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PENSAR LA EQUIDAD DE GENERO DESDE LOS VARONES

TRODOS

CIRCULO DE MASCULINIDAD
I)
FEMI NISMO
Nace como un Movimiento de Emancipación de las Mujeres,
fundado en una serie de cuestionamientos críticos a las
principales estructuras del Sistema Patriarcal.
Periódicamente se le divide en Olas, siendo la primera
aquella dirigida a exigir el derecho político al voto por parte
de las mujeres.
Asume distintas formas a partir de lo individual (como Teoría,
Ismo Político o Posición Personal de Vida) o de lo colectivo
(como Grupo de Presión, Espacio o Frente Institucional,
Corriente de Opinión o Proyecto de Nación –con sus
planteamientos socio políticos y culturales-).
Su paradigma se orienta hacia la erradicación de la
desigualdad y la subordinación de las mujeres y a
proponer un modelo social desprovisto de prácticas
discriminatorias por el género.
En su última Ola se expone bajo la denominación de
Postfeminismo, por un lado, como lo expresa la feminista
francesa Silvianne Agacinsky, dejando de ser una teoría y
una política de mujeres, para apoyarse así en una filosofía
de la mixitud, a partir de una politización de la diferencia
(V.G.: con la Paridad, que implica la mixitud de la
representación), y por otro lado, interactuando con voces
masculinas que desde su diferencia genérica, amplían el
discurso feminista con base en la Teoría de Género y en
una redefinición cultural del Ser Hombre.
II )
PRO FEM INI SM O

El Profeminsimo va más allá de los cuestionamientos


sociales referidos al comportamiento de los varones en el
contexto contemporáneo.
Es ya una posición adoptada en empatía con el
Feminismo, es decir, implica una fase de los compromisos
asumidos a favor de la Equidad de Género, la puesta en
práctica de los “cómos”, y es esa la etapa más difícil
desde la óptica masculina.
El miedo principal al asumirse los retos radica en que ello
evidenciará también los límites y su reconocimiento sigue
siendo para la psique promedio de los hombres, un
aspecto muy complicado de asimilar.
Volver tangibles procesos inconclusos de interacción
intergenérica e intragenérica, fuera de los esquemas,
valores y actitudes de dominación, representa un desafío
por el cual ni las propias feministas transitaron, aquí no
habrá amplios referentes teóricos, ni muchos apoyos entre
congéneres.
El único precedente ha sido el de lanzarse a los escenarios
con claridades básicas, aprendiendo de cada incursión
específica en el activismo institucional, pero también dentro
de la Sociedad Civil Organizada al confrontar la
discriminación de las mujeristas encumbradas en sus cotos
sectoriales.
III) P RE CEDE NT ES
El Movimiento Feminista siempre ha contado con importantes
contribuciones del lado de los hombres comprometidos,
incorrectamente llamados solidarios, ya que la Solidaridad
implica una serie de actitudes altruistas hacia causas ajenas a
uno mismo; la Equidad de Género compele a hombres y a
mujeres en igual proporción y grados de responsabilidad social.
Nombres como Poullain de la Barre, Condorcet, Víctor Hugo y
Henry Ibsen tienen un peso significativo en la historia europea a
favor de los derechos de las mujeres, aunque el apoyo de
parlamentarios británicos por el reconocimiento del derecho al
sufragio femenino enarbola indiscutiblemente al Conde de
Carlisle, quien presentó en febrero de 1861 la petición de las
mujeres sufragistas en la Cámara de los Lores; a Jacob Brigt,
que planteó varias propuestas para obtener este derecho a favor
de las mujeres inglesas, y a John Stuart Mill, quien además de
hacer lo pertinente en la Cámara de los Comunes en 1866,
expuso que su reconocimiento duplicaría el capital intelectual de
la humanidad.
Mas cercanamente, la participación de Parnethood Planned en
los juicios por el respeto a la interrupción voluntaria del
embarazo (80´s); el apoyo de algunos hombres del clero por la
investidura de mujeres sacerdotes en la Iglesia Anglicana (90
´s), y el activismo divulgador del Profeminismo a nivel mundial
del australiano Michael Flood y la publicación XY, constituyen
ejemplos fehacientes del mencionado compromiso, ya que
como enuncia la feminista chilena Margarita Pisano “los
hombres más sensibles a nuestras propuestas, son los
hombres con mayor conciencia crítica de una masculinidad –
feminidad”.
La reciente intervención de varones en el Gran Seminario que
la Comunidad Diótima realiza anualmente, aún en el marco
ideológico del Feminismo de la Diferencia, presenta más allá
de escenarios antighetto, enfoques maduros en pro de una
epistemología que considera a la Perspectiva de Género en
una segunda etapa de su propio proceso evolutivo.
IV) M OVIMIE NT O DE
HO MBRE S
Se constituye por los frentes, eventos y la práctica de asociación
intermasculina que siguiendo los modelos de ciertos países
anglosajones y escandinavos, han externado respuestas de
apoyo, oposición o indiferencia frente a los avances del
Feminismo, concretado en Políticas Públicas e Instrumentos
Normativos a favor de la Igualdad.
No consiste en un sólo bloque o colectivo sino en una suma de
diferentes corrientes organizadas, en ningún modo
absolutamente coincidentes entre si. Tampoco se trata de una
copia o versión masculina del Movimiento Feminista, aunque
una vertiente (del Movimiento de Hombres) forme parte de este
proyecto desprovisto de una organicidad, que imposibilita una
ubicación esquemática, es más bien un reactivo de la población
masculina ante la irrupción cultural que ha implicado el
Feminismo a escala mundial.
Las posturas contrarias en México han oscilado desde los
Grupos Ultraconservadores, las principales Asociaciones
Religiosas y los Partidos Políticos con Ideología de Derecha. Las
posiciones de carácter intermedio han sido de 2 tipos, quienes
han mostrado indiferencia para coparticipar de los cambios
dirigidos a reducir las desigualdades entre mujeres y varones; y
aquellos sectores que viven un “Machismo Light”, es decir con
un estilo de vida acomodaticio o de discurso dual, según la
proximidad de circunstancias afecte la esfera personal.
Estos comportamientos de apariencia pero alejados en lo
práctico, componen un elevado porcentaje de las estadísticas
masculinas promedio, tanto entre académicos como al interior
de los distintos activismos sociales. Incluso, los propios grupos
de apoyo masculino (de línea terapéutica) establecen
vinculaciones condicionantes o superficiales con las feministas,
el trabajo rescatista de las “Crisis de la Masculinidad”, no
supone un implícito compromiso con la Equidad de Géneros.
Por último las actitudes Pro Igualdad se encuentran en
dispersión, aunque suelen destacarse entre varones con
formación universitaria, de sectores medios y muy cercanos al
Movimiento Feminista, con los llamados “Compañeros de
Ruta”, que han respaldado acciones proclives a la Equidad de
Géneros.
V) E L OB JETIVO S OC IAL D E L A E QUI DAD D E
GÉ NERO
Los compromisos de facto con la Equidad de Género,
decididamente se apartan del discurso dual que por un
lado critica los esquemas tradicionales, que argumenta
competitividades intergenéricas y que realiza aparentes
pronunciamientos por una igualdad de condiciones para
mujeres y hombres, pero que por otro lado hace de la
discriminación del género contrario, una práctica
reiterada.
Los ejercicios cotidianos de respeto y de
corresponsabilidad con miras a depositar antecedentes
que modelen acciones incluyentes y paritarias, esas son
sin duda las demostraciones genuinas de evolución de
patrones culturales, desde un enfoque histórico con
perspectiva de género que vale la pena traer a colación.
En estos ensayos de interacción social no hay lugar para
subjetivas lecturas triunfalistas de un género sobre otro,
en esta clase de planos el único que pierde es el Sistema
Patriarcal y su ideología que jerarquiza a unas y a otros
en diferentes circunstancias, que desproporciona el
ejercicio del Poder, que lesiona los Derechos Humanos y
que permea tanto la autopercepción de la identidad de
género, supravalorando absurdamente capacidades
intelectuales, el comportamiento ético y hasta las
posibilidades biológicas de un cierto género en demérito
del otro.
La demagogia de las voces misóginas y misándricas se
ha desgastado sobremanera con sus esterilidades
recitadas y sus episodios de vergüenza en todos los
niveles y espacios sociales; el primer paso para adoptar
los compromisos por la Equidad de Género se da al
reconocerse la parte de responsabilidad que recae en
cada persona respecto a las disparidades humanas y sin
la cual no se puede desarrollar una conciencia del
imperativo de deconstrucción a favor de las alternativas
de equilibrio social.
VI ) EX PER IENC IA EN LA CIU DAD D E
MEX IC O
El Distrito Federal ha desarrollado trabajo organizacional sobre
Masculinidades a partir de la última década del siglo XX en 4
vertientes principales, la 1ª y más numerosa, se conforma por
grupos de apoyo mediante los cuales con terapia colectiva, los
hombres externalizan las problemáticas de su identidad genérica;
abordando temáticas como la Violencia y las Paternidades, grupos
como CORIAC y el área de masculinidad de algunos CIAM
Delegacionales, han hecho frente al través de modelos de vida
alternativos.
Un 2º canal lo integran organizaciones que promueven la reflexión
y la revaloración de aspectos inherentes (culturales) de la
condición masculina; casos como la Cafetería Bistro en Iztapalapa
que imparte talleres o los grupos de Scoutts, quienes
incondicionales a los lineamientos del Escultismo, los han
reforzado a lo largo del pasado siglo y que bien cabe situarles
como modalidades de lo que en E.U.A. se conoce como
Movimiento Mitopoético.
En un 3er apartado se ubican frentes de carácter mixto como la
APN Feminista DIVERSA dentro de la cual han militado varones
profeministas y TRODOS Círculo de Masculinidad (en donde
trabajan propuestas de Pedagogía de la Igualdad, Participación
Política Paritaria y realizan Lobby sobre iniciativas de ley en
materia de Equidad de Géneros en su vinculación con el Poder
Legislativo Federal).
Es importante mencionar a aquellos profesionistas de
diferentes disciplinas que al interior de otras ONGs,
Organismos Gubernamentales y Departamentos sobre
Estudios de Género en Centros de Educación Superior, aportan
nuevas concepciones sobre Derechos Reproductivos y
Ciudadanía (COLMEX, PUEG-UNAM, y UAM).
Y en una 4ª rama, grupos de reciente existencia trazan
demandas sobre Derechos de Paternidad (hacia los hijos cuya
Patria Potestad ha recaído en la progenitora con exclusión del
padre).
Son declarados antifeministas e incluso mantienen
interlocución con el Poder Judicial Local y el DIF en aras de
concretar avances y reconocimiento de su causa.
Estas 4 vías en contadas ocasiones han logrado eslabonar
puntos en común entre si, en sus Encuentros las agendas
difieren, la cobertura por corriente hacia sus poblaciones
receptoras es muy distinta y no admite comparación alguna, y
los contrastes generacionales van más allá de las propuestas
metodológicas.
VII) A LGUN OS R ETOS

Evaluar el impacto que la Plataforma de Acción de Beijing de


septiembre de 1995 ha tenido en los hombres, si bien implica un
desglose por esfera de atención y la revisión de los pocos
Indicadores con que cuenta México para varones, si es posible
confirmar la aseveración de que el repliegue de los varones hacia
el Ambito Público y su desvinculación de lo Privado persiste
invariablemente.
Es bajo el porcentaje de mujeres que como parte de sus procesos
de empoderamiento político, gubernamental o empresarial han
conseguido encabezar posiciones y espacios de dirección,
delegando lo Privado (trabajo doméstico y atención de hijos) en
auxiliares, pero la gran mayoría únicamente ha obtenido un
incremento de actividades, los roles para el género femenino
poco han cambiado.
De acuerdo a datos proporcionados por el INEGI, el estado
civil de los hombres determina cifras de participación en
actividades domésticas, no así para las mujeres, quienes
independientemente de su situación conyugal son
responsables directas de estas tareas; resaltando un
estimado que supera el 92% de la distribución poblacional
económicamente activa de mujeres que realizan trabajo
doméstico y extradoméstico de manera combinada.
La raíz continúa siendo cultural y en el análisis causal se
debe partir de una fallida capacidad para generar
mecanismos que motiven a los varones promedio para
involucrarse en obligaciones y responsabilidades del
Ambito Privado.
Jurídicamente el quid regulatorio no debe radicar en obligar
bajo amenazas sancionatorias, la Democratización del
Trabajo Doméstico así como el cuidado de la descendencia,
enfermos y adultos mayores debe partir más de prácticas
flexibilizantes desde los Centros de Trabajo y los
Educativos.
Las normatividades europeas en materia de conciliación
familiar y laboral coinciden con la prioridad de “Configurar
un sistema que contemple las nuevas relaciones sociales
surgidas y un nuevo modo de cooperación y compromiso
entre mujeres y hombres que permita un reparto equilibrado
de responsabilidad en la vida profesional y en la privada”
(Ley de CFL de España).
Pero la otra parte se opera desde la estructura del Poder
Ejecutivo con Políticas de Conciliación, que rebasando la
idea de suponerles como meros planes de acción positiva,
son ejes reorientadores de carácter permanente, son las
formas como adquiere sentido el Paradigma de la Igualdad.
Si aspiramos al Bienestar Compartido, la transformación de
visiones y de criterios distributivos debe darse, la
planeación de tiempos tiene una perspectiva sexuada que
no puede seguir ignorándose, dicho en palabras de Judith
Astelarra y según su lógica de correcciones de Políticas de
Igualdad de Oportunidades “Significa modificar el modelo
adoptado desde la era industrial, cambiando el concepto de
trabajo, de organización del trabajo, de tiempos de la vida
familiar, social y pública”.

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