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I. ANIMACIÓN
1. OBJETIVOS PRIORITARIOS
Los acentos en la misión para este trienio los organizamos en torno a estos dos polos:
1.1. La atención a los últimos
Sabemos que la sensibilidad por el sufrimiento de los últimos, la presencia activa a su lado, la defensa
neta de su dignidad y las iniciativas para responder a sus necesidades constituyen puntos centrales del
Evangelio y de la misión de la Iglesia (al igual que el anuncio de la Palabra, la celebración litúrgica y
la vida de comunión).
Es ahora el XXXIII Capítulo General, celebrado en julio de 2.000, quien nos hace converger en el
desafío de la pobreza en el mundo, como el tema central de nuestra fidelidad al Señor.
Esta es la ordenanza primera del Capítulo General:
“Desde el Corazón de Dios y fieles al carisma de Andrés Coindre, los Hermanos del Sagrado Corazón
aceptan el desafío del grito de los niños y jóvenes pobres y sin esperanza como fuente de inspiración
para la vida y misión del Instituto. Responden a este desafío integrándolo en su proyecto de vida
personal, en su proyecto apostólico comunitario y en las orientaciones y decisiones de la Provincia”.
Por ello creemos que esta es la llamada que recibimos todos los integrantes de la Provincia (hermanos
y colaboradores) para comprometernos en firme con nuestra vida.
1.2. Construir la comunidad educativa corazonista
Sabemos por el Evangelio y la Regla de Vida que Dios es Amor, luego sólo amando nos encontramos
con El y entre nosotros.
Construir comunidad educativa corazonista significa:
- Salir de nosotros mismos y estar abiertos a los demás, con espíritu de servicio, a través de la
educación cristiana como misión evangelizadora en la que nos sentimos comprometidos.
- Ser signos de esperanza para quien nos ve, es decir, mostrar en medio de nuestra cultura un
conjunto de verdad alternativo. Y esto sólo lo podemos realizar viviendo como comunidad, a
través de nuestras relaciones fraternas, basadas en la fe.
- Manifestar el sentido que tiene la vida, en general, a través de la trasparencia de nuestras vidas;
entender y aceptar que lleva a algún sitio, aunque muchas veces no lo parezca.
- Provocar nuestra pregunta sobre el “más allá” desde el modelo de cultura que vivimos y
ofrecemos.
RdV 157: “La educación cristiana difícilmente puede llevarse a cabo sin el testimonio de la comunidad
educativa fundada en estrechas relaciones entre los docentes, los padres, los alumnos y la población
local”.
Es en el ámbito de las relaciones personales donde nos jugamos lo esencial de la vida, porque
podemos afirmar que “somos” en la medida que participamos en los demás, es decir, vivir es
“pertenecer” (pertenecer a una familia, al grupo de amigos, a un pueblo, a un club, a una empresa, a
una institución, a la Iglesia,… al Instituto de Hermanos del Sagrado Corazón).
2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
2.1. La comunidad religiosa
Desde la vida religiosa apostólica, iluminados por los objetivos mencionados hacemos hincapié en los
siguientes aspectos:
a) Comunidades viables para la misión, lo cual requiere:
Hermanos con sentido de misión, es decir, ilusionados por vivir su vocación, penetrados por la
experiencia de Dios, comprometidos con un proyecto personal desde el que se equilibra la
propia existencia personal. Desde aquí podemos hablar de un “horario personal” del que cada
uno es responsable ante el Señor.
Hermanos que se toman en serio el proyecto apostólico comunitario; que cultivan unas
relaciones interpersonales de respeto, aprecio mutuo y comunicación sincera; que asumen la
animación de la Comunidad en colaboración con su Superior; que participan asiduamente en la
oración comunitaria. Desde aquí podemos hablar de un “horario comunitario” del que cada
uno también es responsable de vivirlo ante sus hermanos de comunidad.
Hermanos que se entregan con verdadero celo apostólico a la obra educativa que tutelan,
sintiéndose portadores de una misión eclesial que realizar. Desde aquí podemos hablar de un
“horario apostólico” al que también respondemos como verdaderos profesionales, encarnados
en el mundo de la educación.
Hermanos que disciernen en comunidad sus presencias, actividades y responsabilidades para
encontrar juntos el necesario equilibrio entre las tres dimensiones que configuran nuestra vida:
personal, comunitaria y apostólica.
b) Comunidades abiertas y acogedoras, lo cual se manifiesta:
En primer lugar en la aceptación de cada uno de los miembros de la comunidad religiosa,
valorando a cada cual en su aporte específico, ayudándonos en nuestra fidelidad, cultivando un
verdadero espíritu de familia.
Desde nuestra sencillez de vida siendo acogedores con las visitas, bien sean de alumnos,
padres, profesores o colaboradores,… ; revisando los accesos a la comunidad y mejorándolos
si es necesario.
Siendo capaces de compartir momentos de oración, de formación o de entretenimiento con las
personas que deseen conocernos un poco más a fondo, especialmente jóvenes con inquietud
vocacional.
Participando activamente con distintos representantes de la comunidad en el ámbito eclesial y
social de nuestro entorno, en el que debemos estar presentes.
c) Comunidades que redescubren su identidad desde la atención a los últimos, que se plasma:
En primer lugar en la austeridad personal de nuestras vidas y se refleja en nuestro estilo
comunitario.
En el cuidado de los bienes personales y de la comunidad que están a nuestra disposición.
Dedicándonos a nuestras tareas con entrega. El trabajo siempre ha sido la mejor manifestación
de nuestra pobreza.
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Viviendo la espiritualidad de la compasión, es decir, contemplando el Corazón traspasado de
Jesús dirigimos una mirada positiva e incondicional hacia los más necesitados,
retroalimentando constantemente nuestra oración y acción.
Haciéndonos presentes desde la pedagogía de la confianza en los lugares más significativos de
misión: la clase, los procesos de iniciación cristiana y su seguimiento, la atención al fracaso
escolar, los puestos de coordinación y gobierno, los lugares de relación informal con los niños
y jóvenes (patio, actividades extraescolares, fines de semana,…).
A modo de inspiración: “Es verdad que los tiempos son recios. Pero es igualmente cierto que el
Espíritu de Jesús está entre nosotros. Entre la comunidad que tenemos y la comunidad que queremos
está la comunidad que con El podemos construir”.
2.2. Formación para la misión compartida
La comunidad educativa corazonista se siente evangelizadora si sus miembros trabajan con sentido de
misión intentando llevar adelante el proyecto educativo del centro, educando para la justicia y la
solidaridad, poniendo a los niños y jóvenes “pobres y sin esperanza” en el centro de su acción
educativa. Ahora bien, para caminar en la línea de la corresponsabilidad, es necesario cultivar
relaciones interpersonales entre los miembros de la comunidad educativa que permitan crecer como
tal y poder aspirar a vivir según el talante de una comunidad educativa corazonista. Los hermanos son
los primeros formadores a través de su testimonio y de su implicación en los distintos foros colegiales.
Para ello:
a) Elaborar un plan provincial de formación del profesorado (y otros colaboradores)
- Tras la experiencia de las semanas de formación del profesorado (y otros colaboradores) en
el verano durante los últimos cuatro años, es necesario dar un salto cualitativo, en el sentido
de implicar a todo el profesorado y poder hacer un seguimiento durante el año a cada
claustro de profesores. Una formación por un lado de acercamiento a los fines de la
institución corazonista y por otro más pedagógica, en consonancia con los tiempos actuales.
Siempre con un estilo metodológico bien preparado, participativo y dinámico.
- Nota: Entendemos que son colaboradores de los hermanos en la misión, los profesores,
padres de familia, agentes de pastoral educativa, personal de administración y servicios,
monitores de deporte y tiempo libre o de cualquier otra actividad educativa. Aunque
fundamentalmente pensamos en los profesores en este plan de formación, todos los demás
colaboradores, quedan incluidos en el mismo, en la medida de lo posible.
- Un plan de formación, que según el Capítulo general último, debe despertar y favorecer en la
comunidad educativa el compromiso por la promoción de la justicia, la solidaridad y la paz;
según la doctrina social de la Iglesia. Una formación basada en la pedagogía de la confianza,
en la espiritualidad de la compasión y cualquier otro aspecto que favorezca un compromiso
adoptado para con los niños y jóvenes pobres y sin esperanza.
- Integrar en este plan de formación del profesorado el trabajo y dedicación de la Comisión
Permanente del Centenario que va preparando con distintas iniciativas esta celebración para
el curso 20022003.
- La Comisión de Educación junto con la Comisión Permanente del Centenario se encargan de
la elaboración y puesta en marcha de este plan de formación del profesorado.
b) Elaborar un plan provincial de reestructuración de la función directiva
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Dado que, seguimos funcionando con un hermano como Director titular y académico del
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Centro, vemos necesario reorganizar las funciones directivas en vistas a una mayor
delegación de competencias hacia los coordinadores de las distintas Etapas educativas.
- Además vemos oportuno potenciar un buen servicio de Administración y de Secretaría para
que en la debida dependencia a la Dirección suponga una verdadera descarga de actividades
y un apoyo en el buen funcionamiento del Centro.
- Por otro lado, es necesario ofrecer una adecuada preparación a determinados profesores para
poder ejercer la función directiva en el futuro. Siempre con un estilo de dirección en equipo
que asume las funciones de animación y de organización de la obra educativa, según el
Carácter Propio de nuestros Colegios.
- Incluir dentro del plan la Jornada de formación con los Equipos Directivos que anualmente
se realiza en Haro, un sábado del mes de noviembre.
- La Comisión de Educación se encarga de la elaboración y puesta en marcha de este plan de
reestructuración de la función directiva.
c) Replanteamiento de las reuniones intercolegiales de Departamentos Didácticos.
- Los departamentos de Inglés, Informática y Tecnología quedan en suspenso mientras no
tengan unas orientaciones más claras: ¿cómo se constituyen? ¿con qué finalidades? ¿cómo se
organizan?
- El Departamento intercolegial de Orientación pudiera asumir las siguientes orientaciones
provinciales:
- ¿Qué significa educar en nuestros Colegios queriendo estar centrados en los últimos?
- Promover el buen funcionamiento de los Departamentos de profesores en el Colegio.
- Animar y coordinar el buen funcionamiento de las tutorías en el Colegio.
- El Departamento intercolegial de Infantil si no recibe nuevas orientaciones provinciales en
breve agotará su camino de mutuo conocimiento en personas, técnicas pedagógicas y
recursos.
2.3. La pastoral educativa y vocacional
A través de la educación buscamos el desarrollo integral de la persona, y una de esas dimensiones es
la fe, que en definitiva orienta todo el proceso educativo. Es por ello que el departamento de pastoral
es como el corazón de la institución colegial porque desde ahí se alimenta evangélicamente al resto del
organismo.
Creemos que la pastoral educativa de nuestros Colegios debe caracterizarse por:
Un proyecto de pastoral integrado en el proyecto educativo del Centro.
Un proceso catecumenal de grupos cristianos de itinerario completo, es decir, donde se les
acompaña desde que se inician en la fe hasta su posible maduración como comunidad cristiana
eclesial.
Una pastoral que promueve el compromiso personal y social, es decir, que pretende animar el
proyecto educativo de tal forma que la educación para la justicia y la solidaridad de nuestros
alumnos sea real. Por ello la oportunidad de iniciativas como colaborar en proyectos de
desarrollo del tercer mundo, compromisos de voluntariado,…
Una pastoral que sensible a los signos de los tiempos actúa de fermento en la atención a los
últimos, en la educación multicultural, en el ecumenismo, en la lucha por la paz, en la
participación ciudadana,…
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Por ello:
a) La comunidad religiosa se hace presente y cercana al departamento de pastoral, dinamizando el
proceso de conversión de toda la comunidad educativa en comunidad cristiana corazonista.
b) El departamento de pastoral de cada Colegio debe contar con el personal necesario para su buen
funcionamiento. Es necesaria la formación y dedicación de hermanos y colaboradores en esta
dirección. Que cada hermano tenga encomendado y asumido algún tipo de animación pastoral en
el Centro.
c) Procurar una coordinación provincial de la pastoral que sirva de apoyo a cada uno de los
Centros:
Potenciar la creación de la figura del delegado provincial de pastoral que se dedique a tiempo
completo a esta labor.
La Junta de coordinadores de pastoral debe velar para que la pastoral de cada Colegio
corresponda lo mejor posible a los Criterios básicos de pastoral de la Provincia.
La comisión provincial de antiguos alumnos de grupos cristianos debe iniciar su andadura,
coordinar sus actividades comunes y ayudar a que la Provincia dé los pasos necesarios para la
iniciación del movimiento seglar corazonista.
d) Redescubrir la pastoral vocacional como verdadero servicio a nuestros alumnos en búsqueda de
su vocación humana y cristiana. Es un tema que lo tenemos relegado, tal vez por prejuicios de
épocas anteriores, pero no podemos quedarnos en el acompañamiento de los grupos cristianos,
donde el tema vocacional queda muy difuso. Por ello proponemos dinamizar:
La semana vocacional en nuestros Colegios como anuncio explícito para aquellos que lo
deseen. Desde aquí el compromiso en el seguimiento de los interesados en un itinerario que
supone seguir en los grupos de compromiso cristiano del Centro más el suplemento del camino
propio vocacional.
La dedicación de un hermano que a nivel provincial se dedique a animar y acompañar este
itinerario. Podría ser en un principio el coordinador provincial de la pastoral educativa.
Cada Comunidad religiosa se compromete como comunidad abierta y acogedora a abrir sus
puertas para que les conozcan mejor jóvenes con inquietud vocacional.
2.4. Centenario de la Provincia
En el curso 20022003 celebramos el centenario de la Provincia de los hermanos en España. Para
preparar debidamente esta conmemoración está funcionando desde la Administración provincial
anterior una comisión al respecto. Es un hecho que este tema compete a toda la Provincia y por tanto
debe ser coordinado también por el Consejo provincial e inserto en los medios de animación
habituales de la institución. Por ello vemos necesario una reunión trimestral conjunta de la comisión
permanente con el Consejo provincial, o al menos de uno de sus representantes con el Consejo
provincial.
Aprovechando las visitas del delegado de educación a los claustros de profesores se hará
presente algún miembro de la comisión para tratar algún tema de pertenencia a la institución
corazonista.