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producto de la corrupción
Otaiza, quien hoy ocupa la Dirección del Sistema Nacional de Contrataciones (SNC) -ente
adscrito al Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio (MILCO), encargado de velar por el
cumplimiento de las normas anticorrupción- admitió sin tapujos que en estos últimos siete años
muchas personas se han enriquecido y hecho negocios lucrativos usando la boina de los
bolivarianos.
“Algunos son de la ultraderecha, yo los llamo ‘La Internacional del Machete’, unos son militares
y otros son malandros camaradas que andan haciendo tremendo negocio en nombre de la
revolución”, dijo Otaiza, quien acudió a la Asamblea para anunciar que fue comisionado por el
presidente Chávez para iniciar la caza de los nuevos-ricos-chavistas y declarar la
guerra sin cuartel a la corrupción.
El ex hombre fuerte de la Disip advirtió también que hay intereses en manipular la reforma a la
Ley de Licitaciones para relajar los procedimientos de control y hacerle la vida más fácil a la
corrupción. Al mismo tiempo señaló la existencia de “un grupito de gente que se ha hecho
millonaria en este proceso revolucionario, andan con empresitas y ahora están
interesados en controlar también la Ley Antimonopolio”.
La investigación reveló que de mil 182 dependencias públicas registradas en 2004 en el SNC,
sólo 179 cumplieron con la obligación prevista en el artículo 28 de la Ley de Licitaciones de
remitir al final de cada trimestre un sumario de las contrataciones realizadas e identificar “su
tipo, fundamento legal, objeto, nombre de las empresas participantes, total de oferentes,
procedimiento de adjudicataria y monto del contrato”.
El estudio reflejó, además, que entre los entes que presentaron la información requerida por
ley, 95% de los contratos reportados correspondió a adjudicación directa, mientras que sólo
2,3% se asignó por licitación selectiva y 2,3%, por licitación general. Así, las cifras indican que
casi la totalidad de las contrataciones registradas del sector público durante 2004 se efectuaron
mediante las excepciones legales que permiten obviar los procedimientos de licitación.
Según Otaiza, durante 2005 la situación no fue sustancialmente distinta y en lo que va de 2006,
casi 100% de los municipios, la mitad de los ministerios y dos tercios de las gobernaciones
siguen violando la ley. De 337 municipios, sólo seis cumplieron la obligación prevista en el
artículo 24 de la Ley de Licitaciones, de reportar las contrataciones efectuadas al término del
primer trimestre. De los 29 ministerios, sólo 15 han honrado dicha disposición y de las 23
gobernaciones apenas siete lo han hecho.
La Asamblea no ayuda
Por lo que respecta al Parlamento, si la investigación pública y abierta del Central Azucarero
Ezequiel Zamora (Caaez) transmitió la ilusión de un compromiso decidido para luchar contra la
corrupción, la culminación entre gallos y medianoche del informe Fogade (que declaró la
responsabilidad política del ex presidente de la institución Jesús Caldera Infante y ocho ex
funcionarios más) derribó cualquier certeza al respecto y dejó en evidencia el precario avance
que aqueja al resto de los casos e investigaciones que reposan en la Comisión de Contraloría
de la Asamblea Nacional.
Además la policía de Zulia incautó en noviembre del año pasado nueve toneladas de carne
argentina en estado de descomposición empacada y lista para su distribución con el sello de
Mercal. Poco después, en enero, fue destituido el coordinador del programa en Bolívar, Jaime
Gutiérrez, luego de reiteradas denuncias de acaparamiento y, en febrero un empleado de
Mercal fue suspendido y dos cómplices carniceros por el robo de 10 toneladas de pollo y carne
en Táchira.
En Carabobo, también fue destituido el coordinador regional del programa y se inició en abril
una auditoria para determinar el tamaño de la corrupción. Sin embargo, no fue sino hasta
marzo de 2006 cuando el diputado José Ernesto Rodríguez denunció el acaparamiento y
desvío de productos alimenticios en su estado (Portuguesa) que la AN decidió iniciar una
averiguación.
Al diputado Porfirio Hernández se le negó en una oportunidad la información acerca del número
de mercales que existen en la actualidad. La directora de Desarrollo Social del programa,
Nancy Jiménez, se comprometió a darle la información pero todavía no le ha cumplido. No
obstante, el presidente de la entidad, Félix Osorio, concedió el pasado miércoles esos datos a
la prensa.
Fondafa en el olvido
Aunque el caso Mercal no ha ameritado hasta ahora para la Asamblea una investigación formal
y permanece en la sombra, los hechos de corrupción en el Fondo de Desarrollo Agrícola,
Forestal y Agropecuario (Fondafa) no han corrido mejor suerte y se mantienen en la más
recóndita penumbra.
Sólo en Zaraza se produjo un desfalco de 44 mil millones de bolívares que fueron otorgados a
cuatro cooperativas fantasmas. La propia jefa de la oficina local del Ministerio de Agricultura y
Tierras, Sonia Ramírez, reconoció que personas de la zona vendían la copia de su cédula por
cinco millones de bolívares para que otros la utilizaran en la solicitud de
créditos.
Todas o al menos buena parte de las irregularidades se derivan de las empresas de asistencia
técnica al productor (EAP), figura implementada por Fondafa para delegar en terceros la
evaluación técnica de los solicitantes y la adjudicación de los empréstitos. En la Comisión de
Contraloría de la AN reposa un informe de la Gerencia de Supervisión Crediticia del
organismo, elaborado en septiembre de 2005, en el cual se documentan varias de las
irregularidades cometidas por las EAP.
Sobre una muestra de 870 financiamientos, que permitió evaluar el desempeño de 29 EAP, se
detectó que una sola empresa otorgó 206 empréstitos por un monto de 12 mil 200 millones.
Todos estos créditos fueron avalados por la oficina central de Caracas y concluyeron con la
aprobación de los desembolsos, pese a que la evaluación posterior determinó que las
solicitudes eran inviables. Incluso, la directora y el tesorero de la referida EAP figuran como
beneficiarios de créditos.
Ante la gravedad de las denuncias de la comunidad, Rodríguez logró que en julio de 2004 el
entonces presidente de Fondur, José Vicente Rodríguez, enviara a Portuguesa al jefe nacional
de adjudicaciones de la entidad, Elier Maldonado, junto a un equipo de abogados.
Para sorpresa del parlamentario, los integrantes de la comisión fueron identificados por los
mismos afectados como cómplices de los estafadores que pedían dinero a cambio de las
adjudicaciones. Y pese a que en dicha jornada se presentaron más de 200 denuncias, ninguna
de ellas llegó a la sede de Fondur en Caracas.
Luego, el diputado Rodríguez envió una carta al entonces ministro de Infraestructura, Diosdado
Cabello, planteándole la situación, pero la misiva nunca fue contestada. A través de su
asistente solicitó una audiencia que tampoco le fue concedida. Elier Maldonado, por su parte,
fue denunciado y acusado de pedir dinero para agilizar trámites por Anabel
Sayín Rodríguez, la líder de una organización civil de vivienda (OCV) en quien Fondur delegó
la elaboración de censos y la adjudicación de casas.
En marzo de este año cuando Rodríguez intentó reanudar el caso, coincidió en Portuguesa con
el actual presidente de Fondur, Julio Portales, quien lo primero que le dijo al parlamentario fue:
“Vamos a negociar”.
Desde la Asamblea, sin embargo, las acciones brillan por su ausencia. Ante el letargo de la
investigación, el presidente de la subcomisión a cargo del caso, Julio Moreno, señala que la
próxima diligencia será la interpelación de dos contratistas a quienes se acusa por la mala
calidad de dos desarrollos habitacionales ejecutados en Trujillo. Sólo después que se
agoten estas actividades se pensará en llamar al presidente de Fondur.
De allí que se mantenga intacta y sin esperanzas de resolución la lista de 433 casos de
corrupción que presentó Pedro Carreño cuando la comisión que preside navegaba aún sobre la
ola de popularidad del Caaez.
Un saludo a la bandera
Menos del 0,02% de las declaraciones de patrimonio presentadas por los funcionarios de la
administración pública durante el año 2004 fueron sometidas a verificación rigurosa de su
contenido por parte de la Contraloría General de la República (CGR), de acuerdo al informe
anual de la propia institución.
Tal cifra representa 0,02% del total y su revisión fue producto de solicitudes planteadas por
fiscales, indicó Alguindigue. El estudio también reflejó que en el 65% de los casos evaluados
por la Contraloría no se presentó las debidas declaraciones de patrimonio. Además
se constató que pese a prohibiciones legales expresas, el TSJ, el MRE, la Defensoría del
Pueblo, la Procuraduría General y la Presidencia de la República, entre otros entes, cancelaron
prestaciones sociales a funcionarios que pasaron a retiro sin presentar sus declaraciones de
bienes.