Mi nombre es Danitza Rosa Ttito Clavo y esta es mi historia. Antes de conocer
a Jesús, solía ser muy insegura de mi misma y muy desconfiada. Siempre había sido una buena estudiante en mi colegio, y aunque me emocionaba escuchar que la gente me felicitara, luego de un momento todo perdía sentido, pues algo me decía que mentían. Debido a mi bajo autoestima, no apreciaba lo que hacia. No me llevaba bien con mi papá ni mi hermano, los percibía tan distantes que me sentía desprotegida. Comúnmente solía quejarme con mis padres sobre porqué había nacido, si sólo sufría. Problemas con amigos y malas experiencias con personas sólo acrecentaron mi baja autoestima. Busque un refugio a mi aburrimiento y dejadez a través de un club de dibujos animados japoneses (Animes). Al ser socias, mi hermana y yo teníamos derecho a una función cada mes. Recuerdo que la pasaba bien, no era muy sociable por lo que no hice amigos allí, pero el sólo hecho de disfrutar la proyección y comer algo mientras lo hacia, me relajaba mucho: era como viajar a un mundo nuevo, mágico y lleno de fantasía, lejos de la realidad, de mi realidad, donde mis problemas ya no estaban. Sin embargo, llegaba la noche y la función acababa. Al llegar a casa, otra vez volvía a mi realidad.
Por el año 1999, mi hermana comenzó a cambiar, y esto se debía a una
“relación” poco común. Ella se había vuelto cristiana. Nos hablo del evangelio de Jesucristo a mi familia y a mí. Nuestra discrepancia fue general, pues éramos católicos de tradición y esto era una ofensa directa a nuestro dogma. Yo estaba algo confundida pues aunque yo amaba mucho a mi hermana, no podía entender que quería decir con “ser convertida”, “nueva criatura”, “una relación de amistad con Dios”, y otras ideas raras para mi en ese entonces. Después de todo, ella y yo éramos casi iguales en nuestra forma de ser y muy unidas por ello; pero ahora ella me decía que Dios nos amaba y tenia una vida nueva para nosotras. Luego de muchos intentos de parte de ella y muchas negaciones de parte mía, finalmente, caí rendida ante el amor de Dios. Una noche mi hermana escuchaba una canción cristiana llamada “Quien soy yo” (Marcos Vidal), yo estaba en mi cama, y escuche la letra atentamente, y fue cuando realmente entendí qué es lo que mi hermana sentía, y yo también lo quería y necesitaba. Luego de unos días tome una decisión, acepte a Jesús como Señor y Salvador. Otro día, pasando por una pequeña plaza en la Av. Arenales, observe un teatro al aire libre, lo realizaban unos extranjeros cristianos. Se trataba sobre el Sacrificio de Jesús por la humanidad. Al final de la función hicieron un llamado de Aceptar a Jesús, fue entonces cuando declare públicamente que era cristiana.
Cristo cambio mi vida, mi forma de pensar y me dio un
propósito para vivir. Entendí que debía enfrentar la realidad, pero ya no estaba sola para hacerlo, sino que lo tenía a Él para ayudarme. Él me perdono, y también me enseño a hacerlo. A pesar de las discrepancias de fe con mis padres y hermano, nos llevamos mucho mejor que antes. Aprendí a creer en las personas y apreciarlas. Dios me dio verdaderos amigos y sobretodo Su Fiel Amistad. Me faltaría tiempo y espacio para contarte todo lo que Dios hizo, y sigue haciendo, conmigo; pero te digo: que la Vida que Jesús ofrece, es la Verdadera. Amén