprender lo
que sucede en las relaciones. Poco a poco han descubierto la importancia de hablar,
compartir las experiencias y vivenciar que éstas tienen sentido y significación, en la
medida en que dialogan con los otros. Esta promesa de sentido también viene acom-
pañada por la fantasía de adaptación y comunicación con el grupo familiar. Algunos
refieren que el grupo ha sido un lugar donde han podido pensar, compartir y decidir,
donde han aprendido el valor de la palabra para disminuir su sufrimiento y experi-
mentar el bienestar de pertenecer a un colectivo.
Todos han reconocido que el grupo ha sido un espacio donde han hablado de sus
ideas delirantes, de su aislamiento y de su necesidad de relacionarse, han podido
relatar sus difíciles relaciones y sus sentimientos de desconfianza hacia los demás.
Los más graves, que se quejaban de no recordar nada, han reconocido una recupera-
ción de la memoria desde que participan en el grupo. Este reconocimiento se contra-
pone con lo expresado al inicio del proceso grupal, cuando los pacientes no podían
reconocer sus propias opiniones y comentarios, no podían tomar como suyas las
palabras que habían sido manifestadas por ellos mismos en la sesión grupal anterior,
y que nosotros leíamos en la lectura de emergentes al inicio del grupo, la semana
siguiente. Este hecho apoya nuestra idea de que el grupo puede ser un espacio donde
el paciente esquizofrénico puede hacer su historia personal, la historia que no pudo
hacer en su grupo familiar.
En el grupo han podido hablar de sus miedos y compartirlos y ello les ha permi-
tido estabilizarse o mejorar de su enfermedad. La mayoría ha tomado conciencia de
que tiene una enfermedad y unos síntomas que comparten, pero que también existen
diferencias entre ellos. Algunos miembros del grupo han reconocido que la dinámica
familiar ha cambiado a raíz de su participación en el grupo. Consideramos que ha
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Reflexiones acerca de un grupo...
ORIGINALES Y REVISIONES (31)
CONCLUSIONES
1. A lo largo del proceso grupal hemos constatado una mejoría de la capacidad de
comunicación de los pacientes, su pertenencia al grupo les ha dado un lugar para
hablar, un espacio donde han sido escuchados sin ser criticados, donde han podido
contar sus síntomas de la enfermedad, como las alucinaciones o los delirios.
2. En el grupo se ha producido una mejoría de la psicopatología de todos los pa-
cientes, aún de los diagnosticados de hebefrenia. En este último año sólo se ha
producido el ingreso psiquiátrico de uno de los pacientes. Consideramos que
poder hablar de sus sentimientos y relaciones ambivalentes en sus vínculos fami-
liares ha sido fundamental.
3. Los pacientes, en ocasiones, funcionan como terapeutas de los otros, siendo sus
intervenciones bien aceptadas. En el tema de la medicación lo hemos observado
claramente, ya que ha sido muy importante la insistencia de alguno de los miem-
bros hacia aquellos que no querían tomarla.
4. Los pacientes reconocen que en el grupo han recuperado la memoria que sentían
habían perdido. Este hecho apoya nuestra idea de que el grupo es un espacio
donde el paciente esquizofrénico puede hacer su historia personal, la historia
que no pudo hacer en su grupo familiar.
5. Pensamos, por todo ello, que la psicoterapia de grupo para pacientes
esquizofrénicos es una técnica muy útil, que facilita la integración de los pacien-
tes en un grupo y, desde éste, en su familia y la sociedad. El grupo terapéutico
además de facilitar la escucha y la comunicación, mejora el cumplimiento tera-
péutico y posibilita encontrar la identidad y el sentido de la vida al paciente.
2641
Reflexiones acerca de un grupo...
(32) ORIGINALES Y REVISIONES
NOTAS
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cios de Salud Mental Comunitarios» en El Malestar en la Cultura, Madrid, A.E.N.,
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2. Gómez Esteban, R., «Grupos terapéuticos con pacientes esquizofrénicos y fami-
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Reflexiones acerca de un grupo...
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Autores
Gómez Esteban, R.; Martín Vázquez, Mª J.; González López, A; Flores Álvarez, M.;
Bote Bonaechea, B.; Güerre Lobera, Mª J.
2643
(34)
(35)
Resumen: Abstract:
Se observa cómo el duelo incide en In this work we are trying to descri-
la patología psicótica y cómo esta mo- be how does bereavement influence in
dula la elaboración de la pérdida. Se rea- psychotic pathology and modulate the
lizó un estudio con todos los pacientes loss working-out. A study was carried out
psicóticos del programa de seguimiento with every psychotic patient of the
de un Servicio de Salud Mental con 207 monitoring program of a Mental Health
sujetos y se seleccionaron los que ha- Service with 207 subjects and we selected
bían presentado un duelo significativo the patients who presented a prior
previo a la consulta (10%). En un 60% significant bereavement (10%). In a 60%
de estos, el duelo está vinculado al of these, the bereavement is linked to
desencadenante y en un 38% se mani- the trigger and in a 38% was declared
festaba a través de los síntomas through the psychotic symptoms. The
psicóticos. El efecto desencadenante es trigger factor is more frequent
más frecuente significativamente en los significantly in sets of no schizophrenic
cuadros psicóticos no esquizofrénicos. En psychotic symptoms. In that patients
los pacientes que tienen una pérdida sig- with significant loss along the treatment
nificativa a lo largo del tratamiento (11%) (11%) it is found a serious relapse in a
se encuentra una recaída grave o rein- 35% of the cases. Through its subsequent
greso en un 35% de los casos. Si bien su forecast himself does not become
pronóstico posterior no se torna desfa- unfavorable more than in a 26% of the
vorable más que en un 26% de los casos, cases, being the evolution conditioned
estando la evolución condicionada por el by the support of the environment It is
apoyo del medio. Se confirma la trascen- confirmed he significance of factors as
dencia de factores como la muerte im- the unexpected death, contact with the
prevista, convivencia con el fallecido o passed away or problematic bonds in the
vínculos problemáticos en los psicóticos psychotic, just like it had been confirmed
al igual que se había confirmado antes before in more general studies. The
en estudios más generales. La circuns- circumstance of the bereavement is
tancia del duelo es importante que sea important to be considerate in the
tenida en cuenta en el tratamiento de psychotic patients treatment.
los pacientes psicóticos.
Key words: Bereavement, loss,
Palabras clave: Duelo, pérdida, psi- psychosis, schizophrenia.
cosis, esquizofrenia.
El impacto del duelo...
(36) ORIGINALES Y REVISIONES
INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo se pretende abordar un aspecto de la implicación del
duelo en la patología psiquiátrica, el referido al duelo en la psicosis. Este tema ha
sido hasta ahora poco estudiado, entre otras razones porque la relación de la psicosis
con el duelo es menos reconocida que la que existe con otros trastornos como la
depresión, por la menor importancia que se concede a los acontecimientos biográfi-
cos en la psicosis, (M. Ferreri) (1), y por la propia dificultad del tema . El hecho de
que el esquizofrénico viva hoy en la comunidad y mantenga mayores lazos familiares
hace más necesario este estudio.
En anteriores trabajos, dentro de la misma línea de investigación, hemos aborda-
do aspectos generales (2), la problemática clínica del duelo en las primeras consultas
de Salud Mental (3) y el seguimiento de estos pacientes que habrían consultado por
duelo (4). Para ello se partió de los estudios clásicos del psicoanálisis al respecto,
como los de Freud en «Duelo y Melancolía» (5) y en « Inhibición, Síntoma y Angus-
tia» (6), de los de O. Fenichel (7), que señaló el papel que la ambivalencia en
relación con el objeto perdido puede tener en la génesis del duelo patológico, lo que
da lugar a la consideración de la importancia de los vínculos problemáticos,
ambivalentes, de odio, simbióticos, en las dificultades de elaboración del duelo.
También las de M. Klein (8) que distingue dos tipos de culpa por la pérdida del
objeto: la depresiva y la persecutoria; en la primera predominaría la pena y la
reparación, mientras que la persecutoria, que se manifiesta más en duelos patológi-
cos, da lugar a resentimientos y autorreproches en relación con UN mal vínculo con
el objeto. L. Grinberg (9) resalta la repercusión que la elaboración del duelo tiene de
cara a la identidad. Nuestras anteriores aportaciones entroncan y tienen coinciden-
cias con los diversos estudios con series de pacientes, y sobre las características del
duelo patológico. Entre otras las de C.M. Parkes (10), I.O. Glick (11), M. Horowitz
(12), S.Zisook (13), M. Biondi (14) o J. Bowlby (15) que, en «La pérdida afectiva»,
repasa múltiples estudios y datos sobre los diversos factores implicados en el duelo,
como son las características previas de la interacción del individuo con el medio, la
capacidad para establecer relaciones de amor o para reaccionar ante el estrés, y cómo
todo esto se imbrica con el conjunto de circunstancias de la pérdida. Este autor
resalta que el duelo supone un conjunto de etapas y tareas, en las que hay una
sucesión de impacto, desorganización y reorganización. J. Worden (16) ha resumido
esas tareas en aceptar la realidad de la pérdida, afrontar las emociones y el dolor,
adaptarse al medio en ausencia del fallecido y continuar viviendo. Todas estas etapas
tienen una duración diversa, muy variable; en términos generales podían circunscri-
birse a un periodo de al menos uno y hasta tres o cuatro años, pudiendo el efecto del
duelo ser mucho mas prolongado a veces.
En nuestro anterior trabajo con series de pacientes (3), que versaba sobre los
pacientes adultos que consultaron por primera vez, en un año, por duelo como moti-
2646
El impacto del duelo...
ORIGINALES Y REVISIONES (37)
2647
El impacto del duelo...
(38) ORIGINALES Y REVISIONES
objetivo similar al propuesto. Desde el punto de vista clínico, las diversas formas de
vinculación de aspectos de la patología psicótica con el duelo, aunque no son un
hecho muy frecuente tampoco constituyen algo excepcional. Se dejan aparte mani-
festaciones como el tener experiencias de percepción de la presencia del difunto tras
la pérdida, lo que no indica una patología psicótica ni siquiera puede considerarse
anormal, siendo muy frecuentes según estudios recientes (S. Datson y S. Marwit)
(18). Se pueden observar algunas:
- Aunque de forma poco habitual se puede ver desencadenamiento de síntomas
psicóticos tras una pérdida, con negaciones delirantes, síntomas alucinatorios,
paranoides...
- En una minoría de cuadros psicóticos o esquizofrénicos se evidencia el impacto
de un duelo reciente o antiguo, en ocasiones con efecto desencadenante. Una
circunstancia a tener en cuenta es la pérdida precoz de los progenitores.
- En ciertos psicóticos el contenido de su discurso o síntomas psicopatológicos
alude reiteradamente a pérdidas personales, a veces muy difíciles de elaborar.
Estas pueden influir en la evolución y curso de las psicosis.
2648
El impacto del duelo...
ORIGINALES Y REVISIONES (39)
mía. También sería posible que no pasase aparentemente nada. Insiste en lo impre-
visible de estas conductas.
Desde el punto de vista psicoanalítico hay aportaciones aunque tampoco son
muy abundantes ni estructuradas. S. Freud en «Duelo y melancolía» (5), al final de
esta obra, se refiere al duelo maníaco, en la alternancia depresión-manía, y lo rela-
ciona con la regresión de la libido al Yo tras la pérdida del objeto, aunque reconoce
que esta explicación resulta insuficiente. Diversos analistas han tratado posterior-
mente el mismo tema, Angel Garma (23) siguiendo las teorías freudianas, añade que
la manía podía ser, tras la muerte del objeto, como una fiesta totémica u orgía
canibalística en la que el yo celebrase su liberación. La existencia de cuadros manía-
cos desencadenados por un duelo es una constatación clínica que hemos podido
realizar en alguna de nuestras historias. En el presente trabajo, sin embargo, por
razones metodológicas, no se han abordado las psicosis afectivas.
P. Federn (24), en «La psicología del yo y las psicosis», apunta que el dolor
psíquico, como el ocasionado por las pérdidas, puede tener un papel etiológico en las
neurosis y en las psicosis, existiendo, según él, diferenciación en relación con la
aceptación o falta de aceptación del padecimiento. E. Jacobson (25) parte de la idea
de que el conflicto neurótico sucede entre el yo y el mundo instintivo, mientras que
el psicótico se da entre el yo y la realidad; los psicóticos tienen una dificultad de
diferenciación y confusión entre realidad interna y externa, a menudo utilizan la
realidad exterior como mecanismo de defensa o sustentación. Por eso, la pérdida de
un objeto externo podría tener graves consecuencias desestructurantes.
Las ya aludidas aportaciones de M. Klein (8) sobre la culpa persecutoria en los
duelos con relaciones malas o ambivalentes y los mecanismos de identificación
proyectiva, podrían explicar los síntomas paranoides en determinados duelos. S. Freud,
en una carta a Fliess en 1899, (26), dice: « La psicosis vuelve a disolver la identifi-
cación y restablece todas las personas amadas de la infancia, abandonadas en el
interín..., disolviendo el propio yo en las personas externas». V. Korman (27) habla
de la precariedad de los diversos tipos de identificación en las psicosis, con intensas
fijaciones narcisistas, que dan lugar a una dificultad en la construcción del aparato
psíquico. Considera, además, que en estos pacientes aparecen identificaciones con
rasgos patológicos o psicóticos de los padres. Todo esto puede actuar como
sobredeterminante sobre otros factores orgánico-constitucionales; en el momento de
la aparición de la patología psicótica pueden surgir identificaciones mas arcaicas y
se disuelven las mas maduras. A partir de aquí se puede pensar el efecto comple-
mentario que la muerte de las figuras identificatorias parentales, sobre todo de forma
temprana, puede tener en estos pacientes, dadas sus características, y los avatares
de una identificación patológica con el objeto perdido.
Para el presente estudio se parte también de los hallazgos generales más claros
ya referidos, en pacientes que consultan por duelo, como son la importancia de la
2649
El impacto del duelo...
(40) ORIGINALES Y REVISIONES
MATERIAL Y MÉTODO
Los sujetos estudiados son la totalidad de los pacientes diagnosticados de
esquizofrenia y otros cuadros psicóticos (CIE 10), descartando psicosis orgánicas,
vinculadas al uso de sustancias y afectivas, que están en el programa de seguimiento
ambulatorio de crónicos de Salud Mental de Parla (A. 10. Hospital de Getafe. Madrid).
Se obtuvieron, quitando los casos dudosos, 207 pacientes, 161 diagnosticados de
esquizofrenia y 46 de otros cuadros psicóticos.
Se revisaron las 207 historias, seleccionando las que cumplieran los criterios de
presentar un duelo, con arreglo a la definición elaborada en dos cuestionarios:
1. Aquellos que previamente a una primera consulta en el Servicio, habían tenido
en el material de la historia clínica un duelo que cumpliese al menos una de la
siguientes condiciones:
a) Evidenciable de modo relevante en la historia, en relación al discurso mani-
fiesto del relato biográfico del paciente o referido a través del material
psicoterapéutico.
b) Que pudiera vincularse a acontecimientos o situaciones desencadenantes del
inicio o recaídas.
c) Aparición manifiesta de referencias en la psicopatología psicótica activa.
El cuestionario explora datos acerca de la relación de parentesco, tipo de
muerte (fijándose en la posible existencia de muerte imprevista o traumática),
convivencia con el fallecido y notas acerca de la elaboración del duelo y su
devenir.
2. Aquellos pacientes que a lo largo de su tratamiento en el Servicio han tenido una
pérdida personal significativa, que aparezca en la historia. Se explora, además
del parentesco, tipo de muerte y convivencia, en este caso el tipo de vínculo, las
recaídas o ingresos en el año siguiente, la evolución, la repercusión o no en la
psicopatología psicótica, e impresiones acerca de la reacción y elaboración del
duelo.
Ambos cuestionarios recogen datos sobre sexo, edad, estado civil, convivencia y
diagnóstico. Se aplicaron por el equipo investigador con encuesta al psiquiatra res-
ponsable del caso. Los pacientes podían cumplir o no criterios de uno de los dos o
de ambos cuestionarios, que se cumplimentaron en los casos positivos. Se elaboró
además una ficha con observaciones clínicas en cada uno de los casos. La parte de las
informaciones que lo permiten se ha reducido a datos susceptibles de tratamiento
2650
El impacto del duelo...
ORIGINALES Y REVISIONES (41)
RESULTADOS
Del total de los 207 psicóticos en seguimiento, 38 casos componen la muestra
seleccionada: 23 pacientes presentan duelo sobrevenido (11% del total) y 21 duelo
previo a la consulta (10% del total); 7 (3,3%) presentan ambos.
1. El primer grupo, duelo previo a la consulta en nuestro centro, está compuesto
por nueve varones y doce mujeres. La media de edad es 41,81 [Desviación típica
(D.T.) = 11,34].
El 57% de los pacientes tienen un diagnóstico de esquizofrenia, mientras que el
43% restante han sido diagnosticados de otros trastornos psicóticos. Esta distri-
bución de diagnósticos es diferente significativamente (p=0,01) de la del total
de psicóticos seguidos, en los que hay un 78% de esquizofrénicos y un 22% de
otros psicóticos. El estado civil y el tipo de convivencia de los sujetos aparece en
la Figura 1; la relación con el fallecido se recoge en la Figura 2. Un 47% de los
casos corresponden a la pérdida de un progenitor y en el 76% de los casos, los
pacientes convivían con el fallecido. El 67% de los fallecimientos fueron
traumáticos o imprevistos.
Figura 1
Porcentajes del estado civil y tipo de convivencia
de los pacientes con duelo previo a la consulta.
Viudo(9%)
Solo(10%)
Con padres(14%)
Soltero(48%) Otros(14%)
Con pareja(43%)
Casado(43%) Con hijos(5%)
2651
El impacto del duelo...
(42) ORIGINALES Y REVISIONES
Figura 2
Porcentajes de relación con el fallecido en duelo previo a la consulta.
Conyuge(10%)
Hijo(10%) Madre(14%)
Otros(33%) Padre(33%)
El 10% de los sujetos sufrieron alguna recaída grave o ingreso en el año posterior
a la pérdida y el 60% de los duelos tienen un efecto desencadenante, lo que
supondría que en el total de los psicóticos en seguimiento en nuestro centro
puede hallarse efectos desencadenantes de un duelo en un 6% de los casos. La
pérdida aparece en la psicopatología de los pacientes en el 38% de ellos y en los
elementos psicoterapéuticos en el 62%.
Al analizar la relación entre las recaídas y las variables sociodemográficas recogi-
das se hallan diferencias significativas entre dos pares de variables. En primer
lugar, existe significancia estadística (p=0,05) entre las recaídas y la relación
con el fallecido. La pérdida tiene relación con una recaída en el 66% de los casos
en los que la figura fallecida es la madre, cuando es otra la figura fallecida no se
encontró relación con recaídas. En segundo lugar, también se han encontrado
diferencias estadísticamente significativas (p=0,05) entre el diagnóstico y la
relación con desencadenante: se produce una relación con desencadenante más
frecuente en aquellos pacientes diagnosticados de otros trastornos psicóticos
(88%) frente a los diagnosticados de esquizofrenia (42%).
2652
El impacto del duelo...
ORIGINALES Y REVISIONES (43)
Figura 3
Porcentajes del estado civil y tipo de convivencia
de los pacientes con duelo sobrevenido.
Otros(13%)
Separado(13%) Solo(17%)
Viudo(4%) Con hijos(9%)
Soltero(48%)
Con padre o madre(17%)
Figura 4
Porcentajes de relación con el fallecido
y vínculo en duelo sobrevenido.
Madre(40%)
Conyuge(13%)
Padre(30%)
Escasa(23%)
Otros(17%) Simbiótica(18%)
El 35% de los pacientes sufrieron alguna recaída grave o ingreso en el año pos-
terior a la pérdida. Ésta aparece en la psicopatología de los sujetos en el 26% de
ellos. En cuanto a la evolución, el pronóstico desfavorable persistente, tras el
duelo, alcanza el 26% de los casos, otro 17% sufre un empeoramiento pasajero,
aparentemente no se altera en un 22% y se observa una mejoría en un 35%
(Figura 5).
2653
El impacto del duelo...
(44) ORIGINALES Y REVISIONES
Figura 5
Porcentaje del pronóstico de los pacientes en duelo sobrevenido.
Favorable
Igual
Desfavorable
Favorable-desfavorable
Desfavorable-favorable
0 5 10 15 20 25 30 35
DISCUSIÓN
En primer lugar habría que resaltar que en un 10% de los psicóticos en segui-
miento, previamente a su consulta en el Centro, aparece la problemática del duelo, y
que se podría vincular a un efecto desencadenante del cuadro en un 6% del total,
siendo mucho más frecuente de forma significativa para otros trastornos psicóticos
(8,8%) que en el caso de la esquizofrenia (4,2%). Esto nos confirma la idea de que
hay un grupo minoritario de psicóticos en los que es importante considerar la proble-
2654
El impacto del duelo...
ORIGINALES Y REVISIONES (45)
mática del duelo; aún mirado con todas las reservas que se pueden tener ante la
multicausalidad del cuadro. Dentro de este grupo, en un 60%, se podría vincular con
el desencadenamiento de la psicopatología y aparecer de forma manifiesta y a través
de los síntomas psicóticos las alusiones al duelo en un 38%. El que exista un efecto
desencadenante menos frecuente en la esquizofrenia que en otros trastornos psicóticos
lo confirma también el hallazgo de que existe un sesgo en la distribución diagnóstica
del grupo de pacientes con duelo previo con respecto al total del grupo en segui-
miento, en el sentido de un mayor porcentaje estadísticamente diferente de las
psicosis no esquizofrénicas. En casi la mitad de estos casos la pérdida es de alguno
de los progenitores, y observando el material de las historias se constata que esta
muerte es a menudo imprevista o traumática. En cuanto a los esquizofrénicos se
pueden observar dos perfiles recurrentes: muerte precoz de los progenitores que
aparece reflejada posteriormente en la psicopatología y casos con una carga psicótica
familiar en los que una muerte cercana precipita la aparición del cuadro. En pacien-
tes no esquizofrénicos se reiteran casos cuya sintomatología se inicia en una edad
adulta tras la muerte de un familiar con el que se mantiene un vínculo problemático,
que reactiva otro duelo no resuelto, o con circunstancias peculiares. Por ejemplo,
una mujer con un marido alcohólico con una relación muy difícil, y del que se había
separado poco tiempo antes de su muerte, inicia tras ésta un delirio erotomaníaco.
En el grupo de pacientes que tienen un fallecimiento de persona significativa a
lo largo de su seguimiento en el Centro (11%), teniendo en cuenta que ésta es en un
70% de los padres, este hecho tiene una repercusión clínica importante ya que en
más de la cuarta parte la pérdida aparece de modo manifiesto en los síntomas posi-
tivos, por ejemplo, con voces alucinatorias. A lo largo del primer año un 35% sufre
un ingreso o UNA recaída importante con manifestaciones diversas como pueden ser
aumento de la sintomatología psicótica de forma pasajera o persistente, trastornos
de conducta, consumo de tóxicos, ... No obstante, el pronóstico más a largo plazo no
se torna desfavorable más que en un 26%. En cierto número de casos se observa la
evolución hacia una mayor autonomía y mejora del nivel de funcionamiento global.
La evolución parece muy condicionada por circunstancias posteriores a la pérdida,
fundamentalmente el apoyo que obtiene del medio. Un hallazgo que llama la aten-
ción es que sólo en un 26% el vínculo con la persona fallecida aparece como bueno
en la historia, el resto se pueden encuadrar de mayor a menor frecuencia dentro de
los ambivalentes o malos, escasos y simbióticos. Comparado con anteriores investi-
gaciones (3) en pacientes no psicóticos parece observarse un mayor número de vín-
culos problemáticos.
Considerando globalmente los resultados en ambos grupos de pacientes psicóticos
se observa la transcendencia de hechos como son la muerte imprevista o convivencia
con el fallecido, coincidiendo esto con los trabajos generales en personas con duelo.
Con respecto al tipo de parentesco en los estudios generales sobre el duelo se obser-
2655
El impacto del duelo...
(46) ORIGINALES Y REVISIONES
va el mayor impacto que puede tener el fallecimiento de los hijos o cónyuge, sin
embargo en los psicóticos, en los que hay un elevado número de solteros y tienen
una mayor dependencia de las familia de origen encontramos que la mayoría de los
duelos se refieren a la muerte de los padres.
En el grupo de duelo previo se ha encontrado un 10% de pérdidas por suicidio, el
porcentaje es muy elevado aunque hay que tener en cuenta que el número total de
casos es pequeño, con lo que esto tiene un valor relativo. En nuestro anterior estudio
en pacientes que habían consultado por duelo (3) se encontró pérdidas por suicidio
en un 5%, también muy sobrerrepresentado pero en menor proporción. En ambos
grupos se ha observado la manifestación del duelo a través de los síntomas psicóticos.
A veces va unido a otros síntomas más inespecíficos que pueden se previos como
trastornos de conducta, consumo de tóxicos... Las manifestaciones psicopatológicas
son muy variadas: voces alucinatorias, síntomas delirantes, a veces de contenido
acusatorio o paranoide con mecanismos proyectivos. Otras veces con conductas ex-
travagantes, como un paciente que arrojó por la ventana de su casa todos los objetos
de la madre fallecida tiempo atrás.
En el contexto clínico y terapéutico con estos dos grupos de pacientes reflejado
en su historia se evidencian bastantes alusiones a los duelos recientes o antiguos, en
determinados casos de forma reiterada, contingentes con otras pérdidas o crisis bio-
gráficas o nuevos duelos que actualizan los anteriores. Estas alusiones a veces pue-
den corresponder a intentos de elaboración de la pérdida y creemos que es muy
importante poder trabajarlas con el paciente, y que ayuden a veces a desbloquear
situaciones de crisis, descompensaciones o estancamiento terapéutico. Por ejemplo,
una paciente esquizofrénica previamente compensada sufre una recaída moderada al
terminar la relación con su novio con gran ambivalencia, habla entonces de la rela-
ción estrecha con un hermano muerto años antes, que era a su vez amigo del novio,
y trae algunos recuerdos de este que vincula de una forma psicótica con el novio,
mejorando casi inmediatamente. Otras veces lo que sorprende es la capacidad para
expresar en determinadas ocasiones afectos adecuados, sobre pérdidas recientes o
antiguas.
Fijándonos sobre todo en lo observado en el grupo con duelo sobrevenido cree-
mos que se debe tener en cuenta esta circunstancia de cara a favorecer el apoyo
terapéutico, las medidas de soporte del medio sociofamiliar y eventualmente de dis-
positivos institucionales o rehabilitadores.
CONCLUSIONES
Se ha podido constatar que la problemática del duelo en psicóticos tanto por su
frecuencia como por su repercusión clínica, debe ser objeto de atención y merece
tras esta aproximación estudios posteriores.
2656
El impacto del duelo...
ORIGINALES Y REVISIONES (47)
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El impacto del duelo...
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2658
(49)
Javier Virués Ortega, Alberto Descalzo Quero, José Fernando Venceslá Martínez
ASPECTOS FUNCIONALES DE LA
PSICOTERAPIA ANALÍTICO FUNCIONAL
FUCNTIONAL ISSUES IN FUNCTIONAL-ANALYTIC PSYCHOTHERAPY
Resumen: Abstract:
Se considera una nueva psicoterapia A new psychotherapeutic approach
de orientación conductual: la Psicotera- from a behavioral view is considered: the
pia Analítico Funcional. Se describen bre- Functional Analytic Psychotherapy. Its
vemente sus fundamentos teóricos, theoretical, methodological and applied
metodológicos y aplicados. Se discuten foundations are described. Its functional
sus aspectos funcionales desde un punto characteristics are discussed from a
de vista contextual. contextual point of view.
INTRODUCCIÓN
En el presente documento los autores quisieran dar a conocer algunas nociones
fundamentales sobre novedosas aproximaciones psicoterapéuticas aparecidas dentro
del ámbito del conductismo radical o ciencia de la conducta. Para ello, trataremos de
utilizar un lenguaje lo más sencillo posible no sin realizar previamente alguna adver-
tencia. La Psicoterapia Analítico Funcional (Functional analytic psychotherapy, FAP),
así como su hermana gemela, la Terapia de Aceptación y Compromiso (Acceptance and
Commitment Therapy, ACT) se asocian a nivel teórico a una tradición de más de siete
décadas de investigación desde los textos de B. F. Skinner (1) hasta los desarrollos
recientes en el análisis funcional de la conducta verbal y en la reciente Teoría del
Marco Relacional (2, 3, 4). Es pues, éste, un ámbito de alta especialización por lo que
una disertación de vocación divulgativa, como quiere ser este artículo, pudiera obte-
ner el efecto indeseado de dar una falsa apariencia de simplicidad. Para evitar esta
consecuencia presentamos en primer lugar una introducción teórica sobre algunos
conceptos de base reincidiendo una vez más en la conveniencia de ulteriores lecturas
Aspectos funcionales de la...
(50) ORIGINALES Y REVISIONES
para una correcta comprensión de esta temática (1, 5, 6, 7, 8, 9, 10), pues conceptos
tan amplios como análisis funcional del comportamiento verbal, comportamiento go-
bernado por reglas, clase funcional, equivalencia funcional, evitación experiencial,
entre otros, no pueden ser esclarecidos con total nitidez en un texto de esta natura-
leza.
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Las vía relacional de derivación de funciones pueden ser muchas, la más estudia-
da es la de equivalencia que aparece en el ejemplo, pero han sido estudiadas otras
(comparación, oposición, temporalidad, etc.). Una revisión sobre esta cuestión puede
hallarse en la literatura (3, 4, 19, 20, 21).
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(54) ORIGINALES Y REVISIONES
En los trabajos originales también se incluyen cinco reglas o guías que han de
servir de guía al terapeuta. Estas reglas, que pasamos a enumerar y explicar, ayudan
a comprender, producir y moldear el comportamiento del paciente:
· Guía n° 1: Detectar las CCR. Consiste en desarrollar el repertorio de observar las
posibles CCR durante la sesión terapéutica.
· Guía n° 2: Evocar las CCR. El terapeuta debe cultivar cuidadosamente la relación
y clima terapéuticos a objeto de que afloren los CCR.
· Guía nº 3: Se deben reforzar positivamente las CCR tipo 2 (CCR2).
· Guía n° 4: El terapeuta debe desarrollar las propiedades reforzantes de su com-
portamiento con relación a las CCR del cliente.
· Guía n° 5: El cliente debe llegar a desarrollar un repertorio de descripción ajus-
tada de las variables que afectan a su comportamiento.
La FAP no es una terapia protocolizada. Estas guías son sólo unas indicaciones
generales de cómo ha de ser el comportamiento del terapeuta y qué objetivos ha de
perseguir. La correcta aplicación de estos procedimientos requiere una adecuada
supervisión y proceso de entrenamiento.
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variable dependiendo del tiempo que lleven evitando. Desde este contexto, se afirma
que en ciertos casos comportamientos tan diversos como delirar, alucinar, pensar de
manera obsesiva, dar razones, controlar los pensamientos, y otros muchos serían
estrategias, mas o menos refinadas de evitar eventos privados y que aliviando a corto
plazo, cronifican el trastorno a largo plazo.
En la FAP, mediante un proceso de aproximaciones sucesivas el terapeuta fomen-
ta el conocimiento por parte del paciente de la contingencia que controla su conduc-
ta. Para ello no se usa un estilo instruccional sino que se moldean las propias aproxi-
maciones del paciente a estas ideas con un estilo mayéutico. Para ello se hace uso de
ejemplos, confrontaciones y metáforas. La razón de ello es evitar aportarle al pacien-
te nuevas reglas de conducta estrictas que conducirían a desarrollar nuevas estrate-
gias evitativas ó a seguirlas de manera rígida. El moldeamiento de reglas que contactan
con consecuencias naturales, técnicamente reglas por rastreo de huellas o tracking,
permiten que el propio paciente pueda adaptarlas a su vida sin necesidad de que el
discurso del terapeuta tenga un contenido instruccional específico (por ejemplo,
«mejorar la comunicación con tu familia e incrementar tu ocio puede ser una vía para
solucionar tu estado actual»). Con ello, el terapeuta devuelve la responsabilidad de
su vida al paciente en lugar de aportarle estrategias de evitación más refinadas que
a la postre mantienen el problema; la relajación, la detención del pensamiento, la censura
de distorsiones cognitivas, algunas formas de ingesta farmacológica, funcionalmente no
son sino estrategias de evitación experiencial reforzadas desde la clínica.
Consideramos a continuación las guías que permiten, en un contexto terapéutico
alcanzar estos objetivos que hemos esbozado a nivel teórico.
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de modo incondicional (27), así mismo Mahoney (28) ha afirmado que «no son
nuestras técnicas lo que ayuda al paciente sino nuestra experiencia y afecto». Sobre
estas aproximaciones cabe decir que el uso del afecto es sin duda relevante en la
administración de consecuencias, pero siempre teniendo en mente el análisis funcio-
nal que hemos realizado y sabiendo qué estamos reforzando en cada caso, cuándo
reforzamos, cuándo extinguimos y cuándo castigamos. Por ejemplo, el dar afecto a
un paciente cuando llora o se queja va a reforzar tal comportamiento y ser perjudicial
a la larga, por contra habremos de someter tales comportamientos a extinción aun-
que ello no resulte grato al paciente. En este sentido volvemos a recordar aquí la
importancia de balancear las contingencias de extinción y de reforzamiento que ad-
ministramos, obviamente con un pronunciado desequilibrio en favor del reforzamiento
positivo.
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que es posible que el tratamiento pueda ser aplicado sin dificultad excesiva por
terapeutas provenientes de otros enfoques. De hecho, los autores originales no ocul-
tan la influencia de autores ajenos a la tradición operante como Rogers, Frankl o
Perls (1, 39). No obstante, la tentación ecléctica de amplia presencia en el mundo de
la Sanidad Pública (40) ha de ser contenida a nuestro juicio. Especialmente por que
la FAP, así como otras aproximaciones conductuales al tratamiento psicológico (ACT,
Terapia Dialéctico-Conductual) consideran la relación terapéutica como la clave de
todo el proceso. Ello enlaza con un movimiento de creciente auge en la psicología
dirigido a la integración. Concretamente los teóricos de la integración basada en los
factores comunes que subyacen a diferentes aproximaciones, entre los cuales la bue-
na relación terapéutica parece el más relevante (41). En nuestra opinión este tipo de
inferencias no se justifican para el modelo de tratamiento presentado, ya que si bien
aparentemente ciertos conceptos y formas de actuar pudieran considerarse deudoras
de aproximaciones dinámicas (trasferencia, contratrasferencia, mecanismos de de-
fensa) la base teórica y los objetivos de la PAF son ciertamente originales. Según
afirma Steever (42) tras un análisis comparativo de ambas aproximaciones a objeto
de valorar una posible integración: «Aunque estas terapias poseen abundantes pun-
tos en común, la distancia teórica entre ambas mantiene vigente la mutua incompa-
tibilidad a efectos de integración (p. 583).»
Uno de los retos de mayor relevancia en el desarrollo de un nuevo modelo
psicoterapéutico es una correcta cimentación teórica apoyada en la medida de lo
posible en investigación experimental básica. Un segundo reto es demostrar su efica-
cia y su eficiencia en diversos ámbitos y demandas clínicas. La FAP supera con lar-
gueza la primera restricción, no obstante la investigación disponible sobre su efica-
cia es aún escasa. Ello ha despertado ciertas críticas sobre una excesiva diseminación
de este modelo previamente a la obtención de un respaldo empírico suficiente con
relación a su eficacia terapéutica (43). La escasa actividad investigadora despertada
por esta terapia quince años después de su presentación tal vez pueda deberse a la
mayor atención prestada a la ACT que se solapa a la PAF en múltiples puntos y que,
de hecho, sí ha acumulado en el mismo plazo una creciente evidencia clínica a su
favor. Concretamente, considerando las referencias bibliográficas asociadas a ambas
aproximaciones en las bases de datos PsychoInfo y Medline para el periodo 1985-
2003, se observan 35 referencias asociadas a la PAF de entre las cuales sólo 7 eran
investigaciones sobre eficacia y estudios de casos (31, 32, 33 , 34, 35, 36, 38),
mientras que en la ACT se obtuvieron 61 referencias de las cuales 21 estaban dedica-
das a investigaciones sobre eficacia y estudios de casos (43, 44, 45, 46, 47, 48, 49,
50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63). Si esta tendencia se mantiene
es posible que en los próximos años ambos modelos terapéuticos, PAF y ACT, apare-
cidos dentro de idéntico contexto teórico, o bien se integren, o bien la última alcan-
ce a anular a la primera.
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NOTAS
1. El término moldeamiento se refiere a un proceso de aprendizaje en el que se
refuerzan comportamientos progresivamente similares al que se pretende instau-
rar.
2. Aquel que adquiere la propiedad de reforzar el comportamiento por sí mismo tras
haber sido asociado en multitud de ensayos con otros muchos reforzadores (Vg.:
dinero, reconocimiento social).
3. Siguiendo a Skinner «Un tacto debe ser definido como una operante verbal en la
que una respuesta de una forma dada es evocada (o al menos fortalecida) por un
objeto o evento particular, o por la propiedad de un objeto o evento» (1, pp.81-
82). Las respuestas verbales de este tipo de operantes describen algún objeto
real que funciona como antecedente, es decir, todas las palabras u oraciones que
podemos considerar signos o símbolos de una realidad. «Me duele la cabeza», «la
mesa se ha roto» son ejemplos de esta categoría de operantes verbales.
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Aspectos funcionales de la...
(68) ORIGINALES Y REVISIONES
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Aspectos funcionales de la...
ORIGINALES Y REVISIONES (69)
Correspondencia:
Javier Virués Ortega
Hospital Universitario Neurotraumatológico
Comunidad Terapéutica – Ed. ULER
Ctra. Madrid, s/n 23009 Jaén
virues@supercable.es - 646 456 039
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SECCIÓN
DEBATES
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Resumen Abstract
Argumentamos que la conciencia tie- We expose that consciousness is a
ne un carácter esencialmente social. Re- social event in essence. Contributions
visamos las aportaciones de cuatro enfo- from four sociopsychological frameworks
ques sociopsicológicos –la psicología –vygotskian psychology, Symbolic
vygotskiana, el Interaccionismo Simbó- Interactionism, Social Constructionism
lico, el Construccionismo Social y el mo- and Bronfenbrenner’s socioecological
delo socioecológico de Bronfenbrenner- model- are revised and its relevance for
y sus implicaciones en Salud Mental. Se Mental Health is suggested. We claim for
plantea la necesidad de que el profesio- people working in Mental Health being
nal de la Salud Mental tome conciencia aware of their important social role.
de su importante rol social.
Key words: consciousness,
Palabras clave: conciencia, sociopsychology, Vygotsky, Mead, Gergen,
sociopsicología, Vygotsky, Mead, Gergen, Bronfenbrener.
Bronfenbrener.
INTRODUCCIÓN
El abordaje del tema de lo mental ha sido realizado hasta el momento desde una
perspectiva predominantemente individualista, internalista, y dualista, heredera de
la concepción cartesiana de la cognición. Recordemos que es Descartes quien apunta
–allá en el s. XVII- a la res cogitans -al hecho de que el sujeto es un sujeto
pensante- como la única entidad de la que se deriva no sólo el criterio de verdad de
todo conocimiento –las ideas ‘claras y distintas’- sino que garantiza la misma posibi-
lidad de existencia del individuo –su famoso cogito, ergo sum-. La psicología edifica-
da a partir de estos pilares, consiguientemente, ha arrastrado las contradicciones de
esta filosofía: el punto de partida es el individuo, que se nos presenta atrapado en su
propio pensamiento, tornándose cualquier intento de trascender el límite de lo sub-
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«No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario,
el ser social es lo que determina su conciencia» (1).
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para influir en ellos de forma que su actividad conjunta resulte exitosa. Tales herra-
mientas son los signos.
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DEBATES (77)
Claramente podemos entender a Marx ahora cuando nos dice que «el lenguaje es
la conciencia práctica» (3), si atendemos a la aportación vygotskyana, el lenguaje es
praxis, que surge en y para el intercambio comunicativo, y que luego de ser interiorizado
constituye la conciencia, el pensamiento de cada sujeto empírico. Vygotsky (11) lo
enuncia en su «ley genética del desarrollo cultural»:
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(78) DEBATES
• El Interaccionismo Simbólico.
G. H. Mead (14), autor con el que se inicia el Interaccionismo Simbólico, tam-
bién sitúa el origen de la conciencia en lo social, para él, el pensamiento – obsér-
vese el paralelismo con Vygotsky- «es simplemente la interiorización de este proceso
social» (Mead, 15).
También la auto-conciencia tiene para Mead (14) un marcado carácter social. Se
llega a ser un sí-mismo cuando se toma conciencia de uno como objeto social, en
suma, cuando el individuo es capaz de verse a sí como lo ven los otros, para lo cual
es imprescindible adoptar su perspectiva.
Dos son los mecanismos a través de los cuales el sujeto llega a adoptar la pers-
pectiva del otro, y a constituirse de este modo en un sí-mismo: el uso del lenguaje y
el desempeño de roles.
Desde la perspectiva de Mead, el lenguaje tiene un carácter pragmático, siendo
su finalidad la coordinación de acciones interpersonales. La posibilidad de toda co-
municación simbólica reside en el hecho de que emisor y receptor compartan un
código común de significados, que sean entendidos de igual forma por ambos. De
este modo, la interacción lingüística se constituye en un sofisticado juego de antici-
pación por parte del emisor de la reacción que su mensaje va a producir en el recep-
tor. Al tratarse el lenguaje de un código compartido, el emisor puede inferir que su
mensaje provocará en su interlocutor una respuesta similar a la que tal mensaje
provocaría en él mismo si ambos intercambiasen sus respectivos papeles de hablante
y oyente. De este modo, gracias al juego anticipatorio de la comunicación, el sujeto
toma conciencia de la perspectiva desde la cual le contemplan otros sujetos y llega a
verse como un objeto para sí mismo.
El establecimiento y desempeño de roles constituye otra forma de coordinación
de la interacción social, que igualmente va a propiciar la aparición de la auto-con-
ciencia en el sujeto. La tipificación de los individuos y sus conductas, el hecho de
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DEBATES (79)
que exista un código de conducta compartido, posibilita que cada uno de los partici-
pantes del intercambio social sepa qué conducta cabe esperar del otro, cómo debe
interpretarla y cuál es la respuesta adecuada a dicho comportamiento, esto es, per-
mite la coordinación. Similarmente a como fue señalado en el caso del lenguaje, la
participación en interacciones reguladas posibilita además el que cada participante
pueda adoptar la perspectiva de los demás y constituirse en un objeto para sí mismo,
esto es, puede realizar ensayos cognitivos en los que contemple el efecto que su
conducta tendría sobre las personas con quienes interactúa.
• El Construccionismo Social.
La radicalización de algunas de las premisas sobre el origen social de la concien-
cia y sobre el lenguaje, el intento de respuesta al ambiente de crisis en la Psicología
Social, así como la apertura a influencias postmodernas vienen a tener su clara ex-
presión en el Construccionismo Social, movimiento que tiene su cabeza visible en
Kenneth Gergen (17,18,19). Se abre paso así la idea de la construcción lingüística de
la realidad, el énfasis en los procesos de negociación social, las realidades relacionales,
la deconstrucción de teorías clásicas, la apuesta por la multiplicidad en todos los
sentidos. Es en un artículo de 1985, The social constructivist movement in modern
psychology, donde K. Gergen (18) expone cuatro supuestos básicos del Construccionismo
Social:
1) «Lo que consideramos que es la experiencia del mundo no nos dicta por sí misma
los términos por los cuales será entendido el mundo (...).
2) Los términos en los cuales se entiende el mundo son artefactos sociales, produc-
to de intercambios entre personas, e históricamente localizados. Desde la posi-
ción construccionista el proceso de comprensión no es automáticamente produ-
cido por las fuerzas de la naturaleza, sino que es el resultado de una tarea
cooperativa y activa entre personas en interrelación. A la luz de estas afirmacio-
nes, se sugiere que la búsqueda se dirija a las bases culturales e históricas de las
diversas formas de construcción del mundo. (...) Los cambios (históricos) en la
concepción (del mundo y de las cosas) no parecen reflejar alteraciones en los
objetos o entidades a las que se refiere sino que parecen estar encajados en
factores históricamente contingentes. Los estudios etnográficos parecen confir-
mar en gran medida esta conclusión (...).
3) El grado en el cual una forma de comprensión prevalece o es sostenida a través
del tiempo no depende fundamentalmente de la validez empírica de la perspecti-
va en cuestión sino de las vicisitudes de los procesos sociales (p. Ej., comunica-
ción, negociación, conflicto, retórica) (...).
4) Las formas de comprensión negociadas tienen una significación crítica en la vida
social, al estar conectadas integralmente con muchas otras actividades en las
cuales la gente está implicada.» (Gergen, 18)
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El enfoque propuesto por Kenneth Gergen ha supuesto una reflexión sobre aspec-
tos que tradicionalmente se han pasado por alto: la epistemología objetivista-posi-
tivista tradicional dejaba fuera de su campo de análisis todo lo relacionado con las
prácticas intersubjetivas que están presentes en todo proceso de conocimiento, in-
cluido el conocimiento científico.
La idea del self como construcción relacional ha sido ampliamente desarrollada
por el Construccionismo Social de Gergen (25, 26, 27, 28). Este autor defiende bási-
camente que el yo no es una esencia, un ser-en-sí, sino que es producto de las
relaciones entre los seres humanos. Gergen (25) se opone a la creencia – defendida
por el Objetivismo, Modernismo y Romanticismo- en un self verdadero, auténtico y
personal, señalando así el abandono de una concepción internalista de la personali-
dad y defendiendo una posición interaccionista, en la que se enfatiza el papel de la
interacción social en la construcción de la personalidad.
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(82) DEBATES
Podemos señalar las siguientes ideas como características de la visión que Gergen
(25, 26, 27) propone acerca del self:
- El self es una construcción social: Gergen (26) asume las ideas de Vygotsky y
Mead (14) en su teoría del self, de tal forma que para él lo social no es sólo el
medio en que está inmerso el individuo sino que en gran medida es este medio
social el que construye al individuo. La identidad propia de cada uno se forma en
un continuo proceso de negociación social. Influido por Mead (14), Gergen (25,
26, 27) mantendrá la idea de que nuestra identidad se construye a partir de
nuestros «otros significativos».
- La construcción del self de forma social se lleva a cabo a través de prácticas
lingüísticas compartidas. Y pueden observarse aquí influencias vygotskianas,
cuando Gergen (25) nos dice que la construcción de la identidad es básicamente
la interiorización de un lenguaje social. La persona individual es una creación
comunitaria derivada del discurso. Empleamos el lenguaje de nuestros otros sig-
nificativos para vernos a nosotros mismos. Lo que somos es, ante todo, el pro-
ducto de una negociación de narrativas: contamos una historia – siendo a la vez
sujeto y objeto de la misma- que nuestros interlocutores validarán o no, de forma
de se llega a un significado compartido acerca de «quien soy». Pero el lenguaje
también es capaz de crear nuevas realidades y, consecuentemente, nuevos térmi-
nos para referirse al yo generan nuevas formas de experimentarlo (25).
- Multiplicidad del self frente a self unitario: Gergen (25, 29) defiende que en una
sociedad donde se ha incrementado el número de contactos sociales gracias a la
difusión de las tecnologías de comunicación, se incrementa consecuentemente
el número de personas que incluimos bajo la denominación de «nuestros otros
significativos». En palabras de Gergen, nuestro «yo» sería un «yo» «saturado» o
«colonizado» (25). Cada vez disponemos de una mayor cantidad y variedad de
criterios para vernos a nosotros mismos como lo harían cada uno de estos otros
significativos. Además, actualmente se dispone de variadas formas de expresión
a través de las cuales «presentar» el self, y no hay un léxico único para hablar
acerca de lo que somos, sino que la variedad y la heterogeneidad se imponen
(29). Disponemos de múltiples alternativas para ser una u otra persona en fun-
ción de a qué voces de nuestros «otros significativos» demos preferencia en cada
situación y momento, uno puede ser el hijo, el estudiante, el vecino, el amigo,
etc. En este sentido, Gergen (25) comparte la idea de Hazel Markus y Paula
Nurius (30) acerca de los «possible selves». Por otra parte, la idea de un self
múltiple se opondría a las pretensiones de consistencia y autenticidad del self.
Las voces de los «otros» que pueblan nuestro «yo» son tan heterogéneas que la
idea de un self monolítico queda en entredicho. Este «yo» saturado frecuente-
mente se encuentra a sí mismo representando papeles contradictorios, cada uno
de los cuales se circunscribe a un determinado auditorio, escenario, contexto,
2692
Los orígenes sociales ...
DEBATES (83)
etc., y persigue unos objetivos peculiares. Una vez roto el tabú de un self con-
sistente y verdadero se abre paso la idea del self multiple. Gergen (25) propone
una serie de etapas que son las que seguiría un individuo que cambia de un self
esencial al self múltiple. El primer paso es lo que Gergen (25) denomina el «ma-
nipulador estratégico». El self es consciente de que puede manipular su presen-
tación ante los demás con la finalidad de causarles una determinada impresión.
El individuo utiliza pragmática y estratégicamente su self. Las personas que han
dado este primer paso, frecuentemente conservan aún los lastres del self esen-
cial: es decir, a pesar de que manipulan la impresión que causan a los demás
siguen defendiendo la idea de que el «yo» ha de ser coherente. Este dilema,
según Gergen, podría causarles sentimientos de culpabilidad. El segundo estadio
es la «personalidad pastiche»: se multiplican los patrones de comparación de
que disponía el self, el sujeto percibe que su self está compuesto de múltiples y
heterogéneos fragmentos que en realidad no son originales suyos sino tomados
de las personas con que se relaciona. Percibe que es un «yo» colonizado y esto lo
acepta con satisfacción, aprovechando las posibilidades que su multiplicidad le
ofrece. Es la etapa del «camaleón social». La etapa final es la entrada en un «self
relacional», esto es, el individuo reconoce que su yo es producto de la interacción
social, de forma que construye su self en cada momento y situación concretos y
ante audiencias concretas.
FIGURA 1
El paso del self esencial al self múltiple (GERGEN, 29)
(Condiciones sociales que posibilitan la aparición del self múltiple)
2693
Los orígenes sociales ...
(84) DEBATES
En primer lugar, una persona con una concepción flexible del self podría repre-
sentar una gran variedad de roles discrepantes o contradictorios sin experimentar
sentimientos de alienación. Para comprobar si esto ocurre, Gergen (31) realizó una
investigación en la que una psicóloga refuerza (con expresiones de aprobación ver-
bal, asintiendo, etc.) las evaluaciones positivas que acerca de sí mismos realizaban
los sujetos que eran entrevistados por ella. Por el contrario, la entrevistadora mostra-
ba desacuerdo (expresado a veces con un silencio) con las autoevaluaciones negati-
vas de los entrevistados. Esta forma de actuación provocó un cambio en la presenta-
ción de los sujetos, que incrementaron progresivamente los aspectos positivos de su
presentación ante la entrevistadora. ¿Provocaba este cambio sentimientos de
inautenticidad, manipulación o superficialidad? Tras la entrevista, se pasó a los en-
trevistados un test de autoestima, observándose en el grupo experimental incremen-
tos en autoestima que no se producían en el grupo control, respecto a las puntuacio-
nes obtenidas en la misma prueba un mes antes. Finalmente los sujetos responden a
un cuestionario en el que se les pregunta por su honestidad durante la entrevista
realizada, observándose que en los grupos control y experimental los sentimientos de
honestidad eran de igual magnitud.
En otro experimento realizado por Gergen y Vishonov (32) se pone a los sujetos
experimentales en una situación de interacción social. En un caso, los sujetos man-
tenían una interacción con una persona que se autopresentaba de forma egocéntrica
y narcisista (alabándose a sí mismo). Otro grupo de sujetos interactuaba con un
interlocutor que se autopresentaba de forma autocrítica. Gergen y Vishonov (32)
observaron que la presentación que los sujetos hacían de sí mismos variaba en cada
caso, siendo una presentación egocéntrica cuando su interlocutor era narcisista y
ejecutando una presentación autocrítica si su interlocutor era crítico consigo mismo.
En medidas tomadas posteriormente, los participantes en la investigación informa-
ron haber actuado honestamente y en ningún caso su autoconcepto había sido viola-
do o alienado.
Gergen (26) señala también los mecanismos psicológicos que posibilitarían una
concepción fluida del self, que producen variaciones en el autoconcepto, según el
tiempo y las circunstancias, en gran variedad de direcciones, incluso contradictorias.
Tales mecanismos son:
- La evaluación social: se trata, una vez más, de la idea del Interaccionismo Sim-
bólico acerca de que nuestro autoconcepto se forma a partir de la interacción
con otras personas. En el experimento de Gergen (31) reseñado anteriormente
queda demostrado cómo el autoconcepto de alguien puede variar en función de
la forma que su interlocutor tenga de presentarse a sí mismo.
- La autoobservación: el sujeto puede convertirse en un objeto para sí mismo y
observarse desempeñando numerosos roles o papeles que le pueden dar una idea
de quién es él. Interpretar roles puede auto-convencernos de que somos eso que
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En suma, desde la perspectiva de Kenneth Gergen (25, 26, 27) nuestro self se
constituye como tal en las interacciones sociales que mantenemos. No disponemos
de un self rígido y estable sino de un self «distribuido» entre nosotros y nuestros
interlocutores, flexible y múltiple.
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contempla cinco sistemas, en una dirección que va desde lo más concreto (lo más
micro) a lo más global (lo macro):
- Mesosistema: hace referencia a las relaciones que se establecen entre los miem-
bros del microsistema, las conexiones entre los distintos contextos en que se
mueve un individuo. Por ejemplo, en el caso de la salud mental, se incluirían
aquí las relaciones entre la familia y los servicios de atención sociosanitaria,
escuelas de padres, etc.
2696
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Dirección correspondencia:
Antonio Crego Díaz.
C/. Santo Domingo, nº. 77 - 06001 Badajoz
E-mail: acrego@tiscali.es
2700
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Resumen Abstract
Este artículo pretende dar cuenta de la This paper aims to explain the
génesis neurológica de nuestra subjetividad, neurological genesis of our subjectivity, the
esto es, del camino que recorremos hasta lle- path we follow until we can see ourselves as
gar a percibirnos a nosotros mismos como subjects of our acts and thoughts, forming
sujetos de nuestros actos y de nuestros pen- an increasingly more accurate and extensive
samientos, construyendo una idea cada vez idea of ourselves.
más extensa y precisa de nosotros mismos. We consider that a lot of current work
Consideramos que gran parte de los tra- and theories on consciousness come up
bajos y de las teorías actuales sobre la con- against insoluble problems because they do
ciencia chocan con problemas irresolubles not have this genetic view, forgetting that
porque carecen de esta perspectiva genética, when we are born we do not have any
olvidando que cuando nacemos no tenemos subjectivity or consciousness. This article
una subjetividad o conciencia. El artículo pre- therefore intends to show that it is possible
tende así mostrar que es posible llegar a sen- to reach subjective feelings -perceptible and
saciones subjetivas –sólo perceptibles y des- describable only in the first person- from
criptibles en primera persona- a partir de fe- neurological impersonal phenomena which
nómenos neurológicos impersonales, los cua- later produce the mental subject.
les producen posteriormente el sujeto men- Throughout the article we deal with both
tal. psychological processes which form the basis
A lo largo del artículo tenemos en cuen- of consciousness as well as the neuronal
ta tanto los procesos psicológicos que están systems involved in them. In the end
en la base de la conciencia como los sistemas consciousness appears as a result of the
neurológicos implicados en ellos. La concien- unitary coordination of different neurological
cia aparece así como resultado de la coordi- systems or modules.
nación unitaria de diversos sistemas o módu-
los neurológicos. Key words: Consciousness, subjectivity,
self , neurogenesis.
Palabras clave: consciencia, subjetividad,
«yo», neurogénesis.
Neurogénesis y estructura ...
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INTRODUCCIÓN
La conciencia incluye una serie de vivencias subjetivas que van desde la sensa-
ción, emoción y experiencia de un determinado momento hasta la reflexión sobre las
causas y razones de la conducta y sobre la propia identidad. Pero un salto fundamen-
tal se produce cuando llegamos a la imputación unitaria de nuestras vivencias a un
«yo». La creación de un sujeto mental y la reflexión sobre el mismo son hitos en la
construcción del self, el cual incluye un pasado que condiciona un futuro de respon-
sabilidades
Debemos abordar esta construcción como un largo proceso de unificación de
sensaciones y experiencias, que finaliza en la constitución del sujeto mental, consi-
derado como algo distinto del organismo que lo produce, aunque inseparable de él.
Pensamos que la perspectiva genética que seguimos en este artículo ayudará a com-
batir el error metodológico (y conceptual) de muchos de los trabajos que se publican
hoy sobre la conciencia: el de considerarla como una entidad que preexiste a las
sensaciones y experiencias que percibe, en lugar de –invirtiendo los términos- conce-
birla y estudiarla como un producto de las mismas1. Algunos de los grandes modelos
que se aventuran hoy sobre la conciencia, como los de Baars, Crick, Dennett, Edelman,
Ornstein, etc. (1-8) mejorarían notablemente si incorporaran también la perspectiva
ontogenética. Ella disuelve la mayor parte de los argumentos de teorías irreduccionistas,
como las de Chalmers, Penrose, Searle (9–12), pues permite pensar que la experien-
cia de un determinado color o un cierto dolor, por ejemplo, antes de ser un fenómeno
subjetivo, constituye un proceso objetivo o impersonal; y muestra que es razonable
pensar que la subjetividad misma, o el sujeto psíquico –considerado como algo den-
tro del cuerpo- es el resultado de la coordinación de muchas experiencias, y de
ninguna manera un sujeto que preexista a tales experiencias2.
Cuando estudiamos empíricamente los fenómenos mentales, como es sabido,
encontramos unas estructuras neurológicas que coinciden funcionalmente y
específicamente con determinados estados de conciencia. Es lo que se ha denomina-
do el «correlato neuronal» de la conciencia 3. Mas esta localización no siempre resul-
ta fácil cuando analizamos la estructura neurológica en su plenitud madurativa, es
decir, cuando se ha llegado a una gran integración de muchas estructuras y funciones
neuronales. Por ello creemos que el estudio evolutivo y la consideración de módulos
permite mejorar el conocimiento de la correlación entre la neuroanatomía y los esta-
dos de conciencia, independientemente de cómo expliquemos esta correlación.
Nuestra orientación neurogenética en el estudio de la conciencia presta atención
a las etapas de desarrollo neurológico y tiene en cuenta el análisis localizacionista
de cada uno de los distintos módulos neurológicos que intervienen en la génesis de
la conciencia. Esta perspectiva emergentista no contradice la vivencia posterior de la
conciencia como un fenómeno unitario, ya que ésta es presentada como resultado
final de un proceso unificador de conciencias parciales. A lo largo de este proceso se
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Neurogénesis y estructura ...
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plio y determinados por la acción de la gravedad) son los que provocan las respuestas
más primitivas del ser humano.
El sistema determinante de la orientación primaria es el cerebro interno, que
desde los primeros momentos vitales se dirige hacia objetivos propios de la especie,
de carácter innato e inespecífico, pero pronto de carácter biográfico al tener una
transacción con el medio y una selección progresiva de las fuentes de refuerzo (ob-
jetos, situaciones y personas). La actividad del cerebro interno (sistema límbico,
circuito de Papez), presente desde el nacimiento, controla las funciones relacionadas
con nuestra herencia animal:
1. Instintos. Es necesario recordar que los instintos son buscadores de objetos en el
medio y esta búsqueda de objetos es importante para el adiestramiento sensorial
del niño, al tener éste desde el primer momento una imantación hacia el mundo
de los objetos (mundo exterior a interiorizar en el campo de la conciencia). Este
proceso de interacción del niño con el medio, junto con la determinación genética
de la estructura neurobiológica que lo posibilita, produce una progresiva discri-
minación y orientación precisa hacia los objetos del mundo exterior (a los 4 ó 5
meses comienza la presión voluntaria de los objetos cuando se le ponen en las
manos y a los 5 ó 6 meses dirige él la mano hacia los objetos) y hacia el propio
cuerpo (a los 3 meses comienza a mirarse las manos). El resultado es una expe-
riencia del mundo a través del cuerpo y del cuerpo a través de la experiencia
sensitiva, sensorial y emocional (por este orden evolutivo) proporcionada por el
mundo y memorizada gracias a los sistemas de recompensa tronco-encefálicos.
2. Memoria (en la que quedan relacionadas las situaciones y las emociones). La
amígdala y el hipocampo, parte del cerebro interno, archivan en la memoria,
cada vez con más precisión, los objetos, las personas y las situaciones. La memo-
ria va unida a los aspectos emocionales del momento o momentos que rodearon
la experiencia. Esta memoria emocional (en relación con el complejo amigdalino)
es la memoria biográfica más elemental, que originará una situación interna de
euforia y disforia ante un determinado objeto o situación. Se presenta paralela-
mente a la memoria de los objetos situados de manera discontinua ante nuestros
sentidos, la cual es más dependiente del hipocampo.
3. Analizador rítmico. El funcionamiento de un analizador rítmico desde el naci-
miento tiene una serie de consecuencias importantes en la génesis de la con-
ciencia:
Determina el inicio del proceso comunicativo madre-hijo por ser el ritmo el
modulador del diálogo tónico-afectivo (21, 22). Estableciendo el inicio de la
futura dicotomía emisor-receptor, necesaria para la estructuración y con-
ciencia del yo. El ritmo de mecimiento y modulación de los contactos madre-
hijo pone en sintonía el estado tónico y emocional de ambos, constituyendo
la comunicación externa más primitiva.
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DEBATES (95)
Como resultado de todo ello, podemos considerar la actividad del cerebro interno
como el inicio de la diferenciación entre el cuerpo y el mundo exterior.
El conjunto de influencias externas sobre el niño en los tres primeros meses de
vida. es de tipo protopático, global y generalmente vivido como situaciones
dicotómicas. Situaciones que aparecen alternativamente: pregnancia-rechazo del objeto
motrizmente, reposo-movimiento perceptivamente, placer-displacer emocionalmente.
De estas dicotomías de las experiencias primitivas se evolucionará hacia experiencias
progresivamente cada vez más diferenciadas. La memoria de estas experiencias y
especialmente el alcance de un mayor grado de discriminación de las mismas depen-
derá en gran parte de la vivencia de los contrastes de manera alternativa.
Desde el punto de vista neurológico-evolutivo en el primer mes de vida se en-
cuentran ya en un buen estado de maduración los elementos exteroceptivos y
propioceptivos (relacionados con los aspectos posturales, principalmente con las
reacciones de equilibrio y enderezamiento controladas por el sistema vestibular). En
el segundo y tercer mes maduran de manera notable las conexiones vestibulares con
los pares motores oculares. De estos hechos biológicos podemos inferir que la activi-
dad propioceptiva (especialmente vestibular) determina una futura buena función
sensorial (especialmente visual). Es decir, que la experiencia corporal es un camino
para una adecuada experiencia del mundo. En una etapa posterior la experiencia
sensorial tomará como objeto el propio cuerpo, estructurándolo en imágenes (descu-
brimiento visual de la mano como objeto especial entre los 3 y 5 meses).
Esta experiencia propioceptiva (que comienza con la estimulación del aparato
vestibular del niño por el de la madre a través del mecimiento ritmico) determinará
una buena maduración de los núcleos motores oculares y, en consecuencia, una
fijación y seguimiento visual adecuados para la futura percepción (memorizada junto
con su contexto por el hipocampo) y valoración emocional del mundo (memorizada
por la amígdala). En resumen, podemos decir que la experiencia propioceptiva (condi-
cionada al comienzo por el otro -la madre-) es el principio de la diferenciación entre el
cuerpo y el mundo exterior interiorizado.
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(96) DEBATES
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DEBATES (97)
conciencia) y otra parte mantiene, a la vez, otra acción previamente procesada sin
necesidad de desplazamiento de la atención (experiencia de bajo nivel de conciencia).
El desplazamiento de la atención a diversos objetos sin necesidad de abandonar
actividades básicas que se realizan simultáneamente crea progresivamente la viven-
cia de la experiencia de agente y posibilita la percepción de otros agentes como
distintos de él.
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Estas cadenas cinéticas crean una representación funcional del cuerpo que se
suma a la anatómica producida por la segmentación.
· La praxis: facilitará que los distintos segmentos corporales adopten una po-
sición estable en el espacio. La praxis más elemental es la praxis ideomotora
o gesto simple. Este gesto simple y su desarrollo en los primeros años de vida
nos lleva a generar un progreso en la representación diferenciada de cada
uno de los segmentos corporales-motrices (espacio corporal) que intervienen
en el control de los distintos planos espaciales (espacio circundante). Del
manejo de los objetos mediante la sucesión de gestos surge el conocimiento
de las funciones y propiedades adscritas a los mismos, es decir, la adquisi-
ción de un significado (según la teoría de Piaget) condicionado éste también
por la influencia del lenguaje social (Vygotski y teorías construccionistas).
La adaptación de los segmentos motrices y de las cadenas cinéticas a las
características del objeto genera una conciencia del cuerpo como instrumen-
to de exploración y dominio del medio.
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DEBATES (103)
Podemos decir que el «yo» se genera a partir de una rica experiencia que se va
organizando. Consideramos que la conciencia tiene una estructura pluralista y modu-
lar, a la que contribuyen muchos sistemas o conciencias parciales (corporal, espa-
cial...). Esta estructura modular de la conciencia se integra jerárquicamente, de tal
manera que el módulo prefrontal constituye la cima evolutiva del «yo» biográfico y
social coordinando las transferencias entre los dos hemisferios.
Por supuesto, no se debe pensar que tales capacidades permitan a la conciencia
controlar toda nuestra conducta, ni que los planes que ella traza no vengan dictados
por otras instancias. Tampoco debemos olvidar que, al unificar nuestra experiencia inter-
na, el «yo» realiza continuamente montajes muy variados acerca de nosotros mismos.
Esta visión genética y modular de la conciencia, que presenta el sujeto psíquico
como resultado de un largo trayecto de unificación, permite considerar muchas pato-
logías de la personalidad como defectos de este proceso.
2713
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(104) DEBATES
NOTAS
1. Esta perspectiva genética, presente en algunos clásicos, como Dewey o Piaget,
no ha logrado pasar del ámbito de la psicología evolutiva al de los actuales
estudios sobre la conciencia. Salvo algunas excepciones como el artículo
historiográfico de Dalton (32).
2. Conviene desligar el problema de la conciencia considerada en cuanto subjetivi-
dad -cuestión que queda modificada por la presente perspectiva genética- del
otro problema que consiste en explicar cómo se producen los fenómenos menta-
les a partir de activaciones combinadas de neuronas. Pues podríamos encontrar
una solución para el segundo problema –por ejemplo, considerando los procesos
mentales como fenómenos neurológicos emergentes al modo de una melodía
interpretada por una orquesta-, sin por ello haber resuelto el primer problema, el
de la subjetividad, que implica o bien la preexistencia o bien la creación de un
sujeto mental.
3. No usamos el término «correlato» en un sentido dualista (al modo de Chalmers),
como si los dos polos correlacionados fuesen diferentes. Hablamos de correlato
sin prejuzgar la identidad o la diferencia radical entre las dos cosas correlacionadas
(lo mental y lo neuronal). Crick (3) - nada sospechoso de dualista- o Jackendoff
(33) también emplean el término «correlato». Que los fenómenos mentales o
psíquicos no sean meras correspondencias sino que se identifiquen con algún
tipo de proceso neuronal emergente (ya se trate de las oscilaciones sincrónicas
de 40 Hz, ya de un campo electromagnético, ya de «melodías» neuronales o de
cualquier otro) es hoy sólo una hipótesis, aunque esta línea de trabajo impulsa la
mayor parte de las investigaciones científicas (34-39). Para otras informaciones
sobre este concepto, ver el libro de Metzinger (40).
4. El papel del lenguaje en la construcción social del yo va a ser continuo a lo largo
de nuestra vida. El vocabulario de una lengua, en un momento histórico y dentro
de un ambiente cultural dado, organiza y da sentido a nuestra experiencia exter-
na e interna; por medio del lenguaje recibimos las descripciones que los demás
hacen de nosotros y las historias o narraciones que cuentan sobre nuestras per-
sonas, todo lo cual contribuye a formar nuestra propia autoimagen por el reflejo
especular que los demás nos transmiten (41-45)
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45. Carreras, A. (ed.): Tras la Consciencia, Zaragoza, Mira/SIUZ, 1999.
Correspondencia:
Alberto Carreras Gargallo
Departamento de Filosofía, Facultad de Filosofía y Letras
C/. Pedro Cerbuna, 12 - 50009 ZARAGOZA
E-mail: acaras@unizar.es
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SECCIÓN
HISTORIA
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Rafael Huertas
RESUMEN ABSTRACT
Se pretende una reflexión histórica The goal of this paper is to made an
sobre la concepción del cuerpo humano historical analysis about the conception
en relación con la clínica psiquiátrica. of the human body in relationship with
Se abordan algunos aspectos especial- clinical psychiatry. We focused our study
mente significativos de la «somatización» on some specially significant aspects of
de lo mental por parte del alienismo the decimononic alienism, as the
decimonónico y se apunta una interpre- «somatization» of the mind. We advance
tación antropológica del cuerpo en la an anthropological interpretation of the
encrucijada de la salud mental, basada comprehension of the body in the
en el abordaje del mismo, bien como un crossroads of the mental health, based
objeto científicamente observable (cuer- on thinking the body as scientifically
po visto), bien como una realidad subje- observable object (seen body) or as
tiva (cuerpo sentido). subjective reality (felt body)
* El presente texto corresponde a la conferencia inaugural impartida por el autor en las IIª Jornadas
interautonómicas del Norte de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, celebradas en Segovia los días
13 y 14 de diciembre de 2002, sobre «El cuerpo en la encrucijada de la salud mental».
Trabajo realizado en el marco del Proyecto de Investigación nº BHA 2002-00588 (Ministerio de Ciencia y
Tecnología)
Cuerpo visto & ...
(112) HISTORIA
INTRODUCCIÓN
Cuando un historiador de la ciencia –o de la medicina- se ha planteado el proble-
ma del cuerpo humano, lo que tradicionalmente ha entendido y abordado ha sido el
estudio de las llamadas «ciencias morfológicas»; esto es, la anatomía –descriptiva o
topográfica-, la histología –normal o patológica-, la embriología, asociada o no a la
anatomía comparada filogenética, con la siempre atractiva posibilidad de introducir
en el análisis la reflexión evolucionista (darwinista), tan importante en la compren-
sión de las ciencias biológicas contemporáneas. Asimismo, en el campo de la clínica,
la consideración de la enfermedad como una lesión anatómica, como una disfunción
o como el efecto de un agente externo (microbio o veneno) en el organismo –en el
cuerpo- del paciente, ha sido el eje epistémico sobre el que la respetada escuela
lainiana ha basado –con las variantes que el progreso de la ciencia y la técnica
médica iba imponiendo- la explicación positivista de la patología humana.
Sin embargo, esta historia de la medicina –académicamente ortodoxa- ha sido
felizmente contaminada por otras corrientes historiográficas (la historia social, los
estudios de género,...) y por otras disciplinas (la antropología, la filosofía, el psicoa-
nálisis, etc.) que han hecho posible nuevos y diferentes acercamientos a la reflexión
sobre el cuerpo del hombre y de la mujer. Así, a la anatomía, la fisiología o la
patología -como saberes estrictamente médicos- se han ido incorporando, durante
las dos últimas décadas del siglo pasado, otros contenidos que en cierto modo tienen
que ver con algunos miedos finiceculares, con el temor a la pérdida del propio cuer-
po, de sus vivencias, de sus sensaciones. Al estudio de la maternidad o de la muerte
(eventos médicos, pero también antropológicos y filosóficos) se añadió la recupera-
ción de las sensaciones y las percepciones: el color, el olor, el tacto, etc.; incluso el
dolor, síntoma princeps de tantas patologías cuyo estudio puede ser enfocado desde
la clínica y la terapéutica, pero también de manera mucho más rica, como sensación
y expresión de individuos o de grupos, en el que la antropología, el psicoanálisis o la
semiótica pueden ofrecer interpretaciones diferentes y complementarias (1,2). No es
de extrañar, en este contexto, el éxito que obtuvo a finales de los ochenta una
novela como El perfume, en la que el olor como sensación corporal, o su ausencia,
desempeña un papel fundamental en el relato; ni tampoco la innegable evolución
intelectual de Michel Foucault, desde su Vigilar y Castigar, en el que el cuerpo huma-
no aparece ahogado por el nudo del poder, hasta su Historia de la sexualidad, en la
que pretende explorar los placeres corporales, precisamente en un momento personal
y vital próximo a su propia muerte. En definitiva, la preocupación por la vida sentida
y gozada ha contribuido, de manera determinante, a la reflexión sobre el cuerpo
desde el punto de vista de las ciencias humanas y sociales.
Existen, naturalmente, otros acercamientos posibles que pasan por la imagen y
representación del cuerpo del hombre y de la mujer, del niño y del anciano, en cada
momento histórico; los abordajes más simbólicos, o los paralelismos entre cuerpo
2722
Cuerpo visto & ...
HISTORIA (113)
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(114) HISTORIA
EL CUERPO VISTO
El cuerpo que vemos, en este caso como profesionales de la salud mental, es el
cuerpo del otro, el cuerpo que describen los anatomistas y los fisiólogos, pero tam-
bién el cuerpo que se mueve, que se expresa, que se comporta de una determinada
manera en función de unos códigos de conducta culturalmente condicionados. Acti-
vidad orgánica y actividad psíquica y social; según Laín «una continua y melódica
sucesión de estados en que, como momentos constitutivos de cada una de esas
acciones, unitariamente se integran la digestión, la respiración, la locomoción, la
expresión, el estado de ánimo, el ejercicio de la decisión y la voluntad operativa, la
vida subconsciente, los hábitos, etc.» (4).
El cerebro ha sido considerado, históricamente, el órgano en el que confluye y
finaliza esa diversa y múltiple participación en el establecimiento de la llamada
«unidad funcional» del cuerpo. Desde Alcmeon de Crotona y los presocráticos hasta
la década de los noventa del siglo XX, denominada «década del cerebro» por la
psiquiatría más biologicista, la verdad es que este órgano del Sistema Nervio Central
ha sido considerado la sede de la vida sensitiva y psíquica del ser humano. Sin
embargo, es a lo largo del siglo XIX, cuando la medicina positivista da un paso de
gigante hacia la apropiación de ámbitos que hasta entonces no le habían sido total-
mente propios; la medicalización de la locura, de la sexualidad o de los comporta-
mientos supuestamente transgresores son, sin duda, buenos ejemplos de una
«somatización del alma» que hemos descrito y desarrollado en otros lugares (5,6).
• Síntoma y lesión
La mentalidad anatomoclínica, la exploración anatómica, la experimentación
neurofisiológica o la práctica neuroquirúrgica han constituido las principales fuentes
de conocimiento, desde la medicina, para «ver» el cuerpo –vivo o muerto- del otro,
para «identificar» o «reconocer» la sede corporal del comportamiento humano y de
los trastornos mentales. La inflamación de las envolturas cerebrales encontrada por
Bayle en las necropsias de pacientes diagnosticados de PGP (7,8), o el descubrimien-
to por parte de Broca de la lesión destructiva del pie de la tercera circunvolución
frontal izquierda -que abrió el camino al estudio de las afasias (9)- son ejemplos
típicos y tópicos del papel que la lesión cerebral desempeñó en la comprensión de la
patología psiquiátrica y neurológica.
Sin embargo, a este planteamiento, que es muy tradicional, típico y tópico como
acabo de señalar, creo que todavía se le puede dar alguna vuelta de tuerca más. En la
PGP y en la afasia de Broca la relación entre manifestación clínica y alteración ana-
tómica es tan clara que resulta hasta un tanto burda, pero tomemos un ejemplo algo
más fino que no provenga de la neurología sino de la propia psicopatología: las
alucinaciones en el contexto de la medicina francesa de la primera mitad del siglo
XIX. Existen trabajos de relevancia historiográfica que han explicado la evolución
2724
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HISTORIA (115)
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(116) HISTORIA
propiedades del sistema nervioso central y las del sistema nervioso periférico. El
primero sería responsable de «neurosis» (en el sentido de Cullen, lógicamente no en
el de Freud) tales como la parálisis, el tétanos, la catalepsia o la epilepsia; mientras
que al segundo se le imputarían los llamados «vapores», esto es, la histeria, la
hipocondría, la melancolía, «y toda clase numerosa de afecciones donde el vientre y
el pecho, sobre todo el primero, parecen ser el fuego donde asienta todo mal» (20).
Como se ve, la etiología visceral de la locura se va matizando poco a poco, pero
aún no conseguirá estar ausente en Pinel, en cuyo Traité médico-philosophique sur
l’aliénation mentale ou la manie, se habla de la localización precordial de las pasio-
nes e, incluso, se llega a afirmar que el origen de la manía está «casi siempre en la
región epigástrica» (21). Para Esquirol, el origen de los desarreglos puede estar en
los órganos periféricos pero, en su famoso trabajo sobre las pasiones, ya sugiere que
los estímulos sensitivos registrados en las vísceras son recogidos por los nervios y
trasladados e integrados por el «centro de la sensibilidad» (22).
Se sustenta así, en muy buena medida, la propuesta esquiroliana de distinción
nosográfica y patogénica entre alucinación e ilusión, categorías funamentales de las
aberraciones de la «sensibilidad interna». «Las alucinaciones» –afirma Esquirol- «no
son sensaciones falsas, ni ilusiones de los sentidos, ni percepciones erróneas, ni
errores de la sensibilidad orgánica, como sucede en la hipondría. Pueden ser confun-
didas con las ilusiones de los sentidos o con las percepciones falsas de los
hipocondríacos, pero en estos hay siempre objetos exteriores, mientras que en los
alucinados no solo falta el excitante de los sentidos, sino que a veces estos órganos
no funcionan» (19). El asiento de las alucinaciones es, consecuentemente, el «centro
de la sensibilidad», mientras que en las ilusiones es el sistema nervioso periférico
En la alucinación, pues, «todo pasa en el cerebro», en la ilusión la sensibili-
dad de las extremidades nerviosas está alterada, exaltada, debilitada o pervertida. Es
obvio que la distinción esquiroliana entre alucinaciones e ilusiones debe inscribirse
en la establecida por Cabanis entre «impresiones cerebrales» y «sensaciones viscerales»,
si bien tal diferenciación ya no sirve, como he indicado, para establecer una etiolo-
gía sino, simplemente, una sintomatología. Síntomas clínicos convertidos en «signos
físicos» que permiten identificar la localización del problema en el cuerpo del indivi-
duo, que permiten «ver» –puesto que estamos hablando del cuerpo visto- donde está
la lesión o la disfunción.
• Sintomatología y estigmatología
Pongamos otro ejemplo de la utilización del modelo anatomoclínico –o
neuroanatómico si se prefiere- en la explicación de determinados «síntomas». Lanteri-
Laura nos ofreció hace algunos años una lectura de las perversiones sexuales en las
que nos narraba con gran precisión de qué manera los diversos comportamientos
sexuales fueron entrando, poco a poco, en la jurisdicción «científica» del médi-
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Cuerpo visto & ...
HISTORIA (117)
co(23). Recordemos, por nuestra parte, cómo Charcot y Magnan (24), en un conocido
artículo sobre «Inversión du sens génital et autres perversions sexualles»2 , clasifican
las «perversiones sexuales» siguiendo criterios anatómicos: los perversos espinales,
los espino-cerebrales posteriores y los espino-cerebrales anteriores. Las consecuen-
cias son inmediatas: Por un lado, al considerar la perversión sexual como una enfer-
medad, y no solo como un atentado contra las buenas costumbres, se reclama la
pertenencia de dichas conductas perversas al ámbito del alienismo. Por otro, la ana-
tomía viene a superar, en este caso, la finura semiológica de los grandes clínicos para
buscar desesperadamente estructuras patológicas en el cuerpo de los «pacientes».
Así, por ejemplo, cuando Laségue procede al examen de los exibicionistas se centra
en el acto mismo y queda, finalmente, bastante tautológico: su pertenencia a la
medicina no es evidente y el magistrado puede no estar convencido de la existencia
de una enfermedad (25). Con Magnan, y con Charcot, la tautología cesa: el interés no
es exclusivo ni está limitado a los actos mismos, la clínica busca los elementos que
establecen que estos actos tengan una categoría mórbida, garantizado no por ellos
mismos sino por los signos físicos de desequilibrio mental. La enfermedad deja de ser
una simple manera de hablar o de comportarse, o una comparación analógica, para
convertirse en una alteración funcional del sistema nervioso (26). Esta «lesión fun-
cional» recuerda, evidentemente las teorías sobre la histeria de Charcot y de su
escuela (27). No insistiré en ello, pues pienso que es suficientemente conocido, pero
no deja de resultar significativo que la enorme cantidad de síntomas corporales que
presentaban las histéricas de la Salpêtrière (anestesias, parálisis, cegueras, crisis
convulsivas, etc.) no se correspondieran con explicaciones anatómicas o fisiológicas
acordes con lo esperado3 . El paradigma anatomoclínico hacía aguas pero no por ello
se ponía en duda la naturaleza «orgánica» de la enfermedad.
Con la teoría de la degeneración la identificación de los estigmas físicos como
signos objetivos de desequilibrio psíquico y de tendencias criminales o viciosas ocu-
pó, como se sabe, un lugar privilegiado en el discurso médico positivista. Paralela-
mente a una sintomatología clínica surge toda una estigmatología física que el ex-
perto ha de saber ver, explorar y describir, y que aparece como consecuencia inme-
diata de la regresión del hombre a la animalidad. En lo referente a la sexualidad –y a
sus supuestas desviaciones- este tipo de argumentos llega a excesos de gran plasti-
cidad, sobre todo cuando se establecen paralelismos entre el cuerpo del perverso y la
monstruosidad de sus actos. Para Garnier, por ejemplo, «los pederastas, en el onanis-
mo bucal, tragan esperma aspirado creyendo así reemplazar el que ellos han perdido,
están también los sodomitas que lamen el ano con la lengua, lo que hace eyacular
sin ninguna acción manual. Un pederasta y sodomita, más activo que pasivo, delga-
do, histérico, me ha asegurado haber sido objeto de este hecho. El hombre-perro
está, de este modo, consumado» (28).
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Cuerpo visto & ...
(118) HISTORIA
Este recordatorio constante del peligro que acecha a la especie humana de retor-
nar a la animalidad pasa por la denuncia de «bestias humanas» y seres monstruosos.
Por un lado, se pretende identificar las posiciones adoptadas durante el acto sexual
«perverso» (en cuclillas, de rodillas, a «cuatro patas») como propias de seres inferio-
res; lo mismo ocurre con muchas de las acciones realizadas (succionar, lamer, sorber,
etc.); pero, por otro lado, se argumenta la falta de correlación entre órgano y fun-
ción: la boca, la mano o el ano reemplazan a la vagina, la lengua sirve de pene, etc.
Es decir, determinados órganos de la economía cumplen funciones que no le son
propias: la relación estructura-función se rompe en unos seres humanos que,
transgrediendo las leyes naturales se alejan del ideal humano. Tampoco puede olvi-
darse que esta «teratología sexual», tan explícitamete expresada y, obviamente, más
simbólica que real, mantiene un paralelismo evidente con la «teratología experimen-
tal» que a partir de los trabajos de Étienne Geoffroy Saint-Hilaire procederá a la
manipulación de embriones de animales y la subsiguiente creación de «monstruos»,
en el afán de la ciencia ilustrada por conocer y dominar la naturaleza. Un ejemplo
más de la utilización de metáforas biológicas para explicar el comportamiento de los
individuos y de sus relaciones sociales e interpersonales (29).
• El cuerpo de la mujer
Es sabido que la psiquiatría y la psicología han jugado un papel histórico crucial
al proporcionar una justificación intelectual de la subordinación femenina (30), y
que en la literatura psiquiátrica de los dos últimos siglos pueden encontrarse multi-
tud de ejemplos que avalan dicha afirmación. Como han indicado Isabel Jimenez
Lucena y Mª José Ruiz Somavilla, «la ciencia médica ha sido, a lo largo de la historia,
una poderosa fuente de ideología sexista» (31); entre otras cosas, porque el patrón
de normalidad definido por la medicina ha estado tradicionalmente asociado a lo
masculino: «el varón es la pauta del cuerpo sano, desde la cual se mide el sexo
femenino» (32). Las premisas ideológicas de la «patología propia de la mujer» se
fundan en que el sexo y la reproducción son factores claves para la naturaleza de la
mujer pero no para la del hombre, de modo que se espera que la pubertad, el parto o
la menopausia afecten tanto el cuerpo como la mente de la mujer de formas no vistas
en el varón (33).
En la producción psiquiátrica española de finales del siglo XIX y de comienzos del
XX, aparecen alusiones muy diversas a los trastornos mentales «propios» de las mu-
jeres, llegándose a establecer, como en otros contextos geográficos y socio-cultura-
les, una íntima relación entre «política de género» y medicina mental (31,34,35). Se
hace hincapié en la mayor «susceptibilidad de la mujer para enfermar de enajenación
mental», argumentando la relación entre sistema nervioso y aparato genital de la
mujer y marcando el acento en la fisiología «femenina» como causa «intrínseca» de
determinados desarreglos mentales. Está ampliamente documentado que la mens-
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truación fue relacionada frecuentemente con muy diversos trastornos orgánicos (36).
La psiquiatría no fue, lógicamente, una excepción, existiendo un gran consenso en
que «la locura más frecuentemente producida por la menstruación es la manía agu-
da» (37). En palabras de Esquerdo: «el flujo menstruo suele refluir sobre la razón
humana, inundándola y socavándola» (38).
Otros momentos de la vida sexual de la mujer fueron objeto de la preocupación
del alienista. Es interesante constatar el debate que, en el seno del alienismo euro-
peo, venía desarrollándose en torno a la consideración de la locura puerperal (folie
puerpérale) como una entidad nosológica específica4 . El Traité de la folie des femmes
enceintes, des nouvelles accouchées et des nourrices de Louis Victor Marcé (1828-
1864), publicado en 1858, constituyó una de las obras de referencia fundamentales
para toda la segunda mitad del siglo XIX (39); sin embargo, en el último tercio del
mismo, esta «locura puerperal» fue sometida a una amplia revisión que trajo consigo
el cuestionamiento de la misma como una entidad nosológica distinta de las demás
vesanias.
Es evidente que independientemente de que se aceptara la existencia de una
locura específica de las mujeres embarazadas, lo cierto es que nunca se llegó a poner
en tela de juicio que los fenómenos fisiológicos de la mujer, como la menstruación, la
gestación, el puerperio/lactancia o la menopausia podían desencadenar trastornos
mentales más o menos graves cuando el temperamento de la mujer estaba «predis-
puesto». Esta relación es consecuencia, como bien puede observarse en el texto
precedente de Esquerdo, de la asimilación por parte de los alienistas de las teorías
médicas que explicaban determinadas patologías femeninas: Las teorías reflexógenas
habían establecido una estrecha conexión entre la fisiología y la patología de los
órganos genitales y el sistema nervioso femeninos, que estaba cumpliendo una fun-
ción social, al legitimar las condiciones de desigualdad entre hombres y mujeres
(31,40,41).
CUERPO SENTIDO
Pongámonos ahora, según la propuesta inicial, en la segunda perspectiva: el
cuerpo sentido. ¿Qué percepción tenemos cada uno de nuestro propio cuerpo? Aquí
las respuestas pueden ser muy diversas: a un nivel estrictamente personal, cada uno
es consciente de su propio cuerpo cuando lo percibe cenestésicamente o cuando lo
ve o lo toca, pero cuando uno se «ve» una mano, por ejemplo, ésta no es ya un
simple objeto –no es la mano del otro-, sino que a través de sensaciones propioceptivas
y kinestésicas, en la percepción de la mano propia hay un profundo sentimiento
subjetivo.
Pero, tal como nos explica Laín, hay otras formas de «sentir» el cuerpo: mi
cuerpo como «ser-en-el-mundo», que diría Gabriel Marcel, o el «cuerpo-para-mi» y el
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este tipo de cuadros han sido descritos en las llamadas «personalidades múltiples» –
el extrangulador de Boston es un buen ejemplo-, que han servido para ilustrar hasta
la saciedad a diversos asesinos en serie en novelas o en películas de serie B. ¿un solo
cuerpo para varias personas? ¿una sola persona que no se reconoce?
En segundo lugar: ¿sigo siendo el mismo? A lo largo de la vida de un individuo,
y por razones no necesariamente patológicas, su personalidad puede cambiar de
manera más o menos explosiva: las conversiones religiosas o ideológicas son un claro
ejemplo de cómo una misma persona cambia de manera de pensar, pero también de
«sentirse» a sí mismo. Las crisis biográficas, bien las que tienen que ver con la edad
–la adolescencia, el climaterio, la crisis de los cuarenta, de los cincuenta, etc.-, o
con otras circunstancias –tener un hijo, cambiar de barrio, de ciudad o de trabajo, dejar
de tenerlo, sobrevivir a una grave enfermedad, etc.- suponen cambios en la percepción
corporal que en buena medida modulan y matizan la personalidad del sujeto.
Y, finalmente, yo soy yo y ¿qué más? Nada más lejos de mi intención que intro-
ducir aquí elementos espirituales o espiritualistas, como harían los autores creyen-
tes, pero creo que merece la pena señalar el peso de los «condicionantes sociales» y
de la «conciencia moral» del ser humano, en la medida en que ésta aparece íntima-
mente relacionada con el sentimiento de la propia identidad.
Charles Blondel, partiendo en muy buena medida de Durkheim, explica en La
conscience morbide (1914) que «...hay una parte de nosotros mismos que no depende
directamente del factor orgánico: es todo aquello que, en nosotros representa la
sociedad. Las ideas generales que la religión o la ciencia imprimen en nuestros espí-
ritus, las operaciones mentales que implican dichas ideas, las creencias y los senti-
mientos que se encuentran en la base de nuestra vida moral, todas esas formas
superiores de la actividad psíquica que la sociedad despierta y desarrolla en nosotros
no van a remolque del cuerpo, como sucede, por ejemplo, con nuestras sensaciones y
nuestros estados cenestésicos. Lo que ocurre es que (...) el mundo de las representa-
ciones en el que se desarrolla la vida social, lejos de derivarse de él, se superpone a
su substrato mental» (42).
Así pues, no es el cuerpo el que impone su ley a la conciencia, sino que es la
sociedad la que, por medio del lenguaje, rige la conciencia e imprime su ley al cuer-
po. La conciencia móbida sería, para Blondel, una conciencia sumida en lo individual
cenestésico, en los dominios de lo no verbal y lo preverbal (43,44). En definitiva una
hipertrofia patológica de la cenestesia daría lugar a una transformación morbosa de
la conciencia en la que el individuo, carente de lenguaje, permanecería totalmente
ajeno a lo colectivo.
De este modo, vemos cómo el interés se va desplazando del cuerpo entendido según
la anatomía y la fisiología -como «productor» de informaciones internas destinadas a ser
filtradas por el lenguaje-, al cuerpo entendido según la sociedad, como «ejecutor» de
mensajes portadores de significado, según el código y las reglas de la colectividad.
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NOTAS
1. Utilizo el concepto de «signo físico» en el sentido de Laín, esto es: «cualquier
dato de la observación sensorial que permita al clínico obtener, con bien fundada
pretensión de certidumbre, una imagen parcial del estado anatómico en que se
encuentra el cuerpo enfermo en el momento de la exploración». [Laín Entralgo,
P. La historia clínica. Historia y teoría del relato patobiográfico, Madrid, CSIC,
1950, p. 296.].
2. El trabajo fue publicado por primera vez en los números 7 al 12 de Archives de
Neurologie en 1882 y reeditado un año más tarde en el Progrés Médical. El texto
consultado es el de la edición de la colección Insania de Ed. Frénésie, 1987; con
presentación de Gérard Bonnet. Existe una reciente edición en castellano en
Charcot, J.M. y Magnan, V. / Binet, A. Perversiones, Jaén, del lunar 2002.
3. Los casos clínicos de las histéricas e histéricos presentados por Charcot en la
Salpêtrière están recogidos en Leçons du mardi à la Salpêtrière. Policlinique 1887-
1888 y 1888-1889, publicados por Progrès médical/Delahaye et Lecrosnier en
1888 y 1889 respectivamente. Una selección de los mismos puede encontrarse en
Charcot, J.M. Histeria. Lecciones del martes, Jaén, del lunar. 2003; con introduc-
ción, traducción y edición de Angel Cagigas.
4. En el término «folie puerpérale» incluía tres categorías: «folie des femmes
enceintes», «folie des nouvelles accouchées» y «folie des nourrices», según pro-
puesta de L.V. Marcé, aceptada por autores posteriores.
BIBLIOGRAFÍA
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Feher, M. et al (ed.), Fragmentos para una historia del cuerpo humano, 2ª Parte,
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4. Laín Entralgo, P. El cuerpo humano. Teoría actual, Madrid, Espasa-Calpe, 1989.
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27. Charcot, J.M. Histeria. Lecciones del martes, Jaén, del lunar. 2003. Introducción,
traducción y edición de Angel Cagigas.
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Sánchez, M.D. (eds.), Interacciones ciencia y género, Barcelona, Icaria, 1999, pp.
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España y el estatuto social de la mujer». Revista de la Asociación Española de
Neuropsiquiatría, 1999, 19, 637-652.
36. Ruiz Somavilla, M.J. «La legitimación de la ideología a través de la ciencia: la
salud y la enfermedad de la mujer en El Siglo Médico». En Canterla, C. (coord.), De
la Ilustración al Romanticismo. La mujer en los siglos XVIII y XIX, Cádiz, Univer-
sidad de Cádiz, 1994, pp. 105-106.
37. Etchepare, B. «La influencia de la menstruación sobre la alienación mental»,
Revista Frenopática Española,1905, 3, 224-227.
38. Esquerdo, J.M. «Conferencias sobre enfermedades mentales», El Anfiteatro Ana-
tómico Español, 1878, 6, pp. 77; 91-92; 103-104; 117; 148-149: 164-165; 175-
176; 191-192; 202-203; 209-210.
39. Voisin, A. Leçon cliniques sur les maladies mentales et sur les maladies nerveuses
professées a la Salpêtriere, París, J.B. Baillière et fils, 1883.
40. Smith-Rosenberg, C. y Rosenberg, C. «El animal hembra: puntos de vista médi-
cos y biológicos sobre la mujer y su función en la América del siglo XIX». En
Nash, M. (ed.), Presencia y protagonismo. Aspectos de la historia de la mujer,
Barcelona, Serbal, 1984, pp. 341-371.
41. Ruiz Somavilla, J.M. y Jimenez Lucena, I., «La construcción de la patología
fenmenina en la España contemporánea». En Ramos, M.D. (coord.), Femenino
plural. Palabra y memoria de mujeres, Málaga, Universidad de Málaga, 1994, pp.
235-250.
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Rafael Huertas
Depto. Historia de la Ciencia
Instituto de Historia. CSIC.
C/. Duque de Medinaceli, 6
28014 Madrid
huertas@ih.csic.es
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SECCIÓN
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RESUMEN ABSTRACT
Este trabajo, fruto de una estancia As result of a four month stay in
de cuatro meses en Londres y alrededo- London and surroundings, this work
res, pretende exponer cuál es la diversi- pretends to review the divertity of
dad de modelos dirigidos a la integra- vocational rehabilitation models for
ción laboral para personas con enferme- people with severe mental illness existing
dad mental crónica en este área (clasifi- in United Kingdom (classification;
cación; ejemplos de proyectos represen- examples of prototypes for each model;;
tativos de cada modelo; valores que orien- values for the future projects in UK).
tan el futuro del trabajo en este campo
en Reino Unido). Key words: vocational integration;
severe mental illness; intervention
Palabras clave: integración laboral; models.
enfermedad mental crónica, modelos de
intervención.
INTRODUCCIÓN
Este artículo es fruto de una estancia de cuatro meses de la primera autora en
Londres y sus alrededores durante los cuales se visitaron 21 centros dirigidos a la
integración laboral de personas con enfermedad mental crónica (ver Tabla 1). Duran-
te estas visitas se mantuvieron entrevistas con los usuarios, con los coordinadores de
los centros y con los profesionales así como se observó, en algunos de ellos, el
funcionamiento diario del mismo. Se pretende describir la diversidad de modelos
observados en rehabilitación laboral para enfermos mentales crónicos ilustrándolo
con ejemplos de algunos de los centros visitados Asimismo, se expondrán cuáles son
los valores que se persiguen actualmente en este campo en Reino Unido y cómo éstos
se traducen en la práctica. En una segunda parte no publicada en este número se
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analizarán algunas variables en las que se han encontrado diferencias entre cada
centro (más allá de las atribuibles a modelos concretos) y cuáles son las ventajas e
inconvenientes de elegir una configuración u otra a la hora de diseñar un centro
dirigido a la integración laboral de personas con enfermedad mental crónica. Este
trabajo se propone estimular la reflexión en torno a las diferentes opciones existen-
tes en este campo sin pretender establecer conclusiones acerca de la eficacia de cada
modelo.
Richmond Fellowship es la organización que facilitó esta experiencia (rotación
externa como residente de psicología de la primera autora) y que pertenece al sector
asociativo (del voluntariado). Cuenta con diferentes servicios a lo largo de todo
Reino Unido dirigidos a la población con problemas de salud mental en las áreas de
vivienda, integración laboral y rehabilitación psicosocial. La base desde la cual se
organizaban las visitas a otros recursos de integración laboral estaba situada en
Garth Road Enterprises, uno de los proyectos de Richmond Fellowship Workschemes
(ahora denominado Richmond Fellowship Employment and Training). Desde esta base
se realizaron visitas a diferentes servicios dirigidos a la integración laboral de perso-
nas con problemas mentales crónicos.
Los diferentes centros fueron seleccionados con el objetivo de poder abarcar una
muestra de los diferentes modelos desarrollados en Londres y sus alrededores. La
orientación recibida en las diferentes visitas fue ayudando a seleccionar aquellos
centros interesantes para visitar, bien por lo representativo de un particular modelo,
bien por lo excepcional dentro de su campo. Durante estas visitas generalmente
tenía lugar una entrevista con el director del centro y/o otra persona de la plantilla,
charlas informales con los usuarios y la observación del funcionamiento del centro
durante un día normal. El contenido de este documento esta basado principalmente
en las entrevistas y observaciones realizadas a los centros arriba citados. Aunque la
selección de estas visitas ha intentado ser comprehensiva, las descripciones y re-
flexiones están obviamente sesgadas por esta selección. Y a este sesgo se añade el
de las propias autoras a la hora de integrar toda esta información y añadirle sus
propias valoraciones subjetivas.
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Unos modelos son mas adecuados para aquellos usuarios que requieren una pre-
paración o entrenamiento previo al acceso al mercado laboral ordinario (Trabajo
Protegido, Rehabilitación Laboral, programas de los Clubhouse) mientras que otros
ponen énfasis en la incorporación inmediata al trabajo remunerado cuando es posi-
ble y proveer del apoyo necesario para su mantenimiento (Empleo con Apoyo). En el
caso de las Empresas Sociales los usuarios se incorporan de forma inmediata a un
empleo remunerado en una empresa normal salvo por el requisito de contar en su
plantilla con al menos un 25% de personas con discapacidad en la plantilla. En este
caso, cuando la persona con discapacidad tiene limitaciones en su rendimiento, el
Estado contribuye con un porcentaje proporcional a través de un programa de apoyo
al empleo.
Unos programas proporcionan la orientación y guía para acceder y mantener un
empleo (Empleo con Apoyo y Programa de Empleo Transitorio de Clubhouse) mientras
que otros ofrecen experiencia laboral en su propio centro (el resto). Podemos orde-
narlos en función de lo que se parece la experiencia laboral que ofrecen (in situ o en
la comunidad) a un trabajo remunerado en el mercado laboral ordinario:
En la Figura 1 aparecen representados los distintos modelos en un eje que se refiere
a su proximidad al empleo ordinario bien porque están orientados a este objetivo bien
porque la actividad que ese recurso desempeña el usuario es similar a éste.
En la última Conferencia Europea sobre Empresas Sociales celebrada en Reino
Unido en Junio de 2002, Grove (6) presentaba una clasificación muy interesante de
las Empresas Sociales basada en dos dimensiones (Figura 2). La primera dimensión se
refería al nivel de implicación de los usuarios en el proyecto, su nivel de participa-
ción en la toma de decisiones o la medida en que existían medios desarrollados para
asegurar que el proyecto se desarrollaba de acuerdo a sus opiniones y necesidades.
La segunda dimensión se refería al grado en el que la empresa tiene una orientación
hacia la producción, genera beneficios, funciona sin subsidios y paga a sus emplea-
dos salarios ordinarios. Es decir, el grado en que es más parecida a un negocio o
empresa normal.
Grove realizaba una reflexión interesante a partir de un estudio que incluía en-
trevistas a usuarios de varios proyectos clasificables en distintos puntos dentro de
estas dimensiones. Se refería al hecho de que muchos usuarios de proyectos con un
alto nivel de implicación de los mismos pero que no recibían salario estaban alta-
mente satisfechos con esa situación y recibir un salario pasaba a un segundo lugar
en sus motivaciones. Esto contradice en cierto sentido el énfasis que por parte de
muchos gerentes de Empresas Sociales se pone en la idea de que lo fundamental en
integración laboral es tener una empresa con éxito económico, que pague un salario
digno, y genere a través de esto una alta autoestima en el empleado. Cuando esto no
va acompañado de la implicación activa del usuario en el proyecto, puede perder su
papel rehabilitador.
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Otras variables en función de las cuales se han clasificado los centros visitados
se encuentran en la Tabla 2.
Antes de continuar se hacen necesarias algunas aclaraciones. En primer lugar,
aunque las Empresas Sociales (Social Firms) sean lo más aproximado a lo que en
España se denomina Centro Especial de Empleo (CEE), existen algunas diferencias
importantes. En Reino Unido no existe una definición oficial o legal para Empresa
Social tal como existe en España para los CEEs. Es la asociación Social Firms UK la
que agrupa a las empresas sociales en Reino Unido y elabora un directorio de las
existentes, que han de cumplir con la definición establecida por la CEFEC (5) (Confe-
deración Europea de Empresas Sociales, Iniciativas de Empleo y Cooperativas) y con
el criterio de tener en plantilla más de un 25% de personas con discapacidad. La
definición de CEE implica que este porcentaje en España se eleve a un 70%, que va a
establecer unas diferencias muy importantes. La mayor parte de las empresas socia-
les censadas en Reino Unido son pequeños negocios que tienen una media de 7
empleados, 2 de los cuales tienen alguna discapacidad además de un número impor-
tante de voluntarios y usuarios en prácticas o entrenamiento prevocacional (7). En
septiembre de 2000 el número de empresas sociales censadas era de 35, a las que hay
que añadir 120 empresas sociales «emergentes» (no cumplen aún todos los criterios
para ser denominadas empresas sociales).
En segundo lugar, lo que en este documento de denominan centros de Rehabili-
tación Laboral tienen unas diferencias importantes con lo que en la Comunidad de
Madrid se entiende por Centros de Rehabilitación Laboral (CRL). A diferencia de los
CRL, los que se incluyen aquí en esta categoría desarrollan una actividad comercial y
tienen como objetivo que parte de su presupuesto provenga de comerciar con los
productos o servicios que ofrecen. También se diferencian en que los centros que
aquí describiremos no se dotan de profesionales especializados en salud mental ni
proporcionan en el propio centro consultoría, orientación ni seguimiento en el cami-
no del usuario hacia un empleo ordinario. Para estas funciones suelen coordinarse
con servicios de Empleo con Apoyo.
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de base durante los cuatro meses que duró esta experiencia. Se creó tras el cierre
de uno de los hospitales psiquiátricos de su área hace unos 12 años. Pertenece a
Richmond Fellowship, una organización del sector del voluntariado especializada
en recursos de rehabilitación psicosocial dirigidos a personas con problemas de
salud mental.
Está situado en una nave industrial, en un complejo a las afueras de Londres. En
el pasado realizaban actividades de imprenta, costura, carpintería, ensamblaje y
embalaje, y disponían de una cantina abierta al público. En el momento de la
visita, y como parte de un proceso de regeneración del proyecto, la única activi-
dad que permanece es la de ensamblaje y embalaje.
GRE se encuentra en el cuadrante inferior derecho de la clasificación de Grove
comentada más arriba: ni implicación de los usuarios ni éxito en el negocio. En
estos momentos está en un proceso de cambio que ya ha alterado en gran medida
lo que se describe en las siguientes líneas y que pretende convertirlo en un
proyecto de Rehabilitación Laboral.
Dos tercios de los usuarios llevan en GRE más de dos años y de éstos un porcen-
taje altísimo lleva prácticamente desde que se abrió el proyecto. Durante años
en GRE no ha existido ningún procedimiento instaurado que ayudara a los sujetos
a adquirir nuevas habilidades o a progresar hacia opciones de trabajo más nor-
malizadas.
Los usuarios van a GRE dos o tres días por semana, unas 5 horas cada día. Fichan
su hora de entrada al llegar y su hora de salida. Se les paga un dinero de bolsillo
por acudir al centro. Realizan trabajos sencillos y repetitivos como ensobrado o
ensamblaje de piezas o contar tenedores y meterlos en bolsas. La variedad de
tareas a elegir es escasa, la posibilidad de progresar en la dificultad de las tareas
realizadas es inexistente, la capacidad para tener iniciativa o adquirir responsa-
bilidades no se fomenta, la interacción entre los usuarios mientras realizan el
trabajo es mínima. Es un contexto donde adquirir algunos hábitos de trabajo
básicos como la puntualidad, el aseo o la relación con el supervisor, pero no
siempre con éxito.
La plantilla, que no tiene formación en salud mental, ha sido también en parte
víctima de este proceso de institucionalización, pues la mayor parte trabaja allí
desde que se abrió el centro. Con el paso del tiempo, la evaluación y creación de
planes de acción individualizados para cada usuario se ha ido mecanizando y
reduciendo. Su papel principal es la supervisión del desarrollo del trabajo de los
usuarios.
En cuanto al negocio, el porcentaje de beneficio es escasísimo, consiguen los
contratos con una política de precios a la baja y utilizando la sensibilidad del
cliente hacia el hecho de ser una organización de integración.
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Tienen beneficios que alcanzan para cubrir gastos y algún excedente que han de
revertir a la sección del sistema público al que pertenecen. Apenas reciben ayu-
das para su mantenimiento. Algunos de los trabajadores están en un programa
estatal mediante el cual el estado paga parte de su salario y, por otro lado, los
servicios sociales pagan una cantidad por cada uno de los usuarios que derivan
para que estén en prácticas en la empresa.
El trabajo se organiza en grupos coordinados por un supervisor que, entre otras
funciones, desarrolla el control de calidad del trabajo realizado.
Los trabajadores son derivados por los servicios sociales y de salud. Se les realiza
una entrevista de selección y pasan por un periodo de prueba. Se realizan revi-
siones semestrales del plan de acción de los trabajadores en una reunión a la que
acude el trabajador, el gerente y un profesional del centro que lo derivó a la
empresa. Existe una constante monitorización de los trabajadores y una fluida
coordinación con los servicios de salud.
Los problemas con los que se encuentran son el alto nivel de absentismo y poder
fomentar el paso a otra opción más normalizada. En cuanto al absentismo, pro-
curan resolverlo con el trabajo en equipo y la coordinación con los servicios de
salud. El otro aspecto se refiere a que, aunque entre sus principios se encuentra
el fomentar el empleo ordinario en todo aquel trabajador que se encuentre pre-
parado y lo desee, en ocasiones resulta difícil afrontar la pérdida de un trabaja-
dor productivo.
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1. Participación
La idea de que en la medida de lo posible los servicios deben desarrollarse aten-
diendo las necesidades y preferencias particulares de los usuarios está detrás de
todos los proyectos visitados. No lo estaba en proyectos de Trabajo Protegido
pero cada vez más se tiene en cuenta. Por ejemplo, ligado a Garth Road Enterprises
se está desarrollando un proyecto de Empleo con Apoyo y para la selección de su
plantilla se ha incluido a uno de los usuarios en una de las entrevistas que forma
parte del proyecto de selección. Este es uno de los signos que muestran el cami-
no de un proyecto institucionalizador hacia un proyecto normalizador. Sin em-
bargo, este representante de los usuarios ha sido elegido por la plantilla, no por
el resto de usuarios, lo cual es también un signo del cambio de cultura que aún
queda por hacer.
Se considera con los individuos con problemas de salud mental pueden jugar muy
variados roles en el desarrollo de los proyectos de integración laboral incluyendo
la planificación, gerencia y evaluación de los servicios. En muchos proyectos
existen sistemas establecidos de consulta a los usuarios, en otros tienen repre-
sentantes en los foros donde se decide acerca de los recursos a ellos dirigidos.
Pozner y cols (1996) (9) establecen una serie de recomendaciones útiles para
facilitar la participación de los usuarios.
• Consultar a los usuarios en el momento de planificar los servicios para que
realmente atiendan las necesidades existentes.
• Ofrecer entrenamiento en aquellas habilidades que le sean necesarias para
participar activamente (por ejemplo, asertividad).
• Desarrollo de comités en los que los usuarios tengan representantes elegidos
por ellos mismos.
• Facilitar vías de comunicación entre la plantilla y los usuarios para que éstos
presenten sus puntos de vista.
• Dar feedback a los usuarios acerca de las ideas que proponen.
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2. Normalización
Es un concepto completamente aceptado en este campo en Reino Unido el que
cuando hablamos de enfermedad mental estamos hablando de una más de las
discapacidades, junto con las sensoriales, las físicas y las psíquicas (dificultades
de aprendizaje).
Esto tiene una serie de implicaciones. En primer lugar, en cuanto a la posibilidad
de beneficiarse de ayudas y reclamar los derechos que en general asisten al
colectivo de discapacitados así como de cara a la lucha contra la estigmatización
de estas personas.
Pero también influye en el enfoque que se adopta a la hora de prestar apoyos a
esta población pues se entiende que, al igual que una persona en una silla de
ruedas, por ejemplo, estas personas tienen unas características que les hacen
especialmente vulnerables y por lo cual el entorno debe hacer un esfuerzo para
adaptarse y facilitar su integración. No se pretende que la persona con proble-
mas de salud mental se «cure», se vuelva «normal», al igual que no se pretende
necesariamente que una persona en silla de ruedas ande, sino que se le procura
prestar los apoyos necesarios para que lleve una vida lo más normalizada posible.
Esto lleva a que se procure evitar hablar de «enfermedad mental» así como se
intenta desviar la atención de «problemas» y «síntomas» para centrarse más en
«soluciones» y «capacidades».
Implica asimismo que los centros que realizan algún tipo de actividad comercial
procuren organizarse de forma que sean lo más similares a un entorno de trabajo
ordinario. Esto lo consiguen con varias estrategias:
• Teniendo en cuenta la adecuada localización del recurso en función de la
actividad que realice (por ejemplo, una tienda de fotocopias en la calle prin-
cipal del pueblo, como en el caso de Southside Rehabilitation Association).
Se procura evitar la localización cercana a los centros de salud u hospitales
para evitar su asociación con hospitales de día o centros ocupacionales.
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(148) INFORMES
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INFORMES (149)
más allá de actividades para las que no se requiere ningún tipo de cualificación
o de actividades que nadie más quiere hacer. Así, se considera la creación de
empresas como una agencia de viajes y otras que requieren una mayor cualifica-
ción.
4. Calidad
La calidad tanto del servicio que se da a los usuarios y del ambiente laboral como
del producto o servicio que se ofrece a los clientes es cada vez más importante.
En cuanto a la calidad del servicio que se ofrece hay un cada vez mayor interés en
definir qué es calidad y desarrollar una serie de estándares que habrían de cum-
plir los centros dirigidos a la integración laboral. Se trata de poder establecer
cuáles son los resultados que han de obtenerse y cómo han de medirse. La mayor
parte de los proyectos han de dar cuentas de sus resultados a sus financiadores,
bien a las autoridades locales o a nivel europeo, por lo cual tienen diseñados
sistemas de registro para poder contabilizar los resultados que obtienen los usuarios
al utilizar su servicio (por ejemplo, número de usuarios que acceden a formación
o a un trabajo voluntario) y las prestaciones que proporcionan (por ejemplo,
tiempo pasado con cada usuario en revisión de su plan de acción). En cualquier
caso, en ocasiones se echa de menos una evaluación de calidad basada en más
elementos cualitativos como satisfacción del usuario, nivel de participación de
los usuarios o incremento en autoestima observado.
En cuanto a la calidad del producto o servicio que el centro ofrece a la comunidad
cuando éste tiene una actividad comercial también se considera cada vez más
importante. En este sentido, se procura evitar vender el producto utilizando el
hecho de ser una entidad con fines sociales. Se intenta estar a la altura del
mercado ordinario y ofrecer un producto de calidad. Aún en los proyectos en los
que los usuarios no son pagados, formar parte de un centro que da a la comuni-
dad un buen servicio, ya sea de ensamblaje, de artesanía o de limpieza, se con-
sidera que tiene efectos positivos sobre la autoestima y la satisfacción de los
usuarios.
5. Continuidad
Se refiere al apoyo continuado desde los servicios de integración laboral, sobre
todo de los basados en el Empleo con Apoyo. Los resultados de la investigación
muestran que resulta bastante más difícil mantener un empleo que conseguirlo.
Por tanto el apoyo debe continuar cuando el usuario ya ha conseguido un traba-
jo el tiempo necesario, en función de las necesidades individuales.
Y se refiere también a la idea que los recursos estén disponibles cuando un
usuario quiera volver a utilizarlo en un futuro.
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(150) INFORMES
6. Atención individual
La evaluación y creación del plan de acción ha de realizarse de forma
individualizada y en conjunción con el usuario. Han de evaluarse exhaustivamente
cuáles son las habilidades e intereses del usuario y orientar sus opciones de
integración laboral en función de ello.
El usuario, la familia, los profesionales de los servicios de integración laboral y
los de los centros de salud mental comunitarios están presentes en la revisión del
plan de cuidados de cada usuario con el fin de poder tener en cuenta la idiosin-
crasia que le afecta.
De esta forma se podrá orientar y acordar con el usuario cuáles son los pasos más
adecuados en su integración laboral. Se podrá acordar si es necesaria una prepa-
ración previa a su inclusión en el mercado laboral ordinario a través de, por
ejemplo, un programa de Rehabilitación Laboral o si, por ejemplo, resulta más
adecuado derivarle a un servicio de Empleo con Apoyo que de forma rápida le
ayude a conseguir un empleo y le apoye en su adaptación a éste.
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INFORMES (151)
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(152) INFORMES
COMENTARIOS FINALES
Una de las primeras impresiones al acercarse a la realidad de la integración
laboral en el área de Londres es la multitud de servicios existentes. Esta multitud
tiene ventajas importantes, puesto que las listas de espera son prácticamente
inexistentes y los usuarios tienen más posibilidades de acceder a estos recursos. Pero
puede tener ciertas desventajas puesto que las diferentes organizaciones que crean
estos recursos han de competir entre ellas para poder ser concertadas con las auto-
ridades locales u obtener subvenciones de otras entidades. Esta competencia lleva en
ocasiones a ofrecer más servicios al menor coste posible para las autoridades locales,
con lo que es posible que la calidad de los servicios que se ofrecen se ponga en
peligro. Esto ser una razón añadida para no contratar personal especializado, además
de otras razones que se expondrán en la segunda parte de este trabajo.
Además de esta multitud destaca la variedad en los servicios existentes. Como se
ha descrito en apartados anteriores podemos categorizar las intervenciones dentro
de varios modelos existentes (Empleo con Apoyo, Clubhouse, Empresas Social, Reha-
bilitación Laboral, Trabajo Protegido). Y dentro de cada modelo, cada centro es dis-
tinto a los demás tanto en los valores que persiguen como en su organización y
posición en las variables comentadas en líneas anteriores. Esta diversidad puede
estar en parte causada por la carencia de un organismo público que regule el diseño
de los servicios procurando una unidad y unos mínimos de calidad. Aunque existen
unas políticas generales (por ejemplo, el apoyo a centros dirigidos a fomentar el
empleo ordinario más que el empleo protegido, Empleo con Apoyo o Empresas Socia-
les), es cada organización quien diseña los proyectos de sus servicios.
Esta diversidad tiene ventajas importantes. La primera, que es más fácil encon-
trar el servicio adecuado a cada tipo de usuario. Usuarios en distintos niveles en
cuanto a su preparación para acceder al mercado laboral encuentran servicios que se
ajustan a sus necesidades. La segunda ventaja es que ésta permite poner a prueba la
eficacia de distintas alternativas para alcanzar un mismo objetivo. Sin embargo, la
principal desventaja de esta diversidad está relacionada con esto mismo. No existe
aún suficiente número de centros de cada modelo ni la adecuada coordinación entre
ellos como para poder desarrollar investigación en torno a cuáles son las alternativas
más eficaces y para qué tipo de usuarios.
Otra conclusión importante es que visitar los distintos centros y entrevistarse
con distintos implicados resulta clave para formarse una opinión más realista de la
que a veces se refleja en la literatura sobre el tema. Partiendo de la indiscutible
importancia de la investigación en eficacia, en las publicaciones de las revistas de
investigación en este campo no siempre se refleja la diversidad existente. Los datos
publicados, generalmente cuantitativos, no reflejan la compleja realidad de estas
intervenciones, la multitud de decisiones que se han de tomar a la hora de diseñar un
proyecto de este tipo, ni los valores que hay detrás de unas decisiones y otras.
2762
Integración laboral en ...
INFORMES (153)
Además, los factores que llevan a que dentro de un tipo de modelos se realice más
investigación y se publiquen más datos sobre su eficacia no está necesariamente
relacionada con una mayor calidad o mejores resultados de sus intervenciones.
Por último, volver a recordar las diferentes condiciones sociales que existen en-
tre Reino Unido y España, sobre todo en términos de empleo. El diseño de servicios
dirigidos a la rehabilitación laboral es una tarea compleja. Tener esto en cuenta,
junto los aspectos comentados en las líneas previas, ayudará a no «importar» las
intervenciones que allí se realizan sin una profunda reflexión previa.
EMPLEO ORDINARIO
REHABILITACIÓN LABORAL
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(154) INFORMES
Alta participación
Baja participación
Empleo Rehabilitació n
Clubhouse transitorio. Trabajo Rehabilitació n laboral (mod. Empresa social Empleo con
(Prog. del protegido laboral apoyo
Clubhouse) hí brido)
Remuneració n No No No No No Sí Si
Experiencia
laboral ‘ in Si No Sí Si Sí Si No
situ’
A veces algún
TO o alguien
Plantilla con con
formació n o experiencia
experiencia en previa pero sin A veces (id) A veces (id) A veces (id) Sí No A veces
salud mental cualificació n
formal en salud
mental
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Integración laboral en ...
INFORMES (155)
NOTAS
1. «Modelo híbrido» es como en Portugal Prints y St. James House denominan al
modelo en que se basan porque pretenden integrar las cualidades del modelo
normalizador, principalmente caracterizado por proporcionar experiencia laboral
lo más similar posible a un empleo ordinario, y del modelo terapéutico, con un
énfasis en el apoyo terapéutico y emocional individualizado y proporcionado por
personal especializado en un entorno comercial.
2. Por tanto, parece que estamos más bien hablando de «Apoyo hacia el Empleo» y
podría cuestionarse la inclusión de estos programas dentro del modelo «Empleo
con Apoyo».
BIBLIOGRAFÍA
1. Seebohm, P.; Grove, B. & Secker, J. Working towards recovery. Putting employment
at the heart of refocused mental health services. Care Programme to Work, Institute
for Applied Health & Social Policy. King’s College London, 2002.
2. Portugal Prints: Rehabilitation Workshop. «The Hybrid Model». Documento no
publicado.
3. Beard, J.H.; Propst, R.N. & Malamud, T.J. «The Fountain House model of psychiatric
rehabilitaction». Psychosocial Rehabilitation Journal, 1982, 5, 1, 47-53.
4. Perkins, R. & Selbie, D.. Decreasing employment discrimination against people
who have experienced mental health problems in a mental health trust. En A. H.
Crisp (Ed) Every Family in the Land, 2001. http://www.stigma.org/everyfamily/
rperkins.html
5. Grove, B.; Freudenberg, M.; Harding, A. & O’Flynn, D.. The Social Firm Handbook.
Pavilion Publishing (Brighton) Limited, 1997.
6. Grove, B. (2002). Social Firms in Europe (comunicación). European Social Firms
Conference. University of Guildford, Junio 2002.
7. Higgins, G. Y Gianniba, P.. The Social Firms Directory. Netherne Printing Services
/ Surrey Oaklands NHS Trust, 1999.
8. Perkins, R., Buckfield, R.,y Choi, D. «Access to employment: A supported
employment project to enable mental health service users to obtain jobs within
mental health services», Journal of Mental Health, 1997, 6, (3), pp. 307-318.
9. Pozner, A., Ling Ng M., Hammond, J. y Shepherd, G.. Working it out. Creating
work opportunities for people with mental health problems: a development
handbook. Pavilion Publishing (Brighton) Limited, 1994.
2765
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(156) INFORMES
Annette Hamilton
Directora adjunta de Richmond Fellowship Employment & Training. Londres.
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(157)
SECCIÓN
LIBROS
(158)
LIBROS (159)
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(160) LIBROS
Fernando Mansilla.
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(161)
SECCIÓN
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
(162)
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (163)
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(164) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
ción por el Ministerio -se espera que se haga de forma inmediata- se publica en
este número de la revista. Este programa, en el que han participado Begoña
Olabarría, Mª. Eugenia Díez y Consuelo Escudero, implica cambios importantes y
muy positivos respecto al actual, tanto de los contenidos como sobre la duración
(4 años).
2774
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (165)
• Otras:
Relaciones con otras Asociaciones
- The International Academy of Behavioral Medicine, Counseling and Psychotherpy
Inc. (IABMCP) envió un mensaje con fecha 20 de octubre, solicitando el
listado completo de socios de la AEN, para poder hacerles llegar información
directa sobre sus actividades. Se les respondió negativamente, considerando
que el listado de socios contiene información privada que no puede ser faci-
litada a terceros sin permiso expreso de los interesados. Informan también
de la celebración del 30th Annual Symposium of the International Academy
of Behavioral Medicine, Counseling, and Psychotherapy (IABMCP): «Addictive
Disorders and Behavioral Health», entre el 26 y el 30 de mayo, en Colorado
Springs, Colorado, USA
2775
(166) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
- Asamblea del Operational Committee on Sections and the Chairs of the WPA
Scientific Sections, en el WPA International Congress, Caracas. Venezuela. 3
de Octubre 2003.
- Afiliación de la African Association of Psychiatrists and Allied Professions
(AAPAP) a la WPA.
- Correo de Prof. George Christodoulou, WPA Secretary for Sections, animando
a los participantes en secciones de asociaciones nacionales a que participen
en las mismas secciones en la WPA (13-10-03)
- XIII WORLD CONGRESS OF PSYCHIATRY, en El Cairo del 10 al 15 de septiembre
de 2005.
- Proyectos antiestigma: Facilitan direcciones Web de páginas relacionadas y
preguntan sobre la existencia de proyectos en marcha.
- Annual conference 2004 which will be held in Nova Gorica, Slovenia, from 27-
29 May 2004.The conference is organised by SENT, the Slovenian Association
for Mental Health in collaboration with Mental Health Europe. EDUCATION
FOR CHANGE - Education and Prevention in the field of mental health. En el
mismo congreso, asamblea general anual de SME el 28 de mayo.
• Formación
- La WPA esta realizando un estudio acerca de la situación a nivel mundial de
la formación en la especialidad de psiquiatría (WPA-WHO Atlas on Psychiatric
Training). Para ello ha enviado un cuestionario, para cumplimentar y devol-
ver.
• Publicaciones
- World Psychiatry. Disponibles en la página Web de la WPA los números de
Julio y Octubre de 2003 (en Inglés) y el primer número en Español (con un
editorial que contiene una propuesta de la WPA con respecto a la escalada de
la violencia en Oriente Medio, o una revisión sobre la eficacia de las inter-
venciones familiares firmada por Falloon).
2776
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (167)
• Congresos
- La WPA envía información acerca del XIII WORLD CONGRESS OF PSYCHIATRY,
que se celebrará en El Cairo, en Setiembre de 2005. Cairo, September 10-15,
2005 Egypt Secretariat: TILESA OPC, S.L. Londres, 17 - 28028 Madrid - Spain
Tel.: ++34 913612600 - Fax: ++34 913559208 Email: secretariat@wpa-
cairo2005.com http://www.wpa-cairo2005.com. Es la primera vez que se ce-
lebra en África.
- XIX JORNADAS NACIONALES AEN 2004 «SALUD MENTAL, DIVERSIDAD Y CULTU-
RA» Nuevos retos en las fronteras del saber y la atención Barcelona 20, 21 y
22 de mayo de 2004 www.AENBarcelona2004.com
• Otros
- Tratamiento Involuntario Forzoso. Tema candente, que no pudo ser abordado
en la última reunión de la junta por falta de tiempo. Seguramente precisará
una reunión monográfica si se quiere consensuar una postura como asocia-
ción. Se han cruzado algunos mensajes al respecto que evidencian que no
hay una opinión unánime al respecto.
- Camas Jaula: la MDAC (Mental Disability Advocacy Center) informa acerca del
uso de las llamadas camas-jaula como medida de contención en varios países
de Centro Europa y Europa del Este (como República Checa, Hungría, Eslovaquia
y Eslovenia). Solicitan la participación en diversas acciones de condena a
dicha práctica, incluyendo el envío de una carta-modelo a los representantes
políticos de los países afectados. Ana Moreno se ha ocupado de hacerlo. La
noticia ha sido también comentada por revistas médicas generales como el
BMJ.
- Escrito de la Oficina de Patentes y Marcas, concediendo a la AEN el registro de
la Escuela de Salud Mental. M2522470, O.E.P.M. (8-julio-2003)
- Publicación “Ganar salud con la Juventud”, del Ministerio de Sanidad y Con-
sumo (1-8-03)
- Carta de protesta por la paralización de la apertura del CRPS de Torrelodones.
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(168) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
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3. VISADO
Presentamos un texto en la Asamblea, que se celebró como es habitual coinci-
diendo con las Jornadas, obteniendo por unanimidad la aprobación de los socios. Lo
difundiremos en breve, estando pendiente de incluir algunos datos epidemiológicos,
cuantificando el número de andaluces que son susceptibles de recibir los antipsicóticos
de segunda generación, y que tienen otros diagnósticos distintos a la Esquizofrenia,
como nos pidió la Ilma. Viceconsejera de la Consejería de Salud para buscar entre la
Consejería y los profesionales una forma de poder prescribírselos a esos pacientes, en
la reunión mantenida el 17 de octubre para la presentación del Informe de Salud
Mental elaborado por la AAN.
Se comprometió a llamar al Ilmo. Director General de Asistencia Sanitaria del SAS
para que nos convocara a una reunión, para tratar ese tema, lo que todavía no se ha
producido.
4. CAPTACIÓN DE SOCIOS
La AAN está aumentando su número de socios. Están entrando nuevos socios,
tanto entre los jóvenes profesionales, como entre los que por distintos motivos se
habían alejado de la AAN.
2780
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (171)
6. CUADERNOS TÉCNICOS
Hemos encargado la elaboración del Cuaderno Técnico nº 2, que versará sobre la
Buena Práctica de Prescripción de Psicofármacos, al Dr. D. Fabio Rivas, antiguo Pre-
sidente de nuestra Asociación y excelente conocedor del tema. Se hará entre un
Grupo de Trabajo de expertos andaluces en ese tema, coordinados por el Dr. Rivas.
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(172) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
1. Asociados:
- En la actualidad somos 73 socios.
- El día 13 de Noviembre se celebró la Asamblea General, donde se presentaron
las actividades realizadas por la Junta Directiva y las distintas Comisiones.
- El día 13 de Noviembre tuvieron lugar la celebración de elecciones de nueva
Junta Directiva en la que no se presentó ninguna candidatura. Posteriormen-
te en la Asamblea, se presentó y aprobó la propuesta de una junta gestora
pluridisciplinar cuyos cargos se mantendrán hasta que se presente una can-
didatura y en todo caso, con duración máxima de un año hasta la próxima
Asamblea General.
- Se propone la siguiente constitución:
Presidenta: Alicia González (Psiquiatra)
Secretario: Pedro Pizá (Trabajador Social)
Tesorera: Francisca Tur (Monitora Psicosocial)
Vocal Ibiza: María José Maicas (Psiquiatra)
Vocales Menorca: Joan Llorens (Psicólogo)
Antonio Liñana (Psiquiatra)
Vocales Mallorca: Cristina Iglesias (Enfermera )
Guillermo Larraz (Psicólogo)
Mar Rojas (Psiquiatra)
Pilar Risco (Psicóloga)
2. Relaciones Institucionales:
- Respuesta a la solicitud de apoyo al Informe enviado por la Asociación Pitiusa
de Familias (APFEM) (Octubre).
- Reunión con la Consellera de Presidència i Esports, Hble. Maria Rosa Puig,
donde se le presentó nuestra Associació y se le invitó a participar en el
Certamen Artístico-cultural. (17 de Sep.).
- Reunión con la Consellera de Presidencia i Esports, Hble Maria Rosa Puig. (3
de Noviembre) en la cual nos informó sobre la Comisión Interdepartamental
Sociosanitaria y se le solicitó su apoyo para la creación de un Hospital de Día
para niños y adolescentes.
- Entrega a la Consellera de Presidencia i Esports de los documentos: Principios
para la atención a la salud mental Infanto-Juvenil del Comité Técnico y el
Decreto de Ordenación de la Red de salud mental. (7 de Noviembre).
- Reunión con el Coordinador Autonómico de Salut Mental, Dr. Miguel Echevarría
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PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (173)
3. Actividades:
- Publicación en un medio de comunicación local del artículo: Reflexiones en
el e la Salud Mental. Diario de Mallorca. Palma, 9 de Octubre de 2003.
- Celebración Día Mundial de la Salud Mental: Certamen Artístico-Cultural: Des
de l´interior, compartint, 2-10 de Octubre.
- Difusión en distintas Radios de Mallorca: Día 2: ONA Mallorca. Día 9: Cadena
Ser. Día 10: Radio Jove, COPE, Radio Mallorca,…
- Colaboración con la UIB en las Jornades sobre la Teoria del Vincle
Afectiu: Aplicacions en salut mental prevenció comunitària. Palma
17 y 18 de Octubre.
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ACTIVIDADES 2002-2003
(mayo 2002-noviembre 2003)
www.pulso.com/aen
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PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (175)
2. ACTIVIDADES ORGANIZATIVAS
2.1. Asamblea anual 2002: FECHA: 11-06-2002; LUGAR: Bilbao. ORDEN DEL DÍA:
- Lectura y aprobación del acta anterior
- Informe de actividades
- Estado de tesorería
- Objetivos 2002-2003
2.2. Asamblea anual 2003: FECHA: 05-11-2003; LUGAR: Bilbao. ORDEN DEL DÍA:
- Lectura y aprobación del acta anterior
- Lectura y aprobación del acta anterior
- Informe de Actividades 2002-2003
- Estado de tesorería OME / NORTE
- Web de OME y NORTE en la web
- Objetivos 2004
- Congreso AEN 2006 en Bilbao
- Elecciones 2004
- Ruegos y preguntas
2.3. Reuniones Junta Directiva: Se celebran otras reuniones con el fin de ade-
lantar asuntos cotidianos y/o urgentes
FECHA: 16-09-2002; LUGAR: San Sebastián; ORDEN DEL DÍA:
- LECTURA Y APROBACIÓN DEL ACTA ANTERIOR
- BALANCE JORNADA Y ASAMBLEA ANUAL
- REVISTA NORTE de Salud Mental
- Pag. WEB
- CURSO DE ACTUALIZACIÓN SOBRE SALUD MENTAL EN ATENCIÓN PRIMARIA?
2785
(176) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
2786
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (177)
3. PUBLICACIONES
Número 18 (octubre 2003)
NORTE de Salud Mental (Los contenidos completos
pueden consultarse en www.ome-aen.org/norte.htm
Revista cuatrimestral y recurso de comunicación es-
crita entre profesionales de la franja norte peninsular que
se presenta como marco de expresión para el análisis, la
reflexión y la posible oferta de alternativas del acontecer
en la salud mental y la psiquiatría comunitaria a través
de artículos, propuestas e iniciativas en la clínica, la in-
vestigación o la gestión.
RESUMEN DEL SUMARIO nº 18, octubre 2003:
Editorial
Originales/ revisiones:
- La salud mental en el siglo XXI. Fabricio de Potestad
y Ana Isabel Zuazu
Para la reflexión
- «No es loco el que quiere, sino el que puede». Luis-Salvador López Herrero
- «En qué creen los niños del siglo XXI». Julio González del Campo
- «Acoso moral: contextos, consecuencias y medidas». Marie-France Irigoyen
Informe: Proyecto Atlas. OMS
Formación continuada/ caso clínico
- Un caso de epilepsia de origen sifilítico (año 1895). A.M. de Obieta
Actualizaciones
2787
(178) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
4. NORTE en la web
Progresivamente se están incorporando los contenidos completos de la Revista
en formato electrónico (PDF) para su consulta pública y gratuita en www.ome-
aen.org/norte.htm
2788
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (179)
9. BOLETÍN INFORMATIVO
Editado trimestralmente desde enero de 2002, son ya siete los números publica-
dos de forma ininterrumpida. Se pretende que el boletín se convierta en órgano de
expresión de los socios y asimismo poder hacerles llegar puntualmente la información
más relevante
2789
(180) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
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PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (181)
Página web
Boletín Informativo
Lista de distribución
electrónica
Lista de distribución
de la Junta Directiva
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(182) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
2. DEFINICIÓN Y FUNCIONES
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Y contribuye a:
· Mejorar la calidad de las prestaciones y servicios.
· Planificar nuevas prestaciones y servicios.
· Informar a los poderes públicos sobre los cometidos propios de la especialidad
tanto en lo que se refiere a contenidos organizativos como clínico-asistenciales,
de formación y otros.
· Desarrollar el trabajo desde una perspectiva interdisciplinar.
2794
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (185)
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3. OBJETIVOS DE LA FORMACIÓN
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PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (187)
4. CONTENIDOS DE LA FORMACIÓN
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(188) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
2798
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (189)
IV. Psicoterapia
· Modelos teóricos y técnicas en Psicoterapia:
· Psicodinámico
· Conductual
· Sistémico
· Cognitivo
· Constructivista
· Integrador
· Proceso terapéutico y habilidades psicoterapéuticas.
· Niveles de intervención de la psicoterapia y otras intervenciones clíni-
cas:
·individual
·grupal
·pareja y familia
·institucional y comunitario
2799
(190) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
2800
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (191)
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(192) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
• Actividades
· Evaluación de casos en primeras consultas
*Nº de casos mínimo con Nivel de Responsabilidad* 1: 10
*Nº de casos mínimo con NR 2: 10
2802
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (193)
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(194) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
sanitarios disponibles.
Nº de intervenciones mínimo con NR 1: 6
Nº de intervenciones mínimo con NR 2: 10
· Atención domiciliaria. NR1 y NR2
· Manejo de casos de comorbilidad concomitante.
• Actividades
· Diagnóstico de los pacientes ingresados, con expresión de la gravedad, eva-
luación de la presencia de síntomas precoces de déficit, síntomas
incapacitantes, curso y pronóstico, e indicaciones de tratamiento integral,
incluyendo programas psico-educativos
2804
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (195)
2805
(196) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
• Actividades
· Identificación y diagnóstico de comorbilidad psicopatológica que interfiera
con el curso y/o el tratamiento de la patología médica, y diseño y puesta en
práctica de los pertinentes programas de tratamiento psicológico.
*Nº de casos mínimo con NR 1: 3
*Nº de casos mínimo con NR 2: 6
· Elaborar y aplicar programas de tratamiento, apoyo y consejo psicológico, a
diferentes niveles (individual, familiar, de grupo) para pacientes ingresados
por enfermedades médicas
· Elaborar y aplicar programas de tratamiento, apoyo y consejo psicológico, a
diferentes niveles (individual, familiar, de grupo) para pacientes con trastor-
nos mentales, hospitalizados por otros motivos.
*Nº de casos mínimo con NR 1: 2
*Nº de casos mínimo con NR 2: 4
· Realizar exploraciones psicológicas, elaborar los informes pertinentes y apli-
car programas de psicoprofilaxis en su caso a los pacientes a quienes se
realizan pruebas genéticas predictivas, trasplantes de órganos y otros trata-
mientos e intervenciones medico-quirúrgicos.
· Elaborar y poner en marcha programas de automanejo y psico-educativos
para pacientes con enfermedades crónicas, tratamientos de larga duración o
discapacidades asociadas a los mismos o sus consecuencias (por ej., en on-
cología, neumología, cardiología, diálisis, trasplantes, etc)
· Elaborar planes conjuntos para la atención integral de pacientes que requie-
ren el concurso de diversas especialidades sanitarias
Nº de casos mínimo con NR 1: 2
Nº de casos mínimo con NR 2: 2
2806
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (197)
2807
(198) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
• Actividades
· Evaluación, desarrollo y aplicación de programas para desarrollar y/o recupe-
rar la capacidad de manejo personal, hábitos de autocuidado y prevención de
recaídas
*Nº de casos mínimo con NR 1: 5
*Nº de casos mínimo con NR 2: 10
· Desarrollo y aplicación de programas y actividades encaminados a mejorar
las dificultades de integración social, familiar y laboral (por ej., programas
de entrenamiento en habilidades sociales y de comunicación, de afronta-
miento del estrés, etc.).
*Nº de casos mínimo con NR 1: 5
*Nº de casos mínimo con NR 2: 5
· Aplicación de técnicas específicas de intervención psicológica para reduc-
ción de déficits cognitivos, emocionales y sociales.
· Desarrollo de intervenciones específicas para la mejora de la adherencia a los
planes de tratamiento y la utilización adecuada de los recursos de apoyo
disponibles en la comunidad.
*Nº de casos mínimo con NR 1: 2
*Nº de casos mínimo con NR 2: 5
· Conocer y utilizar los dispositivos sociales y sanitarios adecuados para el
cumplimiento de los planes de rehabilitación (centros de día, unidades de
rehabilitación, comunidades terapéuticas, hospitales de día, residencias asis-
tidas, hogares protegidos, talleres ocupacionales, etc.)
*Nº de casos mínimo con NR 1: 2
*Nº de casos mínimo con NR 2: 2
· Desarrollo de procedimientos de reinserción en la comunidad, incluyendo el
aprendizaje de oficios, instrucción básica, etc.
· Establecer y fortalecer los vínculos con los recursos sociales y sanitarios de
la comunidad, incluyendo asociaciones de familiares, empresas, escuelas de
adultos, hogares del jubilado, etc.
· Desarrollo de programas de educación psico-social dirigidos a la población o
grupo al que pertenecen los pacientes (familia, ámbitos laborales, etc).
· Entrenamiento de profesionales (trabajadores sociales, educadores, terapeu-
tas ocupacionales) en habilidades y recursos básicos para el manejo de pa-
cientes crónicos
2808
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (199)
• Actividades
· Evaluación psicológica y diagnóstico psicopatológico de niños y adolescen-
tes, tanto en primeras consultas como en seguimientos
*Nº de casos mínimo con NR 1: 6
*Nº de casos mínimo con NR 2: 15
· Elaboración de informes psicológicos, de historias clínicas, y análisis y for-
mulación de casos.
· Planificación, realización y seguimiento de intervenciones psicológicas y
psicoterapias individuales y de grupo en casos de niños y adolescentes
*Nº de casos mínimo con NR 1: 6
*Nº de casos mínimo con NR 2: 10
· Entrenamiento y puesta en práctica de técnicas de consejo y asesoramiento
familiar
*Nº de casos mínimo en NR 1: 5
*Nº de casos mínimo en NR 2: 5
· Indicación de hospitalización total o parcial, altas, derivación a otros dispo-
sitivos sanitarios o sociales.
· Realización de intervenciones de apoyo, coordinación e interconsulta con
Atención Primaria y servicios hospitalarios implicados en la atención a la
infancia y adolescencia.
2809
(200) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
2810
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (201)
CURSOS
PROGRAMAS AEU
PROGRAMAS DE ALTOS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS POR INTERNET
Plazo de Matriculación hasta el 15 de enero de 2004
www.inss.es-informacion@insmb.com
SEMINARIOS
Fundación Castilla del Pino
SEMINARIOS 2004
2811
(202) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
S.E.P.Y.P.N.A.
SEMINARIOS ABIERTOS DE FORMACIÓN CONTINUADA EN PSICOPATOLOGÍA Y
PSICOTERAPIA DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE 2004
Calendario:
1. 10/01/2004: Clasificación clínica: los grandes síndromes. V
Prof.: Juan Manzano Garrido.
2. 17/01/2004: La curiosidad en la edad de latencia.
Prof.: Alberto Lasa Zulueta.
3. 14/02/2004: Historia y desarrollo de los conceptos fundamentales
de psicoterapia psicoanalítica de niños.
Prof.: Rodolfo Urribarri.
4. 06/03/2004: Los trastornos del aprendizaje.
Prof.: Juan Manzano Garrido.
5. 08/05/2004: Narcisismo y parentalidad.
Prof.: Juan Manzano Garrido.
6. 12/06/2004: La consulta terapéutica.
Prof.: Juan Manzano Garrido.
Lugar de realización: Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Aula Dr. Fernández
Cruz (entrada por puerta G, primera planta al fondo del pasillo) o Aula C (aulas
alternativas, zona Hotel de Guardia, al final del pasillo puerta G, subir escalera a
la derecha)
Horario: 9’30 a 13’30 horas.
Inscripción: Por e-mail: sepypnama@mi.madritel.es
Por teléfono: 916 829 714
Precio inscripción:
45E no socios SEPYPNA
36E socios SEPYPNA.
También puede hacerse la inscripción global. Plazas limitadas.
Las inscripciones no formalizadas con 7 días de antelación, mediante el envío del
justificante de pago a TESORERÍA SEPYPNA por correo (Pza. Noguerola, 7 – 25007
Lleida) o fax: 973 244 483, sufrirán un recargo de 6 _
Forma de pago: Transferencia bancaria:
Banco Popular Español O.P. Lleida
Cuenta nº 0075 0013 41 0601543573
Talón a favor de SEPYPNA, (Pza. Noguerola, 7 – 25007 Lleida)
2812
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (203)
Profesores:
JUAN MANZANO GARRIDO: Médico Psiquiatra. Psicoanalista (SSP). Profesor de la
Universidad de Medicina de Ginebra. Director del Servicio Médico-pedagógico de
Ginebra (Suiza). Profesor de Psiquiatría Infantil, Instituciones Psiquiátricas Uni-
versitarias de Ginebra (Suiza). Autor de numerosas publicaciones y libros relacio-
nados con psiquiatría infantil.
ALBERTO LASA ZULUETA: Médico Psiquiatra. Presidente de SEPYPNA. Instituto
de Psicoanálisis (APM). Profesor Titular de Psiquiatría en la Universidad del País
Vasco. Jefe de la Unidad de Psiquiatría Infanto-juvenil de la Comarca Uribe-
Costa. Servicio Vasco de Salud. Autor de numerosas publicaciones sobre salud
mental infanto-juvenil.
RODOLFO URRIBARRI: Psicólogo. Psicoanalista (APA). Prof. Titular Cátedra II
Psicología Evolutiva de la Adolescencia en la Universidad de Buenos Aires (Ar-
gentina). Autor de numerosas publicaciones relacionadas con la salud mental
infanto-juvenil.
2813
(204) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
2814
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (205)
1. Los trabajos deberán ser inéditos, mecanografiados a doble espacio en panel de tamaño folio
o DIN A-4, que se considerará, en cualquier caso, como el original. Se enviarán cuatro copias
de éste a la Redacción.
2. La primera página debe incluir el título y un brevísimo resumen de 20 palabras acompañado de
tres a cinco palabras clave para índices: todo ello, en castellano e inglés.
3. En página final, se incluirán: 1) Nombre y apellidos, profesión y lugar de trabajo de cada autor.
2) Nombre de los departamentos e instituciones a los que debe atribuirse el trabajo. 3) Renun-
cias, si existen. 4) Nombre y dirección del autor al que debe dirigirse la correspondencia sobre
el manuscrito.
4. Cuando sea posible, el texto se adaptará a los apartados clásicos de Introducción (con explica-
ción de los objetivos del artículo), Métodos, Resultados y Discusión.
5. La bibliografía se identificará en el texto mediante número arábigos (entre paréntesis) y las
citas se numerarán consecutivamente por el orden en que se citen por primera vez en el texto
y se reunirán en páginas separadas al final del manuscrito. En el caso de los libros se especi-
ficará por este orden: autor, título (subrayado o en cursiva), lugar de la edición, editorial y
año. En el caso de las revistas, por este orden: autor, título del artículo (entrecomillado),
título de la revista (subrayado o en cursiva), año, volumen, número y páginas. Cada una de las
especificaciones, en ambos casos, tiene que ir entre comas*.
6. Si apareciesen dos o tres autores, se escribirían separados mediante punto y coma. Si hubiese
más de tres, sólo se escribiría el primero, seguido de: y otros.
7. Las tablas se mecanografiarán en hoja distinta para cada una, a doble espacio, irán numeradas
consecutivamente y las abreviaturas empleadas irán explicadas a pie de página.
8. En caso de presentar, además, los originales en soporte informático, se ruega usar con prefe-
rencia Word 97, o posteriores (indicándose en el disco la versión empleada).
En este caso, tecléese el texto con la máxima austeridad: a) no emplear nunca negritas (sólo
se admiten redondas o cursivas), ni tipos de letra de distinto tamaño; b) no dividir nunca las
palabras con guión, al final de línea; y no dejar líneas en blanco; c) no imitar formatos de
edición (doble columnas, centrados, sangrados, distintos al usado tras un punto y aparte). Por
otro lado, las notas deberán ir siempre al final del texto.
*Ejemplos: Morris, T.E.; Alonso, M., What is identity?. Nueva York, Columbia University, 1979.
Morris, T.E., «Trastornos de identidad», Rev. Esp. Psq., 1979, XL, pp. 194-206
2815
(206) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN
PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN (207)
SOLICITUD DE INGRESO EN LA
ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRÍA
(Y en la Asociación integrada en la A.E.N. de la Autonomía correspondiente)
D. .....................................................................................................................................................................................................
profesional de la Salud Mental, con título de .........................................................................................................................
que desempeña en (Centro de trabajo) ...................................................................................................................................
y con domicilio en .......................................................................................................................................................................
Población ................................................................................ D.P. ..................................... Provincia .....................................
Teléfono: .......................................................................................
SOLICITA:
Su ingreso en la Asociación Española de Neuropsiquiatría y en la Asociación integrada en la A.E.N. de la
Autonomía correspondiente, para lo cual es propuesto por los Miembros:
D. .....................................................................................................................................................................................................
D. .....................................................................................................................................................................................................
(Firma de los dos miembros)
Firma:
Fecha:........................../ ........................../..........................
Esta solicitud deberá ser aprobada por la Junta de Gobierno y ratificada en la Junta General de la Asociación.
La suscripción de la Revista está incluida en la cuota de Asociado.
Nombre: .......................................................................................................................................................................................
Dirección: .......................................................................................................................................................................................
BANCO/CAJA DE AHORROS ..............................................................................................................................................
Sucursal: .......................................................................................................................................................................................
Cuenta n.º: .......................................................................................................................................................................................
Población: .......................................................................................................................................................................................
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(208) PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN