Atención Primaria.

Vol. 13. Núm. 1. Enero 1994 M.A. Benítez et al.– Evaluación geriátrica exhaustiva en atención primaria: valoración de su utilidad

ORIGINALES

Evaluación geriátrica exhaustiva en atención

primaria: valoración de su utilidad
M. A. Benítez Rosario, P. Hernández Estévez y J. Barreto Méndez
Consultorio Periférico de Punta del Hidalgo. Centro de Salud Tejina Tegueste. Sta. Cruz de Tenerife

Objetivo. Describir los resultados preliminares de la evaluación de la aplicación de un Introducción

protocolo de evaluación geriátrica exhaustiva en atención primaria.
Diseño. Estudio descriptivo, de corte transversal, sobre una muestra no aleatoria. Es frecuente entre la sociedad y los
Emplazamiento. Atención primaria, consultorio periférico que asiste a una población
suburbana. profesionales sanitarios la imagen
Pacientes u otros participantes. Sujetos de 70 años o más que solicitaron asistencia de la edad avanzada como una eta-
sanitaria en el consultorio. Se incluyeron en el protocolo 131 pacientes, que fueron todos pa de la vida de dependencia y ais-
los consultantes entre febrero y diciembre de 1992. lamiento social1,2. Esta visión pesi-
Mediciones y resultados principales. Se aplicó la evaluación geriátrica exhaustiva como un mista de la ancianidad, contrapues-
instrumento para diagnosticar problemas de salud encubiertos. El instrumento consta de ta con una visión más realista de
clasificación funcional (escalas de Katz y de Lawton-Brody), detección de factores de
riesgo de institucionalización y una evaluación clínica exhaustiva (biomédica, psicológica que los problemas de salud de la po-
y sociofamiliar). La rentabilidad diagnóstica del protocolo es de 2,4 + 0,21 diagnósticos blación anciana no son siempre in-
nuevos por paciente, en el 98% en que se realizó el protocolo diagnóstico completo validantes y que el anciano puede
(62,6% de los pacientes incluidos). Se detectaron problemas de hipoacusia (33,3%), gozar de un alto grado de calidad de
olvidos seniles (41,6%) e incontinencia urinaria (26,2%) de forma significativa (p < 0,05) vida, no debería ser un obstáculo
respecto a la morbilidad diagnosticada previamente. El 74% y 41,9% de los pacientes
fueron independientes en la escala de Katz y de Lawton-Brody, respectivamente. El 55,7%
para la realización de estudios so-
de los pacientes presentó al menos un factor de riesgo de institucionalización; la soledad bre intervenciones que restablezcan
fue el más frecuente (35,8% de los casos). y mantengan la función de las per-
Conclusiones. La evaluación geriátrica exhaustiva es válida en la atención primaria para sonas de edad avanzada 3 . Por el
la asistencia a la población anciana; permite detectar problemas funcionales y contrario, es necesario readaptar
biopsicosociales encubiertos. los objetivos tradicionales de la
Palabras clave: Atención primaria; Estudios transversales; Medicina preventiva asistencia sanitaria actual (preven-
ción y control del proceso de enfer-
medad), ampliándolos con la pre-
EXHAUSTIVE EVALUATION OF GERIATRIC SERVICES IN PRIMARY CARE: vención de la invalidez y el aisla-
AN ASSESSMENT OF THEIR USEFULNESS miento social2,3.
El motivo de demanda asistencial
Objective. To describe the preliminary results from evaluating the application of an
Exhaustive Geriatric Evaluation procedure within Primary Care.
(morbilidad sentida4), generalmente,
Design. A descriptive crossover study of a non-random sample. no representa en el anciano todos
Setting. This was carried out in Primary Care at an out-station clinic serving a suburban sus déficit. Es común que el anciano
population. y sus familiares resten importancia
Patients and other participants. Those people aged 70 and over who requested health-care a diversas pérdidas de función bajo
al the clinic. All the 131 people who attended between February and December 1992 were la creencia de que es una situación
included in the procedure.
Measurements and main results. The Exhaustive Geriatric Evaluation was applied as an producto de la edad1,2,5. Ello dificulta
instrument to diagnose hidden health problems. The instrument is composed of functional la detección precoz de incapacidades
classification (Katz and Lawton-Brody scales), detection of risk factors which might lead to y de distintos problemas de salud so-
institutionalisation and an exhaustive clinical assessment (biomedical, psychological and bre los que se podría actuar para
socio-family). The diagnostic usefulness of the procedure is 2.4 ± 0.21 new diagnoses per evitar el desarrollo de un deterioro
patient, for 98% of those to whom the complete new procedure was applied (62.6% of the
patients included). Problems of hypoacusia (33.3%), senile memory lapses (41.6%) and
mayor1,5,8. La evaluación geriátrica
urinary incontinence (26.2%) were found to a significant degree (p < 0.05) compared with exhaustiva (EGE) es un proceso
the previously diagnosed morbidily. On the Katz and Lawton Brody scales, 74% and 41.9% diagnóstico multidimensional desti-
of patients, respectively, were independent. 55.7% of patients presented at least one risk nado a detectar y cuantificar las in-
factor leading to institutionalisation, wilh loneliness being the most common (35.8% of capacidades y los problemas médi-
cases). cos, psicológicos y sociofamiliares de
Conclusions. The Exhaustive Geriatric Evaluation is valid in Primary Care in looking
after the elderly population, as it leads to the detection of functional and hidden los ancianos, con el objetivo de desa-
bio-psychosocial problems. rrollar un plan de intervención para
el tratamiento y seguimiento de los
viejos1,6,9. Su fin último es ofertar la
mejor calidad de vida posible a la po-
Dirección para la correspondencia: blación de edad avanzada. La EGE
Miguel Angel Benítez del Rosario. Apdo. Correos 10521. Sta. Cruz de Tenerife. es considerada como la nueva tecno-
Manuscrito aceptado para su publicación el 1 -lX-93 logía de la geriatría y su utilidad ha
8 20
Atención Primaria.
Vol. 13. Núm. 1. Enero 1994 M.A. Benítez et al.– Evaluación geriátrica exhaustiva en atención primaria: valoración de su utilidad

sido puesta de manifiesto por distin-
tos autores6,9,11-13.
El presente trabajo muestra los re-
sultados preliminares obtenidos tras
la aplicación de un protocolo de eva-
luación de la población anciana, utili-
zando los instrumentos de la EGE, en
un consultorio de atención primaria.
Material y métodos
El presente trabajo, descriptivo, de corte
transversal, ha sido realizado sobre una
muestra no aleatoria de ancianos en un
consultorio de atención primaria.
El consultorio asiste a una población de
características suburbanas de 1.445 ha-
bitantes mayores de 14 años, con una po-
blación con 70 años o más de 216 perso-
nas. El personal sanitario adscrito al con-
sultorio es un médico, un enfermero y un
administrativo. En el momento de reali-
zarse el protocolo las actividades médicas
estaban apoyadas por un residente de
tercer año de medicina familiar y comu-
nitaria.
El protocolo de EGE fue iniciado en fe-
brero de 1992 y continúa en la actuali-
dad. Las actividades realizadas en el pro-
tocolo se muestran en la tabla 1. La apli-
cación del protocolo ha sido:
1. Población diana: todos los pacientes de
edad igual o mayor de 70 años que solicita-
ron asistencia en el consultorio. No se apli-
có criterio de exclusión alguno.
2. Captación-inclusión de la población
diana en el protocolo. Se realizó en la
consulta de demanda médica y progra-
mada de enfermería (pacientes citados
para control de patología crónica, diabe-
tes e hipertensión). Inicialmente se esta-
bleció una fase piloto de 3 meses de dura-
ción en la que los pacientes fueron capta-
dos exclusivamente en la consulta de
demanda de medicina. Todo paciente
captado fue incluido. Las historias y fi-
chas de los pacientes incluidos fueron
marcadas con un código determinado pa-
ra la identificación posterior.
3. El plan de actividades desarrollado fue
el siguiente:
a) Despistaje funcional, realizado en la
consulta a demanda del médico en el mo-
mento de inclusión en el protocolo, en la
consulta programada de enfermería en
el momento de inclusión o en consulta
programada de enfermería tras remisión
por el médico. El despistaje funcional se
realizó mediante interrogatorio al pa-
ciente de los ítems contemplados en las
escalas de Katz y de Lawton y Brody 6,14
(tabla 1).
b) Detección de factores de riesgo de insti-
tucionalización (FRI), realizado con igual
procedimiento y de forma conjunta que el
despistaje funcional. Se realizó por encues-
ta al paciente sobre la presencia de sole-
dad, pérdida reciente de la pareja (en un
tiempo inferior a 1 año), problemas econó-
micos, ausencia de familiares cercanos y al-
ta hospitalaria reciente. Posteriormente, y
tras la valoración de la historia clínica,
también fueron consignados como FRI la
presencia de pluripatología (más de dos en-
fermedades crónicas: diabetes mellitus, hi-
pertensión arterial, osteoartritis, cardiopa-
tía isquémica, limitación crónica al flujo aé-
reo, insuficiencia cardíaca, ictus con déficit
de motilidad residual), demencia, inconti-
nencia urinaria moderada o grave y depre-
sión10.
c) Evaluación clínica exhaustiva, realizada
en consulta programada por el médico (ta-
bla 1). Cuando la historia clínica lo sugirió
se realizó el MiniMental test de Lobo y la
escala de depresión de Yesavage para apo-
yar el diagnóstico de demencia o depre-
sión6,15. El cronograma de actividades fue:
captación e inclusión en el protocolo; clasifi-
cación funcional y detección de FRI; cita-
ción en consulta médica programada; eva-
luación clínica exhaustiva en consulta mé-
dica programada.
La evaluación de la EGE se realizó me-
diante la revisión de las historias clínicas
de todos los pacientes incluidos en el pro-
tocolo en el período comprendido entre fe-
brero y diciembre de 1992. La revisión de
las historias clínicas fue realizada por
uno de los autores, de forma que éste
evaluó la actividad desarrollada por todo
el equipo. La ausencia de registro en la
historia clínica de al menos 3 consultas
médicas previas a la inclusión del pacien-
te en el protocolo fue el único criterio
aplicado para excluir de la evaluación
una historia clínica. Con ello se trató de
evitar el factor de confusión que pudiera
introducir la ausencia de diagnósticos
previos a la aplicación del protocolo por
un déficit de demanda de asistencia del
paciente.
TABLA 1. Actividades de la evaluación geriátrica exhaustiva
Clasificación funcional
Escala de las actividades básicas de la vida diaria (indice de Katz)
Escala de las actividades instrumentales de la vida diaria (escala de Lawton y Brody)
Despistaje de factores de riesgo de institucionalización
Evaluación clínica exhaustiva
Datos biológicos o biomédicos
Datos psicológicos
Datos sociofamiliares
Demanda principal: problema percibido y expresado por el paciente
como el más importante de todos los motivos de demanda.
Los parámetros utilizados para valorar
la utilidad de la EGE fueron:
1. Grado de Implantación del protocolo.
Con este apartado se evaluó la dificultad
de aplicación del protocolo. Valora los
pacientes incluidos en el protocolo, pa-
cientes con EGE (aquellos en los que se
han realizado todas las actividades del
protocolo) y profesional que realiza la
primera etapa del protocolo (clasificación
funcional, detección de FRI). La cobertu-
ra del protocolo se determinó relacionan-
do el número de pacientes incluidos en
el protocolo con la pirámide de población
de la zona según los datos del censo de
1992.
2. Rentabilidad diagnóstica del protoco-
lo. Con este aspecto se evaluó la utilidad
de la EGE como instrumento para au-
mentar la actividad diagnóstica. En rela-
ción a ello se valoró la detección, tras la
aplicación del protocolo, de nuevos pro-
blemas de salud respecto a los ya regis-
trados y la situación funcional de los pa-
cientes. La situación funcional fue reco-
gida según constaba en la historia
clínica, en la que se describía el grado de
dependencia según las siguientes escalas
de valoración:
a) En la escala de AIVD: independientes
cuando la puntuación fue inferior a 10;
dependientes cuando la puntuación fue
superior a 10, subdivididos en: l.a, pa-
cientes que precisan cierto grado de ayu-
da (puntuación entre 10 y 20) y 1. b,
pacientes que precisan mucha ayuda
(puntuaciones superiores a 20).
b) En la escala de Katz: independientes
la categoría A, dependientes las catego-
rías superiores a la A. También se recoge
el riesgo de institucionalización conside-
rado como la presencia de al menos uno
de los factores comentados.
3. El tipo de actuaciones realizadas tras
la aplicación del protocolo. Valora las
pruebas complementarias solicitadas, de-
rivaciones al segundo nivel, derivaciones
a la trabajadora social, planes terapéuti-

21 9
Atención Primaria.
Vol. 13. Núm. 1. Enero 1994 M.A. Benítez et al.– Evaluación geriátrica exhaustiva en atención primaria: valoración de su utilidad

cos y valoración del efecto de los trata- institucionalización (p = 0,75). Se va- paciente. En el 72,1% de los casos la
mientos instaurados. El efecto de la in- loró la situación funcional en el 73,5% demanda principal recogida en la
tervención terapéutica fue valorado se- de los casos por el médico y en el EGE (el problema de mayor impor-
gún el criterio del evaluador en: nulo (au- 26,5% por el enfermero. En el 59,3% tancia considerado por el paciente)
sencia de efecto), moderado (respuesta de los casos fue realizada en consulta guardó relación con los diagnósticos
parcial del problema), bueno (respuesta a demanda y en el 40% en consul- previos existentes en la historia clíni-
total del problema) y no evaluable por dé- ta programada. El tiempo medio em- ca. En el estudio por la regresión lo-
ficit de tiempo para manifestarse la res- pleado para la clasificación funcional gística no se pudo demostrar que las
puesta. y detección de FRI fue de 5,2 ± 0,1 variables edad, sexo, situación funcio-
min. El tiempo empleado en la eva- nal o presencia de FRI actúen como
Los resultados se presentan en porcentaje luación clínica exhaustiva fue de 36,4 predictores en la obtención de una
y en medias ± DE. Las pruebas estadísti- ± 032 min. rentabilidad alta en la EGE. La apli-
cas utilizadas fueron el test de la chi cua- La cobertura de captación-inclusión cación de la EGE generó de forma
drado para valorar la presencia de asocia- referida a la población censal de significativa un mayor número de
ciones entre variables cualitativas y la re- edad igual o mayor a 70 años fue del diagnósticos de olvidos seniles (p =
gresión logística para valorar si las 60,4%, con una cobertura del 39% en 0,0006), hipoacusia (p = 0,008), incon-
características de sexo, edad, presencia de la realización del protocolo completo. tinencia urinaria (p = 0,02) y deterio-
FRI y clasificación funcional son predicto- ro cognitivo (p = 0,02). Los diagnósti-
ras de una mayor rentabilidad diagnóstica cos presentes en las historias clínicas
con la EGE, considerada como la variable
Rentabilidad diagnóstica antes de aplicar la EGE (identifica-
dependiente, expresada cualitativamente Diagnósticos médicos. La media de dos como morbilidad sentida-diagnos-
como presencia o no de un número de diag- diagnósticos previos a la realización ticada) y los diagnósticos nuevos ob-
nósticos mayor o igual a 2. Se consideró de la EGE fue de 4,2 ± 0,32 por pa- tenidos tras la aplicación de la EGE
significación estadística para una p < 0,05. ciente. La realización de la EGE ge- se presentan en las tablas 2 y 3.
neró nuevos diagnósticos médicos en
Resultados un 98,4% de los pacientes, con una Diagnóstico funcional. El 62% de los
media de 24 ± 0,21 diagnósticos por pacientes eran dependientes para la
Los datos poblacionales de la zona
de asistencia sanitaria adscrita al
consultorio son los siguientes para
población con edad ≥ 70 años de 216. TABLA 2. Diagnósticos previos a la realización de la EGE
Diagnóstico Código WONCA %
Implantación-cobertura
Hipertensión arterial 401 43,5
del protocolo Osteoartritis 715 42,3
Diabetes mellitus 250 30,7
El número total de pacientes inclui- lnsuficiencia venosa 454 26,2
dos ha sido de 131 (47 varones y 84 Hiperlipidemia 272 23,0
mujeres), con una edad media de EPOC 492 17,3
76,69 ± 0,72 años. Se realizaron to- Disminución de la agudeza visual 369 16,6
Dispepsia 536 15,3
das las actividades del protocolo en lnsuficiencia cardíaca 412 14,7
el 62,6% de los pacientes (26 varones Estreñimiento 5640 14,1
y 58 mujeres). El protocolo se realizó lncontinencia urinaria 7883 12,8
de forma incompleta (presencia de Depresión 296 y 3004 10,8
clasificación funcional y detección de Hipoacusia 387 8,3
Otros 86,5
FRI, ausencia de historia clínica ex-
haustiva) en el 37,4% de los pacien- (n = 131)
tes incluidos, por no asistir el pacien-
te a la consulta programada. En el
análisis de los factores que influye- TABLA 3. Diagnósticos nuevos obtenidos con la aplicación de la EGE
ron en la no asistencia a la consulta
Diagnóstico Código WONCA %
programada se observó una relación
significativa entre la no asistencia y Olvidos seniles 797 41,6
la presencia de un déficit alto en la Hipoacusia 387 33,3
realización de las actividades instru- lncontinencia urinaria 7883 26,2
Deterioro cognitivo 294 17,8
mentales de la vida diaria (pacientes Estreñimiento 5640 14,2
con puntuaciones equivalentes a ne- Dispepsia 536 13,1
cesitar mucha ayuda (p = 0,0003) y Disminución de la agudeza visual 369 12,0
déficit en al menos una de las activi- lnsomnio 3074 11,9
lnsuficiencia cardíaca 412 10,8
dades básicas de la vida diaria (pa- lnsuficiencia venosa 454 10,7
cientes con puntuación en la escala Osteoartritis 715 8,3
de Katz superior a la categoría A, Depresión 296 y 3004 8,3
p = 0,0005). No se detectó relación EPOC 492 4,7
Otros 34,5
signiflcativa con la edad (p = 0,09),
sexo (p = 0,08), presencia de patolo- (n = 131)
gia crónica (p = 0,25) o de riesgo de
10 22
Atención Primaria.
Vol. 13. Núm. 1. Enero 1994
Fig. 1. Distribución de los pacientes según el índice de Katz.
realización de las actividades instru-
mentales de la vida diaria, precisan-
do de mucha ayuda para su realiza-
ción el 19,84% del total de los casos,
y cierto grado de ayuda el 41,9%. El
26% de los pacientes presentaban in-
capacidad para la realización de al
menos una de las actividades bási-
cas de la vida diaria. La distribución
de los pacientes por categorías en la
escala de Katz se presenta en la fi-
gura 1.
Presencia de FRI. El 55,7% de los
pacientes presentaron al menos un
FRI, excluyéndose la edad y sexo co-
mo factores de riesgo. La media de
factores de riesgo por paciente fue de
2,14 ± 0,11, presentándose de forma
significativa en pacientes mayores
de 75 años (p = 0,0023), de forma
que el 67,47% de los pacientes con
edad igual o mayor a 75 años pre-
sentó al menos un factor de riesgo.
La presencia de factores de riesgo no
presentó relación significativa con el
sexo, detectándose en el 51% de los
varones y en el 58% de las mujeres.
La distribución de los FRI se presen-
ta en la figura 2.
Actuaciones realizadas tras
la aplicación del protocolo
La realización de la EGE generó
nuevos planes de actuación diag-
nóstica (solicitud de pruebas com-
12
M.A. Benítez et al.– Evaluación geriátrica exhaustiva en atención primaria: valoración de su utilidad
plementarias) en el 35,7% de los pa-
cientes. En el 78,6% de los pacien-
tes con EGE se iniciaron nuevas ac-
tuaciones terapéuticas. Las modali-
dades de actuación se reflejan en la
tabla 4. No se detectó que la edad
(p = 0,6) o el tener un número de
diagnósticos igual o mayor a dos
(p = 0,5) influyera de forma signifi-
cativa en la solicitud de pruebas
complementarias. Por otro lado, el
inicio de nuevas actuaciones tera-
péuticas sí guardó relación con la
Fig. 2. Factores de riesgo de institucionalización.
presencia de dos o más diagnósticos
(p = 0,017), pero no con la edad del
paciente (p = 0,4).
El 14,6% de los pacientes fueron re-
mitidos al segundo nivel para valo-
ración diagnóstica, y en el 42% de
los casos se consultó a la trabajadora
social del EAP. Los motivos que ge-
neraron de forma significativa la so-
licitud de intervención de la trabaja-
dora social fueron: soledad (p =
0,0001), duelo reciente (p = 0,005),
pluripatología (p = 0,045), depresión
(p = 0,0001) y aislamiento social (p =
0,00004). La media de factores de
riesgo en los pacientes en que se so-
licitó la valoración-intervención de
la trabajadora social fue de 2,19 ±
0,12 por paciente.
La evaluación del resultado de los
planes de actuación terapéutica em-
prendidos en el consultorio deparó
los siguientes datos: en el 7,3% de
los pacientes se obtuvo una resolu-
ción completa de los problemas de-
tectados y en el 65,8% el efecto de la
actuación fue evaluada como mode-
rada, no observándose efecto alguno
(no resolución de los problemas so-
bre los que se intervenían en el 17%
de los casos; en el 10% de los casos
se consideró que no existía un inter-
valo de tiempo adecuado para la va-
loración del efecto.
Discusión
El motivo de nuestro trabajo ha si-
do valorar la aplicación de la EGE
en atención primaria. En nuestro
ejercicio, la EGE aportó fundamen-
24
Atención Primaria.
Vol. 13. Núm. 1. Enero 1994
TABLA 4. Pruebas diagnósticas complementarias solicitadas y actuaciones
terapéuticas realizadas tras la aplicación de la EGE (expresado
en % de casos, n = 131 pacientes)
Pruebas diagnósticas
Hemograma 20,0
Bioquímica 20,0
Radiografías 14,0
ECG 3,6
Hormonas tiroideas 3,6
Orina 2,5
talmente dos cosas: el conocimiento
de la situación funcional y presen-
cia de FRI de la población anciana
consultante, y un aumento de la
sensibilidad diagnóstica (morbili-
dad diagnosticable4) de problemas
encubiertos.
Para la valoración de la situación
funcional se utilizaron escalas que
exploraron las actividades básicas e
instrumentales de la vida diaria.
Aun asumiendo la dificultad de defi-
nir y estudiar la situación de depen-
dencia de los ancianos14,16, utiliza-
mos dichas escalas en concordancia
con otros autores6,8,10,13 porque ofer-
tan un perfil funcional del paciente
que constituye una llamada de aten-
ción para profundizar en el diagnós-
tico. Los datos sobre la independen-
cia se encuentran dentro del rango
descrito en la literatura (del 60% al
80% de los sujetos con edad igual o
mayor a 65 años)2,17,20. No podemos
realizar una comparación pormeno-
rizada entre nuestros resultados y
los descritos en la literatura, pues
las diferentes escalas utilizadas, la
inclusión en los estudios de distintos
grupos de edad y el proceder los da-
tos, en la mayoría de los casos, de
encuestas poblacionales dificultan la
comparación. Por otro lado, nuestros
datos presentan un sesgo de obser-
vación al estar obtenidos de una po-
blación consultante y no en la pobla-
ción general, y la población que de-
manda asistencia lo hace porque
percibe un problema de salud 21, y
en relación a ello pueden presentar
un deterioro de su situación fun-
cional.
La detección de FRI permite explo-
rar la esfera sociofamiliar de los pa-
cientes. El porcentaje de soledad de-
tectado es discretamente superior a
los encontrados en las encuestas po-
blacionales (que refieren que el 16%
a 25% de los pacientes con edad
igual o mayor a 70 años viven solos)
realizadas en nuestro país2,17. Nue-
vamente, debemos considerar la dis-
25
M.A. Benítez et al.– Evaluación geriátrica exhaustiva en atención primaria: valoración de su utilidad
Tratamientos
Farmacológico
Educación
Protésico
cusión planteada sobre la dificultad
de comparar nuestros datos por el
sesgo de observación, aunque no es-
tá demostrado que la soledad au-
mente la demanda de asistencia sa-
nitaria 22. Queremos comentar, no
obstante, que el propósito de nuestro
trabajo no fue el estudio de la situa-
ción sociofamiliar de la población an-
ciana, y que la detección de FRI se
utilizó para detectar problemas so-
bre los que intervenir. De hecho, en
el 42,2% de los casos se solicitó la in-
tervención de la trabajadora social
del EAP.
Nuestros resultados muestran que
la aplicación de la EGE en atención
primaria conlleva una rentabilidad
diagnóstica, apareciendo un patrón
de morbilidad diagnosticable que
afecta de forma significativa a los
problemas encubiertos de la po-
blación anciana, según se ha descri-
to6,10: déficit cognitivo, déficit senso-
rial e incontinencia urinaria. El ni-
vel alto de concordancia (cercano al
75%) de la demanda principal con la
morbilidad previa constata que la
nueva morbilidad diagnosticada no
es manifestada, habitualmente, por
los pacientes. Estos problemas de-
tectados son factores que contribu-
yen en gran medida a la dependen-
cia y al aislamiento social de los
ancianos3,8,23. De los problemas de-
tectados con mayor frecuencia, sólo
se puede intervenir medianamente
sobre su evolución en la incontinen-
cia urinaria 3,8,23 . Sin embargo, se
pueden realizar intervenciones edu-
cativas en el paciente y familiares
ante deficit cognitivos sensoriales a
modo de profilaxis de «situaciones de
riesgo»: iluminación adecuada, evi-
tar manipulaciones del gas, no salir
solo a zonas en las que la audición
actúe como percepción de alarmas,
entre otros. La intervención protési-
ca debe recomendarse cuando sea
preciso aunque no está constatado
que evite el deterioro global del pa-
ciente3.
Al analizar los resultados encontra-
mos que la cobertura poblacional ha
sido relativamente baja, especial-
mente en lo que se refiere a la cum-
plimentación de todas las activida-
65,0 des. Ello es producto de distintas cir-
42,0 cunstancias:
1,2
1. El trabajo presenta resultados
preliminares de un protocolo aún en
funcionamiento, y evaluaciones pos-
teriores pueden modificar los por-
centajes ahora presentados. De he-
cho, a todo paciente que no tiene
cumplimentada la valoración se le
vuelve a concertar una cita progra-
mada tantas veces como sea necesa-
rio hasta cumplir con el protocolo
completo. Carecemos de datos de los
motivos de incumplimiento de la
consulta programada, que no cons-
tan de forma explícita en las histo-
rias clínicas.
2. La población diana establecida
inicialmente por el protocolo ha sido
sólo la población que acude al con-
sultorio. Ello se estableció así por el
grado de dedicación temporal que
conlleva la realización de todas las
actividades del protocolo y porque el
objetivo del trabajo no ha sido la va-
loración de la situación de salud de
toda la población censal sino el de
describir la utilidad de la EGE en
atención primaria como instrumen-
to para aumentar la capacidad diag-
nóstica.
La aplicación de la EGE no conlleva
una sobreutilización del segundo ni-
vel de asistencia. No consideramos
que un 14,6% de derivaciones sea ex-
cesivo (aunque no tenemos datos de
derivación de pacientes no incluidos
en el protocolo), máxime si tenemos
presente que para la intervención
protésica o confirmación del diagnós-
tico son necesarias pruebas comple-
mentarias del segundo nivel (gra-
duación de gafas y audiometrías, en-
tre otras).
Los resultados de las intervenciones
terapéuticas reflejan que el efecto que
conseguimos, principalmente, es mo-
derado. Es preciso un análisis más
profundo para relacionar el efecto ob-
servado con el problema intervenido.
No obstante, en una visión global, ob-
servamos, por un lado, que no todos
los problemas detectados son influen-
ciables mediante intervención fárma-
cológica o protésica (cuya adquisición
depende del nivel económico del pa-
ciente), y por otro, que las interven-
ciones educativas pueden no ejercer
un efecto inmediato. No podemos
13
Atención Primaria.
Vol. 13. Núm. 1. Enero 1994
aportar datos sobre la influencia del
protocolo en el porcentaje de hospita-
lización o institucionalización de la
población anciana ni de modificacio-
nes del nivel de salud.
La aplicación de las actividades del
protocolo conllevan un consumo de
tiempo considerable, principalmente
la evaluación clínica exhaustiva. Ello
es un factor limitante de la aplicabili-
dad del protocolo en atención prima-
ria y deberían definirse grupos de pa-
cientes en los que fuera más rentable
aplicarlo. Nosotros no hemos consta-
tado una relación predictiva de las
características de edad, sexo, situa-
ción funcional y presencia de FRI con
la obtención de un mayor número de
diagnósticos; no obstante, creemos
necesario limitar la inclusión de pa-
cientes en el protocolo en función de
la edad y la situación funcional. La
elección de la edad debe establecerse
según la pirámide de población te-
niendo presente la magnitud de los
distintos grupos de edad. Inicialmen-
te, son candidatos a la inclusión en el
protocolo los ancianos de edad mayor
a 80 años por ser los potencialmente
debilitados. Posteriormente debe irse
ampliando la población a incluir. La
situación funcional tambien debe uti-
lizarse como criterio de inclusión en
la evaluación clínica exhaustiva, de
forma que ésta debería ser realizada
en sujetos dependientes según la es-
cala de Katz. Creemos que la clasifi-
cación funcional de los pacientes así
como la detección de FRI es una acti-
vidad que debe ser realizada por el
profesional de enfermería.
En resumen, nuestro trabajo aporta
que la EGE es un instrumento váli-
do en atención primaria con las si-
guientes características:
1. Su realización es multidisciplina-
ria (médico, enfermero y trabajador
social). La clasificación funcional y
detección de FRI deben usarse como
diagnósticos de enfermería.
2. Su utilidad estriba en detectar
problemas encubiertos de la pobla-
ción anciana, especialmente en la es-
fera sensoriocognitiva e incontinen-
cias urinarias.
14
M.A. Benítez et al.– Evaluación geriátrica exhaustiva en atención primaria: valoración de su utilidad
3. Su aplicación conlleva un gasto de
tiempo considerable en consulta pro-
gramada, lo que puede actuar como
factor limitante de su aplicación ge-
neralizada a toda la población ancia-
na consultante.
4. Debe ser incluida como un ins-
trumento para la asistencia a la po-
blación anciana en atención prima-
ria, adaptando su uso (selección de
poblaciones diana según edad y si-
tuación funcional) a las caracterís-
ticas específicas de cada centro de
salud.
Bibliografía
1. Ham RJ, Marcy ML, Smith MR et al. El
paciente anciano y la población ancia-
na. En: Ham RJ, Marcy ML, Holtzman
JM, Smith MR, eds. Geriatría en Aten-
ción Primaria. Madrid, Díaz de Santos,
1990; 1-23.
2. Fernández-Ballesteros R. Mitos y Rea-
lidades sobre la Vejez y la Salud. Bar-
celona, SG Editores, 1992; 13-15.
3. Berg RL, Cassells JS. Los segundos
50 años. Promocionar la salud y pre-
venir la incapacidad. Barcelona,
Áncora S.A., 1992.
4. Pineault R, Daveluy C. La planificación
sanitaria. Conceptos, métodos, estra-
tegias. Barcelona, Masson S.A., 1989.
5. Tulloch AJ. Preventive care of elderly
people: How good is our training? Br J
Gen Pract 1991; 354-355.
6. Mercé Cortés J, Cruz Jentoft AJ. Eva-
luación funcional del anciano. En:
Ribera Casado JM, Cruz Jentoft AJ,
eds. Geriatría. Madrid, lDEPSA, 1991;
7-14.
7. Buckley EG, Williamson J. What sort of
«health checks» for older people. Br
Med J 1988; 296: 1144-1145.
8. American Medical Association White
Paper on Elderly Health. Report of the
council on Scientific Affairs. Arch ln-
tern Med 1990; 150: 2459-2472.
9. Pace WD. Valoración del paciente en
la consulta geriátrica. Modern Geria-
trics 1990; 2: 3-8.
10. Ham RJ, Marcy ML. Evaluación del
paciente anciano. En: Ham RJ, Marcy
ML, Holtzman JM, Smith MR, eds. Ge-
riatría en Atención Primaria. Madrid,
Díaz de Santos, S.A., 1990; 59-79.
11. Rubenstein LZ, Josephson KR,
Wieland GD, English PA, Sayre JA,
Kane RL. Effectiveness of a geriatric
evaluation unit. A randomised clinical
trial. N Engl J Med 1984; 311: 1664-
1670.
12. Hendriksen C, Lund E, Stromgard E.
Consequences of assessment and
intervention among elderly people: A
three year randomised controlled trial.
Br Med J 1984; 289: 1522-1524.
13. Rubenstein LZ. Comprehensive Geria-
tric Assessment. New issues in geria-
tric care. Ann lntern Med 1988; 108:
724-727.
14. Kane RA, Kane RL. Evaluación de las
necesidades en los ancianos. Guía
práctica sobre los instrumentos de
medición. Barcelona, SG Editores,
1993.
15. Perlado F. Test mentales en geriatría.
Zaragoza, Heraldo de Aragón, 1987.
16. Benítez Rosario MA, Vázquez JR. Va-
loración del grado de autonomía de
los ancianos. Aten Primaria 1992;
10(7): 888-891.
17. Fondo de Investigación Sanitaria, Mi-
nisterio de Sanidad y Consumo. Epi-
demiología del Envejecimiento en Es-
paña. Madrid, FlS, 1990.
18. Pinholt EM, Kroenke K, Hanley JF,
Kussman MJ, Twyman PL, Carpenter
JL. Functional assessment of the el-
derly. A comparison of standard ins-
truments with clinical judgment. Arch
lntern Med 1987; 144: 484-488.
19. Nelson E, Conger B, Douglass R et al.
Functional health status levels of pri-
mary care patients. JAMA 1983; 249:
3331-3338.
20. Álvarez M, Alaiz AT, Brun E et al. Ca-
pacidad funcional de pacientes mayo-
res de 65 años, según el índice de
Katz. Fiabilidad del método. Aten Pri-
maria 1992; 10: 812-815.
21. Perkins ER. Screening elderly people:
A review of the literature in the light of
the new general practitioner contract.
Br J Gen Pract 1991; 41: 382-385.
22. lliffe S, Tai SS, Haines A et al. Are el-
derly people living alone an at risk
group? Br Med J 1992; 305: 1001-
1004.
23. Sier Sier HC. Urinary incontinence.
New issues in geriatric care. Ann ln-
tern Med 1988; 108: 720-724.
26