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TEMA 20.

EL PODER JUDICIAL Y EL MINISTERIO FISCAL

20.1 LA CONFIGURACION CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL


20.2 PODER JUDICIAL, FUNCIÓN JURISDICCIONAL Y ADMINISTRACIÓN
DE JUSTICIA
20.3 LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL DEL JUEZ: INDEPENDENCIA Y
SUJECIÓN A LA LEGALIDAD. EL ESTATUTO DE JUECES Y MAGISTRADOS.
20.4 LA ESTRUCTRA DEL PODER JUDICIAL.
20.5 EL GOBIERNO DEL PODER JUDICIAL. EL CONSEJO GENERAL DEL
PODER JUDICIAL
20.6 EL MINISTERIO FISCAL.

20.1 LA CONFIGURACIÓN
CONSTITUCIONAL DEL PODER
JUDICIAL. LA LEGITIMIDAD
DMOCRÁTICA DE LA JUSTICIA
I. INTRODUCCIÓN:
Revisiones y matizaciones a la teoría de la división de poderes
desde sus primeras formulaciones doctrinales en las obras de
Montesquieiu y Locke.

Validez de la teoría en lo que se refiere a la garantía de


existencia de un Poder Judicial independiente y diferenciado del
resto de los Poderes del Estado.

Característica común a todos los países con un régimen


constitucional (López Guerra).

II.- CONFIGURACIÓN CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL

1º COMPOSICIÓN DIFERENCIADA RESPECTO A LOS OTROS PODERES DEL


ESTADO
El único que se designa expresamente con ese nombre en el Título
VI, bajo la rúbrica del Poder Judicial (Art. 117 a 127 CE).

Denominación conceptual, genérica y abstracta, con la que se


designa a ese conjunto de órganos que ejercen la función
jurisdiccional.

Expresión que solo se había utilizado en las Constituciones de


1837 y 1869 y cuyo empleo en la Constitución de 1978 trata de
poner relieve, de forma inequívoca, la apuesta del legislador

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constituyente por un Poder Judicial independiente y al mismo
nivel que los otros Poderes del Estado.

2º) PODER ÚNICO


Desde varias perspectivas:

Artículo 152

a) En los Estatutos aprobados por el procedimiento a que se


refiere el artículo anterior (...) Un Tribunal Superior de
Justicia, sin perjuicio de la jurisdicción que corresponde al
Tribunal Supremo, culminará la organización judicial en el
ámbito territorial de la Comunidad Autónoma. En los Estatutos
de las Comunidades Autónomas podrán establecerse los supuestos
y las formas de participación de aquellas en la organización
de las demarcaciones judiciales del territorio. Todo ello de
conformidad con lo previsto en la ley orgánica del poder
judicial y dentro de la unidad e independencia de éste. Sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 123, las sucesivas
instancias procesales, en su caso, se agotarán ante órganos
judiciales radicados en el mismo territorio de la Comunidad
Autónoma en que este el órgano competente en primera
instancia.

Artículo 117

5. El principio de unidad jurisdiccional es la base de la


organización y funcionamiento de los Tribunales. La ley
regulará el ejercicio de la jurisdicción militar en el ámbito
estrictamente castrense y en los supuestos de estado de sitio,
de acuerdo con los principios de la Constitución.

Artículo 122

1. La ley orgánica del poder judicial determinará la


constitución, funcionamiento y gobierno de los Juzgados y
Tribunales, así como el estatuto jurídico de los Jueces y
Magistrados de carrera, que formarán un Cuerpo único, y del
personal al servicio de la Administración de Justicia.

El principio esencial de unidad del Poder Judicial, reconocido


por la Doctrina y por la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional.

Tesis del profesor La Pérgola: Los Estados Federales suelen


poseer un Poder Judicial compuesto integrado por dos escalones:

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federal y estatal (dualismo entre Poder Judicial de los Estados
y Poder Judicial de la Federación). Los Estados que desde la
forma unitaria hacia el reconocimiento de autonomía a subentes
territoriales dentro del Estado (como son los casos del modelo
autonómico español o regional italiano) tienen un poder judicial
único).

El gobierno de ese poder judicial único se encomienda, siguiendo


técnicas de derecho comparado, a un órgano creado al efecto: el
Consejo General del Poder Judicial, al que se refiere el Art.
122.2 CE.

La administración de justicia entendida como función


jurisdiccional es competencia exclusiva del Estado conforme al
art. 149.1.5.

III.- PRINCIPIOS DE LA ORGANIZACIÓN JUDICIAL.-

Legalidad de la organización.

Proclamación del autogobierno del Poder Judicial (art. 122.1


CE).

Reconocimiento constitucional del Tribunal Supremo (Art. 123


CE).

Creación de los Tribunales Superiores de Justicia de las CCAA,


que sustituyen a las extintas Audiencias Territoriales.

Reconocimiento del ejercicio por los ciudadanos de la acción


popular y de su participación en la administración de justicia a
través de la institución del Jurado (Art. 125 CE).

Gratuidad de la justicia para quienes acrediten insuficiencia de


recursos para litigar (art 119 CE).

Publicidad de las actuaciones judiciales con carácter general,


prevalencia del procedimiento oral, obligación de motivación de
las resoluciones judiciales (art. 120 CE).

Reconocimiento de la responsabilidad del Estado por los daños


causados por error judicial o funcionamiento anormal de la
Administración de Justicia (art. 121 CE).

Reconocimiento de la obligación de los poderes públicos de


cumplir las resoluciones judiciales y prestar la necesaria
colaboración (art. 118 CE).

Configuración de derecho a la tutela judicial efectiva, al Juez


ordinario predeterminador por la ley, a la defensa y a la
asistencia de Letrado o a un proceso público sin dilaciones

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indebidas, como verdaderos derechos fundamentales (art. 24 CE)
que, por la ubicación del precepto, son objeto de la
privilegiada protección que conlleva su ubicación en el Título
I, Capítulo II, Sección 1º del Texto constitucional.

IV.- LA LEGITIMIDAD DEMOCRATICA DE LA JUSTICIA.-

El concepto de justicia en diversos pasajes de la Constitución


con diversas significaciones:

Valor superior del ordenamiento jurídico (Preámbulo y art. 1.1


CE).

Como equivalente a Jurisdicción, entendida como función del


Estado. Al respecto, el art. 117.1 CE señala que “La justicia
emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y
Magistrados……”.

Se pronuncia la Constitución sobre la legitimidad democrática


del Poder Judicial con la frase “La justicia emana del
pueblo...” art. 117.1.

Llama la atención que esta legitimación se predique de un Poder


cuyos miembros no son elegidos democráticamente.

Legitimación no de origen sino de ejercicio. Esto es, que nace


de la aplicación de la norma democráticamente legitimada.

De ahí que para entender la legitimidad democrática del Poder


Judicial hay que estar a su sumisión a la ley (“sometidos
exclusivamente al imperio de la ley”).

El Poder Judicial se legitima democráticamente porque resuelve


problemas jurídicos (no políticos) interpretando y aplicando la
ley (que expresa la decisión popular).

Legitimación en base a la sujeción de la ley (estado social y


democrático de derecho).

A diferencia de otros órganos cuya legitimidad es democrática,


el fundamento de la legitimidad del juzgador está en ese
sometimiento a la ley que es expresión de la voluntad popular.

La mayoría de los ordenamientos se ha descartado la vía electiva


para el acceso al cargo de Juez. Incluso en los sistemas que han
optado por esta vía (los jueces Estatales en los Estados Unidos)
se han tratado de arbitrar mecanismos que evitasen la
subordinación del Juez a corrientes populares de opinión (como
los acuerdos de las asociaciones de juristas en Estados Unidos
–-las llamadas “barr assciation” – para no presentar candidatos
al juez que ocupa el cargo.

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La vía para corregir la aplicación del derecho realizada por el
Juez es a través de los recursos legales, sin perjuicio de la
responsabilidad civil, penal y disciplinaria en los casos
extremos.

--Reforzamiento del principio democrático (Art. 125 CE) acción


popular, institución del Jurado, Tribunales consuetudinarios.

La L.O. 5/1995, de 22 de mayo del Tribunal del Jurado.-

Acción popular, aparece reconocida en el art. 101 de la Lecrim.


En lo contencioso-administrativo se regula también la acción
pública en algunas materias (ejemplo: urbanismo).

Tribunales consuetudinarios, se ha reconocido el carácter


jurisdiccional del Tribunal de las Aguas de Valencia y otros.

Dimensión social del Estado de derecho, se refleja en la


gratuidad de la justicia en aquellos casos que establezca la ley
y respecto de quienes acrediten insuficiencia de recursos para
litigar (art. 119 CE).->Justicia como prestación o servicio
público.

20.2 PODER JUDICIAL,


FUNCIÓN JURISDICCIONAL Y
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
I.- FUNCIÓN JURISDICCIONAL

El art. 117.3 se refiere a la función jurisdiccional:

Artículo 117

3. El ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de


procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, corresponde
exclusivamente a los Juzgados y Tribunales determinados por las
leyes, según las normas de competencia y procedimiento que las
mismas establezcan.

NOTAS:

A) Actividad de declaración del derecho en casos concretos,


lo que la diferencia de la actividad normativa, que es
una actividad de creación del derecho.

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B) Actividad de aplicación del derecho preexistente, regida
por tanto, por consideraciones estrictamente jurídicas.
No es una actividad regida por criterios de oportunidad
política.
C) Actividad irrevocable por otros poderes del Estado. Lo
decidido jurisdiccionalmente tiene carácter de cosa
juzgada y solo puede ser revisado en vía jurisdiccional.

Ello diferencia la potestad jurisdiccional de la aplicación


administrativa del Derecho en casos concretos, que puede ser
revisada por un Poder externo a la Administración, como es el
propio Poder Judicial.

II.- CARACTERÍSTICAS DE LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL EN LA


CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA.-

Nuestra constitución dota a la función jurisdiccional – que


consiste en juzgar y hacer ejecutar lo juzgado – de las
siguientes características: UNIDAD, TOTALIDAD, EXCLUSIVIDAD Y
RESPONSABILIDAD.

1) UNIDAD:

En dos sentidos:

--Respecto a la función jurisdiccional. Así conforme al art.


117.5 CE, que prescibe que <<el principio de unidad
jurisdiccional es la base de la organización y funcionamiento de
los Tribunales>>.

--Respecto a quienes desempeñan dicha función. A tal fin


establece que art. 122.1 que “los Jueces y Magistrados de
Carrera, que formarán un cuerpo único...”.-

El reconocimiento constitucional del principio de unidad


jurisdiccional tiene dos consecuencias inmediatas. La primera es
que la división territorial del poder operada por la
Constitución no afecta al poder judicial: las CCAA pueden asumir
poderes legislativos y ejecutivos, pero el poder judicial es
único en toda España. La segunda consecuencia de la unidad
jurisdiccional es la exclusión de todo tribunal que no esté
previamente integrado en la estructura orgánica del poder
judicial.

La unidad jurisdiccional no conoce otra excepción que la muy


relativa a la jurisdicción militar. El art. 117.5, después de
referirse a la unidad jurisdiccional, añade que: “La ley
regulará el ejercicio de la jurisdicción militar en el ámbito
estrictamente castrense y en los supuestos de estado de sitio,
de acuerdo con los principios de la Constitución (art. 117.5).

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2) TOTALIDAD:

Es la segunda característica de la función jurisdiccional, la


totalidad, también deriva de la Constitución:

• El art. 24.1 garantiza la tutela judicial efectiva.


• El art. 103.1 prevé el sometimiento de la actuación
administrativa a la ley y al Derecho.
• El Art. 106 sienta el principio de control, por parte de
los tribunales, de la potestad reglamentaria, de la
actuación administrativa y de su sometimiento a fines
constitucionales.

Todo ello se plasma en el art. 4 de la LOPJ a tenor de la cual


<<la jurisdicción se extiende a todas las personas, a todas las
materias y a todo el territorio español>>. La totalidad de la
jurisdicción se pryecta pues, a todas las personas, a todas las
materias y a todo el territorio español>>. La totalidad de la
jurisdicción se proyecta, pues, material, personal, y
territorialmente sin que quepan excepciones no por razón de la
persona –salvo, el Rey, que es inviolable (art. 56.3 CE).

3) EXCLUSIVIDAD:

También se proyecta en dos sentidos:

• Reservada exclusivamente a los Jueces y Magistrados sin que


nadie más pueda ejercerla (art. 117.3 CE). No la puede
ejercer ni siquier el Consejo General del Poder Judicial o
el Ministerio Fiscal
• Los Jueces y Tribunales no ejercerán más funciones que las
señaladas en el apartado anterior y las que expresamente
les sean atribuidas por la ley en garantía de cualquier
derecho (art. 117.4 CE).

4) RESPONSABILIDAD

El art. 117 señala precisamente la responsabilidad, junto con la


independencia y la inamovilidad, como uno de los atributos de
Jueces y Magistrados.

No se trata de una responsabilidad, política, sino civil, penal


y disciplinaria.

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III.- LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA.-

La característica del Poder Judicial como un poder del Estado


integrado por órganos servidos por Jueces y Magistrados que
desempeñan la función jurisdiccional, ha llevado a la Doctrina a
distinguir entre Poder Judicial y Administración de Justicia.

• El Poder Judicial es un poder del Estado, separado e


independientede los otros, formado por una pluralidad del
órganos servidos por Jueces y Magistrados que
constitucionalmente tienen asignada la función
jurisdiccional.-
• La Administración de Justicia, por su parte, es el conjunto
de medios personales y materiales que se ordenan la mejor
cumplimiento de los fines del Poder Judicial.

Los medios personales se integran en una pluralidad de cuerpos


de funcionarios al servicio de la Administración de Justicia.

Con las últimas reformas de la LOPJ se sustituye por la


expresión OFICINA JUDICIAL.-

Sustitución del contenido íntegro del Título V de la LOPJ, bajo


la nueva rúbrica “De los secretarios Judiciales y de la Oficina
Judicial”.-

“organización de carácter instrumental que sirve de soporte y


apoyo a la actividad jurisdiccional de jueces y Magistrados”.-

• Unidades procesales de apoyo directo.


• Servicions comunes procesales.
• Estructura básica homogénea en todo el territorio nacional.
• Jerarquía.
• Dirección de los Secretarios Judiciales.
• Cuerpos.

Los medios materiales, por su parte, son todos aquellos precisos


para el recto cumplimiento de las funciones judiciales y su
provisión corresponde al Gobierno o a las CCAA, en aquellos
casos que así lo prevea su Estatuto de Autonomía (art. 37 LOPJ).

En su conjunto, todos ellos configuran lo que gráficamente, se


ha venido llamando por la Doctrina y por la Jurisprudencia del
Tribunan Constitucional “administración de la administración de
Justicia” u oficina judicial.

Ahora bien, es posible, partiendo de la distinción entre


Administración de Justicia en sentido estricto (o Poder
Judicial) y “administración de la Administración de Justicia” (o

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Administración de Justicia en sentido amplio) que las CCAA
asuman competencias sobre esos medios personales y materiales
que conforman “la administración de la Administración de
Justicia”, para lo cual habrá que estar a sus respectivos
Estatutos, respetando siempre ese núcleo inaccesible, en
palabras del Tribunal Constitucional, que es la Administración
de Justicia entendida como función jurisdiccional.

En diversos Estatutos se recoge esta posibilidad proclamándose


que, en relación con la administración de justicia,(debiendo
entenderse el término en su sentido amplio), exceptuada la
jurisdicción militar, la Comunidad Autónoma ejercerá en su
territorio las facultades que la LOPJ reserve o atribuya al
Gobierno. Así se recoge en los Estatutos del País Vasco,
Cataluñá, Galicia y Canarias, entre otros.

Se trata de la conocida por la Doctrina como cláusula


subrogatoria, expresión que hizo suya el Tribunal Constitucional
que ha proclamado que “las competencias que asumen las CCAA por
el juego de la cláusula subrogatoria no pueden entrar en el
núcleo de la administración de justicia en sentido estricto,
materia inaccesible por mandato del art. 149.1.5 de la CE, sin
perjuicio de la relativa a la demarcación judicial”.

Competencias con naturaleza de gestión y ejecución simple y


reglamentaria, excluyéndose, en todo caso, las competencias
legislativas.

Protagonismo de las CCAA en lo que es la Administración de


Justicia strictu sensu, bastante limitado, tan solo:

• Determinan la capitalidad de los partidos judiciales y


participan en la determinación de la demarcación judicial
en su ámbito territorial (art. 35 LOPJ).
• Participan en la elección de uno de los Magistrados de las
Salas de los Civil y Penal de los Tribunales Superiores de
Justicia de cadad Comunidad, propiniendo una terna al
Consejo General del Poder Judicial, que habrá de proceder a
la elección (art. 330.3 LOPJ).

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20.3 LA POSICIÓN
CONSTITUCIONAL DEL JUEZ:
INDEPENDENCIA Y SUJECIÓN A
LA LEGALIDAD. EL ESTATUTO
DE JUECES Y MAGISTRADOS

I.- INDEPENDENCIA JUDICIAL Y SUJECIÓN A LA LEGALIDAD.-

A) Concepto.-

Elemento esencial del Poder Judicial, necesariamente vinculada a


su sumisión a la ley y al cumplimiento de su función.

Como ha proclamado la Sala III del T.S. (auto del 28 de octubre


de 1991) la independencia de los Jueces se fundamenta y delimita
en la dependencia de estos, única y exclusivamente a la Ley.-

De esta forma el Juez queda sometido únicamente a la ley en el


sentido de que ninguna voluntad distinta de la del legislador
pueda imponerse al Juez.

La expresión no debe entenderse como sumisión a la ley escrita,


sino al sistema de fuentes del ordenamiento jurídico, esto es,
como reflejo del mandato del legislador constituyente de que
ninguna voluntad distinta de la del legislador pueda imponerse
al Juez. No se trata, por tanto, de la afirmación de la ley como
única fuente del derecho excluyente de las demás, sino la
independencia del juzgador y de la exclusiva sujeción de este a
la norma jurídica.

* Es también un recordatorio de la independencia del Juez de


posibles influencias externas.

* Y, por último, es fuente de legitimidad del juzgador en el


ejercicio de sus funciones jurisdiccionales.

B) La independencia en la Doctrina Científica

A la independencia de los jueces se ha referido la doctrina a lo


largo del tiempo.

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• Loewestein advertía que “la independencia de los Jueces en
el ejerciciode las funciones que les han sido asignadas y
su libertad frente a todo tipo de interferencias de
cualquier otro detentador del poder constituye la piedra
final en el edificio del Estado Democrático Constitucional
de Derecho”.
• Kelsen, por su parte, señalaba que la independencia judcial
expresa la esencia jurídica de la división de poderes.

C) Alcance de la independencia

En este mismo sentido, el Tribunal Constitucional ha proclamado


que “el Poder Judicial consiste en la potestad de ejercer la
jurisdicción y su independencia se predica de todos y cada uno
de los Jueces cuando ejercen tal función” (sentencia del TC
108/86).

Dicha independencia es plena. Se extiende frente a todos y


alcanza a los órganos de gobierno del Poder Judicial y a los
demás órganos jurisdiccionales.

D) La independencia en la Constitución y en la LOPJ

La Constitución Española se refiere en varios preceptos a la


independencia:

• Art. 117.1, al referirse a la administración de justicia


por jueces independientes.
• Art. 124.1, al referirse a las funciones del Ministerio
Fiscal, señala como una de ellas, la de velar por la
independencia de los Tribunales.
• Art. 127.2, que advierte que “la ley establecerá el régimen
de incompatibilidades de los miembros del Poder Judicial,
que deberá asegurar la total independencia de los mismos”.

También la LOPJ se refiere a esta nota característica y


consustancial a la función jurisdiccional

Artículo 13

Todos están obligados a respetar la independencia de los Jueces


y Magistrados.

Joaquín Gómez Ojeda Página:11


Artículo 14

1. Los Jueces y Magistrados que se consideren inquietados o


perturbados en su independencia lo pondrán en conocimiento del
Consejo General del Poder Judicial, dando cuenta de los hechos
al Juez o Tribunal competente para seguir el procedimiento
adecuado, sin perjuicio de practicar por sí mismos las
diligencias estrictamente indispensables para asegurar la acción
de la justicia y restaurar el orden jurídico.

2. El Ministerio Fiscal, por sí o a petición de aquéllos,


promoverá las acciones pertinentes en defensa de la
independencia judicial.

II.- EL ESTATUTO DE JUECES Y MAGISTRADOS

Y para asegurar esa independencia las Constituciones apuntalan


la posición jurídica de los Jueces con un núcleo de garantías y
con algunas limitaciones de derechos que, en su conjunto,
consituyen un auténtico estatuto del juzgador.

Cumpliendo la previsión constitucional, dicho Estatuto se


encuentra regulado y desarrollado en la LOPJ.

El art. 122.1 de la CE establece que “La ley Orgánica del Poder


Judicial determinará... el Estatuto Jurídico de los Jueces y
Magistrados de carrera, que formarán un cuerpo único...”

Como ha advertido la Doctrina, no se trata solo de una reserva


de Ley Orgánica, sino de una reserva a favor de una determinada
Ley Orgánica para todo lo referente a la situación estatutaria
de Jueces y Magistrados.

La previsión constituciones ha sido cumplida por la Ley Orgánica


del Poder Judicial 5/85 de 1 de julio, que ha sido objeto de
varias reformas.

En el LIBRO IV de dicha Ley, lleva la rúbrica “DE LOS JUECES Y


MAGISTRADOS” regulando detalladamente el Estatuto de la Carrera
judicial y habiendo sido objeto, a su vez, de desarrollo
reglamentario.

Joaquín Gómez Ojeda Página:12


LIBRO CUARTO (Arts. 298 a 434)
Título I. De la carrera judicial y de la provisión de destinos
(Arts. 298 a 377)
CAPITULO I. DE LA CARRERA JUDICIAL
CAPITULO II.DEL INGRESO Y ASCENSO EN LA CARRERA JUDICIAL
CAPITULO III.DEL NOMBRAMIENTO Y POSESION DE LOS JUECES Y
MAGISTRADOS
CAPITULO IV.DE LOS HONORES Y TRATAMIENTOS DE LOS JUECES Y
MAGISTRADOS
CAPITULO V.DE LA PROVISION DE PLAZAS EN LOS JUZGADOS, EN LAS
AUDIENCIAS Y EN LOS TRIBUNALES SUPERIORES DE JUSTICIA
CAPITULO VI.DE LA PROVISION DE PLAZAS EN EL TRIBUNAL SUPREMO
CAPITULO VII.DE LA SITUACION DE LOS JUECES Y MAGISTRADOS
CAPITULO VIII.DE LAS LICENCIAS Y PERMISOS
Título II. De la independencia judicial (Arts. 378 a 404)
CAPITULO I. DE LA INAMOVILIDAD DE LOS JUECES Y MAGISTRADOS
CAPITULO II. DE LAS INCOMPATIBILIDADES Y PROHIBICIONES
CAPITULO III. DE LA INMUNIDAD JUDICIAL
CAPITULO IV.DEL REGIMEN DE ASOCIACION PROFESIONAL DE LOS JUECES
Y MAGISTRADOS
CAPITULO V. DE LA INDEPENDENCIA ECONOMICA
Título III. De la responsabilidad de los jueces y magistrados
(Arts. 405 a 427)
CAPITULO I. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
CAPITULO II. DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
CAPITULO III.DE LA RESPONSABILIDAD DISCIPLINARIA
Título IV. De los Jueces en régimen de provisión temporal (Arts.
428 a 433)
Título V. Del Centro de Estudios Jurídicos de la Administración
de Justicia (Arts. 434)

Con la regulación, se trata de conformar un verdadero Estatuto


de los Jueces y Magistrados que garantice su independencia en el
ejercicio de su función jurisdiccional y su sometimiento
únicamente al imperio de la ley.

Y a ello se añade que la aplicación de dicha normativa se


encomienda a un órgano ajeno a los Poderes Legislativo y
Ejecutivo, como es el Consejo General del Poder Judicial, que se
crea al efecto con carácter de órgano constitucional (art. 122.1
CE).

El punto de partida es que los Jueces y Magistrados forman un


cuerpo único.
“Los jueces y magistrados forman la carrera judicial, que consta
de tres categorías: Magistrado del Tribunal Supremo, Magistrado
y Juez”.

Joaquín Gómez Ojeda Página:13


La Carrera Judicial constituye un cuerpo único (tal y como
proclama el art. 122 CE), si bien cabe hacer las siguientes
matizaciones:

a) Que conforme al apdo 2º del art. 299 de la LOPJ,


introducido por la reforma llevada a cabo por la
L.O. 5/97 de 9 de diciembre “Los magistrados del
Tribunal Supremo, sin perjuicio de su pertenencia
a la Carrera Judicial, tendrán el Estatuto
especial, regulado por la presente Ley Orgánica”.
b) Y conforme al apdo 2º deñ art. 298: “También
ejercen funciones jurisdiccionales sin pertenecer
a la Carrera Judicial, con sujeción al régimen
establecido en esta ley, sin carácter de
profesionalidad y con inamovilidad temporal, los
Magistrados suplentes, los que sirven plazas en
régimen de provisión temporal o como sustitutos,
los Jueces de Paz y sus sustitutos.
Se refiere el precepto a quienes desempeñan funciones
jurisdiccionales sin pertenecer a la Carrera Judicial.

A) Inamovilidad.-
La técnica fudamental para asegurar la independencia es la
inamovilidad.

Artículo 117

b) Los Jueces y Magistrados no podrán ser separados, suspendidos,


trasladados ni jubilados, sino por alguna de las causas y con
las garantías previstas en la ley.

Dicha prohibición se reitera en el art. 15 de la LOPJ

Artículo 15

Los Jueces y Magistrados no podrán ser separados, suspendidos,


trasladados ni jubilados, sino por alguna de las causas y con
las garantías previstas en esta ley.

Supuestos de pérdida de la condición, suspensión o jubilación de


Jueces y Magistrados aparecen taxativamente señalados en la LOPJ
como garantía de independencia.

Joaquín Gómez Ojeda Página:14


* EN CUANTO A LA PÉRDIDA de la condición de Jueces y
Magistrados, tiene lugar por alguna de las siguientes causas:

a) Por renuncia de la Carrera Judicial.


b) Por pérdida de la nacionalidad española.
c) Por sanción disciplinaria de separación de la carrera
judicial.
d) Por la condena a pena privativa de libertad por delito doloso.
En los casos en que la pena no fuera superior a seis meses, el
Consejo General del Poder Judicial, de forma motivada y
atendiendo a la entidad del delito cometido, podrá sustituir
la pérdida de la condición de Magistrado o Juez por la sanción
de suspensión hasta tres años.
e) Por haber incurrido en alguna de las causas de incapaciodad,
salvo que proceda de su jubilación.
f) Por jubilación.

EN CUANTO A LA SUSPENSIÓN (LOPJ) Tasadas.

EN CUANTO A LA JUBILACIÓN, tendrá lugar:

a) Por edad.
b) Por incapacidad permanente para el ejercicio de sus
funciones.

B) Otras garantías de la independencia:

Régimen de incompatibilidades y prohibiciones:

Art. 127.1 vedado pertenecer a partidos políticos.

Art. 127.2 vedado cargos públicos.

En cuanto a la compatibilidad laboral: Solo la docencia e


investigaciones jurídicas y la producción literaria, artística y
científica y técnica están abiertas.

Regulación de las causas de abstención y recusación.

SITUACIONES

• Sevicio activo
• Servicios especiales
• Excedencia voluntaria o forzoza
• Suspensión.

Joaquín Gómez Ojeda Página:15


LA RESPONSABILIDAD DE JUECES Y MAGISTRADOS
Conforme al art. 117.1 de la CE, la justicia se administra por
Jueces y Magistrados independientes, inamovibles y sometidos
únicamente al imperio de la ley, pero también responsables.

PENAL
Los arts 405 a 409 LOPJ, regulan la forma o procedimient para
exigir responsabilidad criminal a Jueces y Magistrados por los
cometidos en el ejercicio de su cargo.
El juicio de responsabilidad penal Jueces y Tribunales por
delitos cometidos en el ejercicio de su cargo podrá iniciarse
por querella del Ministerio Fiscal o del perjudicado u ofendido,
o mediante el ejercicio de la acción popular.

AFORAMIENTO
La competencia para conocer de las causas penales contra Jueces
y Magistrados queda reservada a los siguientes Trtibunales, en
función de la categoría del querellado:
• Los Tribunales Superiores de Justicia, mediante una Sala de
lo Civil y Penal, actuando como Sala de lo Penal.
• La Sala 2ª de lo Penal del Tribunal Supremo.

INMUNIDAD RELATIVA:
Intimamente unido a la responsabilidad penal, está la inmunidad
relativa de la que gozan Jueces Magistrados.
Los que se encuentren en servicio activo solo podrán ser
detenidos por orden del Juez competente o en caso de flagrante
delito.

OTROS ASPECTOS:
Las autoridades Civiles y Militares se abstendrán de intimar a
los Jueces y Magistrados y de citarlos para que comparezcan a su
presencia.

RESPONSABILIDAD CIVIL: Por los daños y perjuicios que causen


cuando, en el desempeño de sus funciones, incurrieren en dolo o
culpa.

RESPONSABILIDAD DISCIPLINARIA: Por faltas muy graves, graves y


leves.

Joaquín Gómez Ojeda Página:16


20.4 LA ESTRUCTURA DEL
PODER JUDICIAL

La residenciación de la potestad jurisdiccional en diversos


órganos y, por tanto, la fragmentación, es una de las
características básicas del poder judicial. Este, no obstante,
es único (art. 117.5 CE y 3.1 LOPJ) y debe, por lo tanto,
dotarse de una estructura que permita integrar en un único
sistema una multiplicidad de órganos.

La estructura del poder judicial se delinea de conformidad


con tres criterios concurrentes y diferentes: el de la materia
del conflicto a resolver, el territorial y el jerárquico.

El CRITERIO MATERIAL supone la división de la jurisdicción


en cuatro grandes órdenes jurisdiccionales distintos:
• Civil
• Penal
• Contencioso-administrativo
• Social

El criterio organizativo material, debe sin embargo, ser


completado, señalando que, además de esos cuatro órdenes existe
en el Tribunal Supremo una Sala de lo Militar y existen,
también, Juzgados de Menores y de Vigilancia Penitenciaria
especializados en las materias que se corresponden con su
nombre.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que el Consejo General
del Poder Judicial puede acordar -art.98.1 LOPJ- que algunos
juzgados se ocupen en exclusiva de determinadas clases de
asuntos. Esta previsión puede dar lugar a órganos
especializados en, por ejemplo, asuntos de familia,
hipotecarios o mercantiles.

**** ***** ****

Joaquín Gómez Ojeda Página:17


El CRITERIO TERRITORIAL se traduce en la división del
territorio nacional en distintas zonas. Así, y de acuerdo con
el artículo 30 de la LOPJ, el Estado se organiza
territorialmente, a efectos judiciales en:

• Municipios
• Partidos judiciales
• Provincias
• Comunidades Autónomas

TODO EL TERRITORIO NACIONAL


• Tribunal Supremo (art. 123.1 CE y 53 LOPJ)
• La Audiencia Nacional (art. 62 LOPJ)

Como se observará, las divisiones geográficas judiciales


coinciden con la administrativa en todos los casos menos en
uno: el partido judicial, que es una unidad territorial
organizativa utilizada exclusivamente por el poder judicial y
que está compuesto por uno o varios municipios limítrofes
pertenecientes a una misma provincia (art. 32.1 LOPJ). Al
coincidir los demás ámbitos territoriales judiciales
(municipio, provincia y Comunidad Autónoma) con los
administrativos, no precisan delimitación propia y se
corresponden con los mismos (arts. 33 y 34 LOPJ). Solo resulta
preciso, por tanto, determinar el ámbito de los partidos
judiciales, esto es, definir lo que se denomina la demarcación.
De acuerdo con la LOPJ -art. 35- la demarcación judicial se
establece por ley, en cuya elaboración tienen participación las
Comunidades Autónomas a través de un procedimiento regulado en
el propio art. 35 LOPJ y que ha sido declarado constitucional
por el Tribunal Constitucional (STC 56/90, caso Ley Orgánica
del Poder Judicial III). Los partidos judiciales vienen, pues,
definidos por la citada Ley 38/88, de Demarcación y Planta
judicial, modificada por la Ley 3/92.

De conformidad con el criterio territorial, a cada uno de los


ámbitos territoriales le corresponde un órgano específico, de
suerte que:
• los municipios que no son capitales de partidos
judiciales cuentan con un Juzgado de Paz -art. 99.1
LOPJ-;
• Los Partidos judiciales, con uno o varios Juzgados de
Primera Instancia e Instrucción -art. 84 LOPJ-
• Las provincias, con una Audiencia Provincial -art. 80
LOPJ- y con Juzgados de lo Penal -art. 89 bis LOPJ-, de
lo Social - art. 92 LOPJ-, de Vigilancia Penitenciaria
-art. 96 LOPJ- y de Menores -art. 96 LOPJ-; así como con

Joaquín Gómez Ojeda Página:18


uno o varios Juzgados de lo Contencioso-Administrativo
(art. 90 LOPJ)
• Todas las Comunidades Autónomas, por su parte, cuentan
con un Tribunal Superior de Justicia -arts. 152.1 de la
CE y 71 LOPJ- aunque es preciso recalcar que el Tribunal
Superior de Justicia no es un órgano judicial de las
Comunidades Autónomas, sino un órgano del poder judicial
único en las Comunidades Autónomas
• En la totalidad del territorio nacional tienen
jurisdicción, como se dijo, la Audiencia Nacional y el
Tribunal Supremo.

Los órganos judiciales tienen su residencia, con carácter


general, en la capital de la unidad geográfica que se
corresponde con su ámbito territorial: los Juzgados de
Primera Instancia, en la capital del partido judicial (art.
84 LOPJ), los Juzgados de ámbito provincial y la Audiencia
Provincial en la capital de la provincia (arts. 80.1, 89 bis,
90 y 96 LOPJ), y la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo
en la capital de la nación. Sin embargo, la sede de los
Tribunales Superiores de Justicia no coincide, en algunos
casos, con la capitalidad de la Comunidad Autónoma, por estar
así previsto en los respectivos Estatutos de Autonomía.

Además, es preciso tener en cuenta que el criterio


territorial puede ser matizado en algunos casos por razones
tanto de índole geográfica como de volumen de población o de
cargas de trabajo.

El CRITERIO JERÁRQUICO, por último, se corresponde con el


geográfico, en el sentido de que un ámbito territorial más
extenso y superpuesto implica un mayor nivel jerárquico. Por
otro lado, los órganos judiciales pueden ser, según el número
de titulares que los atiendan, unipersonales o colegiados.
Puede observarse, sin embargo, que la independencia judicial
vacía de contenido la noción de jerarquía: ésta se basa
exclusivamente en un mayor nivel profesional y, en su caso, en
la posibilidad de revocar, modificar o confirmar las
resoluciones de los órganos inferiores, siempre a través de un
recurso legalmente procedente, sin que sea posible, como ya se
dijo, que los órganos superiores cursen a los inferiores
instrucciones sobre la interpretación o aplicación de las
normas -art. 12 LOPJ. Esta función, por tanto, no se
corresponde en realidad con el ejercicio de jerarquía alguna,
sino con el de la función jurisdiccional cuando se tiene
atribuida la competencia de examinar los recursos interpuestos
contra las resoluciones de otros órganos.

Joaquín Gómez Ojeda Página:19


20.5 EL GOBIERNO DEL PODER
JUDICIAL: EL CONSEJO
GENERAL DEL PODER JUDICIAL
La Constitución, para garantizar el derecho de los ciudadanos
a un juez imparcial, otorga a los integrantes del poder
judicial una absoluta independencia en la adopción de sus
decisiones y le somete exclusivamente, a tal efecto, al
imperio de la ley.

Para asegurar esa independencia se confieren a los miembros


del poder judicial unas completas garantías que, en su
conjunto, configuran el estatuto de jueces y magistrados.

Ahora bien, todas estas garantías podrían verse vulneradas si


la situación personal o profesional de jueces o magistrados, o
el futuro profesional de los mismos, dependiese de un poder
ajeno al judicial: en tal caso, quien pudiera modificar dichas
situaciones podría, también, influir en las decisiones de los
jueces y magistrados. Esto es especialmente aplicable en dos
supuestos concretos, la potestad disciplinaria y el régimen de
ascensos: mediante el ejercicio torticero de la primera se
podría amenazar o, en su caso, sancionar a los jueces y
magistrados no dúctiles al deseo del poder; mediante el
control de los segundos podría obtenerse que quienes
legítimamente ambicionan prosperar profesionalmente adoptasen,
para conseguirlo, resoluciones no perjudiciales para el poder.

a) EL CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL. COMPOSICIÓN

A fin de evitar este problema, la Constitución diseña un


órgano específico, el Consejo General del Poder Judicial, al
que otorga la función de gobernar este poder. Se trata de una
solución inspirada en otros países, especialmente Italia y
Francia.

La LOPJ, además, atribuye competencias de gobierno del poder


judicial a distintos órganos de éste. De esta suerte, el
gobierno del poder judicial queda sustraído a toda posible
influencia de los otros dos poderes, pues reside o en el
propio poder judicial o en un órgano específico rodeado, a su
vez, de notables garantías.

Joaquín Gómez Ojeda Página:20


Por lo que se refiere a su composición, la Constitución señala
que el CGPJ tendrá: 21 miembros, y prescribe que:
12 de ellos deben ser elegidos «entre jueces y magistrados de
todas las categorías en los términos que establezca una Ley
Orgánica».
A partir del año 2001 (LO 2/2001, de 29 de junio) los veinte
vocales del CGPJ son elegidos a partes iguales por las dos
Cámaras del legislativo.
Serán elegidos por tres quintos de las Cámaras lo que,
verosímilmente, impedirá la imposición de la voluntad de un
solo partido.
12 vocales han de elegirse entre jueces y magistrados, de entre
candidatos propuestos por las Asociaciones judiciales, o por un
número de jueces y magistrados qué represente al menos el 2 por
ciento de los que se encuentren en servicio activo.
8 vocales deben ser designados entre juristas de reconocida
competencia con más de quince años de ejercicio de su profesión
(arts. 122.3 CE y 112 LOPJ).
La imposibilidad de remover a los miembros del CGPJ antes de la
conclusión de su mandato, que dura cinco años, y la prohibición
de que sean reelegidos elimina toda posible influencia sobre
ellos.
En fin, el hecho de que el mandato de los miembros del CGPJ sea
de cinco años evita su coincidencia con la legislatura, lo que
relativiza la trascendencia de la fuente parlamentaria de la
elección, toda vez que el CGPJ tendrá que coincidir, en todo
caso, con al menos una legislatura distinta de la que le
eligió.
Una vez nombrados, los veinte vocales del CGPJ eligen por
mayoría de tres quintos -esto es, por un mínimo de 12 votos-
al Presidente del Tribunal Supremo.

La Constitución remite a la ley los requisitos que éste debe


reunir (art. 123.2 CE) y la LOPJ exige que sea elegido entre
jueces o juristas de reconocida competencia con más de quince
años de antigüedad en la carrera o en el ejercicio de la
profesión. El Presidente del Tribunal Supremo preside, a su
vez, el CGPJ, y es el único miembro de éste que puede ser
reelegido por una sola vez (art. 123 LOPJ).

La Constitución señala que el CGPJ es el «órgano de gobierno»


del poder judicial; de gobierno, no de autogobierno. La
Constitución no reconoce, pues, al poder judicial una
facultad de autogobernarse, esto es, de elegir a sus propios
gobernantes y al órgano que elabore las disposiciones que les
afectan. Lo que si hace es atribuir el gobierno del poder

Joaquín Gómez Ojeda Página:21


judicial a un órgano ajeno al legislativo y al ejecutivo y
caracterizado por una fuerte presencia judicial.
Consecuentemente con esta opción, la Constitución misma
reserva para el órgano de gobierno que crea aquellas
funciones cuyo ejercicio puede repercutir en la independencia
judicial.

B) FUNCIONES

Las funciones del CGPJ son de muy diversa índole. Así,


participa en la designación de miembros de otros órganos
constitucionales:

Como el Tribunal Constitucional, designando 2 de sus miembros


-arts. 159.1 de la CE-

Evacua informes sobre otros nombramientos, como:

• Fiscal General del Estado

********* *********** *********

1. Aprueba una memoria anual

2. Emite informes sobre determinados anteproyectos de


leyes o de disposiciones generales

Pero el NÚCLEO FUNCIONAL que justifica la existencia del


CGPJ y que, por tanto, constituye el grueso de sus
competencias, comprende aquellas funciones que pueden influir
en la independencia judicial, y está reservado el CGPJ por la
propia Constitución. Esta define al CGPJ como órgano de
gobierno. Pero esta atribución de funciones de gobierno se ve
complementada con una composición que es de un órgano de
representación, en el que conviven mayoría y minorías.

Por otro lado, la LOPJ atribuye al Gobierno de la Nación las


competencias relativas a los medios personales en cuanto a
quienes no son jueces y magistrados, así como todas las
referentes a los medios materiales, competencias que pueden
ser transferidas a las Comunidades Autónomas.

Joaquín Gómez Ojeda Página:22


Por tanto, el «gobierno del CGPJ» queda constreñido, en el
terreno personal, a las actuaciones de carácter no
jurisdiccional -esto es, puramente administrativas- respecto
de los órganos judiciales y a las situaciones personales de
los titulares de los mismos; y, en el ámbito de los medios
materiales, a la elaboración de una relación circunstanciada
de necesidades que se ha de elevar anualmente al Gobierno a
través del Ministerio de Justicia-art. 37.2 LOPJ-.

Ambas cosas, y especialmente esta última, suponen una


disposición de medios limitados y una selección entre
distintas opciones posibles y, por lo tanto, una asignación
de prioridades.

El ámbito competencial básico del CGPJ, el núcleo de sus


funciones, tiene sus contornos, pues, delimitados por aquellas
facultades que, por implicar el ejercicio de la potestad
sancionadora, o por incidir en la situación administrativa del
juez o influir sobre sus expectativas profesionales, pueden
envolver una represalia o un condicionamiento de su actitud en
el ejercicio de la función jurisdiccional, repercutiendo, por
tanto, sobre la independencia judicial. De ahí que la
Constitución atribuya al CGPJ las funciones relacionadas con
el poder judicial «en materia de nombramientos, ascensos,
inspección y régimen disciplinario. » La consecuencia de ello
es que el CGPJ ostenta, respecto de jueces y magistrados, la
competencia exclusiva en relación con:
- Selección, formación y perfeccionamiento de jueces y
magistrados. –

- inspección y vigilancia de los juzgados y tribunales, que


se orienta a comprobar y controlar el funcionamiento de la
Administración de justicia (arts. 127.3 y 171 a 177 LOPJ).

- situaciones administrativas -activo, servicios especiales,


excedencia, licencias y permisos, etc. - de jueces y
magistrados (arts. 107.4 y 348 a 377 LOPJ).

- la potestad disciplinaria para las sanciones de mayor


gravedad: es el único órgano competente para imponer a los
integrantes del poder judicial las sanciones de traslado
forzoso, suspensión y separación.

Joaquín Gómez Ojeda Página:23


20.6 EL MINISTERIO FISCAL

A) CONFIGURACIÓN CONSTITUCIONAL
Los trazos con que la Constitución dibuja al Ministerio
Fiscal son muchos menos definidos que los utilizados para con
el poder judicial.
Una cosa, sin embargo, está clara: el Ministerio Fiscal no
forma parte del poder judicial.
Su relación con los juzgados y tribunales, la proyección
hacia éstos de su labor y la correspondencia con el rótulo del
Título de la Constitución en que se regula la figura
justifican su tratamiento en este lugar.

Que el Ministerio Fiscal no es parte del poder judicial se


deduce de que, según hemos visto:
• La Constitución reserva -art. 117.1- a jueces y
magistrados la función de administrar justicia
• Los juzgados y tribunales -art. 117.3- el ejercicio de la
potestad jurisdiccional
• todo ello con absoluta exclusividad. En fin, la no
integración del Ministerio Fiscal en el poder judicial se
infiere sobre todo, de las funciones que
constitucionalmente tiene atribuidas.

En efecto, es misión del Ministerio Fiscal -art. 124.1 de la


CE- «promover la acción de la justicia en defensa de la
legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés
público tutelado por la Ley», y «promover la acción de la
justicia» no puede ser otra cosa que promover la acción de
juzgados y tribunales: promover, por tanto, la acción de
alguien ajeno al Ministerio Fiscal.

Salvo su evidente exclusión del poder judicial, la


Constitución es parca en la regulación del Ministerio Fiscal y
deja a este respecto, por tanto, un amplio margen de actuación
al legislador.

Sin embargo, señala -art. 124.1- que el Ministerio Fiscal


ejerce su función por medio de «órganos propios». Es en esta

Joaquín Gómez Ojeda Página:24


especificidad, en la actuación por medio de órganos propios,
donde reside la singularidad del Ministerio Fiscal, y no en
una inexistente integración en el poder judicial o en una
independencia semejante a la de éste. El Ministerio Fiscal
ejecuta las instrucciones que recibe por medio de órganos
propios, y no por los órganos comunes al ejecutivo y a la
Administración.

Por lo demás, el mismo precepto constitucional que apuntala


esa específica distinción funcional señala que el Ministerio
Fiscal actúa conforme a los principios de unidad de actuación
y dependencia jerárquica.

El de unidad de actuación, es característico de la


organización administrativa, y es inferible de las
características que el artículo 103 de la CE predica respecto
de la Administración Pública.

El de dependencia jerárquica se plasma en la obligación de


respetar y cumplir las órdenes e instrucciones emanadas de los
superiores y, en primer lugar, del Fiscal General del Estado
(arts. 22, 25 y 27 del Estatuto Orgánico del Ministerio
Fiscal).

El punto de imputación inmediato del principio de


dependencia jerárquica es, precisamente, el Fiscal General del
Estado y, con sujeción a él, los demás fiscales jefes. El
hecho de que el Fiscal General del Estado sea nombrado y
removido a propuesta del Gobierno -art. 124.4 de la CE- sitúa
a éste como punto de imputación mediato de dicha dependencia
jerárquica.

Ello se justifica porque el Ministerio Fiscal es, sin duda,


uno de los principales ejecutores de la política criminal que,
evidentemente, es parte de la política interior cuya dirección
corresponde al Gobierno -art. 97 de la CE- y por la que éste
es responsable - art. 108 de la CE- ante el Congreso de los
Diputados en tanto que representante del pueblo español.

En simplificada síntesis, todo ello significa que el mandato


constitucional de que el Ministerio Fiscal actúe conforme a
los principios de unidad y jerarquía se traduce en que el
Gobierno, en tanto que responsable de la política criminal,

Joaquín Gómez Ojeda Página:25


nombra al Fiscal General del Estado, al que están
jerárquicamente subordinados todos los miembros del Ministerio
Fiscal.

Por otro lado, la entera estructura orgánica de éste es,


también, de carácter jerárquico, como se manifiesta en que el
fiscal jefe de cada órgano «ejerce la dirección del mismo bajo
la dependencia de sus superiores jerárquicos» -art. 22.1
EOMF-, en que los superiores pueden sustituir a los inferiores
-art. 23 EOMF- y en que tanto el Fiscal General del Estado
como los fiscales jefes pueden impartir a sus subordinados
órdenes o instrucciones (art. 25 EOMF). El Gobierno, por su
parte, puede interesar del Fiscal General del Estado que
promueva acciones determinadas (art. 8.1 EOMF).

La Constitución complementa los principios de unidad de


actuación y dependencia jerárquica que presiden el ejercicio
de las funciones del Ministerio Fiscal con los de legalidad e
imparcialidad. La sujeción al principio de legalidad no es
específica del Ministerio Fiscal sino que, en un Estado de
Derecho, debe regir la actuación de todos los poderes
públicos. En el concreto caso español, la prescripción
constitucional de que el Ministerio Fiscal está sujeto al
principio de legalidad es en todo similar a la que la propia
Constitución establece para la Administración, pues ésta ha de
actuar -art. 103- con sometimiento pleno a la ley y al Derecho
y los tribunales controlan -art. 106.1- la legalidad de la
actuación administrativa.

La sujeción del Ministerio Fiscal al principio de legalidad no


añade gran cosa, pues, a la vinculación genérica a dicho
principio que es predicable de todos los poderes públicos.

La sujeción al principio de imparcialidad, por su parte,


tampoco difiere mucho de la objetividad que se exige a la
Administración Pública, y más bien parece una concreción de
dicho principio en el ámbito específico de un proceso «inter
partes».
La sujeción del Ministerio Fiscal a los principios de
legalidad e imparcialidad cristaliza actualmente en la
posibilidad de los fiscales - art. 27 EOMF- de oponerse
razonadamente a las órdenes o instrucciones procedentes de un
superior jerárquico que considere contrarias a las leyes. De
persistir la discrepancia, el superior no puede resolverla sin
antes haber oído a la Junta de Fiscales que corresponda;

Joaquín Gómez Ojeda Página:26


La posibilidad, un tanto atípica en una organización
jerárquica, de negarse a cumplir las órdenes o instrucciones
de un superior se concibe pues, en la actual regulación del
Ministerio Fiscal, como mecanismo asegurador de la sujeción a
los principios de legalidad e imparcialidad.

B) FUNCIONES
La función del Ministerio Fiscal es, como se vio, promover
la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los
derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por
la ley.

La forma ordinaria de desarrollar esta función es el ejercicio


de la acusación en el proceso penal.

Ciertamente, el Ministerio Fiscal tiene, en la actualidad,


atribuciones para intervenir en otros muchos ámbitos, pero es
su actuación en el proceso penal la que constituye,
cuantitativa y cualitativamente, el núcleo de su función.

Ello no implica sin embargo, y a diferencia de lo que sucede


en otros países, que el Ministerio Fiscal ostente el monopolio
de la acción penal: en España ésta puede ser instada también
por el ofendido por el delito e, incluso, por un tercero por
completo ajeno al mismo, gracias al mecanismo de la acción
popular recogido en el artículo 125 de la Constitución.

La referencia constitucional a la imparcialidad pone de


manifiesto que, aunque el Ministerio Fiscal actúe en un
proceso, no es una parte más. No es una parte más, en primer
lugar, porque no defiende un derecho o interés particular, por
muy legítimo que sea, sino la legalidad y el interés público
tutelado por la ley;

no lo es, tampoco, porque precisamente por lo anterior y por


su sujeción al principio de imparcialidad, no asume una
posición de parte, esto es, de defensa argumental de un
interés particular previamente determinado, sino una posición
de defensa imparcial del interés general.

Joaquín Gómez Ojeda Página:27


La estructura organizativa del Ministerio Fiscal es, como se
ha dicho, de carácter jerárquico, y es relativamente paralela
a la del poder judicial. Está coronada por el Fiscal General
del Estado, nombrado -una vez oído el Consejo General del
Poder Judicial- y removido por el Gobierno.

El Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal añade que el


nombramiento debe recaer en un jurista de reconocido prestigio
con más de quince años de ejercicio efectivo de la profesión,
y el Tribunal Supremo ha interpretado que esta expresión se
refiere al ejercicio de profesiones jurídicas. Los «órganos
propios» a través de los cuales actúa el Ministerio Fiscal son
las fiscalías de los distintos ámbitos geográficos y las
fiscalías creadas con criterios funcionales para la actuación
ante órganos específicos, esto es, la Fiscalía ante el
Tribunal Constitucional o la Fiscalía Especial para la
Prevención y Represión del Tráfico de Drogas. El Ministerio
Fiscal cuenta también con otros dos órganos que tienen rasgos
específicos: el Consejo Fiscal y la Junta de Fiscales de Sala
(art. 12 EOMF). El primero está integrado por algunos miembros
natos y otros elegidos por los propios fiscales, y tiene
atribuidas importantes funciones, de entre las que destaca
informar preceptivamente los ascensos de los miembros de la
carrera fiscal (art. 14.1 EOMF). Se trata, por lo tanto, de un
órgano de carácter político por sus funciones, y cuasi-
corporativo por su forma de elección. La Junta de Fiscales de
Sala, por su parte, está compuesta por los puestos superiores
de la carrera fiscal. Sus funciones son de carácter
predominantemente técnico y están orientadas a la elaboración
de criterios jurídicos de interpretación de las normas y de
elaboración de memorias y circulares (art. 14.2 EOMF).

Joaquín Gómez Ojeda Página:28

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