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ADANES CONVOCADOS

por
Marcelo Mario de Melo

I.-
En las cuestiones ligadas a la discriminación y a los papeles sexuales, las mujeres ya
agarraron su onda. Los homosexuales y los bisexuales también, y hasta los machos se
organizan y solidarizan, como se vio en el caso aquel del tipo que golpeó a su mujer y
tuvo el apoyo de la Asociación de los Maridos Traicionados, fundada en Ceará Brasil.

Todos los sectores se movilizan. y... ¿cómo quedamos nosotros, que no somos ni
mujeres, ni homosexuales, ni bisexuales, y que rechazamos el modelo machista que
nos ha sido impuesto desde niñitos como signo de masculinidad?

La respuesta está en el Masculinismo, un movimiento crítico, autocrítico, cachondo,


solidarista y convivencial. Sabiendo que de cartas de principios y discursos generosos
la humanidad ya está hasta la madre y hasta el padre, ponemos el dedo en la llaga a
través de un manifiesto y proclamamos indicativamente lo que rechazamos y lo que
pretendemos transformar para vivir mejor.

Siendo los hombres los estadísticamente minoritarios frente a las mujeres,


homosexuales, bisexuales y machos, nos caracterizamos como minoría oprimida.
Nosotros, hombres masculinistas, sufrimos la represión de los machos, de las
feministas sectarias y de los gays autoritarios. Requerimos por lo tanto, el apoyo
extremo y la solidaridad máxima por parte de la sociedad inservil.

II.-
La presente es una contribución del Movimiento Masculinista Mundial (MMM), cuyo
símbolo está representado por un cactus (erecto o en reposo). Detalle: el cactus no
tiene espinas.
Denunciamos a los machos engreídos que, utilizando el discurso masculinista
pretenden dar sólo los anillos para no perder el dedo. Retroceden en un 30% de
machismo para mantener el 70%. Es la nueva república del machismo.

Convencidos de que la perfección no es una meta y sí un mito, buscaremos hacer un


esfuerzo para romper un 70% nuestro machismo actual e incrementaremos con nuevos
puntos este manifiesto, aceptando la contribución crítica y propositiva de todos los
masculinistas y otros sectores sexuales, preservada nuestra opción fundamental por
las mujeres.

Renunciamos a todas las prerrogativas del poder machista. Que "ombre" sea escrito
sin "H". No nos consideramos ni superiores ni inferiores a las mujeres, a los gays o a
los bis. Somos distintos y estamos juntos, pero no revueltos.

Rechazamos todos los modelos prefabricados de sexualidad, moralistas o


vanguardiosos, partiendo de tres principios básicos:

1) La carencia no se inventa;
2) Recetas, sólo de pastel;
3) Vanguardia también es masa.

Somos solidarios con cualquier salida (o entrada) sexual que la humanidad tenga a
bien inventar y gozar, siempre que no haya imposición o violencia. Por lo mismo,
exigimos que se respete nuestra opción fundamental: nos gustan las mujeres.

III.-
Nuestras principales proclamas son:
• ¡Contra el terror machista!
• ¡Contra la dictadura clitoridiana!
• ¡Contra el homosexualismo autoritario!
• ¡Por la reconciliación del espermatozoide con el óvulo!
Y nuestras consignas fundamentales son:
• Abajo el paraguas negro!, no somos zopilotes.
• Abajo las exigencias de traje y corbata.
• Contra el reloj checador.
• Denunciamos como principales vías conductoras del machismo a las abuelitas
cándidas, las mujercitas fresas, las madrecitas posesivas y las profesoras
asexuadas.
• Abajo la máscara de la fortaleza masculina. Queremos tener derecho a asumir
nuestras fragilidades.
• No queremos ser jefes de familia ni regentes sexuales. Igualdad fuera y arriba
de la cama.
• Por la liberación de la lágrima masculina.
• Por el derecho a orinar sentado.
• Por el respeto al pudor masculino, exigimos mingitorios privados.
• Por el reconocimiento y el respeto a la menstruación masculina.
• Por la paternidad responsable y contra la gravidez y el uso de los hijos como
chantaje sentimental contra nosotros.
• Por el amparo de la ley a los padres solteros abandonados por las mujeres
amadas y desalmadas;
• Queremos pensión por viudez, pensión alimenticia y licencia por cuidados
paternos. No amamantamos, pero podemos preparar biberones y cambiar
pañales.
• Guarderías en las cantinas.
• Contra el cierre del mercado de trabajo a los hombres: queremos ser
telefonistos, dentistos, secretarios, manicuristos, nanos, mucamos, edecanos,
etc.
• Por la capacitación de los hombres desde la infancia para tareas usurpadas por
la feminidad. Queremos aprender corte, confección y costura, cocina, cuidado de
niños, etc.. En contraparte, enseñaremos a las mujeres a cambiar llantas,
tanques de gas y fusibles, plomería y carpintería, a defenderse con los puños, a
espantar ladrones, a matar cucarachas, ratones y demás alimañas.
• Queremos que nos den serenata, que nos cortejen, que os regalen flores, que
nos saquen a bailar, que nos hagan el amor.
• Por el derecho a decir "No", sin broncas ni cuestionamientos sobre nuestra
masculinidad.
• Por el derecho a que no se nos pare sin explicaciones. A la mujer también le
falla. Aquel que nunca ha fallado, que tire la primera piedra.
• Abajo el complejo de cornudo. ¿Por qué la mujer no es cornuda?. Fidelidad o
infidelidad recíprocas.
• El caballerismo es cansado, aburrido y costoso. La delicadeza es cualidad
unisex. Que sea extinguida la caballerosidad o se instaure en complemento el
damismo.
• Protestamos contra el hecho de que nuestro órgano de amor sea representado
por espadas, cañones, macanas y otros instrumentos de agresión y guerra. Sólo
aceptamos la simbolización a partir de cosas gustosas y sanas, como
chocolates, bizcochos, bananas, lápices de labios, paletas, pirulís, etc.

IV.-
Considerando que muchos masculinistas trabajan dos turnos, estudian y frecuentan un
millón de reuniones y eventos, sin hablar de poligamias posibles, no recurriremos a la
actitud ligera de inventar una reunión más para la comunidad masculinista. Por lo tanto,
nuestro principio de organización es el siguiente: grupos de uno y cada grupo obedece
a su jefe. Asamblea general con ego y superego. Voto de minerva para ego.

¡Contra la dictadura clitoridiana!


¡Contra el terror machista!
¡Por el derecho a orinar sentado!
¡Por la liberación de la lágrima masculina!

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