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El carácter de la propiedad privada es muy distinto según los dueños sean los
propios trabajadores o personas que no trabajen. El primer caso sería la
condición necesaria para el desarrollo de la producción social y de la libre
individualidad del propio trabajador. Sin embargo, este régimen inevitablemente
conlleva al estancamiento. Al llegar a un cierto grado de progreso, él mismo
alumbra los medios materiales para su destrucción (freno del desarrollo de las
fuerzas productivas). Se hace necesaria su destrucción. La transformación de
los medios de producción individuales desparramados en medios sociales
concentrados de producción, es decir, la pequeña propiedad de muchos, se
vuelve gran propiedad de unos pocos. Esta sería la prehistoria del capitalismo
que abarca en el proceso métodos violentos de acumulación originaria del
capital. (Expropiación, etc.).
La propiedad privada, fruto del propio trabajo y basada en la compenetración
del obrero individual e independiente con sus condiciones de trabajo, es por lo
tanto, devorada por la propiedad individual capitalista, basada en la explotación
del trabajo ajeno, aunque formalmente libre.
Una vez que este proceso de transformación corroe suficientemente, en
profundidad y extensión, la sociedad antigua; una vez que el régimen
capitalista de producción se mueve ya por sus propios medios, la marcha
ulterior de la expropiación del los propietarios privados, cobra una forma nueva.
Ahora, ya no se trata de expropiar al trabajador independiente, sino de
expropiar al capitalista explotador de numerosos trabajadores.
Esta expropiación la lleva a cabo el juego de las leyes inmanentes de la propia
producción capitalista: la centralización de los capitales.
La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo
llegan a un punto en que se hacen incompatibles con su voltura capitalista.
La propiedad privada capitalista, es la primera negación de la propiedad
privada individual, basada en el propio trabajo. Pero la producción capitalista
engendra, con la fuerza inexorable de un proceso natural, su primera negación.
Es la negación de la negación. Esta no restaura la propiedad privada ya
destruida, sino una propiedad individual que recoge los progresos de la era
capitalista; una propiedad individual basada en la cooperación y en la posesión
colectiva de la tierra y de los medios de producción producidos por el propio
trabajo.
La transformación de la propiedad privada basada en el trabajo personal en
propiedad privada capitalista fue un proceso mucho más lento, duro y difícil de
lo que será la transformación de la propiedad capitalista en propiedad social.
Fue muy interesante poder leer este párrafo, y ver como en la actualidad se
sigue dando exactamente el mismo justificativo de la cartilla infantil para
explicar los males que acaen a la sociedad.
Esta idea de la justificación que parte del comportamiento disciplinado, moral y
socialmente correcto como requisito necesario y suficiente para poder tener un
nivel de vida digno. Muchas veces comentarios como: “¿Por qué no se ponen a
trabajar?” tratan de explicar que, de alguna manera, la responsabilidad de la
pobreza, falta de educación, drogadicción, prostitución, etc., está en manos de
gente que, al parecer, esta así por elección propia. Cómo si tuvieran otra
opción.
Pensar en la desigualdad que se vive diariamente, hace a uno sentirse culpable
por estar bien a la vez que afortunado, pues podríamos tranquilamente ser
nosotros los que estemos entrando a pedir a las facultades en vez de estar
sentados en los bancos, tomando clases. Y escuchar diariamente como la
gente se queja y generalmente da ese tipo de justificativos, en vez de tratar de
comprender más allá del cuento que les vendieron, es un poco frustrante.
Simplemente queríamos hacer un paralelo entre esta lectura y cómo
encontramos esta misma figura en nuestras realidades cotidianas.
A la vez, debemos dejar en claro que es muy difícil tener una postura crítica
cuando poco se ha estudiado justamente sobre las causas del surgimiento de
este sistema socio-económico en el que vivimos. Por eso, creemos que el
tomar conciencia y el hacerse cargo, involucrarse y dejar de quejarse para
empezar a hacer algo al respecto, es la única salida si queremos pensar en
acortar justamente la brecha de la desigualdad que evidenciamos hoy en día.
La lectura de este material fue muy interesante en general para poder entender,
aunque sea en una pequeña parte, porque estamos como estamos.