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La Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Miranda, integrada por
los ciudadanos jueces Luis Armando Guevara Rísquez (ponente), Josefina Melendez
Villegas y Marina Ojeda Briceño, el 30 de octubre de 2006, declaró sin lugar el
recurso de apelación interpuesto por el ciudadano abogado Francisco Adolfo Escar
Hidalgo, Defensor Público Cuarto Penal Ordinario, del Estado Miranda, en contra de la
decisión dictada el 2 de mayo de 2006 por el Tribunal Segundo de Primera Instancia en
Funciones de Juicio del mismo Circuito Judicial Penal, que condenó a los ciudadanos
Geralt Mendoza Lamus y German González Molina, con cédulas de identidad Nº
16.095.562 y 13.692.521, respectivamente, a cumplir la pena de cuatro (4) años de
presidio, por la comisión del delito de Robo Agravado en Grado de Complicidad,
tipificado en el artículo 460 en concordancia con el artículo 84 (numeral 3), ambos del
Código Penal (vigente para el momento de los hechos).
Transcurrido el lapso previsto para la contestación del recurso, sin que se realizara lo
al lugar un ciudadano quien dijo ser y llamarse Audrines Sánchez Dervin Arturo
(…) manifestando que dichos sujetos momentos antes bajo amenaza de muerte y
utilizando un arma de fuego, lo habían despojado de sus pertenencias, de igual
forma manifestó y señaló que las pertenencias retenidas por la comisión judicial
son las mismas que minutos antes le habían despojado, del mismo modo se
presentó otro ciudadano (…) Cabrera Anseumes Rafael Andrés (…) quien
manifestó ser testigo del hecho ocurrido…”.
RECURSO DE CASACIÓN
Primera Denuncia
El recurrente fundamentó el recurso, en los artículos 459 y 460 del Código Orgánico
Procesal Penal, y en su primera denuncia alegó lo siguiente: “… violación de los
numerales 1 y 8, del artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y el artículo 456 del Código Orgánico Procesal Penal, por falta de
aplicación…”.
En ese sentido, del fallo del Tribunal Segundo de Juicio, se desprende lo siguiente:
Así mismo, la Corte de Apelación del Circuito Judicial Penal del Estado Miranda, en
http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scp/Agosto/490-6807-2007-C07-0135.html (4 de 19)05/09/2007 07:04:27 p.m.
490-6807-2007-C07-0135.html
La Sala observa que, en el presente caso, tanto la declaración del experto, como la
experticia real del avalúo de los objetos incautados (prueba documental), fueron
promovidas por el Fiscal del Ministerio Público, siendo estas debidamente admitidas
por el Tribunal de Control, en su oportunidad procesal.
Es por ello, que al momento del juicio oral y público, la referida experticia fue
incorporada como prueba documental (para su lectura) de conformidad con el artículo
358 del Código Orgánico Procesal Penal, siendo apreciada como tal, por el Tribunal de
Juicio, por lo que la incomparecencia de la funcionaria que la realizó, ciudadana Yubidi
Flores (para su ratificación), no limitaba o desvirtuaba la experticia como prueba,
adquiriendo pleno valor probatorio, para el Tribunal de instancia.
misma.
Segunda Denuncia
El recurrente fundamentó su segunda denuncia, en los artículos 459 y 460 del Código
Orgánico Procesal Penal, argumentando la violación de la ley por falta de aplicación
del artículo 456 eiusdem.
encontraba en la unidad doce (12) en compañía del agente Perez (…) quien
expone: (…) nos abordaron dos ciudadanos diciéndonos que cuatro (4) los
habían amenazado de muerte, y los despojaron de sus pertenecías se hizo un
recorrido por el lugar (…) la Urbanización la Rosa, se detuvieron a tres de de
ellos y el otro emprendió veloz carrera hacia la zona boscosa, quien era quien
(sic) portaba el arma de fuego (…) las víctimas decían que faltaba otra
persona’.
(…) Cabrera Anseumes Rafael Andres (…) expone: (…) ‘yo venía de mi
residencia, cuando vi a cuatro sujetos, encañonado a una persona (…) el sujeto
estaba apuntando a mi amigo, uno fue el que lo apuntaba y otro lo revisaba y
los otros estaban catando la zona (…) me fui acercando, cuando el que estaba
apuntando al muchacho se dio cuenta que yo estaba viendo y me amenazó, me
dijo que mirara hacia arriba, le estaban quitando todas las cosas a él (…)
salimos corriendo, pasó una patrulla de la policía de Zamora y más debajo de
la iglesia los agarraron’…”.
Así mismo, se observa que el Tribunal Segundo de Juicio, para dictar su sentencia
condenatoria expresó lo siguiente:
Por su parte, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Miranda,
señaló en el fallo recurrido que:
“… en el caso que hoy nos ocupa, la defensa (…) interpone su respectiva acción
recursiva, fundamentando (…) en la falta de motivación de la sentencia (…)
estimando esta alzada, que el Tribunal A-quo realizó una comparación entre las
declaraciones ofrecidas en la audiencia de juicio por los testigos y funcionarios
policiales valorando todos y cada uno de los medios probatorios evacuados en
el contradictorio, conforme a la sana crítica (…) siendo las expertícias y las
declaraciones de los funcionarios policiales determinantes para inculpar a los
acusados.
(…) la defensa señala que la sentenciadora al desechar el testimonio de la
ciudadana Trina Elena Prieto (…) no motivó debidamente las razones para
sostener ese criterio (…) esta alzada aprecia, que la Juez explicó y motivó las
razones por las cuales no valoró dicho testimonio, al exponer: ‘a consideración
de este Juzgador demostró interés personal lo cual fue muy evidente tanto de su
actitud al momento de rendir declaración como lo dicho propiamente por la
misma (…) manifestando un evidente interés en los acusados, vale decir, es
manifiesta la amistad existente con los mismos, debido a que fue notorio en
interés personal que mostró al indicar la inocencia de los acusados lo cual
acarrea a juicio de éste juzgador, falsedad en su declaración’. De todo lo cual
se desprende que la sentenciadora motivo debidamente el fallo recurrido, al
La Sala indica, que luego de examinar las actas procesales, se evidencia que no le asiste
la razón a la defensa, cuando argumentó: “…contradicción que existe entre el acta
policial suscrita por los funcionarios aprehensores y la declaración de los mismos;
(…) sostienen en el acta policial que ‘avistaron a cuatro sujetos, uno de ellos portando
un arma de fuego’ y al momento de declarar ante el Tribunal de Juicio manifiestan que
‘no le incautaron arma de fuego alguna’…”.
Por cuanto se observa, que los ciudadanos José Luis Pérez Hurtado y Ángelo Nolasco
(funcionarios policiales actuantes), fueron claros y precisos al expresar que uno de los
sujetos portaba un arma de fuego, pero que fue visto arrojarla a una zona boscosa
adyacente al lugar del suceso, en virtud de esto, al momento de su detención ya no
portaba la referida arma, por lo que no se desprende contradicción alguna en las
declaraciones de los referidos funcionarios.
Por otra parte, en cuanto a las contradicciones que denuncia el recurrente, entre la
declaración del testigo ciudadano Rafael Andrés Cabrera Anseumes y lo depuesto por
éste en el acta de entrevista realizada por el Ministerio Público, la Sala señala, que las
inconsistencia de este tipo son exclusivamente objeto del debate oral y público,
mediante la indagación exhaustiva de las partes en la etapa del interrogatorio de los
testigos, para que el Tribunal de Juicio pueda valorar, en su justa dimensión el
testimonio, ya que el juzgador no puede apreciar las entrevistas formadas en la etapa de
investigación, por cuanto violaría los principios de inmediación y contradicción.
Es por ello, que para el Tribunal de Juicio quedó demostrado con la referida
declaración, la presencia de los acusados en los hechos y que los mismos estaban
despojando de sus pertenencias al ciudadano Dervin Arturo Audrines Sánchez,
sometiéndolo con un arma de fuego, lo que comparado adminiculadamente con los
otros medios probatorios, constituían elementos cónsonos para darle credibilidad,
contribuyendo a la acreditación de los hechos reprochables.
De igual forma, el Tribunal de instancia motivó en forma clara y precisa la razones por
la cuales desestimaba la declaración de la ciudadana Trina Elena Prieto, lo que fue
debidamente analizado y desarrollado por la sentencia de alzada, al exponer: “… esta
alzada aprecia, que la Juez explicó y motivó las razones por las cuales no valoró dicho
testimonio, al exponer: ‘a consideración de este Juzgador demostró interés personal lo
cual fue muy evidente tanto de su actitud al momento de rendir declaración como lo
dicho propiamente por la misma (…) vale decir, es manifiesta la amistad existente con
los mismos, debido a que fue notorio en interés personal que mostró al indicar la
inocencia de los acusados lo cual acarrea a juicio de éste juzgador, falsedad en su
declaración’. De todo lo cual se desprende que la sentenciadora motivo debidamente
el fallo recurrido, al concatenar el dicho de los testigos y compararlos y decantarlos
uno con otro, garantizando así el debido proceso…”.
Por todo esto, la Sala señala, que la sentencia de la Corte de Apelaciones, revisó y
analizó de forma clara e idónea, todo lo expuesto por la defensa en el recurso de
apelación, fundamentándose sobre la base de los hechos y el derecho, emitiendo un
fallo debidamente motivado, al momento de declarar sin lugar el referido recurso y
convalidar la sentencia condenatoria.
En consecuencia, de acuerdo con el artículo 467 del Código Orgánico Procesal Penal,
declara sin lugar el recurso de casación propuesto por el ciudadano abogado Francisco
Adolfo Escar Hidalgo, Defensor Público Cuarto Penal Ordinario, del Estado Miranda,
en defensa de los ciudadanos Geralt Mendoza Lamus y German González Molina. Así
se decide.
Por otra parte, la Sala advierte, que el artículo 458 del Código Penal vigente, referido al
delito de robo agravado establece una pena privativa de libertad de prisión, lo que es
distinto a la pena que estipulaba el Código Penal vigente para el momento de los
hechos, la cual era de presidio.
DECISIÓN
La Magistrada Presidenta,
El Magistrado Vicepresidente,
Los Magistrados,
La Secretaria
Exp. 2007-135
ERAA.
VOTO CONCURRENTE
Yo, Blanca Rosa Mármol de León, Magistrada de la Sala de Casación Penal del
Tribunal Supremo de Justicia, suscribo el siguiente voto concurrente en la presente
decisión, con base en las razones siguientes:
“…Es por ello, que al momento del juicio oral y público, la referida
experticia fue incorporada como prueba documental (para su lectura) de
conformidad con el artículo 358 del Código Orgánico Procesal Penal,
siendo apreciada como tal, por el Tribunal de Juicio, por lo que la
incomparecencia de la funcionaria que la realizó, ciudadana Yubidi
Flores (para su ratificación), no limitaba o desvirtuaba la experticia como
prueba, adquiriendo pleno valor probatorio, para el Tribunal de Instancia.
Así entonces, el Código Orgánico Procesal Penal establece en los artículos que
a continuación se transcriben, lo siguiente:
“Artículo 14.- Oralidad. El juicio será oral y sólo se apreciarán las pruebas
incorporadas en la audiencia, conforme a las disposiciones de este código”.
“Artículo 339. Lectura. Sólo podrán ser incorporados al juicio por su lectura:
1. Los testimonios o experticias que se hayan recibido conforme a las reglas
Así, claramente establece la Ley Adjetiva Penal, que el testimonio del experto debe ser
incorporado al juicio, a los fines de respetar los principios de la oralidad, la
inmediación y la contradicción, y que las partes y el juez puedan controlar dicha
prueba, mediante las preguntas que consideren pertinentes al experto que elaboró el
informe pericial.
Y en el caso de la incorporación de una experticia, como prueba, ésta sólo puede ser
promovida como tal e incorporada al proceso por su lectura, sólo excepcionalmente
http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scp/Agosto/490-6807-2007-C07-0135.html (17 de 19)05/09/2007 07:04:27 p.m.
490-6807-2007-C07-0135.html
cuando ha sido producida como prueba anticipada, tal como lo prevé el artículo
339.1 eiusdem, antes transcrito.
Por ello expreso mi desacuerdo, en relación a lo afirmado por la Sala, de que la prueba
testimonial del experto no evacuada en el debate oral y público por incomparecencia
“... no restringe la validez y eficacia de la experticia, por cuanto ésta es autónoma y
debe bastarse por sí misma...”, ya que según mi concepto, darle valor probatorio a la
experticia sin el testimonio del experto constituye una vulneración del principio de
inmediación, del debido proceso y del derecho a la defensa.
Quedan en estos términos expresadas las razones por las cuales concurro
parcialmente con la decisión que antecede.
Fecha ut-supra.
La Magistrada Presidenta,
El Magistado Vicepresidente,
La Magistrada Disidente,
El Magistrado,
La Magistrada,
La Secretaria,
BRMdL/rder.
VC EXP. No. 07-0135(EAA)