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EL INVESTIGADOR ANTE EL ASESINO EN SERIE Y LOS

PSICOPATAS

“ La agresión maligna no es instintiva sino que se adquiere, se aprende. Las semillas


de la violencia se siembran en los primeros años de la vida, se cultivan y desarrollan
durante la infancia y crecen estimuladas por los ingredientes crueles del medio hasta
llegar a formar una parte inseparable del carácter adulto. Los seres humanos
heredamos rasgos genéticos que influyen en nuestro carácter. Pero nuestros complejos
comportamientos, desde el sadismo al altruismo, son el producto de un largo proceso
evolutivo condicionado por las fuerzas sociales y la cultura.”
Luis Rojas Marcos, “Las semillas de la violencia”.

INTRODUCCION
...” Cielos, la maté demasiado rápido. No me tomé tiempo para disfrutar, para
torturarla.
Debería haberla atado de una manera distinta, estudiando un modo diferente de
asaltarla.”
Cuando sigue este hilo de pensamiento, su mente se proyecta hacia delante para ver
cómo podría asesinar con mayor perfección la próxima vez; hay un perfeccionamiento
continuo.
Robert K. Ressler y Tom Shachtman, “El que lucha con monstruos”

El investigador hace diligencias para descubrir una cosa, o realiza actividades


intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los
conocimientos sobre una determinada materia. Otra definición propia de la labor de
investigar es aclarar la conducta de ciertas personas sospechosas de actuar
ilegalmente.
Desde el comienzo de la historia se han producido hechos deleznables que parecen
inherentes a la condición humana, y como tales la sociedad, para protegerse, ha ido
creando sus propios medios de defensa para combatirlos y otros para entenderlos aún
con el mismo fin.
Ante el homicidio la Ley castiga, pero es el último eslabón al que se llega tras una
labor de investigación que no siempre llega a buen puerto por motivos varios. El
conocimiento de algunas tipologías de homicidios es en ocasiones fundamental para
conseguir el fin deseado, que es descubrir al autor de los hechos. En éstos casos
conocer la personalidad del autor, cómo piensa, cómo actúa, es parte importante de la
labor investigadora, y cómo no, se debe conocer básicamente algunos de los conceptos
que ayudarán a realizar un perfil exitoso del criminal.
Hay crímenes que por sus características y ausencia de un modus operandis, crean un
serio problema al investigador al cerrarsele las vías de investigación. En los crímenes
en serie violentos el motivo es desconocido para éste por lo que tendrá que
solucionarlo acercándose en la dirección opuesta, es decir, conociendo perfectamente
la conducta del agresor.
Cuando se habla de conductas de la personalidad, inevitablemente se dirige la mirada
a los expertos en materia de salud mental. En Estados Unidos desde hace muchos años
se complementa la labor del investigador con la realización de perfiles de los
criminales, y con éste fin se crearon unidades específicas como el BSU (Unidad de
ciencias del comportamiento), o el CPRP (Proyecto de investigación de la personalidad
criminal).
Quizás la sociedad no esté todavía concienciada de la importancia del problema que
entrañan estos individuos y solo se produzca la alarma social cuando los medios de
comunicación se hacen eco de alguno de los crímenes violentos que se producen, pero
hay muchos de ellos que se quedan archivados en los juzgados sin resolver, y que decir
tiene de los cientos de personas que siguen desaparecidas . No hace mucho tiempo en
una tertulia radiofónica, expertos en la materia hacían referencia a la posible existencia
de casi media docena de asesinos en serie en el Estado.

INDICE

Aclarando conceptos.
1.1 El asesino en masa.
1.2 El asesino múltiple.
1.2.1 Asesino excursionista.
1.2.2 Asesino en serie.

Conocimientos básicos desde el punto de estudio médico psiquiátrico.


2.1 ¿Es diferente el funcionamiento del cerebro de un asesino en serie al de una
persona normal?
2.2 Diferencias entre el asesino psicótico y asesino psicópata.
2.2.1 El psicótico.
2.2.2 El psicópata.

La escena del crimen.


3.1 Escena de un delicuente organizado.
3.2 Escena de un delicuente desorganizado.

El perfil de un asesino en serie.


5. La víctima.

El reto del investigador

Caso Real
7.1 El albañil y las ancianas

1. ACLARANDO CONCEPTOS.

A la hora de abordar el tema de los asesinos en serie, tanto el investigador neófito en


éste tipo de hechos como cualquier otra persona interesada en comprender el
comportamiento de éstos sujetos y sus hechos, descubre la complejidad que entraña
este apartado de la tipología criminal, descubriendo nuevos términos que van desde las
meras definiciones policiales a complejas definiciones psiquiátricas y descripción de
pautas de comportamiento. Términos como trastorno antisocial de la personalidad,
psicótico, psicópata, sociópata, esquizofrenia, DSM IV, etc.. O asesino múltiple, asesino
en masa, asesino excursionista.

Los medios de comunicación han jugado un papel importante a la hora de descubrir


toda una relación de palabras y terminologías que en ocasiones puede llegar a
confundirnos si lo que se quiere es tener una idea clara y objetiva de lo que estamos
hablando.
Aspectos tan importantes como la clasificación de la escena del crimen, del tipo de
crimen, o de la forma de actuar del asesino, e incluso el tipo de víctima y su entorno,
son importantes a la hora de realizar una investigación con una base sólida. Es
entonces cuando empezamos a manejar unos términos característicos de la tipología
que nos ocupa, porque la forma de abordarlos es también diferente. En los puntos
sucesivos se irán aclarando muchos de éstos términos y conceptos que sin duda alguna
ayudarán a una mejor comprensión de las motivaciones y acciones de los llamados
asesinos en serie.

1.1 ASESINO EN MASA.

Esta tipología se adopta en cuanto al número de víctimas, cuatro o más, y su ubicación


en un mismo lugar o escena del crimen. Generalmente sus víctimas son de un entorno
conocido y puede que tengan o no relación directa con él, también es reseñable que
achaque a sus víctimas sus problemas y actúe a modo de venganza o como medio de
resolución de éstos. El asesino en masa piensa que está en posesión de la verdad,
sufre lo que se denomina un delirio y podrá tener su comienzo en una psicosis, lo que
es lo mismo, la pérdida total del contacto con la realidad ya sea a través de una causa
endógena (esquizofrenia), o a una causa exógena (drogas u otro tipo de sustancias).

Ejemplos de ésta tipología los vemos cada cierto tiempo en la sociedad americana por
los medios de comunicación, en los cuales observamos casos como el de jóvenes que
irrumpen en su instituto causando varias víctimas para luego suicidarse, o en los casos
en que las víctimas se producen en el entorno de una secta destructiva, causando el
líder a través de su influencia la muerte de sus adeptos. Más cerca de nosotros
recordamos el caso del crimen de Puerto Urraco en el que dos hermanos causan la
muerte de numerosos vecinos de su pueblo.
En resumen, se trata de una acción límite trazada por el individuo como única salida.

1.2 ASESINO MULTIPLE.

Si antes hemos hablado del asesino en masa como autor de cuatro o más víctimas en
un mismo lugar, al hablar de asesinato múltiple nos referimos a la comisión de dos o
más víctimas en distintos lugares, y es en éste apartado donde podemos ubicar al
denominado asesino en serie y al asesino excursionista.

1.2.1 ASESINO EXCURSIONISTA.

Esta tipología es la que menos nos encontraremos con toda seguridad. Hablamos en
éste apartado de crímenes cometidos en lugares diferentes y en un periodo de tiempo
muy breve.
El asesino no tiene tiempo para serenarse entre la comisión de un hecho y el siguiente.
Se puede decir que todos los crímenes son resultado de un único suceso de inicio, y
que puede durar el tiempo en función de los fines del criminal.
En cuanto a la personalidad del autor, podemos afirmar con seguridad, que estaríamos
ante una forma de esquizofrenia, más cerca de la tipología del asesino en masa que del
serial, el cual veremos a continuación.

1.2.2 EL ASESINO EN SERIE.

En principio, para determinar ésta tipología, definiríamos al asesino en serie como


aquél que comete tres o más acciones homicidas en periodos de tiempo que van de
unos días a semanas, meses e incluso años. La cadena de asesinatos es producto de
una urgencia ineludible.
Generalmente tienen un patrón o pauta determinada, la cual irán perfeccionado, ya sea
en función del lugar, del tipo de víctima o acciones que realiza con ella.
Una distinción importante entre los asesinos seriales es la provocada por su
personalidad, estamos hablando del psicótico y del psicópata, características que
desarrollaremos más adelante, lo cual tiene una gran importancia a la hora de la
investigación ya que su forma de actuar es diferente.
Centrándonos ahora en el serial con personalidad por ser el más peligroso y difícil de
detectar, vamos a ver las características que definen su forma de actuar.

En los asesinos seriales se pueden observar unas etapas previas y posteriores al


crimen, y así ha sido descrito por el doctor norteamericano Joel Norris, uno de los
principales expertos en éste tema.

*La fase áurea:


Todas las personas tienen fantasías como vías de escape temporal, pero para un
asesino en serie, lo que comienza como tal evoluciona en algo a realizar. Gradualmente
la necesidad de liberar éstas fantasías llega a convertirse en un acto compulsivo,
llegando a sucumbir a éstas.

*La fase de venteo o pesca:


Es la fase de la búsqueda de su víctima, una víctima que se adapte a sus preferencias,
o un lugar en
el que pueda controlar el riesgo que entraña la acción que va a cometer.

*El acecho:
Una vez elegida la víctima comienza el acecho antes de empezar a cortejarla. Sus
hábitos, donde trabaja, con quién anda, a donde le gusta ir...

*El cortejo:
Tratan de ganarse la confianza de su víctima para conducirlas hasta su trampa.
Algunos son tan seductores que no les resulta difícil convencerla de que suban a su
coche transmitiéndolas una sensación de seguridad.

*La fase del asesinato:


Es la culminación de la fantasía del criminal. Es frecuente que muchos psicópatas
experimenten un orgasmo mientras matan.

*La fase fetichista o totémica:


El asesinato les ofrece un placer intenso, pero pasajero, por ésta razón algunos se
quedan con algún recuerdo del momento, ya sean fotos, objetos personales de su
víctima, o incluso partes de su cuerpo. Esto les servirá para revivir posteriormente el
momento culminante de su acción.

*La fase depresiva:


El asesino sufre una depresión post-crimen, lo que puede llevarle al suicidio, o sin
embargo lo que es más frecuente a un nuevo asesinato, repitiendo de ésta forma el
ciclo anterior.

La duración de éste proceso a través de sus diferentes fases determinará el espacio de


tiempo transcurrido entre un crimen y otro, y solo con la detención del asesino se
podrá detener el ciclo. Uno de los problemas más graves con los que se encuentra el
investigador es el propio tiempo transcurrido entre la aparición de una víctima y la
siguiente, junto con la movilidad de éstos individuos, que a menudo actúan en
ciudades diferentes.

Tendríamos entonces diferentes tipos de asesinos en serie. Los denominados asesinos


móviles que se desplazarían de ciudad en ciudad matando al azar o buscando víctimas
concretas, asesinos locales que permanecen cerca de su ciudad e incluso los que
matan siempre en el mismo lugar.

En Estados Unidos ante ésta problemática se creó el programa de arresto del criminal
violento V.I.C.A.P. , el cual consiste en un cuestionario que se realiza ante la aparición
de un crimen violento en cualquier parte del país, y un ordenador analiza
posteriormente éstos datos. De ésta forma se puede detectar crímenes con similitudes
y así detectar al posible asesino en serie actúe donde actúe. Mientras más datos se
dispongan menos ardua será la tarea de su detención.

2 CONOCIMIENTOS BÁSICOS DESDE EL PUNTO DE ESTUDIO MEDICO-


PSIQUIÁTRICO.

Cuando tenemos conocimiento de un horrible crimen por las circunstancias que lo


rodean o de una serie de crímenes tras los cuales hay una persona implicada,
pensamos que hay algo anormal en ello, algo que no concuerda con la propia
naturaleza del ser humano y es por ello que inmediatamente se buscan respuestas que
expliquen los comportamientos de éstas personas.

La naturaleza humana es violenta de por si, pero hay un límite que algunos traspasan
observándose comportamientos anormales que desde el punto de vista médico se ha
estudiado se ha estudiado prolíficamente. Desde la psiquiatría se han catalogado éstos
comportamientos y en uno de ellos da cabida a los trastornos antisociales de la
personalidad que es donde encuadramos a los psicópatas.

Los expertos dicen que el psicópata no es un enfermo mental, al contrario que el


psicótico, es su personalidad anómala lo que le hace ser peligroso. Así mismo cobran
fuerza los planteamientos que asocian la personalidad violenta de un psicópata a una
biología anormal de su cerebro, y de hecho se encuentran diferencias significativas en
el estudio de un cerebro de una persona no psicópata al de un psicópata.

2.1 ¿ES DIFERENTE EL FUNCIONAMIENTO DEL CEREBRO DE UN ASESINO EN


SERIE AL DE UNA PERSONA NORMAL?

Es una pregunta que todos nos hacemos y hoy en día a través de técnicas avanzadas
se ha podido confirmar algunos extremos. El conocimiento de nuestro cerebro es
todabía escaso, pero ahora sabemos que una parte de el regula las respuestas
emocionales, la amígdala.

En un estudio comparativo realizado sobre un grupo de asesinos psicópatas y otro de


personas normales se ha observado que los primeros presentan una menor actividad
cerebral en su corteza prefrontal. Hablamos en todo caso del psicópata impulsivo que
actúa en un momento bajo una acción descontrolada y que es incapaz de regular sus
impulsos. Sin embargo estudiando el cerebro del asesino en serie psicópata, la
actividad registrada es mayor a la normal, éstos regulan mejor sus emociones, saben
planificar muy bien, pero al servicio de sus objetivos letales.

2.2 DIFERENCIAS ENTRE EL ASESINO PSICÓTICO Y PSICÓPATA.

Es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de estudiar un


caso, y como veremos más adelante las lineas de investigación difieren de uno a otro.
Las variables son muchas y diversas. Estamos hablando de una persona enferma con
graves problemas mentales en un caso y en el otro de una persona aparentemente
normal, fria y calculadora. Que duda cabe que el criminal psicópata es el más dificil de
detectar y apresar. Si en la mente del psicótico todo es confusión y desorden, ésto se
verá reflejado en la escena del crimen. El mismo será una persona con unas
características precarias tanto en su vida personal como social, y generará una
violencia extrema y descontrolada.

Sin embargo a veces la linea entre éstos dos tipos de personalidades no está tan
definida, lo cual genera un problema importante en cuanto a las consecuencias penales
que esto supone. Sin ir más lejos en el caso del crimen del rol ocurrido en 1994 la
discusión fundamental una vez detenidos los autores, fue determinar si el principal
acusado padecía una psicosis, por lo tanto un enfermo mental e inimputable
penalmente, o por el contrario se trataba de un transtorno de personalidad, lo cual le
hacía responsable de sus actos e imputable por ellos.

2.2.1 EL PSICOTICO

La característica principal o lo que le diferencia del resto de asesinos, es que nos


encontramos ante un enfermo. La pérdida del contacto con la realidad es lo que genera
sus acciones incontroladas y fuera de todo sentido común. Su percepción de las cosas
y de lo que sucede a su alrededor se ve de tal forma alterada que su reacciones se ven
condicionadas hasta el extremo de que nada ni nadie puede sacarle del error en que se
encuentra. Una observación importante es el origen de ésta psicosis, que a grandes
rasgos derivaría de una causa endógena ya sea el enfermo típico o por causas
exógenas debido al consumo masivo de alcohol o drogas lo cual provocaría ese estado
psicótico.

Estos individuos presentarían cuadros de alucinaciones, delirios, cambios fuertes de


humor o estado de ánimo.

Debido a éste desorden mental que se produce en éstos individuos, la escena del
crimen la definiríamos como desorganizada, fiel reflejo de lo que sucede en su cabeza.
Generalmente actúan en la zona donde se desenvuelven habitualmente dejan
numerosas evidencias y su localización resulta menos ardua que si de un psicópata se
tratase.
Otra de las características importantes es su aspecto descuidado tanto en su aspecto
personal como su domicilio, vehículo etc. y desorden en su vida tanto afectiva como
social. Suelen ser solitarios y ofrecen una apariencia extraña a los demás.

Uno de los casos que encuadraríamos en ésta tipología y del hablaremos más adelante
es el del asesino “Matamendigos”.
En este apartado tendríamos que incluir a los llamados asesinos en masa, ya que sus
acciones son debidas a una reacción generalmente paranoica.

2.2.2 EL PSICÓPATA.

La Asociación Americana de Psiquiatría ya describía en 1952 a los psicópatas como


individuos de comportamiento habitualmente antisocial,que se muestran siempre
inquietos, incapaces de extraer ninguna enseñanza de la experiencia pasada ni de los
castigos recibidos, así como también de mostrar verdadera fidelidad a una persona, a
un grupo o a un código determinado. Suelen ser insensibles y hedonistas, de muy
acentuada inmadurez emocional, carentes de responsabilidad y de juicio lúcido, y muy
hábiles para racionalizar su comportamiento a fin de que parezca correcto, sensato y
justificado.
Si antes el término utilizado era el sociópata o personalidad sociopática, hoy en día se
define como trastorno antisocial de la personalidad.

Karpman dividía a los psicópatas en dos tipos:


Agresivo-predadores: Individuos que satisfacen sus conveniencias con extremada
agresividad y con una actuación fría e insensible, apropiándose de cuanto desean.

Pasivo-parasitario: Obtienen lo que quieren practicando sobre los demás una especie
de sangría parasitaria consistente en aparentar desamparo y necesidad de ayuda y de
simpatía infinitas.

Otra de las clasificaciones claramente definidas que podemos hacer en cuanto a su


forma de actuar es la del psicópata afectivo y el psicópata depredador. El primero no
controla sus emociones y actúa descontroladamente en un momento concreto. El
doctor Miguel Angel Rodriguez, ex-director de la Clínica Psiquiátrica del Hospital
penitenciario de Madrid, nos comentaba en una de sus clases uno de los muchos casos
que atendió, y hacía referencia a un joven que había matado a un hombre. Este que
regentaba un puesto de venta ambulante de cintas musicales no le había devuelto el
dinero de su compra al comprobar el mal estado de la cinta. Lo mató sin inmutarse y
simplemente porque según él, se lo había buscado, todo esto sin mostrar síntoma
alguno de arrepentimiento.

Sin embargo el psicópata depredador antes de actuar ha preparado el camino para el


resultado final, es planificador, actúa fríamente.

En lo que todos los expertos están de acuerdo es en que éstos individuos no


experimentan sentimientos de culpabilidad, no tienen remordimientos y sufren una
falta total de empatía, a demás de una gran capacidad para fingir. De igual forma uno
de los términos que más aparecen en las diversas pero coincidentes definiciones es la
moral, la ausencia de moral y criterios éticos.

Estas características han llevado a algunos psicópatas criminales a fingir enfermedad


mental para eludir sus actos, haciendo creer incluso que poseen una personalidad
múltiple.

La Asociación Americana de Psiquiatría mencionada anteriormente tiene otro


instrumento para detectar psicópatas en su sociedad. Entre los menores de quince
años, son posibles candidatos a la psicopatía (violenta o no) quienes cumplan tres o
más de éstos síntomas:
- Frecuente absentismo escolar.
- Al menos dos fugas de casa sin retorno voluntario.
- Inicios de peleas físicas.
- Uso de armas en más de una ocasión.
- Crueldad física con animales y/o personas.
- Destrucción deliberada de la propiedad de otros.
- Participación deliberada en más de un incendio.
- Robos con falsificación y enfrentamiento con las víctimas.

A partir de los 18 años, una persona es una claro candidato a convertirse en un


psicópata violento si cumple al menos cuatro de los siguientes requisitos:
- Es incapaz de mantener un trabajo constante.
- Actos antisociales frecuentes por los que puede haber sido detenido o no.
- Irritabilidad y agresividad.
- Incumplimiento de obligaciones económicas.
- Incapaz de planificar a medio plazo.
- Desinterés por la verdad. Uso repetido de la mentira, alias o bromas a los demás
para obtener provecho o placer personal.
- Despreocupación por la seguridad física, la propia y la de los demás.
- Irresponsabilidad cuando se actúa como padre o cuidador.
- Ausencia de una relación monógama durante más de un año.
- Ausencia de remordimientos. Encuentra fácilmente justificación para dañar, maltratar
o robar a los demás.

Robert Hare nos dice del psicópata:


Conjuntamente, éste sujeto nos presenta una imagen de una persona preocupada por
sí misma, cruel y sin remordimientos, con una carencia profunda de empatía y de la
capacidad para formar relaciones cálidas con los demás, una persona que se comporta
sin las restricciones que impone la conciencia. Lo que destaca en él es que están
ausentes las cualidades esenciales que permiten a los seres humanos vivir en
sociedad.

3. LA ESCENA DEL CRIMEN.

La escena del crimen es el principio, la base de la investigación, y es primordial sacarle


todo el partido posible antes de desvirtuarla. Cuando hablamos de la escena del crimen
perpetrado por un asesino en serie, sabemos que no es una escena corriente, y que en
ella se van a observar características peculiares, y la psicología juega un papel
importante y por ello para una mejor comprensión de ésta cuando el autor que se
busca es una personalidad desequilibrada mentalmente se habla de un crimen
desorganizado, y por el contrario cuando el presunto autor presenta una personalidad
psicopática hablamos con toda seguridad de un crimen organizado.

Es fundamental discernir el tipo de criminal al que buscamos, ya que su forma de


actuar y su propia personalidad es completamente diferente, y así mismo lo son sus
actos y comportamientos, lo que influirá en las lineas de investigación que se marquen
así como el tratamiento de los posibles sospechosos.

Es fundamental tener una visión completa de la escena del crimen para valorar si el
criminal es organizado o no, y cobra una gran importancia la víctima. ¿Qué tipo de
víctima ha elegido el agresor, es una víctima de bajo riesgo o de alto riesgo para los
fines del criminal?.

3.1 LA ESCENA DEL CRIMEN DE UN DELICUENTE ORGANIZADO.

Quizás la característica principal del delicuente organizado es su capacidad para


planificar su crimen. Sus víctimas son generalmente desconocidas, y emplea trucos o
engaños para ejercer su control, facilidad de palabra, éstos son inteligentes.

Al tener un total control sobre sus actos éste adaptará su comportamiento a las
circunstancias. Otro de los detalles característicos es la utilización de su propio equipo
para la realización del crimen, su vehículo, su propia arma o los utensilios que va a
necesitar. Este borrará las huellas que ha dejado, manipulará la escena del crimen para
confundir al investigador e incluso trasladará el cadáver de lugar. Así mismo otro de los
detalles particulares de las acciones de éstos sujetos es la apropiación de objetos
pertenecientes a la víctima o a la propia escena con el objeto de poder recrear a
posteriori su acción.

El asesino en serie organizado irá perfeccionando sus crímenes y si se descubre una


cadena de crímenes con un mismo autor, será el primero de ellos el que nos pueda dar
más información acerca de su autor, y seguramente será el más cercano a su lugar de
residencia.

La escena por tanto, será escueta en contarnos cosas y muchas de las veces lo que se
descubrirá será el cadáver al cabo de un tiempo y el autor se habrá encargado de
eliminar todo rastro que le pueda indicar como sospechoso, y eso en el mejor de los
casos, ya que otras tantas veces ni siquiera se recupera la víctima. Hay que recordar
que permanecen cientos de jóvenes desaparecidas en toso el Estado, que quizás hayan
sido víctimas de un asesino en serie psicópata.

3.2 LA ESCENA DEL CRIMEN DE UN DELICUENTE DESORGANIZADO.

El delicuente desorganizado es por lo general una persona desequilibrada y por tanto la


escena que aparece ante el investigador refleja el desorden de su mente. Este no
escoge a sus víctimas de una manera lógica, por lo que a menudo no llega a su fin por
que su víctima a podido reaccionar a tiempo y abortar su acción. El no planifica y a
veces falla. Son víctimas de alto riesgo.

Cuando logra su fin, las víctimas presentan grandes heridas por la resistencia de éstas,
el agresor a menudo actúa rápidamente sobre ellas golpeandolas para eliminar toda
resistencia y dejarlas inconscientes, les cubre la cara o las desfigura, no le interesa la
personalidad de su víctima, al contrario que el asesino organizado.

El asesino desorganizado no lleva su equipo y a menudo utilizará objetos a su alcance


en el momento de la agresión para consumarla, objetos que luego aparecen en la
propia escena del crimen.

4. EL PERFIL DE UN ASESINO EN SERIE.


Que sencillo sería para el investigador que el criminal dejase su tarjeta de visita en el
lugar de los hechos. Aunque no es lo que sucede, indirectamente el autor deja muchos
datos que solo la habilidad del equipo de investigación puede ir reuniendo y completar
parte del rompecabezas.

Para ello hay que basarse en el estudio pormenorizado de la escena del crimen. Qué
tipo de víctima ha elegido, como ha llevado a cabo el crimen, el arma utilizada, cuanto
tiempo ha podido llevarle su acción, si ha agredido sexualmente a su víctima y de qué
forma, escena organizada o desorganizada, etc..

El perfil que se realice del sospechoso indicara las recomendaciones sobre las lineas de
investigación a seguir, y en caso de haber un sospechoso, la mejor forma de
interrogarlo.
La Unidad de Ciencias del Comportamiento del F.B.I. hace un retrato bastante escueto
y generico de un típico asesino en serie:

Varón entre 25 y 35 años, de raza blanca. La mayoría de las veces mata personas de
su misma raza. La edad de sus víctimas es muy variada, dependiendo de los gustos del
asesino. Su nivel intelectual y su nivel social son muy variables, así como los de sus
víctimas. Estas son generalmente desconocidas para él, y hasta el trágico momento de
su encuentro nada parece haber en común entre ellos. Puede estar casado, tener hijos
y un buen trabajo. O puede ser tan inestable que sea incapaz de trabajar o que lo haga
muy irregularmente. Puede no ser capaz de mantener relaciones con el resto de la
gente, lo que lo convertiría en un solitario.

Como ejemplo del trazado del perfil de un asesino vemos como lo realizo Robert
Ressler en un caso que presentaba una escena desorganizada y un crimen brutal.

El perfil: Varón blanco, edad entre 25 y 27 años; delgado, aspecto desnutrido. Su lugar
de residencia debe de estar extremadamente descuidado, y se hallarán en él pruebas
del crimen. Historial de trastornos mentales, y seguro que ha consumido drogas. Será
un tipo solitario que no se asocia ni con varones ni con mujeres, y posiblemente pasará
mucho rato en su casa, donde vive solo. Sin empleo. Recibe quizás algún subsidio
social. Si reside con alguien, será con sus padres; sin embargo, esto es improbable. No
ha estado enrolado en la marina; fracaso en la escuela secundaria o la universidad.
Previsiblemente sufre una o más formas de psicosis paranoide.

Según escribe Ressler la esquizofrenia paranoide se manifiesta por primera vez


generalmente en la adolescencia. Sumando 10 años a un supuesto inicio de la
enfermedad a los quince situaría al asesino en el grupo de veintitantos años. Ressler
pensó que el asesino no sería mucho mayor por dos razones. Primera: La mayor parte
de los homicidas sexuales tienen menos de veinticinco. Segunda: si era mayor, y su
edad se acercaba a los treinta, la enfermedad debía de haber sido tan abrumadora que
ya se habría traducido en una serie de homicidios aberrantes sin resolver.

Más detalles: El individuo tenía que ser un hombre delgado y larguirucho, los
esquizofrénicos introvertidos no suelen comer bien, no se preocupan por la
alimentación y se saltan comidas. De manera similar, desatienden su aspecto y su
aseo. A nadie le gusta vivir con éstas personas, de modo que el asesino debía de ser
soltero.
Cuando el sospechoso fue detenido se pudo comprobar que el perfil de Robert Ressler
coincidía plenamente.
Es evidente que un buen perfil realizado en base a los datos obtenidos pueden ayudar
en una investigación. Un estudio en profundidad de la escena y todo lo que rodea al
caso es fundamental así como la ampliación de la busqueda a otras localizaciones por
la posibilidad de encontrar casos similares que podrían tener relación entre ellos.

5. LA VICTIMA.

Las víctimas es un apartado muy importante a la hora de establecer un perfil del


criminal, ya que en función del tipo de víctima tendremos una visión más clara de
cómo puede ser el asesino.
Podemos hacer dos grupos bien diferenciados, víctimas de alto riesgo y víctimas de
bajo riesgo. El grado de riesgo viene determinado por el tipo de vida de la víctima,
ocupación, o lugares que frecuenta. Así víctimas de alto riesgo serían por ejemplo
prostitutas, vagabundos personas que hacen auto-stop, etc.

En el segundo grupo, el de bajo riesgo estarían madres de familia que viven en un


barrio residencial por ejemplo, con un estilo de vida ordenado o lo que se denomina
normal para la mayoría de las personas.

El riesgo se evalúa por las circunstancias que rodean a la víctima, y cambios en el


estilo de vida podrían colocar a una víctima de bajo riesgo en una de alto riesgo.
En éste punto la elección de la víctima por parte del criminal variará en función de su
personalidad, y la aceptación del riesgo por parte de éste en función de sus
necesidades.

Un criminal puede asumir un alto riesgo si está convencido de que no será capturado,
de que su situación de tensión es tal que no le permita considerarlo, que sea
emocionalmente inmaduro, o quizás busca una excitación de modo vital para cometer
su acto.

6. EL RETO DEL INVESTIGADOR.

El método más acertado para solventar la mayoría de los crímenes, es la predicción de


la conducta basándose en motivos conocidos. En los crímenes en serie violentos, el
motivo es desconocido para el investigador, por lo que éste tendrá que solucionarlo
acercándose en la dirección opuesta, es decir, conociendo perfectamente la conducta
del agresor.
Para conseguir la obtención de un perfil del criminal con suficiente entidad para darnos
una imagen lo más aproximada a lo que buscamos, hay dos conceptos que deben ser
aceptados por el investigador:

1º - Los agresores en serie violentos y de tipo sexual, generalmente ha hecho realidad


su crimen en sus fantasías antes que con una víctima real.

2º - La mayoría de las conductas satisfacen un deseo o necesidad.

Aceptando estos dos conceptos básicos, un investigador puede deducir lo que el


agresor desea, qué necesidades tiene y la conducta que se va a apreciar en la escena
del crimen.
En los crímenes sexuales violentos en serie, para comprender tanto la escena del
crimen como el perfil del agresor, es tan importante la evidencia física como la
psicológica.

El principio de intercambio: cualquiera que entra en la escena del crimen toma algo de
ella y deja atrás algo de él.

Se ha demostrado que utilizando principios básicos de psicología y aplicados a las


evidencias físicas, nos da la impresión del hombre que cometió el crimen.

Lo primero que hay que considerar para trabajar el perfil de un agresor es la escena
del crimen. Es un documento viviente de las acciones del agresor y es la base para las
interpretaciones objetivas. Hasta el detalle más ínfimo nos puede proporcionar una
valiosa visión. Una vez reunidas las evidencias físicas, y la reconstrucción científica del
crimen se ha hecho, se puede seguir.
Hay que investigar la naturaleza de la conducta del agresor respecto a los elementos
físicos del crimen. El investigador no se puede cuestionar la moralidad del agresor, el
único problema importante es cómo capturar o neutralizar al individuo responsable.

La pregunta para el investigador especializado es ¿Qué visión proporciona en la


moralidad del agresor su propia conducta?.

La conducta del agresor nos puede indicar lo que ha hecho en el pasado, presente y
lo que hará en el futuro.

Es evidente que un buen perfil realizado en base a los datos obtenidos pueden ayudar
en una investigación. Un estudio en profundidad de la escena y todo lo que rodea al
caso es fundamental así como la ampliación de la busqueda a otras localizaciones por
la posibilidad de encontrar casos similares que podrían tener relación entre ellos

7. LOS CASOS REALES.

En éste capítulo iremos desgranando varios casos criminales, intentando encuadrarlos


en las diversas clasificaciones que se han comentado con anterioridad. Nos
encontraremos con criminales psicópatas, psicóticos, casos acaecidos tanto en el
Estado español como fuera de el, que nos sirven para ilustrar una amplia galería de
personajes y circunstancias, así como a sus víctimas inocentes, las cuales se cruzaron
en el camino de estos sujetos.

7.1 EL ALBAÑIL Y LAS ANCIANAS.

Ocurría en Santander, el se llama José Antonio Rodriguez Vega. Entre 1987 y 1988
mató a 16 ancianas en sus casas. Es lo que denominaríamos un psicópata desalmado,
un asesino en serie. Sus víctimas tenían entre 60 y 90 años, vivian solas en sus casas.
Tras su detención todo el mundo decía lo mismo, su familia, los policías e incluso su
abogado lo catalogaban de loco peligroso, psicópata, sádico, fetichista, gerontófilo,
obsesivo.

Los médicos del psiquiátrico penitenciario de Carabanchel concluyeron en su examen


que Rodriguez Vega era un psicópata desalmado imputable de los crímenes cometidos
y que en ningún caso se trataba de un enfermo mental.
Rodriguez Vega actuaba siempre por las mismas zonas. No dejaba rastro, había elegido
un tipo de víctima que junto con su modus operandis dejaban pocos indicios de que lo
que en principio era una muerte natural se trataba de un homicidio cruel. Los forenses
iban certificando las muertes como naturales, cuando la realidad era bien diferente.
Vega les tapaba la boca y la nariz produciéndoles la muerte por asfixia o paro cardiaco.

Cuando el número de ancianas fallecidas empezó a ser preocupante y la hija de una de


las víctimas empezó a alzar la voz en el sentido de que su madre había sido asesinada,
la macabra carrera de Vega comenzó su final.

Se detectó que las ancianas fallecidas habían solicitado los servicios de una persona
para realizar una serie de trabajos en sus domicilios. Se comprobó que tres de ellas
habían contratado a Rodriguez Vega para ello.

Al investigarle se descubrió que había estado procesado por violación, y tras un


interrogatorio y un registro domiciliario se confirmó su autoría en los crímenes.

En su casa tenía una especie de museo de los horrores, en donde había recopilado
objetos personales de sus víctimas, y un detalle que llamó fuertemente la atención fue
su obsesión por el color rojo, el cual presidía toda la habitación.

Rodriguez Vega encuadra perfectamente en el perfil de un psicópata desalmado en


serie. Catalogado como un chico normal. Procesado por cuatro violaciones, consiguió el
perdón de tres de sus víctimas. La exploración psiquiátrica que se realizó entonces,
salvo un cierto nerviosismo, no se le apreciaba enfermedad mental alguna de tipo
psicótico.

Se le conocía por sus buenas maneras y labia, afable, delicado y con excelentes
modales. De esta forma se ganaba la confianza de sus víctimas. Sin embargo
analizando su pasado se observan problemas de relación con sus padres, casado muy
joven y separado con un hijo.
En éste caso se hizo evidente la necesidad de una mayor colaboración entre la policía y
la medicina forense.

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