Comunicacion Integral

comunicación cuadernillo 17/5/06 16:23 Página 1
COMUNICACIÓN
INTEGRAL ALTERNATIVA
2005
E J E D E F O R M A C I Ó N S O C I O P O L Í T I C A
ÍNDICE
COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN : DOS VISIONES OPUESTAS 5

¿Qué es comunicación? 5
Comunicación y sociedad 8
La comunicación y el poder 9
Una nueva forma de comunicación para una nueva sociedad 15
LECTURA COMPLEMENTARIA 21
COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN: DOS VISIONES OPUESTAS
¿Qué es comunicación?
Si nos preguntan qué es comunicarse, seguramente lo primero que se nos viene

a la cabeza es compartir, intercambiar, entender a la otra persona y hacerse enten-
der por ésta. Poner en común: eso sería comunicarse.
Así, se comunica la madre con el hijo, se comunican los amigos, se comunican

los enamorados, nos comunicamos con los nuestros, a veces sin necesidad de
palabras. Comunicarse es hacerse común con el otro, compartir mensajes, intere-
ses, significados.
Es, esencialmente, intercambiar con los otros. Comunicar es dialogar. Una rela-
ción de reciprocidad entre dos o más personas que intercambian.
No es casualidad que la palabra comunicación provenga de la misma raíz que

comunidad y comunión.
Sin embargo, otro significado que le damos frecuentemente a la comunicación es

el que viene de los medios de comunicación. Comunicar sería, según éstos, infor-
mar, transmitir mensajes como lo hacen la televisión, la radio o los periódicos.
Comunicación integral alternativa 5

Estos dos significados para la misma

palabra son, extrañamente, completa-
mente opuestos. En el primer caso se
trata de un diálogo en el cual dos perso-
nas se comunican entre sí, se ponen de
acuerdo, intercambian puntos de vista.
Pero en el caso de los medios de comu-
nicación, quien emite el mensaje (el
dueño del medio o el periodista, que lla-
maremos fuente o emisor) es el que se
comunica, mientras que el otro (quien
lee el periódico, oye la radio o ve la tele-
visión, que llamaremos público o receptor) solamente puede recibir pasivamente
la información, sin comentarla o exponer su punto de vista a quien la transmitió.
Aquí lo importante no es llegar a acuerdos, intercambiar puntos de vista, compren-
derse, sino convencer al receptor, hacer que acepte como “verdad” lo que le dice
el medio.
Es decir, comunicar no es igual que informar.
La comunicación es intercambio, interacción. Es una relación entre iguales que

intercambian, es un proceso recíproco entre sujetos que dialogan. Por eso se dice
que es bidireccional: los que intervienen en la comunicación son, alternativamen-
te, emisores y receptores. Podemos graficarlo de la siguiente forma:
SUJETO-SUJETO
Este tipo de comunicación es la que se produce cuando

hablamos con nuestros amigos, amigas y seres cerca-
nos, o cuando participamos en una reunión o una
asamblea donde podemos escuchar una opinión
con la cual no estamos de acuerdo y expresar nues-
tro punto de vista, o reforzar una idea que nos
parece correcta. Cuando en la clase intervenimos
para opinar, mostrar nuestro desacuerdo con algo
que haya dicho el instructor, compartir una idea que nos
parece importante en la discusión o simplemente preguntar, estamos participando;
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establecemos una relación comunicativa con el instructor y con nuestros compañeros.

En este tipo de relación nos comunicamos para opinar, expresar nuestros afectos, nues-
tras ideas; para hacer saber que estamos de acuerdo con el otro con quien nos comu-
nicamos, o manifestar nuestro desacuerdo; para comparar puntos de vista, argumentar.
Como resultado podemos lograr que nuestras ideas sean aceptadas, cambiarlas si nos
demuestran que no son correctas, o llegar a una opinión distinta a las que originalmen-
te se habían expresado.
Pero la información, el tipo de comunicación que establecen los medios funciona de

otra manera. La información plantea una relación vertical (de arriba abajo), no hay diá-
logo, sólo transmisión: quien recibe la información (el receptor) no puede expresar su
opinión a quien la transmite (el emisor), sólo la recibe pasivamente; por esto es unidi-
reccional: del emisor (el medio de comunicación) al receptor (el público). Podemos
graficarla así:
EMISOR-RECEPTOR
Este tipo de relación no es, en sí misma,

democrática. No podemos hacer saber
nuestro punto de vista en el medio de
comunicación; si estamos en desacuerdo
con algo no podemos expresarlo en el
mismo medio que transmite la informa-
ción; lo único que podemos hacer es
apagar la televisión o la radio. Pero no
podemos decirle a la televisión, o a los
dueños de la televisión, “no estoy de acuerdo con lo que ustedes dicen, yo creo que
más bien las cosas son así...”, por ejemplo. Por eso es unidireccional, vertical, no
democrática, no participativa. Es un monólogo, no un diálogo.
Éste es el tipo de comunicación que se establece entre los medios y el público.

Pero también es la comunicación existente en las empresas capitalistas, cuando
el patrón o el jefe ordena y los obreros tienen que cumplir sin protestar ni opinar;
o cuando un padre es autoritario y manda a la familia sin escuchar sus opiniones;
cuando el compañero que coordina la cooperativa, o dirige la reunión, da orde-
nes de manera arbitraria sin oír a sus compañeros, o es el único que habla sin
dejar que los demás opinen; cuando un instructor no deja que los estudiantes par-
ticipen y no toma en cuenta sus opiniones.

En este tipo de comunicación no podemos expresar nuestro desacuerdo ni hacer

convenios con el otro; tampoco lograr un punto de vista distinto como resultado del
diálogo. El único resultado posible de este tipo de comunicación es persuadir, y
hacer que el receptor obedezca y crea que lo que le dicen es verdadero y correcto.
Comunicación y sociedad
Cada forma de comunicación se corresponde con un modo de organización de

la sociedad. Una sociedad no puede ser democrática y participativa si la comu-
nicación que predomina descansa en la transmisión de mensajes, por parte de
unos pocos, que son recibidos pasivamente por la mayoría. Igual que en la coo-
perativa, en la clase o en un grupo, si existe un liderazgo que impone las cosas
sin el debate, que “transmite” sin diálogo ni participación, estará imponiendo una
forma no democrática de tomar las decisiones. Si en una comunidad alguien que
se asume como jefe o representante toma decisiones sin participación de la gente,
sin escuchar a los vecinos, sin comunicación entre todos, deja de haber comuni-
dad. Entonces vemos a esos dirigentes que hablan mucho pero siempre están
solos, porque “transmiten” pero no se comunican.
La comunicación como transmisión supone

una relación de carácter jerárquico y autorita-
rio. Quien tiene el medio de comunicación
o el poder, se “comunica”, mientras los
otros (que frecuentemente son la mayoría)
tienen que contentarse con “recibir” lo
que se transmite, y acatarlo. Es una comu-
nicación autoritaria hecha para dominar a
los demás.Una sociedad será democrática
sólo si la comunicación que se da entre sus
miembros es dialógica, horizontal, con
participación igual para todos, donde
todos podamos comunicar
nuestros puntos de vista y
llegar a acuerdos colectivos.
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En resumen, tenemos dos formas distintas de entender y ejercer la comunicación:
La comunicación y el poder
Como señalamos en la sección anterior, de acuerdo a la manera como nos comu-

nicamos serán las relaciones entre las personas, y las relaciones de poder que se
dan entre ellas. Si la comunicación es horizontal y dialógica las relaciones serán
democráticas, y el poder será construido colectivamente con la participación
consciente de todos, sin que uno crea que puede mandar a los demás. Todas y
todos pueden participar en la toma de decisiones de forma consciente, porque
pueden dialogar, oír opiniones diferentes, y buscar las opciones que beneficien al
colectivo.
En cambio, cuando la comunicación es solamente transmisión de información de

un emisor a un receptor, no permite que todos participen en las decisiones; sólo
los que pueden comunicarse pueden imponer su visión. Además, el emisor comu-
nicará únicamente lo que le interesa y de la forma que mejor le parezca, para así
influir en los demás y lograr que actúen como él quiere. Es la base de un poder
autoritario, no participativo, basado en la dominación y la manipulación.
Por otra parte, este tipo de comunicación unilateral y autoritaria, sólo es posible
cuando se ejerce algún tipo de poder. Un padre autoritario hace que sus hijos y

su esposa lo escuchen, porque los amenaza con castigarlos. El patrón logra que
los obreros lo oigan y lo obedezcan a través de la amenaza de despedirlos. Un
instructor puede escudarse en la creencia de los demás de que “sabe mucho”,
para no dejar hablar a los estudiantes. Un dirigente puede aprovecharse de que
“habla bonito”, para hablar él nada más.
¿Y cómo hacen los dueños de los grandes medios de comunicación para que el
público los escuche? ¿En qué basan su poder?
En primer lugar, en el monopolio de los medios
En la medida en que la sociedad se hace más grande y más interrelacionada, no

podemos comunicarnos de manera directa con los demás. Podemos saber qué
pasa en el barrio o en el pueblo donde vivimos conversando con nuestros veci-
nos; pero no podemos comunicarnos de la misma forma para conocer lo que pasa
en el país o en el mundo.
Los medios permiten comunicar

a grandes masas de la población.
Por eso son medios: median entre
las personas, son canales que dan
a conocer distintas realidades.
Son llamados masivos porque
permiten comunicar a gran
número de personas a la vez. Un
periódico lo pueden leer muchos
miles de personas, la radio y la
televisión llega a millones. La
nueva tecnología, como Internet,
hace posible que una información llegue a todo el mundo en muy poco tiempo.
Ésta es una ventaja de los medios de comunicación: permiten conocer lo que ocu-
rre más allá de nuestro alcance. Sin ellos sería muy difícil saber qué pasa en el
mundo, en el país o, incluso, en el barrio de al lado. La tecnología hace que la voz,
la palabra y las imágenes lleguen más allá de los límites que naturalmente tienen.
Pero el problema es que no todos pueden tener acceso a los medios, ya que éstos
se encuentran en pocas manos. Hasta ahora, sólo teniendo mucho dinero se
puede tener una televisión, una radio, incluso un periódico. El dueño de los medios
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decide qué se comunica, de qué forma, con qué finalidad, quién habla y quién no.
Las personas que tienen suficiente dinero para comprar un medio de comunicación,
son dueñas de la información que transmiten.
Cada vez menos personas poseen medios de comunicación, por eso se habla de
monopolio de los mismos. La información está en pocas manos, y a quienes no tie-
nen dinero ni poder sólo les queda ser receptores de aquello que los dueños de los
medios deciden comunicar.
Los propietarios de los medios informan lo que les conviene. Transmiten las cosas
que dan dinero, que “se venden”. Si los programas de violencia “se venden” (le gus-
tan al público), entonces transmiten violencia. Si un programa cultural o una activi-
dad comunitaria no “se vende bien”, entonces no los transmiten.
Una de las formas como los medios hacen dinero es a través de la publicidad. Los
dueños de los productos que se anuncian en los medios, presionan para que se trans-
mita lo que a ellos le conviene.
Como ya dijimos, los dueños de los medios casi siempre tienen mucho dinero,
muchas propiedades; son dueños de fábricas, de latifundios o de grandes empresas.
Entonces los medios defenderán los intereses de sus dueños, y de la clase social a la
que sus dueños pertenecen, la de los capitalistas. No hablarán de una huelga de unos
obreros, porque el dueño también tiene fábricas y no le interesa que los obreros sigan
el ejemplo de sus compañeros que protestan. No transmitirán las luchas de unos
campesinos porque ellos mismos tienen latifundios, o porque pueden ser amigos de
los dueños de las tierras que reclaman los campesinos. Por el contrario, probable-
mente digan que los obreros son unos subversivos, y los campesinos unos bandidos.
Los medios comunican las cosas que sirven para defender a la clase capitalista, a la
que pertenecen sus dueños. Si estuvieran en manos del pueblo, seguramente éste
podría exponer sus puntos de vista, informar de sus luchas, defender sus posiciones;
pero no es así.
En segundo lugar, la forma en que los medios de comunicación transmiten

los contenidos
Los especialistas en comunicación son expertos en presentar las cosas de mane-

ra que gusten, atraigan o convenzan. Los medios están muy lejos de presentar las
cosas como son; las maquillan de forma tal que parezcan verdaderas o atractivas.

Con mucha frecuencia manipulan la realidad. Hay varias formas de hacer esto;
por ejemplo, cuando una publicidad de cerveza presenta una mujer bonita, está
invitando a consumir la cerveza asociándola al cuerpo de la mujer.
Otra forma es presentar los hechos sin el contexto de lo que ocurre. Es decir, pre-
sentan una parte de la realidad escondiendo otra, o apelan a los sentimientos de
la gente sin dejar que se conozcan todos los hechos. Si un noticiero presenta a
un grupo de campesinas y campesinos que tomaron una tierra, y luego a la fami-
lia del hacendado preocupada porque le están “invadiendo” su propiedad, segu-
ramente nos pondremos de parte del hacendado. Pero la noticia no presentará,
por ejemplo, que esa tierra era antes de ese grupo, cuyo desalojo se produjo por
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la fuerza o haciendo trampas, y que en realidad el presunto dueño no produce

nada en esa tierra.
Muchas veces resaltan una parte del hecho, mientras otra apenas es mencionada; eso
lo podemos ver en los titulares de la prensa, que dirigen nuestra atención a lo primero
que aparece, lo que es resaltado en letras grandes sin atender a los detalles que pue-
den cambiar por completo la valoración de los hechos. También poniendo una imagen
que quiere decir algo, cuando lo que ocurrió fue otra cosa.
Otro recurso frecuente es el que se conoce como la manipulación de las fuentes.

Cuando se transmite una noticia, generalmente se basa en declaraciones de determi-
nadas personas, la cuales pueden ser testigos, expertos, autoridades, etc. En periodis-
mo son conocidas como las fuentes de la información. Pero muchas veces esas fuen-
tes no son objetivas: sus opiniones no se basan en lo que verdaderamente ocurrió sino
en lo que creen, o en sus intereses. Si es una persona de la oposición, siempre critica-
rá al Gobierno. Si es un empresario, dirá que los trabajadores protestan porque no quie-
ren trabajar. También pueden distorsionar lo que dice la fuente; pueden hacer una
entrevista y transmitir solamente lo que le conviene al periodista, descontextualizando
su opinión.
Otra estrategia es descalificar la fuente. Si se trata de una opinión con la que no está de
acuerdo el periodista o los productores, lo pueden presentar como alguien que no dice
la verdad, o que no es serio. Una técnica que utilizan los medios es la repetición. “Una
mentira repetida mil veces se hace una verdad”, decía el jefe de propaganda de los
nazis. Los medios reiteran muchas veces algo que no es cierto para que lo parezca. Nos
acostumbramos tanto a lo que repiten, que dejamos de preguntarnos si será falso.

Ésa es la forma como funcionan muchas campañas publicitarias. Repiten una y

otra vez una frase sencilla y pegajosa llamada eslogan, hasta que nos convencen
de comprar el producto.
Finalmente los medios juegan con imágenes, música, eslóganes, mensajes subli-
minales, que no nos dejan reflexionar sobre lo que vemos y hacen que lo acep-
temos pasivamente como verdadero o atractivo. Con mucha frecuencia no infor-
man, sino que hacen propaganda.
Finalmente, los medios nos acostumbran a aceptarlos
Pasamos muchas horas del día viendo televisión. Si observamos a nuestros hijos,
nos daremos cuenta de que el tiempo durante el cual ven televisión es mayor que
el que dedican a estudiar, jugar, hablar o relacionarse con los demás.
Los medios nos aíslan, nos encierran en una burbuja. Poco a poco dejan de trans-
mitir la realidad para convertirse en ella, llegando a ser el único mundo que cono-
cemos. Cada vez se habla menos con el vecino, se participa menos en las reunio-
nes del sector. Ya no nos preocupamos por dialogar sobre la realidad, participar
en ella, transformarla, sino que nos contentamos con consumir aquello que los
medios nos presentan como la realidad.
Los medios favorecen el aislamiento del mundo, nos separan de la comunidad, y

así contribuyen a que sus efectos sobre nuestras vidas sean mayores.
Los efectos de los medios de comunicación de masas
¿Qué logran los medios de comunicación de masas? ¿Cuáles son sus efectos?
En primer lugar, los medios pretenden formar nuestras opiniones, actitudes y valores;
que nuestra forma de pensar se parezca a la que ellos transmiten; que pensemos como
ellos quieren. Generalmente expresan los valores e intereses de los capitalistas, y bus-
can que el resto de la sociedad tome esos valores e intereses como suyos. Que quien
no tiene ninguna propiedad considere que la propiedad es un valor sagrado, porque
así lo transmiten los medios. Que piense que para triunfar en la vida hay que consu-
mir cigarrillos X o tener un carro marca Y, porque así lo dice la publicidad; o ser como
el actor Fulano; o parecerse a una Miss Venezuela. Los medios permanentemente nos
dicen qué es bueno, correcto, bonito, moral y aceptable. Pero en realidad nos están
diciendo lo que es bueno, correcto, bonito, moral y aceptable para ellos.
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También buscan modelar nuestra conducta. Nos dicen qué comprar, cómo hablar,
cómo votar, si debemos ir a una marcha o tocar cacerola, si debemos ser violentos
o egoístas. Promueven modelos de comportamiento, nos recompensan si nos por-
temos de acuerdo a ellos, y nos sancionan si nos comportamos de otra manera.
Otra cosa que logran es hacer creer que transmiten la realidad. Los medios defi-
nen qué es real y qué no, nos dicen las cosas no como ocurren sino como la pre-
sentan. Algo se considera verdadero no porque haya sido así, sino por que el
medio lo presentó de esa forma. Los medios hacen que confundamos la opinión
con la objetividad. Como no podemos tener siempre acceso a las fuentes y los
hechos de una noticia, tenemos que conformarnos con lo que nos dicen, sin saber
si es cierto o no.
Todavía más allá, lo que aparece en los medios se “vuelve” la realidad. No impor-
ta que en nuestro barrio estemos organizando, haciendo cosas importantes como
una cooperativa o una actividad educativa. Eso no aparecerá en los grandes
medios. Nadie, salvo nosotros, se enterará. Pero si matan a alguien en el sector,
seguramente aparecerá como noticia principal en el noticiero de la noche. Por
eso no es raro que nuestro barrio, como todos los barrios del país, sea visto como
peligroso, como una guarida de malandros, y no como un lugar donde la comu-
nidad se organiza y lucha por una vida mejor.
uizás el efecto más preocupante sea que los medios nos obligan a no pensar.
Viendo la televisión en nuestras horas de descanso, sentados en un sillón, nos
acostumbramos a recibir pasivamente la realidad seleccionada, masticada y ador-
nada por los medios, sin preguntarnos si las cosas son verdaderamente así, y por-
qué son de esa manera y no de otra, o cómo podemos cambiarlas. Nos acostum-
bran a no pensar, no analizar, no participar. Finalmente, nos incomunican.
Una nueva forma de comunicarnos para una nueva sociedad
Venezuela está cambiando. Cambia la forma como se distribuye el poder y se

toman las decisiones, pues ahora toda la sociedad -no sólo un grupito- puede par-
ticipar en las decisiones y dirigir su destino. Se está modificando la manera de
producir y distribuir las riquezas, a través del desarrollo de una economía más
social, solidaria y humanista. Se transforma el modo de relacionamos en la socie-
dad, cuando millones de familias excluidas, sin trabajo, sin salud, sin educación,
ahora tienen garantizados todos estos derechos.

Pero construir una nueva sociedad requiere también crear nuevas formas de
comunicación más democráticas, dialógicas, horizontales y participativas.
Maneras de comunicarnos que en sí mismas, en el modo de desarrollarlas y en
sus resultados, contribuyan a la sociedad participativa, solidaria y democrática
que queremos.
¿Por qué es importante una manera diferente de comunicarnos en este momento

de cambio en el país¿
Para contrarrestar las campañas desinformativas y los valores que promue-

ven los grandes medios
Los poderosos hacen todo lo posible por mantener sus privilegios y detener los
cambios. Muchas veces acuden a golpes de Estado, sabotaje, conspiraciones; pero
su arma más efectiva son los medios de comunicación (que están en sus manos)
pues éstos pueden influir en las opiniones, creencias y actos de mucha gente.
Los medios comunitarios y populares cumplen en esto una labor fundamental,

al presentar otra versión de los hechos, otra forma de entender la realidad tal
y como se comprende desde el pueblo. Pero también en la conversa diaria,
entre los amigos, vecinos, compañeros y familiares, es una forma en que el
pueblo intercambia información sobre lo que ocurre en el país, discute y com-
parte las distintas opiniones, se acerca a los hechos y desmonta las tergiversa-
ciones de los grandes medios. Muchas veces la televisión dice algo que en un
principio lo creemos (porque presentan imágenes aisladas, o por lo que dicen,
etc.). Pero cuando empezamos a hablarlo con nuestra gente, siempre hay
alguien que nos dice que no fue así, que él estuvo ahí, que las cosas fueron
completamente distintas, o que significan otra cosa… La conversa puede ser
también una forma de estar informados y de enfrentar las versiones que desin-
forman con los hechos.
Otro punto: es muy cuesta arriba cambiar las cosas si los medios transmiten
valores contrarios. La violencia, el egoísmo, la competencia, el machismo y el
individualismo, así como la creencia de que lo que viene de otros países
(como Estados Unidos) es mejor, son mensajes que permanentemente transmi-
ten los grandes medios, y que refuerzan conductas y actitudes que los favore-
cen a ellos y a los poderosos que representan.
No es sólo cuando la prensa y la televisión dicen una mentira sobre nuestro
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pueblo o sobre el proceso que vive el país. Permanentemente, en sus mensajes,

reproducen los valores de una sociedad violenta e individualista. Comunicar otros
contenidos, otros mensajes y otros valores es esencial para cambiar esta sociedad
que defienden los medios.
Para conocer y dar a conocer nuestras luchas, nuestros esfuerzos, nuestras

opiniones e ideas
Los pobres nunca se muestran en la televisión ni en otros medios sino como

malandros, sirvientes, etc. Pero nunca aparecen hablando de lo que opinan, lo
que viven o sueñan, de cómo ven el país, de sus luchas, sus experiencias. Los
medios crean una “realidad”, la realidad como la ven y la quieren los poderosos.
Necesitamos comunicarnos de una forma distinta para que la realidad, como la

viven y la sueñan los pobres, pueda ser difundida, ser parte de la vida colectiva,
ser conocida. Difundir nuestras luchas, nuestros proyectos, nuestras ideas y opi-
niones, es ya una forma de participar y de defender una nueva sociedad.
Cada vez que damos a conocer nuestras luchas e ideas, otras personas se conven-
cen de que ellos también pueden hacerlo, que otro mundo es posible, que pode-
mos cambiar la realidad, y también aprenden de nosotros cómo hacerlo.
Comunicar nuestra realidad es la mejor forma de cambiarla, y de ayudar a que
otros cambien la suya.
Para crear los valores de una nueva sociedad
No podemos tener una sociedad solidaria si la forma de relacionarnos no es soli-

daria; participativa, si en nuestras actividades unos pocos deciden por los otros;
no podemos tener una sociedad democrática si no hay democracia en nuestras
relaciones. Los valores nacen de la práctica de todos los días, no es asunto sólo
de leer un libro y ya.
El modo como nos comunicamos también expresa determinados valores. No

podemos pedir que la gente participe y ser nosotros los únicos que hablamos. La
forma como damos un mensaje puede contradecir el su contenido. No podemos
pedir la paz pegando gritos. Cambiar la manera de comunicarnos significa cam-
biar los valores que sostenemos.

Para promover una nueva cultura colectiva
Al comunicarnos transmitimos y creamos símbolos, sentidos que dan significado

a nuestras acciones y propósitos. Comunicar es dar sentido, es crear cultura. La
mayor parte de las veces los medios promueven un sentido basado en el consu-
mismo, en tener a toda costa lo que los mismos medios nos venden; nos enseñan
que el individualismo y el egoísmo son valores deseables. Una nueva sociedad debe
crear también una nueva cultura, y esto es posible sólo si comunicamos significa-
dos que promuevan nuevos sentidos para las cosas que hacemos colectivamente.
El proceso de cambio que entre todos construimos en el país, requiere una nueva
forma de comunicación que contribuya a crear conciencia colectiva y nueva cultu-
ra. Esto pasa por la manera como nos comunicamos diariamente con los nuestros,
promoviendo la comprensión, la participación, el diálogo y el entendimiento.
Pero también exige que asumamos la tarea de comunicarnos de modo diferente

con colectivos mayores, con el resto de la sociedad. Hasta ahora las voces de los
humildes no se escuchan en los grandes medios, así que se hace necesario, por
las tareas pendientes para el país, cambiar el modelo de comunicación.
La comunicación popular y alternativa
Para enfrentar el modelo de comunicación dominante, de las luchas de nuestros

pueblos han surgido nuevas formas de comunicar y comunicarse.
La comunicación popular y alternativa es un modelo de comunicación que se

opone al modelo vigente, sustentado en los grandes medios de comunicación, plan-
teando una comunicación dialógica, participativa, que les dé voz a quienes nunca
hablan por los medios de comunicación de masas, y reivindique la cultura popular
como fuente de valores y prácticas distintas a las de los sectores dominantes.
La comunicación alternativa cambia la forma como se relaciona quien se comu-

nica con quien recibe el mensaje. En la comunicación dominante el emisor, el
dueño del medio, comunica lo que él quiere de acuerdo a sus intereses; mientras
que quien recibe el mensaje, el receptor, debe conformarse a aceptar el mensaje
pasivamente. Esto es porque los receptores (que somos todos los que no tenemos
medios, los que no somos propietarios, los excluidos de la comunicación) no
podemos participar en la comunicación. No se nos pregunta qué debe comuni-
carse, ni para qué, ni de qué forma. Sólo debemos aceptar lo que otros deciden.
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En cambio, en la comunicación alternativa el emisor y el receptor se acercan, se

hacen común. Se rompe la barrera que los separa y se establece una relación hori-
zontal, dialógica. El receptor participa en el acto de comunicación, y se vuelve
también emisor.
De la relación EMISOR-RECEPTOR Se pasa a una relación EMISOR-EMISOR.
Esto significa que participa en la definición de los contenidos de la comunica-

ción, expresando sus intereses; en la producción de la comunicación, transmi-
tiendo su sentido; y en la evaluación de la comunicación, valorando si la comu-
nicación le sirve para transformar su realidad.
¿Cómo se logra esto?
Democratizando los medios. Que todos puedan participar en los medios, y que los
medios de comunicación no pertenezcan a una minoría.
El nuevo modelo comunicacional que se está estableciendo en Venezuela, a través

de la Ley de Responsabilidad Social de Radio y Televisión (Ley Resorte), le otorga a
la audiencia un nuevo rol, el de usuario, que cuenta con una serie de derechos
como el ejercicio de la contraloría de los contenidos de los medios, y estimula su
participación y organización.
Pero además, es necesario que los sectores populares posean sus propios medios
para expresar sus prácticas y opiniones, sin que tengan que pasar por la interven-
ción del dueño del canal o de la radio.
Para esto existen, y cada vez más, los medios alternativos y comunitarios. Éstos son
medios de comunicación elaborados y difundidos por comunidades y grupos socia-
les, que transmiten la opinión de las comunidades, responden a sus intereses, refle-
jan sus prácticas y luchas, difunden la información que les interesa, sirven a sus pro-
pósitos (para organizarse, para sus discusiones, para el conocimiento que necesitan,
para reflexionar sobre su realidad).
Los medios alternativos y comunitarios pueden ser cualquiera que permita a la

comunidad comunicarse: una cartelera, un periódico, una radio parlante o una
radio por antena, una televisión.
Pero no es suficiente con que tengamos un medio en la comunidad para que sea un
medio comunitario o alternativo, para que exista un tipo distinto de comunicación.

A veces los mensajes que transmiten los grandes medios están tan metidos entre
nosotros, que cuando le toca al pueblo hacer comunicación termina por reprodu-
cir los mismos mensajes y contenidos. Se hacen programas o se tratan las noticias
como los hacen los grandes medios, se transmiten los valores y cultura de los sec-
tores dominantes. Si los medios alternativos quieren servir y expresar al pueblo,
deben comenzar por reivindicar la cultura popular y los contenidos que sirvan al
pueblo para su liberación.
Otro punto importante es la manera de desarrollar la comunicación. Esto quiere

decir dos cosas: el modo como se expresan los mensajes; el texto si es un medio
escrito, las imágenes si es audiovisual, y las palabras si es una radio, deben corres-
ponder a las necesidades, comprensión y expresión del pueblo. Esto es lo que se
llama estilo y estética; no podemos reproducir el modelo de expresión de los
grandes medios, debemos buscar nuevas formas, nuevos símbolos que propicien
la liberación y la cultura de nuestro pueblo.
Si sólo un grupito escribe en el periódico, o se expresa a través de la radio sin

darle participación al colectivo, podemos estar diciendo cosas muy buenas pero
reproducimos el modelo de los grandes medios, según el cual sólo unos pocos
hablan y los otros aceptan pasivamente lo que se comunica.
En conclusión, la comunicación es un medio y una condición para la liberación

del pueblo y la transformación de su realidad. Si no cambiamos el paradigma
comunicacional existente, no habrá cambio real.
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LECTURA COMPLEMENTARIA
COMUNICACIÓN LIBRE Y ALTERNATIVA
Juan Carlos La Rosa Velazco1
MODELOS DE COMUNICACIÓN
Repasemos los modelos de comunicación de la mano de Mario Kaplún y Pablo Freire
1. El gran maestro, el venerable patrón y el comunicador social
La generación que llegó adulta al siglo 21 conoció a este personaje, bebió de su

sabiduría, disfrutó del privilegio de tener un gran maestro en la escuela primaria,
un hombre que superaba en sabiduría a todos, en nuestro pueblo o comunidad.
Este hombre podía ser severo, amable, protector, paternal, castigador, pero acep-
tarlo era importante, de otro modo era imposible aprender, ya que él tenía el
conocimiento y nosotros éramos una totuma vacía, inquieta y juguetona.
Este maestro era el modelo a imitar, centro del sistema educativo en la sociedad
industrial, burguesa y capitalista. Nos enseña el mundo desde la patria, y la patria
es el Estado nacional burgués. Nos enseña a respetar las leyes y a las “autorida-
des” que la encarnan. La autoridad es el patrón, es el policía, es el funcionario,
el comunicador social, son las instituciones, y el maestro es la institución escue-
la de este poder.
Lo importante para el maestro es que el individuo aprenda, que acumule conoci-

mientos, y que entienda que esto y su buen comportamiento son los que le van a
permitir trascender en la sociedad, “ser útiles a la patria”.
Este modelo funcionó en el marco de la sociedad industrial capitalista, que por exi-
gencia de la producción de manufactura incorporó grandes masas de obreros a la
producción, a los que había que calificar rápidamente y crearles un modo de vida
en el que ellos y su familia estuvieran medianamente a gusto. Era importante que
1
Militante de la Asociación Nacional de Medios Comunitarios, Libres y Alternativos (Anmcla) y
participante del colectivo radiofónico Radio Vereda de San Jacinto, Canchancha y Juana de Ávila.

los obreros aceptaran el poder del patrón y la necesidad de ser productivos.
De la mujer barbuda a Sábado Sensacional
A este modelo educativo corresponde un modo de comunicación, donde también

se destacan los “grandes comunicadores” que marcan a las multitudes radiofóni-
cas y telespectadoras por generaciones. Grandes espectáculos para entretener a
las grandes mayorías donde se reciclan los entretenimientos feudales, los fenóme-
nos que retan a la muerte, y los payasos, ¡es el circo!
A esto vino a sumarse la masificación de los medios de comunicación que trans-

mitían los mensajes de la dominación con una velocidad inimaginable en los
siglos anteriores.
Surgió en estos medios un personaje equivalente al del gran maestro. El de los

grandes moderadores que marcaron una generación completa, permaneciendo a
nuestro lado, más allá de la escuela y hasta nuestra edad adulta. Entre estos gran-
des comunicadores muchos recuerdan en Venezuela a: Renny Ottolina, Amador
Bendayán y Musiú La Cavallerie, entre otros. Verdaderos modelos a imitar, con
autoridad en nuestro proceder, dueños de nuestro entretenimiento y de nuestros
gustos, incluso de nuestros vicios.
Hemos creado un monstruo, hay que conseguirle una jaula
Pero el sistema capitalista, en el que unos pocos poseen todos los medios de pro-
ducción y todos los demás vendemos nuestra fuerza de trabajo, no es perfecto.
Este sistema de dominación social se desgastó y se fue haciendo insuficiente, ya
que de la abundancia de información y de maestros y comunicadores tan sabios,
surgían inconformes con el hambre, con la injusticia social, con las guerras y con
la depredación del ambiente. Tanto conocimiento frente a una dura realidad
social, puso a pensar cada vez a más seres humanos. Además, al sistema capita-
lista le resultó imposible conciliar los avances tecnológicos que elevaban la pro-
ducción usando menos mano de obra, con la necesidad de ocupación, salud,
educación y alimentación de las mayorías. Como siempre, optaron por las ganan-
cias y por ganar la competencia.
Sherlock Holmes, Columbo y El Súper Agente 86
Para quienes no se adaptaban o quedaban fuera de este sistema de opresión, esta-

ban las cárceles y la represión policial, desarrolladas en un sistema cada vez más
22
complejo que también se puso para la época, un memorable disfraz comunica-

cional: el del gran policía solitario que resolvía todos los crímenes y protegía a los
indefensos.
2. El perro entrenado, el programador y el espectáculo de la miseria
El gran ejército de excluidos fue aumentando, ahora, hoy en día, la mayor parte
de los trabajadores no tienen ocupación formal y los extremos de la miseria y el
hambre condenan a la mayor parte de la especie humana a una vida al borde de
la muerte, que contrasta con los niveles de vida de los reducidos sectores socia-
les que controlan y administran los grandes negocios mundiales.
Para esta situación no se requería una educación donde el maestro fuera impor-
tante, el patrón y todos los personajes del poder necesitaban hacerse invisibles,
no era buena idea asumir la responsabilidad de las injusticias y desequilibrios.
De ahí surgieron todas las técnicas instruccionales o de entrenamiento que elimi-

nan o reducen la presencia del maestro, su metodología garantiza la retroalimen-
tación (feedback) de los entrenados, pero sólo para chequear que el individuo dé
las respuestas previstas en el programa.
Es claro en estos programas de entrenamiento que la responsabilidad de tu desti-

no está en tus manos y que por deducción lógica, la pobreza es un asunto de
“actitud” de los pobres. El capitalismo no intenta resolver el problema de los
excluidos, sólo intenta controlarlos y evitar que “ese muerto les caiga encima”.
Capacitados para el trabajo, ¡sólo para el trabajo!:
También era urgente evitar la acumulación de conocimientos que no se requerían

para el trabajo y que para colmo le permitían al obrero tener elementos para la refle-
xión consciente sobre su realidad. Para la producción capitalista, hoy sólo se requie-
ren individuos entrenados para hacer y actuar, en función de instructivos hechos a la
medida de las necesidades de producción y consumo de bienes. Verdaderos robots.
La disciplina informativa más desarrollada en este tiempo es la publicidad, millo-

nes de imágenes muestran la oferta capitalista que sobrepasa lo que la gente real-
mente necesita, generando frustración, complejos y desesperación, ya que las
mayorías no pueden acceder a esta oferta.

Sin embargo, desde el hambre y la miseria también se ha generado una podero-

sa industria que oferta ilusiones, éstas son más baratas que los bienes materiales
del lujo burgués. Por eso quienes no tienen el poder económico para vivir como
los grandes empresarios, viven la ilusión de esa vida a través del crédito, de las
telenovelas, de las loterías, juegos y apuestas, de la ostentación de lo que no se
tiene, de las imitaciones, de los disfraces con los que el mercado nos permite
parecernos a lo que se nos enseñó a anhelar.
De Cuánto vale el show a Laura en América
Ya los grandes entretenimientos de masas no funcionan, la gente se cansa rápido de

ellos. Antes íbamos a ver a los fenómenos del circo y del deporte en los grandes
escenarios: el hombre bestia y Maradona. Hoy, en estos programas, aplaudimos y
nos reímos de nosotros mismos, de nuestra hambre, de nuestra miseria, de la vio-
lencia y el abuso en nuestras comunidades. Ahora, el espectáculo somos nosotros.
“Muérase de hambre y de ignorancia en televisión y se llevará fabulosos pre-

mios”, parece ser el llamado al que acuden millares de anónimos enfermos de
identidad, que van a los casting de los reality show para tener una oportunidad de
ser parte del mundo que vale la pena, el de las ilusiones.
Esta versión última del espectáculo ya no te propone superarte, sino reafirmarte

en tu miseria y conformarte. Ya no te puedes pelear por un lugar en el cielo, pero
puedes conseguir un cómodo puesto en el fango.
Rambo, Robocop y las cárceles de la miseria
Para quienes no se adaptan o anulan en este sistema que abarca la etapa supra-
nacional y neoliberal del capitalismo mundial, ya las cárceles no son suficientes,
los niveles de exclusión social las han hecho obsoletas como instituciones de
control. Es entonces cuando los distritos policiales (nuestros barrios y comunida-
des populares) son decretados verdaderos pabellones carcelarios y se legitima en
ellos el control de las mafias que negocian permanentemente con la policía.
El disfraz comunicacional de esta época legitima a los grupos especiales de repre-

sión, y a los paramilitares que eliminan y mantienen a raya a los habitantes de
estos oscuros huecos sociales donde, casualmente, vive la mayor parte de la
humanidad. A esta política de represión se le publicita como: “cero tolerancia”
por los técnicos policiales del sistema capitalista mundial.
24
3. Comunicación de cimarrones, caribes, montoneras, y hombres libres
No podemos sacar de la chistera de un mago o de un laboratorio de científicos

locos un modelo de comunicación y de educación que, desde los ideales de la
libertad y de la justicia social, les dé respuesta a los modelos mezquinos de la
sociedad burguesa.
Nuestra humanidad, desde su diversidad y multiculturalidad, ha luchado mayori-

tariamente contra la opresión y la dominación y ha generado una memoria bien
integral de la resistencia compartida por las mayorías, es de ahí que podemos no
crear, sino deducir el modelo de comunicación, de educación y de sociedad que
ha dado respuesta desde lo humano, desde la resistencia colectiva, al modo pri-
vativo de la comunicación capitalista.
Examinemos un momento nuestra historia patria para recordar algunas cosas: la

guerra de liberación del imperio español.
Los patriotas no lograron poner el viento a su favor hasta que no integraron a las
grandes mayorías oprimidas a la guerra, convirtiéndola en una guerra popular, de
todo el pueblo, mediante el reconocimiento de las aspiraciones y maneras de
hacer, vivir y pelear de los grupos sociales que participaron en esas montoneras
populares: los negros cimarrones, los indígenas, los mestizos, y los blancos pata
en el suelo.
Rivas era mulato, Piar era zambo y Boves venía de abajo
Antes de esto, empeñados en una guerra de la minoría mantuana, no valoraron a

Rivas y a Piar y recibieron una dura lección del pulpero y tenedor de caballos,
José Tomás Boves.
Luego pasaron a la guerra no convencional de la mano de las montoneras popu-

lares y de sus grandes jefes, le quitaron la iniciativa al imperio, inventaron una
disciplina de la guerra aún no estudiada y mucho menos comprendida por la
ciencia militar. Vencieron a sus enemigos en toda Nuestra América, hundiendo
para siempre al imperio español. Pero al final, las condiciones históricas y políti-
cas determinaron la traición a las grandes consignas que movilizaron el potencial
civilizatorio de estas multitudes, permitieron que la derrotada oligarquía criolla
de la 1ª república prevaleciera en el poder, escribiendo la historia mediocre que
aún hoy enseñan en muchos libros de historia.

Pero, ¿cómo lo hicieron?, ¿cómo pudieron vencer a un ejército tan poderoso y

fogueado en la guerra como el español?: pues, mediante un vigoroso proceso de
aprendizaje de sus propias experiencias, y de intercambio de saberes con la enor-
me diversidad de voluntades convocadas por esta gesta libertaria; también gracias
a la memoria de resistencia que comenzó con el secuestro de un ciudadano
aibangala o bantú en África para traerlo a las Antillas a ser esclavo de hacienda,
y con el juramento del jefe caribe Guaicaipuro, cuando prefirió la muerte a la
opresión.
Esta experiencia supone un gran esfuerzo educativo de multitudes y un gran flujo

comunicacional entre ellas. A cada experiencia de guerra la seguía una experien-
cia colectiva de asimilación de errores y aciertos, de revisión de referencias para
mejorar las acciones, se renovaban y consolidaban liderazgos y se multiplicaba
lo aprendido para hacerlo ejercicio común en todas las partidas de guerrilla.
En toda esta dinámica vertiginosa de la guerra de liberación e independencia, ver-

tiginosa en la transmisión de ideas y en la producción de conocimientos, el proce-
so deducible es acción, reflexión, acción; y este proceso se dio en forma continua
por una larga etapa que fue revolucionaria en la historia de nuestro continente.
De esta experiencia histórica no surgió solamente una forma victoriosa de hacer la

guerra que dejó cómo saldo la liberación de un continente, sino también una idea
de patria, que hoy llamamos bolivariana, traicionada por la oligarquía dominante
que anuló del cuento el protagonismo de las multitudes humildes en la contienda.
¿Dónde está el General?
Los generales de las academias imperiales pasados a la causa patriota tuvieron

que desaprender, e integrarse al proceso de intercambio de saberes colectivos, o
de lo contrario perecer frágiles a los avatares de una guerra sin treguas. Los que
lograron integrarse a la montonera y aprender a cabalgar descalzos se convirtie-
ron en taitas, en cuchos, en jefes que fueron verdaderas leyendas vivientes, que
no eran otra cosa que el reflejo de las aspiraciones ancestrales del pueblo.
¿Sirvió de algo la teoría de la guerra y los modelos existentes para la época?,

¡claro que sí!, en la medida que el pueblo les dio contexto, y, además para enten-
der cómo pensaban los del otro bando godo. No fue fácil, ya que el enemigo tam-
bién aprendió. Fue una guerra larga y sangrienta.
En este modelo de comunicación no existe el gran arquetipo del poder, porque la
26
educación y la comunicación es un proceso entre iguales, las dinámicas de lide-

razgo son tan variadas como lo permite el contexto sociocultural en que las expe-
riencias suceden. No existe el programador, ya que los que participan en el pro-
ceso, son sujetos conscientes, en plenitud humana, social y cultural.
APROXIMACIONES A UN CONCEPTO DE COMUNICACIÓN DESDE

LAS COMUNIDADES POPULARES. El brollo, la periquera, la cháchara y el
palabrero:
Los periódicos y los grandes medios de comunicación hacen lo posible por mol-
dear el gusto de las mayorías y adocenarlas para la aceptación de una manera de
ver el mundo. En este cometido han tenido un considerable pero relativo éxito.
Muchos vecinos viven con la idea de tener parte en el mundo construido desde
la comunicación privada: la última canción del hit parade, el reciclaje de artistas,
animadores políticos de moda, el morbo de las secciones policiales en los perió-
dicos y noticieros, las loterías, los chismes de farándula, las vacaciones de la can-
tante con el magnate, etc.
Arriba en mi calle se prendió la fiesta
Sin embargo, al caer la noche, todavía las calles de nuestras comunidades y case-
ríos se iluminan de bombillas, se abren las puertas que dan al frente y se sacan
las silletas. Es la hora de la cháchara, de los cuentos de los viejos, de compartir el
chisme o del brollo local, de comentar las noticias, de los chistes, de las parodias
infantiles del baile de moda, de los juegos colectivos; también es la hora de la reu-
nión del comité y de las visitas y escapadas de los novios y novias, la hora de los
ensayos de tambores, cuatros y clarinetes, la hora cuando los trabajadores regre-
san cansados del trabajo, la hora de distracción de las trabajadoras domésticas,
es, en definitiva, la hora de nuestro noticiero endógeno y autogestionario. No en
vano es la hora de programación más cuidada por los grandes medios privados.
De nuestra herencia histórica, social y cultural hemos preservado nuestra identi-

dad como pueblo, hemos vivido nuestros arraigos y afectos: la comida, el amor,
las organizaciones, la solidaridad, las costumbres, la música, la fiesta, una mane-
ra de vivir el tiempo, los conocimientos más útiles; en fin, nuestro sentido común.
Contra ese sentido común, vale decir comunal, para debilitar el espacio donde la
memoria es posible conspira todo el sistema comunicacional y educativo bur-

gués, para el cual esa integralidad cultural de los pobres perturba la cadena
comercial y los patrones de consumo de la economía capitalista que, como
hemos dicho, requiere consumidores prestos a la oferta suntuaria y mano de obra
programada para hacer su parte, incluso la de esperar por una vacante en la ofer-
ta de empleo.
“Teleplus” y “notibeto”, de la imposición al diálogo hay un trecho
Chavela dice que el aceite comestible amaneció con nuevo precio, mientras hace
la cola acostumbrada en la bodeguita de Beto. Se inicia un proceso de intercam-
bio entre amigas y comadres, todas iguales en condición, vecinas del mismo
barrio, de diversa ubicación política. En ese intercambio se diagnostica la situa-
ción económica y social, se escuchan las quejas, se dirime quién tiene la respon-
sabilidad de dicho aumento, hay interés por quién entre ellas será más afectada
por la difícil situación laboral de su esposo, se estrechan lazos, tal vez una reu-
nión para seguir conversando, tal vez una idea para actuar juntas, se comparten
emociones entrañables, hay lo que se llama diálogo en la integral acepción de ese
término.
“Sólo el diálogo comunica” dice el compañero Pablo Freire, uno de los padres de
la Educación Liberadora, metodología surgida de las experiencias de muchos
maestros revolucionarios socialistas y cristianos en el seno de las comunidades
populares.
Los burgueses y sus medios nada entienden de esto, ellos llaman diálogo a con-
tratar a una actriz, lo más parecida a Chavela, para que en una cuña televisiva
venda su aceite comestible como el mejor de los que se pueden conseguir en la
bodeguita de Beto.
Esa noche en el noticiero, los medios de comunicación entrevistan a dos mujeres

anónimas en un mercado, quejándose del aumento a un bodeguero anónimo pre-
ocupado por la baja en las ventas, a los de la cámara empresarial de alimentos,
el “señor tal” y el respetado “don fulano” dando las justas razones para el incre-
mento del rubro, y a varios ministros del ramo y “expertos reconocidos”, expli-
cando las grandes soluciones al pequeño problema de Chavela y sus vecinas.
El gran noticiero reconoce que los afectados existen, pero todo el problema es un
asunto a resolver por los sectores del poder y por sus protagonistas. Si encuentran
una solución entre ellos (los factores de la economía) o si la solución fue el
28
aumento mismo, asunto resuelto. El pueblo llano estará bien, ya que quienes
motorizan la economía y el empleo, quienes deciden los precios, lo están.
Chavela tiene una sola oportunidad de aparecer con su nombre y apellido, cuan-
do la identidad de la miseria entretiene y distrae es espectáculo (se sacó la lote-
ría), o cuando el poder necesita justificar sus reacomodos (abrazando a un candi-
dato en una cuña).
Mientras tanto, en los pequeños diálogos de las bodeguitas ha empezado otro noti-
ciero a funcionar, colectivo, igualitario, diverso, generador de conocimientos y de
organización, solidario, insurgente, cuestionador del poder, vivo, en definitiva.
COMUNICACIÓN ALTERNATIVA: INVENTARIO DE LO POSIBLE
Tú me tiras las cajas, yo te tiro los cajones, que siga la fiesta…
¿Cómo cuidamos y fortalecemos la fiesta?, ¿cómo preservamos la memoria y

potenciamos los elementos de liberación de la cultura popular? ¿Desde dónde
podemos hacer ejercicios de libertad cada vez más conscientes?, ¿cómo hacemos
del estar juntos una solución a nuestras necesidades y carencias?, ¿dónde seguir
aprendiendo?
1. Los poderes creadores del pueblo
Tenemos que hacer que el territorio de nuestras comunidades sea ganado para
estos ejercicios de libertad, y no para que la cultura dominante prolongue su alie-
nación. Que en las comunidades se fortalezca la comunicación del diálogo, la que
construye paz, la de la alegría de estar juntos, la que nos recuerda de dónde veni-
mos y quiénes somos y nos menciona por nuestros nombres y se realiza en nues-
tra voz y en nuestro rostro. La que es arte libre y desata nuestro potencial creador.

La escuela: tiempo en abundancia, para la fiesta, para la libertad, para la memo-
ria, para la dignidad
La escuela es un sitio cerrado de cuatro paredes en las que guardamos a nuestros

hijos y a nuestras hijas a cargo de celadores mientras vamos al trabajo, aprenden
a obedecer al poder y a operar las máquinas que les indicarán con sus sonidos el
tiempo de la vida.

La escuela está aislada de la comunidad y nuestros niños y niñas aprenden en la

escuela a ser islas sin identidad. La primera tarea es tomar la escuela y convertir-
la en el centro de todo nuestro quehacer consciente y organizado. ¡La escuela es
del barrio!
Dos cosas que hacer sobre la escuela: la primera es desterrar la división entre
alumnado y profesorado. Las premisas para esta batalla están implícitas en el
Proyecto Educativo Nacional: Nadie enseña a nadie, nadie aprende solo, apren-
demos en colectivo.
Esto se logra integrando a los representantes como alumnos y a veces como pro-
fesores al plan educativo, generando una encantadora confusión que permita
intercambiar los roles e implantar un diálogo de saberes donde se recupere la
memoria y el conocimiento ancestral, la revalorización de la vida cotidiana y su
ejercicio conciente y crítico y la experiencia como generadora de conocimiento.
La segunda tarea es romper con la fragmentación y clasificación del conocimien-

to representada en los horarios, en las materias, en las evaluaciones. La manera
es quitarle tiempo al esquema impositivo de conocimiento (clase tradicional), y
consagrarlo a lo espacios donde la libertad para dudar, experimentar, conversar y
jugar sean compartidas entre iguales.
Andando este camino, las paredes de la escuela nos limitan, teniendo tanta curio-
sidad por lo que Chavela sabe de las hierbas medicinales, y por los versos anti-
guos que canta Beto el bodeguero. La poesía se vuela las paredes y la comunidad
es la escuela.

Los murales: las paredes hablan y cuentan
Una parte importante de nuestras comunidades son urbanas y están llenas de con-
creto y de rejas con las que nos protegemos precariamente de la intemperie, pero,
sobre todo, de nosotros mismos. Sin embargo, siempre dejamos un huequito por
donde pasarle el majarete a la vecina.
Podemos pintar esas paredes con hermosos murales donde participen mujeres,
hombres, niñas y niños, viejitas y viejitos. Cada mural puede ser una fiesta donde
el sancocho alcanza para todos, y la música y el baile nos anochecen.
Pero no pintemos un mural como esos de la publicidad o los de las elecciones,

donde nos dicen qué hacer y qué parecer. No imitemos esa propaganda de la
30
dominación. Contemos más bien historias, nuestras alegrías, nuestras preocupa-

ciones, nuestra organización, nuestras luchas nuestros héroes comunales, nues-
tros ancestros, los colores de todos, el trazo colectivo.

Muñecos, zanqueros, cuentacuentos y máscaras
Las mismas cosas que decimos en el mural, las podemos contar con muñecos y
con teatro de la calle, comunal. Se requiere poco, como saber usar lo que des-
perdiciamos y las niñas y niños se divierten y comienzan a inventar sus propias
historias con las que juegan y reinventan el uso de los materiales y de las másca-
ras. Dijo algún sabiondo que el hombre aprende jugando y que es humano cuan-
do juega.
También pueden servir para explicar mejor un problema en una asamblea y para
acompañarnos a protestar frente a la oficina del Alcalde. El teatro facilita el ejer-
cicio de nuestro cuerpo y de nuestra palabra para la comunicación libre, ya que
avergonzándonos del primero, e inseguros de la segunda -“yo no sé hablar”- nos
han hecho callar y creer que es otro el cuerpo que debe verse, y es otra la pala-
bra que debe escucharse.

El periódico popular: cómo se redacta una noticia democrática
No hagas ahora un periódico para difundir sólo tus ideas, ponlas junto a las de
muchos. Parece que para comenzar esa tarea es importante que muchos se sien-
tan incluidos. Realiza discusiones con las organizaciones y activistas sociales res-
petados en tu comunidad, sobre la necesidad de tener este periódico y las cosas
más urgentes que deben abordarse informativamente en él.
Aún después de esta consulta pregúntate quiénes protagonizan las luchas y se

reúnen. Quiénes están cometiendo los errores que nos afectan y si te darían cita.
Vete a la reunión o a la asamblea y participa, pregunta; vete a la oficina del fun-
cionario y entrevístalo. Recuerda que tú estás del lado de los intereses populares
y él del Gobierno. Pero trata de sacarle respuestas que a la comunidad puedan
servirle, no eres imparcial, tu lado es el de la comunidad y el de sus organizacio-
nes, propón como el que más.
La imparcialidad es una trampa de la comunicación dominante, el respeto a

la diversidad, la paz y la democracia son lo nuestro

Asume tu tarea de intermediador comunicacional con respeto y consideración a

la dignidad humana, siempre buscando el diálogo y los caminos de la conviven-
cia y la paz; entre los valores a defender no olvides la dignidad de la comunidad,
no vale la pena lo que se consigue si nos desmoraliza y nos desune, generalmen-
te es una trampa de poder. No intentes representar a la comunidad, tú eres un
delegado más, encargado de registrar y difundir nuestra lucha.
Trata de relacionar el tema, por ejemplo, de los techos de asbesto, con el contex-
to del problema: ¿desde cuándo se sabe que es contaminante y cancerígeno?,
¿qué han hecho otros gobiernos?, cuando el constructor Machado Zuloaga y el
presidente Caldera construyeron estas casitas ¿se sabía el efecto contaminante de
los materiales utilizados?, ¿qué han hecho otros gobiernos en el mundo con este
problema?, ¿se sigue fabricando este material?, ¿podemos revisar las estadísticas
de enfermedades respiratorias en nuestra comunidad? ¿Cuáles son los síntomas de
la asbestosis?, ¿cuántas casas con asbesto tenemos?
Promueve la metodología del registro abierto* en las reuniones y asambleas, para

que te sea fácil recoger la diversidad de opiniones de la gente.
En los grandes medios tú y tus vecinos son la masa anónima, en tu pequeño perió-
dico tienen identidad, palabra y rostro.
Algunos valores para hacer noticias democráticas:
Nosotros no andamos en el cuento chino de la imparcialidad de la prensa priva-

da, nosotros, los comunicadores populares, nos ponemos respetuosamente de un
lado, el de las mayorías desposeídas, y desde ahí impulsamos una compensación
y una reivindicación de la palabra de los humildes, que ha sido silenciada histó-
ricamente.
Nosotros no mostramos la miseria, tampoco la ocultamos, mostramos cómo la

gente la enfrenta y la vence.
Nuestros medios no se deben financiar con recursos provenientes de organizacio-

nes o instituciones que dañen o lesionen los intereses de las comunidades en
lucha y del medio ambiente.
*en papelógrafos grandes, varios redactores llevan la minuta de las intervenciones, de manera que
los y las participantes puedan revisar el registro y corregirlo, luego se deducen las propuestas con-
senso en colectivo, se debaten las diferencias y se elabora una acta compartida.
32
Tinta, papel, tijera, teclas y ratones
Ahora es más fácil montar un periódico, existen programas de computadora que

te dan un nivel de diseño de buena calidad, trata de desmitificar las herramientas
y que esta tarea la aprendan muchos compas. Indaga si alguien tiene habilidades
para el dibujo que le permitan integrar ilustraciones al periódico.
Un periódico puede ser también mural o cartelera, completamente gráfico, si en

la gráfica está bien contada la historia, puede tener una versión en Internet, para
compartirlo con otras comunidades y difundir nuestras luchas.
Y, ¿pa´ escribir el cuento cómo hago?… Hay que leer e investigar mucho, no es
mala la idea de un taller de redacción. Pero sólo escribiremos mejor mientras más
leamos y escribamos.

La radio parlante, la corneta salinera:
Daniel y Manuela se han dejado de vainas y han decidido superar la poca parti-
cipación de la gente en la cooperativa de consumo del barrio Las Salinas, hicie-
ron unas rifas y una verbena y compraron un sonido móvil que le instalaron al
carro, una planta con casetera y entrada de micrófono y dos cornetas en el techo
del destartalado carrito de Manuela. La bautizaron “la corneta salinera”, la que
dice lo que pasa, lo que duele y lo que amasa. Clarín de los que conquistan el pan
con esfuerzo y dignidad.
Salen una vez a la semana con mensajes cortos sobre convocatorias a las reunio-
nes y a participar en la cooperativa de consumo, con denuncias de sobreprecios
y acaparamiento, música, consejos a los consumidores.
La gente cuando los oye pasar dice, “carajo, esos muchachos si joden con esa
perola”, le gritan a Daniel: “negro, ponte serio” y Daniel les grita: “Angelito ponte
pilas que estás muy gordo, te espero en la reunión”.
El noti ateneo
Miriam y Rory han palabreado a la señora Milagros que vende “Cidis” de música
colombiana y de salsa frente al mercado periférico. Ella tiene una planta y una
megacorneta, donde pone la música para promover su venta. Ahora ellos hacen
un noticiero cultural de media hora, dos veces a la semana, sobre las actividades
del Ateneo Popular Simón Bolívar, del aledaño Barrio Panamericano. Ponen músi-
ca, anuncian el cine club, los conciertos, celebran las victorias de los campeones

infantiles del taekwondo ateneísta y abren el micrófono a una larga cola de per-
sonas que vienen a hacer anuncios de ventas de dulces y a denunciar negligen-
cias de las autoridades municipales en el asunto de las cloacas, matraca en la
prefectura y pare usted de contar. La media hora se alarga, la señora Milagros se
molesta y Rory le da un beso y la abraza mientras anuncia los “cidis” más solici-
tados del ranking de Milagritos, como le dicen cariñosamente los vecinos.

Los carteles, mira la batea como se menea:
Edilson, Miguel, Victoria y el Toro han montado una batea para hacer serigrafía en
el patio del comité de salud; sólo consiguieron tinta de un color, pero con un aló-
geno barato y tapando la luz que entra por la ventanita del baño, lograron hacer
un bello bastidor que dice: “Que se vayan los camiones de carbón de la calle 6,
la calle es de los niños y de los vecinos. ¡Basta de enfermedades y atropellos!
Comité de Salud del Barrio Fabricio Ojeda”.
Al imprimir 300 ejemplares la batea se rompió, ¡pero 300 son bastantes!, “a ver
cómo mejoramos la técnica la próxima vez”, dice Victoria inconforme, “no hay
que presionar tanto la raqueta Miguel”. Miguel le sonríe y sale con el “Toro” a
pegar los afiches en las bodegas y establecimientos de la comunidad.

El cine club comunal: ¡niños no se atraviesen en la pantalla que no dejan ver la
película!
Llega Fernando contento a la casa: “Mi amor, vamos al cine”, -la mujer extrañada
le responde-, “mi alma y a vos qué bicho te picó hoy”, “Chica, vamos al cine club
de la comunidad aquí mismo” -le replica Fernando-, “es gratis y hoy ponen la his-
toria de Allende, el presidente que mataron los gringos”, -la mujer se apura-, “me
voy arreglar”, -Fernando el herrero se desespera-, “amorcito venite así que vamos
a llegar tarde, ve que van a proyectar Juancho y Teddy y ellos son muy puntuales”.
Las proyecciones cinematográficas son una oportunidad para compartir y conver-

sar sobre algún asunto que nos plantee la película, desviar el tema y conversar
alguna urgencia colectiva y para ver buenas películas, de las que no pasan en la
televisión o en el cine comercial.
Podemos hacer un noticiero de cineclub con una camarita casera y mostrar actua-
lidades del barrio antes de cada proyección. Podemos ponernos de acuerdo varias
comunidades para comprar y compartir un mismo proyector. Afuera debe haber
un pote, para los gastos de mantenimiento y la compra de insumos.
34
La Radio Comunal, voz del poder popular

“Buenos días Macarao, buenos días Macarao, amanece en la república boli-
variana de mis amores, donde la soberanía tiene el rostro de los y las humil-
des y pan, dignidad y sabor, son las palabras que definen el poder popular”.
Se oye de cortina la canción “Tin marín“ de Alí Primera, “ésta que suena es
Radio Macarao, comunitaria y libre, 104.7 FM, señal del cerro rebelde”.
Augusto y el negro Mallora fueron los que comenzaron el cuento, Mallora es
electricista e hizo un curso de electrónica por correspondencia, Augusto es
activista de las redes socioculturales del suroeste, la mamá de Mallora decía
al verlos salir, “mulato con hippie, de ahí va a salir un fenómeno”.
Convencieron a Blanca y a Juan Andrés de que en la oficina administrativa
de la biblioteca “Roque Dalton” se podían instalar los aparatos: un transmi-
sor de 20 vatios que funciona a 10, armado por Mallora con unos planos que
le obsequió el pana Alfredo Flores, un cable coaxial de 20 metros, una ante-
na dipolo fabricada por Mallora, que bajó las instrucciones de Internet.
Alfredo vino a ayudarlos para montar el aterramiento y hacer que la transmi-
sión fuera más segura.
La profesora Lucía donó un reproductor y un micrófono profesional, y el día
de la instalación vinieron la mamá de Mallora y sus compañeras de la casa
de la alimentación y nos hicieron papelón y arepas con perico. Cuando se
verificó la primera transmisión todo fue alegría, los cohetes de Augusto anun-
ciaron que la 104.7 de Macarao estaba “al aire”.
“Un fenómeno, un fenómeno”, gritaba alegre la señora Mallora.
En nuestras radios populares no hay dueños, sino pueblo organizado para comu-
nicarse sus alegrías, sus victorias, sus derrotas sus intensos amores y despechos,
su fiesta como decíamos anteriormente.
Ponemos la música que nos gusta, pero también nuestra música, la que se hace
en el barrio, la de antaño y la de ahora, la que cuenta nuestra propia historia.
También ponemos música rara para educar nuestro gusto musical, ¿por qué no?
Hablamos de organización porque nos organizamos, hablamos de necesidades

porque las padecemos, bailamos porque nacimos bailando, cuando discutimos el
hambre, somos expertos y postgraduados.
La radio no es un medio más de los posibles para nosotros y nosotras, todo medio

es sustituible y posible, porque lo importante no es la herramienta, sino el cuen-

to que tenemos que contar.
Pero los que hacemos una radio popular, hacemos tanto más porque se necesita
bregar en nuestras comunidades, organizamos unidades de consumo, comités de
salud, damos talleres de huertos familiares, tenemos una escuela de tambores,
agitamos la calle cuando hay que pelear por nuestras reivindicaciones, alfabeti-
zamos, damos serenatas, contamos de otras luchas propiciando la unidad popu-
lar, mantenemos a los jíbaros a raya, jugamos con los niños en nuestro propio
plan vacacional. Por eso decimos que no somos medios, somos completos, somos
la radio con voces de libertad.
ANA es pana
Las vocerías populares

Ruth comenzó hoy a dar un taller de Noticias democráticas y periodismo de
intermediación en “Radio Morena”, también asistieron los que hacen el
periódico “El marginal Ilustrado”, el próximo fin de semana le toca a Ronny
dar un curso de Producción radiofónica comunitaria. Luego viene Martha con
el cuento de El periódico popular y Cruz cierra este Curso de corresponsales
populares, con una charla sobre El protagonismo popular en la historia de
América Latina.
La idea es que toda la gente que esté haciendo cosas en la comunidad elabore y
difunda sus propias informaciones, usando los medios que tenemos a disposición.
Dice Ruth: “Está bien para empezar, hay gente de todos los sectores y calle-
jones y de varias organizaciones”. “Mogollón se trajo su patota, están feli-
ces”. Ahora, nuestra radio y los otros medios van a aumentar su poder de
fuego, nuestras balas son las palabras, un aplauso para los presentes”, “y una
pita para los que llegaron tarde” agrega Maritza.
En nuestras comunidades las experiencias comunicacionales y las luchas y expe-

riencias, se están articulando en redes para fortalecer la vocería popular y revolu-
cionaria. Estas redes son lo que se llama ahora multimedia, porque usan todos los
medios a su alcance, para transmitir sus mensajes. Todos cuentan lo de todos y la
palabra adquiere relevancia suficiente para parar las matrices de opinión produ-
cidas por los grandes medios.
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“En vez de nombres complicados por qué no llamamos a esta red la Petra, o
la Juana -dice David-, “nosotros por la Rinconada la llamaremos red popular
del brollo” -dice Marianela apoyada por Eduviges-, “y que tal ANA,” -dice
Gavipollo-, “agencia de noticias alternativas”, la gente ríe, aplaude y sigue la
reunión donde el pueblo renombra lo que hace emancipando su tiempo y
viviendo, mientras de la cocina viene el dulce olor del recuelo.
EL LENGUAJE DE NUESTRA COMUNICACIÓN
“Habemos mucha gente capacitada para poner a trabajar esta empresa, aquí esta-
mos los puros criollitos de aquí de Cabimas”; voz de un obrero, héroe del trabajo, en
micro censurado por Asuntos Públicos de Pdvsa occidente en pleno paro petrolero,
por usar la palabra “habemos” y no tener el casco identificado con el logo de la
empresa.
No podemos hacer de nuestras radios, periódicos y producciones audiovisuales una

mala copia, una caricatura de la comunicación comercial.
O inventamos o erramos, se requiere ingenio para trabajar con pocos recursos, pero
eso nos da la ventaja de la sobriedad y el ingenio nos sobra. Empezamos por pregun-
tarnos qué nos interesa contar a nosotros y qué les interesa usualmente contar a ellos.
A los funcionarios correspondientes y a quien corresponda:
No se puede medir un medio social y el ejercicio libre de la palabra con la misma

tabla rasa que le aplicamos a los medios comerciales. Estos últimos enajenan y ven-
den el espacio para transmitir mensajes que no son naturales sino simulaciones
publicitarias para moldear el gusto de las mayorías, de modo que, si queremos que
se arreglen para que no atropellen los derechos de los ciudadanos, deben ser regu-
lados y supervisados con suma atención.
Un medio de la gente no recicla el lenguaje sino que lo crea y recrea, el ejerci-

cio libre y natural de las palabras renueva los códigos comunicacionales, en los
mismos términos en que lo hacen el arte y la poesía. Esto no siempre sucede, pero
cuando sucede es la gente de la comunidad la instancia de regulación o de auto-
rregulación, sin la intervención alevosa de funcionarios agentes proselitistas y
empresas privadas. La ley se puede cumplir, siempre que interprete los nuevos
modos del orden insurgente.

Comunicación Alternativa y Proyecto Integral Comunitario
¡No queremos gobierno, queremos gobernar!
Recuerden lo del completo, no seamos solamente “comunicadores”, porque esta

visión supone que otros son comunicados, y cuando lo hacemos reproducimos la
división social del trabajo de la opresión burguesa.
En nuestra comunidad está latente el nuevo concepto de soberanía de una patria

bolivariana y socialista. La patria es el hombre, aún se escucha en nuestras radios
la canción necesaria, lengua del pueblo. Por tanto, debemos asumir para esta
nueva soberanía popular las tareas que antes le eran exclusivas al estado burgués.
A saber: la producción de alimentos, bienes y servicios, las prácticas socioeduca-
tivas y socioculturales de resistencia y vida social, la garantía de los derechos
humanos, sociales, culturales y ambientales, y la defensa y seguridad de la patria.
Ah, y por supuesto, la comunicación.
En manos del pueblo trabajador todas estas funciones se transforman, dejando

atrás los fraccionamientos y maneras de la burocracia para entrar a las prácticas
del sentido común. Una economía signada por la solidaridad y la propiedad
social, una vida social que reivindique efectivamente el acervo e ingenio creador
del pueblo para construir el porvenir, de justicia, libertad y dignidad por el que
hemos peleado. Un sistema de defensa que esté diseñado y protagonizado por las
multitudes. Y un sistema público de comunicación en manos de los trabajadores
y de las comunidades populares.
Ya no más conceptos abstractos de gobernabilidad y soberanía de la democracia

puntofijista. El desarrollo endógeno es cambiar las bases materiales de nuestra
vida hacia la solidaridad y la justicia social, es construir el Poder popular y la
soberanía comunal.
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Comunicacion Integral

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comunicación cuadernillo 17/5/06 16:23 Página 1

COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN : DOS VISIONES OPUESTAS 5

COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN: DOS VISIONES OPUESTAS

Si nos preguntan qué es comunicarse, seguramente lo primero que se nos viene

Así, se comunica la madre con el hijo, se comunican los amigos, se comunican

No es casualidad que la palabra comunicación provenga de la misma raíz que

Sin embargo, otro significado que le damos frecuentemente a la comunicación es

Comunicación integral alternativa 5

Estos dos significados para la misma

Es decir, comunicar no es igual que informar.

La comunicación es intercambio, interacción. Es una relación entre iguales que

Este tipo de comunicación es la que se produce cuando

establecemos una relación comunicativa con el instructor y con nuestros compañeros.

Pero la información, el tipo de comunicación que establecen los medios funciona de

Este tipo de relación no es, en sí misma,

Éste es el tipo de comunicación que se establece entre los medios y el público.

Comunicación integral alternativa 7

En este tipo de comunicación no podemos expresar nuestro desacuerdo ni hacer

Cada forma de comunicación se corresponde con un modo de organización de

La comunicación como transmisión supone

En resumen, tenemos dos formas distintas de entender y ejercer la comunicación:

Como señalamos en la sección anterior, de acuerdo a la manera como nos comu-

En cambio, cuando la comunicación es solamente transmisión de información de

Comunicación integral alternativa 9

En primer lugar, en el monopolio de los medios

En la medida en que la sociedad se hace más grande y más interrelacionada, no

Los medios permiten comunicar

En segundo lugar, la forma en que los medios de comunicación transmiten

Los especialistas en comunicación son expertos en presentar las cosas de mane-

Comunicación integral alternativa 11

la fuerza o haciendo trampas, y que en realidad el presunto dueño no produce

Otro recurso frecuente es el que se conoce como la manipulación de las fuentes.

Comunicación integral alternativa 13

Ésa es la forma como funcionan muchas campañas publicitarias. Repiten una y

Finalmente, los medios nos acostumbran a aceptarlos

Los medios favorecen el aislamiento del mundo, nos separan de la comunidad, y

Los efectos de los medios de comunicación de masas

Una nueva forma de comunicarnos para una nueva sociedad

Venezuela está cambiando. Cambia la forma como se distribuye el poder y se

Comunicación integral alternativa 15

¿Por qué es importante una manera diferente de comunicarnos en este momento

Para contrarrestar las campañas desinformativas y los valores que promue-

Los medios comunitarios y populares cumplen en esto una labor fundamental,

No es sólo cuando la prensa y la televisión dicen una mentira sobre nuestro

pueblo o sobre el proceso que vive el país. Permanentemente, en sus mensajes,

Para conocer y dar a conocer nuestras luchas, nuestros esfuerzos, nuestras

Los pobres nunca se muestran en la televisión ni en otros medios sino como

Necesitamos comunicarnos de una forma distinta para que la realidad, como la

Para crear los valores de una nueva sociedad

No podemos tener una sociedad solidaria si la forma de relacionarnos no es soli-

El modo como nos comunicamos también expresa determinados valores. No

Comunicación integral alternativa 17

Para promover una nueva cultura colectiva

Al comunicarnos transmitimos y creamos símbolos, sentidos que dan significado

Pero también exige que asumamos la tarea de comunicarnos de modo diferente

La comunicación popular y alternativa

Para enfrentar el modelo de comunicación dominante, de las luchas de nuestros

La comunicación popular y alternativa es un modelo de comunicación que se

La comunicación alternativa cambia la forma como se relaciona quien se comu-

En cambio, en la comunicación alternativa el emisor y el receptor se acercan, se

De la relación EMISOR-RECEPTOR Se pasa a una relación EMISOR-EMISOR.

Esto significa que participa en la definición de los contenidos de la comunica-

¿Cómo se logra esto?