Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Ud puede seguir en ese remolino por años, por décadas si desea. Nadie
lo va a sacar de allí. Ud puede decidir contar la historia, tal como ud la
ve con sus ojos naturales y con sus palabras, seguir reproduciendo su
propia muerte (porque “la vida y la muerte están en el poder de la
lengua”), seguir inspirando compasión (a todos los humanos nos fascina
inspirar compasión!), seguir dejando al enemigo triunfar sobre su vida,
cuando él no tiene poder para ello, O PUEDE CREERLE A DIOS! O PUEDE
RETOMAR EL CAMINO DE SEGUIR VIVIENDO POR FE Y NO POR VISTA! (2
COR 5, 7).
Está claro ¿no? CLARÍSIMO! El le habla en pasado. Dice varias cosas que
tienen que ver con la prueba, pues por medio de ella El nos “refina” en
proceso similar a como se hacía y aun se hace con pequeñas cantidades
de plata. Por supuesto ud no sabe como es el proceso pero se lo voy a
contar: Para refinar, el refinador debe sostener la plata en medio del
fuego durante un tiempo, hasta que el fuego quite sus impurezas. En
medio del fuego porque es allí donde hace más calor. También, es
necesario que el refinador esté ahí presente. Mirando permanentemente
el proceso sin descuidarse, pues un pequeño tiempo de más arruinaría la
plata. Y si ud le preguntara a un refinador como sabe cuándo es el
tiempo justo de sacarla del fuego, el sin duda le respondería algo muy
simple: cuando se pueda ver reflejado en ella! En este caso Dios es el
refinador. Así El mismo lo confiesa en este pasaje y en Malaquías 3, 3 ("Y
Él se sentará como fundidor y purificador de plata").
“Te metí en la red”, es otra de las frases utilizadas por el Señor para
describir otro aspecto de la prueba. Es maravilloso como el reflexionar
sobre La Palabra lo lleva a uno a entender Sus Designios. ¿Cómo se
siente un animal o un hombre dentro de una red? Cazado! Sin
posibilidad de huir. Angustiado. Atrapado. El miedo juega su papel y lo
imposibilita aun más para pensar en algo. Se retuerce. Contorsiona.
Lucha desesperadamente sin poder salir por sus propias fuerzas. ¿Le
parece similar esto a algo por lo que pasa hoy?
También afirma Jehová que “puse carga pesada sobre tus hombros”.
Aquí pensé en un momento cómo me siento en el supermercado cuando
tengo que cargar a veces unas simples bolsitas o canastas llenas hasta
la caja de pago. Como me incomoda y me estresa esa simple y tonta
situación! Por supuesto quienes hayan pasado por esas experiencias de
cargar sobre sus hombros grandes pesos conocen también la sensación
de angustia, de cansancio, de desesperación por descargar el bulto, por
quitarse ese piano de encima! ¿Le parece similar esto a algo por lo que
pasa hoy?
Pero el final es bello. Como todo lo que tiene que ver con EL. “Te hice
pasar por el fuego y por el agua, pero te saqué a un lugar de
abundancia”. ¿Le parece similar esto a algo por lo que pasa hoy? AMEN!
AMEN! AMEN! Ya estoy, porque EL me ha puesto ya en un lugar donde
mana leche y miel. La abundancia de la que habla el salmista es la
traducción de la palabra griega revâyâh (rev-aw-yaw'), vinculada
estrechamente con el significado de enorme satisfacción y lugar de un
multi-millonario! Sí, mi hermano, el lugar que Dios tiene destinado ya
para ud y yo es un lugar de prosperidad, superabundancia y riquezas en
gloria. Un lugar de plenitud! Y lo mejor de todo es que ¡EL YA NOS HA
PUESTO ALLÍ! ¿Nota el tiempo pasado de nuevo? Ya lo hizo! Aquí
recuerdo un día en una correría por Pitalito en la Iglesia Cruzada
Internacional en la cual leí un aviso que me impactó por la simpleza de
la deducción bíblica expresada allí. “SI DIOS LO DICE YO LO CREO. SI YO
LO CREO EL LO HACE Y SI EL LO HACE, HECHO ESTÁ”. Eso resume muy
bien lo que estamos hoy conociendo.
Es claro que para los que vivimos bajo la gracia, ir al lugar santísimo
mucho más fácil que para los de la época antigua. Pero sin duda La
Palabra nos llama la atención sobre el hecho de buscarle
permanentemente, de estar en contacto con nuestro Salvador en todo
momento, de congregarse en una iglesia, como lo hizo el mismo Jesús y
ofrecerse diariamente en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios que es
nuestro culto racional (Rom 12, 1). Como sabemos, ya no existen, para
los que vivimos bajo Su hermosa gracia, los Holocaustos del Antiguo
Testamento, pero aun hoy lo que quiere Dios de nosotros es que
vayamos ante EL con todas nuestras impurezas quemadas (HOLOS =
TODO, KAUTOS = QUEMADO), purificados en su Palabra, obedientes y
humildes a alabarle, cantarle con felicidad y darle gracias por todo,
clamándole y ensalzándole con nuestra lengua. El siempre se complace
cuando cumplimos nuestros votos, sobre todo aquellas promesas que le
hacemos cuando estamos en angustia! Quiere que le ofrezcamos lo que
tenemos, todo lo que tenemos, lo mejor que tenemos. Todavía El sonríe
y se complace cuando abrimos nuestra boca y damos testimonio de lo
que EL ha hecho por nosotros. El es feliz cuando escudriñamos nuestro
corazón y pedimos perdón por nuestra iniquidad. El se siente orgulloso
como Padre cuando permitimos que la Sangre poderosa de su Hijo limpie
nuestra vida de todo pecado y ello le mueve a responder a nuestras
oraciones.
Oremos: